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Número 15 - Octubre 2004

Jornadas Gerontológicas 2004 . Universidad Maimónides
La psicogerontología en la actualidad

Graciela Zarebski

INTRODUCCIÓN

Desde mediados del siglo veinte, la Humanidad está alcanzando el cumplimiento de una meta largamente soñada por ella: el incremento de la longevidad. Aun cuando los beneficios que este logro implica sólo están en condiciones de disfrutarlos los países o sectores mejor posicionados socio-económicamente, para cualquier persona la aspiración a tener una vida más larga, es indudable.

Pero, si esto es así, ¿por qué se suele rechazar la idea de envejecer?

Para explicar esta contradicción – querer vivir muchos años pero no desear ser viejo – el mito de la Fuente de Juvencia es suficiente: vivir muchos años, sí, ¡pero siempre joven!

El mito alude a uno de los traumas inherentes a la constitución de la subjetividad, al que Joyce Mc. Dougall incluía entre los traumas universales: la inevitabilidad del envejecimiento y de la muerte.

Estamos haciendo referencia al trabajo psíquico que todo ser humano debe realizar, con mayor o menor grado de conciencia, a lo largo de su vida: el trabajo del envejecer.

Así, Henri Pequignot, gerontólogo francés, sostiene que ¨la vejez se crea todos los días inconcientemente. Ella podría ser creada concientemente, con los ojos abiertos sobre el porvenir que viene ¨. 1 Se tratará, entonces, de abrir los ojos al porvenir, a fin de que el curso de nuestra vida responda a un diseño a ser armado y creado cotidianamente. 2

Esta es una de las tareas – colaborar con la toma de conciencia en este trabajo de elaboración anticipada – que encaramos quienes nos desempeñamos en el campo de la Psicogerontología. Es la parte preventiva del quehacer de psicólogos, terapistas ocupacionales, psicogeriatras, musicoterapeutas y hasta psicopedagogos (denominados gerontagogos en esta tarea), disciplinas que se ocupan de diversos aspectos que hacen a la salud mental en el envejecimiento.

La tarea preventiva se asienta en el conocimiento de los factores de riesgo de un envejecer patológico a nivel emocional y mental, así como de los factores protectores o resilientes que permiten alcanzar un envejecer normal 3.

Este conocimiento es un logro reciente en nuestro desarrollo científico y nos permite detectar los desvíos que llevan a desenlaces problemáticos que inciden en el desencadenamiento de las patologías prevalentes en la vejez y que nos llevan a intervenir desde diversos ámbitos, en asistencia y rehabilitación.

Desde el paradigma de la complejidad, entendemos que el ser humano en su envejecer, es un objeto de estudio complejo, al cual sólo un abordaje interdisciplinario puede intentar explicar y atender.

El campo de la Psicogerontología es, por lo tanto, según este paradigma, un campo muy amplio que comprende el estudio y abordaje interdisciplinario de la salud mental del ser humano que envejece, desde la tarea preventiva, asistencial y de rehabilitación y con una visión compartida, asentada en el logro de la continuidad identitaria y la evitación del derrumbe, quiebres o caídas, que los diversos ¨ temas ¨ del envejecer podrían favorecer.

Como última y de más reciente desarrollo entre las áreas de la Gerontología, en la cual se venía sosteniendo confundida dentro de la Biogerontología y de la Gerontología Social, la Psicogerontología, como área diferenciada, representa hoy un nudo de convergencia de diversos desarrollos actuales en la salud mental: desde el psicoanálisis a la teoría cognitiva, pasando por el enfoque de las neurociencias, con los avances psiconeuroinmunoendócrinos, constituyendo, el logro de las interrelaciones, un desafío cotidiano en nuestros afanes investigativos.

Sin embargo, este no es el panorama que prevalece hoy en día en el estudio de la salud mental en el envejecer.

