Resiliencia y Vida Cotidiana. El desafío de ser más resilientes.
Dra. Virginia Viguera
virginiaviguera@gmail.comAportes de la experiencia.
Sin duda la mayor longevidad y la cantidad de Adultos Mayores que van envejeciendo sanos física, psíquica y socialmente promueve nuevos desafíos tanto para ellos como para los que trabajamos con Mayores en distintas disciplinas.
Reforzar el desarrollo del envejescente lleva a una nueva ubicación de éste en la sociedad, a través de una actitud positiva, activa, consiguiendo y ocupando espacios que le permitan estar y sentirse inserto en esta sociedad y no marginado de ella. Cuanto mejor esté el Adulto Mayor posicionado frente a su envejecer y a sus posibilidades de desarrollo y actividad, mejor y mas contundente será su capacidad para afrontar situaciones que pueden ser de mayor o menor riesgo.
La resiliencia tiene que ver y mucho con los afectos que se obtenga, con agentes protectores, con su comunicación con los demás, con su buen humor, con su postura frente a la vida. La Resiliencia significa también una mirada distinta hacia los Adultos Mayores.
Así comenzamos con el Seminario que dicto en el Programa de Educación Permanente de Adultos Mayores, PEPAM dependiente de la Facultad de Humanidades de la UNLP.
Objetivos: El objetivo central de este Seminario es no solamente continuar informando y reflexionando acerca de la Resiliencia, de suyo importante, sino también trabajar en función de lograr estrategias para conseguir una actitud resiliente en la vida cotidiana.
Insistimos acerca de la Actitud Resiliente, y en como llegar a ser más resilientes.
Para esto reforzamos lo que vimos acerca de los prejuicios y los miedos y como acentuar los beneficios del humor y del afecto..
Incorporamos la reflexión acerca de la calidad de vida, concepto muy usado pero pocas veces analizado. Otro tema al que dedicamos algunas clases es a la familia actual y sus diferencias con la familia tradicional tratando de ver que pasa con las actuales relaciones familiares tan cambiantes muchas veces y fuente de conflictos a los que es necesario afrontar. Los cambios en estas últimas décadas han sido muy rápidos y los Adultos Mayores tienen que hacer un esfuerzo por comprenderlos, y adecuarse a ellos para poder estar vigentes en esta época difícil, impredecible, precaria en sus valores. El otro tema y en estrecha vinculación con este es el de la importancia que tienen las relaciones sociales en cuanto a que se transforman en nuevos referentes y adquieren la categoría de factores protectores, fundamentales para una mejor resiliencia.
Porque Resiliencia?
Muchos se preguntan porque esta palabrita sacada de la física e incorporada a las ciencias sociales y a las de la salud. Ya en otro trabajo* lo explicamos y también acentuamos el interrogante del que partieron los primeros estudiosos de la Resiliencia cuando se preguntaban ¿porque algunos enfermaban y otros no viviendo las mismas circunstancias adversas? Porque algunos sobrevivientes de grandes tragedias podían insertarse con éxito en la sociedad y otros se deprimían, enfermaban y morían. Siempre los interrogantes llevaron a hacer avanzar los estudios científicos y en este no fue la excepción. Si estamos abiertos al cambio no caeremos en las ortodoxias que cierran el avance del conocimiento.
Abordamos este tema como todo lo relativo alosAdultos Mayores desde pensar la realidad desde su complejidad y con un encuadre heterodoxo que nos permite un diálogo entre teoría y práctica mas enriquecedor y gratificante.
Como definimos la Resiliencia
Definimos la Resiliencia como la capacidad que tiene todo ser humano para afrontar satisfactoriamente las situaciones de riesgo o adversas que le toca vivir, y salir fortalecidos después de ello.
Varios términos tiene la definición que nos obliga a trabajarlos.
Tomamos capacidad en el sentido de una potencialidad que se puede desarrollar o no pero que se puede apelar a ella sabiendo que se la tiene.
