Atando cabos: entre la tarea en el MALBA y algunas ideas sobre envejecimiento saludable
Carmen de Grado
Palabras relativas a la experiencia Palabras Compartidas en MALBA
Durante el siglo XX se ha pasado en casi todo el mundo de vivir 50 años a vivir más de 80. El desafío para el campo científico, y para la sociedad en general, es que la mayor cantidad de años se viva con mayor calidad de vida.
La Psicogerontología como campo interdisciplinario surgido en las últimas décadas busca afrontar esta cuestión contribuyendo a crear espacios favorecedores de un envejecimiento saludable.
La población de adultos mayores de sesenta años hoy está cada vez más dispuesta a trasmitir sus conocimientos y experiencias y a producir intercambios,
ya sean inter-generacionales o con sus pares.
El Programa Palabras Compartidas en Malba da cuenta de la experiencia estética como favorecedora de expresiones lúdicas de alto valor simbólico y de participación en un ámbito abierto a aprendizajes como es el museo.
La obra de arte en el contexto del museo produce un intenso impacto sensorial, simbólico, emocional y cognitivo. Invita a sus visitantes a sentirse parte de él; más aún a quienes fueron especialmente convocados para capacitarse y formular
propuestas creativas, como ha sido el caso de los veinticinco participantes en este Programa.
Esta experiencia confirma el gran potencial del arte para crear climas de crecimiento personal, pertenencia, participación, juego y creatividad.
El proceso de producir obra de arte, como también el de detenerse en ella para interpretarla, es coincidente con el desarrollo saludable del curso de la
vida, que consiste en:
- El ejercicio de una mirada crítica, que no se queda en lo viejo conocido sino que busca nuevas formas de entender y crear mundo.
- Comunicar estas formas sosteniendo el intercambio con otras personas diversas en edad, cultura y opiniones
- Saberse parte del mundo de los otros en su complejidad.
Imaginar, crear, trasmitir, participar. De esto se trató el Programa Palabras Compartidas en Malba.
Carmen de Grado.
Especialista invitada. Lic en Psicología.
Magister en Psicogerontología. Autora del libro Psicogerontología,
Arte y Futuro. Docente en la Universidad MaimónidesLa Dra Zarebski en su libro ¨Padre de mis hijos. ¿Padre de mis padres?¨ señala como posibilidades en un envejecimiento saludable ¨acceder a soñar, fantasear, imaginar, jugar, desear, reírse de sí ¨ entre otros factores protctores.
En mi opinión, los otros aspectos deseables puntuados por la autora están en directa relación con éste en el que nos hemos detenido. Ya que al fantasear y soñar nos ponemos en comunicación con ese otro que nos habita, ese genio que llevamos dentro y también ese desconocido que a veces irrumpe importunándonos y nos mueve a ser más flexibles, Ya que está ahí, aprendamos a convivir con él. ¡Ya que irrumpirá en nuestras vidas mejor no ignorarlo y estar más preparados para que encontrarlo sea menos violento! Sabemos que el encuentro con ¨otro¨, tiene mucho de ¨in-contro¨, de ahí la etimología de la palabra ¨encuentro¨. Lo dice muy bien el poeta cuando refiere ¨al otro que hay en mi¨ y a que ¨es mejor empezar a conocernos¨
El otro que lleva mi nombre
ha empezado a desconocerme
Me acentúa la persuasión de estar ausente,
ocupa mi lugar como si el otro fuera yo
Me copia en las vidrieras que no amo,
desconoce los signos que nos unen
y visita sin mí las otras versiones de la noche.
Imitando su ejemplo
yo también he empezado a desconocerme
Tal vez sea la única manera
de comenzar a conocernos.R Juarroz
Conocer al otro que hay en mi me mueve a ser flexible y a aceptar las diferencias, a valorarlas y por lo tanto a cambiar. No es que cambie como resultado del descubrimiento sino que en el proceso de descubrir, ¨correr el velo¨, ya he cambiado. Al decir de Zarebski, me he replanteado ¨una identidad unívoca, el ¨yo soy así¨ no es tan certero .
Entiendo: Soy así y de muchas otras formas. De las que me aparecen claras y de otras, apenas esbozadas, de las luminosas y deseables y de las oscuras y detestables con los tonos intermedios que hay entre ellas. El ¨soy así¨ es más bien ¨estoy siendo¨ que brinda una vivencia de inquietud y sentimiento creativo de manera conjunta.
El arte abre las puertas a un mundo muy diverso de representaciones. Tratándose del MALBA, son las representaciones de nuestro mundo latinoamericano, en crecimiento y cambio. Conflictivo, pobre en muchos aspectos si pensamos en la renta per cápita, exuberante en otros, si consideramos su extensión y sus riquezas naturales, violento en muchos sentidos. Son las múltiples y diversas representaciones de un mundo que busca caminos.
Buscando caminos
El capítulo de Zarebski que estoy relacionando con mi tarea en el MALBA comienza usando la metáfora de los caminos. Dice:
¨Las señales de tránsito son nuestra guía en calles y caminos. Nos indican la presencia de un puente, de una curva, la distancia entre ciudades y todo aquello que nos ayuda a estar informados acerca de la ruta que recorremos. Nos avisan previamente sobre la proximidad de circunstancias que podrían resultarnos sorpresivas o peligrosas. Ante su presencia convendrá adoptar una conducta apropiada, por nuestra propia seguridad y la de quienes nos acompañan¨
Hace explícita la metáfora diciendo: ¨Del mismo modo vamos siguiendo nuestra trayectoria vital. Sin saber acabadamente qué nos deparará cada vuelta de la vida, pero sabiendo que ¨se hace camino al andar¨ avanzamos.¨
La obra de arte, de cualquier índole que sea, produce en nosotros un impacto estético que nos mueve a nuevas representaciones, a asociarla libremente con las cuestiones que nos interesan, a completarla desde nuestro punto de vista. No nos lleva hacia cualquier sitio, hay un camino trazado por la obra. Ella nos dice ciertas cosas y de una especial manera, con su particular estilo. Se producirá entonces un intercambio entre ella y sus interlocutores, y entre los interlocutores entre sí. Se busca ensayar entonces un espíritu crítico, respetuoso del camino trazado por la obra pero también amplio, abierto, conectado con los mundos imaginarios de quienes la observan. Otra vez aparece aquí la metáfora. Lo que pasa en relación al estímulo que la obra produce es equiparable al trascurrir del curso de vida saludable. Un curso que no va hacia cualquier lado, sin timón alguno. Un curso que quiere ser fiel y respetuoso de lo que se le ha otorgado pero sensible a lo complejo y vital realizará nuevas incursiones. Sabe de los riesgos, ¿pero serían menores si la obra quedara cerrada a los críticos consagrados? Nuevas incursiones son las que todo creador realiza; al observar obra, al producirla, al vivir la vida. El aspecto lúdico es el gran facilitador para que la vivencia cobre sentido y tenga en nosotros esa raigambre fundante que tanto tiene que ver con lo vital.