II Congreso Iberoamericano de Psicogerontología
I Congreso Uruguayo de Psicogerontología
"Envejecimiento, memoria colectiva y construcción de futuro"
7, 8 y 9 de noviembre de 2007
Montevideo, Uruguay
Cuidado del adulto mayor dependiente: Impacto en un grupo de cuidadores mexicanos.
Ana Margarita Espín Andrade, Pablo Picardi Marassa
RESUMEN
El actual proceso de envejecimiento poblacional ha traído como consecuencia el aumento del número de personas mayores llegando un grupo de ellas a presentar enfermedades que las limitan en el desempeño de sus actividades. Esto plantea el reto a la sociedad y a la familia en particular, sobre el cuidado de estas personas.
Los cuidadores sufren una afectación en el orden físico, psicológico, emocional y socioeconómico que se traduce en un sentimiento de carga que es la percepción que ellos tienen de los cambios desfavorables que han ocurrido en su vida a partir del cuidado del anciano. Se han enunciado una serie de variables del cuidador y de la persona receptora de cuidado que se relacionan con el sentimiento de carga. El presente trabajo fue realizado en un grupo de 26 cuidadores mexicanos con el propósito de caracterizar a este grupo, medir la carga de los cuidadores identificando las variables que se relacionaban con la misma, determinar el nivel de depresión así como la relación de esta con la carga y evaluar la repercusión socioeconómica y psicológica de los cuidadores. Para ello se utilizó el Cuestionario de caracterización del cuidador, el test de depresión de Beck, el test de carga de Zarit y la Escala Psicosocial del cuidador, cuyos datos se procesaron a través del programa estadístico SPSS. El perfil de los cuidadores del estudio fue: mujer, comprendida entre 40 y 59 años, soltera o casada, de nivel educacional medio-superior o universitario, con vínculo laboral, que llevaba más de un año cuidando a más de un anciano con padecimiento de Enfermedad de Alzheimer, que no tenía parentesco con el anciano o era hija de este, que tenía información acerca de la enfermedad del anciano y experiencia como cuidadora, teniendo como motivación para el cuidado los lazos de afecto, que presentaba problemas osteomusculares y cefaleas y su estrategia de afrontamiento era de búsqueda de apoyo externo. La mitad del grupo de cuidadores tenía sentimiento de carga la cual se relacionó con la edad del cuidador, de manera que a mayor edad mayor carga. También se relacionó la carga con la ausencia de vínculo laboral. Hubo una estrecha relación entre el sentimiento de carga y la depresión de los cuidadores tal y como se ha encontrado en otros trabajos referidos en la literatura científica. La mayor afectación de tipo socioeconómico del grupo de cuidadores fue el poco tiempo libre para hacer otras actividades de su vida o dedicarlas al ocio, el apoyo insuficiente por parte de otras personas y la insatisfacción de necesidades propias. La mayor afectación de tipo psicológico estuvo dada por la aparición de sentimientos negativos como la ira, la angustia y el miedo.
PALABRAS CLAVES: cuidadores, cuidador forma, cuidador informal, ancianos dependientes, carga, depresión, sentimiento de carga.
SUMMARY
The actual aging process of the population has had its consequence on an increase in the number of elderly people that present diseases which limit their performance in every day activities. This situation represents a challenge to society and in particular to family members, in caring for this group. It takes its toll on the caregivers in the physical, psychological and socio-economical way, which in turn translates into feelings of burden because of the unfavorable changes that have occurred in their lives since they had to care for an elderly person. A series of variables related to the caregiver and the person who receives the care have been stated to relate to the sentiment of burden. The present study was performed on a group of 26 Mexican citizens with the objective to characterize this group, measure the feelings of burden that the caregivers have and identify the variables that relate to the burden feelings. Also determine the depression level as well as its relation with the burden, and evaluate the socio-economic and psychological repercussions on the caregivers. For this the following tests were applied: a questionnaire that characterizes the caregiver, the Beck depression test, the burden test of Zarit and the Psychosocial Scale of the caregiver. All this information was processed through the SPSS statistics program. The profile of the caregivers of this study was: female, ages between 40 and 59 years, single or married, medium-superior or university educational level, with working links, and has been working more than one year caring for more than one elderly person with Alzheimer disease, that was not related to the patient or was the daughter, that had information on the patients disease and was an experienced caregiver, and their motivation was their emotional ties. The caregivers presented osteomuscular problems and headaches and their confrontation strategy was to get outside support. Half of the group of caregivers presented feelings of burden and they were related to the caregivers age, the older the caregiver the more burden they felt. The feelings of burden were also related to the absence of a working bond. There was a strong relation between the feelings of burden with the caregivers depression, just as it has been referred to in the scientific literature. The greatest socio-economic problems for the caregivers were: reduced leisure time, insufficient support from other people and unsatisfaction of their own needs. The mayor psychological effects were the negative feelings like anger, anguish and fear.
