Volver al sumario de La Salamandra 1 Cotidianeidad, identidad cultural y política en jóvenes de un barrio urbano del Gran Buenos Aires
Adrián Esteban Zahon

Viene de ...

 

CAPITULO VII

 

A ) Política e identidad

A lo largo de este capítulo expondremos los ámbitos y las prácticas políticas del barrio en el contexto de la vida diaria. Aspectos contemplados en base a dos nociones generales de lo que implica lo ‘‘ político ’’ a nivel social. Cuestión por la que citaremos nuevamente a Lechner en razón de dos nociones secundarias ( puesto que no son centrales para nosotros pero que igual resultan conceptos de análisis

aplicables ), de las que no hicimos mención en el capítulo II. Una apunta a considerar lo político: ‘‘ ... como la construcción de acciones recíprocas de los sujetos como núcleo central de la práctica política ’’ ( Lechner,N.,1981: 26 ); y otra que afirma: ‘‘... lo político como acción instrumental que apunta a determinado objetivo según un cálculo de medios y fines ’’ ( Lechner, N.,1981:25 ). 23

A 1 ) Historia política del barrio

Hemos tratado en gran parte del trabajo, el desarrollo de múltiples relaciones sociales que conforman aspectos organizativos de lo que teorizamos en tanto cultural. No profundizamos sobre los escenarios políticos del barrio. La reconstrucción de la historia política del barrio permite precisar los ámbitos para su expresión, y aún más, los particulariza.

Postulamos en un principio que junto al nacimiento del barrio surgía en el año 1955 la Sociedad de Fomento. Más allá de delimitar con certeza los motivos de su aparición, esta asociación intermedia instauró, invariablemente hasta el presente e incluidos los regímenes militares, como aspecto fundamental, un contexto tradicional en la práctica política. A partir de varias entrevistas con autoridades de la Sociedad de Fomento, algunos de ellos partícipes de su génesis, observamos un patrón a lo largo de las décadas de actividad.

Antes de comenzar con esta idea, queremos hacer mención brevemente del funcionamiento administrativo. Primeramente la Sociedad se halla excenta de pagar algunos impuestos y otros en porcentajes ínfimos, amparada legalmente bajo leyes de orden nacional que así lo disponen. La sociedad consta de una comisión directiva conformada por doce miembros, estructurada jerárquicamente de la siguiente manera: un presidente, un vicepresidente y el resto vocales; integrantes que viven en su totalidad en el contexto barrial. Las dos autoridades superiores ( presidente y vice ) se renuevan cada cuatro años y surgen únicamente de entre los miembros de la comisión, aunque pueden ser reelegidos. La comisión se rige por la misma forma temporal de cambio, con la diferencia que las nuevas incorporaciones provienen de individuos del barrio interesados en participar y de acuerdo a la demanda de ofertantes a los cargos, se pactan las salidas, generalmente voluntarias, de los miembros salientes que así lo decidan. La comisión tiene reuniones quincenales en las que analizan cuestiones referidas al desenvolvimiento organizativo de la Sociedad. También convocan a asambleas trimestrales con el objetivo de realizar balances sobre el estado económico, producto de los egresos e ingresos monetarios. Esta divide sus actividades de desarrollo hacia tres áreas, de las que participan las máximas autoridades, y por lo que son cuatro las personas dedicadas a cada tarea, a saber: política y servicios, deporte y cultura. Los ingresos económicos provienen de la cuota mensual que cobran a los socios, del alquiler del bufet y del salón central. Los egresos tienen origen principalmente en los gastos de mantenimiento del edificio.

