Volver al sumario de La Salamandra 1 Cotidianeidad, identidad cultural y política en jóvenes de un barrio urbano del Gran Buenos Aires
Adrián Esteban Zahon

Viene de ...

 

CAPITULO V

Pensarse como jóvenes:

‘‘ Trabajes o no somos todos giles trabajadores ’’

En este capítulo ampliaremos el concepto de juventud, a partir de dos dimensiones de interés que no mencionamos en la introducción. Para ambas, tomamos como referente los trabajos de Ana Wortman. La primera aproximación se relaciona al origen, y en este caso nuestro interés tiene un objetivo teórico-histórico. La juventud como término ‘‘... se víncula históricamente a la modernidad y a la emergencia de espacios de socialización propios de este grupo etario ’’

( Wortman,A., 1993:119 ). Cambios en las estrategias de producción que modificaron la estructura y las capacidades requeridas por la sociedad ampliando sus períodos instructivos y cuantitativos, es decir, masificando centralmente a este grupo etareo en el sistema educativo, por lo que se puede notar que: "... tal expansión, a partir de los ‘50 con la consolidación del Estado de benefacción, constituye el fundamento del fenómeno denominado juventud "

( Wortman, A., Ibidem. ).

La segunda aproximación está relacionada al significado de lo cultural-juvenil que construye este proceso histórico, específicamente en la actualidad. La cultura juvenil ocupa un lugar ‘‘... en la cultura de masas, estrechamente vinculada con la industria cultural 10 y con sus potencialidades de penetración en la cotidianeidad de las personas jóvenes ’’ ( Wortman, A.,Op.Cit:120 ). En consecuencia, importa dirigir la atención al sentido y visión del ser joven en articulación a otros grupos, a los consumos culturales y otras formas de consumo, a su fragmentación y a los valores y comportamientos que se desarrollan a partir del consumo. Todos estos aspectos enmarcados en la particularidad de un ámbito urbano como es el barrio.

 

A ) Conflictos generacionales entre padres e hijos

La interpelación de los jóvenes como tales, acerca de la autoafirmación como grupo de edad en relación a otros sujetos pertenecientes a generaciones mayores o semejantes, se desarrolla cotidianamente, lo que los condiciona ( por tal cualidad ) a identificarse. Obviamente, en este barrio, no todos los jóvenes por su condición tienden a integrarse; hay razones de diferenciación, que mencionamos en los ítems anteriores enumerándolas, que interrumpen el circuito de una posible interacción total. 11 Aclaramos que el disgregamiento grupal en el barrio, a nivel jóvenes, es ambiguo, por cuanto no todo se plantea en términos de competencia absoluta, destacamos que en un mismo proceso se pueden dar puntos de contacto y a la vez de rechazo. Sobre este aspecto observamos una línea divisoria entre la generalización y la individualización hacia otros, que realizan los jóvenes. Existe un conocimiento valorativo previo encuadrado en una idea de grupo, ‘ ‘ todos los de la villa ’’ o ‘‘ de los monobloks ’’, que no es socializante, pero cuando dan paso a una experiencia personificada en base a saber la historia de vida de cierto joven, posibilita el contacto y amistad de ese joven con el grupo opuesto. El contacto se produce a nivel individuo-grupo, difícilmente entre grupo y grupo.

La condición de jóvenes construye un criterio de diferenciación hacia los padres más significativo en los criterios de identificación que con sujetos de su misma condición. 12 Al compartir un mayor tiempo de convivencia disputan cotidianamente ‘‘ valores ’’ sociales.

Observamos entre los jóvenes un conjunto de percepciones enfrentadas a las visiones e ideas de los padres, sustentadas en función de una dualidad entre pasado y presente, en los ciclos de vida. Los padres encarnan el ayer, que implica para los jóvenes una desvalorización de ciertos consejos y prácticas que ellos realizan. La vida diaria se desarrolla para los jóvenes, en los múltiples espacios que la estructuran, por el tiempo invertido en su desenvolvimiento; sea la escuela, el trabajo o la desocupación misma. Etapas que advienen en la adolescencia con una carga reflexiva del por qué y para qué de la finalidad de ellas, como nos dice un joven:

‘‘... no me gusta estudiar y tampoco me beneficia, no cambia nada. En el colegio me enseñan cosas que no me interesan pero no dejo por que tendría que trabajar y tampoco le encuentro sentido... ’’ ( M. de 17 años ).

Este tipo de reflexiones entrecruzan una idea propia de los jóvenes en sus visiones del

‘‘ futuro ’’ con los consejos viables que sustentados en la experiencia de su status, les comunican los padres. Los mismos, presentes en todas las familias, en las líneas generales encierran un fuerte concepto materialista, fundamentado en el progreso, para dejar de ser lo que circunscriben como particularidad de la familia a nivel económico o para no profundizar esa situación. Por lo tanto sobre un juicio de verticalidad, basado en la relación padre-hijo, recomiendan e indican prioritariamente hacia la individualidad de este último: poseer un estudio completo primario, ciclo básico, secundario o agotadas estas alternativas la necesidad de que trabajen. Ambas actividades, constituídas en el flujo de movilidad social, sugieren ascenso social en términos de individualismo y ‘‘ salvación ’’personal basadas en la no solidaridad. Razón que inclina a los padres a aconsejar mantener, a partir de la elección: una actitud de sacrificio constante; una maximización del esfuerzo laboral en el transcurso de la jornada, descartando cualquier sospecha de hagaranerismo; ‘‘ educación ’’ y respeto principalmente hacia la autoridad representada por el jefe en el trabajo o el maestro o profesor en la escuela; una postura ahorrativa en relación , no sólo al dinero sino también hacia el mantenimiento de la ropa, postergando el recambió de aquella vestimenta que tiene un desgaste mas continuo. Sin embargo, la mayoría de estos argumentos-conceptos son rechazados sistemáticamente entre los jóvenes en el plano solamente discursivo, en función de una resistencia que es sinónimo de rebeldía e identidad:

‘‘... yo no me banco que mi viejo constantemente me diga lo que tengo que hacer y le peleo, pero a la larga no tengo otra salida ...’’ ( L. de 18 años ).

