Estimulación del autodesarrollo de los adultos mayores a través def la actividad lúdica
Dr. C. Clara Lig Long Rangel.
Profesora Titular e Investigador Agregado.
Coordinadora de la Cátedra de Estudios sobre la Adultez Mayor (CEAM).
Centro: Universidad de Ciencias Médicas Habana Filial Isla de la Juventud.
e/mail: claraliglong@infomed.sld.cuRESUMEN
La actividad lúdica abarca un amplio círculo de acciones humanas en las que predominan el movimiento de aquí para allá, la libertad, jolgorio y el entretenimiento, que proporcionan a las personas alegría y satisfacción. Abundan los trabajos referidos al juego en la etapa infantil, pero, la bibliografía referida a lo lúdico asociado a las personas mayores es muy limitada, a pesar de que la magnitud y celeridad del envejecimiento demográfico a nivel mundial ha promovido el estudio y profundización en las diferentes dimensiones del envejecimiento y la vejez. Este trabajo ejemplifica varias actividades lúdicas, que sustentadas en el enfoque histórico cultural y en las aportaciones de la Educación Popular, fueron implementadas a partir del análisis bibliográfico, mediante la investigación acción y el empleo de otros métodos de la investigación cualitativa, en la Isla de la Juventud, del 2001 al 2015 durante el desarrollo de los programas educativos con mayores, para promover la interactividad y estimular en ellos el proceso de autodesarrollo. El mismo tiene como objetivo socializar los resultados de dicha implementación para motivar la reflexión, desde la perspectiva del desarrollo humano, acerca de la importancia psicosociocultural y preventiva de la actividad lúdica en las acciones educativas que las distintas instituciones realizan con los gerontes.
Palabras claves: juego, diversión, gerontes, autodesarrollo, alegría, satisfacción.
INTRODUCCIÓN
La actividad lúdica ha sido asociada generalmente al juego- comúnmente relacionado con la edad infantil- el que empleado tanto en sentido directo como figurado posee significados diferentes en las distintas culturas. En la antigua Grecia, conformaba la acción de los niños de hacer travesuras; para los hebreos se correspondía con chiste y risa. Ludo, significaba para los romanos alegría, y para los antiguos germanos movimiento ligero, suave semejante al balanceo de un péndulo, que produce una gran satisfacción (Elkonin, D. B. 1984:14 y 15). En la locución latina, se vincula a diversión, recreación, travesuras, esparcimiento e incluye adivinanzas y acertijos, prestidigitación (juego de manos), retruécanos (juego de palabras), ejercicios físicos, de equilibrio y con instrumentos. Como puede apreciarse lo, lúdico abarca un amplio círculo de actividades humanas -no tendientes a un trabajo difícil- distinguidas por el movimiento de aquí para allá, la espontaneidad, libertad, jolgorio y el entretenimiento, que proporcionan a las personas alegría y satisfacción.
Por su naturaleza social y porque responde a las necesidades de comunicación que aparecen tempranamente y que devienen tendencia a la vida en común con los otros, las actividades lúdicas fueron utilizadas como medios de educación de los infantes, desde tiempos inmemoriales. Expresa ElKonin (1984) que en 1933, Lev Semiovich Vigotski -creador del enfoque histórico cultural- con la amplitud y profundidad que le eran características, desarrolló ese tema y lo presentó en el Instituto Pedagógico Hertzen, de Leningrado, como central para la compresión del desarrollo psíquico en la edad preescolar. Estudios posteriores de Vigotski y sus seguidores han evidenciado las posibilidades de aplicación a todas las etapas del curso vital del enfoque histórico cultural.
