Como se ven a si mismos los adultos mayores
Una experiencia de reflexión y concertación acerca de las significaciones imaginarias sociales de la vejez
Carlos Rubén Díaz
- María Alejandra Rauschembergue - Daniel Fernando Lentini
dlentini@unsl.edu.ar
Reflexionar acerca de la institución de la vejez en la sociedad que nos toca vivir, no es lo que diríamos una tarea sencilla. Y decimos que no lo es, ya que siguiendo las concepciones del filosofo Cornelius Castoriadis, sabemos que la sociedad pretende ocultar el hecho de su auto-institución. Sabemos que la sociedad pretende mostrar a sus instituciones como si tuviesen un origen extra social, divino o racional, o como si las mismas se basaran en una legalidad histórica indiscutible. (heteronomia). Este ocultamiento de la institución, pretende entonces, sustraerla a la acción humana como un modo de garantizar su conservación, y postularla como permanente y eterna 1.
Plantear de otra manera esta cuestión, sería decir que la institución intenta sellar todo el edificio de las significaciones imaginarias de la vejez en esta sociedad. Que el juego, como dice Bourdieu, "es" justamente cerrar el juego, e imposibilitar al propio sujeto envejecíente, el acceso a la cuestión del sentido y del significado.
Sujeto psíquico e institución traban una relación configurada por diferentes formas de sufrimiento institucional, las cuales son expresadas a diario en la organización del proyecto que desarrollamos y son la razón de contratos, pactos y acuerdos, inconcientes o no, que vinculan recíprocamente en una relación asimétrica, desigual, donde se ejerce necesariamente la violencia, donde se experimenta necesariamente la distancia entre por un lado las exigencias restrictivas y los sacrificios o abandonos de los intereses del yo y por el otro los beneficios esperados. 2
Quizás por ello, nuestra propia implicación como sujetos de la institución sea construir junto al adulto mayor un autentico camino hacia el cuestionamiento del orden en su propio mundo.
La heteronomía social de la institución vejez representa, según pensamos, uno de los problemas que nuestra sociedad debe enfrentar en forma inmediata, ya que asistimos según Iacub a una revolución inédita y silenciosa en el desarrollo de la humanidad: la longevidad. Se espera que para el 2020 el número de adultos mayores represente el 30% de la población, sin embargo y lamentablemente hoy por hoy en occidente conocemos la vejez a través de significaciones imaginarias ligadas a la muerte o la enfermedad, institución de la vejez como perdida, y por tanto institución de la marginalidad y del temor a una de las etapas del ciclo de la vida.
Según el estudio realizado por la Lic. Cristina Burba, publicado en la revista Psico- logos de la Facultad de Psicología de la Universidad de Tucumán, son soportes de la institución vejez significaciones imaginarias como las de enfermedad, impotencia, fealdad, pobreza, depresión, soledad, inutilidad, y senilidad. Entendemos, según la investigación de Burba, que estas significaciones nos enfrentan a una crisis vital, ya que en tanto seres temporales, las representaciones antes mencionadas, solo prometerían un futuro encuentro con el "horror de ser viejos", solo adelantarían una imagen decadente de nuestra propia humanidad. Lo vemos recurrentemente en los adultos mayores que alberga nuestro proyecto, ellos mismos son portadores de estas imágenes, de estos sentidos, y por ello generalmente al momento de su incorporación a los cursos taller, relatan desde diferentes lugares historias de marginación y exclusión social.
Frente a esta problemática la intervención psicosociología tiene una tarea que cumplir, su carácter de disciplina bisagra, debe asegurar "las relaciones entre el más íntimo de los pensamientos y las acciones de los individuos y las estructuras sociales" 3. La psicosociología que avalamos, debe caracterizarse por un accionar solidario con el adulto mayor. Su identidad debe estar dada, por la construcción de aquellos canales que posibiliten la oposición a estas significaciones imaginarias establecidas e instituidas. Debe ser entonces, una practica clínica facilitadora del cuestionamiento del orden existente, que posibilite instalar en cada individuo de la sociedad la creencia de ser responsable de su destino, creador en parte de su propia historia e incluso creador de la historia de los otros a los que esta irremediablemente ligado en el lazo social.
Desde esta posición un tanto militante, hemos instalado dentro de la organización de nuestro proyecto de investigación, el cual brinda una oferta educativa para adultos mayores, es decir, un proceso de formación y de educación permanente, un dispositivo de expresión, reflexión, y concertación acerca del acto de trabajo (practica educativa), denominado "Método de Expresión Colectiva de los alumnos".
