Volver a la página principal
Número 5 - Noviembre 2002

Comentarios
(de Entre el cuerpo y la escritura: un tratamiento posible de María Eugenia Cora y De la amenaza de suicidio al suicidio como llamado. Singularidad de la urgencia en la institución de Mariela Garvich)

Osvaldo Delgado


En el primer material tenemos el problema del estatuto conceptual, y en términos de su valor diagnóstico, del fenómeno psicosomático y su relación respecto a la estructura del sujeto. Se trata de poner en juego en el material, de pensar, cuál es el valor del fenómeno psicosomático al menos en éste caso. Si es o no algo que viene al lugar de lo que entendemos como el cuarto que anuda, como punto de basta, como el Nombre del Padre como fue llamado primero por Lacán. Y ahí todo un debate en relación a esa cuestión.

En el segundo material tenemos un problema diagnóstico, hay todo un debate por parte de la analista respecto al problema diagnóstico, al inicio. Incluso planteando una cuestión muy importante, en cuanto ella planteaba que la cuestión diagnóstica estaba obturando la posibilidad de escucha. Y efectivamente aparece ahí un punto problemático para la orientación de si se trataba de una psicosis o si se trataba de una locura histérica.

En ambos casos está presente el problema del diagnóstico y en principio yo quiero hacer una mención a eso, ya que es un problema crucial para nosotros porque puede implicar dos desviaciones que podemos realizar: una desviación histérica por parte del analista es no ubicar ningún diagnóstico, porque un diagnóstico nombra algo de lo Universal, "la psicosis", "las neurosis ". El diagnóstico como tal no habla de la singularidad, sino que refiere al trazado de cierto universal. Una desviación histérica sería no pensar ninguna cuestión diagnóstica para escuchar sólo la singularidad del caso, pero sin ubicar previamente nada que pueda orientarnos a nivel del diagnóstico. Esto puede llegar a ser sumamente peligroso porque podemos realizar una intervención apuntando a la división del sujeto y esto puede implicar el desencadenamiento de una psicosis.

La otra desviación es que efectivamente el diagnóstico sea presentado para uno mismo como algo coagulado, cristalizado, y que impida la escucha de la singularidad. Esta sería una desviación obsesiva del analista, una clasificación que impide la escucha en su singularidad.

Es en verdad un deber que tenemos, poder localizar las coordenadas fundamentales del diagnóstico diferencial en las primeras entrevistas. Es algo que debemos hacer, que no podemos no hacer, es un deber ético. Poder diferenciar si se trata de una neurosis o una psicosis, en principio. Con esto alcanza. Pero "con esto alcanza" quiere decir que es algo que hay que hacer. Y efectivamente tenemos un articulador central para poder ubicar esto que es la escritura del A barrado, y cuál es la posición del sujeto respecto del A mayúscula barrado. Cuál es la posición del sujeto respecto a la castración en el Otro. Tenemos tres tipos de respuestas: mediante la represión, la forclusión o la desmentida. Lo que debemos hacer es localizar cuál es la respuesta del sujeto respecto a la barradura en el Otro. Podemos decir que con esto alcanza para que no quede cristalizado el sentido y obturar la escucha. Pero esto tenemos que realizarlo, tenemos que pasar el tamiz, esa suerte de grilla lacaniana de poder ubicar el A barrado y ubicar cuál es la posición del sujeto, para poder ubicar si estamos ante la presencia o no de fenómenos elementales.

Es lo que efectivamente hace Mariela con algunas preguntas para tratar de ubicar si lo que la paciente relataba como ciertas cuestiones ligadas a la dimensión del campo visual, si había ahí presencia o no de fenómenos elementales. Esto es lo que ella interroga y en la medida en que va interrogando hay una ausencia de fenómenos elementales, sí hay cierta distorsión de las percepciones pero donde la sujeto no ubica ninguna certeza respecto a esto sino que directamente lo ubica respecto a lo que ella llama "el mareo". Y a su vez es una paciente que ha estado cuidando a un paciente esquizofrénico. Esto es un elemento fundamental a tomar en cuenta en la histeria, la alta sensibilidad al contagio histérico, los modos de identificación, una histérica que está conviviendo con un psicótico a la semana funciona como una psicótica.