El término afrontar, en intima relación con lo que consideramos el afrontamiento, se refiere a una acción subjetiva y/o activa para superar la adversidad con un grado de satisfacción por el logro de resultados positivos.
El afrontamiento puede darse actuando sobre la situación agresora o sobre lo subjetivo, adecuando la respuesta emocional. De todas formas siempre se da un acompañamiento de uno y otro.
Afrontar es toda actividad que el individuo puede poner en marcha, tanto de tipo cognitivo como de tipo conductual, con el fin de hacer frente a una determinada circunstancia que le demanda solución. Por lo tanto, las técnicas de afrontamiento del individuo están formados por todos aquellos pensamientos, interpretaciones, conductas, que se puede desarrollar para conseguir los mejores efectos posibles frente a un contexto que se presente riesgoso.
Cuando decimos satisfactoriamente: se habla de hacerlo bien, de saldo positivo, en cierta medida placentero, sin llegar al exitoso del que hablan otros autores que lleva implícito para nuestra cultura un súper agregado y por tanto deviene en exigencia mayor.
Las situaciones de riesgo: se refiere a irrupción de circunstancias internas o externas que por lo fuertes o por lo imprevisibles o por lo traumáticas suponen una disposición urgente a resolverlas.
Y Resiliencia también lleva implícito la secuela de fortalecimiento que implica el afrontamiento de la situación. Fortalecimiento en el área de la autoestima fundamentalmente y en la confianza en el uso de herramientas útiles para esa circunstancias. Se afianzan el Ser y el Poder.
Algunos autores contraponen Resiliencia y Vulnerabilidad. En los Adultos Mayores coexisten ambas. Interjuegan en cada situación.
¿Porque desde y para la vida cotidiana?
Si bien la Resiliencia como concepto abrevó en el estudio de circunstancias límites por lo extremas (campos de concentración, Guerra de Malvinas y sus sobrevivientes, estados de desnutrición infantil,) y ahí la pregunta porque unos enfermaban y otros no, la idea es que este estudio llevó a encarar el concepto ampliándolo como una nueva mirada sobre los individuos. La Resiliencia muestra la potencialidad, la esperanza en las fuerzas que se pueden poner en juego, y esto ayuda en los tantos incidentes de menor o mayor grado que ocurren en la vida de los individuos, en nuestro caso, de los Adultos Mayores. Una muerte de un ser querido, o una separación, o una mudanza, o un alejamiento de los hijos, o talvez una rotura de un caño de agua en la casa, o un asalto, o quizá la jubilación, o algunas veces el cumplir años, o un diagnóstico médico, o una operación, o tantas cosas del diario vivir.
Una pregunta que surge siempre en los mayores es si uno es más resliente cuanto mas sufrió en la vida. Y es muy enriquecedor conocer los ejemplos que aportan ycomo rápidamente comprenden que si bien las situaciones de la vida enseña si se las afronta convenientemente, también es cierto que si estas son muchas, lejos de fortalecer, pueden terminar minando el orgnisnmo. Y que además esta pregunta se responde conociendo que factores protectores se tiene para el afrontamiento.
Es por eso que se analiza la resiliencia desde el quehacer diario con sus avatares más o menos significativos. Relacionamos siempre la Resilienci a con la Vulnerabilidad.
¿A qué se refiere la vulnerabilidad? : a una percepción que tiene el AM. de una indefensión en aumento, de un incremento de la incertidumbre, de la inseguridad y esto en relación no solo a su declinar físico, que por supuesto es importante pero sino también frente a su inserción en una sociedad que todavía no lo integra totalmente. Y ese es un desafío que los mayores afrontan fundamentalmente de fines del siglo XX y que se acentúa en este siglo XXI de por si, también inseguro e imprevisible para toda la sociedad.
