Recuerdo de mujeres
Irma
Mabel Cepeda y Stella Maris Herrera
stellaherrera35@hotmail.com / mabcep@hotmail.com
Presentado en el
II Congreso Iberoamericano de Psicogerontología
I Congreso Uruguayo de Psicogerontología. 2007.
"Envejecimiento, memoria colectiva y construcción de futuro"Esta es una investigación cualitativa donde se han recuperado retazos de historia de mujeres institucionalizadas. Su objetivo es realizar un aporte a la constante construcción de la memoria colectiva, indagando qué lectura hacen las protagonistas de sus propias experiencias. Se realizó un muestreo estratificado de 20 mujeres mayores de 75 años, aplicándose la técnica de entrevista para colectar datos que, analizados y sistematizados fueron agrupado en tres ejes:
- Niñas que recuerdan
- Mujercitas y sus amores
- Mujeres trabajadoras
Las niñas recuerdan familias inclusivas, donde la función materna/paterna tuvo fuerte presencia, familias criollas o inmigrantes donde la cultura del trabajo se vivenciaba cotidianamente y las reglas se imponían " con una mirada". La sana alimentación formó niñas fuertes y vivaces que disfrutaban sus juegos, de las tareas domésticas y/o agrícolas.
Tras una corta adolescencia de bailes en clubes o familiares con los vecinos del campo, eligieron con quien casarse, después de un noviazgo formal reglamentado por los padres.
Las mujeres urbanas trabajaron fuera de su casa desde solteras; las "del interior", ya casadas, cuando sus familias se radicaron "en el pueblo". La conciencia de ciudadanía y pertenencia a la clase trabajadora aparece con la mención de Eva Perón.
Concluyendo: provenientes de una infancia que transcurrió en una sociedad argentina inclusiva, son mujeres fuertes, urbanas y del campo, que recorriendo diversos caminos convergen en una institución que hoy contiene su vulnerabilidad social. Flamantes ciudadanas accedieron a la clase trabajadora en un contexto socio-político novedoso en el siglo pasado.
Palabras claves: vida cotidiana, ciudadanía, memoria colectiva, inclusión social, vulnerabilidad social.
Como profesionales trabajadoras en el Hogar de Ancianos "Dr. Alejandro A. Raimondi" de Necochea, decidimos encarar un proyecto de investigación cualitativa para recuperar el pasado potencialmente disponible de un segmento etareo de mujeres mayores de 75 años , con la finalidad de conservar retazos reales de historias cotidianas vividas y relatadas por las propias protagonistas, que realizan de este modo un aporte a la construcción de la memoria colectiva., y que a nuestro criterio legan constancias ya intangibles pero no por ello menos preciosas de sus propias vidas, sumando caudal y nuevo potencial a la continuidad del río de la historia.
Estas mujeres, en pleno ejercicio de sus derechos como ciudadanas, provenientes de Capital Federal o de poblados del interior, hoy están contenidas en un sistema de Hogares permanentes que sostiene tanto su inclusión social como la fragilidad propia de la edad, frente al incremento del riesgo imperante en las sociedades contemporáneas.
Construir y vivir en un permanente intercambio con el pasado , con el medio y con los otros hasta el último día de vida, es el planteo al que adherimos más allá de conceptos rígidos acerca de qué es " salud", "éxito", "fracaso" y/o " felicidad" y por ello compartimos el decir de Ander Egg " El sujeto del conocer está implicado en la realidad y de ella no puede separarse ni por la especulación científica ni por la especulación filosófica. El hombre que se constituye en la historia y en la praxis está inmerso en una realidad cuya totalidad forma parte también como sujeto cognoscente": ( Ander-egg año: 1980 - pág.21/22).
Las veinte mujeres entrevistadas ingresaron a la institución entre el mes de marzo de 1987 y julio del 2006, a veces por propia decisión otras por desencuentros o disfunciones familiares, las más por soledades o por pérdidas irreparables, la mayoría de ellas están alfabetizadas y poseen experiencias laborales.
El hoy que les toca vivir es un hito, que atravesado por la finitud de la estructura temporal de las protagonistas, determina situaciones únicas e irrepetibles como el nacer o el morir y al mismo tiempo es esa misma estructura temporal y cotidiana la que proyectándose construye futuro historizando vida.