Seguramente en coincidencia con lo que sucede en todo el campo ´ psi ´, podemos encontrar, por un lado, eventos científicos y producciones acerca del Psicoanálisis de la vejez, separados de los concernientes a los trastornos cognitivos y de los referidos a las patologías y sus abordajes farmacológicos, por otro, con lo cual la ciencia sigue perdiendo la oportunidad de entender al sujeto que envejece en su complejidad.

Desde este pensamiento, en la Universidad Maimónides, en su área de Gerontología, venimos desarrollando la Carrera de Especialización en Psicogerontología y este año nos hemos propuesto indagar acerca del desarrollo alcanzado por este campo de conocimiento en Iberoamérica, para lo cual estamos organizando, conjuntamente con la Revista Virtual Tiempo de Psicogerontología, el Primer Congreso Iberoamericano de Psicogerontología para noviembre del 2005.

Con este fin, en este marco de las Jornadas Universitarias de Gerontología, esta Jornada tiene carácter de Pre-Jornada del Congreso del 2005.

Consideramos que éste será un modo de contribuir al avance, enriquecimiento y profundización de un tema que nos concierne a todos: nuestro mejor envejecer.

¿ Por qué invitamos a la Revista Virtual Tiempo ( www.psiconet.com/tiempo) a sumarse a este proyecto? Porque valoramos el aporte que realiza al haber instalado a la Psicogerontología en Internet. Esta revista da cuenta de producciones de este quehacer desde diversas disciplinas, teorías y a través de autores de diversos países de la región. Hemos decidido comenzar a realizar esta indagación en Iberoamérica por cercanía, por contextos similares y por idiomas compartidos. Luego, en una segunda etapa, cuando tengamos las cosas más claras y, por lo tanto, con mayor fuerza, podremos avanzar más allá.

Haber podido coincidir en encontrarnos con el objetivo de debatir acerca de estas cuestiones ya es un paso adelante en aras de profundizar y avanzar en nuestro trabajo.

Nos proponemos que este encuentro nos permita progresar en la constitución del campo de la Psicogerontología en Iberoamérica, a fin de plantear los temas fundamentales del quehacer psicogerontológico y sus obstáculos, generando un intercambio enriquecedor.

Les hemos solicitado a los panelistas - y lo hemos hecho extensivo a todos los interesados en participar - responder a una encuesta e investigar el desarrollo de la Psicogerontología en su medio. Nos proponemos así, que ésta sea una Jornada de debate alrededor de un tema central: el campo de la Psicogerontología.

En la encuesta preguntábamos acerca de la definición de este campo, a qué disciplinas se incluiría, qué obstáculos encontramos para su desarrollo, qué estrategias se utilizan para superarlos y cuáles desafíos y/o utopías nos planteamos para la Psicogerontología.

Hemos logrado una muestra interesante de respuestas, interesante por la diversidad de profesiones y la diversidad de regiones geográficas de los participantes e interesante porque es una muestra cabal de la confusión que reina hoy en día respecto a este campo de la Gerontología. La sub-comisión científica se encargará en el taller de la tarde, de dar cuenta de las respuestas recibidas, de su análisis y de abrir y conducir el debate con todos los presentes.

DESARROLLO

¿Somos concientes de cómo cambió en los últimos treinta años nuestro modo de ver la vejez, de pensarla? Hemos hecho el pasaje de una visión deficitaria del envejecer a una visión más optimista, aunque realista, evitando idealizaciones.

¿Qué nos dice esta transformación? ¿Qué condiciones permitieron este cambio?

Generalmente se recurre como explicación, a los avances en las ciencias médicas que han permitido una mayor longevidad, pero esto de por sí solo no alcanza, sabemos que no es suficiente agregar años a la vida. Debemos contemplar, además, los cambios culturales y sociales que, paradójicamente, por un lado segregan económicamente a la vejez, pero por otro, permiten mayor apertura a la diversidad: ya no es esperable una imagen estereotipada del anciano pasivo, en retirada, se ponen en evidencia las ¨ vejeces ¨, lo cual indica la posibilidad de elegir y construir activamente un camino posible de envejecer en cada sujeto.

Se necesitaron entonces programas sociales que ofrecieran alternativas saludables.

