Número 5 - Junio 2000

Paso del tiempo y creatividad

Lic. Marcela Katz - Lic. Graciela Macotinsky
fridman@conicet.gov.ar

El acto creativo se encuentra implicado en el campo de los orígenes. Según la cosmovisión religiosa es el surgir de un nuevo producto, lo creado a partir de la nada. Desde el psicoanálisis hablaremos de una actividad inédita relacionada con la búsqueda de sentidos subjetivos necesarios para lograr la transformación y transmisión de la realidad.

Intentaremos esbozar algunos niveles de expresión de la creatividad y su vinculación con el devenir temporal. De esta manera nos aproximaremos a sus manifestaciones desde los inicios de la vida y las expresiones durante la vejez.

Las capacidades creativas, plantea Grimberg se expresan en dos categorías: La común o propia del desarrollo y maduración intelectual que constituye un patrimonio de la condición humana. La otra, es la excepcional que caracteriza a ciertos individuos con capacidad fuera de lo común para la concepción de ideas originales.

Siguiendo el lineamiento de la primera, todos poseemos "potencialidades creativas". El destino ulterior de las mismas y la posibilidad de que evolucionen en su crecimiento hasta lograr una personalidad creativa o genial dependerán de ciertas capacidades yoicas específicas y de la calidad de las relaciones objetales internas y externas.

 

LOS INICIOS

El germen de la creatividad se modelaría desde el nacimiento del ser humano y aún antes de su concepción, en las vivencias, historias, imagos, y fantasias de sus padres.

La primera actividad de representación se asienta sobre las matrices dadas por las funciones familiares de contención, ligazón, transmisión y transformación.

Son los ordenadores que hacen barrera de contención a las angustias del niño, para que no se desborde ante la espera por la necesidad de satisfacción inmediata. La madre al criarlo domina el cuerpo del bebe y le enseña a dominarse a si mismo, a establecer ligaduras, ella le habla y conecta las sensaciones del cuerpo del bebé con palabras, las nombra, así mismo inscribe con un valor las acciones que realiza: lindo, feo, rico, sucio, bueno, etc. Otra función organizadora del espacio psíquico es la de transformación, muy relacionada con la de ligazón, en estas la madre transforma los contenidos percibidos de la realidad exterior y se los da metabolizados, para que él los pueda ir asimilando.

Estas secuencias y los contenidos transmitidos se configurarán según las modificaciones que acompañan a las distintas épocas socioculturales.

Con el transcurrir de la vida el sujeto tamizará los intercambios con los otros, también asimilará los estímulos y acontecimientos ocurridos según la elaboración de sus complejos psíquicos más profundos. Esta construcción dada sobre la trama de relaciones intersubjetivas obtiene sus materiales del narcisismo, el Edipo y la castración simbólica.

 

DUELO Y NARCISISMO

Toda labor creativa conlleva necesariamente la elaboración de situaciones de pérdida. Sabemos que el trabajo de duelo consiste en una lenta y dolorosa separación de la libido otrora depositada sobre el objeto perdido, para ser sustituida a nuevos objetos.

Los duelos que desembocan en estados patológicos melancólicos, identificaciones tanáticas crónicas empobrecen la vida psíquica e inmovilizan las posibilidades del accionar creativo.

Al configurarse como tiempo de cambio, el proceso creativo implicará inevitablemente una reacción de duelo por la pérdida de las viejas estructuras y de los aspectos del self y de los objetos que son reemplazados por sistemas representacionales y vínculos nuevos contenidos en el acto creador.

Desde otra perspectiva pensaremos que la nueva producción creada puede relacionarse con la elaboración de los efectos traumáticos frente a lo desconocido, al secreto y los contenidos transgeneracionalmente enajenados. Con esta inédita arquitectura psíquica el sujeto pasa a construir teorías y relatos, iniciando los intentos para explicar las brechas de su historia. Resignado a no hallar todas las respuestas, comienza a ser tolerante a la refutación y las conjeturas. La libertad para arribar a diferentes construcciones mentales supone tramitar el odio, realizar el duelo por las ilusiones perdidas y el encuentro con otras posibles verdades. Desde el margen opuesto los trastornos narcisistas, con su corte de frustraciones, defusión pulsional, vacío y ausencia de palabras, obturarán la potencialidad creativa.

El logro en el acto creativo implica un grado de diferenciación entre las fronteras propias y las ajenas, la resignación de las fantasías narcisistas omnipotentes y el acceso a la castración simbólica.

