Volver a la página principal
Número 10 - Junio 2002

Se trabaja en Psicogerontología

Virginia Viguera
tiempo@psicomundo.com

 

Formación del Consejo para la Red Virtual de Envejecimiento Saludable, de cuya reunión inicial y constitutiva informamos en el número anterior.

Nos informa la Dra Andrea Prates:

Por medio de esta y, con gran satisfacción, les comunico a Ustedes la formalización de la Constitución del consejo Interino para Gestión de la Red Virtual. El efectivo establecimiento del Consejo tiene fundamental importancia y es un marco para la consolidación y definición de los caminos que la Red recorrerá.

Abajo está la relación de los colegas que oficialmente componen el Consejo Interino:

En resumen, las atribuciones principales del Consejo son:

Estamos esperando la conclusión del recurso técnico, pertinente a la nueva plataforma web, ya en ejecución, para marcar nuestra primera reunión virtual de trabajos.

Esperando encontrarles a todos brevemente, aunque de forma virtual, les saludo y envío un abrazo fraterno,

Andrea Prates

 

II Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento.

Los primeros días de Abril y con una nutrida concurrencia de países y Organizaciones no Gubernamentales se realizó en Madrid la II Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento. Fue muy esperada ya que de ella debían emanar conceptos rectores para la comprensión y atención de este aumento inusitado de la población envejescente en todo el mundo. Tomamos para hacer conocer a través de Tiempo, el Informe que nos mandara nuestro colega Julio Ruiz, una Crónica especialmente preparada para la Revista Tiempo de nuestro corresponsal y colaborador Lic. Feliciano Villar Posada desde Barcelona,

La carta que Su Santidad el Papa hiciera llegar a la Asamblea y que nos fue remitida por la Lic. Lila Bezrukov desde la Red de Gerontologia , además de un informe..

 

1- II Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento.

Julio V. Ruiz, M.D. Cuban American Geriatric Educational Foundation State University of New York

Un desafío mundial que planea sobre el desarrollo

El envejecimiento de la población, considerado uno de los grandes retos del siglo XXI, avanza sin freno. La situación ha dejado de ser exclusiva de los países ricos, marcados por la baja natalidad y la creciente longevidad.

Desde 1982, cuando se celebró en Viena la I Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento, las naciones en desarrollo envejecen más rápidamente que el resto. Y eso sin disponer, en la mayoría de los casos, de prestaciones sociales como en el mundo desarrollado. En los países más ricos el proceso fue lento (en Francia pasaron 115 años para que la proporción de mayores de 65 años se duplicara del 7% al 14% de la población). Sin embargo, Túnez

O Jamaica alcanzarán ese 14% en 20 años, según la ONU. En la cumbre de Viena se tomó conciencia de la situación y se sentaron las bases de las políticas de mayores. La semana que viene, en Madrid, se revisará su cumplimiento.

- Europa y EE UU. La proporción de personas mayores de 60 años supera ya el 14% de media, mientras los jóvenes suponen el 18,5%. Desde los años setenta el envejecimiento se ha acelerado en el sur, por la bajada de la natalidad.

Europa (809 millones de habitantes) pierde peso en la población mundial (algo más de 6.000 millones). En este continente, con pequeño crecimiento demográfico, reside ahora el 13% de los habitantes del planeta; en 1970 albergaba al 18%. Dentro del mundo más desarrollado, Estados Unidos prevé un aumento notable de población, debido a una natalidad mayor que la europea y a la gran entrada de inmigrantes, según las previsiones de la Oficina del Censo de EE UU.

- América Latina y el Caribe. La población mayor, que ahora ronda el 8%, crecerá hasta el 22,6% a mediados del siglo XXI, según un estudio de la comisión Económica para América Latina (CEPAL). Ahora el 44% de la población padece pobreza. Menos de la mitad de la población urbana mayor percibe jubilación.

- Asia y el Pacífico. La proporción de mayores de 1995 se duplicará en 2050.

Un país como China contará con 300 millones de mayores a mediados de este siglo.