La Sociedad de Fomento canalizó las demandas del barrio hacia la búsqueda de un objetivo, que en ocasiones la transformó en emprendedora de ese fin, que con su consumación solucionara determinada problemática generalmente de carácter infraestructural. La factibilidad, su desarrollo y la elección de la prioridad del problema, de estas acciones preestablece, y esto es lo interesante, un camino previo que se inicia en el espacio del reconocimiento recíproco de la comunidad. La comisión directiva, conforme a un arco de pedidos presentados por los habitantes, en sus sesiones ordinarias y contando con la presencia de los vecinos, decide y discute conjuntamente con ellos, entorno a la opción más viables en cuanto necesaria, de las propuestas para, a su vez exponerla frente a las autoridades municipales. La comisión media entre el barrio y la municipalidad. Sin embargo, cuando los reclamos no tienen repercusión municipal, la propia comisión encabeza la posible resolución de los requerimientos, recaudando para ello los fondos a través de iniciativas como festivales. Por estas dos vías, progresivamente lograron asfaltar un gran número de calles ( no todas ), obtener luz eléctrica en las calles, sistemas de cloacas, limpieza de lotes baldíos. La Sociedad de Fomento fue un espacio en el que se inscribió una parte del desarrollo de la vida diaria. Lo que significó históricamente, a nuestro entender, un terreno propicio para el desarrollo del debate político. Reuniones entre vecinos unificadas bajo discusiones sobre la coyuntura del país y en donde asomaba el espectro de posturas, en defensa de una posible posición ligada a fundamentos que respondían a un partido, al gobierno o al movimiento sindical.

Podemos hablar de otro ámbito de expresión política del barrio: las unidades partidarias. Estas tuvieron períodos de localización en el barrio, coincidentemente con las épocas democráticas. Tales ámbitos ubicados en viejos salones de alquiler, albergaban a los afiliados del partido que lo montaba, excluyentemente en este caso del justicialismo. Su función giraba en relación a debates sobre cuestiones estrictamente del partido, proyectos políticos a nivel nacional y sus implicancias en la vida diaria de la comunidad, además paralelamente, y en una similar dirección al de la Sociedad de Fomento, la unidad partidaria vehiculizó reclamos vecinales asumiendo la posibilidad de concreción de los mismos.

El panorama político al que asistimos en el transcurso de nuestro trabajo describe, para el caso de la Sociedad de Fomento un parecido en la función a la descripta, en cuanto mediadora de las necesidades vecinales ante la municipalidad pero despolitizada en tanto ámbito de discusión política. Observamos cotidianamente un bajo perfil en lo que respecta al debate político sobre temas coyunturales, superados por otras actividades más atrayentes para los grupos y entremezclándose aisladamente las discusiones o el interés temático sobre las mismas, como el juego de cartas o la simple reunión recreativa. Si bien las autoridades son elegidas bajo los mismos estatutos, les resulta difícil a la hora de renovar la comisión directiva reunir voluntarios por lo que las autoridades se perpetúan en sus cargos ( el presidente y el vice llevan doce años de continuidad en sus puestos ); las asambleas quincenales se suspenden por falta del cincuenta por ciento más uno de los miembros ( como indican los reglamentos administrativos de la Sociedad ) para comenzar, una similar situación se presenta para las asambleas que implican balances económicos. Las reuniones entre vecinos y los componentes de la comisión, que tienen como objetivo resolver problemáticas del barrio no poseen participación masiva aunque las consideran de importancia vecinal, como lo demostró una asamblea a la que concurrimos y en la que se debía laborar una carta documento para elevar a la municipalidad por falta de seguridad en la zona. Por todo lo afirmado podemos decir que la Sociedad queda confinada al accionar de una secretaría, la de servicios, con programas dirigidos principalmente a sus asociados jubilados, aunque circunstancialmente orienten la atención hacia otros grupos, como por ejemplo cuando cedieron un juego de camisetas y los remedios necesarios para que los jóvenes participen del campeonato de fútbol, aceptando también la comisión directiva, que ese equipo represente a la Sociedad con su nombre. Estos parámetros que establecen un estado presente de la situación política, fueron el producto, al igual que en la primera parte, de entrevistas con los miembros de la comisión directiva y además de la observación de las conductas desarrolladas dentro del espacio de la Sociedad. Los primeros manifestaron comparativamente, al actual proceso de desmotivación política que perciben como floreciente hacia 1985 pero latente también en los años de la última dictadura, con respecto al de fluída movilización y participación vecinal que consideran en el tramo que va desde el surgimiento de la Sociedad hasta los primeros años de la dictadura.

A partir de un relevamiento en relación a las unidades partidarias, confirmamos su ausencia. Conversando con los vecinos, estos recordaron que los años 1985 y 1986 fueron los últimos en que algún partido político instaló un comité en el barrio, siendo concretamente estas filiales, como ya mencionamos, del justicialismo.