Todo cambio trae aparejado una zona de inseguridad, de transición, hasta que el cambio se consolida. Y el envejecimiento no escapa a esto. Como nueva etapa de vida, y por tanto también de estudio, genera movimientos de teorías, conceptos, prejuicios, miedos.
Nuestra sociedad, fuertemente utilitaria, clasifica a las personas según su rendimiento productivo: activos, pasivos. Por ese motivo la educación estaba dirigida a niños, jóvenes, adultos. Ahora se incorpora una nueva cultura de la educación dirigida esta vez al placer, al disfrute, a la salud. Todavía la impronta del postmodernismo pesa mucho cuando supervaloriza lo joven, lo efímero, lo inestable, la desvalorización de la vida, y por tanto la experiencia, y la vejez como corolario.
La vulnerabilidad en el Adulto Mayor tiene que ver también, con la desprotección desde la sociedad, un debilitamiento de las redes sociales y los servicios de salud, las jubilaciones insuficientes.
Vemos así la vulnerabilidad en interjuego con la resiliencia y de ahí que no la contraponemos. Se aprende a ser resiliente desde la vulnerabilidad que como vimos es individual y social.
¿Y que pasa a nivel familia?
La familia, como organización, no está ajena a los cambios que va experimentando la sociedad a través de las épocas. La vida moderna con sus acelerados cambios imprime su sello en las familias que están sujetas así a numerosas tensiones y conflictos.
La complejidad de lo social repercute en la familia y en sus miembros, en su trama interna y en las conductas de sus componentes.
Cada miembro de la familia va cambiando también su ubicación dentro de la misma, alejándose o acercándose según sea su situación. Esto tampoco excluye al Adulto Mayor. Justamente son los Adultos Mayores de estas generaciones que han sido movilizados por todos los cambios que imperaron en el Siglo XX. Nacieron y vivieron en ese "su Siglo" y ahora entrando al siglo XXI, todavía necesitan comprender, aprender y modificar sus ideas para seguir insertos y no marginados. Y sin duda lo hacen y este es un gran aporte que hacen al conocimiento de la naturaleza del envejecimiento.
Las familias están atravesadas por la globalización, la estructura injusta y dolorosa de la distribución de bienes, por el desempleo, la pobreza, y las consecuencias sociales que todo ello implica como las drogas, el alcoholismo, la delincuencia, la inseguridad. Todo imprime un sello que impacta muy duramente en los Adultos Mayores y los hace sentir mas vulnerables aún.
Las que se llaman antiguas familias son aquellas que están estructuradas bajo las concepciones educativas, morales, culturales, imperantes a comienzos del siglo XX y que talvez alcanzaron hasta la década de los 50. Algunos hijos de esas generaciones de padres siguieron aplicando los principios, valores, cultura de esa época pero la mayoría se fueron flexibilizando y adaptándose a los cambios que desde la década de los 60 conmovieron a las estructuras de la sociedad. Importantes cambios científicos, tecnológicos, demográficos, culturales tienen que ver con una época de posguerra. Pero estas generaciones, los que ahora forman los Adultos Mayores de hoy, son como una generación de tránsito, de intersección entre las antiguas familias y las que se están desarrollando como nuevas familias. Ni mejores, ni peores, con buenas y malas ambas, DIFERENTES.
Las Relaciones Familiares:
En todo este contexto de cambios acelerados en todos los estamentos de la sociedad, la familia no ha quedado al margen y también fue sufriendo modificaciones y sus miembros "obligados" a cambiar con ella.
Por eso decimos que estas generaciones de Adultos Mayores constituyen generaciones de transición entre lo que se llama las antiguas familias, las también llamadas convencionales con las modernas o actuales... Padres que nacieron hasta la década del 50 están influenciados por sus padres que pertenecen a las generaciones del 10 o del 20.