Este dispositivo del Sociopsicoanálisis a través del establecimiento de pautas rigurosas y precisas, como lo son el trabajo con grupos homogéneos y la comunicación mediatizada, nos permite promover el desarrollo de la personalidad psicosocial de los alumnos por medio de un proceso psíquico distintivo denominado movimiento de apropiación del acto. Este proceso psíquico, caracterizado como una fuerza antropológica, permite a los adultos mayores tener un cierto grado de poder sobre sus actos, adueñarse del progreso de los mismos y por tanto de los efectos que estos generan en el mundo que ellos habitan. Expliquémonos con mayor claridad, este es un dispositivo que se focaliza básicamente sobre la complejización de la socialización del adulto mayor y sobre el desarrollo del espíritu democrático dentro de la organización. Las pautas organizacionales concretas, permiten al colectivo de alumnos el desarrollo de su acto poder dentro de la institución universitaria, permitiéndoles también, realizar una experiencia de confrontación con las estructuras sociales, o sea, permite al colectivo ejercer un poder sobre su entorno, poder que de algún modo facilita la construcción de un mundo propio, "el mundo social de la vejez".
El método de expresión colectiva de los alumnos dispositivo creado por Gerard Mendel, nos permitió, como ya se dijo, instalar un acto de expresión y de reflexión acerca de ¿que "es" la vejez?, ¿Qué es ser viejo en esta sociedad?
El movimiento colectivo de apropiación del acto y la posibilidad de confrontación con las significaciones imaginarias sociales instituidas, adquiere un carácter poiético, creativo, una vis formandi que nos permite visualizar aquello que Castoriadis denomina imaginario social instituyente. Una facultad constitutiva de las colectividades humanas y del campo socio-histórico, aquello que nos obliga a reconocer la imaginación radical como la esencia del ser humano singular, la conjunción de un hacerser de una forma que no estaba allí, la creación de nuevas formas de ser adulto-mayor en la sociedad actual.
El dispositivo Mendeliano, creemos, posibilita a los alumnos mediante el ejercicio del acto-poder, apropiarse de aquellas formas con que piensan el mundo de la vejez, las omisiones, lo incompleto, lo que hay dentro y detrás de cada sujeto envejecíente. Castoriadis cree en este sentido, que nuestro hacer, nuestro pensamiento e incluso nuestra psique pueden salvar estas omisiones, y completar aquello del mundo que nos resulta inasible. Hallar una nueva salida en la calle abierta de la repetición, jugar una apuesta a la transformatividad y a la acción creativa. Ahora bien, Castoriadis aclara que es necesario que esta imaginación radical de los seres humanos, sea dominada, canalizada, regulada y convertida en apta para la vida en sociedad y para su uso en la realidad. Este proceso es realizado mediante la socialización de los individuos, y por ello, podemos decirlo, dentro del dispositivo adquiere una connotación placentera, ya que permite desarrollar un proyecto revolucionario, un proyecto de autonomía colectiva, fundado en la búsqueda de la auto-institución y el rechazo de la heteronomia. El dispositivo Mendeliano promueve en los adultos mayores la capacidad de reflexionarse, explícitamente de auto-instituirse y de decidir con conocimiento de causa y tras deliberación o concertación del colectivo, aquello que es ser viejos para ellos mismos.
Traemos hoy un ejemplo de cómo fue en uno de los ciclos del dispositivo con el que trabajamos recreada la vejez por los alumnos de nuestros cursos taller:
No es lo cronológico, en tanto dato biológico, lo que define el sentido de la vejez sino la capacidad de estudiar, la capacidad de aprender, y el hecho de tener la mente abierta, es decir la posibilidad de enfrentarse a lo nuevo. El ejercicio del pensamiento, es uno de los iconos mas usados para resistir el encasillamiento que para ellos implica el término viejo como sinónimo de inutilidad. Se valoró y se pudo imaginar al adulto mayor como el sujeto social comprometido con la transmisión de la historia y de aquellos significados sociales importantes de conservar, como los garantes de un proceso identificatorio que debe realizarse de generación en generación. Es interesante en este punto apreciar como el trabajo de la imaginación colectiva se inscribe en los aparatos psíquicos de estos adultos mayores. La significación imaginaria de la autonomía, autentico proyecto político, autentica apuesta al futuro, aparece como un corolario de un adulto mayor reflexivo, critico, y democrático, el cual rompe con la clausura en la que estamos siempre capturados como sujetos sociales, venga ésta, de nuestra historia personal o de la institución histórico-social que nos formó.