Este muestreo estratificado de veinte mujeres, entre setenta y cinco y noventa y seis años, fue elegido para asegurar la representatividad de un grupo etreo específico respecto de una población total de cincuenta y nueve mujeres a junio del 2007 , con la expectativa de recuperar y resguardar las historias vividas en el decir de las propias protagonistas .
Como pasos para el ordenamiento de la tarea se optó en primera instancia como fuentes secundarias, por la recopilación documental de publicaciones de acontecimientos con relevancia periodística para sostener un lineamiento histórico y, además, con aportes de destacados investigadores en el campo de lo social; en tanto que como fuentes primarias: las entrevistas semi-estructuradas utilizadas no como protocolo rígido sino con la flexibilidad necesaria para asegurar que los temas claves sean explorados sirviendo las mismas, además, para recordar al entrevistador la prevalencia de ciertos temas (denominados en este trabajo: ejes) , también las entrevistas personalizadas brindaron la posibilidad de visualizar el espacio de interacción verbal y no verbal , dando cabida a la intensidad emocional en los registros.
En la entrevistas se indagó sobre:
Recuerdos de la infancia: vida en familia, juegos, correctivos, saberes formales y no formales, alimentación y prácticas religiosas; estos datos se agruparon en el eje: "Niñas que recuerdan"
El segundo eje " Mujercitas y sus amores" agrupa datos en relación a la primera menstruación, pautas de higiene personal, amistades, primeros amores, modas, diversiones para terminar con la formación de la propia familia.
En Mujeres trabajadoras se visualiza la vida laboral, la independencia económica, la identidad legal y ciudadana.
Se constata en las respuestas una fuerte incidencia del "hoy" en la vida de las entrevistadas evidenciando el permanente intercambio con lo circundante. Los datos recogidos fueron clasificados por unidades de sentido y agrupados aquellos que por asociación y coherencia respondían a los ejes citados.
Las profesionales intervinientes en esta tarea, pertenecemos a disciplinas que comparten un mismo campo " lo social", espacio donde se realiza el encuentro y la construcción de lo humano. Tanto el Trabajo Social como la Psicología Social aportan soportes y encuadres para el despliegue de lo tratado, en el primer caso, el Humanismo dialéctico sella, como principio el acercamiento hacia los otros como personas, afirmando la dignidad humana y la comunidad favorecedora para la construcción de sujetos, sujetos que vistos como unidades bio/psico/sociales constituyen formas "concretas" de "ser humano", en relación permanente con el hábitat, con una organizaci ón social determinada, en un tiempo determinado, con su propia modalidad de "producción" dando como resultado tanto lenguaje como ciencia, alimento o cobijo y subjetividad de allí que la vida cotidiana se entienda como " un modo de organización material y social de la experiencia humana en un contexto histórico social determinado" ( Ana P. De Quiroga-Josefina Racedo año: 1990 pág. 11); asimismo, concordando con el pensamiento de P. L. Berger y T.Luckmann: la estructura temporal de la persona proporciona la historicidad que determina su situación en el mundo: nacer en una determinada fecha, asistir a tal escuela o morir en un momento y no en otro; esas fechas están ubicadas dentro de una historia mucho más amplia señalando que esta estructura temporal de la vida cotidiana no solo impone secuencias preestablecidas en la agenda de un día cualquiera sino que se impone en la biografía de todo sujeto.
La situación " cara a cara", en la que se desarrollan las entrevistas, favorece el despliegue del lenguaje capaz de trascender "el aquí y el ahora" tendiendo puentes dentro de la realidad de lo relatado, integrándola en un todo significativo y dador de sentido. Por medio del lenguaje se puede trascender el espacio inmediato, se puede sincronizar la secuencia del tiempo biográfico con el tiempo de los otros, abrir el espacio para otros sujetos individuales o colectivos que no están presentes en el " aquí y ahora". El lenguaje es capaz de "hacer presente", patentizar , lo ausente de manera temporal y espacial. En cualquier momento puede actualizarse todo a través del lenguaje que hace presentes no sólo a los sujetos que están físicamente ausentes , sino también a los protagonistas y acontecimientos del pasado recordado o reconstruido. Esas " presencias" aportan permanente significado a la realidad continua de la vida cotidiana.