Las nuevas familias constituidas por hijos de aquellos que si bien
influenciados empezaron a generar cambios en sus conductas, gustos, actitudes. Por tanto hay una generación de cambio pero intercalada con la anterior, y esto genera entonces pautas culturales no siempre concordantes. Generación de tránsito, con todo lo que ello implica, cambios de valores, mayor vulnerabilidad, inseguridad de las normas. Ej. De relaciones entre padre e hijos. Esposos y mujeres. Las mujeres tienen además un rol muy importante en estos cambios, porque al encolumnarse algunas en el feminismo, produjeron modificaciones muy trascendentes. La familia es como la vidriera de la sociedad, muestra los cambios en distintas formas de manifestación. Y la ciencia y sus avances tampoco son ajenos a estos cambios. Los trasplantes, los anticonceptivos, los cambios tecnológicos como el teléfono han estado ligados a través de la historia a nuestras relaciones interpersonales. Y ahora con la telefonía celular que permite obviar los cables, la masificación del uso de la televisión y de la radio como inmediata comunicación con todo el mundo pero también como formadoras de opinión. Y finalmente la computación y especialmente el acceso a Internet cada vez más al alcance de mayores sectores de la sociedad.
Las viejas y las nuevas Familias. Algunos cambios.
En las antiguas familias, se constata en general la mayor cantidad de hijos. Esto está dado por muchos factores y toda generalización distorsiona los datos. Por una parte el desconocimiento y/o desinformación sobre el uso de anticonceptivos. También el papel de la Iglesia en contra del uso de los mismos. No desestimamos tampoco la elección de las parejas por las familias numerosas.
Las parejas no se planteaban la posibilidad de la separación. Solamente causas muy especiales llevaban a esa situación. En esto la situación económica de la mujer, las presiones familiares, los prejuicios etc. incidían mucho al igual que subestimación del rol de la mujer y la cultura machista en auge en los comienzos del siglo XX.
Los roles que tenían asignados tanto el hombre como la mujer fueron cambiando: estaba bien visto que el hombre fuera el que se ocupara del trabajo fuera de la casa y el sustento familiar y la mujer la encargada de las tareas del hogar y la crianza de los hijos.
El hombre en general no colabora en las tareas domésticas ni en el cuidado directo de los niños.
En las nuevas familias:
Las familias son mas chicas, dos o tres hijos en general, aunque siguen las familias numerosas con hasta 10 hijos, son las menos.
Ya la separación y la lucha por el divorcio es mejor visto aunque todavía no por la Iglesia. Ya no se discrimina tanto por ser separado.
La mujer empieza a trabajar fuera de la casa, a estudiar, a la par que atiende su casa y sus hijos.
El hombre si bien sigue con su trabajo o su profesión, ahora colabora mas activamente en lo que a la casa y los hijos se refiere.
Nuevas parejas se forman a medida que la homosexualidad deja de ser un prejuicio. Este tema es todavía discutido y en especial lo relativo a la tenencia de hijos, propios o adoptados.
También deja de verse como algo malo la formación de nuevas parejas durante el envejecimiento y el uso cada vez mas difundido del "cama afuera".
La familia es siempre una fuente de sostén emocional, y en los Adultos Mayores tiene sus propias características.En primer lugar muchas veces es multigeneracional. La mayoría de las familias de Adultos Mayores incluyen por lo menos tres generaciones; algunas mas. La bisabuelidad se ha agregado encada vez mas cantidad de familias. Esto hace que por un lado la familia se enriquezca pero por otro con tantas personas que forman como un abanico, genera choques por la diversidad de opiniones, caracteres, procedencias... Las relaciones familiares, siguen pesando mucho para el mayor y su demanda de atención muchas veces genera problemas...
Pero se dan familias numerosas y se dan también Adultos Mayores que han quedado solos, porque son solteros o porque han quedado separados o viudos y sin hijos o hijos lejos y todo esto hace que cambie la situación del mayor y su lugar en la sociedad.
Por eso, las otras relaciones, las sociales, con pares, se hacen tan importantes, enriquecedoras, fuente de otros panoramas, tanto para los solos como para los que tienen familia.