La identificación histérica lleva a esos extremos, y efectivamente nos podemos encontrar con la paciente presentando toda una suerte de elementos que fenoménicamente podrían pertenecer al campo de la psicosis y ser una histérica absolutamente identificada a un esquizofrénico. (fin de la cinta)

Respecto a la amenaza del intento de suicidio, es otro elemento fundamental a tener en cuenta. Hay un trabajo muy bueno de Serge Cottet, en la Ornicar nº 1 en castellano, que se va a referir a la cuestión de la depresión, para desmontar eso, y él va a ubicar en ese texto una diferencia muy importante a situar: si en lo que puede aparecer como intento de suicidio existe o no una demanda al Otro. Y es importante porque en algunos casos existe la demanda al Otro y el intento como tal es un modo de demanda al Otro, y en otros casos es sin ninguna demanda al Otro. Entonces nos podemos encontrar con intentos de suicidio que fracasan, pero no porque el intento de suicidio haya sido una demanda al Otro. Así como nos podemos encontrar con suicidios realizados como un modo extremo de demanda al Otro también. Y existen formas de intento de suicidio ya sin ninguna demanda al Otro, que fracasan por ese mecanismo que Freud describe en ‘Psicopatología de la vida cotidiana’ que es " actos de término erróneo". Hay en una película fantástica, "Delicatessen", donde hay un tipo que se quiere suicidar y siempre fracasa. Y verdaderamente se quiere suicidar y no le sale. Tenemos la referencia criolla que es "ni el tiro del final te va a salir". Pero es una cuestión que siempre debemos considerar seriamente. Siempre. Y digo más, en este caso se trata claramente de una histeria con un cierto fenómeno de enloquecimiento, pero siempre debemos considerar como algo de crucial importancia, ante un intento de suicidio el analista no puede producir un efecto de rechazo de esto, sino poder alojar lo que ahí se pueda articular como demanda, y si no la hay producir los modos de que eso se articule como demanda al Otro, como llamado al Otro, hacer de eso un modo de sintomatización del intento de suicidio. Ahí operamos respecto a la posibilidad de emergencia del pasaje al acto.

¿Por qué? ¿Qué es lo que abrimos? Lo que abrimos con nuestra operación son las condiciones del tiempo lógico, de Lacán. Y en los tiempos lógicos de Lacán, entre el instante de ver y el tiempo para concluir está el tiempo para comprender. Y el tiempo para comprender para nosotros es la apertura de la realidad psíquica, el trabajo del Inconsciente. Y una vez que producimos esto evitamos la dimensión del pasaje al acto, en la medida en que el pasaje al acto es un rechazo del Inconsciente, es un rechazo del tiempo para comprender, y es un momento de concluir sin tiempo para comprender. Entonces la apertura por parte de nuestra operación, como la realiza ella, como va con las sesiones, la cuestión con el psiquiatra, la dimensión de la esperanza, etc. etc. estas maniobras que va realizando la analista van introduciendo las coordenadas posibles de que se ponga en marcha la otra escena, como diría Freud, y en términos de Lacán ponemos en juego las condiciones del tiempo lógico. Porque sólo con el tiempo para comprender es que se abre la dimensión de la realidad psíquica. O sea una apertura del Inconsciente. Y en la medida en que hay una apertura del Inconsciente no hay rechazo de los pensamientos inconscientes, como diría Freud, y la precipitación del sujeto identificado al objeto a en un pasaje al acto. Restituimos la posición subjetiva.

En esta paciente se localiza muy bien el punto en relación a su estructura incluso referida a la cuestión de la muerte, como muy bien lo ha situado Mariela, y es que ella en principio deseaba morirse y hay dos razones: una razón es a nivel del deseo, es "muriéndome paso a tener otro valor". Ya que los muertos tienen algo valioso, son agalmáticos para la familia, y además parece que son varones, el hermano y el padre. O sea que algo de esto está en juego, cierto agalma fálico, a ella se le pone en juego con la cuestión de morir, pero en este circuito de locura de a tres mujeres, que parece "La casa de Bernarda Alba". En ese punto vemos que la analista hace una intervención muy buena ya que ella comenta que si ella se muere la hija le dijo "no te voy a llevar ni una flor". ¿Entonces para qué se va a matar si efectivamente era para eso?. Vemos la histeria, vemos la posición del deseo histérico como realizar un acto para el otro y para hallar un lugar en el Otro. Esto a un nivel del plano del deseo.

