Jugar no es
jugarse la vida
(Consideraciones
sobre el duelo y el juego en el envejecimiento normal)
Sergio Fajn
piedralibre2001@yahoo.com.ar
"En mi casa he reunido juguetes pequeños y grandes, sin los cuales no podría vivir. El niño que no juega no es un niño, pero el hombre que no juega perdió para siempre al niño que vivió en él y que le hará mucha falta. He edificado mi casa también como un juguete y juego con ella de la mañana a la noche..."
Pablo Neruda (Confieso que he vivido)
INTRODUCCION
Una huella imborrable me han dejado hasta el día de hoy los viejos que he encontrado estos años en los clubes, parques deportivos, centros barriales y escuelas públicas. El torrente de vida que emanan.
Dispuestos a las cosas mas insólitas, insólitas para mí, para mi cabeza que no alcanzaba a imaginarlos capaces de hacer y de pensar un montón de cuestiones, hallazgo, que tiempo después descubriría con el nombre de envejecimiento normal1. Esto provocó unas cuantas rupturas, de suponerlos frágiles, impotentes y dependientes a sorprenderme de que ahí había deseos de vivir, de ir para adelante, de búsquedas, de querer divertirse, la avidez por la alegría y el baile, por salir, pasear, conocer, consumirse la vida, de que no les alcance el tiempo.
Estos viejos sin embargo eran, muy parecidos a lo que pude ver en mis abuelas. En Sarita la pelea por rehacer su vida de pareja después de quedar viuda y a pesar que alguno de sus hijos resistió a la idea ella igual lo concretó. O mi abuela Esther que con 89 años y enormes trastornos en la piel, en la vista, en la audición sigue hoy en día yendo al club a hacer yoga o presenciar una charla. Recuerdo que participó de un campamento que organizamos en Parque Sarmiento y hasta las tres de la mañana se la pasó contando chistes verdes en la carpa, cosa que difícilmente haría en su casa.
Una vejez sana dispuesta a conocer gente, a aprender cosas nuevas, a emprender proyectos, a intercambiar con otras generaciones.
Me marcaron, me siguen dejando huellas, me habitaron y me habilitaron a pensar de un modo distinto la vejez, la de ellos pero también mi propio proceso de envejecer. Me exigen revisar prejuicios, modos de verlos, de verme con ellos, de hablarles, de escucharlos. Hacen trizas esa extraña idea de asociar la vejez con la enfermedad.
Fuerzan a interrogar las teorías que intentan explicar esta etapa de la vida y que a veces parece que hablaran de otros y no de estos viejos, que en definitiva son la mayoría. Fui descubriendo que la multitud de viejos son estos los que pueden vivir un sano envejecer.
En este recorrido una fuerte experiencia ha sido con los grupos que elegían hacer juegos teatrales, que raramente faltaban a los encuentros, grupos que podían intervenir en el taller durante 5 o 6 años consecutivamente.
De ellos quisiera hablar, o mejor escribir partiendo de la convicción de que en la vejez se sigue jugando.
La hipótesis que intentaré recorrer a lo largo de este texto es:
El espacio de juego dramático y de juego teatral con adultos mayores, puede contribuir en el trabajo de elaboración del duelo normal.
Trataré de recuperar algunas situaciones ligadas a la vejez, buceando sobre temas como el juego, el duelo, las pérdidas, en escenas que los encuentran en espacios recreativos.
ALGUNAS ESCENAS:
El ritual insiste cada martes, cada viernes. Abren la puerta de la escuela un rato después que los chicos de primaria la cierran. Sus cuerpos esculpidos por el paso del tiempo se ocupan de correr los pupitres y armar una ronda con los bancos.
Con una puntualidad que los caracteriza, a las cinco de la tarde están preparados para su encuentro de juegos teatrales.
Las edades oscilan entre 60 y 85 años.
Esperan la magia, el abracadabra. Encender la mecha de juego.
Vienen dispuestos a fabricar ilusiones.
Al encontrarse, besos, muchos besos, se conocen, se reconocen cada vez " ¿y hoy quién faltó?, ¿qué saben de Margarita?, ¡yo me ocupo de llamar!" dice José.
Lo habitual: caminamos, nos apropiamos del lugar, lo tocamos, nos tocamos, empezamos a dejar nuestros olores, nuestras huellas. Una música nos ayuda a entrar en clima.
Estamos seguros, nos protegemos, aquí nadie nos hace daño. Aquí podemos darnos permiso. Las inhibiciones cada vez son menores. Hay muecas, miradas seductoras. Risas, chistes. Van apareciendo las transformaciones, dejamos de ser los de siempre.
El juego empieza a desplegarse:
Siete señoras se trepan al personaje y pasean por una plaza, charlan y charlan. De repente, muestran a los demás unas panzas muy crecidas. Se cuentan sus preocupaciones sobre el embarazo, el nombre de su futuro hijo, la clínica donde será el parto, los celos del marido, "¿y vos que esperás? ¡hay yo un varoncito! no yo ya tengo tres, así que es el turno de las nenas. Además Cacho me lo pidió".
Son jóvenes, enérgicas, relucientes, brillan en cada movimiento, coquetas van tomadas del brazo.
Se despiden.
A continuación, José María con 80 años toma su bastón del que no se desprende ni un instante y se convierte en un galante muchacho, "¡en guardia!" y con la elegancia de un valiente enfrenta con su espada amenazante a un pobre mercader que ha sido sorprendido sin su arma "defiéndete que esta mujer es mía". En el costado una dama se cubre el rostro sonrojado mientras estos dos hombres se disputan su amor.
José María se desplaza con soltura encarando al contrincante con destreza, firme, sin apoyos avanza solo sobre sus dos piernas hasta acorralar a su desafiante contra la pared. El enemigo no se rinde tan fácil, desenfunda su espada y lucha sin temores, trastabilla sigue de largo y al hacerlo hiere a la dama que sangra mortalmente. Ella cae y pierde la respiración. Con emoción y un tono de ironía los demás se suman al cortejo fúnebre, toman el cuerpo, lo acomodan y embellecen, arreglan sus facciones, ojos y boca. Lo cubren con algunas telas.
Los retadores dejan de lado su enemistad, se abrazan y despiden.
Sara y Azucena no podían con la tentación y desfilan disfrazadas como las mejores modelos, coquetean con los muchachos que pasan a su lado. Mueven sin pudor sus caderas, se acomodan los senos, toda sus seducción se pone a pleno al mostrarse frente al público que las aplaude.
Van saliendo del juego. Volvemos a sentarnos en rueda.
Hablamos sobre que sentimos, que hicimos y que se nos ocurre pensar de lo aparecido.