Sin embargo, aunque la magnitud y celeridad del envejecimiento demográfico a nivel mundial ha estimulado el estudio y profundización en las diferentes dimensiones del envejecimiento y la vejez, aún la bibliografía referida a lo lúdico en la adultez mayor, sigue siendo limitada. De hecho, los estudios referidos a la vejez como última etapa del curso vital, desde una visión de desarrollo, todavía constituyen un reto para las ciencias, en especial para la Gerontología ciencia que estudia el envejecimiento como proceso natural, la Psicogerontología y la Gerontagogía –ramas de la Psicología y la Pedagogía respectivamente vinculadas a aquella- en las que se requieren esfuerzos teóricos para su abordaje desde una posición auténtica del desarrollo humano.Este trabajo ejemplifica varias actividades lúdicas, que sustentadas en el enfoque histórico cultural y en las aportaciones de la Educación Popular, fueron implementadas a partir del análisis bibliográfico, mediante la investigación acción y el empleo de otros métodos de la investigación cualitativa, en la Isla de la Juventud, del 2001 al 2015 durante el desarrollo de los programas educativos con mayores, para promover la interactividad y estimular en ellos el proceso de autodesarrollo. El mismo tiene como objetivo socializar los resultados de dicha implementación para motivar la reflexión, desde la perspectiva del desarrollo humano, acerca de la importancia psico-sociocultural y preventiva de la actividad lúdica en las acciones educativas que las distintas instituciones realizan con los gerontes.
DESARROLLO
La educabilidad es una cualidad inherente a los seres humanos. Aunque tradicionalmente la educación se ha restringido a procesos, prácticas, intenciones, condiciones y sujetos asociados a determinadas instituciones educacionales, -a la formación escolar, profesional o para el trabajo- estudios recientes han destacado que la importancia de considerarla un proceso que ocurre a lo largo de toda la vida, por ser una necesidad ineludible de los individuos y de las sociedades y un determinante del desarrollo social y humano.
Como en cualquier etapa de la vida, en la adultez mayor, la educación como expresan Méndez de Paraco y Corrales Mejías citadas en un trabajo anterior (2014) se refiere a un proceso continuo del desarrollo armónico y dinámico en el ser humano del conjunto de sus potencialidades afectivas, morales, intelectuales, físicas y espirituales; el desarrollo del sentido de autonomía, de la responsabilidad, de la decisión, de los valores humanos y de la felicidad de la persona, por lo que debe asumirse como una instrumento de empoderamiento y validación de la condición de ser humano, que fomenta que las propias personas mayores sean protagonistas de su realidad y transformación, de su desarrollo.
Es inadmisible, por supuesto, pretender educar a las personas mayores (gerontes) de la misma forma que a los niños, adolescentes y jóvenes. Pues a diferencia de aquellos, la personas mayores, están conscientes de sus necesidades educativas, atesoran un saber experiencial social y laboral así como una inteligencia cristalizada, desarrollada mediante la cultura asimilada a través de las historias de sus vidas; potencialidad de esta etapa de la vida, que se puede evaluar a partir de la información general y respuestas a los dilemas sociales aportadas por los gerontes. Ello los capacita para medir los costos de su aprendizaje, ya sea en términos de tiempo, en dinero o de oportunidades perdidas. De ahí que posean una motivación intrínseca, es decir, no requieren las presiones de otras personas pues son maduros para razonar y para seleccionar por decisión propia si buscan o no medios para aprender y educarse, para qué y en qué formas.
A las mencionadas peculiaridades se añade la riqueza que como grupo de aprendizaje, poseen, debido a su heterogeneidad, en edad, sexo, profesiones y oficios, intereses, experiencias laborales y sociales. Se distinguen porque los miembros del grupo tienen objetivos claros y concretos, elegidos y valorizados por ellos mismos, no requieren que otras personas les hable de la importancia del saber y del aprendizaje; sus fuentes del conocimiento son múltiples, se preocupan por el fracaso y se esfuerzan en fracasar; pueden ser susceptibles a las críticas pues a veces arrastran experiencias de aprendizajes frustrantes, aunque poseen mecanismos de compensación; gustan de invertir su tiempo en aquellos que les proporciona satisfacción y los hace sentirse útiles; demandan alternativas y variantes de apoyo por su relativa capacidad para mantener el esfuerzo intelectual prolongado.