Los jóvenes, incorporados a la estructura y estrategias económica coyunturales, asisten en carácter de adolescentes, inevitablemente ante la necesidad de costear su propia subsistencia, y por ende al imperativo de trabajar para aquellos que han dejado la escuela por diferentes motivos, o la obligación de concluir sus estudios ( para después obtener un trabajo calificado económicamente ); todo sumido en las circunstancias que imponen las necesidades económicas. Entonces la resignación, por parte de los jóvenes, esta dada por que en ambas ámbitos ( escuela y trabajo ) deben cumplir mínimamente con los estatutos referentes al disciplinamiento, la autoridad, horas extras; precisamente el contenido de los consejos expuestos de lo que es valorativo por parte de los padres hacia ellos. Resignación que es conflictiva y se manifiesta en tres niveles: no admiten en el plano familiar como única verdad las visiones de los padres; son irregulares en la continuidad y recurrentes en las renuncias a trabajos o la escuela; y la posibilidad práctica de expresar críticas, sus decepciones, la afirmación de una negación y realización de lo contrario que le imponen cuando se reunen y ejercen las pautas de convivencia mutua, al respecto:

‘‘...acá somos iguales, a pesar de la edad, cada cual jode como quiere y nadie es dueño del otro ... ’’ ( F. de 23 años ).

En el campo de los consejos de los padres, observamos otra instancia, que refiere a la pulcritud en la estética física. La construcción de la ‘‘ buena imagen ’’ a partir del equilibrio estético entre el pelo, la barba y el tipo de ropa a usar hasta la limpieza y arreglo de la vestimenta, la cual debe estar sin roturas ni desarreglos. Distante a esta recomendación y desbordando la formalidad el aspecto general de los jóvenes varía, usan aritos en las orejas, tiene el pelo largo y desprolijo, los pantalones rotos a la altura de las rodillas y las zapatillas desgastadas. Para los padres, que son las figuras principales en la construcción las relaciones de la casa, los hijos forman parte inclusiva de tal totalidad, en consecuencia surge en el seno comunicativo del barrio un temor a que relacionen la faz física del hijo en conexión a la enseñanza educativa de los progenitores:

‘‘... no quiero que mi hijo de un mal aspecto cuando sale a la calle, o al trabajo, le pido siempre que se cuide, que no piensen que no tenemos dinero o que somos dejados ...’’ ( A. padre ).

En la sociabilidad de lo que consideramos las prácticas cotidianas, nos referiremos a una serie de acciones, que desde la visión de los jóvenes, producen su calificación de absurdas pues ocupan un tiempo sin un equivalente de significatividad o de gratificación. Uno de los principales ejemplos, corresponde a la utilización del tiempo de ocio o libre, que en su mayoría se relaciona al ámbito de la casa, en las tareas que demanda su mantenimiento o en el esparcimiento, hegemonizado en tanto espectadores de la televisión. Este ‘‘ culto al hogar ’’, a la permanencia en él, lo supeditan a la edad, a la falta de objetivos por una vida consumada y sin actividades alternativas a las establecidas y producidas a lo largo de su experiencia en el pasado de hijos y en presente como padres; y que para ellos convergen alrededor de esta cuestión mencionada. Entre las propuestas menos frecuentes, que los padres llevan a cabo fuera del hogar figuran, paseos a pie en un radio cercano al lugar de residencia, reunirse entre matrimonios de vecinos en el salón de la Sociedad, participar de loterías en la Sociedad de Fomento o concurrir a misa. Cuando en la semana se repite una estructura de vida hasta convertirla en rutinaria ( con un sentido del placer y no placer, balances y satisfacciones de los padres ), se sistematiza un valor diario de horarios y puntualidades, y es esta percepción la que los jóvenes resignifican, aparte del carácter de absurdas, como negativas:

‘‘... es absurda la vida de mis viejos, mi vieja cocina y limpia todos los días; mi viejo trabaja, duerme o mira TV. Salvo que pase algo raro, te puedo decir lo que va a pasarles a ellos de antemano cada día de la semana...’’ ( C. de 20 de años ).

Otro punto divergente como constraste generacional, se halla inscripto y asociado a las prácticas y objetos, en los consumos y gustos culturales. Los géneros musicales, los espectáculos de masas y los géneros difundidos en la programación televisiva o radial forman parte de esta instancia de análisis. En otra etapa del trabajo, cuando mencionemos la fragmentación del consumo cultural entre los jóvenes como proceso identificatorio, analizaremos en particular estas expresiones a nivel del grupo, por lo que se podrá pensar en esta instancia como de cantraposición etaria. En lo que respecta a la música, los jóvenes clasifican un círculo de relaciones: por ejemplo, el tango en cuanto baile y composición musical, principalmente a nivel de la mecánica de difusión y comercialización cercano al disco de pasta o vinhilo; y en cuanto a la vestimenta, vínculada al traje y los peinados engominados en el hombre y al vestido largo hasta los pies en la mujer. Las audiciones radiales y de orden televisivo también las clasifican por códigos de lo pasado y presente, atracción de los padres hacia los films de cine nacional en blanco y negro o del ‘‘ lejano oeste ’’ o frecuencias radiales en que promocionan, además de tangos música folklórica.

En nuestras observaciones, destacamos que el intercambio menos conflictivo entre padres e hijos, pasado y presente, resultó ser el fútbol; tolerando mutuamente visiones y fanatismos ( idea que luego trataremos ).

 

B ) Condición económica e identidad

Hemos establecido el contexto laboral y escolar ( pues impone categorizaciones ) como mediadores reflexivos importantes para los jóvenes en el autoreconocimiento cualitativo de su inserción productiva-económica. Introduciendo por un lado, la categorización unificadora a todo actor social del barrio como perteneciente a una

‘‘ clase popular ’’ y por otro, identificando a un doble nivel, abarcativamente como generalidad y cualidad de jóvenes del barrio incorporados a una situación económica, e intragrupalmente identificando problemas análogos a otros grupos en cuanto límites y perspectivas posibles en materia laboral-económica.