KEY WORDS: caregivers, formal caregiver, informal caregiver. dependant elderly person or people, burden, depression, feeling of burden
INTRODUCCIÓN
La población mundial está experimentando cambios sin precedente en la historia humana. En casi todas las poblaciones humanas los niños han sido mucho más numerosos que las personas mayores. En cambio hoy en día, el número de personas mayores en los países desarrollados sobrepasa ya al número de niños menores de 15 años. Cambios similares son esperados en los países en desarrollo, donde la proporción de niños desciende mientras las proporciones de adultos en edad de trabajar y de adultos mayores aumentan. Esta tendencia hacia el envejecimiento de la población es consecuencia de la reducción impresionante de la mortalidad que tuvo lugar durante el siglo XX y que resultó en la mayor supervivencia de niños y adultos mayores. Los descensos de la fecundidad que siguieron son responsables por la caída de las proporciones de niños que dan lugar al envejecimiento de la población. El crecimiento de la proporción de personas mayores será especialmente rápido durante los siguientes 45 años y tendrá importantes implicaciones.
"El mundo en desarrollo se vuelve viejo antes de volverse rico", según Alexandre Kalache, coordinador del programa de Envejecimiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS) quien afirma que entre hoy y 2050, la población de personas de 60 años y más crecerá de 200 millones a 1,2 billones en los países en desarrollo, lo que representa un aumento del 600%.
A medida que aumenta el número de personas mayores, los retos que el envejecimiento de la población plantea para el crecimiento económico, la viabilidad de los sistemas de pensiones, y la demanda de servicios de salud han ganado visibilidad en la agenda pública de muchos países. México es uno de ellos y con razón. Dentro de los siguientes 45 años, se espera que la población de México envejezca con mucha rapidez. Hoy, México tiene cuatro niños por cada persona mayor, pero en 2050 se proyecta que tendrá casi dos personas mayores por niño. Actualmente, México cuenta con 16 personas en edad de trabajar por cada 10 que son niños o personas mayores, un valor que sobrepasa todos los registrados desde 1950 y que se mantendrá a ese nivel o más alto hasta 2035. A partir de entonces, el número de personas en edad de trabajar por persona dependiente empezará a decrecer mientras que el crecimiento del número de personas mayores se acelera. Por lo tanto, México todavía tiene unos veinte o treinta años para prepararse a hacerle frente a los costos asociados al creciente nivel de dependencia que caracteriza a una población que envejece rápidamente (1).
Otro de los problemas que acarrea el envejecimiento de la población es el relacionado con el cuidado al anciano el que tradicionalmente ha sido ejercido fundamentalmente por la familia, la cual está sufriendo cambios en su estructura al reducirse el número de hijos y por tanto el potencial de cuidadores.
La atención a las personas mayores dependientes ha sido tradicionalmente llevada a cabo por familiares, especialmente mujeres, en lo que ha sido denominado el cuidado informal. Esta es una forma de cuidados que satisface tanto a la persona mayor, que quiere ser cuidada en su domicilio, como a las familias, que desean atender a su familiar en su entorno habitual, y a las instituciones, dado que supone un ahorro significativo en recursos de atención (2).
Si bien se ha reconocido que el cuidado informal y fundamentalmente el que ofrece la familia constituye la fuente principal de cuidados para el anciano, es necesario lograr una complementación entre el sistema de apoyo formal e informal con vistas a hacer mas efectivo el cuidado del anciano. De esta manera este puede permanecer mayor tiempo en la familia y además se protege a esta última de posibles alteraciones en su dinámica y funcionamiento que en la mayoría de las ocasiones son la causa principal de institucionalización del anciano.
Dentro de la familia no todos asumen de igual manera el cuidado de sus enfermos. A los miembros que ocupan la máxima responsabilidad en el cuidado se les denomina "cuidadores". Se ha definido al cuidador como "aquella persona que asiste o cuida a otra afectada de cualquier tipo de discapacidad, minusvalía o incapacidad que le dificulta o impide el desarrollo normal de sus actividades vitales o de sus relaciones sociales (3).
Se han observado características similares en los cuidadores de las diferentes regiones y países, predominando el sexo femenino, la edad promedio en el rango de los 40 a 50 años, principalmente la s hijas en el caso del apoyo informal seguido de las cónyuges del anciano. Estas variables en alguna medida influyen en la aparición de la llamada carga del cuidador.