Por tales razones, siempre que aspire a convertir a las personas mayores en protagonistas de su autotransformación y estimular así su autodesarrollo, promoviendo en ellos un envejecimiento activo, que aproveche las potencialidades de pensar, sentir y actuar que identifican a los seres humanos, las acciones educativas para y con personas mayores, han de concebirse de manera típicamente diferente a las tradicionales formas escolares. La inserción de la actividad lúdica, proporciona un ambiente más distendido, menos estresante para favorecer el aprendizaje mutuo, el interaprendizaje, la cooperación, la ayuda y el respeto mutuo.
La experiencia como geroeducadora (educadora de adultos mayores) de la autora de este trabajo, le posibilita aseverar que las actividades lúdicas constituyen un recurso de apoyo al proceso de aprendizaje de los (as) gerontes, ya que viabilizan que las acciones puedan ser personalizadas y contextualizadas y a la vez flexibles, atrayentes y provocadoras, desinhibidoras -pero contenidas para evitar desbordes emocionales de difícil control-, conquistadoras no esclavizadoras sino liberadoras, que fomentan la sociabilidad, la solidaridad y la cohesión grupal. Atributos que no siempre se registran en la concepción y diseño de las acciones educativas para este segmento poblacional. Tal como se expresa en la bibliografía analizada, las actividades lúdicas propician la descarga de tensiones acumuladas, favorecen la iniciativa y la creatividad, entrenan las habilidades comunicativas y sociales, mejoran la socialización, generan vínculos interpersonales. También reflejan situaciones de conflictos que en ambiente y tratamiento adecuados en ocasiones el propio grupo contribuye a su solución a través del interjuego que se da entre sus miembros.
La importancia psicológica y sociocultural del empleo con las personas mayores de dichas actividades tiene que ver con su capacidad para: a) reforzar conductas positivas; b) enfrentar a las personas con conductas inadecuadas; c) modelar comportamientos y superar mitos; d) estimular la iniciativa y la creatividad; e) brindarles apoyo emocional y gerontagógico; f) actuar sobre conflictos y desatar sus nudos; g) fortalecer la autoestima positiva; h) activar las conexiones nerviosas; i) orientar las actuaciones futuras.
Teniendo a lo antes expuesto, la concepción, planificación y ejecución de las actividades lúdicas, estuvieron antecedidas por los diagnósticos individuales y grupales participativos y contextualizados, apoyados con la entrevista en profundidad, la observación participante y la técnica del vagabundeo, como instrumentos de obtención de datos, para identificar potencialidades y limitaciones de cada geronte, la autopercepción de sí mismos y de su vida pasada y presente, así como la autoproyección del futuro que ellos estimaban como posible, según su contexto sociocultural. Utilizar y darle seguimiento a los resultados del diagnóstico posibilitó se trabajase en la dirección del autorreconocimiento y de la aparición de una postura activa, para contribuir a revelarles el sentido de sus vidas en la vejez, ya que como expresara Rubinstein citado por Lig Long Rangel, C (2012), cuando las personas “descubren” cuáles son los objetivos esenciales de su existencia, sienten la necesidad de prepararse para el logro de los mismos.
Entre las actividades implementadas en la Isla de la Juventud, desde el 2001 hasta el 2015, durante la ejecución de los programas educativos con adultos mayores, provenientes de su acervo cultural, se encuentran las que a continuación se comentan y ejemplifican.
- Técnicas participativas: Son herramientas de trabajo en grupo, que se usan para animar, desinhibir o integrar a los participantes, estimulan la participación y hacen más sencillos determinados contenidos; propician los procesos de concientización individual y de grupo como resultado de la actividad externa e interna.
Ejemplos: 1.- Técnica “Un sello de correos”.
Objetivos: Contribuir a ampliar el acervo cultural de los adultos mayores, aprovechando sus conocimientos previos. Estimular las relaciones intergeneracionales y la comunicación.