En la introducción habíamos establecido de forma general el porcentaje de jóvenes que trabajan y además describimos por edades su desarrollo y características. Fundamentándonos en esos aspectos, observamos que el impacto de la situación laboral delínea dos matices salientes. Uno relativo a los dispositivos del trabajo formal, y el segundo, que refiere a los efectos de ese régimen laboral. Esta mención tiene por finalidad profundizar este último nivel. Para los jóvenes asalariados, el disciplinamiento impuesto por el trabajo implica un aislamiento, que incide en la necesidad de comunicarse y conversar durante el tiempo en que no trabajan con distintos sectores, especialmente sus amigos y en menor medida su familia, afirmando y reivindicando los lazos de unión y reconocimiento mutuo en términos de una situación común a la que se resisten y oponen. El período de trabajo, ese momento de aislamiento, tiene también otros puntos de análisis. Su desarrollo implica para los jóvenes tensiones, competencias e individualismos laborales, negando un marco para el desarrollo de vínculos solidarios. A nivel interno, el grupo genera formas de sociabilidad e identificación que tienen por función auxiliar o cooperar de diversas maneras a los jóvenes que lo requieran, objetivos que puntualizan, mas el nivel humano que el económico. Estas acciones contemplan: desde consentimientos o ayuda anímica ante circunstancias que vive el joven trabajador como despidos o suspensiones temporarias, búsquedas de empleos adicionales a través de lazos de amistad familiar, instancias que analizaremos en el próximo capítulo. El significado del anonimato que para los jóvenes imponen las relaciones laborales, las que entablan en tanto seres centralmente productivos; difiere tajantemente de las relaciones que se construyen en los procesos identificatorios, en los cuales cada joven personifica una historia de vida, con un nombre, un apodo, reproduciendo constantemente a nivel del conjunto esas mismas apreciaciones comparativas:

‘‘... yo trabajo en una editorial y mis compañeros no existen, si por mantener el puesto se tiene que olvidar de vos, de que también vivís gracias al empleo, lo hacen; en el barrio eso no pasa, nadie se olvida de los demás y de quién sos...’’ ( M. de 24 años ).

El nivel educativo, la desocupación o el hecho de tener un trabajo, producen experiencias diferentes que se dan a conocer cuando están agrupados. Escuchar, atender, percibir las idas y venidas de los relatos sobre los hechos que incumben a tales momentos entre los jóvenes; genera las condiciones para una identificación sobre la base de iguales acontecimientos sufridos y que tal vez sufrirán, originados desde estos órdenes; y por lo tanto también la posibilidad de autojuzgar grupalmente la posición y conducta expuesta de cada uno ante los otros para hipotéticamente programar cómo enfrentar iguales situaciones en el futuro. Los desocupados, al ser los que mas tiempo disponen, marcan la constancia de una presencia física en los sectores de reunión, son los abanderados o como los advierten los jóvenes ‘‘ los vitalicios ’’, que conservan el espacio y a los que se les suman a veces y en forma discontinua durante el día los que desertan de los actos ceremoniales o de algunas horas-materias intolerables para ellos en el colegio.

B 1) Estrategias económicas desde la grupalidad de los jóvenes.

Bajo el contexto estructurante de las relaciones económicas, particularmente de las que hemos nombrado y que afectan al grupo, observamos un conjunto de intercambios, que surgen como alternativas paliativas a episodios críticos o situaciones de necesidad, que pueden incluir o no el dinero. Las dividimos en tres modalidades: el ‘‘ trueque ’’, la reciprocidad de actividades y el regateo. La realización de las mismas son posibles en el plano de lo que representa la celebración diaria de la amistad y el reconocimiento. El ‘‘ trueque ’’ se lleva a cabo entre objetos, generalmente ropa u otro producto que sea de consumo masivo. Registramos una larga lista de intercambios continuos, por ejemplo de: zapatillas por camisas, de un cassette de música por otro cassette de música, de un gorro de invierno por una bufanda, de una rueda de bicicleta por un reloj. Debe coincidir un cruce de necesidades y un acuerdo en la similitud de valor de los productos, para que comience la negociación. El ‘‘ trueque ’’ es un intercambio individual que se establece en el grupo solamente, no observamos la realización de esta modalidad con otro grupo, sea de jóvenes u de otra edad. La razón radica en que desconfían de la persona a quien conocen someramente, pues pueden utilizar el ‘‘ trueque ’’ como un engaño, intercambiando un producto deteriorado o de baja valoración. El ‘‘ trueque ’’ se desarrolla a partir de la información que circula grupalmente sobre la imposibilidad de un joven de comprar un objeto con dinero:

‘‘... si yo sé que necesito urgente una cosa y no tengo la plata para comprarla, se lo comento a mis amigos y enseguida buscamos la forma de que lo pueda tener...’’ ( G. de 19 años )

La reciprocidad de diferentes actividades se relaciona con las prestaciones de trabajo. Una práctica que tiene un arraigo en el barrio ( conocimiento al que accedimos participando accidentalmente en una conversación entre jubilados en la Sociedad de Fomento y que luego profundizamos y constatamos con información proporcionada por los padres ). Cuando este se estaba formando, una de las maneras de cooperación entre los vecinos que empezaban a construir sus viviendas consistía en la ayuda mutua en los trabajos de albañilería o plomería. Utilizaban un mecanismo en el que se priorizaba la situación: aquel que lo necesitara, solicitaba a los vecinos que pudieran, para que concurrieran a su obra en construcción y así, en la continuidad de la vida y convivencia del barrio la reciprocidad estaba presente cuando lo requería en similares circunstancias otro vecino. La ayuda era voluntaria y desinteresada económicamente. En forma semejante, los jóvenes establecen una misma relación, pero mediando en algunas situaciones el pago en dinero. Particularmente en aquellas que relacionan a una parte del grupo con un beneficiario de la actividad, como por ejemplo los vecinos de una edad avanzada que conociéndolos y sabiendo que no trabajan, los llaman para pintar la casa, cortar el césped, arreglar las paredes, etc. Además entre los jóvenes se auxilian y retribuyen individualmente en diversas tareas, aprovechando la capacidad que tienen hacia cierto oficio y pudiendo cubrir así un gasto no disponible como, componer mecánicamente el desperfecto de una moto, o resolver un problema en un artefacto eléctrico desde un equipo de música hasta un wolkman.

El regateo es un intercambio de índole monetario, generalmente dirigido a personas que no pertencen al grupo, centralmente individuos afines a la posesión de un negocio. Los jóvenes, luego de un tiempo de experiencias prácticas en la compra y consumo de diversos productos de venta en el barrio, adquieren un conocimiento de una ruta de comercios en los cuales la factibilidad del regateo es posible. En estos negocios la creación del precio se produce cara a cara, por lo que pueden reducir el costo que en general tiene el producto que van a comprar en el mercado. Las ferias barriales, los negocios de remate, de compra y venta o de reciclaje de productos, son parte de este listado de ruta.

Esta cadena de relaciones interpela a los jóvenes, los que incorporan en su conocimiento, categorías como las de salario, de trabajo o dinero, y que expresan una comprensión propia de la dinámica económica que los incluye y que no posee otra canalización político institucional mas allá que la del comentario entre amigos:

R: ‘‘... acá hay unos que laburan y otros que se llevan la plata...’’

