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Número 17 - Noviembre 2005

Una intervención psicosocial en sexualidad de la vejez

Abraham Botbol
botbolabraham@ciudad.com.ar

Hace algún tiempo,- un par de años quizas - , con motivo de la realización de un Congreso de Geriatría y Gerontología, le pregunté a un colega amigo si concurriría al mismo. "No, - me contestó-, ya no voy más a los Congresos de Geriatría; siempre son los mismos temas y se dice lo mismo". Su respuesta quedó picando en mi mente, no sin acreditarle una parte de razón porque es cierto que quien concurre a un Congreso, espera que se digan cosas que todavía no han sido dichas ó se revisen con óptica diferente las cosas que ya se dijeron.

Hoy me encuentro aquí, en este Congreso, como expositor del tema "Sexualidad y Vejez " y no he olvidado la respuesta de mi colega amigo. Mi planteo ante su razonable objeción es: "Si el tema ha representado para la Gerontología una cuestión pasible de discusión y estudio, con matices problemáticos, deberíamos exponer un diagnostico de esos problemas y desarrollar estrategias para mejorarlos".

Si identificamos los diversos problemas involucrados en la temática, deberemos suponer que cada uno de esos problemas existe porque una situación se ha desviado de una norma aceptable. Por lo tanto, tendremos que identificar los factores que causan la desviación y los que la limitan para evitar que esta desviación se extienda. Intentaremos que esta técnica de análisis, aplicable a las ciencias sociales, lo sea también a los aspectos psicobiológicos de nuestra materia.

Necesaria e inevitablemente , deberemos recurrir una vez mas, a la enunciación y enumeración de los distintos mitos, prejuicios y falacias de nuestra civilización, como de los hechos reales, manifiestos, que se operan en el ámbito de la genitalidad y sexualidad del ser humano, sobre los que tendremos que desplegar nuestro proceso operativo de intervención, concediendo en beneficio de las razones de mi colega amigo que todo eso ya se ha dicho y es ampliamente sabido por toda la grey gerontológica

PREJUICIOS, MITOS Y FALACIAS

Estos mitos y falsas creencias que muchos ancianos hacen suyo, producen un efecto deletéreo en sus relaciones interpersonales, su autoestima y su autoimágen.

Se sostiene que "eres lo que piensas y sientes que eres" . La noción de que el pensamiento equívoco es la base de la mayor parte los trastornos deficitarios de la sexualidad en la 3ª edad señala que el abordaje cognitivo en el proyecto de intervención es esencial en la elección de las técnicas a emplear. La correción de los mitos y las ideas irracionales junto con los insights no moralistas contribuye a un cambio de actitudes del anciano.

LO QUE SE HA DICHO Y SABEMOS

Premeditadamente dejamos de mencionar puntualmente los cambios ó modificaciones anatomofisiológicos que ocurren en la genitalidad y en todo el cuerpo, que también inciden en la estructura de la psicosexualidad del anciano.

LA INTERVENCION.- SU OBJETO

Antes de abordar la materia de este trabajo, - la intervención -, quiero recordar ese pensamiento del filósofo Epictéto, quien en el siglo I expresó que "No son las cosas mismas las que nos inquietan , sino las opiniones que tenemos de ellas", pensamiento que dio origen a toda una línea de procedimientos psicoterápicos como la que Albert Ellis elaboró en su "Terpia Racional Emotiva"

Es evidente que no podemos abolir ni suprimir muchas de las situaciones que el envejecimiento produce en las personas mayores pero sí podemos mejorar y dignificar la vida de los ancianos creando una serie de herramientas de trabajo a utilizar en una intervención interdisciplinaria que apunte a la reestructuración de un complejo proceso biopsicosocial como es la evolución, el desarrollo y la ejecución de la vida sexual en la ancianidad.

Hemos dicho "reestructuración de un proceso". Reestructurar significa cambiar el propio marco conceptual ó emocional, en el cual se experimenta una situación para ubicarla dentro de otra estructura que aborde los "hechos" correspondientes a la misma situación en forma más apropiada, conveniente, en una palabra mejor.