Pero hay otro plano en la paciente, que es el plano de su posición respecto al goce. O sea que respecto al deseo vemos claramente el deseo histérico, funcionando con cierto fenómeno de enloquecimiento. Si hay tiempo les quiero leer un par de párrafos del texto de Maleval, "Locuras histéricas y psicosis disociativas", se trata efectivamente de ésto. Ese texto es muy bueno, tiene el problema de que su elaboración llega hasta el Seminario X de Lacán, el Seminario de la angustia. Pero ahora ha salido un nuevo libro de Maleval que les recomiendo, que se llama "La forclusión del nombre del padre". Podemos decir que es la segunda parte del texto "Locuras histéricas y psicosis disociativas". Donde él toma una cuestión que no toma en el texto que conocemos hasta la fecha, respecto a la locura histérica sólo la toma en términos del Seminario de la angustia, en términos de que la locura histérica es una respuesta a "falta la falta", como un modo de la angustia, y no está ubicado todavía ahí cómo en la locura histérica en verdad lo que hay es la forclusión de un significante. Hay forclusión de un significante, que no es el significante del nombre del padre, pero hay una forclusión significante que se presenta bajo los modos del enloquecimiento.

Entonces la operación del analista es permitir que el significante forcluído retorne a la cadena y se sintomatice, por lo tanto que retorne ya no desde lo Real sino desde lo reprimido. Esto es algo que encontramos muy tempranamente en la enseñanza de Lacán, en el texto "Una cuestión preliminar..." Ustedes se van a encontrar con que él va a hablar tanto de la forclusión del Nombre del Padre como de la forclusión del falo. Y es algo que encontramos pertinentemente en las locuras histéricas. Es muy importante poder tener esa precisión porque no sólo es una cuestión de identificación en la histeria sino que podemos encontrarnos, en los enloquecimientos histéricos, que hay una forclusión. Pero es importante poder establecer de qué forclusión se trata para no tomar a la histérica como psicótica, ni a la inversa creer que se trata de una histeria y es una psicosis.

Respecto del caso que plantea Mariela yo les decía que la cuestión de la muerte tiene un estatuto a nivel del deseo, pero tiene otro estatuto a nivel del goce. Y uno puede tener en cuenta que a nivel de la posición fantasmática del sujeto, hay un fantasma melancólico. No una melancolía, sino a nivel de la posición en el fantasma, un fantasma melancólico porque esta sujeto como buena histérica se dedica a cuidar enfermos, pero se dedica a cuidar enfermos terminales. La muerte está todo el tiempo ahí en juego. Pareciera que justamente el dedicarse a tratar a enfermos terminales es un modo de autotratamiento de sus condiciones de goce fantasmático a nivel de un fantasma melancólico. En vez de quedar ella en estado terminal, ser ella la que cuida a enfermos terminales. Entonces me parece que ahí es importante, en la continuación del trabajo, poder localizar cuáles son las condiciones de goce, respecto a la cuestión de la muerte, etc. Se anudan el deseo histérico como valor agalmático, la muerte, pero a su vez ahí hay una condición de goce que quizás, no puedo bajo ningún punto de vista tener la pretensión o la petulancia de decir que se trata efectivamente de un fantasma, me da la impresión por lo que he leído y el modo de solución del sujeto donde se restablece al mismo tiempo como autotratamiento cuando ella está histéricamente cuidando de enfermos, pero en su condición se goce, enfermos terminales. Están siempre ahí a punto de instituirse como un desecho.