En las prácticas de orden político que acabamos de mencionar intervinieron actores excluyentes. Indirectamente, pues nos remitimos a las crónicas reunidas, podemos advertir que los padres ( en una época jóvenes que se incorporaron tomando parte de estos ámbitos políticos ) estuvieron íntimamente conectados como columnas vertebrales en el desarrollo pasado y en su continuidad, y que actualmente se expresan dominantes, mas allá de su repliegue en la práctica, en el ejercicio político de tales espacios y más precisamente en la Sociedad. Los jóvenes se encuentran marginados de la comisión directiva de la Sociedad, ninguno se halla incorporado a ese plantel; y además por una cuestión de edad, inasistentes como personas de incumbencia en lo que denominamos unidad partidaria ( idea que luego ampliaremos ).

Es importante destacar la manera en que los padres y abuelos legitiman y valorizan la actividad de los políticos y delimitan lo político, terreno que conceptualizan en tanto que abarca las relaciones que tienen que ver con el perfil democrático: los partidos, el congreso; o las determinaciones de estado, municipales, gubernamentales,etc.

Por último aludiremos a un nivel diferente. Hasta el momento fijamos la atención en el curso de los ámbitos políticos barriales y no de las políticas emplementadas por el gobierno nacional, provincial o municipal. Establecimos brevemente que cualquier tipo de planes originados en este orden no tuvieron como destinatario al barrio durante nuestro trabajo, principalmente en lo referente a la visibilidad política que significan las obras públicas. Solamente y en forma indirecta se manifestó una relación a través de circulares envíadas en su mayoría por la Municipalidad a la Sociedad, y que eran expuestas por directivos de la comisión en el pizarrón de actividades, invitando a cursos a actos conmemorativos.

 

B ) Los jóvenes y la política

¿ Qué significa la política para los jóvenes ?. El concepto se constuye en la medida en que su práctica política se hace, y no existe práctica política-institucional sino un desarrollo de la subjetividad de lo que es político que se encuentra mediada por una amplitud de relaciones circunscripta a los jóvenes y que se manifiesta en el campo cotidiano.

Afirmación que tiene vinculación con lo empírico. Sistemáticamente realizamos consultas a la totalidad de los jóvenes en relación a varios aspectos.

Un primer nivel centrado alrededor de la consideración del concepto de lo político. Ante una pregunta de carácter único la respuesta, aunque de tono variado, también tuvo un sólo eje de orden. El argumento que surge ante todo por parte de los jóvenes, exponía en especial una fuerte impugnación a las funciones ejercidas en los ámbitos relacionados con el Estado( Municipal, Provincial, Diputados ), y por ende a las figuras emblemáticas de tales contextos: los políticos. Impugnación unida a dos motivos, estrechamente relacionados, por un lado, descreer de la representatividad de los políticos, especialmente de los elegidos por sufragio, significando el voto un acto meramente trivial. Y por otro, entender que la razón y finalidad última del ser del político, es el enriquecimiento personal y su impunidad. Afirmaciones como las siguientes se relacionan con esta noción:

‘‘... la política no me interesa por que los políticos la usan para robar y les preocupa muy poco la gente...’’ ( D. de 20 años ).

‘‘... de todos los que tengo conocimiento que trabajan en política ninguno de ellos la pasa mal, viven cómodamente, comen en restaurants, tienen autos, etc...’’ ( M. de 25 años ).

‘‘... a que político se le puede probar que anda en algo ilegal o es corrupto, si sus compadres son iguales y las amistades que poseen van desde comisarios hasta jueces...’’ ( L. de 18 años ).

‘‘... el tema es así para mí, yo, cuando voto lo hago por unas personas que no se quienes son ni ellos saben quien soy yo, donde vivo, como vivo; esto les da pie para después de ganar una elección, en que miren más donde va su ganancia que hacia las personas...’’ ( H. de 19 años ).

‘‘...los políticos hablan y hablan de lo que harán por la gente pero no dicen que si son elegidos van a cobrar un sueldo alto por hacer algo por la gente...’’ ( G. de 20 años ).

‘‘... la mayoría de los políticos prometen, pero muy poco es lo que cumplen o se olvidan de lo que prometieron...’’ ( S. de 24 años ).