Hasta los ´70 y los ´80, aproximadamente, en Argentina, sólo se intervenía cuando en el viejo se desencadenaban los cuadros psicopatológicos típicos. Son ejemplos de esto, los servicios de gerontopsiquiatría en los hospitales y los abordajes gerontopsiquiátricos en la Obra Social (PAMI) como única intervención posible ante las depresiones y las demencias que aparecían como inevitables en el envejecer.

Desde la Salud Mental sólo se actuaba frente al viejo deprimido y demente. Era común, entonces – y desgraciadamente sigue siéndolo – generalizar desde la clínica a todo el fenómeno, sosteniendo que esos desenlaces eran los esperables al envejecer para todo sujeto. 4

¿ Qué cambió en las últimas décadas? Es indudable que hay un envejecimiento normal, diferenciado del patológico. Que ahora podemos entender cuáles son los mecanismos psíquicos que llevan a un envejecimiento patológico, cuáles son aspectos de la personalidad que se podrían trabajar preventivamente, antes que se desencadene la patología y ahí está el accionar preventivo de todas las disciplinas que antes actuaban sólo ante la patología instalada.

Desde la década del ´70, aproximadamente, estamos asistiendo a una gradual ruptura epistemológica, con avances y retrocesos, en un desarrollo desigual y combinado, una revolución del pensamiento que es efecto y a la vez causa, efecto de y causa de.

Ahora los sujetos envejecidos participan en actividades preventivas, de desarrollo personal, de estimulación, en múltiples emprendimientos comunitarios.

Cuando van a la consulta, ya lo hacen por otros motivos (angustias, temores, ansiedades, malestares familiares) en posiciones interrogativas, de auto-cuestionamiento, que es la principal condición para un envejecer normal.

Es así como, hoy en día, las disciplinas que trabajaban en forma especializada en la asistencia y rehabilitación de los trastornos mentales del envejecer, deben entender y actuar en el envejecimiento normal y preventivo, entender y detectar los factores de riesgo psíquico y los puntos de pasaje de uno a otro camino, de ida y de vuelta.

No alcanza ya con combatir los prejuicios referentes a la vejez, el ¨ viejismo ¨, como causa explicativa del mal envejecer, tenemos otros puntos a abordar, puntos subjetivos, a ser replanteados en aras de un buen envejecer.

Cuántos ejemplos de personas mayores para los cuales los ¨ temas ¨ del envejecer (la viudez, la jubilación, las metamorfosis corporales por el paso del tiempo, etc.) son oportunidades para mostrar su resiliencia 3. Logran una vida más auténtica, con una realización más plena, más satisfactoria, a pesar de achaques y, aunque no participen en nuestros emprendimientos preventivos para adultos mayores, aunque no presenten un desempeño cognitivo ¨ óptimo ¨ logran un envejecimiento sin quiebre de su continuidad identitaria.

Esto viene a cuento de la nueva categoría que está de moda en el campo de la Psicogerontología: la vejez ¨ óptima ¨ o ¨ exitosa ¨ que, de acuerdo a mi pensar, en realidad es la promesa dirigida a quienes participen en nuestros emprendimientos.

Inventamos categorías (antes era de viejos-jóvenes /viejos – viejos) que terminan siendo elucubraciones teóricas que demuestran después de un tiempo su falta de correspondencia con lo que pretendemos describir. Pues no tenemos que dejar de ver y escuchar a otros modos de envejecer que no necesariamente son los que participan de las bondades de nuestras propuestas. Estas son válidas para quienes las necesitan y son un real avance de nuestras disciplinas que debemos apoyar e incrementar, pero no nos deben llevar al prejuicio (uno nuevo) de pensar que sólo los que se avienen a participar van a ser los que envejezcan óptimamente o exitosamente (?). Sabemos el matiz ideológico conque estas metas se cargan en el mundo de hoy y en nuestra sociedad de consumo.