Vamos a ir tomando el otro material, el de María Eugenia. Es un texto realmente notable, el trabajo de María Eugenia. Ella ubica centralmente el problema del fenómeno psicosomático y localiza perfectamente el punto de cuándo hay una actividad mayor del fenómeno psicosomático, y es cuando se acerca a la casa de los padres, y fundamentalmente pareciera que se refiere a la madre, que cuando hay una cercanía con la madre hay como un volcán en actividad, hay una actividad mayor del fenómeno psicosomático. Podríamos decir que es un ejemplo nítido de cómo el fenómeno psicosomático puede venir a un lugar de estabilización. Digo estabilización y no digo otra cosa más que estabilización por lo siguiente: porque vemos efectivamente que ante la irrupción del goce del Otro el fenómeno psicosomático es una respuesta estabilizante que intenta anudar pero es una respuesta estabilizante, es decir que el fenómeno psicosomático no tiene la eficacia de lograr un anudamiento en el mismo punto en donde se produce el desanudamiento. Anuda o intenta anudar en otro lugar, porque si alcanzara con el fenómeno psicosomático, el sujeto no tendría toda esa serie de trastornos y toda esa necesidad de una suerte de "práctica obsesiva de la escritura". Y esto es porque efectivamente no alcanza, y ya que hay un momento donde se produce un giro en el trabajo que realiza María Eugenia, cuando empieza a poner en juego la cuestión respecto a Dios y la Biblia porque el paciente localiza muy bien el momento del desencadenamiento, dice que es cuando se quiso acercar a Dios. Cuando se quiso acercar a Dios dice: "me explica que hace unos años empezó todo a partir de la iniciativa que tomó de conocer a Dios, desde ese momento anota, tiene que anotar todo para no olvidarse". O sea que en ese momento, no es que no fuera una psicosis, efectivamente había una psicosis estabilizada gracias al fenómeno psicosomático, es en ese momento hace unos años, porque el fenómeno psicosomático es anterior a eso, el fenómeno psicosomático ya venía a estabilizar la estructura, pero es hace unos años cuando aparece una iniciativa de conocer a Dios. Sabemos que la iniciativa en el caso de la psicosis no es del sujeto sino del Otro. Por lo tanto la iniciativa de conocer a Dios es una respuesta del sujeto a la iniciativa del Otro. Es una respuesta a la iniciativa del goce del Otro y el sujeto responde tratando ya de hacer un tratamiento, un intento de tratamiento delirante de esa iniciativa del Otro bajo la forma de la religión.

Tenemos primero la estabilización a nivel del fenómeno psicosomático, que no alcanza porque hay una irrupción de la iniciativa del Otro, la respuesta primera del sujeto es ir a conocer a Dios, pero el ir a conocer a Dios ya es una respuesta, ya es un tratamiento, un autotratamiento por parte del sujeto de la intrusión del Otro y efectivamente el conocer a Dios tampoco alcanza. ¿Por qué no alcanza? Porque este es un sujeto que se dedica a anotar todo, que son intentos, que parecieran los intentos yoicos del obsesivo para controlar las irrupciones de goce. No se trata de una neurosis obsesiva, por eso tiene ese matiz bizarro el anotar. Los obsesivos pueden fenoménicamente parecer tan locos como este sujeto, pero como los obsesivos tienen una relación muy importante con la imagen, la compostura de la imagen, y están todo el tiempo tratando de sostener una imagen completa porque creen que es lo que le falta al otro y con la imagen pueden completar al Otro, no tiene estas características, lo ocultan, especialmente detrás del traje, la corbata y el buen peinado... Y efectivamente no alcanza la cuestión de Dios y aparecen estos elementos sintomáticos en el campo de la psicosis, para hacer un tratamiento de la irrupción de goce.

En el punto "Conducir hacia un nuevo trabajo. Apertura a otros temas" dice que a partir de los dieciocho años no contó más los años, cuando terminó quinto año... es interesante porque vamos localizando los diferentes momentos de desencadenamiento, uno tiene la idea de que el desencadenamiento es de una vez y para siempre, y en verdad uno puede ubicar a lo largo de la historia de un paciente psicótico los pequeños momentos de desencadenamiento que a veces pasan desapercibidos para el otro, tres semanas encerrado en la pieza, acostado, o ciertos momentos de una experiencia inefable, absolutamente contingente, que queda ahí para el sujeto y nadie los registra, y son desencadenamientos. Aquí él dice lo siguiente:

"Ya estaba con el tema de Dios, e hizo el siguiente razonamiento: "Dios es amor, canta el apóstol Juan", y en un viaje se acordó de eso. "Un día algo me dijo que tenía que proteger a los chicos, no sé por qué me lo creía, estaba como atento, estaba acelerado mentalmente."

Esto es interesante porque el razonamiento "Dios es amor, canta el apóstol Juan" es una experiencia inefable. Porque ¿eso qué es? Es eso. Es una experiencia inefable. No se desliza, no se metaforiza, no se desplaza, ni siquiera hay significado delirante de eso. "Un día algo me dijo que tenía que proteger a los chicos, no sé por qué me lo creía ". Fíjense que cuando algo le dice a él que tiene que proteger a los chicos estaban dadas las condiciones para que con esto él pudiera armar un delirio sistematizado, en el campo de la paranoia. Podríamos decir es como un primer paso en donde si se tratara de una psicosis paranoica tendríamos los elementos como para que el sujeto pudiera armar un delirio sistematizado, con él como un nuevo salvador, y hacer de esa construcción delirante la misión en su existencia y efectivamente con eso ya no iba a necesitar ni de la escritura, ni de las anotaciones, y hubiera alcanzado para armar un delirio sistematizado como un tratamiento simbólico de lo Real.