Procedimientos: Se distribuyen sobre una mesa varios sellos de correos; se propone a los participantes que seleccionen uno, seguidamente se les sugiere, dialoguen entre sí y se agrupen a partir de una temática común. Se les pide, que con ayuda de algún familiar o amigo busquen información sobre esa temática o sobre el hecho que refiere la estampa.
- Uso de poemas, trabalenguas y refranes: Modalidades del arte popular que movilizan los recursos personales, estimulan las definiciones, explicaciones y búsquedas necesarias en relación con las situaciones que se pretenden transformar. Ejemplo de poema: “Los celos” de Elxilia Sardaña.
Objetivo: Fortalecer las autorreferencias positivas (autoestima, autoimagen, autovalidismo, entre otras), a partir de destacar las cualidades humanas que se deben fomentar en el diálogo con las generaciones más jóvenes.
Procedimiento: Se hace primero una lectura general del poema, para que el auditoria se familiarice con su contenido. Seguidamente, por una guía de preguntas previamente elaborada, según los resultados del diagnóstico, se conduce el análisis del texto del poema, ubicándolo en el contexto actual de las comunidades pineras. El texto dice:
Abuela, ¿qué son los celos?
Son unos animalitos tontos,
que ven lo que no existe
y oyen ruidos inciertos
Siempre van acompañados.
Arrasan siembras y amores
con la voracidad de sus quejas
Pero cuando van solos,
cuánta ternura encierra,
esa mirada atenta,
una voz melodiosa.
Los celos son una plaga.
El celo guardián de la cosecha.
- Cuentos y/o fábulas. Relatos breves que generalmente encierra una enseñanza, tomados de los libros o de las experiencias de vida que los participantes desean compartir con el grupo. Ejemplos: “La fábula del erizo”, para reflexionar del respeto a lo diferente, estimular la tolerancia y las mejores cualidades de los seres humanos.
- Manualidades: Actividad manual que abarca distintas modalidades; pintura, trabajo con barro; artesanía, papel, confecciones, de fácil asimilación y realización. Ejemplos: Pintar con agua y trabajar con cartulina pintada (confección de tarjetas para obsequiar); con papel (confección y decoración de un abanico rústico), la técnica del Papier marché (confección de artículos para las áreas de juego de los círculos infantiles. Para crear un clima de afabilidad, elevar la autoestima, confianza, la creatividad, la percepción de utilidad y la colaboración entre ellos en la búsqueda de soluciones a situaciones de carencias de la vida cotidiana.
- Dibujos y/o caricaturas: Expresiones gráficas que se presta a la lectura polisémica, empleada para dialogar acerca de los valores que deben primar entre los seres humanos. Se muestra la figura para que construyan por equipo una historia ficticia. De acuerdo con la historia se dialoga acerca de las relaciones interpersonales en diferentes contextos, la familia, el trabajo y comunidades, se da la posibilidad de abordar temas escabrosos como la violencia intrafamiliar y sus manifestaciones en relación con los adultos mayores. Por ejemplo:
- Música: Arte de combinar los sonidos de un modo agradable al oído. Música instrumental, y música popular, composiciones musicales que estimulan el sistema auditivo y suscita en las personas diferentes estados emocionales. Vinculada con el baile favorece la liberación de energía y de tensiones., proporciona alegría y satisfacción Ha sido la menos utilizada, por los criterios discordantes respecto a sus preferencias entre los grupos de mayores con los que se ha trabajado.
- Canciones: Productos musicales de notoria influencia en el organismo humano, como modificadores de la conducta individual y social, y de las funciones psíquicas. Ejemplo: La canción “Color esperanza” interpretada por Diego Torres, son una invitación al optimismo y las ganas de vivir, a pesar de las dificultades del día a día. El texto de esta última en esencia expresa:
Se, que hay en tus ojos con solo mirar
Que estás cansado de andar y de andar
Y caminar, girando siempre en un lugar
Se, que las ventanas se pueden abrir
Cambiar el aire depende de ti
Te ayudara, vale la pena una vez más.