Muchos sujetos, seguramente la mayoría, se las arreglan solos, con actividades auto-elegidas, auto—emprendidas, incluso algunos en su intimidad productiva. En fin, éstos son temas que requieren de nuestra investigación psicogerontológica. Pero en todo caso, demuestran una vez más, el caso por caso de los sujetos que envejecen, las ¨ vejeces ¨.

En Psicogerontología, la gran divisoria de aguas es la normalidad y la patología, con sus puntos intermedios y de pasaje, cada vez más claros, de uno a otro camino.

Otro cambio que incidió en el desarrollo gerontológico actual es en el ámbito de las ciencias. Las distintas disciplinas que surgieron en las últimas décadas y se interesaron por entender en el tema del envejecimiento, fortalecieron a la Gerontología.

Al mismo tiempo, asistimos a otro cambio importante que se va imponiendo en el mundo científico en general, que es el paradigma de la complejidad, según el cual ya no podemos manejarnos con enfoques simplistas y reduccionistas.

Sin embargo, el avance de las especializaciones, arroja como uno de sus efectos, la fragmentación del objeto de estudio. El recurso conque contamos para contrarrestarlo es el abordaje interdisciplinario y transdisciplinario, única forma de dar cuenta de la complejidad del objeto, en este caso, el envejecimiento subjetivo, emocional y mental.

¿ Estamos en condiciones de reformular y de reordenar este campo interdisciplinario?

Nos preguntaremos hoy por la posibilidad de articulación entre disciplinas, entre prevención.y asistencia, entre teo rías diversas.

Asistimos en las últimas décadas al desarrollo de diversas teorías psicogerontológicas (cognitivas, de la continuidad, del curso de la vida, psicoanalíticas del envejecer) así como han surgido los aportes de las neurociencias, respecto de la plasticidad neuronal, las demostraciones a nivel de las interrelaciones psiconeuroinmuno-endocrinológicas (PNIE), los avances en psicofármacos.

Deberemos encontrar las correspondencias estructurales entre todas ellas, todas son articulables, cada una aporta su óptica específica. Son recortes del objeto de estudio que así, recortadas, no alcanzan a explicar la complejidad del fenómeno del envejecimiento del sujeto humano.

Efectivamente, esas correspondencias estructurales existen entre las disciplinas de la subjetividad y las nerurociencias. Son ejemplos de esto, las correspondencias que se encuentran entre los distintos tipos de memoria y los distintos planos del inconciente, lo cual nos plantea interesantes puntos a investigar en el envejecer.

Debemos cuestionar los determinismos lineales causa-efecto y entender los procesos en su interdependencia compleja.

Veremos que el psicoanálisis no nos debe servir sólo para pensar la clínica con viejos, desde él podemos también entender la dinámica psíquica de nuestro envejecimiento y la posibilidad de aplicarlo en abordajes preventivos que lleven al autocuestionamiento de la posición subjetiva frente al transcurrir vital y a reformular el sentido de la vida desde jóvenes.

Asimismo, comprobaremos que los conceptos de vulnerabilidad somática y de resiliencia recién pudieron plantearse y alcanzar su real dimensión, a partir de la posibilidad de pensar articuladamente la normalidad y la patología, la prevención y la asistencia, la subjetividad y la calidad de vida..

Al mismo tiempo, este enfoque nos permitirá trabajar articuladamente la prevención con la asistencia, poniendo énfasis en la prevención, como postura ética, porque la mayoría de la población requiere abordajes preventivos (aunque esto no alimente a los laboratorios) además de lo que está comprobado en cuanto al menor costo que implica gastar en prevención.

Qué quiere decir esto, concretamente? Interrogaremos hoy a los psicogerontólogos de diversas disciplinas. Como ser: ¿Cabe seguir formando psicogeriatras que se desentiendan (como vemos en muchas presentaciones) de la importancia y el efecto preventivo de los talleres de memoria o de los grupos de reflexión? ¿O terapistas oocupacionales que coordinen talleres de memoria concebidos como mera gimnasia mental, como los hay? ¿O encarar la recreación como un entretenimiento para llenar el tiempo libre o un mero mover el cuerpo o las neuronas, tan negativos como reducir la psicoterapia en la vejez a una terapia de apoyo y de fortalecimiento del yo, por pensar que un viejo no soporta ni requiere otra cosa?