P: ‘‘... es verdad mi patrón dice que no tiene un peso y aparece en la fábrica con un auto nuevo, y yo con lo que me paga no puedo ni comprar una bicicleta ...’’

 

C ) Fragmentación de consumos culturales e identidad

Habíamos afirmado que la relación entre cultura juvenil y cultura de masas desarrolla niveles de significación en la cotidianeidad. Esos niveles están conexos al espacio social y a los modelos de consumo. 13 Proceso que en un tiempo social y al interior de la categoría joven produce su fragmentación. Este es el objetivo de nuestro análisis.

En el grupo observamos la constitución de una identidad homogénea a partir de una contraposición de gustos, particularmente hacia el grupo de jóvenes que viven en la

‘‘ villa ’’ y en menor medida con los jóvenes de los ‘‘monobloks ’’, aunque en ambos casos generalizándolos a todos los moradores de dichos lugares. Los ejes mas representativos se relacionan con el consumo de música y a los estereotipos y cualidades ( como el baile ) derivadas de tal aspecto. El valor que ocupa la música conceptualmente en los jóvenes es importantísimo y lo toman como operador evaluativo propio por sobre otros. 14

Para el grupo, dentro de lo que se puede considerar como parte de la geografía del ‘‘ folklore nacional ’’, el sector social de jóvenes de la ‘‘ villa ’’ en particular, escucha sólo dos géneros musicales emparentados con el folklore: el chamame y la cumbia. Estilos que consideran superficiales, con ritmos corporales y cadencias musicales que carecen de su legitimidad y de su gusto:

‘‘... estos pibes ( por los jóvenes de la villa ) escuchan todo el día chamame, se levantan con chamame, van al trabajo y en el colectivo escuchan chamame, a la noche comen con chamame...’’ ( M. de 17 años ).

Sin embargo estos ritmos los incorporan en ocasiones privadas, en que se mestizan con otros estilos, como por ejemplo en la celebración de los cumpleaños o casamientos, para no asignarles el sentido que ellos refieren y afirman y que sólo los escuchan con el objetivo de divertirse:

‘‘... puedo escuchar cumbia o chamame, ir a una bailanta, pero de ahí a comprarme un cassette o concurrir a un recital, nunca... ’’ ( R. de 17 años ).

Pero además los jóvenes elaboran asociaciones que surgen desde esta música, generalizando socialmente las contraposiciones de contacto auditivas del grupo, más allá de los jóvenes que perteneciendo a la ‘‘ villa ’’ gustan de tal música. De esta manera alcanzan a conceptualizar al contexto total de la ‘‘ villa ’’ como: ‘‘ chamamecero o cumbiero, tropical ’’, argumento que sustentan pues observan en ciertas noches de los días hábiles y en los fines de semana, constantemente y sin diferencia del grupo de edad cómo, desde varias áreas suenan a un volumen considerable las voces de los cantantes exponentes de tales géneros. Además reconocen al escuchar esta música, estando sentados en los alrededores de la Sociedad de Fomento, si el salón de la misma ha sido alquilado por una familia de la ‘‘ villa ’’ .

Ahora mencionaremos otras asociaciones que encierran un circuito de diferenciación basados exclusivamente en lo juvenil. Las mismas están ligadas a ámbitos de recepción privado y público, a asimilaciones estéticas y al espacio social del barrio.

De las primeras se desprenden varias características. En cuanto al ámbito privado de la casa, los jóvenes niegan toda recepción de las formas de difusión de estos géneros, especialmente de la emitida desde los medios de comunicación, por ejemplo, en la negación a oír en las radios de frecuencia AM o FM programas de información y musicalización de corte ‘‘ tropical ’’ o de los programas de televisión que basan su material en la difusión y exposición de la estructura y organización del circuito ‘‘ tropical ’’. En lo público, impugnan los lugares de diversión que están vínculados estrechamente a lo ‘‘ tropical ’’, principalmente la ‘‘ bailantas ’’ las que relacionan a una experiencia diferente, la de los jóvenes ( y por información que nos proporcionaron los integrantes del grupo, los adolescentes de la ‘‘ villa ’’ son habituales concurrentes ) que reuniendose en estos lugares se emborrachan y pelean con armas blancas, cuchillos y navajas:

‘‘.. una vez fuímos a la inaguración de una bailanta en Avellaneda, en la puerta hubo una pelea a golpes de puños entre un par que estaban borrachos, adentro no podías cruzar mirada con nadie, ni con una chica, por que enseguida te querían boxear, pensaban que los estabas cargando o conquistando a la novia, cómo nos pasa en el barrio con los pibes de la villa...’’

( A. de 23 años ).

Las asimilaciones estéticas corresponden al tipo de ropa que une la relación música-bailanta. 15 Los jóvenes las describen para los hombres, uso de camisas floreadas o de un sólo color, en tela de raso en grado fosforescente o brillante, pantalones estilo pinzado en un sólo tono con pocas preferencias por el vaquero. A lo que agregan, zapatos mocasín de color blanco o gris, y físicamente lo que más resaltan, es el corte de pelo con una larga cabellera que parte de la nuca y con el resto del cuero cabelludo corto. Combinando este perfil con el uso de anillos sobre varios dedos, cadenas con eslabones muy gruesos y collares voluminosos con la grabación del nombre. Si bien la asimilación se centra entre sexos iguales, los jóvenes realizan un inventario del uso de ropas para las mujeres, que consiste en polleras y pantalones de tela vaquero combinado, y al igual que en los hombres, con camisas o blusas floreadas y de colores brillantes.

Las relaciones mediadas por el contexto social están marcadas principalmente por el lugar físico: la ‘‘ villa ’’, y a su caracterización general de lo juvenil que recorre varios rasgos. Los jóvenes valoran el origen de descendencia, provincial o de países limítrofes que lo relacionan a un código de lenguaje, que sumado a la diversidad de habitantes, da forma primero a un lenguaje con acentos, trabada pero acelerada, recortando las palabras de modo de abreviarlas; al griterío y al vocifereo del tipo ‘‘ zapucai ’’ ( natural del noroeste argentino ) como expresiones propias; y también lo relacionan a la tez oscura del individuo. Además derivan del contexto un conjunto de acciones, bien por el grado de predisposición a la hostilidad, al robo y como dice un joven:

‘‘... te desafían constantemente, quieren ser más que vos peleando, por que saben que a otro nivel no tienen nada para sobresalir...’’ ( D. de 20 años ).

