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Número 26 - Agosto 2010

El trabajo interdisciplinario con un grupo de adultos mayores con hipertensión arterial

Zoila Edith Hernández Zamora, Yamilet Ehrenzweig Sánchez, Godeleva Rosa Ortiz Viveros

 

RESUMEN

El presente trabajo expone un modelo terapéutico consistente en el conocimiento de la enfermedad, la modificación de las estrategias de afrontamiento, la relajación y la retroalimentación y la manera en que este modelo influye sobre las variaciones de la tensión arterial, la frecuencia cardíaca y la percepción del estado de salud de las personas adultas mayores diagnosticadas como hipertensas. Se realizaron ocho sesiones de trabajo, una por semana, donde se combinaron ejercicios de relajación, con conocimiento de la enfermedad a través de temas médicos y psicológicos. Durante cada una de las sesiones se llevó registro de las medidas de presión arterial y frecuencia cardíaca. Los resultados demostraron una diferencia significativa en la percepción del estado general de salud después del tratamiento y, además, que éste redujo significativamente la tensión arterial diastólica y la frecuencia cardíaca.

 

Palabras clave: Hipertensión arterial, Adultos mayores, Salud, Modelo terapéutico, Apoyo psicológico

 

 

ABSTRACT

This work shows a therapeutic model that deals with the knowledge of the illness, the modification of strategies to afford it, relaxation and feedback, and also the way in which this model influences the variations of blood pressure, heart frequency and the perception of the state of health of hypertense aged people. We carried out eight sesions, one per week, in which we combined relaxing excersices and medical and psychological talks about the illness. During each sesion, we recorded blood pressure and heart frequency. The results showed a significant difference in the perception of the general state of health after the treatment and, also, that this significantly reduced diastolic pressure and heart frequency.

 

Key words: hypertension, aged people, health, therapeutic model, psychological support

 

 

INTRODUCCION

Estamos hoy ante uno de los aspectos más cruciales relacionados con el envejecimiento, en este principio de siglo: el cambio sustancial en la composición demográfica. Este cambio, que se da en casi todo el planeta, está relacionado con el aumento a ritmo acelerado de la población de mayor edad tanto por el descenso de la natalidad como por el aumento en la expectativa de vida, el que responde a adelantos en el cuidado y mantenimiento de la salud, en determinados sectores de la población (Muchnik, 2006). Sin dudas, en los últimos años esto ha tenido y tendrá en las próximas décadas, gran influencia en la prestación de servicios para la población anciana, ya que se ha dado un incremento considerable en cuanto a necesidades relacionadas con sus requerimientos físicos, afectivos-psicológicos y socio-culturales. Sus consecuencias son múltiples tanto para las propias personas mayores como para la sociedad en general, ya que el envejecimiento de la población constituye un factor importante en el sistema económico-político-social-cultural de cada país (Ludi, 2005; Valdez, Pérez y Cubillas, 2005).

El tema del envejecimiento de la sociedad en México atañe a diversas especialidades o profesionales como los psicólogos, médicos, trabajadores sociales, economistas, políticos y otros. En el caso de la psicología, existen algunos puntos que son prioritarios en el cuidado de los adultos mayores, entre los cuales el funcionamiento psicológico tiene que ver con problemas clínicos como la depresión y la ansiedad (Acosta y García, 2007) que están íntimamente ligados con el tratamiento de la hipertensión arterial.

Precisamente dentro de las enfermedades más frecuentes de los mayores están la crónico-degenerativas, entre ellas, la hipertensión arterial, que resulta sumamente importante cuidarla, tanto por la enfermedad en sí, como por el daño que produce a otros órganos (Cornachione, M., 2003), como son el corazón, los ojos, el cerebro, los vasos sanguíneos y los riñones, pudiendo ocasionar infarto al corazón, hemorragia cerebral o insuficiencia renal (Instituto Mexicano del Seguro Social, 2005).

Los cambios debidos al envejecimiento tienen mayores repercusiones en el aparato circulatorio, como son las alteraciones en la circulación periférica ya que hay una peor respuesta a los barorreceptores, engrosamiento, rigidez y pérdida de elasticidad de los vasos y consecuentemente un aumento de la poscarga, mayor frecuencia de HTA sistólica aislada o de disfunción diastólica del ventrículo izquierdo (Cornachione, 2005).

La hipertensión arterial (HTA) es una enfermedad crónica, es decir, para toda la vida, que no produce molestia alguna durante el inicio de la enfermedad: pueden pasar muchos años antes de que sea detectada. Se estima que más de la mitad de las personas que tienen hipertensión no lo saben.