Algunos comentarios: "desde que sabía que hoy era martes me levanté con ganas, me arreglé bien antes de venir, me pinté y perfumé", "me divertí y el tiempo se pasó enseguida", "mi hija por fin se acordó que hoy yo tenía grupo y arregló con una amiga de ella para que se ocupe de mi nieta".
"Me encantó jugar a que estaba embarazada, fue una etapa muy feliz".
"Por un momento al ver la cara de José María y su espada pensé que estaba en Europa hace algunos siglos atrás".
"Me reí mucho viendo a las chicas hacer el desfile de modas", "yo pensaba que era Claudia Shiffer".
"Viste a José María, caminaba perfectamente sin el bastón". José María se asombra de lo que le dicen sus compañeras y se queda meditando porque habrá sido.
María no duda en recordar la muerte de una compañera del grupo, "Rosita, siempre está presente..". A continuación empezamos a hablar de Rosita, que el instante de la ceremonia fúnebre les había evocado. Los momentos compartidos con ella, su carácter chinchudo, el gesto de acordarse siempre de los cumpleaños, la puntualidad y su enorme capacidad para crear.
Las palabras se van enhebrando como en un collar de perlas, multiplicándose las imágenes, los recuerdos. Debaten con firmeza. Están todavía muy frescas las representaciones que siguen brillando en las retinas y en nuestros oídos.
Con sorpresa noto que algunos temas y escenas se repiten con el correr del tiempo. Una y otra vez los embarazos, partos y nacimientos. Escenas de muertes, velorios, entierros, desfiles de modas y casamientos.
¿Qué sucederá que algunos de los temas que se presentan no los angustian, ni les producen dolor durante el juego? ¿tendrá algún sentido que estos temas surjan en un espacio de juego con adultos mayores?, ¿qué llevará a que ciertas cosas se repitan e insistan una y otra vez en aparecer?.
Desde el punto de vista de la técnica es conveniente destacar que en los encuentros se abre el espacio para dramatizar siendo ellos quienes van definiendo el contenido y la forma de lo que va representándose. La modalidad es la improvisación, es decir no hay un texto definido; se proponen consignas de trabajo acompañado a veces con objetos, disfraces, luces, música o imágenes para motivar o enriquecer la tarea.
Hay una cuestión llamativa, no se los nota angustiados, lo hacen por el contrario, con alegría, disfrutando, en un clima placentero, de excitación. Esto se presenta como una paradoja ya que llegan a escena cuestiones ligadas a la muerte o a pérdidas pero no son vividas con sufrimiento o dolor. Representan cosas que ya no van a poder hacer mas como quedar embarazadas o dar a luz. Situaciones que ya difícilmente puedan ser, por ejemplo modelos como Sara y Azucena, con cuerpos delgados, jóvenes y relucientes.
Ligan la experiencia de la muerte de la doncella en manos del espadachín con el fallecimiento hace unos meses de Rosita, una integrante del grupo. Esto facilita la circulación de recuerdos, anécdotas y la vigencia de su ausencia que se hace presente.
Juegan con lo que ya no pueden ser, hacer o tener, con las pérdidas, pero también con los anhelos, deseos y fantasías. Algo va sucediendo durante el mismo juego, algo del orden del placer, de la gratificación con lo que se hace, pero también con lo que ven que hacen los demás. Placer en la producción propia y placer al compartir la producción de los otros. Se regocijan cuando simulan revivir un episodio, en otro contexto, con otros personajes, en otro tiempo y espacio, pero igual está ahí lo que ya no puede ser, la pérdida.
Con sorpresa, luego de ser presentado por la vía del juego, se hace posible retomarlo, abordarlo con palabras fuera del juego. Se lo puede apropiar de otro modo. Se puede hablar y ahí en ocasiones relacionan que cosas fueron surgiendo, fluyen los recuerdos, circulan las palabras. Podemos empezar a pensar que estos instantes son sumamente valiosos, ya que los recuerdos al modo de las reminiscencias evocados con placer ayudan a elaborar el duelo por la vida pasada.
También comentan que las evocaciones irrumpen en distintos momentos de la tarea: cuando preparan las improvisaciones, cuando las juegan, cuando observan a otros, al finalizar los juegos cuando recuperamos lo sucedido, cuando se van de la escuela, en sus casas y en la calle. Están en actividad permanente, en actividad mental, imaginativa, evocativa, pero también poniendo el cuerpo en acción junto a otros.
El material sobre el que se habla habilita a que la figura de Rosita se exorcice, se puedan surcar sus huellas, jugar con los aspectos que recuerdan de ella, las identificaciones que han quedado en el grupo, en la memoria de los participantes.
Si de la actividad que se trata es de juegos dramáticos será conveniente ubicar los andariveles por donde transitan el juego y las dramatizaciones.
EL JUEGO
Tomaré distintos autores que permitirán construir una definición de juego para luego relacionarlo con el juego dramático. Johan Huizinga2 dice que "El juego es una acción o una actividad voluntaria, realizada en ciertos límites establecidos de tiempo y lugar, según una regla libremente consentida pero completamente imperiosa, provista de un fin en si, acompañada de un sentimiento de tensión y alegría y de una conciencia de hallarse de manera diferente que en la vida cotidiana". Pero, agrega que desde el punto de vista de la forma "...se puede definir al juego, en breves términos, como una acción libre, sentida como ficticia y situada al margen de la vida cotidiana, capaz sin embargo de absorber totalmente al jugador; una acción desprovista de todo interés material y de toda utilidad, que acontece en un tiempo y en un espacio expresamente determinados, se desarrolla con orden a reglas establecidas y suscita en la vida las relaciones entre grupos que, deliberadamente, se rodean de misterio o acentúan mediante el disfraz su extrañeza frente el mundo habitual". Maravillosa ubicación de como nuestros viejos van perfilándose cada día frente a la actividad. Eligen venir por propia iniciativa, sin que nadie los fuerce. Con plena conciencia de que cuando se disponen a jugar se olvidan que están en una escuela, en un salón, se dejan volar y transportar adonde la escena los lleve. Buscando la alegría, las risas, dicen que eso las cura de todos los males, es salud pura "me reí mucho viendo a las chicas hacer el desfile de modas". Aunque después pueden hablar de los beneficios, cuando juegan solo lo hacen por el placer de jugar, sin esperar nada a cambio.
Roger Caillois agrega que en el desarrollo del juego no puede determinarse, ni conocerse previamente el resultado, pues cierta latitud en la necesidad de inventar debe obligatoriamente dejarse a la iniciativa del jugador3. Se asombran cada encuentro por las cosas que pueden crear, descubren a sus compañeros y se descubren a sí mismos en la novedad.