Porque sabemos que ante la irrupción real de goce en la psicosis hay tres tipos de tratamiento: el simbólico, es el delirio; el imaginario que se juega en las realizaciones plásticas, artísticas, y el tratamiento real en lo real que es con las amputaciones. Ya sea la oreja de Van Gogh, o sean las amputaciones peneanas de los transexuales. Ahí hay un debate muy importante. Vemos cómo eso fracasa porque él dice "no sé por qué me lo creía". Parece la frase de un neurótico pero se trata de un paciente psicótico, quiere decir que su estructura psicótica no es paranoica, porque si fuera una estructura psicótica paranoica, con eso no sólo hubiera creído sino que hubiera tenido certeza. Bueno, no hay certeza y lo que hay son trastornos corporales.

Entonces nos encontramos con que hay retorno de goce al cuerpo bajo el modo de la estabilización del fenómeno psicosomático pero también los otros modos de retorno de goce al cuerpo bajo las modalidades de temblores, etc. en un sujeto que no alcanza a producir un delirio sistematizado y alojar el goce en el Otro como perseguidor, no tenemos una paranoia, tenemos un sujeto con un problema de constitución del semejante, por eso se pone en espejo, está todavía en el transitivismo, es un problema a nivel de la institución del semejante, del otro con minúscula a nivel de la estructura, y por eso para buscar trabajo copia el curriculum del primo. Entonces nos encontramos, parece ser, con una psicosis esquizofrénica. Una psicosis esquizofrénica estabilizada en principio por el fenómeno psicosomático, y el trabajo que él empieza a realizar con María Eugenia, fundamentalmente a partir de la cuestión religiosa y todo lo que empieza a aparecer en relación a eso.

Un comentario entre paréntesis de lo que les decía en relación a los transexuales, porque tenemos que pensar ciertas cuestiones. Ustedes saben que Lacán se ha referido a que en el caso del transexualismo nos encontramos con el campo de la psicosis y los transexuales serían todos psicóticos estabilizados mediante la amputación real, como una castración real, y que esto estabiliza el empuje a la mujer. Ellos se presentan diciendo "ahora soy mujer" como si se pudiera lograr, como si hubiera una identidad "mujer, pero en realidad ellos llaman "mujer" a lo que es "madre", se estabilizan en tanto madres. Y con la misma formulación Lacán va a pensar el transexualismo en el campo de la perversión. El transexual opera con la sorpresa para dividir al otro, donde el otro piensa que se va a encontrar ahí con una falta y se encuentra con algo, y esto con lo que se encuentra divide al otro en la angustia. Pero me parece que habría que realizar un trabajo de cierta actualización de estas formulaciones tan radicales de Lacán a la altura de nuestra época, y las nuevas condiciones que la época como tal, llamada "de la inexistencia del Otro" o "de la decadencia de la imago paterna", cuáles son los modos de presentación de esto. Porque yo no podría asegurar bajo ningún punto de vista que todos los travestis son perversos. En principio porque mucha gente que concurre a los travestis no se lleva ninguna sorpresa, sabe de qué se trata, no está en juego el engaño. A su vez toda la cuestión de los temores en torno a la circulación de los travestis, no sé temores de qué porque es muy claro, si a un travesti uno no le paga, no le hace nada y en los transexuales habría que abrir la cuestión de si podemos establecer un Universal. En principio parecería que sí pero este es un punto muy complicado porque hay un empuje de la ciencia actual, articulada a la tecnología, que se presenta como que podría resolver el problema de identidad. Como si eso pudiera ser resuelto, como si se pudiera saber qué es una mujer, qué es un hombre. Porque no hay "identidad mujer" ni tampoco "identidad hombre", no existe eso. Hay identificaciones y posiciones respecto al goce. La ciencia articulada a la tecnología y a la ley de mercado se presenta como lo que podría dar identidad, entonces podemos encontrarnos con situaciones bastante desgraciadas de neuróticos, en la histeria es muy fácil que esto pueda ocurrir, ofreciéndose a ese Otro científico-tecnológico de la ley del mercado, ofrecer su cuerpo para lograr la identidad. Porque sabemos que las condiciones propias de la actualidad son condiciones que generan las posibilidades del rechazo del Inconsciente. Entonces tenemos rechazo del Inconsciente mas la ciencia que se presenta como pudiendo dar respuesta a la cuestión de la identidad, no se necesita de un psicoanálisis para desplegar la pregunta sino que uno recurre a la ciencia que da una certidumbre, y se resuelve de ese modo. Y las consecuencias son terribles.