Además, veremos que no sólo los psicogeriatras y los psicólogos nos ocupamos de la salud mental en la vejez, también los terapistas ocupacionales, los psicopedagogos y los musicoterapeutas lo hacen y no son por eso psicogeriatras ni psicólogos.

Psicogerontología no es Psicología de la vejez, en primer lugar porque la Psicología de la vejez no existe, hablamos de Psicología del envejecimiento, pero, además, porque la Psicogerontología no se reduce sólo a eso, ni es sólo lo que hacen los psicólogos, éstos no son los únicos psicogerontólogos, así como los asistentes sociales no son los únicos expertos en gerontología social, ni los geriatras los únicos expertos en biogerontología.

Es decir que, la Psicogerontología, no es una nueva disciplina. Es un campo interdisciplinario en el cual, los psicogerontólogos no sólo nos ocupamos del envejecimiento normal, nos ocupamos de la salud mental en el envejecimiento.en todos sus aspectos y formas de abordaje, cada uno con sus herramientas específicas.

En la interrelación nos enriquecemos todos, en la medida en que nos sostenemos en una concepción compartida acerca del sujeto humano envejeciente, condición básica para la ínterdisciplina.

Quiero compartir ahora con ustedes algunos resultados parciales de mi indagación acerca del desarrollo alcanzado por la Psicogerontología en Iberoamérica.

En general, es muy escaso lo que se encuentra, en cuanto a programas académicos especializados. Respecto a carreras de posgrado sólo las encontramos en la península ibérica (España y Portugal), como ser: la recientemente creada Maestría en Psicogerontología en Portugal, donde también encontramos una Asociación de Psicogerontología. Esta Carrera abarca, además de lo preventivo, el manejo de técnicas de evaluación y herramientas terapéuticas para el abordaje de las patologías, contando con una fuerte carga clínica, aunque sin incluir al psicoanálisis entre las teorìas.

Por otra parte, como otro ejemplo en Internet, veíamos que la Revista de Psicogerontología Tiempo abarca trabajos acerca del envejecimiento normal y patológico, prevención y asistencia, temas de clínica y de evaluación neuro cognitiva.

Más allá de estos pocos ejemplos, comprobamos la falta de definición clara, la confusión reinante, en cuanto al modo de definir a lo psicogerontológico y a lo psicogeriátrico.

Vayan algunos ejemplos de las contradicciones que encuentro en los programas de formación. En primer lugar, depende de qué facultad sea la que ofrezca la formación: Por ejemplo, en la península ibérica, cuando la propuesta proviene de facultades de Psicología y/ o de Ciencias de la Educación, las denominan Carreras de Psicogerontología, en cambio, cuando provienen de facultades de Ciencias. Médicas y Psiquiatría: Carreras de Psicogeriatría. En realidad, cuando analizamos los programas de estudio, vemos que las carreras de Psicogerontología abarcan todos los temas de la salud mental en el envejecer (lo preventivo y lo asistencial). Sin embargo, cuando indagamos a un docente de esa misma carrera cómo define a la Psicogerontología, incluye en ella sólo lo atinente al envejecimiento normal y la prevención, dejando la clínica como un campo aparte, contradictoriamente con lo que se imparte en su carrera.

Creo que esto es efecto de la pregnancia que siguen teniendo hoy en día las definiciones hegemónicas de la gerontología y de la geriatría como estudio del envejecimiento normal y patológico respectivamente.

Insisto: no es una cuestión sólo de denominación, ni siquiera de disputas de poder. Se trata de la concepción que subyace. Así como es insostenible reducir a la gerontología – que, en realidad, abarca a todo desarrollo bio-psico-social del envejecer y a todas las disciplinas - al estudio del envejecimiento normal y no incluir en ella las patologías y las terapéuticas, lo es del mismo modo, en el campo de la psicogerontología o de la biogerontología o de la gerontología social.