A continuación adjuntaremos la narración sobre el desarrollo de un episodio que refleja nuestras exposiciones. En el mes de setiembre de 1996 se realizó un recital a beneficio de la Cooperadora del Colegio N 32 que se ubica en el centro del bloque de edificios de ‘‘ monobloks ’’. Del número de bandas que participaban del festival, diez en total, la gran mayoría eran exponentes de la cumbia y el chamame, dos de las mismas muy conocidas en el circuito de este movimiento, ‘‘ los cartageneros y los leales ’’. Entre los demás grupos había uno denominado ‘‘ los totis ’’ integrado básicamente por jóvenes del barrio sobre el que trabajamos y que contrariamente al resto, su música estaba influenciada por el rock. De común acuerdo, el resto del grupo había decidido participar de la velada en apoyo y ayuda de sus amigos. Acción que planteaba la factibilidad de un conflicto, que los jóvenes avisoraban cuando aceptaron la propuesta de tocar en ese festival. Preveían no sólo pugnas con otros jóvenes sino que también una vez finalizado el set debían recoger rápidamente los equipos de música y retirase. Los motivos estaban fundamentados en: a ) el área era percibida diariamente como ajena al lugar de pertenencia, lo que inevitablemente implicaba compartir el recinto con otros grupos. b) la dificultad que les ocasionaría como banda de rock, ser soportes de grupos de música ‘‘ tropical ’’, pues la impaciencia del público por oírlos a estos últimos, podría convetirse en agresiva. c) en tanto conjunto de individuos, los reconocerían como los que se reúnen en la Sociedad. d ) el estilo de música de la mayoría de las bandas convocaría, no sólo a los jóvenes de los ‘‘ monobloks ’’ en tanto lugar del recital sino también a los jóvenes de la ‘‘ villa’’. e) los integrantes del grupo sostenían una idea, que para la hora del comienzo del recital posiblemente algunos jóvenes de los ‘‘ monobloks ’’ o de la ‘‘ villa ’’ estarían borrachos, lo cual los convertiría en flanco visible de recriminaciones. Sin embargo los jóvenes consideraron que debían concurrir para demostrarle a los otros grupos que ellos tenían ‘‘ aguante ’’ de que eran valientes.

La formación por parte de los jóvenes de estereotipos en términos de consumo cultural con respecto a los jóvenes vecinos como describimos otrora, abarca ejes de interpelación diferentes, pues incorporamos diversas formas de estereotipos, sin embargo no hicimos descripción de otros ejes destacables.

El bufet de la Sociedad de Fomento ejemplifica esta mención. En los horarios de atención a las personas, suelen concurrir un amplio espectro de individuos. Se torna fundamental la cualidad de las comidas consumidas, pues desde ese nivel los jóvenes desarrollan una concepción de los otros. En el salón del bufet la presencia de los jóvenes es asidua; lugar que comparten con virtuales compradores entre los que se encuentran individuos de la ‘‘ villa ’’. La caracterización surge de la observación y de la propia observación; los jóvenes que consumen del lote de surtido, los platos de precio más elevado, de menú variado y a veces repetidamente, se contraponen cotidianamente a los jóvenes y en general a las familias de la ‘‘ villa ’’ de comidas preferentemente económicas que consumen en ocasiones, en el comedor del bufet. Lo mismo sucede, por ejemplo, desde lo que se puede considerar como las formas de movilidad a los artículos del hogar. Las primeras, se manifiestan a partir de la manera en que se transportan, utilización de los jóvenes de la ‘‘ villa ’’ del colectivo o bien de bicicletas y motocicletas antiguas; mientras que los jóvenes del barrio también utilizan el servicio del colectivo pero alternan con el servicio especial de colectivos, la tenencia de una bicicleta nueva o eventualmente el desplazamiento en auto siempre que los padres dispongan de los mismos. Con respecto a los artefactos del hogar, los jóvenes distinguen la calidad de marcas; a través del reconocimiento que pueden realizar cuando caminan por los costados de la ‘‘ villa ’’, estos advierten que sus moradores tienen productos de bajo nivel tecnológico y de costo en relación a los que ellos poseen y que consideran mejores, de alta performance.

Este número de concepciones elaboradas por el grupo, pueden ser utilizadas para clasificar a diferentes conjuntos de personas. La incorporación de lo jóvenes que habitan los ‘‘ monobloks ’’ a la vida pública del barrio es reciente , aparición cotidiana que generó un conflicto, constituyendo e inagurando un discurso basado en el empleo analógico de las tipología del joven ‘‘ villero ’’ antes mencionadas, al del hombre joven de los ‘‘ monobloks ’’, sumiéndolas en el esquema identificatorio de lo diferente a ello:

‘‘... la gente que vino a vivir al complejo se parecen bastante a la de la ‘‘ villa’’ en la forma de vivir...’’ ( A. de 23 años ).

C 1 ) Ejes de interpelación en lo masivo. Los jóvenes y sus gustos

En el apartado anterior, en el tramo en que desarrollamos la contraposición entre modales de consumo y gustos en un espacio social, ahondamos sobre los caracteres de una de las partes, en este caso los jóvenes de la ‘‘ villa ’’. Omitimos intencionalmente referirnos al mapa que desde la alteridad a la de estas identifica la trama de gustos, principalmente aquella derivada de lo musical.

Esta posición implica la posibilidad de introducir en esta instancia una serie de aspectos que inherentes a la dinámica de la cultura juvenil en los barrios populares, determina variables clasificadoras en la especificidad de este grupo en relación a la cultura de masas, y sobre las cuales accedimos de manera de profundizarlas mas allá de la de los otros grupos.

Si tomamos el barrio globalmente, podemos notar una tradición oral muy fuerte en la transmisión de la información circulante entre generaciones y al mismo tiempo en el marco de la comunicación interpersonal y grupal. El conjunto de jóvenes desarrolla su vida en este contexto en donde lo oral en tanto lenguaje hablado reviste importancia en el sentido de vehiculizar expresivamente los procesos identificatorios, desde los originados a partir de la memoria del barrio hasta las creadas en términos del propio lenguaje y que trataremos posteriormente.

Pero podemos mencionar otras implicancias que tematizan varios caminos diferentes. El que liga oralidad como mediación de los procesos de masificación cultural Aníbal Ford ( 1987 ). De la niñez a la adolescencia el acceso de los jóvenes a las técnicas de lectura discurrió en su negación por preferencia de la narración, a través de un ambiente familiar reducido a los imperativos comunicativos del habla y al desarrollo interrumpido de la escolaridad.