La carga se ha definido como el conjunto de problemas físicos, mentales y socioeconómicos que experimentan los cuidadores de enfermos crónicos y que pueden afectar a sus actividades de ocio, relaciones sociales, amistades, intimidad, equilibrio emocional y libertad (Izal- Fernández M et al, 1998). La carga objetiva es la cantidad de tiempo y dinero invertidos en cuidados, problemas conductuales del enfermo, disrupción de la vida social, etc. y la carga subjetiva es la percepción del cuidador de la repercusión emocional de las demandas o de los problemas relacionados con el acto de cuidar (Evans RL, et al: Disabil Rehabil, 1999).
La literatura recoge repercusiones sobre todo negativas derivadas de la responsabilidad del cuidado, entre las que encontramos los estados de ansiedad, la depresión y la sobrecarga del cuidador (4).
Son numerosos los trabajos que demuestran la relación de diferentes variables relacionadas con el cuidado con la carga del cuidador entre las que se encuentran: la modificación en las actividades laborales, la poca información acerca de la enfermedad del anciano, los conflictos que se generan entre los familiares y la ausencia de tiempo para el ocio y la socialización (5).
Las variables que más han demostrado su incidencia en la carga del cuidador son los años de duración de la enfermedad y problemas cond uctuales del paciente, los estilos de afrontamiento, recursos financieros, el apoyo social y el número de roles del cuidador y también el tipo de relación cuidador- paciente encontrándose a mayor implicación emocional mayor carga (6).
La medición de la carga se ha convertido en un aspecto muy importante debido a que es un predictor de la calidad del cuidado, es un predictor de institucionalización y además constituye un criterio de evaluación de coste- efectividad de los programas de tratamiento y de las políticas sociosanitarias.
El presente artículo es un aporte a los estudios que describen la problemática del cuidador del anciano dependiente, pretendiendo responder a algunas interrogantes con respecto a las características de un grupo de cuidadores mexicanos; así como precisar la existencia del sentimiento de carga y la repercusión del cuidado en la vida del cuidador.
OBJETIVOS
Caracterizar a un grupo de cuidadores de ancianos dependientes
Identificar las variables del cuidador que se relacionan con el sentimiento de carga
Determinar la relación entre el sentimiento de carga del cuidador y la presencia de depresión
Determinar la afectación socioeconómica de los cuidadores
Identificar la afectación psicológica de los cuidadores
MÉTODO
Se realizó un estudio descriptivo de corte transversal en un grupo de cuidadores formales e informales de ancianos dependientes, que participaron en el taller" Manejo y cuidado del adulto mayor dependiente", efectuado en la Universidad Iberoamericana en Ciudad México, del 15 al 17 de marzo del 2007. Luego de contar con su voluntariedad para participar en el estudio fueron seleccionados 27 cuidadores que respondieron completamente todos los instrumentos incluidos en el diseño.
TÉCNICAS E INSTRUMENTOS
Cuestionario de Caracterización del cuidador: Es un instrumento de 15 ítems que recoge las variables del cuidador informal del Adulto Mayor con demencia: edad, sexo, estado civil, escolaridad, ocupación, número de personas a cuidar, motivación, información acerca de la enfermedad, estado de salud, experiencia como cuidador, estrategia de afrontamiento, tiempo de cuidador y parentesco. El cuestionario fue validado desde el punto de vista de su contenido por la co-autora del presente estudio (7).
Test de carga, de Zarit: Este test construido en 1983 por Zarit y Zarit, consta de 21 ítems y mide tres dimensiones subyacentes a la carga que son: impacto de cuidado, carga interpersonal y expectativas de autoeficacia (8).
Escala de Depresión, de Beck: En los últimos treinta y cinco años, el Inventario de Depresión de Beck se ha convertido en uno de los instrumentos más utilizados para evaluar la existencia o severidad de síntomas de depresión, dada su probada validez y confiabilidad tanto en poblaciones clínicas como no clínicas. La prueba, que consta de 21 ítems, tiene como objetivo identificar síntomas típicos de la depresión. En el diseño de este test, se han tenido en cuenta los criterios internacionales de descripción, por lo que no parte de ninguna teoría de la depresión en particular (9) .
Escala Psicosocial del Cuidador: Esta es una escala lickert que mide dos tipos de variables; las socioeconómicas, entre las que se encuentran las siguientes: sistema de apoyo, tiempo libre, recursos económicos, satisfacción de necesidades personales, conflictos familiares, relaciones sociales y dificultades laborales; y las variables psicológicas, donde se encuentran: angustia, irritabilidad, vergüenza, culpabilidad, miedo, soledad, resentimiento y desesperanza.