- África, las secuelas del SIDA. En la zona subsahariana, el SIDA causa estragos y se añade a una situación económica deteriorada. Ahora hay una persona de más de 65 años por cada 14 ciudadanos menores de esa edad. En 2050 la relación será de uno a tres.

- Octogenarios y mujeres. Las mujeres son el 55% de la población mayor de 60 años y el 65% de las personas con más de 80. Este último tramo de edad es cada vez más abundante.

INFORME DEMOGRÁFICO DE LA ONU

Una de cada cinco personas tendrá más de 60 años dentro de medio siglo 14 países pobres de África cuadruplicarán su número de habitantes El 21% de la población mundial sobrepasará los 60 años de aquí a 2050.

Un fenómeno que, según el estudio de la ONU, se ampliará en España, donde el

44,1% de los habitantes superará esa edad. Este envejecimiento de la población irá acompañado de una caída de la fertilidad. Todo ello desembocará en que en medio siglo la edad media en el mundo será 36,2 años (55 en España), frente a los 23,6 años de 1950 y de 26,5 actuales.

Asimismo, los viejos serán más viejos. El segmento de población que más crece es precisamente el de mayores de 80 años, y lo va a hacer aún más espectacularmente: si en 2000 había en el mundo 69 millones de personas que pasaban de esa edad, en 2050 llegarán a los 379 millones, lo que supone 5,5 veces más que ahora. De este modo, lo que suponía un 1% de la población del planeta, se convertirá dentro de 50 años en un 4%.

Donde más ancianos mayores de 80 años hay actualmente es en China (11,5 millones), seguida de Estados Unidos (9,2), India (6,1), Japón (4,8), y Alemania y Rusia (3). Estos países concentran el 54% de la población de más edad. Los más viejos suponen el 3,2% de la población de Norteamérica y el 3% de la de Europa.

Pero para 2050, habrá al menos 19 países en los que el 10% de la población alcanzará o sobrepasará los 80 años, entre ellos España, Francia, Grecia, Alemania, Suiza, Reino Unido, Bélgica, Austria y los escandinavos. Otra media docena de países llegará a contar cada uno con más de 10 millones de personas de más de 80 años: los chinos de esa edad serán 99 millones, los indios 48, los estadounidenses 30, Japón 17, y Brasil e Indonesia 10 cada uno. El conjunto de esos países reunirá el 57% de las personas más ancianas del planeta.

Nonagenarios

Los octogenarios serán 314 millones en 2050, lo que significa 5,2 veces más que en 2000. Los nonagenarios serán 61 millones, es decir 8 veces más que medio siglo antes. Y quienes lleguen a cumplir 100 años serán dentro de cinco décadas 18 veces más que hoy. Japón tendrá la proporción más alta de centenarios, un 0,88% de su población. Tras Japón, vendrán Finlandia, Francia, Singapur, Suecia y Suiza, con 0,2 centenarios por cada 100 habitantes.

La otra cara del informe estriba en el descenso mundial de la fertilidad.

Mientras la proporción de mayores de 60 años se ha incrementado en los últimos 50 años del 8% al 10% de la población; la de menores de 14 años ha caído desde el 34% en 1950 al 30% a finales de siglo. De aquí al 2050, la proporción de niños seguirá su descenso hasta llegar al 21% de la población, mientras que el porcentaje de mayores será también del 21%, más del doble que la actual.

Ahora mismo, hay 64 países cuya tasa de fertilidad no alcanza para reponer la población: reúnen el 44% de los habitantes del mundo. Cuando hayan pasado 50 años, la población de los países con baja fertilidad se mantendrá casi estable, los países fértiles experimentarán un gran incremento demográfico y supondrán el 69% de los humanos.

De entre los países más fértiles en la actualidad, hay 16 que en 2050 seguirán por encima de la tasa de reemplazamiento de la población, y entre todos cuadruplicarán su número de habitantes. Aparte de Afganistán y Yemen, todos esos países son africanos y con gravísimos problemas sociopolíticos y sanitarios: Angola, Burundi, Burkina Faso, Chad, los dos Congos, Etiopía, Liberia, Malaui, Mali, Níger, Somalia, Sierra Leona y Uganda.