El juego está sometido a convenciones que suspenden las leyes ordinarias y que instauran momentáneamente una legislación nueva, que es la única que cuenta.4 "Las reglas de juego tienen, sin embargo, un significado negativo, porque no determinan lo que debe suceder, sino solamente que no debe ocurrir. No prefiguran el curso de la acción, sino que permiten su desenvolvimiento libre e incierto dentro de los límites definidos".5
Las reglas definen lo que es o no es juego, es decir lo permitido y lo prohibido. Esas convenciones son arbitrarias, imperativas e inapelables. No pueden violarse con ningún pretexto, so pena de que el juego acabe al punto y se estropee por este hecho. Pues nada mantiene la regla salvo el deseo de jugar; es decir, la voluntad de respetarla. Es preciso jugar al juego o no jugar en absoluto.6 Este aspecto sigue manteniéndose inalterado en la vejez, claro en los viejos que están dispuestos a jugarse. Cuando se juegan y acuerdan las condiciones las defienden a capa y espada, son reglas de oro en ese momento. Se enojan mucho con el conductor o con algún compañero si intentan transgredirlas, aunque algunos disfrutan justamente desafiándolas.
El juego sólo existe cuando los jugadores tienen ganas de jugar y juegan, así fuera el juego mas absorbente y más agotador, con intención de divertirse y de escapar de sus preocupaciones, es decir, para apartarse de la vida corriente. Por lo demás y sobre todo, es preciso que estén en libertad de irse cuando les plazca, diciendo: Ya no juego más.7
Recordemos que en los niños es necesario e imprescindible el juego entre otras cosas para su crecimiento, desarrollo, aprendizaje y maduración. Pero en el adulto dice Huizinga es una función que puede abandonar en cualquier momento. Es algo superfluo. Sólo en esta medida nos acucia la necesidad de él, que surge del placer que con él experimentamos. En cualquier momento puede suspenderse o cesar por completo el juego. No se realiza en virtud de una necesidad física y mucho menos de un deber moral. No es una tarea. Se juega en tiempo de ocio.
JUEGO TEATRAL Y JUEGO DRAMATICO
Los elementos presentados recientemente circunscriben los fenómenos propios del campo de juego, será necesario atravesarlo con las coordenadas del juego dramático.
Parece que el juego teatral, a diferencia de otros juegos, presenta condiciones para que puedan aparecer y desplegarse aspectos del mundo interno que toman contacto y circulan con otras personas. Es la posibilidad de que se armen escenas a partir de estas cuestiones.
En el juego dramático se puede atravesar por distintas posiciones: como observador de escenas que otros representan, o, como protagonista de la acción, sea construyendo la situación o presentando textos, o escenas que otros diseñan.
EL CAMPO DEL "COMO SI"
Caillois ubica el campo del "como si" y nos cuenta de su relación con las reglas. " Pese al carácter paradójico de la afirmación, debo decir que la ficción, el sentimiento del como si sustituye a la regla y cumple exactamente la misma función. Por si misma, la regla crea una ficción."8. Los juegos de ficción son acompañados de la conciencia de que se está fingiendo. Esa conciencia de irrealidad separa de la vida corriente y ocupa el lugar de la legislación arbitraria que define otros juegos.
Caillois arma sus categorías fundamentales de juego diseñando cuatro secciones principales según que, en los juegos considerados, predomine el papel de la competencia, del azar, del vértigo o del simulacro. Las llama respectivamente agon, alea, ilinx y reserva la de mimicry para aquello que intentamos situar, los juegos teatrales. Dice del mimicry que nos encontramos frente a una serie variada de manifestaciones que tienen como característica común apoyarse en el hecho de que el sujeto juega a creer 1, a hacerse creer o a hacer creer a los demás que es distinto de sí mismo. El sujeto olvida, disfraza, despoja pasajeramente su personalidad para fingir otra. El placer consiste en ser otro o en hacerse pasar por otro.
Con excepción de una sola, la mimicry presenta todas las características de juego para Caillois: libertad, convención, suspensión de la realidad, espacio y tiempo delimitados. No obstante, la continua sumisión a reglas imperativas y precisas no se deja apreciar en ella; ocupan su lugar la disimulación de la realidad y la simulación de una segunda realidad. La mimicry es invención incesante. La regla de juego es única: para el actor, consiste en fascinar al espectador, evitando que un error conduzca a éste a rechazar la ilusión; para el espectador, consiste en prestase a la ilusión sin recusar desde un principio la escenografía, la máscara, el artificio al que se le invita a dar crédito, durante un tiempo determinado, como a una realidad más real que la realidad.
Vamos teniendo una serie de elementos bastante precisos que nos ayudan a ir delimitando el campo del juego dramático.
¿POR QUÉ LO DRAMÁTICO DEL JUEGO?.
Drama pensado como hacer. El juego es accionado por mecanismos que son los principios de todo lo que se llama un momento dramático. Estos son el contexto humano en donde se desarrolla toda acción, que responde a las tensiones dramáticas que se dan por los conflictos entre personajes, tensiones que se presentan alrededor de un foco que es la idea central de la acción dramática. Dicha idea central se explicita por medio de los personajes, del lugar donde ésta se desarrolla, por el tiempo, el lenguaje, los movimientos y desplazamientos que se efectúan, la disposición de ánimo y los símbolos. Todos estos aspectos en su conjunto crean la experiencia de un significado dramático.
Según Faure y Lascar la dimensión del juego dramático se define por una doble necesidad: de expresión y de comunicación. La expresión se refiere a la capacidad del ser humano de demostrar deleite, tristeza, enojo o ternura a través del gesto y/o de la palabra. Al expresar un cúmulo de emociones que son producto de lo que se juega, el individuo emplea su cuerpo, su voz, su palabra y sus sentidos para dar a conocer lo que siente en un momento dado.
En relación con la comunicación es la que se da entre los participantes, comunicación entre los intérpretes y los espectadores.
ACLARANDO TERMINOS
Siguiendo a Roberto Vega diremos que tanto Juego Teatral como Juego Dramático deben contener conflicto. La diferencia radica en que en el juego dramático no está implícita la presencia de observadores o espectadores; en el juego teatral si. El trabajo en subgrupos le da características de teatral.
En cuanto a Juego Teatral y Espectáculo Teatral diremos que el teatro espectáculo tiene como finalidad la representación. En el juego teatral el acento está dado en el proceso, que puede finalizar con una presentación, siempre que sea necesidad grupal.
En nuestra actividad transitamos por ambos territorios, tanto por los del juego teatral como por los de juego dramático. Los dos tienen cualidades valiosas para la actividad lúdica que nos proponemos.