Las causas más importantes para su aparición son: tener padres o hermanos con este padecimiento, ser diabético, edad de más de 55 años, tener poca o nula actividad física (sedentarismo), presentar sobrepeso u obesidad, tener una medición de cintura mayor de 88 cm en la mujer y 102 en el hombre, fumar, consumo de bebidas alcohólicas en exceso y otras drogas, mal manejo de las tensiones y presiones de la vida diaria (estrés)

La HTA es el aumento de la presión ejercida por la sangre al interior de las arterias, lo que se debe a que éstas van perdiendo elasticidad, disminuyendo el riego sanguíneo y provocando que el corazón trabaje más.

Cuando la presión arterial del organismo rebasa los límites normales causa mucho daño al músculo del corazón, ya que debe trabajar más para hacer que la sangre circule por todo el cuerpo, y también le llegue al cerebro, a los riñones y a los ojos.

La persona que sufre presión alta presentará uno o varios de los siguientes síntomas: tos, dificultad respiratoria, hinchazón de los tobillos, dolor de cabeza, mareo, zumbidos en los oídos o verá destellos de luz. En ocasiones las uñas se ven oscuras, como amoratadas. En las etapas tempranas del padecimiento, estos síntomas pueden pasar desapercibidos, por lo que se le llama "la enfermedad silenciosa". (Gamble, 2000).

La HTA en personas mayores se clasifica en dos tipos: hipertensión sistóloica aislada, que se define como el incremento de las cifras tensionales sistólicas por arriba de 160 mmHg y las diastólicas menores de 90 mm Hg; su frecuencia es mayor y aumenta proporcionalmente con la edad. La hipertensión sistolodiastólica es aquella donde la presión sistólica es mayor de 140 mm Hg y la presión diastólica es igual o mayor de 90 mmHg (Medina, 2000).

La prevalencia de HTA en personas mayores es superior a 50%. Predomina la hipertensión sistólica aislada (principalmente en mujeres); además, en este grupo etario, es el predictor más importante de morbilidad y mortalidad por enfermedades cardiovasculares, de fenómenos cerebrovasculares; también, la hipertensión se relaciona con problemas demenciales de tipo vascular, o con deterioro cognitivo y por otras causas (Medina, 2000).

Para reducir la presión arterial es necesario tener un peso corporal apropiado, reducir el consumo de sal, alcohol, sazonadores y aderezos, salsas industrializadas, refrescos y grasas de origen animal. El médico recomendará tanto el peso ideal como la dieta conveniente para lograrlo.

En México, de acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Población y Vivienda 2000, en una distribución de población y género, en un total de 38,377 personas con edades entre los 20 y 69 años tuvieron una prevalencia global de HTA para la República Mexicana de 30.05%, lo que indica que va en aumento. La prevalencia en hombres fue de 34.2% y en la mujer de 26.3%. La prevalencia fue directamente proporcional la edad. Así, después de los 50 años, la prevalencia de HTA supera el 50%. La mujer alcanza y supera en prevalencia al hombre a partir de los 50 años Se estiman ya más de 15 millones de hipertensos entre los 20 y 69 años de edad. Más de la mitad de la población portadora de HTA lo ignora. De los que ya se saben hipertensos, menos de la mitad toma medicamento y de éstos, aproximadamente el 20% esta controlado. Diabetes, tabaquismo y obesidad incrementan de manera notable el riesgo de hipertensión arterial (Velásquez, Rosas y Pastelón, 2002). La información obtenida en ENSA 2000 demarca la urgente necesidad de nuevas estrategias para el control, detección y tratamiento de hipertensión arterial

Otros estudios (Hernández y Muñoz, 2004), también han encontrado esta mayor prevalencia de HTA en mujeres que en hombres, de acuerdo a Alcázar (2003) esto puede explicarse debido a cambios hormonales que surgen a partir de la menopausia, ya que en la juventud la mujer desarrolla hormonas protectoras que le dan menos riesgos a sufrir enfermedades cardiovasculares (antes de los 50 años, aproximadamente, los hombres tienen una mayor tendencia a desarrollar este padecimiento), otra causa es el uso de terapia hormonal, una vida sedentaria y la obesidad causada por una alimentación inadecuada y la falta de ejercicio.

También se ha señalado que los eventos significativos estresantes o los acontecimientos vitales negativos pueden estar asociados a una vida diaria en tensión, a pobres niveles de salud y a desórdenes físicos, (Vásquez, Panadero y Paz, 2007) estos eventos estresantes pueden contribuir a la aparición de la HTA, o bien a agravarla.