El hilván de los recuerdos
Las mujeres entrevistadas, con las que nos sentimos profundamente agradecidas, se presentan desde sus orígenes, María Angela , 96 años nacida en Vela, Pcia. de Bs.As., María Teresa , 83 años, oriunda de la Capital Federal, , Emilia , 86 años, originaria de Ayacucho, Pcia. Bs.As., Elvira , 88 años de Nicanor Olivera, Pcia. Bs.As, Herminia , 86 años, Necochea, Pcia.Bs.As, Dora , 82 años, Villaguay, Entre Ríos, Nélida , 84 años, de Necochea, Pcia. Bs.As. Esther , 87 años, Mercedes ,79 años, ambas de Capital Federal, Ana 77 años, Bella Vista, Pcia. de Corrientes, Olga , 80 años, de Capital Federal, Dina , 90 años, Bahía Blanca, Pcia. de Bs. As., Edelmira, 90 años, Necochea, Pcia. de Bs. As, Aureliana, 75 años, Concepción, Pcia. de Corrientes, María Esther , 75 años, San Miguel, Pcia. de Bs. As., María Rosa, 78 años,San Cayetano, Pcia. Bs. As., Sara Esther, 75 años, Tandil, Pcia. de Bs. As. Ernesta , 86 años, Bragado, Pcia. de Bs. As, Adela , 76 años, Andalgalá, Pcia. de Catamarca , Nieves , 80 años, Tacuarembó, Rca. Oriental del Uruguay. 1
Estas niñas, provienen, en su mayoría de familias numerosas, en las que madres biológicas, abuelas, hermanas mayores y madrastras ejercieron la función materna, formándolas vivaces, donde la infancia fue tiempo de juegos y de juguetes: la rayuela, las bolitas, el rescate, la soga, las muñecas, la mancha, la carrera de embolsados, aparecen en todas las historias junto a mascotas y Reyes Magos, el patio o la vereda escenarios repetidos para este " tiempo de jugar". La excepción es María Rosa (78), quien desde muy pequeña debió cuidar animales, ordeñar vacas y " después repartir leche". En estas familias, la cultura del trabajo era base fundamental. En ámbitos rurales se criaron entre sembradíos de cereales, plantaciones frutales, quintas y crianza de animales de granja sobre todo para el consumo familiar. Las madres trabajaban a la par que sus parejas, " mi mamá era como un hombre para el trabajo" dice María Ángela (96) . En zonas urbanas los padres fueron pequeños comerciantes, empleados del Estado, cuentapropistas o trabajadores a destajo " hasta que pusieron horarios en época de Perón", expresa Mercedes (79) refiriéndose a la reglamentación del Trabajo de los " destajistas" en la década del 40. Algunos padres decían " esto se hace, esto no se hace", otros " vayan para afuera que viene gente", pero los más no necesitaban decir nada, " con una mirada bastaba", la presencia del " rebenque" o tan solo de " una escoba" era suficiente para " portarse bien", este relato acerca de las medidas correctivas en el ámbito familiar es compartido por todas las entrevistadas, y las travesuras se filtran fortaleciendo esa mirada de la infancia como tiempo de juegos, vehiculizadas por el lenguaje que las traslada al hoy para deleite de quienes relatan y quienes escuchan. Adela(76) con regocijo cuenta que en su casa ( la Estancia "El Espinillo" en Catamarca) el abuelo hacía vino casero que era colocado en barriles en " la pieza de las comidas"; a la hora de la siesta, cuando los adultos dormían, ella, se acostaba en el piso y "abría la canillita del barril , nunca me pescaron", dice, sin ocultar la risa.