Muchas veces se presentan juegos donde algunos intervienen activamente de improvisaciones, mientras el resto del grupo observa o va incluyéndose paulatinamente propiciando a que la escena vaya mutando. También es habitual que se realicen juegos donde simultáneamente esté todo el grupo representando distintas cosas en el mismo espacio lúdico.
En el juego dramático y en el teatral se juega con otros. Es una práctica social, grupal. Al hacerlo se impone una actividad colectiva donde todos van participando, son convocados, desde adentro o desde afuera de la escena. Convocados a ser parte de la escena, esto puede producir algún cambio o percibiendo como resuena en cada uno aquello que se está presentando. También hace a la invitación grupal identificar como esto consuena en el marco grupal, es decir que efectos produce en el conjunto de integrantes.
A veces se usan textos o recortes para recrearlos o transformarlos en material de los juegos. Maruja trae un martes un cuento de Cortazar. Nos dividimos y un subgrupo recibe una copia pero sin final, otro sin el principio y otro grupo sin un tramo central del relato. Todos producen un nuevo material a partir de lo que falta y lo muestran a los demás vía representación. Luego, se lee el cuento según la versión de Cortazar, se comparan las cosas que han aparecido, sus semejanzas y diferencias y las posibilidades de creación.
Si bien cada encuentro se va encadenando con los anteriores y arma serie con los siguientes esto se va instalando en la memoria grupal y presentando mejores condiciones para el despliegue de otras escenas lúdicas. Se pueden enhebrar nuevas situaciones, historias, ficciones, con una mejor disponibilidad para entregarse, con menos inhibiciones y mayor dominio del espacio y los recursos dramáticos.
Bien, ya tenemos algo mas sobre el juego teatral y el juego dramático; recuperemos el camino de algunos interrogantes.
"Soportar la vida es, y será siempre, el deber primero de todos los vivientes".
S. Freud
EL JUEGO DRAMATICO Y EL JUEGO TEATRAL COMO EJERCICIO DE DUELO, DE CONEXIÓN CON LA MUERTE, CON LAS PÉRDIDAS
El juego dramático y el juego teatral para el ejercicio del duelo, de conexión con la muerte, con las pérdidas, de morir sin morir. Dice Freud que "En el campo de la ficción hallamos una pluralidad de vidas, morimos en nuestra identificación con el protagonista, para luego sobrevivir dispuestos a morir otra vez, igualmente indemnes, con otro protagonista"9 .
Se puede ingresar a la escena protegidos por la regla de que nada serio nos va a suceder mientras juguemos. Entendiendo por lo serio a todo aquello que nos precipita ante el riesgo de la muerte 2. Burbuja de acuerdos que preserva del peligro. Que habilita, que abre, que permite construir, crear, destruir, desear, odiar, quebrar, maldecir, bendecir, volar, soñar, tirar, achicar, estirar, matar y resucitar.
El juego en este sentido presenta una cualidad similar a los chistes. En el juego como en los chistes se puede decir todo, hasta la verdad. Se puede comunicar una verdad negada y que no nos es lícito reconocer como tal cuando es expuesta sin velos.
Freud recuerda una broma que testimonia esto, cuando un marido le dice a su mujer "cuando uno de nosotros muera, yo me iré a vivir a París".
En el juego dramático y en el juego teatral se construye una nueva realidad que favorece poder retornar, luego, de otra manera al momento de no juego. Posicionado diferente frente a las pérdidas, frente a las ganancias, las compensaciones, a lo que se ha perdido o se está por perder. Un sano envejecer implica un "...trabajo de compensar pérdidas con ganancias, lo cual supone que la aceptación de faltas y ausencias promueve la recarga de nuevos objetos o nueva recarga de los viejos. Renovación incesante del flujo vital que, aunque anticipada la propia ausencia, acompaña la renovación incesante del flujo vital de la especie".10
El ámbito de juego como sitio privilegiado para jugar con las pérdidas, contenido y motor esencial del duelo.
El juego dramático y el juego teatral permitiría mantener al psiquismo en condiciones de posicionarse de modo saludable frente a los duelos que se atraviesa en el envejecimiento y a la vez prepararse para aceptar la muerte como parte de la vida. Alfredo J. Schwarcz11 dice que "Los modos de elaborar las distintas pérdidas que sufrimos a lo largo de la vida determinan en gran medida nuestro modo de enfrentar la propia muerte".
El juego posibilita poner en palabras, en escenas, fantasías, deseos, miedos, ante cosas que ya no podrán ser o hacerse, desagregándole el contenido de padecimiento, el sufrimiento. Ya que no es en realidad que eso esté sucediendo aquí y ahora, es solo una ficción. Se establece una convención. A partir de esta convención todos participan del juego que consiste en una fantasía compartida.
A la vez se pueden anticipar cosas por venir, sin dolor. Permite prepararse para cuestiones que seguramente serán inevitables, nuevas pérdidas. Pero también se podrá fantasear con nuevos proyectos, con aquello que si puede ser posible.
Al parecer sucede algo similar al humor, dice Freud en El chiste y su relación con el inconsciente(1905) "El humor comprende numerosísimas especies, cada una de las cuales corresponde a la naturaleza peculiar del sentimiento emotivo que es ahorrado a favor del placer humorístico: compasión, disgusto, dolor, enternecimiento, etc.".
"Experimentamos, ciertamente, el placer humorístico allí donde es evitado un sentimiento emotivo que esperábamos como inherente a la situación...".
Entonces el placer en el humor parece surgir del gasto de sentimiento ahorrado. El placer de un ahorro.
ES LA OPORTUNIDAD PARA PASAR POR DISTINTOS LUGARES
Vía el juego dramático y el juego teatral se abre la oportunidad para pasar por distintos lugares, circular por el sitio de quien gana, pero también del que pierde, de quien da y del que recibe, del que sufre y el que hace sufrir, del poderoso, del carenciado, de la víctima, del victimario.
Algunas escenas de la vida cotidiana pierden así el cariz de algo temido, intocable o congelado en el tiempo.
En el juego, a partir del juego y en el grupo se irá colaborando en un trabajo de enlazar pasado, presente y futuro, de reescribir la propia historia.
Se inscriben nuevas versiones sobre el mismo acontecimiento, vistas desde distintos puntos de vista, se desacralizan. Aquí podemos incluir la noción de diversión como la posibilidad de tener diferentes versiones sobre un mismo hecho.