Jueves, 11 de abril de 2002

Las ONG rechazan que se retrase la edad de jubilación, pero admiten que sea flexible

La Asamblea Mundial del Envejecimiento avanza en la negociación de un plan de acción

EL PAÍS | Madrid

El Foro Mundial de ONG sobre Envejecimiento se opone a retrasar la edad de jubilación más allá de los 65 años. Recuerda que 'el derecho es a jubilarse, no a seguir trabajando'. Pese a ello, admite que los mayores puedan seguir en activo si lo desean, tal como propone el proyecto de plan de acción de la ONU. Las ONG elevarán hoy sus conclusiones a la II Asamblea Mundial del Envejecimiento, que se celebra en Madrid. Las negociaciones sobre el plan de acción y la declaración política que deben culminar este encuentro de Naciones Unidas avanzan a buen ritmo.

En el Plan de Acción Internacional que prevé aprobar la Asamblea ya está acordado un párrafo que establece que las personas mayores deben tener derecho a seguir trabajando 'mientras lo deseen y puedan hacerlo productivamente'. La copresidenta del Foro de ONG, María Rodríguez, fue clara ayer al presentar las conclusiones de estas organizaciones: 'A los 65 años, no más tarde, la gente tiene derecho a jubilarse con el 100% de su pensión. El que quiera debe poder seguir trabajando'. Las ONG

Presentaron ayer un documento retocado hasta el último minuto en el que se defiende

El derecho al retiro. Admite que la jubilación pueda ser 'paulatina y flexible', pero siempre de forma voluntaria, informa Rafael Méndez.

El coordinador del documento de las ONG, Héctor Maravall, dijo que la asamblea de la ONU ha emitido 'mensajes preocupantes respecto a retrasar la edad de jubilación más allá de los 65 años'. Añadió: 'Como los mayores están cada vez en mejores condiciones físicas y psicológicas, se dice que hay que prolongar la edad de jubilación y que eso es una conquista de los mayores, que no hay que obligarles. Desde el siglo XIX, el movimiento sindical ha luchado por la edad de jubilación como un derecho que no se tenía y que

En muchos países aún no tienen'.

El documento, elaborado por 3.000 delegados de ONG reunidos desde el pasado sábado, también pide una convención de la ONU contra la discriminación por edad, la creación de una agencia ('similar a la Unicef') para los mayores, la protección legal de los incapacitados, programas de ayuda a las personas dependientes y la condonación de la deuda externa a los países pobres.

Por otra parte, el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Juan Carlos Aparicio, dijo ayer que España 'ya trabaja' en la línea de flexibilizar la jubilación, aunque reconoció que la edad media española de retiro (63 años), está por encima de la de la UE (58), informa Miguel Bayón. 'Hay que evitar la opción dura de todos activos o todos jubilados', dijo Aparicio. Abogó por 'tender a los contratos a tiempo parcial' y a una jubilación 'con

Criterios de un mejor trato a las carreras de cotización que hayan aportado mayor contribución'.

En una mesa redonda sobre Protección social y sostenibilidad, Aparicio aseguró que es necesario 'profundizar el debate sobre la sostenibilidad financiera de los sistemas de protección social ante el fenómeno del envejecimiento'. El secretario general de la Agencia Internacional de Seguridad Social (AISS), Delmer Hoskins, matizó que 'el quid está en el mercado: lo que hay es poco empleo, y no demasiados ancianos'. 'Hemos de regular no sólo el sector público de pensiones, sino el privado, y lograr un eficaz sistema impositivo: hay que unir las políticas sociales dispersas que hoy existen', añadió. 'La clave está en garantizar más empleo y la posibilidad de trabajar más años', señaló Robert Holzmann, del Banco Mundial.

Ayer se registraron avances en la negociación de los dos documentos que prevé aprobar la cumbre, informa Charo Nogueira. La financiación se mantiene como el principal obstáculo, según fuentes de Naciones Unidas. Los países en desarrollo desean un compromiso sobre la ayuda internacional para financiar el impacto del envejecimiento en el desarrollo. Ante la asamblea, la ministra egipcia de Exteriores, Fayza Abu El Naga, condenó la 'salvaje agresión' de Israel al pueblo palestino. Calificó la situación en los territorios ocupados como 'una vergüenza para toda la humanidad'. La representante de EE UU, Josefina G. Carbonell, recordó que el presidente Bush ha prometido aumentar la ayuda 'a los países con Gobierno justo, que inviertan en sus ciudadanos y alienten la libertad económica'.