VARIABLES
Para el primer objetivo se tuvieron en cuenta las siguientes variables del cuidador: edad, sexo, estado civil, escolaridad, ocupación, parentesco con el anciano, cantidad de personas que cuida, motivos para el cuidado, nivel de información acerca del cuidado de un anciano, experiencia previa, tipo de estrategia de afrontamiento, problemas de salud. Además se tuvo en cuenta el tipo de afección que presenta el anciano receptor de los cuidados. Para este objetivo se aplicó el Cuestionario de Caracterización del cuidador.
Para el objetivo 2 se tomó en cuenta la variable dependiente: sentimiento de carga y las siguientes variables independientes del cuidador: edad, parentesco con el anciano, tipo de cuidador( formal o informal), cantidad de personas que cuida, motivos para el cuidado, nivel de información acerca del cuidado de un anciano, experiencia previa, tipo de estrategia de afrontamiento utilizada. También se estudió una variable independiente que es la patología que sufre el anciano que produjo su dependencia y por ende el cuidado por parte de otra persona. Para este objetivo se utilizó la Escala de Carga de Zarit y el Cuestionario de Caracterización del cuidador
Para el objetivo 3 se utilizaron las variables: sentimiento de carga y depresión para las cuales se aplicaron la Escala de carga de Zarit y el test de depresión de Beck
Para el objetivo 4 se tuvieron en cuenta las variables: Afectación socioeconómica, sistema de apoyo, sistema de apoyo, tiempo libre, recursos económicos, satisfacción de necesidades personales, conflictos familiares, relaciones sociales y dificultades laborales.
Por último para el objetivo 5 se tomaron en cuenta las variables: afectación psicológica, angustia, irritabilidad, vergüenza, culpabilidad, miedo, soledad, resentimiento y desesperanza . Para estos dos últimos objetivos se utilizó la Escala Psicosocial del cuidador
PROCESAMIENTO DE LA INFORMACIÓN
Se utilizó el programa estadístico SPSS versión 5.11. Se realizó la base de datos y luego se calcularon las frecuencias para dar salida a los objetivos 1, 4 y 5. Se utilizó el coeficiente de correlación de Sperman para los objetivos 2 y 3, fijándose un nivel de significación ÿ<0,05.
RESULTADOS
Con respecto al objetivo 1 obtuvimos los siguientes resultados que se aprecian en las tablas de la 1 a la 12 correspondientes a la caracterización de los cuidadores del estudio.
La edad de la mayoría de los cuidadores estuvo comprendida entre los 40 y 59 años para un 57,7%, seguido del grupo de menos de 40 años para un 6% y sólo el 7,7 tenía 60 años y más (tabla No.1)
Tabla No.1: Caracterización de los cuidadores de acuerdo con la edad
Edad No % Menos de 40 años 9 34,6 Entre 40 y 59 años 15 57,7 60 años y más 2 7,7 Total 26 100
Con relación al sexo el 80,8% de los cuidadores eran mujeres y sólo el 19,9 eran hombres.( tabla No.2)
Tabla No.2: Caracterización de cuidadores de acuerdo con el sexo
Sexo No % Femenino 21 80,8 Masculino 5 19,2 Total 26 100
Predominaron los cuidadores solteros para un 50% del total de cuidadores mientras que un 46,2% tenían vínculo conyugal y sólo el 3,8 eran viudos. ( ver tabla 3)
Tabla No.3: Caracterización de acuerdo con el estado civil
Estado civil No % Casado 12 46,2 Soltero 13 50,0 Viudo 1 3,8 Total 26 100
Con respecto al nivel escolar se observó que un 30,8% eran preuniversitarios y otro 30,8% eran universitarios seguido del grupo que tenía un nivel medio para un 23,1% y por último el grupo de nivel primario que era el más pequeño para un 15,4% (ver tabla 4).