Algunos episodios de la vida cotidiana son tomados como objeto, como objeto de juego, las escenas, la historia se ubica como juguete, como objeto que puede ser cambiado de significado. Si el bastón de José María dejó de ser tal para convertirse en la espada de un valiente, es decir hay sustitución del valor del bastón para ser otra cosa, con acuerdo de los demás personajes, pero también de los espectadores que veíamos, o creíamos ver una espada en lugar de un bastón. Dejamos de ver a José María para creer ver a un espadachín de época engalanado con los mejores atuendos. La historia fue tomada, transformada, sustituida, también como los objetos. Los sujetos, los objetos, el espacio, el tiempo y las historias pueden ser tomadas como objeto de juego y hacer y deshacer con ellas a gusto. Esto implica asumir una posición activa, aquello que en algún momento pudo haber sido padecido, ahora puede ser manejado, dominado, invirtiendo las contingencias. Ejercicio de acción y transformación, de quiebre con la sumisión, de posibilidad de rebelarse ante lo establecido.
"SI QUIERES SOPORTAR LA VIDA, PREPÁRATE PARA LA MUERTE".
S. FREUD
DESPRENDIMIENTO Y RENUNCIA
Si en estos juegos aparece una y otra vez la posibilidad de jugar con lo que ya no se es, con las cosas y sujetos que ya no están, con las pérdidas, conviene entonces detenerse a indagar un poco mas la relación entre el duelo y este tipo de situaciones lúdicas.
En duelo y melancolía Freud12 define el duelo como "...la reacción a la pérdida de un ser amado o de una abstracción equivalente: la patria, la libertad , el ideal, etc. Bajo estas mismas influencias surge en algunas personas, a las que por lo mismo atribuimos una predisposición morbosa, la melancolía en lugar del duelo". Y bien nos advierte que el duelo no es un estado patológico "Es también muy notable que jamás se nos ocurra considerar el duelo como un estado patológico y someter al sujeto a un tratamiento médico, aunque se trata de un estado que le impone considerables desviaciones de su conducta normal. Confiamos, efectivamente, en que al cabo de algún tiempo desaparecerá por sí solo y juzgaremos inadecuado e incluso perjudicial perturbarlo."
No solo será necesario emprender el duelo frente a la pérdida de seres queridos, sino también en la vejez este trabajo se instala con las reducción o desaparición de funciones vitales (disminución de la visión, velocidad, etc.) o de roles y posiciones sociales (trabajo, grupos).
LA LABOR QUE EL DUELO LLEVA A CABO
En el mismo texto se pregunta ¿en qué consiste la labor que el duelo lleva a cabo?. Dice que a su juicio, se puede describirla en la forma siguiente: el examen de la realidad ha mostrado que el objeto amado no existe ya y demanda que la libido abandone todas sus ligaduras con el mismo. Contra esta demanda surge una oposición naturalísima, pues sabemos que el hombre no abandona gustoso ninguna de las posiciones de su libido, aun cuando les haya encontrado ya una sustitución.
Lo normal es que el respeto a la realidad obtenga la victoria. Pero su mandato no puede ser llevado a cabo inmediatamente, y sólo es realizado de un modo paulatino, con gran gasto de tiempo y de energía, continuando mientras tanto la existencia psíquica del objeto perdido. Cada uno de los recuerdos y esperanzas que constituyen un punto de enlace de la libido con el objeto es sucesivamente despertado y sobrecargado, realizándose en él la sustracción de la libido. No nos es fácil, dice Freud, indicar en términos de la economía por qué la transacción que supone esta lenta y paulatina realización del mandato de la realidad ha de ser tan dolorosa. Tampoco deja de ser singular que el doloroso displacer que trae consigo nos parezca natural y lógico. Al final de la labor del duelo vuelve a quedar el yo libre y exento de toda inhibición.
Freud agrega que "...el duelo mueve al yo a renunciar al objeto, comunicándole su muerte y ofreciéndole como premio la vida para decidirle..."13
En "Lo perecedero" Freud dice que el trabajo del duelo se define como un proceso de desprendimiento y renuncia y se pregunta, por que el trabajo de duelo tiene que ser un proceso tan doloroso. Ha realizado la constatación de que la libido se aferra a sus objetos y rechaza desprenderse de los mismos, aún cuando ya dispone de sustitutos.14
Se pregunta Freud en "Consideraciones de actualidad sobre la guerra y la muerte" ¿qué sucede con esta suerte de viscosidad de la libido, que se niega, cuando ha perdido algo, a pasar a otra cosa?. Al describir el proceso por el que la libido se dirige a los objetos, dice que estos pasan en cierto modo a estar incluidos en nuestro yo, de modo que se trata de un pedazo del yo, en definitiva de lo que hay que desprenderse. Cada uno de aquellos seres amados era, en efecto, un trozo de su propio y amado yo. El hombre aprende por el otro, la experiencia dolorosa de la propia muerte. La propia muerte es inimaginable, siempre que intentamos aproximarnos a ella lo hacemos sólo como espectadores. Nadie cree en el fondo en su propia muerte. En el inconsciente somos inmortales. Pero, con respecto a la muerte del otro, adoptamos una actitud convencional que se derrumba cuando se trata de la pérdida de una persona amada. Enterramos con ella nuestra esperanza, nuestras aspiraciones y nuestros goces, no queremos consolarnos y nos negamos a toda sustitución del ser perdido15.
POSIBILIDADES DE DISPONER DE SUSTITUTOS
En el juego hay alternativas de disponer de sustitutos, ya que la cualidad fundamental del juego es la creación de sustitutos. Entonces, es posible desprenderse y renunciar a estos sustitutos en el juego, haciendo lugar para alojar a otros. Pero con una cualidad distinta a la vida real, aquí es sin dolor. Es decir, que durante el juego dramático o en el teatral se puede intentar el trabajo psíquico de desprendimiento y renuncia vía la creación de sustitutos, lo cual permite llevar adelante esta tarea pero sin dolor, único modo de jugar. Quizás sea una forma de engañar al psiquismo, así como sucede con el sueño en su operación de seguir durmiendo siempre y cuando se pueda engañar a la conciencia disfrazando al sueño, es decir haciendo deslizar el deseo entre medio de ropajes que mantienen tranquila a la conciencia. Condensación y desplazamiento dos trucos magníficos del psiquismo que habilitan al inconsciente para hacer su trabajo.
Parece que el dispositivo montado en el espacio de juego dramático o teatral puede ser un espacio donde se pueda hacer este trabajo simbólico, de sustituciones, de reemplazos, de jugar con las pérdidas, de operación psíquica de desprendimiento y renuncia con otras cosas, para luego en la vida real, en la vida seria, en la que se está expuesto a los riesgos, a la muerte, se pueda seguir haciendo este trabajo de duelo.