Queda claro que en el paciente de María Eugenia yo me inclino a pensar que se trata de una psicosis esquizofrénica, con retornos del goce al cuerpo, y los intentos del sujeto vía el fenómeno psicosomático, vía la escritura, vía la religión, como intentos de estabilizar su posición. Y finalmente María Eugenia dice "propongo pensar que el fenómeno psicosomático anudaría lo que, por ausencia del padre como cuarto en el marco de la clínica de los nudos, estaría desanudado". Se trata de una estabilización vía el fenómeno psicosmático, pero que tampoco es suficiente... (fin de la cinta)

... entonces "entre el cuerpo y la escritura la instalación de un tratamiento posible". Probablemente el tratamiento posible venga articulado a la cuestión religiosa. Después de todo, disculpen si cometo alguna falta de respeto, vemos testigos de Jehová, etc., y diferentes sectas, incluso esa secta mayor llamada Iglesia Católica, que dan un alojamiento a la psicosis, y funcionan en la vida, lo digo con todo el respeto.

Hay un texto muy interesante de una mesa redonda sobre psicosomática que está publicado en el Volumen IV de Estudios sobre Psicosomática, que se llama "Hacia una clínica lacaniana del fenómeno psicosomático" que es una compilación realizada por Vera Gorali , es una mesa redonda en donde participan varios analistas y uno de ellos es un analista argentino muy querido, fallecido hace poco tiempo, que es Javier Aramburu, que dice lo siguiente: "En la histeria el cuerpo es para el Otro, uno se hace cuerpo para el otro pero para el otro del significante, para el otro paterno. Pero el cuerpo en el fenómeno psicosomático no es un cuerpo para el otro del significante, no es un cuerpo que se hace para el otro de significantes, entonces no me parece que se podría pensar al fenómeno psicosomático como una letra en tanto no hay este fenómeno de transposición." (El mecanismo de transposición freudiano que está en la carta 52) Entonces podríamos pensar que el fenómeno psicosomático, más que una hendidura es una sutura, pero una sutura sin simulacros porque hay una falla en la anamorfosis y en el mimetismo del espejo precisamente. Tenemos dos cosas para trabajar ahí. Tenemos el problema de la no-constitución del pequeño otro, del alter ego, el semejante, pero también tenemos la presencia de esto por el fenómeno psicosomático mismo, que a un nivel es una imaginarización de lo simbólico, entonces como imaginarización queda solo imaginario real, sin la posibilidad de que esto se pueda leer como síntoma.

"El fenómeno psicosomático aparece allí en donde se juega la relación entre cuerpo real y cuerpo imaginario, es decir entre lo Real y lo Imaginario. Hay un anudamiento entre estos dos que es una falla respecto del nudo borromeo. El tercero, lo simbólico, puede quedar libre o puede ser anudado, es decir otra falla con la suplencia. La suplencia lo que hace es anudar lo simbólico a esos otros dos, pero no modifica el hecho que estos dos estén anudados previamente. Hay fenómenos psicosomáticos cuya aparición desencadena una psicosis, hay fenómenos psicosomáticos en una psicosis que la estabilizan." Esto es muy importante a tener en cuenta porque podemos encontrar fenómenos psicosomáticos en una estructura psicótica pero también en una estructura neurótica. Entonces en una estructura neurótica también da cuenta de un punto forclusivo, pero ocupa un lugar distinto al que podría ocupar en una estructura psicótica donde puede ser un punto de basta eficaz para la estabilización de un sujeto de estructura psicótica, no precisamente en este caso porque no alcanza, pero sí en otros casos. Pero también lo podemos encontrar en una estructura neurótica en donde tenemos efectivamente todo el otro escenario, represión - retorno de lo reprimido, toda la dimensión sintomática, pero un punto donde encontramos los significantes coagulados, S1 y S2, que en la medida en que son significantes coagulados sin el vacío en el medio, efectivamente no hay representación del sujeto, porque esto es una cuestión fundamental, cuando ubicamos S1 - silencio- S2 ahí sí podemos localizar a un sujeto, representado entre los significantes. Pero si son dos significantes pegados, holofraseados, no hay representación del sujeto. Para que un sujeto se pueda representar tiene que haber, entre un significante y otro, un espacio vacío. Para que haya melodía y armonía musical necesitamos que entre dos notas haya un silencio, si están el Do y el Re pegados no hay armonía sino ruido. En ese espacio vacío es donde se representa el sujeto, en el fenómeno psicosomático no hay representación del sujeto. Y lo podemos encontrar efectivamente en la estructura neurótica.