Creemos además que es posible observar, como en este trabajo de la imaginación radical, en este flujo continuo de representaciones, el adulto mayor muestra su capacidad de experimentar placer simplemente a través de la representación no sometida a fines predeterminados, un placer de representación que prevalece según Castoriadis sobre el placer de órgano.
Lo esencial de la vida de estos sujetos envejecientes se desarrolla a partir de la búsqueda, por medio de las sustituciones y de la indagación, lo cual les permite radicalmente ver una cosa en otra, crear espontáneamente y en forma gratuita nuevas visiones y sentidos de la vejez. Construir imaginariamente un mundo propio que implicaría auto-finalidad, es decir edificación de un mundo para-si, de un mundo que es representación, afectos e intenciones. Que es omnipotencia real de la representación ya que para lo inconciente, la cuestión planteada no es transformar la realidad exterior, ignorada en todos los sentidos del termino, sino crear una representación que satisfaga la única realidad suya, su realidad psíquica.
Finalmente diremos, que ser un adulto mayor "normal", humanizarse hasta el último suspiro, dependerá siguiendo los postulados de Graciela Zarebski 4 de la capacidad creadora, de la riqueza de este mundo a-funcional, que en gran medida, al sostener el deseo del sujeto, lo vuelve cada vez, un ser permeable, lúcido y cuestionador del imaginario social de su época.
Viñetas tomadas del primer ciclo de aplicación del "Método de Expresión Colectiva de los Alumnos". Villa Mercedes 2004.
..."La edad es una cuestión que tiene que ver con los años, con lo biológico, lo que realmente me define es que soy gente con años, si, pero con mente abierta, capaces de estudiar y de aprender mucho mas de que algunos creen "
"Mientras se pueda pensar y mientras se pueda desarrollar algún tipo de actividad ya sea artística, manual, de la índole que sea, me considero a la altura de cualquiera".
"Considerar a una persona como vieja es encasillarla como inútil. Así se pierde el traspasamiento generacional. Lo que nosotros hemos aprendido podemos trasmitirlo también a otros y además podemos seguir aprendiendo".
"Si no hay viejo no hay historia, la historia la hacemos los viejos.
Creo que es difícil encasillar cronológicamente, ¿que es ser viejo? A veces en la calle vemos ancianos de 40 y también gente de 90 que son jóvenes. Mientras haya espíritu joven no hay vejez".
"Mientras seamos capaces de pensar, de resolver problemas, de proyectarnos, no somos viejos. Cuando cerremos nuestra mente y no queramos pensar mas, en ese momento vamos a ser adultos-mayores".
"Nosotros no somos viejos, buscamos ampliar nuestra vida, proyectarnos hacer nuestras cosas. Hay gente de cualquier edad que se queda en su casa recordando el pasado esos son viejos. Nosotros tenemos proyectos a futuro, ansias de aprender y de verse siempre mejor" .
Notas
1 Castoriadis,C. Sujeto y verdad en el mundo histórico social. Seminarios 1986/7. La creación humana I. Pág. 53
2 Kaes,R. Sufrimiento y psicopatología de los vínculos institucionales. Pág. 37
3 Enriquez, E. La psicosociología en la encrucijada. Revue internationale de psychosociologie, 1994, Vol I.
4 Zarebski,g. hacia un buen envejecer. Pág. nº 37.
BIBLIOGRAFÍA
-CASTORIADIS Cornelius. "El avance de la insignificancia". Eudeba. Bs.As. Argentina. 1997.
-CASTORIADIS Cornelius. "Figuras de lo pensable". Fondo de cultura Económica. Bs As. Argentina. 2001.
-CASTORIADIS Cornelius. "Sujeto y Verdad en el mundo histórico-Social, Seminarios 1986-1987. La creación humana I". Fondo de cultura Económica. Bs As. Argentina. 2004.
-ENRIQUEZ Eugene. "La Institución y las Organizaciones en la educación y en la formación". Novedades Educativas. Bs. As. Argentina. 2002.
-IACUB, Ricardo. "Psicoanálisis y vejez". Curso de la Comunidad Virtual Russell.
-KAES, Rene. "Sufrimiento y sicopatología de los vínculos institucionales". Paidos Bs As. Argentina 1998.
-MENDEL Gerard. "Sociopsicoanálisis y Educación". Novedades Educativas. Bs. As. Argentina. 1996.
-ZAREBSKI Graciela. "Hacia un buen envejecer" . Emece. Bs. As. Argentina. 1999.