Saber que se puede, querer que se pueda
Quitarse los miedos, sacarlos afuera
Pintarse la cara color esperanza
Tentar al futuro con el corazón.
Es mejor perderse, que nunca embarcar
Mejor tentarse a dejar de intentar
Aunque ya ves que no están fácil empezar
Se, que lo imposible se puede lograr
Que la tristeza algún día se ira
Así será, la vida cambia y cambiara
Sentirás, que el alma vuela por cantar una vez más
Saber que se puede, querer que se pueda
Quitarse los miedos sacarlos afuera
Pintarse la cara color esperanza
Tentar al futuro con el corazón
Saber que se puede, querer que se pueda
Quitarse los miedos sacarlos afuera
Pintarse la cara color esperanza
Tentar al futuro con el corazón
Vale más poder brillar que solo buscar ver el sol.
Pintarse la cara color esperanza
Tentar al futuro con el corazón
- Juegos: Actividad motriz y/o intelectual en la que se combinan diversos procesos mentales y afectivos en la solución de problemas de distinta complejidad, en un ambiente psicosocial caracterizado por el divertimento. Ejemplo: Un Juego matemático, consistente en tableros numéricos realizados por ellos mismo con material desechable, cuyas operaciones matemáticas vinculadas con hechos históricos o historias de vida, estimulan procesos del pensamiento (memoria, imaginación)
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Tablero de Rosa Tablero de Andrés Tablero de Ernesto
En este caso se trabajó la motricidad fina y los procesos mentales como la memoria.
- Crucigramas y/o acrósticos: Textos con palabras escritas en un papel cuadriculado. Se utiliza para ofrecer información referida a la adultez mayor. y estimular los procesos del pensamiento.
- Paseos y excursiones: Recorridos de recreo realizados generalmente, “Bellezas de mi ciudad”, para revalorizar lo propio construido con el esfuerzo de todos, apreciar sus transformaciones para fomentar la integración social y el uso del tiempo libre.
- Escenificaciones: Representaciones teatrales o humorísticas breves que reflejan acontecimientos de la vida real o de ficción convidan a la reflexión y el cuestionamiento en el interés de provocar la necesidad del cambio.
-Pintura: Arte universal de la plástica que propicia canalizar sentimientos, expresar deseos, a la vez que ofrece información sobre gustos y necesidades. Entre las modalidades se utilizaron la pintura dactilar y la pintura por el agua. Para liberar tensiones, despertar vivencias agradables, favorecer la cohesión del grupo.
En general, para el desarrollo de las actividades lúdicas se organizaron grupos itinerantes, o sea, no fijos, de manera que se propiciara el conocimiento mutuo, mediante procesos interactivos, sucesivos y simultáneos, en los que primaron el diálogo, la cooperación y el intercambio de saberes entre todos los miembros del grupo. Se escogieron las actividades diseñadas con antelación, provocadoras de la sinergia necesaria para movilizar en los adultos mayores cambios en el funcionamiento psicosocial, la resignificación de sentidos, mediante el intercambio consciente e inconsciente de ideas, actitudes, opiniones y vivencias afectivas. El interaprendizaje en un clima psicogerontológico abierto y franco, de comunicación dialógica, facilitó se fueran modificando la autoimagen, la autonomía y autodeterminación, y fueran cada vez más capaces de lograr una autotransformación psicosocial activa, constructiva y creadora, en íntima interrelación con el compromiso y la responsabilidad social, lo cual propició toda la gama de acciones y sentimientos humanos en su autoperfeccionamiento constante, atenuando posibles procesos de deterioro psicosocial.