Diferenciando los niveles de la política, de la percepción de los políticos y sus actores, pasamos ahora a la experiencia y práctica política en los jóvenes; tiempos de militancia partidaria, sindical o estudiantil. Indagando este tema entre los jóvenes, los mismos manifestaron en su generalidad no tener experiencia participativa alguna en las organizaciones políticas nombradas. Fundamentos que tienen sus razones, más allá de que cada joven tiene conocimiento de estas esferas a partir de su trabajo, de su condición de estudiante y de su cotidianeidad y de que ha recurrido por diferentes circunstancias a alguno de ellos; por conexión y relación a la anterior idea de la desacreditación de lo político. Aunque refieren para este caso al contexto de relaciones que encuadran lo político; las que los jóvenes entienden como turbias, viciadas de asociaciones espurias con el tráfico de drogas, con las ‘‘ coimas ’’etc, y ligadas a la insolidaridad. Un argumento común resulta el siguiente:

‘‘... la política es sucia por que por la misma pasa por el poder, tenés que transar con este, con áquel, con el otro, para llegar a sobrevivir allí...’’ ( M. de 25 años ).

En resumen, la visión de los jóvenes se enmarca dentro de ‘‘...un proceso de politización de la vida cotidiana que desestructura desde abajo la institucionalidad política y, por ende, los actores consagrados ’’ ( Nun, J., 1982: 18). La generación que antecede a los jóvenes transita por el mismo movimiento, la diferencia se establece, como trataremos de exponer, sobre la concepción de los actores políticos tradicionales.

B 2 ) Los jóvenes y sus canales de expresión

La idea que despunta a la propuesta surgió de la lectura de Alberto Silva. Puntualmente, del tratamiento que realiza de una forma de producción estética que emerge en la ciudad y que grafica un modo de expresión de denuncia o protesta: los graffitis. El autor los define como: ‘‘... el lugar de mestizaje de la iconografía popular y la imaginería política de los universitarios ’’ ( Silva, A.,1985:45 ).

La pared lateral de edificio de la Sociedad de Fomento aparece escrita con numerosos graffitis, que incluyen frases, dibujos y palabras aisladas, elaboradas por los jóvenes. Diseminados arbitrariamente, responden a múltiples significados que entremezclan los aspectos desarrollados. En menor proporción, consignas de tono político como frases que dicen: ‘‘ Menem buchón ’’ o ‘‘ policía asesina ’’. En mayor medida adagios y dibujos alusivos a: A) la drogas, por ejemplo: ‘‘ la droga es un viaje de ida, bajate que somos muchos y queda poca ’’ o ‘‘ viva el faso ’’, ( en referencia a la marihuana ) complementados con figuras de una persona fumando marihuana o una hoja de la misma; B) el fútbol, como: ‘‘ dale Quilmes ’’, ‘‘ Morón botón ’’,

‘‘ Boca sos cagón ’’ o ‘‘ dale San Martín ’’ ( el equipo formado por los jóvenes ), pintadas con el escudo del club o sus iniciales, el dibujo de un arco, figura que la usan para jugar al fútbol; C) al grupo, principalmente escribiendo los nombres o los sobrenombres y caricaturizando la cara o el cuerpo de los jóvenes.

En idéntico camino, aunque en distinto plano, reparamos nuestra atención en la composición de poesías de carácter individual o como parte de letras de la banda musical integrada por los jóvenes; que abordan similares motivos a los de los graffitis. Accedimos a tales producciones en forma oral y no escrita, por lo que su reproducción resulta dificultosa.

 

C ) ¿ Prácticas sociales = Movimientos sociales ?

En relación al conjunto de análisis realizados surge la siguiente pregunta genérica:

¿ Cómo se puede caracterizar el proceso de constitución de culturales que van más allá del sistema político hegemónico, dominante ?