En relación a esta proposición establecimos niveles identificatorios que iremos señalando. La centralidad de lo oral conjuga en conexión a la importancia de lo visual en los jóvenes, las herramientas sensitivas ideales, funcionales a un interlocutor como la televisión. Martín Barbero dice:

‘‘... la magia de ver produce una sensación de inmediatez, la construcción de los dispositivos y rasgos que dan forma a lo cotidiano y a las relaciones primordiales y vivenciales que se generan allí ’’ ( Martín Barbero, J.,1995:248 ).

Por esta razón y por que cualitativamente todo joven diariamente se sienta frente a un aparato de televisión, nos ocuparemos de dos aspectos claves, el lugar de recepción y lo que se mira. 16

Si bien, haciendo un relevamiento, toda casa posee un equipo de televisión, cada joven la mira en forma determinada, en cualquier período del día en que pueda, con su familia o individualmente. Sin embargo, la relevancia en la recepción se inscribe a instancia de lo grupal. Los encuentros en un ámbito físico específico , la Sociedad de Fomento o una vivienda , con la finalidad de observar determinado programa, tienen un significado que vínculado al medio y los jóvenes, construye la identidad en el reconocimiento común de preferencia en tanto espectadores hacia la televisión. Este tema nos introduce en un segundo aspecto que, esencialmente, nace de la relación entre una recepción-percepción y la estructura de una pluralidad de géneros televisivos. Mecanismo de comunicación que para nosotros acerca la televisión a la cotidianeidad de los jóvenes en particular, construyendo ‘‘ el que se mira ’’ y que consideramos importante como dato. No resulta aventurado advertir lo relevante de los ciclos humorísticos como trama de ridiculización para los jóvenes, que diariamente practican un humor ridiculizador, por ejemplo hacia el feo, el gordo, el despistado; de los ciclos de juego en cualquiera de sus estilos, como competencia que diariamente realizan cuando juegan al fútbol, las cartas; de los ciclos deportivos como estructurante de frases y conceptos de rivalidad, que diariamente desarrollan en innumerables ámbitos con jóvenes de otras zonas. Además constatamos una predilección por los ciclos de documentales y recitales musicales, los géneros considerados de ‘‘ acción ’’, aventuras o policiales.

En el caso de la radio, ligada centralmente a un mensaje auditivo, realizamos un similar análisis de recepción. Contrariamente a lo que sucede en a televisión, la radio tiene una audición exclusivamente individual, relacionada al campo de la casa. La organización temática de la frecuencia radial en las bandas AM y FM, mas allá de sus técnicas, se halla sujeta a la monopolización conceptual de la televisión, modelando las audiciones según sus géneros, o sea políticos, deportivos o musicales ( Ford, A.,1987 ). Entre los jóvenes distinguimos una mayor cantidad de oyentes de frecuencia Fm y menor de Am, con una tendencia hacia los programas de difusión musical.

En el año 1996, seis jóvenes alquilaron un espacio semanal en una radio FM de la zona originando la posibilidad del acceso a un medio en vivo:

‘‘... La radio está al alcance y se puede participar en una estación local aunque llegue a pocas personas; en cambio en la televisión, en un diario, no...’’( F de 22 años ).

La finalidad de esta iniciativa consistía esencialmente en la emisión del tipo de música que a ellos les gustaba, pero intercalando una red de comunicación abierta con el resto de los jóvenes que los escuchaba, a través del pedido de temas musicales pero además con información que relataba episodios pasados o recientes del barrio en que vivían.

La música representa el movimiento artístico más significativo para los jóvenes, aunque entre sus géneros musicales más diversos y relevantes como la música clásica, el jazz o el tango, es el rock en particular el que más les agrada. 17 Cuando hablamos del rock como industria cultural debemos reflexionar sobre la fase transnacional de los sistemas comunicativos en los cuales se desarrolla este género en la actualidad, por lo que, no sólo está al alcance de los jóvenes la posibilidad de apropiarse tanto de un estilo de rock nacional así como del que proviene internacionalmente, sino que además, de mestizajes musicales como los que unen al rock con el folklore o el tango ( y también de los estilos rechazados, como la cumbia o el chamame ). A su vez el rock, a lo lago de su pequeña historia, se diversificó en varios estilos, algunos propios y otros a partir de la fusión con diferentes ritmos como: pop, tecno, disco, rap, new age, dark, sinfónico, punk, heavy, blues y el rock and roll. Los últimos cuatro, adquieren un rango central por las correspondencias e interpelaciones que se pueden entrever desde los procesos de su difusión y estética entre los jóvenes.

En estos párrafos intentaremos aclarar y precisar el punto C, que tiene que ver con lo que mencionamos por omisión. En la parte en la que delineamos los estereotipos del joven ‘‘ villero ’’ que realizan los jóvenes del barrio analizado, y partiendo de las derivaciones del consumo musical, hablamos siempre del otro sin referir al proceso de identificación que nace desde aquí y que debe rescatar el reconocimiento de lo musical ( que incluye ropas, concurrencias a recitales ) hacia el grupo y del mismo en relación a otros. 18 Como el reconocimiento de lo musical presenta muchos caminos, que resultan muy complejos para encasillarlos en forma paralela al punto anterior, decidimos empezar a glosar tales aspectos desde este momento, pues en modo alguno la televisión y la radio son elementos de mediación causales y primarios, y de ahí el sentido de mencionar la relación entre los jóvenes y estos medios primeramente.

Continuando con el rock en sus variantes de gusto en los jóvenes, observamos cinco características que relacionan identidad, cotidianeidad y música, ellas son: los grupos, las letras, los recitales, los ritmos y la ropa.

Después de observar la preferencia de los jóvenes hacia bandas musicales, determinamos que los grupos de rock nacional que a la generalidad de los jóvenes les interesa son: Los Redonditos de Ricota, Divididos, Hermética, Almafuerte, Las Pelotas y Sumo. Entre las extranjeras, las bandas que expresan la filosofía del ‘‘ hardcore ’’ ( que consiste en una idea de no futuro, de cuestionamientos a la situación social y de valoración de los lazos de amistad ), las que consideran pertenecientes al sonido ‘‘ grunge ’’ y las históricas AC\DC y Rolling Stones. Una característica común a estas bandas es la percepción de los jóvenes sobre imagen de marginalidad que rodea a los integrantes:

‘‘... para mí, Richars, Cobain o Luca en su momento podrán haber tenido toda la plata o haber vivido en la miseria, pero igual fueron marginales de por sí, por qué les interesó muy poco tener valores, tener una conducta o tener lo que le gusta a la mayoría de la gente...’’ ( R. de 18 años ).