Lo lúdico como señala el Colectivo de autores (2012:168) consultado, no tiene la intención de añadir algunos recursos o técnicas para erradicar la monotonía o para hacer más entretenida las actividades previstas en los programas, ni para que personas mayores se cohesionen o solo se diviertan. Se trata de algo más profundo y complejo. El uso del juego y del ambiente lúdico, tiene el propósito devolver a los adultos mayores -incorporados a un grupo de aprendizaje- el protagonismo y la palabra, estimular su conciencia crítica, la adaptación activa a la realidad de sus vejeces, la capacidad de desaprender y reaprender para cambiar y ser agentes de cambio, procesos necesarios para favorecer el autodesarrollo. Solo así cumple la función de contribuir a la reafirmación de los mayores como sujetos de derecho a que se potencie al máximo su desarrollo como “personas” -condición que no se pierde por la edación, es decir, por el hecho de cumplir años de edad- y con derecho a insertarse e influir en la sociedad en la que están inmersos.
Favorecer su participación social, propiciarles que hagan uso pleno de las capacidades identitarias del ser humano es una expresión de humanismo y respeto a su condición humana. Condición que se alcanza y se consolida en y por las relaciones sociales que construyen las personas en la actividad y la comunicación. Las interacciones recíprocas entre los geroeducadores y los adultos mayores y de éstos últimos entre sí se tornaron un proceso cooperativo en el cual se compartieron los saberes de todos. Cuando el sistema de relaciones logra satisfacer las necesidades de los participantes, en los programas educativos, se forma el grupo el cual constituye un recurso gerontagógico para la formación de relaciones interpersonales basadas en la tolerancia, el respeto y la colaboración. Esos deseos de afiliación son significativos en el proceso de autodesarrollo; la afectividad que gestan favorece la ayuda mutua en el proceso de valoración de la realidad y de las posibilidades objetivas de transformarla; contribuye a que se reconstruyan los ideales.
La ausencia de un ideal, de un propósito por el cual vivir, de algo por lo cual luchar, hace que se pierda el sentido de la vida. Entonces las personas dan menos de sí mismas y son más susceptibles de ser abatidas por los contratiempos que cotidianamente se presentan y pueden, en algunos casos, retraerse socialmente. Lo cual impide que progresivamente se conviertan en sujetos activos de su propio desarrollo personal, de su autodesarrollo, debido se obstaculizan los procesos de reaprendizaje para la reorganización de los recursos personales, en la dirección de los procesos de adaptación y búsqueda de soluciones a las situaciones dilemáticas vitales que ellos, como adultos mayores, debe afrontar en esta última etapa de sus vidas.
Resultados obtenidos:
Con la implementación de las actividades lúdicas en la práctica educativa con personas mayores se contribuyó a:la modificación del diagnóstico, pues se logró 1) la recuperación de los saberes previos experienciales; 2) la introducción de los (as) gerontes en una nueva trama de relaciones sociales diferentes a sus experiencias previas de socialización; 3) la acción interdisciplinariedad en la organización de las actividades; 4) la aceptación y elaboración de propuestas flexibles, participativas, abiertas; 5) el reconocimiento de las posibilidades de aplicación de lo aprendido en acciones socialmente responsables; 6) impulsar la comunicación intergeneracional, favoreciendo la integración de las personas de distintos grupos de edades.
Todo lo cual conforme con el legado de Lev Semiovich, Vigotsky referido, por Lig Long Rangel, C (2010) beneficia el desarrollo de las enormes reservas que posee cada persona mayor, en tanto lograr en él un concepto equilibrado de sí mismo, de sus fortalezas, de sus potencialidades, y para que sin dejar de conocer las limitaciones propias de la adultez mayor, se estimulen el esfuerzo individual, la voluntad y se promuevan las fuerzas internas.