© DIARIO EL PAÍS, S.L.

09/04/2002

La pobreza sigue pesando con fuerza en Asamblea Mundial sobre Envejecimiento

RAFAEL CALCINES

MADRID, 9 de abril (PL).-La pobreza y sus secuelas sobre uno de los sectores más vulnerables, los ancianos, aparece con fuerza cada vez mayor en los debates de la II Asamblea Mundial sobre Envejecimiento, que auspiciada por la ONU se celebra en esta capital.

Entre los delegados que intervinieron hoy, el ministro de Trabajo y Seguridad Social de Cuba, Alfredo Morales, insistió en que las diferencias cada vez más agudas entre ricos y pobres se proyectan con más fuerza sobre las personas de la tercera edad, carentes de recursos, discriminadas y olvidadas por la sociedad y los gobiernos.

Al respecto, puntualizó que mientras en las naciones desarrolladas se hace más posible alcanzar las metas para garantizar la mejor calidad de vida en los ancianos, cientos de millones de personas del mundo subdesarrollado ni siquiera pueden aspirar a la vejez porque mueren antes de hambre y enfermedades resultado de la miseria.

Morales Insistió en que la condonación de la deuda externa a los países pobres, la concesión de créditos en condiciones favorables y la supresión de las funestas recetas del Fondo Monetario Internacional podrían ayudar a esos estados a escapar de la pobreza y garantizar la atención a los grupos sociales más perjudicados.

Por su parte, El director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Juan Somavia, señaló que la pobreza y la exclusión social son los mayores obstáculos para garantizar una vejez segura y advirtió que el futuro depende de que se garantice a las personas de cualquier edad ingresos derivados de su trabajo o jubilación.

 

2- Crónica enviada por el Lic. Feliciano Villar Posada. Colaborador, amigo y corresponsal de Tiempo en Barcelona. España.

Durante el pasado mes de abril ha tenido lugar en Madrid (España) la II Asamblea Mmundial del Envejecimiento ( http://www.madrid2002-envejecimiento.org ), un acto organizado por la ONU y que tenía como único tema la problemática y potencialidad de los mayores en estos comienzos del siglo XXI. Cabe reseñar que la anterior Asamblea de estas características tuvo lugar en Viena, hace ya 20 años.

La convocatoria de la Asamblea motivó otra serie de actos, a los que también tuve la suerte de asistir, y que pasamos a reseñar a continuación, siguiendo un orden cronológico.

En primer lugar, cabe mencionar el denominado Foro de Valencia. Esta conferencia, organizada por la International Association of Gerontology reunió, durante cuatro días (1 a 4 de abril) en la hermosa ciudad mediterránea a algunos de los más destacados investigadores en el ámbito de la Gerontología a nivel mundial, ya sea desde una perspectiva biológica, comportamental o social.

En su jornada de clausura se acordó un documento de recomendaciones para el abordaje del envejecimiento, documento que fue elevado a la Asamblea que comenzaría días después.

Podemos consultar este documento en la página http://www.valenciaforum.com/vfr.html , así como también las conferencias plenarias en la página http://www.valenciaforum.com/kn.html . Próximamente, en esta misma página, están accesib les todas las intervenciones, pósters y comunicaciones que tuvieron lugar esos intensos cuatro días.

Una vez acabado el Foro de Valencia, comienzó, ya en la capital de España, el Foro Mundial de ONG sobre Envejecimiento (5-9 de abril), foro que reunió a organizaciones no gubernamentales de todo el mundo que tienen entre sus prioridades a las personas mayores.

En este foro tuvieron lugar una serie de conferencias y mesas redondas, entre las que destacaron las dedicadas al maltrato a los mayores, a las políticas sociales, a la formación continua, a la lucha contra la pobreza en los mayores o al envejecimiento de tribus indígenas y la conservación de tradiciones en un mundo cada vez más globalizado.