Tabla No.4: Caracterización de acuerdo con la escolaridad
Escolaridad No % Primaria 4 15,4 Nivel medio 6 23,1 Preuniversitario 8 30,8 Universitario 8 30,8 Total 26 100
De acuerdo al vínculo laboral, 22 cuidadores un 84,6% se encontraban activos laboralmente mientras que un 11,5 eran amas de casa y un 3,8% jubilado. ( ver tabla 5)
Tabla No.5: Caracterización de acuerdo con el vínculo laboral
Ocupación No % Trabajador 22 84,6 Jubilado 1 3,8 Ama de casa 3 11,5 Total 26 100
Con respecto al tiempo que llevaba como cuidador del anciano se evidenció un 34,6% que tenía de 1 a 4 años y otro 34,6% que tenía más de 5 años cuidando al anciano. (ver tabla 6)
Tabla No.6: Tiempo como cuidador
Tiempo No % Menos de 1 año 8 30,8 De 1 a 4 años 9 34,6 5 años o más 9 34,6 Total 26 100
De acuerdo al parentesco se apreció que el 57% de los cuidadores no tenían lazos de consanguinidad con el anciano, un 26,9% eran hijos seguido del grupo de nietos para un 11,5% y un 3,8 eran cónyuges.( ver tabla 7)
Tabla No.7: Parentesco con el enfermo
Parentesco No % Hijo 7 26,9 Cónyuge 1 3,8 Nieto 3 11,5 Ninguno 15 57,7 Total 26 100
En relación al número de ancianos receptores de cuidados por cada cuidador se observó que 12, es decir un 46,2% cuidaba a un solo anciano mientras que 14 para un 53,8% cuidaba a más de uno ( ver tabla 6).
Tabla No.6: Cantidad de personas que cuida
No de personas No % Una 12 46,2 Más de una 14 53,8 Total 26 100
Se observó que 13 personas estudiadas un 50% cuidaban al anciano por lazos afectivos, seguido de 7 cuidadores un 26,9% lo hacían por considerarlo un deber moral, 5 cuidadores un 19,2% por interés material y 1 cuidador un 3,8 % que lo cuidaba por obligación ( ver tabla 7).
Tabla No.7: Motivación para el cuidado
Motivación No % Lazos afectivos 13 50,0 Por obligación 1 3,8 Deber moral 7 26,9 Interés material 5 19,2 Total 26 100 Con respecto a si el cuidador tenía información con relación a la enfermedad que padecía el anciano se apreció que 25 cuidadores un 96,2% tenían información y un solo cuidador no tenía. ( ver tabla 8)
Tabla No.8: Información acerca de la enfermedad del anciano
Información No % Tiene 25 96,2 No tiene 1 3,8 Total 26 100
Los problemas de salud que se detectaron en los cuidadores eran la cefalea en 9 cuidadores un 34,6% seguido de los problemas óseos y musculares que se presentó en 8 un 30,8%, los problemas "nerviosos" en 3 un 11,5% y la Hipertensión Arterial en 2 cuidadores un 7,7%. ( ver tabla 9)
Tabla 9: Problemas de salud en los últimos 6 meses
Problemas de salud No % Óseos y musculares 8 30,8 Nerviosos 3 11,5 HTA 2 7,7 Cefaleas 9 34,6 Total 26 100 De acuerdo a la experiencia en el cuidado de un anciano se observó que 17 cuidadores un 65,4% tenían experiencia mientras que 9 el 34,6% no disponían de ella. (ver tabla 10)
Tabla 10: Experiencia que posee como cuidador
Experiencia No % Tiene 17 65,4 No tiene 9 34,6 Total 26 100
La estrategia de afrontamiento más utilizada por los cuidadores fue la búsqueda de apoyo externo observada en 19 cuidadores el 53,8% seguida de la búsqueda de apoyo interno utilizada por 12 cuidadores un 46,2%. ( ver tabla 11)
Tabla 11: Estrategias de afrontamiento utilizadas
Estrategia No % Búsqueda de apoyo externo 19 53,8 Búsqueda de apoyo interno 12 46,2 Total 26 100
Con relación a las enfermedades que padecía el anciano se apreció un 53,8% que presentaban Enfermedad de Alzheimer, el 15,4% Enfermedad Respiratoria Crónica, el 11,5% Enfermedad Cardiovascular y el restante 19,2 presentó otras alteraciones como fractura de cadera, enfermedad cerebrovascular o edad muy avanzada.( ver tabla 12)
Tabla 12: Enfermedad que padece el anciano
Enfermedades No % E. Alzheimer 14 53,8 E. Respiratoria 4 15,4 E. Cardiovascular 3 11,5 Otra 5 19,2
Con relación al objetivo No 2 del trabajo se apreció que el 50% de los cuidadores tenía sentimiento de carga mientras que el otro 50% no tenía. ( ver tabla 13).De las variables estudiadas se encontró que sólo tuvieron una relación significativa con la carga del cuidador la edad y el vínculo laboral del cuidador.