La importancia de una actitud resiliente.
Trabajamos luego sobre como aprender a ser más resilientes y reflexionamos acerca de algunos factores que se debe tener en cuenta como pilares de la resiliencia.
- La Introspección.
- La Auto estima.
- Independencia frente a factores de riesgo emocional.
- Capacidad para hacer vínculos.
- Creatividad.
- Humor
- Buscar los factores protectores.
1-La introspección: es la acción que permite el conocimiento y comprensión de uno mismo, de preguntarse, hablarse, sugerirse, a uno mismo. Es una sana forma de plantearse las cosas, de tranquilizarse, de bajar la ansiedad, de reírse de algo que uno hace o piensa y así restarle intensidad.
2-La auto-estima: es la propia valoración, que tiene relación tanto con factores internos como externos, condiciona nuestro modo de relacionarnos tanto con el mundo como con nosotros mismos. auto-estima es la parte afectiva de la identidad es decir como nos evaluamos, que representación tenemos, de nosotros mismos. Identidad y auto estima se van formando a lo largo de la vida, en una interrelación entre el psiquismo y la realidad externa, sea ésta social, cultural, económica y vehiculizada por la familia primero y luego por otros estratos de la sociedad en los cuales toca interactuar.
3-Independencia frente a factores de riesgo emocional: Los mayores están acostumbrados a hacerse cargo de la vida de los demás, en especial de familiares y/o amigos. Es importante ser solidario y ayudar en la medida de lo posible pero poner algo de distancia en cuanto a no hacerse cargo de los problemas de los otros. Diferenciar a los otros, darles lugar para que afronten sus problemas, dificultades, circunstancias varias y acompañarlos si es necesario pero no vivirlos como si fueran de uno. No es una tarea fácil pero sí, posible.
4_ Posibilidad de hacer vínculos: El envejecimiento es un período marcado por las pérdidas, padres, familiares cercanos, amigos, pareja. Además de la necesidad de hacer los duelos correspondientes y elaborarlos convenientemente; se hace necesario comunicarse con otros, hacer nuevas relaciones, los grupos cubren muy bien estas necesidades. Actúan como nuevos referentes y brindan apoyo y sostén afectivo que muchas veces es un factor protector para reforzar la resiliencia. La comunicación entre pares es un disparador de nuevos diálogos, diferentes conocimientos sobre el accionar de otros frente a problemas comunes, dejar de lado el aburrimiento y la rutina que tan emparentados están con la soledad. Ayuda a su vez a enriquecer el lenguaje y afinar la escucha.
5- Creatividad. : la creatividad no es solamente lo que se les atribuye a los artistas o a las personas con alguna habilidad o talento especial. Einstein decía "Lo importante es seguir preguntando siempre" Y recordemos también a la Dra. Rita Levi Montalcini, que recibió el premio Nóbel de Medicina en l986 por su descubrimiento de una proteína que estimula el crecimiento de las fibras nerviosas del cerebro. Ella escribió un libro llamado "El as en la manga" y lo más sorprendente es que lo escribió a los 93 años.
En el libro dice que el cerebro es el "as en la manga que tenemos todas las personas y que debemos aprender a jugar con acierto en la vejez, la fase mas temida del recorrido vital. Ya que si bien es cierto que pierde algunas capacidades, las sustituye con otras que compensan e incluso superan a las perdidas".
"La creatividad sería la mejor manera de compensar esa disminución numérica con un aumento de las ramificaciones y la utilización de circuitos neuronales alternativos".Sabemos que eso logramos también a través de la estimulación de la memoria .Podemos decir que la creatividad en los mayores es volver a descubrir, inventar, imaginar, recorrer espacios no explorados, cambiar formas de actuar de modo original. Poner en práctica ideas, deseos, no realizados por distintos motivos. Animarse a hacer aprendizajes nuevos. Salirse de los moldes y prejuicios que atan.