Puede no haber un cambio, pero, en tanto algunas situaciones son inmodificables, lo que cambia a resultas de la reestructuración es el sentido atribuído a la situación y no los hechos correspondientes a esta Aquí es cuando nos remitimos a Epíctecto: "No son los hechos los que nos inquietan sino las opiniones que tenemos acerca de ellos". La realidad que intentamos reestructurar son las opiniones, el significado y los valores que se atribuyen a los fenómenos en cuestión.

Para alcanzar los cambios apetecidos, es ineludible e imprescindible la intervenciónn. Toda intervención equivale a un proceso de interferencia e influencia que en nuestro caso, por tratarse de hechos y situaciones que afectan a múltiples funciones, tendrá que dirigirse directa ó indirectamente a otras tantas funciones simultaneamente ó sucesivamente. La sexualidad en la vejez es una cuestión que obliga durante el curso de una intervención a operar sobre los individuos abordándolos en su globalidad y sobre la situación, en tanto esta importa interacciones que se generan entre los individuos y su entorno.

Intervenir implica gestar una sucesión de acciones que engendran cambios en el sujeto demandante. Cuando decimos sucesión de acciones estamos significando que pretendemos cambiar la situación actual partiendo de cambios menores (mínimos), y avanzar gradualmente a cambios más importantes, siempre, comsiderando las posibilidades de las entidades involucradas (el anciano, las instituciones, la familia, el entorno).

Un programa de intervención está destinado a planificar sobre cada uno de los aspectos biológicos, sociales, psicológicos y espirituales que atañen a la sexualidad de la vejez. El análisis de cada uno de esos aspectos nos harán saber cuando no intervenir. Un proyecto de intervención nos será útil para discriminar la inconveniencia de la intervención. Intervenir puede ser no intervenir.

La intervención tiene su razón de ser en función de la demanda, sea esta implícita ó explícita. Si no existe la demanda, la intervención no tiene sentido. Estamos trabajando con problemas humanos. No podemos ni debemos crear estrategias manipulativas ni insinceras. Es ilícito intervenir cuando la demanda no existe. Pero sí es lícito investigar los motivos de ausencia de demanda y porqué esta se produce cuando desde el agente facilitador (psicólogo, trabajador social. counselor, sociólogo, médico) se emiten los estímulos necesarios que la generan. Sólo así será posible la escucha del deseo en el viejo, deseo que sabemos siempre estuvo latente, pero que no tuvo las posibilidades de ser explicitado, mas bien lo negó, lo reprimió ó lo escotomizó.

Hablamos de agente facilitador, porque este surge desde los distintos ángulos del espectro pluridisciplinario, haciéndose cargo de la tarea desde el sector que le corresponde. Al referirnos al facilitador, es oportuno señalar que al margen y descontando su idoneidad profesional, debe ejercer el manejo de las tres P que todo facilitador pone en acción: Permisos, Potencia y Protección

Otorgar Permisos para desobedecer preceptos internalizados desde siempre y conferir al anciano la acquiescencia para sentir, tocar, desear, entendiendo que la vida sexual no termina al arribar la vejez.

Mostrar la Potencia – que no es omnipotencia – para medirse a la par con la potencia de los preceptos impuestos por las figuras parentales, hoy representadas no ya por papá y mamá sino por una familia y una sociedad restrictiva y punitiva. Brindar la Protección necesaria para contrarrestar el desvalimiento que puede sentirse al rebelarse contra un establishment victoriano y represor. Esta acción del facilitador insertada en cualquiera de las instancias del programa de intervención, no es básicamente una psicoterapia, aunque el intento de revertir una insatisfacción en el momento presente y el deseo de mejorar el futuro pueda tener un efecto terapéutico.

ESQUEMA BASICO DE INTERVENCION

Teniendo en consideración los conceptos emitidos, expondremos el proyecto de intervención focalizado en las áreas psicológicas, social y biológica, expresando que el mismo es aplicable tanto en el ámbito institucional como individual.

Area psicológica: Una de las primeras tareas a resolver es la aceptación de la imagen corporal. El anciano tendrá que asumir que los cambios físicos que acompañan el envejecimiento exigen una alteración de la imágen del cuerpo que modifica la autoimágen establecida en los años de juventud. Asimilar ese cambio, permitirá mantener la autoestima.