Coordinadora: Vamos a abrir el espacio a preguntas.

Participante: sobre el trabajo de María Eugenia hay un punto que me parece muy interesante porque permite abrir la pregunta acerca del lugar del analista en el trabajo con la psicosis. Y teniendo cuenta lo que planteabas, Osvaldo, sobre la estructura de este sujeto, me pregunto si lo que María Eugenia plantea como la presencia del analista restando no se puede pensar ahí de alguna manera como al analista ocupando el lugar de objeto que condensaría el goce.

Lic. María Eugenia Cora: sí, me parece que lo planteaba en esa línea, porque sino "presencia" funcionaría justamente al revés, y no se trata de agregar sino de permitir un menos en ese punto. Me parece que sí.

Lic. Osvaldo Delgado: Quería leerles algo. En principio les quería leer las referencias freudianas que anticipan los desarrollos de Lacán sobre el fenómeno psicosomático. Son todas del tomo III de Amorrortu, Pág. 58 y 59, 81 y 82, del texto "Las neuropsicosis de defensa"; Pág. 108 y 109, 113 y 114, del texto "Sobre la justificación de separar de la neurastenia un determinado síndrome en calidad de neurosis de angustia"; Pág.125 del texto "A propósito de las críticas a las neurosis de angustia"; pag. 261, 262 y 263 de "La sexualidad en la etiología de las neurosis". Para trabajar locura histérica, además del texto de Maleval hay un texto de Freud, "Un caso de paranoia contrario a la teoría psicoanalítica", es un caso de locura histérica con un rasgo paranoide. Y la referencia fundamental para la proyección histérica es en el texto de Freud sobre Schreber, cuando habla del mecanismo paranoico se va a referir a dos modos de proyección: la proyección de la psicosis paranoica y la proyección oniroide muy propia en la histeria, donde es una modalidad del retorno de lo reprimido en forma proyectiva.

Y tomando ahora la pregunta de Paula Contreras efectivamente ahí el analista viene al lugar de objeto condensador de goce, porque el analista como objeto condensador de goce, gracias a esa posición, y la verdad que María Eugenia la realiza muy bien, hace que cada sesión sea un artificio de castración. No es que injertamos la castración, porque es imposible. Pero en la medida en que el analista funcione, tal como Paula Contreras lo ubicaba, como objeto condensador del goce, va a ser posible que cada sesión sea para el sujeto la creación de un artificio de castración. Es un NO a la irrupción de goce, y hace de punto de basta porque si uno quiere recorrer toda la obra de Freud y toda la obra de Lacán respecto a la cuestión del padre, lo puede hacer con una sola cosa: todo lo que Freud y Lacán dicen sobre la cuestión del padre se resume en la palabra NO. Es NO al goce que fuera necesario que no lo sea, es un NO que puede aparecer bajo la forma de la prohibición paterna al Complejo de Edipo, bajo la Metáfora Paterna, va a aparecer de diferentes modos, pero todos los diferentes modos en realidad son un NO a la irrupción de goce. Un goce tiene que quedar siempre situado como imposible, es el NO que se relaciona con la necesariedad de un goce que sea situado como imposible. Cuestión fundamental de nuestra época ya que tiene las características de que se hacen posibles goces que sería necesario que no lo fueran. Las masacres, la guerra por televisión, un muchacho palestino que lleno de bombas se mete en un restaurante en Israel y masacra a mujeres, ancianos, niños, hombres, no es un objetivo militar, y la respuesta de Israel que sepulta vivos a los pobladores palestinos, porque también esto hay que saberlo, hacen tumbas y los sepultan vivos. Esta es la práctica del ejercito israelí.

Coordinadora: Les agradecemos a todos su presencia.

Volver al sumario del número 5

PsicoMundo - La red psi en Internet