Burger, Psicoanalista opina: "La vejez es una época de crisis y de creatividad al mismo tiempo"
6-- Humor- La psico-neuro-inmunología, es una disciplina de reciente desarrollo, para la cual lo importante es el estudio de los mecanismos de interacción y comunicación entre la mente y los sistemas nervioso, inmunológico y endocrino, responsables de mantener el organismo en equilibrio. Esta comunicación se desarrolla a través de procesos y sustancias químicas producidas por esos mismos sistemas, tales como las hormonas y los neurotransmisores. Según esta rama de la ciencia, el estrés puede producir sentimientos de rabia, depresión, indefensión y desesperanza. "Estas actitudes y emociones activan mecanismos bioquímicos, a nivel del hipotálamo, hipófisis y glándulas suprarrenales, que llevan a disminuir la respuesta inmunológica del organismo, favoreciendo la aparición de las enfermedades. Si el sistema nervioso central y la mente, que controlan nuestras emociones, actitudes y creencias, pueden influir tan directamente sobre el sistema inmunológico, debe ser posible entonces recorrer el camino inverso: influir en ese sistema modificando nuestras creencias y emociones negativas." Lo que se ha observado es que cuando se ofrece a las personas enfermas, formas adicionales de luchar contra la enfermedad, en las que ellas se convierten en protagonistas del propio proceso de sanación, aumentan considerablemente sus posibilidades de recuperación. Así, hacer participar al paciente de sus tratamientos y agregar nuevos motivos para querer recuperarse rápida y totalmente suele favorecer el proceso".
Cada día se acepta mas que la risa y el humor favorecen no solo el buen vivir sino también un mas rápido y mejor tratamiento de las dolencias.
Se incrementa la producción de endorfinas, que son sustancias químicas que reducen el dolor y refuerzan el sistema inmunológico, mejorando la capacidad del cuerpo para combatir las amenazas externas.
En los cursos de Resiliencia implantamos antes de comenzar la clase, la lectura de un chiste como disparador de risa. El objetivo es por una parte que se pueda aprender a reír francamente y por otra vivenciar los efectos benéficos de la misma al corroborar que pueden seguir la clase más relajados, atentos y con una sensación de bienestar que tanto agradecen.
7_ Buscar los factores protectores:
Es importante recordar que el trabajo con la resiliencia se sustenta en la potencialidad que tiene todo ser humano de poder cambiar, desarrollar habilidades, fortalecerse frente a las situaciones que le toca vivir.
Se puede ir desarrollando la resiliencia, en todos los momentos de la vida.
Hay muchas circunstancias que ayudan o entorpecen la resiliencia, el conocerlas hace que se las pueda afrontar.
Los factores protectores tienen que ver con la posibilidad de obtener afecto en sus distintas formas y con los puntos antes mencionados. El refuerzo de la auto estima es de vital importancia, el poder dar y recibir y la comunicación social crean la sensación de poder hacer frente y resolver satisfactoriamente las distintas situaciones de riesgo que se presenten.
Un buen diálogo con uno mismo y una cuota de humor que sostenga una actitud positiva, el hacer proyectos para vivir con la mejor calidad de vida posible, serán la base para una buena resiliencia.
Conclusiones:
La aplicación del concepto de Resiliencia en grupos de Educación de Adultos Mayores, que llevamos a cabo ya hace varios años nos muestra que:
la demanda de los cursos es mayor, toda vez que los mayores se enteran del contenido del Seminario.
El conocer y usar la resiliencia, los fortalece, les provee de una mirada distinta privilegiando sus potencialidades, sus fortalezas frente a las situaciones adversas que les toca vivir.
Estas generaciones de Adultos Mayores que concurren a los cursos, han transitado un Siglo XX muy convulsionado y cambiante y entraron al Siglo XXI zarandeados por la incertidumbre, la pérdida de valores estables, la violencia y el estrés como "enfermedad" casi común.