Para los jóvenes las letras de las canciones narran las problemáticas de sus vidas, siendo común escuchar que argumentativamente utilizan frases elaboradas por estos músicos para explicar situaciones particulares que les suceden. Pero no sólo los adolescentes reflexionan sobre su propia existencia, también incorporan temáticas y problemáticas que estaban al margen de sus conocimientos cotidianos como: la revalorización del estado actual de los indígenas Argentinos a través de la historia de la conquista ( lo toman de las canciones de los grupos Todos tus Muertos y Animal ); de la defensa de los derechos de cada persona, de una historia pasada en la que gobernaron militares y hubo desaparecidos, del abuso de la policía y de la defensa jurídica que se debe conocer ante estas situaciones, del contexto económico y su control social ( lo toman de los grupos Hermética, Almafuerte, Todos tus Muertos, Los Redonditos de Ricota, Sumo, Divididos, Biohazard y bandas de música de rap negras, estas últimas de origen norteamericano ); de la existencia de figuras negadas por la historia oficial ( de letras de grupos como las norteamericanos Rage Against the Machine o Todos tus Muertos ). Queremos destacar la trama de dos conversaciones que sostuvimos con dos jóvenes. En muchas oportunidades en las que concurrimos al barrio, uno de los jóvenes siempre recitaba un mismo tema, que luego de un tiempo y ante nuestro interés y por medio de otro joven, nos enteramos que la canción se llamaba ‘‘ Gil trabajador ’’ y pertenecía al grupo Hermética. Cuando le preguntamos si era representativa esa canción para corearla continuamente y por qué, nos dijo que sí y expuso el por qué:

‘‘... trabajés o no somos todos giles trabajadores, la letra te lo dice mas o menos así...’’:

...donando sangre al antojo de un patrón

por un mísero sueldo

con el pan no logro esquivar

el trago amargo de este mal momento

mientras el mundo policía y ladrón

me bautizan sonriendo gil trabajador

bestia humana que duermes aún

de la cuna al ataúd

extraviada de rumbo a seguir

por ignorar que no existe

el fin del que es capaz

de Pacheco a La Paternal

de Dock Sud a Tres de Febrero

mil amigos con el corazón

esperan esta canción

gil trabajador...

En otros encuentros, partimos de un episodio similar. Un joven, a lo largo de las estaciones de primavera y verano, usaba siempre una remera con la figura del Che Guevara, razón que nos indujo a preguntar el por qué, y nos comentó que:

‘‘... me enteré de su existencia primero por medio de una entrevista que le hacían en la televisión al grupo Rage Against the Machine, en la que el cantante vestía una remera y decía admirarlo, después la veía en la tribuna de las canchas de fútbol, a diferentes personas en la calle; me interesó saber quien era y descubrí algo de su vida, por ejemplo que nació en la Argentina; por lo que entonces y al poco tiempo me compré la remera...’’ ( G. de 23 años ).

Los recitales representan los momentos de comunión y contacto entre los jóvenes y el conjunto de música, aunque particularmente implican un ritual previo de encuentro en el barrio; por que al asistir la mayoría del grupo, se preparan: buscando el dinero para comprar las entradas, armando una bandera identificatoria del barrio, discutiendo acerca de cómo va a desarrollarse el futuro concierto. El recital en sí, se convierte en un espacio de diversión, con el objetivo de, como dicen los jóvenes ‘‘ pasarla bien, sin agresiones ni líos ’’. Momentos en los que pueden bailar a su manera y gusto, por ejemplo el ‘‘ pogo ’’, hablar e insultar libremente, beber sin límites y ante todo cantar coreando junto a la banda los temas preferidos. Sintético comentario que parte primordialmente de la vivencia desarrollada a partir de dos recitales. En ambos acompañamos a los jóvenes a los conciertos ofrecidos por el grupo Los Redonditos de Ricota en el interior del país.

Los ritmos, que enraizados esencialmente en lo típico del rock, sonidos eléctricos de guitarra, bajo y batería, trascienden desde los sub-estilos, en las variantes nombradas que combinan en base a un primer plano rítmico de la guitarra sobre otros instrumentos, sonidos acelerados y fuertes, melodías que cautivan el gusto de los jóvenes, y lo manifiestan en tanto necesidad anímica de escucharlos:

‘‘... nosotros vivimos a mil por hora, todo el día de acá para allá, y la música debe ser así, lo heavy expresa esto...’’ ( R. de 18 años ).

Por último, hablaremos de la vestimenta. Es posible desarrollar denominaciones comunes del uso de la ropa a través de la observación en razón de su utilización constante. Pantalones vaqueros ajustados, definidos por ellos como ‘‘ estilo chupines ’’, remeras de algún club de fútbol o con inscripciones que refieren a grupos musicales, camperas de jean, buzos y zapatillas. Forma de vestir que la relacionan como simple, humilde y de barrio. Compilación de características que, clasifica a los jóvenes del barrio y relaciona clasificando, y aún más orientan la elección de diversos campos que no mencionamos. Por ejemplo, los lugares a los que pueden concurrir para bailar.

C2 ) Identidad y proyección

De las derivaciones del análisis de la relación entre cultura de masas y las formas en que se incorporan en lo cotidiano, organizando pautas de reconocimiento en los jóvenes, por importante reservamos un último aspecto. Los modos en que se articulan la vida práctica y la ‘‘ imaginaria ’’. Partimos de los estereotipos que se establecen en los esquematismos, para este caso películas y novelas televisivas, desde la construcción de sus personajes entre buenos y malos y de apropiación en tanto experiencia que realizan los jóvenes. No profundizamos las razones que ligan los personajes duales al origen del film, al contexto de producción social y técnico y tampoco al surgimiento como trama argumentativa en la historia del arte. 19 Hemos recolectado frases elaboradas individualmente que nos relaciona a esta idea como la de G. de 23 años, cuando decía:

‘‘...el accionar de Steven Seegal en una de sus películas, en la que personifica a un policía, contra un grupo de ladrones era la manera en que se debía actuar con los delincuentes...’’