Del total de las entrevistadas, solo una es analfabeta, el resto ha recibido distintos niveles de educación formal. Las del interior, en su mayoría no han completado el nivel primario fundamentalmente por la dificultad para trasladarse a la escuela, cuando la misma se ubicaba lejos de la casa, situación a la que en otros casos se sumaba la necesidad familiar de que las niñas ayudaran en las tareas domésticas y en la crianza de sus hermanos. Es notable la incidencia de la figura paterna cuando las niñas no querían alejarse de sus casas, asi, Elvira (88) rememora, " yo estaba pupila, lloraba porque extrañaba y mi papá me vino a buscar." Las niñas criadas en la Capital Federal completaron el nivel primario, algunas ingresaron al secundario y otras, como era normal en la época estudiaron " cosas de oficina en la Pitman", como recuerda Mercedes(79) haciendo referencia a la dactilografía y contabilidad. También estudiaron piano, y " un poco de inglés y francés". María Teresa(83) recuerda que aprendió a leer y escribir en la libretita de su tía que era modista, ahí le anotaba las palabras que ella quería aprender: luna, flor, luz, palabras que hasta hoy están presentes en sus poesías. Los saberes no formales fueron, en general transmitidos por las mujeres que ejercieron la función materna, aunque María Teresa(83) recalca que " aprendí a cocinar mirando a mi abuelo que era español, cocinaba pescados y yo miraba desde un banquito, la cocina tiene fantasía" concluye.
Estas mismas niñas recibieron sana y variada alimentación: fariña a la sartén para comer con carne, facturas de cerdo, huevos, verduras de la quinta, pollos, patos, pescados, arroz con mariscos, puchero con "la pilota" (albóndiga grande), menciona Olga (76), alcauciles rellenos y " puchero los lunes y fideos con tuco los domingos" cuenta Esther (87). El lugar que ocupaba en esta dieta "lo dulce" era relevante, tortas de cumpleaños, panes dulces, arroz con leche, flanes, panqueques, berlinesas, dulces de elaboración casera. Emilia (86) se reconoce en el relato como la destinataria privilegiada de las tortas italianas que hacía su madre. Tanto María Teresa (83) como Mercedes (79) cierran el cuadro de la vida cotidiana en el ámbito culinario; la primera relata: "los viernes se hacían las tortas y los postres en cantidad, teníamos la cocina económica que se encendía todos los días con carbón.....también se usaba para el agua caliente", en tanto que la segunda rememora " teníamos una heladera de madera, se levantaba la tapa y se echaba el hielo, venía el hielero a casa" .
Refiriéndose a las prácticas religiosas, si bien el catolicismo aparece como la religión heredada no tiene incidencia directa en el quehacer cotidiano, en la mayoría de los casos la relación con Dios es naturalizada y personalizada " me di cuenta que Dios estaba en mi corazón, me hice a mi misma mi religión" María Teresa ( 83) o " tengo relación directa con Dios, agradezco todos los días que amanece....no tengo que estar descontenta con Dios, me ha dado 2 hijos, 6 nietos, 22 bisnietos y para agosto viene el último"(Elvira 88), resumen el sentir y pensar de las entrevistadas; solo dos de las mismas interiorizan sobre prácticas religiosas específicas, así Ernesta (86) recuerda " a la iglesia no íbamos, con mi mamá rezábamos el Bendito y a trabajar, a la noche decíamos: mamá que amanezca bien, la bendición y a la mañana lo mismo", Aureliana (75) con humor señala " el primer marido de mi tía me enseñó a rezar, incate de rodillas...el Bendito, el Alabado...yo no se".
La atención sanitaria se dividía proporcionalmente entre el médico y la curandera lugareña, dice María Angela ( 96): "íbamos según lo que teníamos a la curandera o al doctor", es destacable el recuerdo de una niñez sana " Por ser sana no conocí ni hospitales ni curandera" recalca Ana ( 77).
El cambio de etapa que marca la primera menstruación encontró a las entrevistadas en general sin preparación y llama la atención que tanto la información al respecto como todo lo orientado a las pautas de higiene personal surgiera no de las madres sino de otras figuras femeninas que rodeaban a estas niñas como las hermanas mayores, las abuelas, tías y sobre todo las maestras, así a María Rosa (78) la abuela le aclara " Ojo! El día que andés así no te vas a mojar ni lavar la cabeza....después ya te podés bañar" y Esther (87) no olvida que su maestra le enseñó a todas las alumnas que " esto lo tenemos todas las mujeres".
