Envejecimiento
frente al trauma psicosocial, al prejuicio, a lo siniestro
Posibilidades de producir
un acontecimiento creativo. Empoderamiento, resiliencia, red
Graciela Beascochea
gbeascoechea@cponline.org.ar
Si tomamos a la vida como una red de sentido en movimiento, la historia, la propia existencia, no sólo nos dice lo que somos, sino lo que estamos dejando de ser, lo que seguimos siendo y lo que estamos comenzando a ser.
El envejecimiento normal cotidiano ( como etapa y como el que vamos haciendo desde el primer día de nuestra vida) acompaña cada uno de estos movimientos con cierto grado de anticipación que nos valida para no oponernos a lo nuevo, al acontecimiento, para afiliarnos al nuevo status. Como en las redes, los nodos comunicantes internos y externos unen, sostienen y nutren nuestros vínculos.
Este transcurrir por la vida con una tensión operativa adecuada, posibilita asumir y transitar los roles sin desfasajes ni desajustes.
Muchos son los mitos y prejuicios sociales acerca del envejecimiento y la abuelidad que hay para reflexionar y cuestionar para posibilitar una adaptación plástica.
El envejecimiento se hace disfuncional cuando hay oposición al devenir, conductas evitativas y de negación frente a lo nuevo. No hay mecanismo de anticipación, no hay recursos para transitar lo que está sucediendo, hay desafiliación .
El sentimiento de extrañeza y la tensión narcisista acompañarán al sujeto y serán lo predominante, de tal modo que la persona tendrá un descenso en sus mecanismos defensivos que lo deja a expensas de patologías de diversos órdenes.
Cuando los mecanismos sociales son de opresión , de orden dictatorial y absoluto, lo que es diferente y diverso, (es decir, los mecanismos necesarios de cuestionamiento, anticipación y elaboración de la etapa a transitar), es interpretado socialmente como irreverente, transgresor, peligroso.
Esta situación deja al sujeto con muy poco margen para utilizar sus sanos recursos de anticipación por lo que queda sometido a circunstancias traumáticas psicosociales.
Todo se trastoca frente a lo siniestro real. Lo que se describió como operativo para transitar las etapas de la vida normalmente, como una red en movimiento, se paraliza, se anquilosa y la depresión y la tristeza pasan a ser estados naturalmente saludables para un psiquismo que tiene que tramitar el dolor de la detención, de la catástrofe, de la desafiliación forzosa, del silencio.
A qué nuevos mecanismos recurre el sujeto para no sucumbir?
La teoría de la Psicología Social, la Sociología y la teoría de la Psicología del grupo aporta algunos conceptos que utilizo para explicar un sano acomodamiento activo para transitar situaciones traumáticas sin enfermar.
Los conceptos de empoderamiento, redes, grupo, resiliencia, explican teóricamente, lo que ha permitido a las diversas asociaciones de gente envejecida posicionarse sanamente, no claudicar y abrirse a nuevas posibilidades a pesar de catástrofes psicosociales como lo son el terrorismo de Estado, desapariciones de hijos, nietos, estafas, desocupación ( por lo cual queda trunca la posibilidad de jubilarse).
El concepto de empoderamiento nace de la convicción de que hay una fuerza alternativa que enfrenta los mitos de dependencia de los adultos mayores. Se realiza a través de empoderarse de nuevos conocimientos, hacerlos propios, auto- gestionar nuevos espacios y aprendizajes, apropiarse junto con otros de los mismos.
La resiliencia es un concepto que originariamente proviene de la física e indica el índice de resistencia al choque de un material. Tomado por Stefan Vanistendael e incorporado a las Ciencias Sociales (1996), se lo aplica a la capacidad universal que tiene el ser humano para desempeñarse bien, pese a circunstancias adversas. Esta cualidad de resiliencia si bien es universal, puede no ser absoluta ni estable.
Implica capacidad de resistencia y facultad de construcción positiva, es decir salir adelante a pesar de los obstáculos, riesgos, influencias negativas del entorno. Este aspecto en el marco biosicosocial lo podemos llamar factor protector, frente a los factores de riesgo también biosicosociales.
Los factores protectores que estimulan especialmente la resiliencia son los vínculos positivos de aceptación y las redes sociales
Las redes sociales permiten al hombre reconocer que el otro existe, la aceptación del diferente, provocar interés obteniendo la reciprocidad del otro, cooperar para compartir actividades y recursos, promueve la solidaridad, asociarse para compartir objetivos y proyectos generando confianza.
Es de observar que estas capacidades son desarrolladas y potenciadas por y a través de la formación del grupo de Abuelas de Plaza de Mayo, de movimientos de jubilados, de participación en asambleas barriales, talleres, de los adultos mayores.
El sentido de la vida, de la lucha por la vida, de visión compartida, del empoderamiento de un ideal, de sueños y esperanzas, despertó en cada uno la resiliencia necesaria para interactuar, en red, les dio la posibilidad a cada uno individualmente para acercarse a los otros y sumar vínculos (redes) que transportando el concepto médico de "plasticidad neuronal", a lo social y psicológico, estimuló plásticamente los aspectos psicosociales positivos frente al trauma, a la catástrofe.
Bibliografía.
Salvarezza, Leopoldo, (compilador):" El envejecimiento :Psiquis, poder y tiempo". Ed. Eudeba, Bs. As. 2001.
Moscovici, S: "Psicología de las minorías activas" Ed. P.U.F, París. 1976.
Beascoechea G., Zifferman L. :Abuelas de Plaza de Mayo. Del Acontecimiento al Trauma. Bs.As. http:www.psiconet.com/tiempo