II Congreso Iberoamericano de Psicogerontología
I Congreso Uruguayo de Psicogerontología
"Envejecimiento, memoria colectiva y construcción de futuro"
7, 8 y 9 de noviembre de 2007
Montevideo, Uruguay
La percepción de las personas de edad bolivianas, sobre su condición de pobreza.
M.
Mercedes Zerda C.
javmenpi@entelnet.bo
La pobreza es la condición social más relevante en la vida de las personas adultas mayores bolivianas. El 63% de esta población es pobre, habitando la mitad de ella el área rural en condición de indigencia1.
Esta característica económica hace que las personas de edad, desarrollen estrategias actitudinales destinadas a enfrentarla. La pobreza experimentada desde el punto de vista de una cultura indígena condiciona una percepción especial del proceso de envejecimiento y determina una manera propia de asumir la vejez.
Lo que voy a presentar en esta oportunidad ha sido tomado de una investigación propiciada por HelpAge International y realizada el año 20032, la que permitió un acercamiento a la percepción que las personas de edad tienen de su propia pobreza y plantea propuestas de intervención acordes con la misma.
La pobreza, siendo un fenómeno multidimensional , abarca todos los aspectos de la vida de las personas pobres y es en Bolivia un problema estructural.
Podemos identificar algunas características de la pobreza específica de las personas adultas mayores en el país:
Las personas adultas mayores en Bolivia son pobres e indígenas y sienten que por ambas razones, siempre han sido marginadas por el estado boliviano, por ello afirman no sufrir demasiado la discriminación por edad. Esta conciencia de su marginación determina en ellos una necesidad de inclusión que ha emergido con fortaleza en la coyuntura política actual del país.
La población mayor pobre sobrevive gracias al apoyo familiar y comunitario. La red de apoyo familiar, tradicionalmente instituida por las culturas nativas, es la que sostiene a la persona de edad, pero perciben que ésta red se debilita permanentemente debido a la migración, que disgrega a las familias, las empobrece más y las somete a la imposición de modelos culturales individualistas.
El apoyo comunitario resulta ser muy importante, pero solamente es efectivo donde existen comunidades indígenas, es decir, en áreas rurales. En las ciudades desaparece.La pobreza es crónica y se agudiza con el envejecimiento y la viudez. La pobreza al igual que la riqueza, se hereda, es una condición de la que no se puede salir, según su percepción, además, a medida que envejecen, las personas pobres se empobrecen más, llegando a edades avanzadas en las peores condiciones de vida. La viudez, tanto en hombres como en mujeres hace que las condiciones de supervivencia disminuyan y por ello agudiza la pobreza.
La pensión no contributiva denominada Bonosol que está vigente en el país, es indispensable, pero es cada vez más difícil obtenerla. Se la percibe como un derecho irrenunciable y es para la mayoría su único ingreso seguro.
El Estado ha estado siempre al servicio de los ricos. Las personas adultas mayores consideran que desde que se fundó Bolivia, el Estado ha sido siempre manejado por los ricos para su beneficio, lo que ha producido la inequidad crónica, la corrupción y la ignorancia de los gobernantes sobre la situación de pobreza del pueblo, lo que les impide encontrar estrategias para combatirla.
Es imposible enfrentar la pobreza sin tomar en cuenta la realidad multicultural. Si comprendemos que cada cultura responde a una forma muy particular de entender el mundo, obviamente nos daremos cuenta que ante un panorama de diversidad cultural, no se puede enfrentar ningún problema estructural imponiendo una cultura sobre las otras.
Las personas mayores pobres tienen una visión muy clara de lo que se debería hacer para cambiar la realidad de pobreza crónica del país, no solo para las personas de edad, sino para todos.
Exigen programas de asistencia directa, sin intermediarios, para satisfacer las necesidades más urgentes, quieren que este apoyo llegue a sus comunidades de manera transparente y para programas que ellos consideran importantes. Quieren ser interlocutores directos con el gobierno, los municipios y los organismos de cooperación financiera.
Las estrategias para reducir la pobreza del adulto mayor, tienen que elaborarse a partir de la realidad de los adultos mayores pobres. Generalmente los "expertos" en pobreza no la conocen en su vivencia directa, por ello es importante elaborar las estrategias con los verdaderos expertos en pobreza, es decir los pobres más viejos.
Siempre se debe tomar en cuenta la diversidad étnica. Hay que cambiar la perspectiva de desarrollo que se tiene como país, plantearse nuevos conceptos, esto se traduce en nuevas metodologías de intervención. Tomar en cuenta a los indígenas, no significa simplemente "integrarlos" al estilo de vida de la civilización occidental, sino cambiar de una actitud arrogante de cultura dominadora a una actitud horizontal de cultura solidaria.