¿No se vé que esto corresponde a una época en la cual existía sólo el desarrollo del enfoque médico en la gerontología y el enfoque biologista y, como única alternativa de ínter disciplina, lo social? Es decir, corresponden a los desarrollos pre-complejidad en las ciencias.

Recurriré al aporte de un profesional de más allá de Iberoamérica, en este caso de Italia, Daniele Toffoletto6, quien hace referencia a la moderna Psicogerontología y dice que, a pesar de la Teoría del Caos, gran parte de la psicogerontología y de la psicogeriatría actual siguen el modelo clásico de concebir el envejecimiento poniendo el acento sobre técnicas diagnósticas centradas en aspectos somáticos, más aspectos psico-sociales, según una lógica de causa-efecto. La nueva concepción del desarrollo – continúa - no entra en ese esquema clásico. Plantea la necesidad de un nuevo sistema teórico y propone la contribución posible de la Teoría del Caos, según la cual, se concibe al individuo como un sistema complejo que, al envejecer, va aumentando la complejidad. La aproximación exclusivamente médico-biológica – agrega - de tipo unilineal, se revela inadecuada. La mayor diversidad de vejeces habla de este sistema complejo en el cual se combinan, como proceso, lo social-histórico, factores personales, interrelaciones PNIE; etc.

En un contraste interesante con esta posición, encontramos por parte de un conocido psicogeriatra mexicano, Miguel Krassoievich (UNAM)7 sostener las definiciones tradicionales de la Gerontología como el estudio del envejecimiento normal (en sus aspectos fisiológicos y económicos, sostiene) y a la Geriatría, como la rama de la Medicina que abarca toda patología o alteración. Consecuentemente con estas definiciones, pasa a definir a la Psicogerontología como el estudio de los comportamientos de los sujetos que envejecen y a la Psicogeriatría (equivalente a la gerontopsiquiatría), como el estudio de las "afecciones psiquiátricas, psíquicas y cognitivas".

Finaliza diciendo que, en México, todos los psicogeriatras pertenecen al campo de la psiquiatría y califica a la gerontopsiquiatría como profesión imposible por todo lo que tiene que abarcar. De onda, propongo aliviarles el trabajo.

En rigor, esto es una apelación: para arribar a este nuevo modo de concebir a la psicogerontología, que es un nuevo modo de entender al desarrollo humano, sólo se requiere un ejercicio de articulación de los aportes más recientes de distintos campos científicos y no fanatizarse por la propia parcela de conocimiento. ¿Cómo pretenderemos trabajar por un envejecimiento normal (supongo que todos coincidimos en esta propuesta) que se caracteriza precisamente por la flexibilidad y la apertura a los cambios, si somos fanáticos, rígidos, competitivos, nos peleamos por el narcisismo de las pequeñas diferencias y no nos abrimos a la incertidumbre de lo que no sabemos y no nos disponemos a construirlo juntos a partir de las diferencias?

FINAL

Vemos, entonces, finalizando, que el avance en las últimas décadas no fue sólo por haber alcanzado una mayor longevidad. Ya no es suficiente hablar del envejecimiento poblacional por las conquistas médicas. Hay cambios en la calidad de vida y replanteos subjetivos que les permiten a los humanos vivir más y mejor.

Estamos aprendiendo a ser más sabios respecto a nuestro envejecimiento. Ojalá los profesionales aprendamos a serlo y ojalá pudiéramos aplicar esa sabiduría a otros órdenes de la vida en el planeta.

Es así que, en realidad, no vamos a hablar hoy sólo de la Psicogerontología. Intentaremos dar cuenta de la revolución epistemológica a la que estamos asistiendo en el conocimiento del envejecimiento humano, que implica superar obstáculos, lecturas mecanicistas y organicistas del envejecimiento que llevaban a suponer, tanto desde corrientes psicoanalíticas como cognitivas, que habría una curva de declive inevitable a nivel psíquico y que los maltratos sociales llevaban necesariamente al achatamiento subjetivo.