También A. que advertía de 23 años:

‘‘...que debe haber una justicia individual, cuando asesinan alguno de tus familiare s o te roban, igual a la que ejercía Rodolfo Ranni en el film titulado ‘‘ El desquite ’’.

Complejo a nivel teórico y también poco operativo seria analizar teóricamente estas afirmaciones desde lo que significa la comunicación de masas, sin embargo nos interesó la significación instrumental proyectada al contexto social que le asignan al rol de malo de las películas. Para los jóvenes, estos últimos son los otros del barrio, grupos que tienen una práctica social similar a la de los personajes fílmicos y por lo tanto deberían recibir el mismo trato que en las películas. A través de estas relaciones expresan las diferencias grupales manifiestas en el proceso de identificación.

Distinguimos, siguiendo los lineamientos iniciales, una modalidad de identificación estrictamente grupal en relación a determinadas personalidades que surgen de lo masivo. En el párrafo anterior el eje estructurante de la observación derivaba de la relación entre ficción y realismo. Los ídolos, de ellos hablamos, son para los jóvenes palpablemente reales, pues su individualidad en parte se desarrolla cotidianamente, conocen sus actividades, los pueden ver, dialogar, etc: son cercanos. Sobre la figura de los ídolos construyen referentes con sentido hacia todos los jóvenes y que ocupan un lugar capital cotidianamente, conforman temáticas de conversación, discusión e información. ¿ Y quienes resultan ser los ídolos ?. Precisamente aquellos individuos que obran en los ámbitos que hemos mencionado como preferentes, la música, el fútbol y el humor. Nombraremos de cada área, los más destacables: el cantante de la banda Los Redonditos de Ricota apodado el ‘‘ indio ’’ en la música, Diego Maradona en el fútbol y Alberto Olmedo en el campo del humor. 20

Continuación ...

Notas

10El concepto de industria cultural ‘’... no se da de una vez, de ahí la trampa que ofrecen esas definiciones sacadas de alguna frase suelta sino que se despliega a lo largo de una reflexión que envuelve a cada paso más ámbitos, al tiempo que la argumentación se va estrechando y cohesionando. Se parte del sofisma que representa la idea del ‘’ caos cultural ‘’-- esa pérdida del centro y consiguientemente dispersión y diversificaciónn de los niveles y experiencias culturales que descubren y describen los teóricos de la sociedad de masas -- y se afirma la existencia de un sistema que regula, puesto que la produce, la aparente dispersión. La ‘’ unidad de sistema ‘’ es enunciada a partir de un análisis de la lógica de la industria, en la que se distingue un doble dispositivo: la introducción en la cultura de la producción en serie ‘’ sacrificando aquello por lo cual la lógica de la obra se distinguía de la del sistema social ‘’, y la imbricación entre producción de cosas y producción de necesidades en tal forma que ‘’ la fuerza de la industria cultural reside en la unidad con la necesidad producida ‘’; el gozne entre uno y el otro se halla en ‘’ la racionalidad de la técnica que es hoy la racionalidad del dominio mismo ‘’ ( Martín Barbero, J., 1987: 50 ). Martin Barbero, J.: ‘’ De los medios a las mediaciones ‘’, Ed.Mass Media, Barcelona, !987.

11 Ha sido de gran importancia para el desarrollao de estas afirmaciones lo que Gravano llama ‘’ núcleo rígido de creencia ‘’, acerca de los ‘’ otros ‘’ y que justifican y legitiman las prácticas grupales ‘’. Grabano, A.: ‘’ Miradas urbanas, visiones barriales ‘’, Grabano, A. ( Comp. ), Ed.Ecoteca, Bs. As., 1988.

12 A lo largo del trabajo trataremos diversas formas de identificación, las que diferencian determinados grupos que habitan el barrio. En todos los casos ‘’... el eje principal de toda identidad es el compuesto por la relación entre conjunción y disjunción: algo se define por que se junta con algo y se disjunta con otra cosa ‘’ ( Ibidem )

13 El significado de modelo de consumo se víncula estrechamente a la definición de industria cultural mencionada anteriormente. Las transformaciones en las condiciones de producción cultural y los cambios que los mismos produjeron en el espacio cultural, fueron desarrollados por W. Benjamín a propósito del arte. Esta autor dirige su interés a los modos de percepción de la experiencia social y a partir de allí construye una teoría de la recepción. Lo interesante del análisis radica en que sobre la idea de recpción se va conjuntamente elaborando la de consumo en cuanto expresión y sensibilidad de una forma de apropiación diferencial del ‘’ objeto ‘’ de la industria cultural por parte de los grupos sociales. Bemjamín, W.: ‘’ Discursos interrumpidos ‘’, Ed.Taurus, Madrid, 1973.

14 Para ampliar la temáticas tratadas en estos puntos consultar a: M. Margulis en las citas bibliográficas.

15 Parte de las asimilaciones se inscriben dentro de lo que P. Bourdieu conceptualiza como uso social del cuerpo. Bourdieu, P.: ‘’ Cosas dichas ‘’, De. Gedisa, Bs.As., 1988.

16 Un ejemplo metodológico fundamental y guía para nosotros fue el de Guillermo Orozco: ‘’ Hablan los televidentes: Estudios de recepción en varios países ‘’. Orozco,G.: ‘’ Hablan los televidentes: Estudios de recepción en varoios países ‘’, Programa Institucinal de investigaciones en comunicación y prácticas sociales, México, 1992.

17Para una caracterización más amplia, consultar: Margulis, M., Cap.6, del libro ‘’ La juventud es mas que una palabra ‘’, EdBiblos, BsAs, 1996.

18 En este sentido, Rodolfo Ramos expone un caso interesante sobre los procesos de estigmatización que diferentes grupos construyen sobre los ‘’ villeros ‘’. En Miradas urbanas, visiones barriales ‘’, Grabano, A.( Comp. ), Ed.Ecoteca, Bs. As, pag 179-202, 1988.

19Consultar entre otro a M. Barbero ( Op.cit. 1987 ) y G. Orozco ( Op.cit 1992 )

20 Un ejemplo de lectura, en cuanto tratamiento de las figuras idolatradas, lo representa el trabajo deM. Archetti acerca de la persona de Diego Maradona. Archetti, E.: ‘’ estilos de vida y virtudes masculinas en el gráfico: La creación del imaginario del fútbol argentino ‘’. Ponencia presentada en el 48 Congreso Mundial americanista, Estocolmo, 1994.

 

Volver al sumario de La Salamandra 1

Volver a la página principal de La Salamandra PsicoMundo - La red psi en Internet