A pesar de los importantes avances que ha habido en la investigación psicológica, la comprensión científica del funcionamiento emocional, incluyendo el estrés, está lejos de estar apuntalada, (Mangina, 2005), se sigue luchando para integrar la evidencia disponible en modelos coherentes y útiles para su aplicación profesional en la psicología, sobre todo en padecimientos como la HTA en los que se ha demostrado el rol protagónico de las emociones. Son pocos los profesionales de la salud que rescatan la importancia del funcionamiento emocional en el comportamiento social y las interacciones humanas (Domínguez, 2007).

La psicología es una ciencia a la que se le cuestiona su clasificación como tal, sobre todo debido a la dificultad para abordar el estudio de variables psicológicas a través de métodos objetivos, susceptibles de comprobación y análisis estadístico. Sin embargo, la investigación psicológica, desde diferentes perspectivas y utilizando diversos modelos ha logrado generar formas de credibilidad científica apoyadas en áreas de desarrollo teórico y metodológico y propiciado el surgimiento de herramientas útiles en la búsqueda de conocimientos e información en psicología. (Verdugo, Meda, Guzmán, Moy y Monroy, 2007).

Se prevee que se avecinan tiempos difíciles, producto de las desigualdades que prevalecen en la sociedad, las que se agudizan aún más en los adultos mayores, tornándolas vulnerables en su economía y en su salud física y mental (Sepúlveda y Brofman, 2004). Sepúlveda, J. y Brofman, M. (2004). Por lo tanto, es importante disponer de servicios sociales y de salud destinados a promover un envejecimiento sano, a prevenir, retardar o disminuir los problemas que puedan afectar la capacidad de los individuos de actuar por sí mismos, para lo que se deben crear programas de apoyo acordes a sus necesidades reales, y es precisamente lo que se propone con la aplicación de este modelo, demostrar que las prácticas psicológicas pueden resultar de gran utilidad e el tratamiento de la HTA, incluida la adherencia al tratamiento farmacológico.

 

METODO

Sujetos

La muestra estuvo integrada en su inicio, por 5 hombres y 30 mujeres de 60 y más años de la ciudad de Xalapa, Veracruz, México; diagnosticados con HTA, 60.0% por un médico particular, 28.0% por un médico de institución, 8.0% por un cardiólogo y 4.0% en una clínica para control de peso. La mayoría de estas personas, tanto hombres como en mujeres caen en el rango que va de 60 a 69 años. Más de la mitad tienen antecedentes familiares de hipertensión arterial en relación consanguínea directa. La mayor parte de las mujeres son amas de casa y de los hombres, solamente uno trabaja de manera remunerada. Del total de la muestra, un 20.6% son jubilados. Más de la mitad de ellos tiene cuando menos 15 años de padecer HTA. La presencia de problemas económicos se encontró en 46.9% de los casos y de problemas familiares en 31.3%. Sólo 3.2% de la muestra fuma actualmente, aunque 28.1% fumó en el pasado.

 

Instrumentos

Se utilizaron los siguientes instrumentos de medición:

Cuestionario de datos generales: obtiene información sobre datos generales del paciente, además de incluir cuestiones basadas en la literatura médica y psicológica sobre los factores de riesgo biológico y comportamental que se han asociado con la presencia de hipertensión arterial.

Hojas de registro: se utilizaron dos modalidades: una, para ser llenada por el paciente en su domicilio, y la otra, para anotar los datos de cada sesión. La información más relevante manejada en estas hojas fueron las medidas de la presión arterial sistólica y diastólica y la tasa cardíaca.

Cuestionario General de Salud de Goldberg: es un cuestionario estandarizado para México que permite detectar problemas psiquiátricos comunes, entre los que se encuentran los desórdenes de personalidad o desórdenes en los patrones de ajuste cuando se encuentran asociados al distrés. Este instrumento es una escala diseñada para estudiar a la población en general, se ha utilizado en los programas de atención primaria para evaluar a pacientes de consulta externa en el servicio de medicina general, situaciones donde ha sido ampliamente validado para su uso en la población mexicana (Medina, Padilla, Campillo y Ezban, l983; Caraveo, González y Ramos, l985; Ezban, Padilla, Medina y Gutiérrez, l985).

Guía de Factores de Personalidad (GFP): es una prueba elaborada para detectar el patrón de conducta tipo A, asociado con la hipertensión arterial. Esta prueba ha sido diseñada con y para pacientes mexicanos y pretende predecir la ocurrencia del infarto al miocardio cuando éste se vincula con patrones de comportamiento (Fernández y Vila, l99l). Prokop , Bradley, Burish, Anderson y Fox, 1991) suponen que la persona con patrón de conducta tipo A que está ansiosa debido a un plazo límite y que además se siente en competencia con otros, está en riesgo de ver al mundo de manera hostil y cínica y puede incluso llegar a quedar agotada por el esfuerzo de seguir adelante, lo que la coloca en un riesgo mayor de trastorno cardiovascular.