En resumen, desde una visión psico-sociocultural, gerontagógica y de desarrollo humano, se pudo verificar que, por su naturaleza, sociocultural e histórica, y su carácter familiar, la actividad lúdica en las acciones educativos con adultos mayores incide favorablemente en el desarrollo personal, éstos, por supuesto en unos más que en otros, promoviendo cambios en su funcionamiento psicosocial. Los cambios operan de manera más pronta y más perceptible en aquellos cuyas edades transitan por entre 60-69 años, en los restantes grupos de edades el de 70-89 fue más lento -aunque algunos tuvieron un comportamiento similar al segmento de edades que le antecedía- y otros solo después de permanecer algún tiempo vinculados a la Cátedra lograron algunas de las transformaciones esperadas. No obstante, fue posible constatar que las actividades lúdicas: Refuerzan las autorreferencias positivas; estimulan la convivencia respetuosa, la colaboración, sentimientos de respeto y aceptación; propician una posición activa ante el aprendizaje, la interactividad, el trabajo grupal, y el interaprendizaje de forma amena; incrementan la percepción de utilidad, y favorece la implicación personal; contribuyen a la recuperación y colectivización de los saberes experienciales mediante la activación de los procesos mentales (memoria y otros) y al despliegue de la inteligencia cristalizada; coadyuvan al proceso de recreación de la cultura, a través de la resignificación permanente del pasado y el presente para proyectar el futuro; de la reconfiguración de la percepción del mundo (interno y externo); de la dialéctica entre lo viejo y lo nuevo, lo semejante y lo diferente; contribuyen a la satisfacción de las necesidades superiores: -necesidades de seguridad: sentirse seguro y a salvo; -necesidades de pertenencia y de amor: de relacionarse con otros, ser aceptado; -de autorrealización: para encontrar auto satisfacción y darse cuenta del potencial propio; -necesidades de autoestima: sentimiento de logro, ser competente, ganar aprobación y aceptación y ser reconocido por los demás; viabilizan la relación con los otros, propician la formación de grupos de ayuda mutua y la restructuración del funcionamiento psicosocial de los adultos mayores.
CONCLUSIONES
La importancia de las actividades lúdicas en las acciones educativas con mayores radica en su capacidad de utilización del acervo cultural que ellos poseen para generar condiciones gratificantes que enriquezcan el ser y estar como sujetos mayores que están atravesando y son atravesados por los avatares del tiempo que les ha tocado vivir, ese que no tanto y no solo tiene que ver con el pasado, sino también su presente y sobre todo con su futuro. En su potencialidad para favorecer la sinergia para que se den los procesos necesarios para el autodesarrollo, descargando las ansiedades, las tensiones, el estrés negativo; desbloqueando la iniciativa y la creatividad; mejorando la socialización y evitando el ostracismo interpersonal haciendo que broten el entusiasmo y el saber experiencial; brindando apoyo psicoafectivo, lenidando las posibles fricciones grupales, reforzando conductas positivas y modelando aquellas que superen los mitos y esteriotipos sociales, que obstaculizan que las/los gerontes se perciban y sean percibidas/percibidos como personas activas en desarrollo.
Dada su propia naturaleza, sociocultural e histórica, la actividad lúdica interviene en la recuperación de la capacidad para movilizar los recursos personales- psicológicos y sociales que posibilitan los cambios en el funcionamiento psicosocial- en el proceso de autodesarrollo de los adultos mayores, en un ambiente afectuoso, respetuoso, ético, no impositivo, torna fácil la transferencia de saberes a los contextos en que conviven las personas mayores, donde vivencian y socializan las más variadas relaciones interpersonales, para afirmar los procesos de re-definición de significados socioculturales acerca de la vejez y el envejecimiento, y de modo natural incidir en la transformación de las sedimentadas prácticas y representaciones tradicionales que modelan el sentir, el pensar y el hacer de los colectivos de adultos mayores acerca de cómo se debe envejecer activamente.
Recomendaciones.
Incrementar el empleo de las atividades lúdicas en las acciones educativas que las diferentes instituciones realizan con las personas mayores, para mantener su bienestar a través de la recreación del patrimônio cultural que ellos poseen y para dotarlos de los recursos de integración social que posibiliten la satisfacción de las necesidades socioafectivas en función de su autodesarrollo.
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