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Número 19 - Diciembre 2006

Entrecruzando la Terapia Ocupacional y la Psicogerontología en la intervención grupal de tiempo libre

María Jimena Garriga Zucal
garrigajimena@yahoo.com.ar

Posición del tiempo libre en las etapas del ciclo vital

Se infiere que según los parámetros de la sociedad actual, desde la juventud hasta el fin de la adultez el eje organizador o estructurante de la vida de un sujeto es el trabajo. Es más ya se habla que en la infancia todo está supeditado al área productiva, en la cual está incluido el trabajo y el estudio. Por lo tanto el eje estructurante más importante hasta la adultez es la productividad.

Con los cambios económicos y sociales, los niños deben asegurar su futuro y para éste fin adoptan horarios inundados de actividades de toda índole, excepto de tiempo libre. En la juventud momento en que el individuo se inicia en el ámbito laboral debe perfeccionarse para lograr obtener un lugar en el sistema productivo. La adultez sería la etapa en la cual las habilidades laborales están en su máximo esplendor pero se debe ser exigente (más que nunca) para no ser desplazado, para no ser considerado "mercancía dañada o antigua".

Al indagar sobre éste tema me surgió una pregunta; si en la adultez el trabajo es el eje estructurante más importante, en la vejez ¿Cuál es el eje estructurante más importante?. Se puede decir que en los adultos mayores la vida gira en torno al tiempo libre, a la falta de trabajo, que este tiempo sustituye al tiempo productivo y por lo tanto se convierte en lo que brinda sentido a la existencia.

Por lo leído si no se consigue este pasaje, o sea la sustitución del tiempo laboral por tiempo libre, es posible que el sujeto caiga en una desorganización. La cual puede llevar a la pérdida de la continuidad identitaria, ya que todas las estructuras fundantes de la vida pierden sentido, caducan dejando al sujeto en un estado de desorientación, en una etapa en la cual se dificulta volver a empezar.

Concepciones en relación al tiempo libre

Absorbidos por la vorágine competitiva y el tener en lugar de ser, que son premisas fundamentales de esta época socio - cultural, nos lleva a arraigar un concepto falso de tiempo libre teñido de aspectos negativos. El Dr. Nelson Goldstein plantea: "Hoy en día en nuestra sociedad se acepta el tiempo libre, pero sólo como descanso, como reparador del cansancio que causa el trabajo, para que este rinda más." (Goldstein, 1992). De esta manera se penetra en un círculo vicioso, el tiempo libre sirve para recuperarse del trabajo y para consumir, y se trabaja para generar ingresos y seguir consumiendo.

Pero, si los viejos de hoy al ser adultos consideraban que el tiempo libre era perjudicial y los adultos de hoy simplemente no poseen dicho tiempo, ¿cómo se puede evitar esta desorganización al entrar en la vejez?.

Para que este pasaje sea exitoso se debería comenzar en la niñez o por lo menos en la adultez con un proceso que tenga por objeto instruir en el uso, organización y disfrute del tiempo libre.

Los adultos mayores llevan a cuestas conceptos negativos en relación al tiempo libre, consideran que están grandes para jugar, que es una perdida de tiempo o simplemente no se hallan interesados por ninguna actividad de recreación. ¿Cuándo se pierde la capacidad para jugar, para crear?¿Realmente se pierde?

Terapia Ocupacional y tiempo libre

En la Terapia Ocupacional se considera al tiempo libre una de las tres áreas que conforman nuestro desempeño ocupacional, las otras dos son la productividad y el automantenimiento, ninguna se destaca más que la otra ya que un equilibrio a nivel cualitativo y cuantitativo entre éstas es lo que refleja a la salud, más específicamente a la salud ocupacional.

En la niñez el juego permite crear, aprender, construirse como personas para lograr afrontar las etapas futuras del curso vital. Por medio de la exploración en el juego el niño se adueña de su ambiente, lo domina.

En la adultez y en la vejez el tiempo libre se basa en la recreación; es transformar las estructuras, resignificarlas, permite prepararnos para las etapas subsiguientes, permite mantener o reconstruir la identidad, afrontar las diversas situaciones desde un lugar en el que se está permitido errar, fracasar, por que así se continua aprendiendo.