Instructivo de relajación Jacobson: incluye instrucciones para entrenamiento en relajación, desde el arreglo de la situación ambiental, hasta la ejercitación específica en tensión-relajación de grupos musculares en cuatro zonas del cuerpo a través de 26 ejercicios (McKay, Davis y Fanning, l988).

 

Procedimiento

Inicialmente se realizaron la invitación a la población, la sensibilización de los posibles candidatos y la información a los mismos sobre las modalidades del Programa. En la primera sesión se procedió a la aplicación del cuestionario de datos básicos, el Cuestionario General de Salud de Goldberg y la Guía de Factores de Personalidad.

El programa completo constó, además de la reunión para información y aplicación de instrumentos, de ocho sesiones semanales, en la primera sesión, se invitó a los asistentes a firmar una carta-compromiso de pertenecer al grupo, se aplicaron los cuestionarios y personal médico entrenó a los sujetos en la medición de tensión arterial. Se estableció la importancia y características que debe tener un registro, con el objetivo de que los voluntarios llevaran uno propio, que fue devuelto semanalmente para fines de control. El registro domiciliario contenía los siguientes datos: presión sanguínea y frecuencia cardíaca de por lo menos dos días de la semana, la frecuencia diaria con que ingirieron los medicamentos prescritos para la hipertensión y el ejercicio realizado, así como el seguimiento, de ser el caso, de una dieta especial. En el registro de las sesiones semanales se anotaron el número de sesión, la fecha, el nombre de la persona, la presión sanguínea, la frecuencia cardíaca y un apartado de observaciones.

Las sesiones segunda a novena tuvieron una duración aproximada de dos horas cada una y se desarrollaron de modo similar. Cada sesión se llevó a cabo de la siguiente manera: a) toma de medidas de tensión arterial y frecuencia cardíaca. además de la recolección del registro semanal domiciliario, b) información médica y aclaración de dudas respectivas, c) exposición de temas psicológicos, y, d) entrenamiento en técnicas psicológicas específicas.

Los temas médicos abordados fueron: hipertensión, tabaquismo, alcoholismo, nutrición, sedentarismo y ejercicio; los temas psicológicos: aspectos psicológicos de la hipertensión, relajación, adherencia al tratamiento y patrón de conducta tipo A. Las técnicas en que se les entrenó: relajación, técnicas de afrontamiento y detención de cadenas de pensamiento. La técnica más utilizada fue la de relajación, que consiste en la ejercitación específica tensión-relajación.

El Cuestionario General de Salud de Goldberg se aplicó en una ocasión más, en la última sesión, con la finalidad de detectar si hubo algún cambio en la percepción del estado general de salud por parte de los participantes.

Al final de estas ocho sesiones de trabajo, se realizaron sesiones quincenales de seguimiento durante seis meses, en las que se tomaron las medidas de tensión arterial y frecuencia cardíaca, para conocer si los cambios observados permanecían y aclarar dudas. En estas reuniones de seguimiento continuaron tratándose temas médicos y psicológicos de interés para los integrantes del grupo.

 

Análisis estadístico

Se contó con los datos de 19 personas de las dos aplicaciones del Cuestionario General de Salud de Goldberg. Para el análisis de las medias de presión arterial y frecuencia cardíaca, se tomaron cuatro registros, lo cuales resultaron de agrupar de dos en dos las ocho sesiones semanales que duró el Programa, se obtuvo la media estadística para cada persona por pares de semanas. Estos datos fueron de 17 personas, ya que se eliminó la información de todas aquellas que no hubieran asistido a las dos sesiones según se agruparon para su análisis. Para hacer la agrupación se tomó la media de los valores y en el caso de que la persona sólo hubiera asistido a una se utilizaron estos datos.

Para el análisis estadístico de la aplicación del Cuestionario General de Salud de Goldberg antes y después del tratamiento, se utilizó la prueba t de Student para detectar si hubo cambios; para las medidas de frecuencia cardíaca y presión arterial se usó la prueba de Comparación de Medias para muestras pareadas del paquete estadístico STATA. Se aceptaron como diferencias significativas todas aquellas situaciones en que la probabilidad encontrada era inferior a 0.05.

 

 

RESULTADOS

El cuestionario de datos generales proporcionó, como panorama, la siguiente información:

De los hipertensos entrevistados, 54.6% manifestó que su presión arterial aumenta siempre que están ante situaciones que les generan enojo o nerviosismo, otro 41.7% contestó que ante tales situaciones sólo a veces aumenta su presión, el porcentaje restante (3.7%) respondió que tales situaciones no les afectan. La forma en que los voluntarios detectan presión arterial alta son: 40.74% dijo sentir mareos, palpitaciones 44.42%, zumbido de oídos, 37.0, 33.3% dijo tener dolores de cabeza; otros porcentajes más pequeños dieron diversas respuestas. La mayoría de estas personas asocia la presencia de HTA con más de un síntoma.

