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Número 11 - Octubre 2002

Amante en riesgo
(a publicarse en el Diario La Nacion, Argentina)

Sonia Blasco
Dsb@doctorasoniablasco.com

El hombre de cabello blanco que abraza a su mujer con un gesto de extremada confianza y amoroso respeto, nos sonríe desde un póster.

El confort que refleja la imagen no nos prepara para la leyenda escrita al pie:

 

¿Más de 50?

¿Siguen teniendo sexo?

Entonces, todavía pueden contagiarse el virus del SIDA.

 

A su lado, Marilyn Brand, educadora en salud de HIV y SIDA.

Marilyn tiene 73 años, un juvenil entusiasmo y una cuidadosa dedicación a su tarea.

En los Estados Unidos, aun hoy, aunque la divulgación y educación sexual están bastante agiornadas, más de un adulto mayor se sonroja cuando se habla del tema.

En la primera pagina del suplemento Focus del Miami Herald del domingo 13 de Octubre, con fotos a todo color y estadísticas serias, la sexualidad de los adultos mayores se pone en alerta.

El motivo: el aumento de los índices de infección por HIV así como de la enfermedad: SIDA.

En la totalidad de los Estados Unidos y en el estado de la Florida, mientras los índices de la enfermedad y la infección están descendiendo entre los jóvenes y los adultos, entre los mayores la cifra va en aumento.

Los motivos son varios. Uno de ellos, el prejuicio prevalente entre los mayores de que solo los jóvenes y los homosexuales deben cuidarse del SIDA.

Robert Hanssen, Director de la División de HIV/ SIDA para el control y la prevención de la enfermedad, afirma que ese es el grupo a centrarse en este momento.

Esto ocurre en el país del norte. No sabemos, sin embargo lo que pasa en la Argentina, donde las campañas son casi inexistentes y la facilitación y divulgación para el uso del preservativo, prácticamente nulas.

Marilyn aclara, mientras se ubica frente a la media centena de adultos mayores, que esta allí "no para destruir el sexo, sino para convertirlo en algo seguro".

Luego de lo cual, sus ayudantes distribuyen unas enormes bolsas entre la audiencia que, entre divertida, sonrojada y curiosa, descubre el contenido de las mismas: esos sobrecitos cuadrados y chatos en cuyo interior, un plástico alargado y enrollado sobre si mismo promete sexo, sí, pero sexo seguro.

 

¿POR QUÉ TANTA CAMPAÑA?

Porque 1 de cada 6 habitantes del sur de la Florida contagiado con HIV/ SIDA, es mayor de 50.

También en California los casos de SIDA entre hombres mayores han venido creciendo desde 1999.

 

Los motivos:

Las mujeres después de la menopausia estiman que es innecesario el preservativo ya que no existe riesgo de embarazo.

Los hombres, Viagra mediante, son capaces de tener sexo tantas veces como quieren. Y también ellos, estiman que el preservativo es solo una molestia.

Resultado, el SIDA se propaga como chicle.

La sociedad todavía no se ha dado cuenta de que los viejos tienen sexo.

Las estadísticas –AARP—señalan que la mitad de los hombres y mujeres entre 45 y 59 años tienen sexo por lo menos una vez por semana. Pasados los 60 y hasta los 74 años, la frecuencia se mantiene igual en el 30% de los hombres y el 24% de las mujeres.

La frecuencia del encuentro sexual ha aumentado gracias a esa pequeña pastillita capaz de convertir en valiente amante al más temeroso.

Doce millones de americanos usaron la pastilla desde su lanzamiento, en 1998. Y aunque el laboratorio no lleva el registro de la edad de sus consumidores, el grupo de los mayores es indudablemente el mayor consumidor.

Los mayores de 50 representaban el 13,4% de los casos de SIDA en todo USA en 1999, un 25% más que 4 años antes.

CAUSALES

Los expertos creen que el numero de infectados puede crecer por varias razones. Una de ellas es que los adultos mayores se sienten molestos al hablar de su vida sexual.

Otra, muy importante y que puede modificarse, es que los médicos no creen que sea necesario investigar la vida sexual de sus pacientes mayores. Tampoco enseñarles a cuidarse de la enfermedad.

Mas de una mujer puede creer que su sudoracion y cansancio son consecuencia de la menopausia. Sin embargo, al consultar, reciben un diagnóstico muy diferente.

El SIDA atacó sin avisar a J F, una "chica de su casa" de 50 años, que en pleno divorcio doloroso, busco refugio en los brazos del amigo mas intimo de la pareja. El amigo nunca menciono su enfermedad. Tal vez, la desconocía.

Menos de un 5% de adultos mayores pasan por el diagnostico de SIDA. Sin embargo, el diagnostico precoz es fundamental ya que los mayores enferman más rápidamente.

Y una vez enfermos, se topan con la dificultad de agregar a los acostumbrados remedios para la hipertensión y el colesterol, el cóctel de drogas antiretrovirales.

Cuando SS se enteró que estaba enferma de SIDA se lo comunicó a sus cuatro hijos varones, que la apoyaron incondicionalmente. Sin embargo la enfermedad trastornó su relación con los hombres: los quiere lejos, bien lejos.

JF afirma haber sido demasiado ingenua como para pedirle a su amante que usara un preservativo. Pero desde entonces se dedica a tratar de evitar que a otras les ocurra lo mismo.

Como ella, otras consejeras ponen énfasis en incrementar la autoestima de las mujeres.

Como se sienten inseguras acerca de sus atractivos, como temen quedar descartadas por la edad, no se sienten con derecho para reclamar condiciones a sus compañeros sexuales.

No le dicen: usa un preservativo.

El temor a ser rechazadas, las lleva a aceptar relaciones que pueden ser peligrosas.

Ellos, tampoco lo usan porque desconocen el riesgo. Por eso, también evitan el diagnostico.

Pero la realidad es que los adultos mayor son mas susceptibles a contagiarse del virus del SIDA.

Con el paso de los años, el sistema inmunológico se debilita y se hace mas susceptible a la invasión del virus. Por otro lado, la mujer luego de la menopausia puede tener cambios genitales: pequeñas laceraciones se producen en su vagina y son la vía de entrada de cualquier infección durante la penetración.

JF , que mantiene a raya al SIDA desde hace mas de 15 años, afirma que la mayoría de las mujeres mayores con las que habla ignoran lo que son las enfermedades de transmisión sexual.

Pero esto está comenzando a cambiar, afirma. Al menos en aquellos países que toman en cuenta la salud de sus ciudadanos.

"La sabiduría popular afirma que la gente mayor no tiene sexo. Pero eso no es necesariamente así" afirma el Dr. J. Nelson, ginecólogo y secretario de la American Medical Association’s.

El adulto mayor debe ser considerado una persona entera. Con todas sus habilidades, posibilidades y libertades. Si el médico informa, si el adulto averigua, si ambos empiezan a considerarse grupos de riesgo, tendrán sexo seguro.

Y de alguna manera, comenzarán a considerarse en serio amantes.

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