Se debe fortalecer las redes de apoyo familiar y comunal existentes. Debe elaborarse con urgencia programas para estimular la responsabilidad que tiene la comunidad indígena y la familia para con sus mayores, buscando que mantengan su tradición, apoyándolas para que lo hagan de manera más eficiente. Los programas de apoyo familiar no deben limitarse a promover la responsabilidad social, sino que deben proveer a las familias de herramientas para mejorar sus condiciones económicas.
Los programas de apoyo alimentario o productivo no deberían ser individuales, sino para las familias, grupos organizados o comunidades aprovechando estos espacios para fortalecer la ayuda mutua.
Del mismo modo, debería darse soporte a las comunidades rurales que se hacen cargo del cuidado de sus viejos, debería estudiarse los mecanismos de apoyo y conociéndolos mejorarlos y ampliarlos en vez de inventar nuevos mecanismos que impliquen gastos en infraestructura y personal.
Los programas deben estar adecuados a las reales necesidades y capacidades de las personas de edad. Las personas adultas mayores con su experiencia y tomando en cuenta las limitaciones de sus capacidades exigen su participación en programas productivos.
Desarrollar mecanismos efectivos de control social para el seguimiento de los programas que se desarrollen
Contemplar alianzas estratégicas con el sistema educativo y los medios de comunicación para construir una cultura positiva de envejecimiento.
Garantizar el acceso universal a los beneficios a través de la documentación gratuita y sin burocracia de los mayores de 60 años.
Mecanismos de vinculación entre el gobierno central y las regiones . La elaboración de una estrategia coherente para afrontar los desafíos de la creciente población adulta mayor en el país, tiene que ser una tarea participativa que debe incluir mecanismos concretos de relación entre el gobierno central, los gobiernos regionales y locales.
Las diferencias de género advertidas en la investigación muestran que de manera general hombres y mujeres mayores sufren de igual manera la pobreza aunque priorizan de forma diferente causas y efectos de la misma.
A través de la investigación se observó que el tipo de desarrollo al que aspiran las personas pobres de nuestro país, no es necesariamente aquel que la globalización moderna está tratando de imponer.
Los pobres son los mejores expertos en pobreza y desde hace siglos están combatiéndola, escuchándolos encontramos respuestas a interrogantes sobre métodos para reducirla. En la base de las culturas de estos pueblos, ignorados hasta ahora, podemos encontrar conceptos que siendo mejor investigados podrían permitirnos desarrollar nuevos métodos para terminar con la pobreza y acercarnos a un mundo en el que las personas sean respetadas en todas las edades. Conceptos como:
Reciprocidad. Que está en la base de sus relaciones económicas y que tiene importantes efectos en las relaciones interpersonales que se desarrollan dentro de la familia y la comunidad. Debido a la fuerza con que está internalizada la reciprocidad, se cultivan importantes obligaciones intergeneracionales.
Apoyo mutuo. Para las culturas indígenas nativas de Bolivia, este concepto ha sido esencial para el desarrollo de sus sociedades, el grupo es más importante que el individuo y el apoyo no solo es un valor en las relaciones sociales, sino que se considera una estrategia de sobrevivencia.
Sentido de orfandad. Los aymaras consideran la orfandad no solo como la ausencia de padres, sino también como la ausencia de hijos, y esta idea es esencial a la protección y cuidado tanto de niños como de ancianos.
El concepto andino de "suma qamaña" o bienestar general, que está siendo traducido como "vivir bien" en los planes de desarrollo del actual gobierno. Este vivir bien implica no solamente indicadores económicos, sino también sociales, culturales y espirituales, además de equilibrio y comprensión empática con la naturaleza. Este concepto está siendo contrastado con el concepto occidental de "calidad de vida" esencial en las definiciones de pobreza.
La investigación y el estudio profundo de estas otras maneras de entender el mundo, las relaciones interpersonales y la relación del ser humano con el cosmos, nos abrirán la perspectiva para tratar desde la psicogerontología, problemas antiguos del planeta como los prejuicios, la inequidad y la pobreza.
La Paz, octubre de 2007.
Notas
1 INE: Bolivia: Situación Sociodemográfica de la Población Adulto Mayor. UNFPA. 2003.
2 Zerda, M: Vejez y Pobreza en Bolivia: La visión de las personas de edad. HAI. Comunidad Awicha, COSLAM. La Paz, Bolivia 2004.