Con respecto a la edad se observó que de los 13 cuidadores que tenían carga 2 eran menores de 40 años, 9 se encontraban entre 40 y 59 años y 2 tenían 60 años o más. La relación entre estas variables fue estadísticamente significativa pues la p fue de 0,02 (menor de 0,05). ( ver tabla 14)
Tabla 13: Sentimiento de carga de los cuidadores
No. % Tiene carga 13 50,0 No tiene carga 13 50,0 Total 26 100 Tabla 14: Relación entre sentimiento de carga y edad
Tiene carga No tiene carga Total Menos de 40 años 2 7 9 e/ 40 y 59 años 9 6 15 60 y más 2 0 2 Total 13 13 26 P=0,021
Con relación a la carga y al vínculo laboral del cuidador se observó que de los 13 cuidadores que tenían carga, 9 se encontraban vinculados laboralmente, 1 era jubilado y 3 eran amas de casa. El valor de p de 0,03 al ser menor que 0,05 nos indica que la relación entre la carga y el vínculo laboral es estadísticamente significativa.( ver tabla 15)
Tabla 15: Relación entre sentimiento de carga y vínculo laboral
Tiene carga No tiene carga Total Trabajador 9 13 22 Jubilado 1 0 1 Ama de casa 3 0 3 Total 13 13 26 p=0,03
Con respecto al objetivo No.3 dado por la relación entre la carga y la depresión de los cuidadores, se apreció que de 13 cuidadores con carga 12 tenían depresión y sólo un cuidador no tenía, observándose una p de 0,00 lo que indica que la relación entre ambas variables es significativa. ( ver tabla 16)
Tabla 16: Relación entre sentimiento de carga y depresión
tiene depresión No tiene depresión Total Tiene carga 12 1 13 No tiene carga 3 10 13 Total 15 11 26 p=0,00
Con relación al objetivo No. 4 correspondiente a la afectación socioeconómica del cuidador se pudo apreciar que 15 personas es decir un 57,7% tuvieron una afectación en este sentido (ver tabla 17) siendo los principales problemas el apoyo insuficiente en el 61,5%, el poco tiempo libre en un 76,9% y la insatisfacción de necesidades propias en el 61,5%. También se observó que un 46,2% presentó conflictos familiares, pocas relaciones sociales y dificultades laborales y un 30,8% con problemas económicos. ( ver tabla 17)
Tabla 17: Afectación socioeconómica del cuidador
No. % Tiene 15 57,7 No tiene 11 42,3 Total 26 100 Tabla 18 : Resultado de la afectación de variables socioeconómicas.
Variables socioeconómicas No % Apoyo insuficiente 16 61,5 Poco tiempo libre 20 76,9 Problemas económicos 8 30,8 Insatisfacción de necesidades 16 61,5 Conflictos familiares 12 46,2 Pocas relaciones sociales 12 46,2 Dificultades laborales 12 46,2 Con respecto al objetivo No. 5 relacionado con la afectación psicológica de los cuidadores se encontró que 8 de ellos, un 30,8% presentaron una afectación de esta índole (ver tabla19). Los sentimientos negativos más observados fueron l a angustia en 12 cuidadores un 46,2%, la ira en 15 cuidadores representando el 57,7%, seguido del miedo en 19 cuidadores un 38,5%. También se identificaron los sentimientos de soledad en el 30,8%, la culpa en el 23,1%, el resentimiento en el 19,2% y la vergüenza y la desesperanza en el 15,4% de los cuidadores. (ver tabla 20).
Tabla 19: Afectación psicológica del cuidador
No. % Tiene 8 30,8 No tiene 18 69,2 Total 26 100 Tabla 20: Resultado de la afectación de variables psicológicas.
Variables psicológicas No. % Angustia 12 46,2 Ira 15 57,7 Vergüenza 4 15,4 Culpabilidad 6 23,1 Miedo 10 38,5 Soledad 8 30,8 Resentimiento 5 19,2 Desesperanza 4 15,4 DISCUSIÓN
La edad promedio de los cuidadores en el presente estudio estuvo comprendida entre los 40 y 59 años y el sexo predominante fue el femenino. Otra característica observada fue que la mayoría de los cuidadores tenían vínculo laboral lo cual duplica las tareas de estas personas. Estos tres aspectos del perfil del cuida dor se han encontrado en múltiples estudios, así por ejemplo en un estudio realizado por INSERSO, en 1702 cuidadores, el perfil fue de una mujer con una edad media de 56 años y que trabajaba fuera de casa (10).