Pero a la vez, el dispositivo que aquí se monta habilita a que se hable, se interrogue sobre estas cuestiones, primero aproximándose vía el juego, luego con la palabra. Se puede hablar de aquello que parecía intocable, "El duelo es el discurso de lo simbólico. Hacer el duelo es, poder seguir hablando"16.
Dice Freud que se busca "...en la ficción, en la literatura y en el teatro una sustitución de tales renuncias. En estos campos encontramos aún hombres que saben morir e incluso matar a otros. Sólo en ellos se nos cumple también la condición bajo la cual podríamos reconciliarnos con la muerte; esto es, la de que detrás de todas las vicisitudes de la vida conservásemos todavía otra vida intangible. Es demasiado triste que en la vida pueda pasar como en el ajedrez, en el cual una mala jugada puede forzarnos a dar por perdida la partida, con la diferencia de que en la vida no podemos empezar luego una segunda partida de desquite. En el campo de la ficción hallamos aquella pluralidad de vidas que nos es precisa. Morimos en nuestra identificación con el protagonista, pero le sobrevivimos y estamos dispuestos a morir otra vez, igualmente indemnes, con otro protagonista".17 Aquí recordamos a nuestra amada que cae perdiendo la vida delante de sus caballeros y frente a ella todos los espectadores que recorren la escena con sus miradas.
Es posible pensar al juego desde la perspectiva de se juega para dejar algo afuera, si es así el jugador dejaría fuera de juego, fuera del juego, al dolor, pero también todo lo que tiene que ver con lo serio: el riesgo de que le sucedan cosas que lo conecten con la muerte. Y, luego de jugar el sujeto puede retornar a esos temas pero de otro modo, es como si los hubiera podido transitar de cerca, bordear. Solo eso, bordear, transitar de cerca es quizás lo único que pueda hacerse con la muerte y es a la vez lo que permita aceptarla como parte de la vida, como el necesario y natural final de la vida humana.
"El viejo se enfrenta tarde o temprano a la inexorabilidad de la muerte. Las múltiples pérdidas que acompañan al proceso del envejecimiento conducen paulatinamente a la toma de conciencia de la propia muerte como acontecimiento próximo e inevitable. La negación de la muerte, alimentada por la doble vertiente de una sociedad negadora por un lado, y las fantasías inconscientes de inmortalidad con sus raíces infantiles, por el otro, se va haciendo insostenible hasta dar lugar a la aceptación de la propia muerte. En este complejo camino que va de la negación hasta la aceptación, encontramos entre los viejos las conductas mas diversas..."18.
Durante el envejecimiento es esperable la pérdida de seres queridos, pero también de funciones sociales, se dejan funciones laborales y se pasa a ser jubilado, se pierde la pareja y se pasa a ser pensionado. Hay cambios en los roles familiares, ser madre o padre de niños o jóvenes, para ser padres de adultos. Se adquieren nuevos roles, ser abuelos. Se pierden capacidades corporales: visión, audición, velocidades, resistencia, fuerza, resistencia, etc.
Quien no se resigna a aceptar que hay cosas, aspectos, funciones, objetos que se pierden, pues se encuentra en dificultades. Se le hace cada vez mas complicado seguir viviendo con una mirada puesta hacia delante.
El trabajo del duelo implica volver a pasar por las huellas que los otros dejaron en nosotros, sus palabras, gestos, abrazos, miradas, enojos, sonrisas, modos de disfrutar, de hacernos lugar. Quizás sea el camino inverso a la identificación, un encuentro con aquellos aspectos que nos han impregnado del otro.
La muerte del otro es inaceptable doblemente. Por un lado, presentifica la propia muerte por el otro, es la pérdida de una parte propia. La actitud de evitación de la muerte desemboca en el empobrecimiento de la vida. A ello van a ser agregados, como cuestión que contribuye a tornar más engorroso el trabajo de duelo, los deseos de muerte.
Allouch, dice19 que cada uno se encuentra habitado por sus muertos. Sostiene que el duelo no es separarse del muerto, sino cambiar la relación que tenemos con el y agrega que "...la posición de cada uno con respecto a alguno(s) de sus muertos está funcionando permanentemente en las determinaciones mas cruciales de su vida, en ciertos trazos en apariencia de lo más anodinos..."
Pacho O´donell agrega que cuando en un juego efectivamente se juega, inevitablemente se produce algo nuevo, se crea, y no hay creación posible sin el riesgo del pasaje por la zona de la muerte, de lo muerto de cada uno. De una manera diferente de manipular, tratar o entenderse con lo muerto surge la creación, es decir, lo vital.
LA IMPORTANCIA DEL DISPOSITIVO
Para que el juego dramático y el teatral puedan contribuir en el trabajo de elaboración del duelo normal será necesario crear condiciones apropiadas para tales fines. A la conjunción de condiciones las llamaremos dispositivo.
Es una construcción artificial, necesaria para que se pueda desarrollar toda la actividad. Imprescindible para hacer de esto una tarea rigurosa y a la vez poder diferenciarla de otras propuestas. No pretende entre sus objetivos constituirse en una herramienta terapéutica, por lo tanto tiene un diseño pensado para los objetivos y alcances situados en el campo recreativo.
a) Objetivos enmarcados en la recreación
Tratamos de no perder de vista que esto es un espacio recreativo y como tal persigue objetivos propios de la recreación:
*uso y disfrute del tiempo libre. Creación de la condiciones del aprendizaje del uso y elecciones del tiempo libre durante el mismo tiempo libre y para el resto del tiempo total. Esto implica que en este momento se presentan condiciones favorables para que se produzcan posibilidades de seguir realizando elecciones tomadas con autonomía en el resto del tiempo humano y no solo en el tiempo libre. Es habitual que encontremos que el espacio de juegos dramáticos y teatrales funcione como plataforma de entrenamiento y aprendizaje para nuevos proyectos y programas realizados en compañía de otros o solos; inician otros talleres, van a bailar, se juntan fuera de los horarios de los Centros, pasean, empiezan o retoman el estudio, etc.
*Recreación para re-crearse a través de las actividades, para recuperar el sentido que tiene para cada uno el estar vivo20.
*Que posibilite identificar las posibilidades y las limitaciones con que se cuenta.
*El desarrollo de sujetos autónomos
*Propiciar actividades que tiendan a la autogestión. Favoreciendo el cuestionamiento, el pensamiento crítico.
*Búsqueda de niveles de participación real.
Llamamos participación simbólica a la que hace creer a la gente que interviene en cosas importantes, cuando en verdad las decisiones las siguen tomando otros. En cambio, la participación real implica la toma de decisiones en todos los niveles de la organización.