En lo que se refiere a la presencia de otras enfermedades, además de la hipertensión arterial, 88.9% padecen otra u otras enfermedades, mientras que 11.1% sólo tiene el padecimiento de estudio. En la mayoría, se encontraron otros padecimientos agregados a la hipertensión arterial, entre ellos están las enfermedades del aparato circulatorio (44.4%), del sistema osteomuscular y del tejido conjuntivo (18.5%), del aparato digestivo (14.8%); otros porcentajes más pequeños con padecimientos diversos.

De los integrantes del Programa 56.6% dijo practicar algún tipo de ejercicio con regularidad, mientras que 23.3% dijo hacer a veces ejercicio y 20.0% reportó no hacerlo nunca. 92.0% reportó seguir el tratamiento farmacológico prescrito por el personal de salud para el control de su enfermedad. Sólo 31.2% manifestó llevar una dieta especial adecuada a su enfermedad, 59.4 dijo no llevar ninguna dieta en especial y 9.4% dijo llevarla a veces.

A partir de la aplicación de la Guía de Factores de Personalidad (GFP70), se detectó que 58.6% de las personas participantes en el estudio tienen un patrón de conducta tipo "A".

Si bien todas las personas de la muestra consumen medicamentos, solamente 28.0% (7) de estas personas ingieren medicamentos antihipertensivos. De estos medicamentos antihipertensivos, 57.14% caen en la categoría de betabloqueadores, como se observa en el cuadro No. 1.

 

Cuadro No. 1 Tipo de medicamentos antihipertensivos que ingiere la población de estudio

MEDICAMENTO Fr %
Betabloqueadores 4 57.14
Calciantagonistas 2 28.57
IECA 1 14.28
Total 7 100

 

En el cuadro No. 2 se detallan los medicamentos que ingieren las personas del estudio, se detecta que el porcentaje más notorio corresponde a analgésicos y antiinflamatorios, con un 20.0%, seguido por vasodilatadores periféricos y antidepresivos, con un porcentaje igual para ambos de 11.42%.

 

Cuadro No. 2 Otros medicamentos que toma la población de estudio

MEDICAMENTO * fr %
Antibióticos 3 8.57
Antimicótico 1 2.85
Hipoglucemiante 1 2.85
Vasodilatador coronario 3 8.57
Vasodilatador periférico 4 11.42
Anticoagulante 1 2.85
Cardiotónico 2 5.71
Antidepresivo 4 11.42
Antiepiléptico 1 2.85
Hormona tiroidea 1 2.85
Analgésicos y antinflamatorios 7 20
Vitaminas 1 2.85
Antagonista de los receptores histamínicos H 1 2.85
Homeopáticos 2 5.71

* no son excluyentes.

 

El Cuestionario General de Salud de Goldberg, en su primera aplicación, antes del inicio del Programa, lo respondieron 31 personas, de las cuales, 58.1% resultó ser caso probable psiquiátrico. Con la finalidad de establecer una comparación entre la primera y la segunda aplicación del Cuestionario al término del Programa (cuando solamente quedaban 19 personas) se presenta el cuadro No. 3, en donde los resultados muestran que 56.2% de las personas que participaron en el estudio mejoraron la percepción en cuanto a su estado general de salud, 26.3% se mantuvo, y empeoró 21.1%. El descenso de los puntajes demuestra un mejoramiento de la percepción del estado de salud. Se encontró diferencia estadísticamente significativa (p>0.02) entre el estado de salud de los sujetos al empezar y al terminar el Programa, y que esta diferencia consistió en el mejoramiento de la percepción de su estado de salud.

 

Cuadro No. 3 Resultados del Cuestionario General de Salud (CGS)

NUMERO SEXO 1ª. APLICACION 2ª. APLICACIÓN
1 Femenino 01 00
2 Femenino 09 06
3 Femenino 05 02
4 Femenino 03 00
5 Femenino 06 01
6 Femenino 08 00
7 Femenino 03 00
8 Femenino 05 00
9 Femenino 06 00
10 Femenino 06 00
11 Femenino 00 00
12 Femenino 00 00
13 Masculino 00 00
14 Femenino 00 00
15 Femenino 00 00
16 Femenino 00 01
17 Femenino 05 06
18 Masculino 03 07
19 Femenino 00 02

Resultados: Mejoraron 10 (52.6%), Se mantuvieron 5 (26.3%), empeoraron 4 (21.1%)

 

En complemento al cuadro anterior, el cuadro No. 4 ilustra las medias obtenidas en el Cuestionario General de Salud antes y después del Programa de apoyo terapéutico al adulto mayor hipertenso, encontrándose una diferencia estadísticamente significativa en cuanto a mejorar la percepción sobre su estado general de salud.