Importancia del grupo en la vejez

La vejez normal es un periodo de la vida en la cual se va recortando el entorno; se viven perdidas de roles, de proyectos, de grupos y de personas significativas, esto está acompañado por el declinar fisiológico normal de las funciones orgánicas. Si a estos cambios se le suma un incremento nostálgico de la interioridad, un declinar en las habilidades para desarrollar lazos vinculares y un accionar de auto segregación se transita por un envejecimiento patológico.

Si se considera a la vejez como una crisis1, al ser un momento decisivo y peligroso en la evolución del curso vital, el grupo viene a restablecer la perdida de continuidad, del sentimiento de unicidad. Las personas recurren a un grupo por una determinada temática, por una propuesta interesante, ya sea para mantener una pasión o por cumplir con un anhelo nunca satisfecho. Me refiero a que las actividades deben ser significativas para la persona, ya que de otra manera no se lograría un real compromiso y sólo representaría la manera de mantenerse ocupado. Se seguiría siendo pasivo creyendo que se es activo.

Pero en lo más profundo de este mecanismo de participación parece, con el tiempo, no ser tan importante la actividad o la razón por la que se convoca al grupo, esta es una mera excusa para volver a poseer un estado de completud narcisistica, sentirse apoyado y poder brindar apoyo a pares. Formar parte de un espacio continente y a su vez contenedor.

Los grupos que tienen por objeto realizar actividades de tiempo libre, no solo se reducen a esto, ya formar parte de un grupo permite elaborar perdidas, crear puentes para poder construir o re construir nuevos lazos y así desplegar capacidades en desuso o desarrollar nuevas y mantener la continuidad identitaria. Por esta razón, cualquier espacio de tiempo libre debe habilitar un espacio de reflexión en el cual los participantes puedan poner en palabras las vivencias que se manifiestan en éstos espacios y en la vida cotidiana. Éste espacio debe ser manejado con riguroso cuidado, teniendo en cuenta la individualidad y la historia de vida de cada participante.

Todas las experiencias vividas se resignifican desde una perspectiva diferente, se piensan y se sienten de otra manera. Es como releer un libro luego de veinte años. Esto es lo que posibilita un grupo de reflexión, habilita, apoya, sostiene el trabajo de reelaborar vivencias desde otra perspectiva. Esto a la vez permite prepararse mejor, posicionarse mejor, para afrontar vivencias novedosas y especificas que se suceden en la vejez.

El marco teórico de la ocupación humana2 posee dos premisas fundamentales, plantea que para mantener y restaurar la salud es esencial participar en actividades (ocupaciones), y que la persona tiene la necesitad de explorar, dominar el medio y ser competentes. El coordinador de un espacio de reflexión posee la función de facilitar esta exploración, para que el adulto mayor logre dominar el ambiente y así se generen sentimientos de competencia y promueva la autonomía, teniendo siempre en cuenta las capacidades de los integrantes.

Por medio de las actividades de tiempo libre, que se efectúan en grupo, como ser: grupo de reflexión, taller de memoria, de literatura, cuentos plástica, entre otros, se fomenta el mantenimiento de la autonomía de los participantes, objetivo primordial de la gerontología. Se apunta a lograr un envejecimiento activo; tal como describe la OPS: "...Permite a las personas realizar su potencial de bienestar, físico, social y mental a lo largo de todo su ciclo vital y a participar de la sociedad de acuerdo con sus necesidades, deseos y capacidades...", describe a ser activo como: "...una participación continua en las cuestiones sociales, económicas, culturales, espirituales y cívicas, no sólo a la capacidad para estar físicamente activo..." (2002).

Psicogerontología, grupo y vejez

Desde la enfoque de la psicogerontología, por medio del grupo se fomenta a sobrellevar las vicisitudes con las que se enfrentan los adultos mayores en esta etapa del curso vital, permite diversificar los apoyos.

Pertenecer a un grupo de pares habilita a compartir perdidas y a pensar colectivamente las alternativas o soluciones a conflictos cotidianos.

Es no sentirse solo, poder compartir los dolores para hacerlos menos nocivos. Así el grupo posibilita poner las angustias en palabras, permitiendo no cargar con todo solo, compartir aquello que se hace muy difícil de sobrellevar.