En los poblados la vida social transcurría entre reuniones familiares o con los vecinos y como prolongación de las mismas los bailes en el Club "Social y Deportivo", las mujercitas asistían de 21 a 24hs.María Angela (96) recuerda " usaba taquito carretel, poca pintura, pelo cortito, vestido con falda a la rodilla". Las reuniones en lo de los vecinos ocupaban gran parte del tiempo de esparcimiento: " se jugaba a la lotería...iban todos...radio no teníamos, sí tenía un vecino que también tenía un fonógrafo y muchos discos", dice Nélida ( 84). Los bailes en la Capital Federal se desarrollaban en el mismo horario. " Se bailaba de todo" menciona Ana (77) " tango, vals, fox-trots, boggie-boogie, jazz", y en este ámbito se conocerán y elegirán los futuros esposos. En la constitución de sus propias familias aparece fuertemente marcado su rol de "madre" con exclusión de la presencia masculina en todo lo referente a la planificación familiar y a la crianza, muy claro es el planteo de María Ángela (96) " tuve dos hijos, yo no quería más, los hacía perder....mi marido sabía que algo iba a hacer, tengo coraje y sabía que dolía".
Entre los 20 y 25 años nuestras entrevistadas fueron atravesadas por las conquistas sociales que se extendieron en el país, así se convirtieron en ciudadanas con derecho a voto en el año 1951 por aplicación de la ley 13010/47 y participan entusiastas "El librito viejo lo tengo lleno de votos" Aureliana (75) "Votaría hasta los 90 años, es una forma de defender al país" Mercedes (79), "comencé a votar cuando apareció Evita y salió mi opinión en un diario de lo que significaba votar, el diario era Democracia" María Teresa (83).En lo referente a la independencia económica, estas mujeres manejaron no solo sus ingresos y la administración hogareña, sino también acompañaron en actividades comerciales y/o productivas a sus parejas " mi marido me dijo: si querés trabajar, andá, yo no te mando" Emilia (86), "mi marido cobraba y yo manejaba el dinero" Nélida (84), " a mi marido le daban todas las obras, yo tomaba la gente como contratista" Ernesta (86).
Hasta aquí testimonios recortados(*) que nos permiten recuperar retazos de historias personales con nombre y apellido, que dan cuenta de construcciones sociales originantes y resultantes, modificadoras y generadoras del quehacer y ser cotidianos. Estas mujeres mayores, quienes desde el hilván de sus recuerdos se autorretratan y también retratan épocas, costumbres, sabores y sinsabores de días vividos, aparentemente sin mayores trascendencias pero que en el tapiz de la vida tejido día a día, construyen nuestras raíces, nuestros propios imaginarios; esos con los que hoy, nosotras: mujeres de 50, nos identificamos, rechazamos, nos asustamos, nos preguntamos y este es en última instancia el sentido del trabajo realizado: abrir puertas poder seguir preguntando, nosotras y quienes nos siguen, ya que la curiosidad abre caminos, recoge hilos sueltos, anuda sueños, teje futuro, sin olvidarnos que recordar proviene del latín RECORDARI, derivado de COR: corazón (Joan Corominas: 1974 Vol.III Pág.1043) y que " el recuerdo es un rescoldo para el alma" ( Julia Elena Ávalos, folklorista argentina).
Notas
(*) las entrevistas completas y los datos clasificados estarán disponibles en CD.
1 Las autoras de " Recuerdos de Mujeres" cuentan con la autorización necesaria de las entrevistadas para la publicación total o parcial de las entrevistas realizadas, como así también para la exposición y/o proyección de las fotos de quienes accedieron a ser fotografiadas.
Cabe destacar que las entrevistadas se alojan en el Hogar de Ancianos " Dr. Alejandro A. Raimondi", institución con una población estable de 300 personas, situación que genera, según nuestra experiencia laboral, uno de los padecimientos más frecuentes en los residentes que resulta ser: el proceso de despersonalización e invisibilización. Este proceso, registrado por los profesionales abocados a la tarea de contención y acompañamiento, encuentra en el mantenimiento de la " identidad" un atenuante y sostén durante el tiempo de vida de quienes allí residen.
Bibliografía
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Berger P.; Luckmann T. (1979) La Construcción Social de la Realidad.Bs.As: Amorrortu
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Diario Clarín Edición Especial (2005, 28 de Agosto) 60 Años 60 Hechos.
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Quiroga A.;Racedo J.(1990)Crítica de la Vida Cotidiana. Buenos Aires:Ediciones Cinco