 

Cuadro No. 4 Diferencia obtenida por la población de estudio en las

respuestas del CGS al inicio del Programa y al término del mismo

Variable Observaciones Media Desviación estandar
Antes 19 3.157895 3.041622
Después 19 1.315789 2.334586
  t = 2.5350 con 17 g.l  
  Pr< 0.02  

 

De acuerdo a la descripción hecha en la metodología del estudio, se realizaron mediciones de la tensión arterial y de la frecuencia cardíaca, a fin de conocer la manera como el tratamiento utilizado podría afectar a los valores de estas medidas. A continuación se describen de manera general los datos de presión arterial y de tasa cardíaca de 17 personas, mismas que acudieron a todas las sesiones.

Los cuadros 5 al 10 están basados en las medidas de la presión arterial sistólica y diastólica y de la frecuencia cardíaca. El cuadro No. 5 detalla las medidas en milímetros de mercurio (mm de Hg) de la presión arterial sistólica. Se observó que en las dos sesiones de inicio la media de la presión sistólica para este grupo fue de 142.35, en la tercera y cuarta sesión la media fue de 139.18, para la quinta y sexta sesión, fue de 135.82 y para la séptima y octava sesión fue de 139.56.

 

 

Cuadro No. 5 Medidas de presión arterial sistólica de adultos mayores que

asisten al programa para hipertensos

  Inicio 3 a 4 semanas 5 a 6 semanas 7 a 8 semanas
1 132.5 225 120 115
2 190 140 153 165
3 135 140 130 125
4 135 130 130 170
5 130 139 119 137.5
6 145 145 135 130
7 125 125 130 125
8 130 124.5 162 140
9 127.5 120 130 150
10 110 120 130 137.5
11 140 130 130 170
12 140 120 127.5 130
15 160 135 122.5 122.5
14 180 110 130 130
15 130 100 140 125
16 130 170 170 170
17 180 192.5 150 130
Media 142.35 139.18 135.82 139.56
s 22.11 30.90 14.54 18.43

 

En el cuadro No. 6, que ilustra las diferencias entre las medias de la presión sistólica, se observó un decremento de las diferencias de las medias con respecto al inicio (-3.17, -6.53 y -2.79 ml de Hg para cada bloque respectivamente), un decremento entre las medidas de 3 a 4 semanas y de 5 a 6 semanas de -3.36 ml de Hg y un ligero incremento de 3.74 ml de Hg entre ésta última y el de 7 a 8 semanas de exposición; ninguno de estos valores tiene significancia estadística.

 

Cuadro No. 6 Diferencias de medias de presión arterial sistólica según tiempo de exposición al tratamiento en adultos mayores que asisten al programa para hipertensos

Inicio 3 a 4 semanas 5 a 6 semanas 7 a 8 semanas
Media=142.35 Media=139.18 Media=135.82 Media=139.56
3 a 4 semanas -3.17 -6.53 -2.79
5 a 6 semanas   -3.36 +0.38
7 a 8 semanas     +3.74

 

Con respecto a la presión diastólica, el cuadro No 7 ilustra los valores individuales y las medias para cada bloque, estas medias son: 85.29, 77.32, 79.91 y 84.12 para el primer bloque, segundo bloque, tercer bloque y cuarto bloque de pares de sesiones.

 

Cuadro No. 7 Medidas de presión arterial diastólica de los adultos

mayores que asisten al programa para hipertensos

  Inicio 3 a 4 semanas 5 a 6 semanas 7 a 8 semanas
1 82.5 65 65 70
2 105 90 85 97.5
3 85 80 80 75
4 80 70 70 100
5 85 72.5 75 80
6 85 80 80 90
7 80 82 84 82.5
8 82.5 77.5 81 87.5
9 80 80 90 90
10 70 70 85 75
11 80 90 90 95
12 70 65 67.5 60
15 100 75 75 82.5
14 80 70 75 80
15 90 70 80 75
16 85 95 96 100
17 110 82.5 80 90
Media 85.29 77.32 79.91 84.12

 

El cuadro No.8 muestra la diferencia entre las medias en los diferentes tiempos de exposición al tratamiento, se observaron decrementos entre el inicio y las diferentes sesiones, con diferencias significativas al µ=0.05 entre el inicio y 3 a 4 semanas (-7.97 ml de Hg). Entre las 3 a 4 semanas y la 5 a 6 se observó un incremento de 2.59 ml de Hg y entre esta última y la de 7 a 8 semanas de 6.58 ml de Hg e incremento entre la tercera y la cuarta, éstas últimas significativas.