Del mencionado Foro surgió un documento de conclusiones, recomendaciones y propuestas entre las que se encontraban, entre muchas otras, las siguientes:

Fomento de políticas de igualdad y solidaridad en los ámbitos sanitario, social y cultural, que en ningún caso discrimine ni olvide a las personas mayores, sus necesidades y también sus potencialidades y la importancia de su participación a la hora de construir una sociedad más justa.

Puesta en marcha de políticas concretas para disminuir la brecha entre países desarrollados y en desarrollo. Se propone la condonación de la deuda externa, y diferentes líneas de ayuda económica, invirtiendo esos recursos prioritariamente en políticas de bienestar social en los países en desarrollo.

Constitución por la ONU de un Fondo de Emergencia Social destinado a paliar en las personas mayores los efectos de conflictos bélicos, desastres naturales, epidemias, hambrunas y crisis económicas graves.

El fomento de programas de formación continua como clave para alcanzar una buena calidad de vida en la vejez, formación que debe abarcar tanto la educación informal como la universitaria, enfatizando en ellos una perspectiva intergeneracional.

Promover un desarrollo económico y urbano sostenible y adaptado a las necesidades de todas las edades y de todos los nivele de capacidad.

Creación de una Agencia de Naciones Unidad especializada en personas mayores (similar a la UNICEF para la infancia) que lleve a cabo labores de control y seguimiento del los diferentes planes de acción que se pongan en marcha.

Los documentos resultantes de este foro los podemos encontrar en http://www.foroenvejecimiento.org/espanol/informacion/informacion.htm

Al día siguiente de la clausura del Foro de ONG, comenzaron las sesiones plenarias de la II Asamblea Mundial del Envejecimiento. En esta Asamblea, y a lo largo de sus cinco días de duración, desfilaron los delegados de prácticamente todos los países representados en la ONU. Cada delegado expuso, durante un periodo de 10 a 15 minutos, los rasgos generales del proceso de envejecimiento de su población, la problemática específica de las personas mayores en ese país y las medidas que se estaban poniendo en marcha para solucionar esos problemas.

En la Asamblea se puso de manifiesto la gran diferencia entre la problemática que implica el envejecimiento entre los países desarrollados y los países en desarrollo o poco desarrollados. Mientras en aquellos las preocupaciones estaban centradas en el mantenimiento de los estándares de bienestar y servicios ante una población cada vez más envejecida, en estos los problemas se encontraban en atender las necesidades más básicas de las personas mayores y en la falta de recursos para poner en marcha servicios de atención social que en algunos casos prácticamente inexistentes.

En muchos de estos países (especialmente los más poblados) el fenómeno del envejecimiento y aumento exponencial de la población mayor es relativamente reciente y contemplaban con preocupación un futuro a medio plazo en el que el porcentaje de mayores tendería a converger rápidamente con el que caracteriza a los países más desarrollados. En la Asamblea se puso de manifiesto como el número de personas mayores, tanto en valores absolutos como relativos, está aumentando de manera especialmente rápida en las regiones poco desarrolladas.

Especialmente preocupante es la situación de los países subsaharianos, en los que el SIDA esta alcanzando dimensiones epidémicas. Esta enfermedad afecta especialmente a la generación intermedia, con lo que los mayores no sólo no pueden esperar atención por parte de esta generación, sino que han de convertirse en cuidadores forzados de sus hijos y nietos y dedicar, al mismo tiempo, esfuerzos al logro de recursos para la familia.

Podemos obtener las versiones provisionales tanto de la declaración política c omo del plan de acción surgidos de la II Asamblea Mundial del Envejecimiento en la página http://srv-tt.tt.mtas.es/imserso/doc_basic.htm

La impresión que uno se lleva al leer estos documentos (y la que recogió informalmente de algunos de los representantes de las ONG que asistieron a la Asamblea) es que, a parte de diagnóstico de los desafíos presentes y futuros con los que nos vamos a encontrar y una serie de buenas intenciones, los acuerdos respecto a medidas y compromisos concretos, a financiación y a calendarios son, o bien inexistentes, o bien sumamente ambiguas (y en las que no han quedado recogidas prácticamente ninguna de las propuestas de las ONG mencionadas anteriormente).