La teorización de Heinz Kohut nos brinda otro modelo para pensar este proceso. Plantea desarrollos originales acerca de las transformaciones del narcisismo y considera el narcisismo en "constelaciones psicológicas independientes..." También señala que "...una serie de logros complejos y autónomos de la personalidad madura derivan de transformaciones del narcisismo, es decir, de la capacidad del yo para dominar las cargas narcisistas y utilizarlas al servicio de sus metas mas altas". Como nos dice este autor, abarcan el sentido del humor, la creatividad, la empatía y la sabiduría. Algunas de ellas exigen el transcurrir de los años, la experiencia vivida, el reconocimiento de los logros, la aceptación de las propias limitaciones y de la finitud.

 

SUBLIMACION Y CAMBIO PSÍQUICO

No es sencillo encontrar un hilo conductor a las múltiples expresiones sobre creatividad. Entendemos que algunas conceptualizaciones se hermanan a las de cambio psíquico. Este movimiento que modifica aspectos notables de la vida mental, incluye la capacidad de ligar opuesta al circuito de la repetición; el conocimiento y la incertidumbre a diferencia de la certeza; la preservación del espacio de juego e ilusión versus la desesperación de sentir la existencia toda como un drama; el desarrollo de ideas y la generatividad de significados nuevos contra la opacidad del estancamiento.

La creatividad sin ser equivalente a ella, también se asienta en la sublimación: transformación de las pulsiones sexuales hacia fines mas elevados, responde al designio de las pulsiones de vida: "’Eros...tiene por fin complicar la vida, reuniendo la substancia viva, disgregada en partículas, para formar unidades cada vez mas extensas y, naturalmente, mantenerla en este estado." 1

Nos referimos a la construcción de nuevas representaciones mentales, mas complejas. El acto mismo de crear es puente y pasaje, su devenir supone otras opciones de la propia historia y la modificación de los sistemas representacionales internos presentes, con su entretejido pulsional, ideativo y afectivo; concomitante a ello el espacio intersubjetivo despliega nuevas configuraciones vinculares, replanteándose futuros cambios en la emisión y recepción de la transmisión generacional y transcultural.

¿QUÉ DINAMISMOS INTRAPSÍQUICOS ESTARÁN PRESENTES PARA AFIRMAR QUE SE HALLA ACTIVO EL PROCESO CREATIVO?

En su recorrido encontraremos un primer tiempo de represión de las pulsiones, una renuncia y transmutación de la meta pulsional, un cierto grado de regresión al servicio del yo, un estado de desorganización propio del retiro de cargas seguido del trabajo psíquico de búsqueda de representaciones a ser libidinizadas, que organizarán nuevos sistemas representacionales.

En el fondo implica también un acto de rebelión y desprendimiento hacia pautas personales históricamente arraigadas.

A pesar de ser un acto solitario y singular, al incluir cambios de posición respecto a los objetos nos remite a un espacio intersubjetivo. Cuestiona significaciones otorgadas desde los mitos familiares, llegando a trocar en el punto mas alto de la escala creativa, emblemas culturales.

La potencialidad creativa integra en un solo momento, los tres tiempos cronológicos, remite en el presente a acontecimientos históricos que serán unificados con proyectos de vida futuros para el sujeto y generacionalmente transmisibles.

 

SOBRE LA CREATIVIDAD EN LA VEJEZ

La cultura es proveedora de nuevos objetos y vínculos que harán de sostén en los momentos vitales de mayor inestabilidad hasta la conformación de otras identificaciones y del acto creativo mismo.

Sin embargo el mismo conjunto social dador de este necesario apuntalamiento,

contiene en su seno la contraparte: una visión escéptica, prejuiciosa acerca de las posibilidades creativas durante la vejez.

Freud expresó un manifiesto pesimismo con respecto al tratamiento y la posibilidad de cambio psíquico en las personas mayores. Sin embargo

en la mediana edad, casi a los 40 años, escribió "Estudios sobre la histeria", en 1895. Realizó sus trabajos técnicos entre 1910 y 1915, cuando contaba entre 54 y 59 años de edad. En 1920 escribe "Mas allá del principio del placer", Libro en el que formula su hipótesis sobre el instinto de muerte. A los 67 y a los 81 años respectivamente, aparecen sus obras "El Yo y el Ello" y "Análisis terminable e interminable". Finalmente a los 82 escribía " Esquema de psicoanálisis". Sin duda excepcional, continuó el trabajo de investigación hasta su muerte a los 83 años, luchando los últimos 20 años de su vida con una lesión en el arco palatino. Freud ha sido un vivo representante de la capacidad creativa en la vejez.

La creación en este tiempo cronológico se relacionará con la transmisión de las significaciones sobre la vida, los medios para hallar espacios placenteros, un modelo de tramitar los duelos, el procesamiento acerca de la muerte y un deseo de afirmar y prolongar la propia existencia.

Llegar a esta etapa, en la que se hace presente la propia mortalidad, sin que prevalezcan el estancamiento y los aspectos narcisistas patológicos, exige  por un lado el trabajo de duelo por la propia vejez y por otra parte el establecimiento de una nueva organización de vínculos e ideales.

 

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