 

Cuadro No 8 Diferencias de medias de presión arterial diastólica según tiempo de exposición al tratamiento en adultos mayores que asisten al programa de hipertensos

Inicio 3 a 4 semanas 5 a 6 semanas 7 a 8 semanas
Media=85.29 Media=77.32 Media=79.91 Media=84.12
3 a 4 semanas -7.97* -5.38 -1.17
5 a 6 semanas   +2.59* +6.8*
7 a 8 semanas     +4.21

* Diferencia significativa al a=0.05

 

Los valores individuales de frecuencia cardíaca (pulsaciones por minuto) se muestran en el cuadro No.9, con sus medias para el primero, segundo, tercer y cuarto bloque de pares de sesiones, respectivamente.

 

Cuadro No. 9 medidas de tasa cardiaca de los adultos mayores que asisten al programa de hipertensos

  Inicio 3 a 4 semanas 5 a 6 semanas 7 a 8 semanas
1 86 73.5 78.5 68
2 78 64 67 65
3 73 58 63 68
4 78 69 69 78
5 72 58 67 63
6 63.5 53 53 55.5
7 70 60.5 56 63.5
8 72 63 68.5 78
9 73 71 71 85
10 70 70 71 69
11 92 90 90 69
12 78 79 77 80
15 80 74 73 73.5
14 72 74 64 74
15 60 68 62 67
16 64 81 71 64
17 78 68 69 70
Media 74.09 69.06 68.82 70.03

 

Al analizar las diferencias entre las medias (cuadro No. 10) nuevamente se observan decrementos entre los valores de inicio y los tres bloques siguientes -5.03, -5.27 (los dos significativos) y -4.06 pulsaciones por minuto. Se presentan ligeros incrementos de 0.97 y l.21 entre las semanas 3 y 4 con 7 y 8 semanas respectivamente, pero sin significancia estadística.

 

Cuadro No. 10 Diferencias de medias de tasa cardiaca según tiempo de exposición al tratamiento en adultos mayores que asisten al programa de hipertensos

Inicio 3 a 4 semanas 5 a 6 semanas 7 a 8 semanas
Media=74.09 Media=69.06 Media=68.82 Media=70.30
3 a 4 semanas -5.03* -5.27* -4.06
5 a 6 semanas   -0.24 +0.97
7 a 8 semanas     +1.21

* Diferencia significativa al a=0.05

 

 

DISCUSION

Aún cuando no existe una diferencia significativa entre las medidas de presión sistólica en los diferentes bloques, sí puede observarse una reducción de los valores entre el bloque inicial y los restantes, lo cual quiere decir que el tratamiento terapéutivo que combina información sobre la enfermedad, entrenamiento en relajación, retroalimentación y modificación de estilos de afrontamiento, reduce y mantiene las medidas de presión arterial sistólica, Con relación a los decrementos observados en la presión arterial diastólica de 4.84 mmHg en promedio, a lo largo de las ocho semanas, es una información que resulta sumamente alentadora en cuanto a continuar con el estudio de la efectividad del tratamiento en otros grupos que padezcan esta enfermedad o alguna otra como la diabetes, en donde terapias y recursos tales como la relajación, manejo del estrés, información sobre estilos de vida que favorecen una buena salud, adherencia al tratamiento, entre otros, sirven de gran apoyo para contribuir a una mejor calidad de vida en las personas con estos padecimientos .

Al analizar el comportamiento de la presión arterial en las diferentes sesiones se observa que en las semanas en donde las diferencias no fueron significativas son aquellas en las que no se dio el entrenamiento en relajación durante la sesión, lo que permite pensar en la posibilidad que la falta de este componente del tratamiento sea el causante de que no ocurriera tal diferencia.

Por otro lado, una de las señales orgánicas de que la presión arterial está subiendo es la elevación de la frecuencia cardíaca (pulsaciones por minuto) y que en este estudio se utilizó como un indicador para el tratamiento en retroalimentación, esta medida mostró también una reducción de 4.78 pulsaciones por minuto en promedio en el transcurso del tratamiento, lo que muestra su sensibilidad como indicador para detectar los cambios en la tensión arterial.

En lo relativo al consumo de medicamentos, resulta contradictorio, el hecho de que sólo 28.0% de los hipertensos toma antihipertensivos, aun cuando todos consumen medicamentos, lo cual puede deberse a que ellos consideran que otros medicamentos podrían resolver el problema, o prefieren controlarlo de otra manera (ejercicio, dieta), o bien, porque no confían en el tratamiento. Esta falta de adherencia al tratamiento es uno de los problemas más frecuentes en los enfermos crónico-degenerativos, tarea que bien podría llevar a cabo el psicólogo o psicóloga.