Se combatirá la absurdidad de la idea que para ser deseable, la mujer debe ofrecer la apariencia de la primera juventud. Cuando el desarrollo del proyecto de intervención se realiza en un marco institucional, - y desde esa tónica continuaremos exponiendo el programa -, el encuadre grupal permitirá desplegar una tarea resocializadora a través de los contactos interpersonales que el anciano comenzará a ensayar .

Aclaremos desde ya que la orientación del programa estará presidida por un enfoque centrado en la Gerontología Comportamental aplicada a la solución de problemas de la ancianidad como a la optimizacio´n de la calidad de vida.

Cuando del tema de la aceptación de la imagen corporal se trata, los "encuentros" coordinados por expertos en trabajo corporal serán la via regia para reflexionar sobre las transformaciones operadas en el cuerpo y resolver las dificultades experimentadas, valiéndose de ejercicios, juegos de exploración y reconocimiento activos y pasivos.

Al término de cada sesión de ejercicios, un intercambbio de experiencias y comentarios sobre lo vivido, permitirán a los ancianos acceder a la discusión de temas como la autoestima, el deseo e interés sexual, la comunicación, el establecimiento de vínculos afectivos, la necesidad de relaciones íntimas y en última instancia alcanzar la aceptación de los cambios que se producen con la edad.

Area social: Destaquemos desde ya mismo que la ambiciosa intención de generar un programa tipo de intervención en sexualidad y vejez, debe ser descartada por su inaplicabilidad en todos y cada uno de los casos. Esto deviene de la singularidad individual de cada viejo y de cada vejez. Sí, en cambio, será de rigor empezar por el análisis de la historia personal previa, en particular la historia psicosexual, partiendo de una ó varias entrevistas con el interesado y/ó familiares en las que el facilitador deberá hacer gala de afectuosa comprensión, contención y protección.

Desde estas entrevistas, podrá reconocerse los distintos estereotipos y creencias, sobre las que se trabajará mediante el aporte de saludables discusiones esclarecedoras. Especialmente las creencias religiosas aportarán un abundante material propicio para reflexionar sobre prejuicios que no debieran ser abiertamente descalificados.

Acontecimientos importantes en la vida del anciano como la soledad por pérdida ó muerte de la pareja, la jubilación, la viudez, tendrán incidencia significativa en su conducta sexual y sobre ellos se ejecutarán acciones que tiendan a modificar dificultades que no atina a resolver.

Para ello, el facilitador pasa a interesarse en el área ambiental. ¿Detenta el anciano los medios para su desarrollo personal y social?, ¿Dispone de los recursos externos para el desempeño de una aceptable vida sexual, como la habitaciión en espacios adecuados, horarios apropiados y un entorno social posibilitante?

Aclaremos que cuando nos referimos a intervención en el área ambiental, nos estamos centrando no sólo en el análisis de los espacios físicos y sus estructuras, sino también en los objetos, las personas y las conductas que estas personas mantienen en relación con el anciano.

Cuando esas variables están identificadas, comienza la acción del trabajador social, tendiente a allanar los impedimentos que dificultan el ejercicio de una sexualidad coartada y restringida. No olvidemos que la mayor parte de las veces la falta de relaciones sexuales en la vejez no es motivada por la pérdida de la capacidad sino por la escasez de oportunidades.

Se trata pués de definir las áreas de ajuste y desajuste del medio ambiental. La regulacción de la interacción social de los ancianos deberá contemplar la existencia de espacios para la intimidad de dos personas, considerando este recurso ambiental de la mayor importancia y prioridad.

Area biológica: Desde los famosísimos y siempre mencionados estudios de Kinsey y Master y Jhonson, un principio se ha sostenido a rajatabla: "No hay ninguna razón para que un individuo que goce de un suficiente buen estado de salud no pueda continuar experimentando deseo sexual y ejercer las funciones genitales hasta edades avanzadas"

Es a partir de este principio que el programa de intervención se detiene en la investigación de los parámetros que marcan el grado de salud física que disfruta el interesado en potenciar su desempeño sexual. El proyecto dispone las medidas para proporcionar información sobre cuales son los cuadros de la patología que pueden incidir en la variación de la potencia sexual asi como cuales son los fármacos que alteran en mas ó en menos esa potencia.