En este último punto de nuestra tésis, interesa responder a este interrogante en lo que respecta al caso analizado. Para establecer un estado evaluativo sobre la dirección, orientación y el sentido de la formación de la identidad cultural entre los jóvenes en tanto práctica colectiva, es necesario primeramente mencionar la situación social en la que se inserta. De manera específica y a modo de síntesis de lo ya trabajado, destacamos coyunturalmente dos variables: el nivel económico y el político. El primero, centralizado bajo un proyecto político-social-económico tecnocrático que estructura un nuevo modelo de acumulación en el que el capital privado tiene un papel fundamental por sobre el Estado. Las consecuencias de este modelo son bien resumidas por Calderón:

‘‘... aumento del desempleo, bajos niveles de salario, disminución de políticas de bienestar social, fuertes déficits fiscales, exportación de capitales, desregulación del mercado, porcentajes negativos de productividad industrial, disminución de la calidad de vida ’’ ( Calderón, F., 1987:5 ).

El nivel político, lo podemos sintetizar como un momento de cuestionamiento hacia la representación social de los ámbitos institucionales de la política partidaria o Estatal.

De acuerdo a estas afirmaciones, definimos a este período de la vida política y social como de crisis, de transición ante la consolidación de un programa económico-político. A partir de su desarrollo han surgido una heterogeneidad de cuestionamientos al sistema social. Conflictos, indicadores de la crisis, que abarcan reclamos que van desde una convocatoria para rechazar la impunidad de un gobierno político como en el caso de Maria Soledad, o la protesta de los obreros de Somisa y Entel en contra de las privatizaciones de estas empresas del Estado. Ejemplos que se diferencian en su formación y desarrollo por el tipo de lugar desde el que se organizaron, los habitantes de una ciudad en el caso María Soledad o un espacio político para el caso de los reclamos de los obreros puestos que los respectivos sindicatos fueron quienes coordinaron las huelgas.

Si tomamos los argumentos planteados por numerosos autores, Calderón Gutierrez

( 1985 ), Elzabeth Jelin ( 1984 ), Sergio Zermeño ( 1985 ), Tilman Evers ( 1984 ), Jaime Pastor (1993 ), Claus Offe ( 1992 ), se puede hipotéticamente explicar como movimientos sociales a este tipo de prácticas colectivas. Sin embargo, debemos decir que la definición teórica de movimientos sociales ha sido desarrollada y aplicada con mas extensión y detalle a la par de estudios paradigmáticos como: el movimiento feminista, el movimiento feminista, el movimiento de derechos humanos, los movimientos ecologistas, y de ahí su comprensión. De las variadas, hemos optado por la que en términos de Claus Offe manifiesta Jaime Pastor:

‘‘...se pueden considerar movimientos sociales politicamente relevantes aquéllos que reivindican ser reconocidos como actores políticos por la comunidad amplia -- aunque sus formas de acción no disfruten de una legitimación conferida por las instituciones sociales establecidas--, y que pautan objetivos cuya consecución tendría efectos que afectarían a la sociedad en su conjunto más que al mismo grupo solamente...’’ ( Pastor, J., 1993: 8 ).

¿ Podemos enfocar como movimientos social la práctica colectiva observada en el grupo de jóvenes ?. Reservamos para la conclusión la respuesta a esta pregunta.

 

CONCLUSION

Como resultado de nuestro trabajo de investigación y en relación a los supuestos teóricos expondremos las conclusiones a las que arribamos y las cuales parten en principio de responder la pregunta del anterior apartado.

Podríamos decir en una primera aproximación que no consideramos como movimiento social a las prácticas colectivas de los jóvenes, por tres razones que para nosotros resultan centrales y que contradicen la definición expresada. Primero, no hay una explícita autoconsideración por parte de los jóvenes en tanto actores políticos y por consiguiente no reivindican ser reconocidos políticamente por la comunidad amplia. En segundo lugar, carecen de objetivos para la realización y organización de un fin o una meta cuyos efectos alteren o modifiquen a la sociedad. en tercer lugar, debemos especificar cualitativamente el significado del concepto de conflicto, como el campo abierto por la acción de los sujetos demandantes de un ‘‘ nuevo modelo ’’ de desarrollo económico y de una visión político-social del conjunto de la sociedad; como los casos de las Madres de Plaza de Mayo, o de los movimientos de toma de tierras.