Es conveniente mencionar que, de acuerdo a los registros de presión arterial de los sujetos, los valores manejados no son representativos de una hipertensión arterial, puesto que los valores establecidos para personas mayores que cursan la enfermedad son igual o más de 160/95 mmHg y en el presente estudio los valores registrados de presión son 142/85 mmHg al inicio del Programa y 139/81 mmHg en promedio; lo cual se debe a que las personas participantes en el estudio se ocupan de llevar un control de su enfermedad a través de medicamentos, ya sean éstos antihipertensivos o no, a través de una alimentación adecuada y de ejercicio, prueba de este control es su interés por participar en el Programa. Si bien todas estas personas están diagnosticadas por un médico como hipertensas.

El tratamiento de apoyo terapéutico al paciente hipertenso adulto mayor también influyó para que las personas cambiaran significativamente su percepción sobre su estado de salud, reduciendo los puntajes que podrían acercarlos a ser casos psiquiátricos e incrementando los recursos que contribuyen a su equilibrio emocional.

En lo que respecta a los datos obtenidos a partir de la aplicación de la Guía de Factores de Personalidad, éstos demuestran que la mayoría, tanto de hombres como de mujeres, mostraron los puntajes que serían característicos del patrón de conducta tipo A, por lo tanto están más predispuestos al infarto y también a sufrir mayores niveles de estrés, situación que contribuye a agravar su enfermedad; precisamente uno de los componentes del programa que fueron las técnicas de relajación estaban encaminados a aprender los ejercicios que favorecen la disminución del estrés, de tal manera que pudieran practicarlos en sus hogares y en distintas posturas, de acuerdo a su condición física.

Existen también otro tipo de intervenciones, como las farmacológicas para el control de la hipertensión arterial en personas mayores, la tendencia para la selección de esta terapia es variada, el tratamiento puede iniciarse con diuréticos tiazídicos, con bloqueadores beta cardioselectivos además de bloqueadores de calcio, nifedipina, nicardipina, amlodipina y diltiazen, isradipina, nitrendipina (Medina, 2000). Y debe quedar bien claro que la intención del equipo de trabajo no era sustituir un modelo psicológico por el tratamiento farmacológico, sino más bien lograr que las personas que asistieran al Programa tuvieran una óptima adherencia al tratamiento, además de la aplicación de las técnicas de corte psicológico.

En el enfoque del tratamiento farmacológico del hipertenso anciano deben ser enfatizadas algunas pautas (Gómez, 2001):

· Las dosis iniciales bajas deben utilizarse para disminuir al máximo el riesgo de efectos secundarios.

· La reducción en la presión arterial debe ser gradual para disminuir al máximo el riesgo de síntomas isquémicos, en particular en pacientes con hipotensión postural.

· Diversos estudios muestran el beneficio obtenido a partir del tratamiento de la hipertensión en el adulto mayor, los cuales fueron realizados en pacientes relativamente adaptados. Se debe tener una mayor precaución con la terapia de pacientes débiles y el tratamiento debe ser detenido si la hipotensión postural constituye un problema.

Díaz (2001) recomienda que el tratamiento farmacológico sea individualizado de acuerdo con el cuadro clínico, el modo de acción, las indicaciones, los efectos adversos, las enfermedades concomitantes y el costo económico. Este autor recomienda que el empleo de fármacos debe considerarse cuando persiste la elevación de las cifras tensionales a pesar del apego al tratamiento no farmacológico durante un período de 3 a 5 meses, pacientes con alto riesgo por daño a órganos blanco o presencia de enfermedad clínica vascular o cifras tensionales iniciales superiores o iguales a 140/90 mmHg.

Por las complicaciones anteriormente mencionadas se debe considerar antes de comenzar un tratamiento farmacológico, que por lo general la persona mayor hipertensa suele estar asintomática y el instaurarle un tratamiento medicamentoso puede deteriorar su calidad de vida.

En conclusión, el empleo de cualquiera de estos métodos farmacológicos, requieren de constante vigilancia de los profesionales de la salud, por sus posibles efectos secundarios y tomando en consideración la condición biológica y emocional de la persona (Medina, 2000).

En apoyo a la suposición de que en el tratamiento de la hipertensión arterial se han de perseguir los siguientes objetivos: mejoría de .los síntomas, mejoría de la calidad de vida, prolongación de la vida y prevención del daño orgánico, se llevó a cabo este Programa de apoyo terapéutico al paciente hipertenso adulto mayor, en donde el uso de técnicas psicológicas y médicas nos dan como resultado datos alentadores en cuanto a su efectividad en el control de la salud de los pacientes.

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