No deja de tener en cuenta el control de hábitos nocivos como trastornos alimenticios, abuso de alcohol y otra sustancias estupefacientes.

Impulsa el proyecto un conjunto de disposiciones complementarias que se valen de la utilización de diferentes técnicas y estudios. Dijimos que el pensamiento equivocado es la base de la mayor parte de los trastornos psicológicos que afectan la vida sexual en la edad avanzada y que la discusión cognitiva es uno de los sostenes principales en el programa de intervención.

Repetimos que aún cuando esta intervención se realice en el marco intitucional el enfoque es personalista , privativo de cada individuo. Por eso, aún dentro de los lineamientos básicos del proyecto, el facilitador estará atento a las excepciones individuales. Deberá tener en cuenta que el amplio espectro pluridisciplinario que ofrece la temática sobre la cual se opera, lo obliga a ser flexible, versátil y técnicamente ecléctico.

Considerando esta salvedad, una prescripción provechosa puede ser la biblioterapia. La recomendación de un buen libro puede ser más útil que una docena de entrevistas . No necesariamente el libro tiene que ser un texto ó de autoayuda. Aquellas personas que disfruten de la lectura encontrarán beneficio sumergiendose en una variedad de fuentes literarias.

No puedo resistir la tentación de comentar dos obras escritas en su ancianidad por el consagrado escritor español José Luis Sampedro: "La sonrisa etrusca" y "El amante lesbiano" y la última de Gabriel Garcia Márquez "Memorias de mis putas tristes" en las que ambos escritores lindan el tema de la sexualidad en la vejez con una altura admirable y ornado por la perfección literaria de ellos conocida.

Complementando la lectura de libros, textos, folletos de divulgación, el programa incorpora charlas, mesas redondas, conferencias pronunciadas por especialistas en el tema, exhibición de películas con ó sin debate, y programas de televissión.

En el ámbito intitucional (hogares geriátricos públicos ó privados, hogares de día, centros de jubilados, clubes barriales), está prevista la realización de talleres coordinados por uno ó mas facilitadores idóneos según la propuesta abordada por el taller. Esta propuesta podrá partir de temas sugeridos y/ó solicitados por los propios interesados, razón por la cual podrá esperarse una plena aceptación , colaboración y participación sin reticencias en el desempeño.

La lista de temas es infinita, pero puede exhibirse un listado tentativo, para desde él efectuar la elección. Participan del taller solo aquellas personas que hayan elegido el tema después de haberlo seleccionado. Aunque denominamos "taller", la dinámica de la actividad puede partir como un "grupo de reflexión" simplemente ó un grupo de reflexión despues de vivenciar ejercicios elaborados previamente que constituirán el material de trabajo movilizador. Después de ellos es posible que el anciano participante tome decisiones, se sienta enriquecido por su experiencia de vida y se conecte con menos angustia con los problemas de su vejez.

Citamos como ejemplo algunos temas posibles para los trabajos en talleres:

En todas las instancias del programa, la no intromisión, la permisividad y el respeto a la intimidad y a la privacidad deberá observarse .tanto en el área familiar como del personal facilitador ó auxiliar según sea el caso.

El proyecto que se propone implica una vasta campaña de educación sexual para los ancianos, la que les faltó durante su larga vida ó la que requieren en la presente instancia en que están viviendo una sexualidad en estado crítico.

El proyecto se propone además demostrar :

No se pretende resolver la totalidad de los aspectos conflictivos que ofrece la vida sexual de la vejez, pero se ofrece una obra global en la que se integran las diferentes disciplinas y sus variadas modalidades de intervención procurando mejorar y dignificar la vida cotidiana del anciano en uno de los aspectos más dificultosos.

El proyecto no impone en sus pautas finales la evaluación de su éxito. No pretende el rigor científico de exponer cifras estadísticas ni valores cuantitativos. Estamos actuando con humanidad sobre seres humanos que no son cobayos de laboratorio. Estamos aplicando el saber de la ciencia sin apartarnos de la ética. Para evaluar resultados nos valemos de nuestra intuición y poder de observación que nos enterará de que forma la tarea ha sido cumplida.

 

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