Sin embargo esta afirmación nos plantea un interrogante. Por qué sin no son considerados movimientos sociales las prácticas de los jóvenes son objeto permanente de represión y de estigmatización por parte del poder. Ante la crisis de los espacios institucionales y de los modelos de socialización de los jóvenes, estos tratan de recrear espacios de socialización alternos construyendo relaciones y códigos sociales que escapen al control de lo hegemónico. Podríamos decir que son prácticas contrahegemónicas en tanto el sistema no logra incorporarlos a su lógica de poder, de todos modos existen formas en las que son reprimidos: rechazando sus visiones y significaciones simbólicas, mediante la represión policial, o mediante los sistemas de clientelización que le propone el circuito de tráfico de drogas. Este es el punto central de nuestra conclusión, y tiene que ver con la relación entre la construcción de un espacio potencialmente contrahegemónico por parte de un grupo social particular y las formas o caminos de ordenamiento de esas prácticas dentro de la lógica del sistema de poder hegemónico.

Ahora bien, creemos que el proceso de identificación se inserta bajo una instancia de lucha ‘‘ por el control colectivo del tiempo, del espacio, de las relaciones en la vida cotidiana y de rechazo ante la fragmentación social’’ ( Lechner, N., 1981:21 ) . El conflicto se halla presente aunque ‘‘ latente ’’, pero a diferencia de los movimientos sociales, los reclamos no son explícitos en cuanto metas o fines de un grupo hacia un ámbito institucional o no, los mismos se desenvuelven y dan cualidad desde lo cotidiano y colectivo en forma arbitraria y desorganizada, son políticamente ‘‘ irrelevantes ’’.

Por estas razones, determinamos como punto de partida más fructífero la concepción política que definimos como central, para pensar de manera explicativa y evaluativa el camino en que se politiza la vida cotidiana en un grupo etario particular dentro de un contexto singular como el barrio.

Destacamos en relación a esta idea, por ser importantes en su conjunto más allá de lo diferentes que resulten, los parámetros que desarrollamos en la formación del proceso de identificación entre los jóvenes. A través de su manifestación continua e interrelacionada, advertimos que organizan un ordenamiento en la vida del grupo modelando lo colectivo y sus límites. La expresión de cada acto, desde el fútbol,las drogas, etc, que involucra a todos los jóvenes, recrea el sentimiento hacia lo colectivo y el hecho de formar parte de esa colectividad. Por lo que notamos que sobre estos aspectos la convivencia para los jóvenes alcanza un grado de significatividad.

La consideración de lo colectivo implica también un punto que percibimos como central a partir de lo expuesto. Las características constitutivas de lo colectivo, no sólo afirma la pertenencia, sino que marcan la continuidad de la vida de cada joven. Continuidad referida a este orden, con el pasado y el presente, con el espacio del barrio, con la condición de joven, con la situación de vida, con ellos mismos.

La valoración de lo colectivo esta relacionado también con la ruptura de ciertas relaciones sociales de contención a partir de la construcción de redes sociales. La familia, la escuela, los políticos, las instituciones no representan redes en donde los jóvenes puedan expresar sus vivencias, sus problemas, etc.

Lo que planteamos como dinámica del proceso de identificación se manifiesta como una expresión de la forma en que se despolitiza la vida cotidiana y en el que las prácticas sociales diarias no se desarrollan en tanto definición de lo que es la política.

Los jóvenes construyen la continuidad de sus vidas sobre lo próximo, lo cercano, lo auténtico, y niegan la sociabilidad con respecto a lo que consideran distinto, ya sea otro grupo de jóvenes, la escuela, los padres,etc. El desarrollo de las relaciones entre los jóvenes expresa las representaciones sociales del grupo y de cada uno en particular, y articula distintos sentidos y significados, como sus percepciones sobre la coyuntura económica, la desocupación, el conocimiento de la historia del barrio, las drogas, la educación. Pero además la recreación de lo colectivo implica un ámbito de opinión y discusión de temas políticos y cotidianos, de reacciones frente a formas de control social.

Lo que queda abierto como preguntas hacia el futuro son: ¿ Son los jóvenes sujetos de práctica política ?, ¿ Que es lo que define lo político ?, ¿ Este tipo de práctica colectiva soon germen de futuros movimientos sociales ?,

Notas

23 Utilizaremos las definiciones de lo político elaboradas por N. Lechner por considerarlas una síntesis de diferentes posturas teoricas. Lechner, N.: ‘’ Especificando la política ‘’. Rev. Crítica y utopía, N19, 1981.

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