Se observaron otras características de los cuidadores como el estado civil soltero y el nivel escolar medio-superior y universitario. Este último resultado que indica un alto nivel escolar de los cuidadores se debe a que el grupo de estudio lo constituyó el público asistente a un curso para cuidadores convocado por una Universidad
Se observó un resultado del 57,7% de cuidadores que no tenían un grado de parentesco con el anciano debido a que eran cuidadores formales. En este sentido se ha dicho que aunque la fuente principal de cuidado del anciano es la familia es decir el apoyo informal, debe haber una complementación con el apoyo de tipo informal siempre que sea posible, para garantizar un mejor cuidado del anciano y proteger a la familia, la cual debe continuar desplegando sus funciones además de asumir el papel de cuidadora. Con respecto a los cuidadores informales se observó la mayor presencia de los hijos (26,9%) lo cual coincide con la literatura, lo cual quiere decir que son los hijos los que asumen generalmente dentro de la familia el rol de cuidadores, ocurriendo la llamada inversión de roles donde los hijos hacen el papel de padres de sus padres, al ofrecerle su protección y cuidado sobre todo cuando tienen algún grado de dependencia para realizar sus actividades de la vida diaria. Es la situación en que son más vulnerables y no solo son tributarios de apoyo instrumental sino más que todo emocional. También se observaron otros parientes cuidadores como fueron los cónyuges y los nietos. En un estudio realizado se encontró que los cuidadores tenían una relación de primer grado (hijo, esposos) en un 72,7%, seguido muy de lejos por una relación de segundo grado ( sobrinos, primos) siendo en este caso de un 18,2% (11).
Con respecto al número de personas receptoras de cuidados por cada uno de los cuidadores se apreció un alto porcentaje (53,8%) que cuidaban a más de un anciano, esto debido a que en el grupo había un número de cuidadores formales que trabajan en instituciones y/o organizaciones, donde su labor es atender a varios ancianos a la vez. Esto por supuesto que es un reto para estas personas ya que deben atender a cada anciano tomando en cuenta sus propias características de personalidad, enfermedades y discapacidades lo cual requiere de muchas habilidades y competencias por parte del cuidador. Estas habilidades puede que estén en alguna medida aprendidas por la mayoría de los cuidadores de la muestra, pues en el acápite de la información de que disponían acerca de la enfermedad del anciano se observó que la gran parte de los cuidadores ya tenia información, aunque es necesario señalar que el presente estudio se realizó luego de concluido el curso de capacitación y formación de cuidadores, donde se dio una amplia información teórico-práctica lo que pudo influir en este resultado.
Otro aspecto estudiado fue la motivación de los cuidadores donde se apreció que el 50% cuidaba al anciano por vínculos afectivos observándose otro grupo (19,2%) que lo hací a por un interés material. Aquí pueden estar reflejadas la diferencias en las motivaciones entre un cuidador in formal y uno formal aunque este último debe caracterizarse por tener algún grado de implicación emocional para que el cuidado que ofrezca sea más adecuado.
Con relación a los problemas de salud presentados por el cuidador en los últimos 6 meses se encontraron las cefaleas, los problemas óseos y musculares y los trastornos nerviosos. Estos problemas coinciden con los planteados por los estudios previos realizados (12) apreciándose el impacto que tiene el cuidado de una persona dependiente en la salud física y mental de los cuidadores.
Con respecto a la experiencia previa del cuidador se observó un elevado porcentaje de cuidadores que ya contaban con ella, lo cual es muy positivo para las habilidades de cuidado que se requieren y que no es fácil aprender en un breve tiempo. Este resultado se debe en parte posiblemente a la cantidad de cuidadores formales dentro de la muestra.
Otra de las variables estudiadas que tiene una incidencia en la carga del cuidador, según plantea la literatura, es la estrategia de afrontamiento utilizada pudiendo ver en este caso que las más utilizadas fueron las que hemos agrupado como búsqueda de apoyo externo (53,8%) entre las cuales se encuentran la búsqueda de ayuda de familiares y amigos, la búsqueda de información acerca de la enfermedad, la búsqueda de atención médica entre otras. En el 46,2% de los cuidadores se observaron estrategias de búsqueda de apoyo interno como realizar alguna actividad relajante, organizar bien el tiempo, etc.
Las enfermedades que padecían los ancianos que recibían los cuidados fueron en primer lugar la Enfermedad de Alzheimer ya que es esta una de las afecciones más discapacitantes y que actualmente más demanda la atención de un cuidador. Se ha planteado que esta enfermedad provoca cambios de actitud y de comportamiento, pérdida del desenvolvimiento social y capacidad para resolver situaciones cotidianas. (13). También se encontraron ancianos que presentaban enfermedad respiratoria crónica, enfermedad cardiovascular y otras como enfermedad cerebrovascular y fracturas óseas, que son afecciones que impiden en muchos casos el validismo del anciano llevándolo a la dependencia.