Paralelamente a la Asamblea, en el mismo recinto del Palacio de Congresos de Madrid tuvieron lugar una serie de actos paralelos, entre los que destacan:

Un ciclo de conferencias que llevó por título ‘Diálogos 2020: El futuro el envejecimiento’. Entre otras, se llevaron a cabo las siguientes mesas redondas y/o conferencias que abordaban los siguientes temas:

Presentación de los resultados del Foro de Valencia como contribución de los profesionales de la gerontología

La participación y derechos de los mayores en una sociedad para todas las edades

El diseño de entornos favorables a las relaciones intergeneracionales, tanto desde un punto de vista social y familiar como urbanístico.

Diversos actos promovidos por organismos dependientes de la ONU, ONG internacionales o el sector privado, entre los que se contaron con:

Talleres y conferencias sobre los mayores y las nuevas tecnologías, en los que se puso de manifiesto tanto el interés de los mayores como su importancia como factor que contribuye a la integración del mayor en una sociedad cambiante.

Presentación del informe de la ONG HelpAge sobre el estado de los mayores en el mundo en el año 2002. Este informe analiza los efectos de la globalización y aporta valiosos datos demográficos, médicos , sociales y culturales sobre los mayores de Latinoamérica, Africa, Asia y Europa del Este, así como un resumen de políticas dirigidas al mayor que están en marcha en los países que componen estas regiones (más información en http://www.helpage.org )

Presentación del programa de voluntariado para mayores que tiene en marcha tanto la ONU como la Cruz Roja Internacional.

Presentación de un número especial de la Revista Internacional de Seguridad Social, en el que se analiza el desafío del envejecimiento para los sistemas de protección social. En el debate apareció con fuerza la idea de la jubilación retardada y flexible como tendencia para el futuro, especialmente para los países desarrollados.

Presentación del estudio Spuren (Huellas), en el que un grupo de personas mayores alemanas reflexionaban sobre su propia identidad a partir de los retratos que pintaba de ellos el artista español Alfredo Fernández. ( http://www.spuren-berlin.de )

Dr. Feliciano Villar

Universitat Rovira i Virgili - Tarragona,España. e-mail: fevp@fcep.urv.es

 

Estimados amigos:

La Red Latinoamericana de Gerontologia ( www.gerontologia.org ), les hace llegar su última Editorial.

Atte.

Lila Bezrukov de Villalba ( LilaBezrukov@gerontologia.org )

--------------------------------------------------------------------------------

Después de la

SEGUNDA ASAMBLEA MUNDIAL SOBRE EL ENVEJECIMIENTO y del FORO MUNDIAL DE ONGs

RESULTADOS y DESAFÍOS

Acaban de finalizar los eventos mundiales más grandes relativos al envejecimiento poblacional de este año 2002.

La convocatoria de Naciones Unidas a realizar una Segunda Asamblea Mundial sobre Envejecimiento, despertó las inquietudes de la ONGs a escala mundial, que se organizaron en un FORO MUNDIAL DE ONGs, realizado en Madrid. También en forma previa y simultánea se desarrollaron el FORO de VALENCIA y el Seminario del BID.

Una delegación de Cáritas Internacionalis, compuesta por representantes de la Red Cáritas de América Latina y de Europa, ha participado en los eventos por lo que la RLG está en muy buenas condiciones de recoger sus resultados y documentos.

El Nuevo Plan de Acción Internacional, el así llamado Plan Madrid, ya ha sido publicado por la R.L.G en los Capítulos "Segunda Asamblea Mundial" y en "Documentos".(www.gerontologia.org )

La Declaración Final y Recomendaciones del Foro Mundial de ONG: "El Desarrollo y los Derechos de las Personas Mayores" ingresará en la RLG estos días y subsiguientemente iremos ingresando los demás.

Llegó el momento de la lectura profunda, minuciosa y reflexiva, del fruto de tantos esfuerzos en el ámbito mundial. No será nada fácil que los gobiernos cumplan con los nuevos desafíos del Plan Madrid. También las ONG tienen que movilizar todos sus recursos para cumplir con su rol de co-actor de la política social. Comienza la segunda etapa de este esfuerzo.