Así, el espacio de juegos teatrales y dramáticos funciona como un lugar de entrenamiento y ejercicio de la participación ciudadana y aquello que sucede aquí produce consecuencias no solo en este sitio sino también en el resto de la organización (escuela, club, sociedad de fomento); se rompe con una posición de acatamiento y obediencia para pasar a una actitud crítica, activa y solidaria. También se ven efectos en las familias y en otros grupos.
*Estimular al cuidado personal.
*Estimular al encuentro con los otros, sea en forma grupal, institucional o comunitario.
*El desarrollo personal.
*La diversión, el descanso.
.*Colaborar en dar herramientas y condiciones para el desarrollo de un envejecimiento sano. 3
b) Un grupo y una actividad regular.
Un ámbito de integración y pertenencia a un grupo y una actividad regular, constante, delimitado en sus integrantes, en su horario y días de funcionamiento, con una propuesta clara y definida, que permita hacer lugar para ser arte y parte de lo que allí se vaya armando. Diciendo que se quiere hacer, con quienes, cuando y donde. Pertenecer a un grupo de juegos dramáticos y teatrales implica abrir todos los espacios posibles de participación, buscando que cada miembro encuentre un sitio donde intervenir, produciendo y construyendo el hecho grupal, cultural, social. Un lugar para que se despliegue el deseo.
Un espacio significativo con otros, en un grupo. Constituir un espacio junto a otros como sostén, donde adquiera valor la tarea, los compañeros y el lugar. Esto retorna dando sentido a la vida. Retorna en la palabra, en el rostro de los otros, en los lugares asignados, conquistados. En la tarea lograda. En la producción de lazos y de actividades. Relataba al principio del texto que al encontrarse cada tarde en la actividad hay besos, muchos besos, se conocen y reconocen cada vez. Surge la alegría del re-encuentro, del re-conocimiento. Saben de sus olores, de los gustos, de los estilos de los compañeros, brindan por eso, por reconocerlos; pero también hay alivio al ser reconocidos por los otros. Importan para los demás, son registrados, son parte del otro. Algo sucedió para que identificaran que Margarita había faltado. Se siente su ausencia, nos falta, hay deseos de saber de ella. José se ocupa de llamarla, ahí hay red, lazos que sostienen y contienen. Margarita en el próximo encuentro nos cuenta que "estuvo enferma y quería curarse enseguida para volver a la escuela y que le hizo muy bien el llamado de José diciéndole que la estaban esperando". Manifiestan reiteradamente que estos espacios les dan deseos renovados de vivir, enfermándose menos que antes, que tienen nuevos proyectos y muchos amigos; cuidan su cuerpo y su estética, "desde que sabía que hoy era martes me levanté con ganas, me arreglé bien antes de venir, me pinté y me perfumé".
David Slavsky21 nos ayuda a pensar acerca de la importancia de los otros, de los grupos en la vejez y dice que "La dependencia inherente a la esencia del desarrollo del psiquismo humano establece sus fundamentos en la presencia de los otros, la mirada, el reconocimiento, las ambivalencias afectivas, las identificaciones, los juegos de poder. La ligadura a la vida, el deseo de existir se nutren de la constancia de esos sostenes.
Cualquier amenaza o efectivización de la caída de esa presencia es profundamente resistida por las bases del psiquismo, ya que implican la caída de toda significación. Por ello, según el alcance con que haya sido investida una tarea, una pérdida de ésta que puede suponerse como parcial, adquiere la relevancia de catástrofe, y se potencia con el sentido de La Pérdida". "...la integración a un grupo, movimiento, institución, ideología, ofrece un punto de referencia y de continuidad con un sostén colectivo. Tratándose de personas mayores el requisito de pertenencia adquiere gran relevancia en la medida que se van produciendo pérdidas sucesivas, viudez, muerte de amigos, alejamiento de hijos."
El trabajo en el espacio grupal se motoriza con el objetivo de la autonomía, buscando crear las condiciones propicias para que los lazos que se instalen no precisen de la presencia constante de la conducción. Esto provoca un quiebre con aspectos íntimos de quienes coordinan grupos, cediendo a los anhelos de ser amados y necesitados, adorados y adulados.
Agrega David Slavsky que al fantasma de la soledad y el vacío se añade la inseguridad provocada por el debilitamiento de funciones, el registro de carencia se generaliza, se torna imprescindible la presencia de los otros como red de contención. Mantener un ámbito identificatorio en el que el individuo se reconozca y registre ser reconocido, es fuente de estímulo a sus circuitos deseantes, y da continuidad a su sentido de vida.
La instalación de un lugar entre los otros garantiza la satisfacción de elementales requisitos de investimiento libidinal, y preserva respecto a que se produzca un camino de retirada. De no mediar el ámbito de Pertenencia a la propia familia, o a alguna de las agrupaciones sociales existentes, la única derivación posible es la retracción.
En ese caso la carga libidinal va a replegarse al Yo y a los órganos corporales, el lugar social no se hallará en la plataforma en que se juegan los reconocimientos y desarrollos de afecto mutuos. Por el contrario los lugares de encuentro de las identificaciones serán el del enfermo, el deprimido, el discapacitado, el aislado.
Dice René Kaës "El sujeto busca en el afuera lo que le hace falta en el adentro, la continuidad, la unidad, la coherencia, la permanencia. Busca en el grupo la imagen de su mismidad perdida"
C) La presencia de un conductor
Hace al dispositivo la presencia de un conductor, responsable de dirigir el proceso recreativo. Garantiza la concreción de los objetivos y tareas que se van fijando en conjunto con los participantes.
El armado grupal se instala sobre relaciones que el conductor va inaugurando, situación que debe ir manejando, siendo consciente de la importancia que esto tiene. Vínculos que se prolongarán en los lazos horizontales de los componentes del grupo.
d) Momentos de la actividad
Es parte del dispositivo contemplar distintos momentos de la actividad:
*La llegada y encuentro con charlas informales, espontaneas, besos, palabras y saludos, hacen ya a la propuesta.
*Identificar quienes están, quienes faltan y que se sabe de los ausentes.
Cuenta Isabel que "en las dos semanas que estuvo enferma solo la llamaron y la fueron a visitar los compañeros del grupo. Saber que aquí tenía un lugar, cosas valiosas para hacer y que la esperaban la estimuló para curarse pronto y volver".
*Relato de acontecimientos relevantes de estos días. Que cosas sucedieron desde el último encuentro.
*Un momento privilegiado lo llamamos de crónica y es el relato de lo sucedido hasta hoy, recuperando lo vivido, sentido y pensado sobre el último encuentro. Esto incorpora la dimensión subjetiva de los procesos grupales, la perspectiva de cómo va impactando en cada uno el trabajo y que va pasando con los vínculos.