Con relación al sentimiento de carga se observó que la mitad de los cuidadores la presentaban mientras que en el otro 50% no la tenían. Sobre la carga se ha dicho que es una consecuencia del cuidado del anciano dependiente que repercute en la calidad del cuidado que se ofrece al anciano. Muchos son los trabajos que han demostrado su presencia a través de diferentes escalas siendo la más conocida la de Zarit (14).
Entre todas las variables estudiadas sólo tuvieron una relación estadísticamente significativa con la carga del cuidador, la edad y el vínculo laboral. Con respecto a la edad se observó que a medida que aumenta la edad del cuidador mayor probabilidad tiene de presentar carga. Este resultado es explicable ya que sabemos que el individuo a medida que envejece es más vulnerable y tiene menos reservas físicas y psíquicas para afrontar una tarea difícil como es el cuidado de una persona dependiente y más aún cuando padece demencia.
Con respecto a la relación entre carga y vínculo laboral se aprecia que mientras el cuidador tenía un trabajo fuera de casa presentaba menos carga, siendo en las personas jubiladas y amas de casa donde más se observó este sentimiento; de manera que pudiéramos inferir que el vínculo laboral pudiera actuar como un elemento protector para prevenir la carga. Otros estudios también han demostrado que tener otras actividades además del cuidado, como es trabajar fuera de casa pueden disminuir algunos efectos negativos del cuidar (15).
En el presente estudio no se observó una relación estadísticamente significativa entre la carga y otras variables estudiadas mientras que en otros estudios revisados se ha encontrado una asociación con el género, la estrategia de afrontamiento, la motivación para cuidar, el parentesco y otras (16).
Al estudiar la relación entre el sentimiento de carga y la depresión de los cuidadores se observó que de 13 cuidadores con carga, 12 tenían depresión según el resultado del test de depresión de Beck siendo significativa la asociación entre ambas variables. . Son numerosos los estudios que demuestran esta relación (17,18).
Entre las consecuencias del cuidado del anciano dependiente se han planteado las afectaciones de índole socioeconómica. En el presente estudio se encontró un elevado porcentaje (57,7%) de problemas en esta esfera, siendo los más frecuentes el escaso tiempo libre de que disponen los cuidadores lo cual está muy relacionado con otro de los problemas, que es la insatisfacción de necesidades personales y en tercer lugar las dificultades en obtener apoyo de otras personas para cuidar al anciano. Un estudio planteó que las principales consecuencias de la atención a familiares mayores dependientes, eran la restricción en el tiempo libre y en actividades sociales, las cargas económicas y las dificultades laborales entre otras (19).
Por otra parte el cuidado de un anciano también tiene una repercusión psicológica provocando no sólo alteraciones como la que hemos visto antes; la depresión, sino además sentimientos negativos en el cuidador que pueden influir desfavorablemente en el cuidado que se ofrece. Los cuidadores manifestaron fundamentalmente la ira, la angustia y el miedo. En otro estudio se detectaron también sentimientos de miedo, además de frustración, resentimiento, impaciencia y culpabilidad los cuales se encontraban sin diagnosticar y sin tratar (20).
CONCLUSIONES
Después de analizar los resultados llegamos a las siguientes conclusiones del presente trabajo:
El perfil de los cuidadores del estudio fue: mujer, comprendida entre 40 y 59 años, soltera o casada, de nivel educacional medio-superior o universitario, con vínculo laboral, que llevaba más de un año cuidando a más de un anciano con padecimiento de Enfermedad de Alzheimer; que no tenía parentesco con el anciano o era hija de este; que tenía información acerca de la enfermedad del anciano y experiencia como cuidadora, teniendo como motivación para el cuidado los lazos de afecto; que presentaba problemas osteomusculares y cefaleas y su estrategia de afrontamiento era de búsqueda de apoyo externo.
La mitad del grupo de cuidadores tenía sentimiento de carga la cual se relacionó con la edad del cuidador, de manera que a mayor edad mayor carga. También se relacionó la carga con la ausencia de vínculo laboral así las personas que trabajaban fuera de casa tenían menos carga.
Hubo una estrecha relación entre el sentimiento de carga y la depresión de los cuidadores tal y como se ha encontrado en otros trabajos referidos en la literatura científica.
La mayor afectación de tipo socioeconómico del grupo de cuidadores fue el poco tiempo libre y de ocio, el apoyo insuficiente por parte de otras personas y la insatisfacción de necesidades propias.
La mayor afectación de tipo psicológico estuvo dada por la aparición de sentimientos negativos como la ira, la angustia y el miedo
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Boletín ONU 05/061 30/8/05
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