La RLG está interesada de conocer los impactos que el Nuevo Plan de Acción Internacional vaya teniendo a nivel de los países, en las regiones y localidades, por lo que pedimos que nos hagan saber sus observaciones y experiencias .

Lila Bezrukov - Coordinadora de la RLG - LilaBezrukov@gerontologia.org

Christel Wasiek - Asesora de la RLG - Wasiek@gmx.de

 

MENSAJE DE SU SANTIDAD EL PAPA JUAN PABLO II

AL EXCMO.SEÑOR PRESIDENTE DE LA

II ASAMBLEA MUNDIAL SOBRE EL ENVEJECIMIENTO

Al Excmo. Señor Presidente de la II Asamblea Mundial sobre el

Envejecimiento

Excelentísimo Señor:

Me es grato dirigir a Usted y, por medio suyo, a todos los participantes en la II Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento, un cordial saludo, con los mejores deseos de éxito en sus trabajos.

Veinte años después de la Iª Asamblea Mundial, celebrada en Viena en 1982, la presente reunión es una meta significativa y sobre todo un impulso hacia el futuro, desde el momento que el envejecimiento de la población mundial será ciertamente uno de los fenómenos más relevantes del siglo XXI. Durante las dos últimas décadas, la

Organización de las Naciones Unidas se ha hecho promotora de numerosas iniciativas orientadas a comprender y solucionar los problemas planteados por el aumento creciente del número de personas que han entrado en la etapa de la ancianidad.

De estas iniciativas, una de las más laudables ha sido el Año internacional de las Personas Ancianas, celebrado en 1999, una ocasión eficaz para volver a llamar la atención de toda la humanidad sobre la necesidad de afrontar responsablemente el desafío de construir "una sociedad para todas las edades".

He expresado mi participación en dicho acontecimiento con una Carta dirigida a los ancianos, de los que me siento cercano no sólo por solicitud pastoral, sino también por compartir personalmente su condición.

Por otro lado, el Consejo Pontificio para los laicos ha publicado un documento titulado "La dignidad del anciano y su misión en la Iglesia y en el mundo". En esta ocasión, la Iglesia católica ha renovado la atención que siempre ha demostrado en favor de esta categoría de personas, promoviendo iniciativas propias y colaborando con las autoridades públicas y la sociedad civil.

Ahora os habéis reunido para una valoración de conjunto de la aplicación del Plan de Acción Internacional de 1982 y para delinear estrategias para el futuro. Al venir de todas partes del mundo, dais testimonio de que la cuestión del envejecimiento atañe a la humanidad entera y debe ser afrontada de una manera global y, más en particular, integrada en la compleja problemática del desarrollo.

En efecto, se está produciendo por doquier un cambio profundo de la estructura de la población, que lleva a replantearse los proyectos de sociedad y a discutir de nuevo no sólo su estructura económica, sino también la visión del ciclo vital y las relaciones entre generaciones. Se puede decir que una sociedad se muestra justa en la medida en que responde a las necesidades asistenciales de sus miembros y que su grado de civilización se mide por la protección prestada a los miembros más débiles del entramado social.

¿Cómo garantizar la duración de una sociedad que está envejeciendo, consolidando la seguridad social de las personas ancianas?

Para responder a esta cuestión es necesario no dejarse guiar principalmente por criterios económicos, sino inspirarse más bien en sólidos principios morales.

Hace falta, en primer lugar, que se considere al anciano en su dignidad de persona, dignidad que no merma con el pasar de los años y el deterioro de la salud física y psíquica. Es evidente que esta consideración positiva sólo puede encontrar terreno fecundo en una cultura capaz de superar los estereotipos sociales, que hacen consistir el valor de la persona en la juventud, la eficiencia, la vitalidad física y la plena salud. La experiencia dice que, cuando falta esta visión positiva, es fácil que se margine al anciano y se le relegue a una soledad comparable a una verdadera muerte social. Y la estima que el anciano tiene de sí mismo, ¿no depende acaso en buena parte de la atención que recibe en la familia y en la sociedad?