La crónica funciona como un cable a tierra permanente ya que es una herramienta diagnóstica constante que posibilita al conductor y al grupo saber por donde andan y como se está con los demás (vínculos) y con la tarea. De este modo se podrá conversar o repensar si hay que hacer cambios, rectificar el rumbo, si hay que trabajar cuestiones entre los participantes o sobre la conducción. Ejercicio de parar, mirarse y mirar a los demás, de escuchar y escucharse, de reflexión sobre lo acontecido.
*Ubicamos la propuesta del día. Detallamos que tenemos pensado para la jornada y si esto coincide o no con el proyecto que se va diseñando en forma compartida, si recoge las necesidades del grupo.
*Caldeamiento. A pesar de que todo lo expuesto recién funciona de caldeamiento, es decir de preparación, de ir aclimatando el cuerpo, la cabeza y el grupo para las tareas de mayor compromiso, igualmente pensamos este momento para empezar a poner el cuerpo en acción. Aquí realizamos caminatas, saludos, recorridas, juegos.
*Juegos dramáticos y teatrales. Es el instante mas largo, dedicado a trabajar sobre distintas alternativas de juegos teatrales. Improvisaciones, actividades con y sin objetos, con y sin textos definidos. Apelamos según el momento de desarrollo en que se encuentre el grupo y la tarea a distintos objetivos, contenidos, propuestas, por ejemplo: juegos de desinhibición de la voz, del cuerpo, reconocimiento de partes del cuerpo, conocimiento de los demás, reconocimiento del espacio, construcción de historias, etc.
*Cierre-charla. Momento fundamental de la actividad, allí recuperamos lo sucedido en el encuentro. Instante donde se pueden situar aquellas cosas que han aparecido en los juegos y dramatizaciones y consideremos (los participantes o el conductor) necesario poner nuevamente en palabras, pero ahora ya fuera de juego. Espacio también voluntario, donde solo habla el que lo desea. Habitualmente aquello que aparece en este espacio seguramente retorna en siguientes encuentros como material de juego. Así, juego y charla se alimentan mutuamente, enlazando palabras, objetos, juegos, miradas, sensaciones y contactos.
Comentarios
1 Está dirigido claramente al imaginario, apela a ese lugar. Es la apelación a ser crédulo y por lo tanto algo loco. O. Mannoni nos dice que aquí funciona el "ya lo sé, pero aún así".
Para poder manejarse con las fantasías, para poder jugar, se requiere compartir una convención, un hecho social, que permita alojar en un lugar de la misma a la creencia. Y la creencia supone el soporte del otro; el otro es el que cree. Pero la convención es la que permite por su presencia la existencia del otro como soporte de una creencia (Reinoso Diego García)
La posibilidad de jugar incluye este pedido de rechazo a la realidad como primer paso "dale que éramos...". Con la Verleugnung, como dice Mannoni, todo el mundo entra en el campo de la creencia y también en el del juego. Dice Reinoso que aquí nos acercamos al problema de la creación. En lo imaginario está ubicado lo creativo, pero esta creatividad sólo se pone en marcha en la medida en que puede aceptarse una diferencia: un "ya lo sé". En lo imaginario parece ubicarse la capacidad creativa cuando "ya lo sé" modula y matiza el "aún así". Podemos crear siempre y cuando aceptamos la castración simbólica, pero también cuando al mismo tiempo, en algún lugar la repudiemos.(Reinoso).
Despegar de lo concreto. Saltar a la dimensión de la imaginación. Recubrir los objetos, el espacio y los sujetos de fantasía.
Despegar a otra escena distinta. Esta otra escena soportada a veces en un objeto real y momentáneo, sobre el podemos ubicar nuestro mundo imaginario"(El juego en la vejez. S. Fajn)2 Dice Vladimir Jankélévitch que cuando se habla de seriedad es porque la posibilidad de la muerte está presente, pero también porque todavía se puede hacer algo. Lo serio no es la certeza de la muerte (dicha certeza es trágica), sino la posibilidad de morir.
Lo serio, es como una tragedia en sordina, una tragedia a media luz, una tragedia donde la catástrofe está indefinidamente aplazada...Lo serio es lo trágico de mañana porque la tragedia propiamente dicha siempre es para luego. Una situación seria es aquella en la que lo trágico no aparece enseguida, sino a la larga.
Y mas adelante agrega que si la situación es seria, se acabaron las locas ilusiones de inmortalidad.3 Se puede encontrar algunos desarrollos en Pensar la Recreación. Fajn Sergio. En revista Recreando Nº12.
Notas
1 Zarebski Graciela. Hacia un buen envejecer. Emecé. 1999.
2 Huizinga Johan. Homo Ludens. Alianza Emecé. Madrid 1990.
3 Caillois Roger. Los juegos y los hombres. La máscara y el vértigo. Editorial Fondo Cultura Económica, México. 1986.
4 Caillois Roger. Los juegos y los hombres. La máscara y el vértigo. Editorial Fondo Cultura Económica, México. 1986.
5 Neri, Roberto.
6 Caillois, Roger.
7 Caillois, Roger.
8 Caillois, Roger.
9 Freud Sigmund. Consideraciones de actualidad sobre la guerra y la muerte. 1915. Obras completas. Trad. Lopez Ballesteros.
10 Zarebski Graciela.
11 Schwarcz Alfredo J. La difícil tarea de morir. En Actualidad Psicológica Nº 252, abril 1998.
12 Freud Sigmund. Duelo y Melancolía. 1915 (1917). Obras completas. Trad. Lopez Ballesteros.
13 Freud Sigmund. Duelo y Melancolía. 1915 (1917). Obras completas. Trad. Lopez Ballesteros.
14 Freud Sigmund. Lo perecedero. 1915 (1916). Obras completas. Trad. Lopez Ballesteros.
15 Freud Sigmund. Consideraciones de actualidad sobre la guerra y la muerte. 1915. Obras completas. Trad. Lopez Ballesteros.
16 Lemoine Paul y Gennie.
17 Freud Sigmund. Consideraciones de actualidad sobre la guerra y la muerte. 1915. Obras completas. Trad. Lopez Ballesteros.
18 Schwarcz Alfredo J. La difícil tarea de morir. En Actualidad Psicológica Nº 252, abril 1998.
19 Allouch Jean. Ajó. En revista Litoral.
20 Zarebski de Echenbaum, Graciela.
21 Slavsky David. El dolor de ya no ser. En Actualidad Psicológica Nº252, abril 1998.
BIBLIOGRAFIA
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*Zarebski Graciela, 1999. Hacia un buen envejecer. Cap. 3, Una vejez Normal. Buenos Aires: Emecé.