A la vez cuando cualquier dispositivo, actúa como un disparador para amplificar el contexto en que se moviliza el individuo, para conectarse y relacionarse con los otros, con otros dispositivos y con acciones saludables, se pasa a utilizar el tiempo libre como un espacio de prevención del envejecimiento patológico. El simple hecho de pertenecer a un grupo posibilita que se abran las puertas hacia otros espacios de encuentro.

Tiempo libre y prevención

Para lograr que un dispositivo de tiempo libre se establezca como un espacio de prevención se requiere de un grupo interdisciplinario de profesionales entrenados para identificar los comportamientos que desembocan en un envejecimiento patológico. Se requiere de una comunicación efectiva y de un abordaje holístico que permita visualizar la totalidad del ser humano, no sólo aspectos aislados. Así mismo se debe contar con las habilidades para generar cambios en estas conductas o acciones que perjudican la salud de los adultos mayores. El coordinador debe posicionarse desde un lugar de orientador, de facilitador, pero no desde el saber, para fomentar la adopción de recursos necesarios para transitar esta etapa del curso vital.

Conclusiones:

En los viejos se puede identificar dos maneras de transitar hacia la vejez. Una pasiva en la cual el individuo acepta el rol impuesto por la cultura y se queda inmóvil ante los cambios, no los cuestiona, se circunscribe a una pequeña área que no le genera ningún tipo de desafío y así va perdiendo la identidad. La segunda forma de transitar la vejez: es activamente, es iniciarse en la búsqueda de alternativas, evitar el achicamiento del universo, aceptar los cambios pero no recortando los lazos. Hacerse cargo de sus limitaciones pero desplegando sus potencialidades, manteniendo la continuidad identitaria con proyectos que lo motivan a ir por más logros, conservándose como sujeto deseante. La primera forma constituye la adquisición de un envejecimiento patológico la segunda a uno saludable.

En el envejecimiento saludable el sujeto se desplaza hacia lugares inéditos, es capaz de jugar con las alternativas disponibles, intenta, explora cosas novedosas y mantiene las viejas que le dan placer. Construye puentes hacia la salud, lo cual es un arduo trabajo, que debería iniciarse mucho antes de sentirse viejo.

En forma de conclusión se establece que como profesionales no debemos abordar un grupo con objetivos específicos dirigiros a aspectos determinados, sino debemos intervenir en la totalidad del ser humano, de forma holística. Esto nos permite comprender e identificar los múltiples atravesamientos que se viven en la vejez. Aunando la Terapia Ocupacional con la Psicogerontología esto se convierte en un accionar cotidiano de la intervención grupal que garantiza beneficios tanto para los miembros del grupo como para los profesionales de la salud.

Lic. María Jimena Garriga Zucal.

Notas

1 crisis: situación de ruptura sistémica proclive a convertirla en situación de oportunidad. Real Academia Española.

2 El marco de referencia del modelo de la ocupación humana es la base del sustento teórico de la Terapia Ocupacional.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

OPS, Autores varios (2002): "Envejecimiento activo: Un Marco Político" en: Rev. Esp. De Geriatría y Gerontología, 37(S2): 74-105.

Zarebski, G. "Hacia un buen envejecer", Ed. Emecé editores S.A, Buenos Aires, 1999.

Olmsted, M. S. "El pequeño grupo", Editorial Paidos, Buenos Aires, 1966.

De Quiroga, A. P., "Crisis, Procesos sociales: Sujeto y Grupo", Ed. Cinco.

G. Zarebski: "El curso de la vida. Diseño para armar", CAPII.3 a)La anticipación en el curso vital, Univ. Maimonides científica y literaria, Buenos Aires, Noviembre 2005.

F. Ballesteros, "Que es la psicología de la vejez", CapV: Relaciones Interpersonales, Ed.Biblioteca Nueva, Madrid, 1999.

Real Academia Española: "Diccionario de la lengua española", Vigésima segunda edición. www.rae.es/

Fajn, S. 2005. Tiempo Libre y Recreación en el envejecer. Impactos en la salud mental. Material de Cursada.

Goldstein, Nelson, 1992. "El tiempo libre y el tiempo liberado del anciano". Revista Gerontología y Geriatría Abril – Junio Nº 2, Tomo XII.

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