Para ser creíble y efectiva, la afirmación de la dignidad de la persona anciana está llamada a manifestarse en políticas orientadas a una distribución equitativa de los recursos, de modo que todos los ciudadanos, y también los ancianos, puedan beneficiarse de ellos.

Se trata de una tarea ardua y que sólo es realizable aplicando el principio de solidaridad, del intercambio entre las generaciones, de ayuda recíproca. Dicha solidaridad ha de llevarse a cabo no sólo en el ámbito de cada nación, sino también entre los pueblos, mediante un compromiso que lleve a tener en cuenta las profundas desigualdades económicas y sociales entre el norte y el sur del planeta. En efecto, la presión de la pobreza puede poner en entredicho muchos principios solidarios, causando víctimas en los sectores más frágiles de la población, entre ellos el de los ancianos.

Una ayuda para la solución de los problemas relacionados con el envejecimiento de la población proviene ciertamente de la inserción efectiva del anciano en el entramado social, utilizando la aportación de experiencia, conocimientos y sabiduría que él puede ofrecer. Los ancianos, en efecto, no deben ser considerados como un peso para la sociedad, sino como un recurso que puede contribuir a su bienestar. No sólo pueden dar testimonio de que hay aspectos de la vida, como los valores humanos y culturales, morales y sociales, que no se miden en términos económicos o funcionales, sino ofrecer también una aportación en el ámbito laboral y en el de la responsabilidad. Se trata, en fin, no sólo de hacer algo por los ancianos, sino de aceptar también a estas personas como colaboradores responsables, con modalidades que lo hagan realmente posible, como agentes de proyectos compartidos, bien en fase de programación, de diálogo o de actuación.

Hace falta también que tales políticas se complementen con programas formativos destinados a educar a las personas para la ancianidad durante toda su existencia, haciéndolas capaces de adaptarse a los cambios, cada vez más rápidos, en el modo de vida y de trabajo. Una formación centrada no sólo en el hacer, sino, y sobre todo en el ser, atenta a los valores que hacen apreciar la vida en todas sus fases y en la aceptación tanto de las posibilidades como de los límites que tiene la vida.

Aunque se deba considerar la ancianidad de manera positiva y con el propósito de desarrollar todas sus posibilidades, no se han de eludir ni ocultar las dificultades y el final inevitable de la vida humana. Si bien es cierto que, como dice la Biblia, las personas "todavía en la vejez producen fruto" (Sal 92,15), sigue siendo verdad que la tercera edad es una época de la vida en la que la persona es particularmente vulnerable, víctima de la fragilidad humana. Es muy frecuente que la aparición de enfermedades crónicas reduzca al anciano a la invalidez y recuerde, inevitablemente, el momento del final de la vida. En estos momentos particulares de sufrimiento y dependencia, las personas ancianas no sólo necesitan ser atendidas con los medios que ofrecen la ciencia y la técnica, sino también acompañadas con competencia y amor, para que no se sientan un peso inútil y, lo que es peor, lleguen a desear y solicitar la muerte.

Nuestra civilización tiene que asegurar a los ancianos una asistencia rica en humanidad e impregnada de valores auténticos. A este respecto, pueden tener un papel determinante el desarrollo de la medicina paliativa, la colaboración de los voluntarios, la implicación de las familias - que por ello han de ser ayudadas a afrontar su responsabilidad- y la humanización de las instituciones sociales y sanitarias que acogen a los ancianos. Un amplio campo en el que la Iglesia Católica, en particular, ha ofrecido –y sigue ofreciendo- una contribución relevante y permanente.

Reflexionar sobre la ancianidad significa por tanto tomar en consideración a la persona humana que, desde el nacimiento hasta su ocaso, es don de Dios, imagen y semejanza suya, y esforzarse para que cada momento de su existencia sea vivido con dignidad y plenitud.

Sobre Usted, Señor Presidente, y sobre todos los participantes en la II Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento, invoco la protección del Dios de la vida.

Juan Pablo II

Vaticano, 3 de abril de 2002

Volver al Indice del número 10 de Tiempo

PsicoMundo - La red psi en Internet