Pudimos comprobar que el ser humano no es sólo efecto de su cultura y de su biología, de lo que le provoca su medio social y le ocasiona el deterioro de sus funciones, sino que, al mismo tiempo, es un sujeto pro-activo, constructor de su cultura, de su cuerpo, de su historia y, por lo tanto, de su modo de envejecer.

¿Cuál es, entonces, hoy en día, el obstáculo epistemológico en la Psicogerontología? Indudablemente, la dispersión de saberes, la dificultad de articular teorías con criterios compartibles.

La Jornada de hoy es una invitación a vencer obstáculos epistemológicos, las resistencias del pensamiento, los esquemas rígidos y es una propuesta de abrirnos a reflexionar, a aportar y a enriquecernos mutuamente, a polemizar.

Hoy podemos dar cuenta de lo que costó – y sigue costando - a la Psicogerontología, diferenciarse de la Biogerontología y de la Gerontología Social, delimitar su campo propio (o ¨ región epistemológica ¨8 como nos va a decir el Dr. José Yuni).

El día de hoy estará destinado a revisar esta trama epistemológica, a debatir y reformular este campo de abordaje, como campo amplio, complejo, diferenciado dentro de la Gerontología e interdisciplinario. Ya hay suficientes temas que lo componen (procesos de aprendizaje, técnicas de multi – estimulación, talleres de memoria, músicoterapia y trabajo corporal, grupos de reflexión y terapéuticos, abordaje de la pareja y la familia del viejo, proceso psicodiagnóstico y psicoterapéutico, terapias psicofarmacológicas, etc.) y que le dan una fisonomía propia.

El próximo Congreso de noviembre del 2005 será la oportunidad para exponerlos. Tendremos un año para ir preparándonos, hacer propuestas de presentación y de organización, pero de esta manera: horizontal, sin dueños del campo, con el sólo espíritu de escucharnos, entendernos y estimularnos. El beneficio? La ventaja? Ayudarnos a envejecer mejor.

Comenzar por Iberoamérica nos lleva también a recuperar nuestras raíces, algo de nuestra identidad, de nuestros orígenes, de una historia compartida. Implica también el replanteo de sojuzgamientos a pensamientos hegemónicos y la inclusión de nuestro contexto socio-económico-cultural como productor de subjetividad, en aras de rearmar y reafirmar la continuidad identitaria - tema central en el envejecer - de nuestros pueblos.

Notas

1 Pequignot, H. (1983): ¨ La Vieillesse como création continue ¨, en: Rev. Gérontologíe et Société, Cahier N ° 49, Paria.

2 ¨ El Curso de la Vida: Diseño para Armar ¨ (2002). Tesis de Doctorado de la autora, Fac. de Psic. UBA.

3 Knopoff, Santagostino, Zarebski (2004): ¨ Resiliencia y Envejecimiento ¨, en: Resiliencia y Subjetividad, Melillo, A., Suárez Ojeda, N., Rodríquez, D. (comp.), Ed. Paidós. Bs. As.

4 Zarebski, G.(1999): ¨ Cuando la Teoría Reafirma el Prejuicio ¨ , Anexo en: Hacia un Buen Envejecer, Ed. Emecé. Bs. As.

5 Knopoff, Santagostino, Zarebski (2004): ¨ Resiliencia y Envejecimiento ¨, en: Resiliencia y Subjetividad, Melillo, A., Suárez Ojeda, N., Rodríquez, D. (comp.), Ed. Paidós. Bs. As.

6 Toffoleto, D.(2004): ¨ Invecchiamento e Teoria del Caos ¨ en: Psychomedia, Gruppalità e Ciclo Vitale. Terza Età. www.psychomedia.it/pm/lifecycle/elderly/anzcaos.htm

7 Krassoievich, M. (2000): ¨ Gerontopsiquiatría, Presente y Futuro ¨, en: www.hospitalbermeo.org/comunicaciones/centenario/comunicaciones

8 Yuni, J. (2004): ¨ Aproximaciones Teorico-Epistemologicas al Problema de la Articulación de la Educacion y la Psicogerontologia

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