Las crisis de las familias, la propia crisis del envejecer, las pérdidas y los duelos que llevan necesariamente para elaborarlas, las nuevas tecnologías a las que deben adaptarse, su demanda de espacios dentro de la sociedad, hacen que pudiendo mirar sus fortalezas o su potencial, más que sus limitaciones (aunque sin desconocerlas) los torna con una mayor autoestima y munidos de herramientas para vivir con la mayor calidad de vida su tránsito por el envejecer.
Algunas reflexiones de los alumnos del curso de Resiliencia.
"El curso de Resiliencia me dio un apoyo muy grande porque cada día refuerzo más mi autoestima. El grupo me resultó muy bueno". L.T.
"El curso me ayudó en informarme de una nueva herramienta que me resultaría aplicable llegado el momento. Me sirvió para evaluarme y concluir que estoy bien y quiero seguir aprendiendo. Me sentí cómoda en el grupo aunque creo fue muy numeroso". S.A.
"Hacer Resiliencia me ayudó a entender que de una situación dolorosa, con un cambio de actitud se puede ayudar a ver la vida de otra forma, a no tener tantos fantasmas en mi mente. El grupo me pareció bárbaro pero creo que fue muy numeroso el grupo dio posibilidad de nuevos vínculos que nos abren nuevas puertas" AM.
"El curso me ayudó a comprender que el término resiliencia tuvo que ver mucho a lo largo de mi vida, con una infancia desgraciada, se daba todos para ser una persona pesimista, desesperanzada rencorosa pero no fue así y logré salir airosa de todo aquello y de todo saqué una enseñanza, Pienso que soy una resiliente nata porque a pesar de todo soy una persona naturalmente alegre. La relación con el grupo fue muy buena y el clima de las clases muy ameno y cordial". A
"Siempre me considere una persona resiliente, aun sin conocer la palabra. Sin embargo en esta etapa de la vida las situaciones adversas se multiplican El curso me ayudó a tomar conciencia de que talvez me toque vivir un período mas o menos prolongado en el que aún está en mis manos mejorar mi calidad de vida, Será cuestión de reflexionar seriamente sobre lo escuchado en clase e intentar cambiar la actitudes negativas. El grupo, a pesar de lo numeroso, me resulto muy agradable y amistoso ". A.H.
"El curso de Resiliencia me sirvió para sobrellevar la salud de mi padre y la mía. El grupo fue muy agradable y la mayoría de los compañeros son amigos y serviciales conmigo. Me queda mucho para aprender". A.L.
"El presente curso me ayudó muchísimo, porque me permitió rever mis problemas desde otro ángulo. El grupo: magnífico y receptivo. Logré integrarme ampliamente. Estoy muy contenta de encontrarme en él. El curso me pareció excelente. Muy completo. Nos permitieron una amplia participación". A.B.
"Hacer el curso de Resiliencia me está ayudando a aceptar los cambios de la vida y a levantar mi auto estima. Lo cambios de mi vida son enormes a esta altura, he quedado sola en casa y aún me cuesta aceptarlo. La resiliencia me está ayudando muy bien. El grupo me resultó muy bueno". E.S.
"El curso de Resiliencia me orientó y dio elementos en el sentido de cómo transitar mas saludablemente el proceso de envejecimiento, mejorando mi actitud ante situaciones adversas. Entre otras cosas me confirmó que puedo seguir aprendiendo el resto de mi vida también seguir modificando actitudes ante hechos que no puedo cambiar. Comprendí que hay que estar dispuestos para el cambio y que la actividad es no solo necesaria sino saludable a nuestra edad". M.S.
Palabras clave: Resiliencia. Adultos Mayores. Envejecimiento.
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Cyrulnik Boris. El amor que nos cura. Gedisa Editorial. 2005.
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Morel Montes Marisa y Cecilia. Entrevista a Boris Cyrulnik. ¿De que esta hecha la felicidad? (Tomado de Internet).
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