Estudio de
la representación social de la vejez
en la comunidad gitana marplatense
Alicia Monchietti
Paula
Pioletti
ppioletti@hotmail.com
Resumen.
El objetivo de este trabajo es presentar el estudio de investigación en curso, acerca de la representación social de la vejez en un grupo de gitanos asentados en la ciudad de Mar del Plata, y su comparación con la representación social de la vejez que comparte un grupo de personas no gitanas radicadas en la misma ciudad.
El marco teórico que guía éste estudio es la teoría de las representaciones sociales de Moscovici, S. (1961). Creemos que la representación social acerca de la vejez, es un aspecto determinante fundamental del fenómeno de envejecimiento; de allí, el interés por analizar aspectos de la cultura gitana en tanto producciones de una simbólica compartida en la cuál ubicar las significaciones atribuidas a la vejez.
El diseño de la investigación es cuali- cuantitativo. Se utiliza una muestra intencional no al azar, conformando dos grupos de treinta personas de dieciocho años en adelante; un grupo integrado por gitanos de ambos sexos, y el otro por no gitanos.
Se recogieron los datos por medio de: un cuestionario semiestructurado administrado en el curso de una entrevista focalizada individual, entrevista a informantes claves y observación directa.
En este trabajo adelantaremos algunos hallazgos efectuados a partir de la recolección e inicial interpretación de los datos.
Palabras claves: Representación Social- Vejez- Cultura Gitana.
El objetivo de este trabajo es presentar un proyecto de investigación en curso, acerca de la representación social de la vejez en un grupo de gitanos asentados en Mar del Plata, y su comparación con la representación social de la vejez que comparte un grupo de personas no gitanas pertenecientes a la misma ciudad. El mismo se inserta en el marco de los trabajos de investigación sobre aspectos psicosociales del envejecimiento, que viene desarrollando hace ya seis años el grupo de investigación "Temas de Psicología del Desarrollo" en la Universidad Nacional de Mar del Plata.1
Creemos que la representación social acerca de la vejez, es un aspecto determinante fundamental del fenómeno del envejecimiento. En este sentido, las representaciones sociales expresan y determinan, qué se entiende por vejez en una sociedad o en un grupo, cuáles son las características que se le atribuyen a una persona vieja, cuál es el lugar que esa sociedad le otorga, cómo es el vínculo de la sociedad y de la familia con el viejo, etc De allí, el interés por analizar aspectos de la cultura gitana en tanto producciones de una simbólica compartida en la cuál ubicar las significaciones atribuidas a la vejez. Al respecto dice Rodriguez, A (1994), "una de las dimensiones que afectan más decisivamente a la forma en que envejecemos y vivimos esa cada vez mas prolongada fase de nuestra vida es probablemente la construcción social de la noción de vejez". 2
El referente teórico utilizado es la teoría de las representaciones sociales. Por representación social se entiende, Moscovici, S (1961), "teorías de la ciencia colectiva sui generis, destinadas a interpretar y construir lo real. Lo que se percibe, se transforma y evoluciona para convertirse en un conocimiento que se utiliza en la vida cotidiana". Según Moscovici (1992) y Jodelet (1985)3, las representaciones sociales deben ser analizadas en relación con los procesos de la dinámica psíquica y de la dinámica social. En este último sentido, es preciso tener en cuenta el funcionamiento del sistema social, de los grupos y de las interacciones, en la medida en que éstos afectan la génesis, la estructura y la evolución de las representaciones.
Examinamos pues, si las diferencias en la estructura y organización social básica, genera diferencias en las representaciones sociales.4 Particularmente, nuestro estudio procura tener en cuenta los contenidos de las representaciones halladas pero también, su relación con ciertas prácticas sociales y su carácter procesual.5 En este caso el proceso de elaboración a que nos referimos es el social y no el cognitivo. En este aspecto, este enfoque es posible sólo si se focaliza el análisis en la naturaleza de las producciones simbólicas, de los significados, del lenguaje.
Según investigaciones realizadas sobre la representación social de la vejez, la representación que tengan de sí y el sentido que le asignen al envejecimiento las personas que envejecen, parece ser función, por lo menos en parte, de la representación social de la vejez. "Los ancianos hacen propias las definiciones relativas a la vejez que son parte del discurso social"6.
Métodos y técnicas.
El estudio comparativo se efectúa sobre una muestra in tencional no al azar, conformada por dos grupos de treinta personas. El grupo A, integrado por miembros de la comunidad gitana, quince no ancianos y quince ancianos de ambos sexos. Se toma como criterio diferencial para los subgrupos, la franja etaria entre dieciocho y sesenta años para uno, y de sesenta en adelante para el otro. El grupo B está integrado por treinta personas subdivididas de acuerdo al mismo criterio que A, pertenecientes a la comunidad marplatense.
Las técnicas de recolección empleadas consisten en un cuestionario semiestructurado administrado en el curso de una entrevista focalizada, entrevistas a informantes claves, y observación directa. Estas dos últimas, utilizadas para recavar información que provea un marco contextual significante, aportando relaciones de sentido a las producciones particularizadas de cada entrevistado y de cada grupo. El análisis de los datos obtenidos en el estudio es cuanti- cualitativo.
Aproximaciones a la representación social de la vejez que comparte la comunidad gitana marplatense.
Entre las particularidades de la cultura del grupo gitano, que motivaron el estudio de la representación social de la vejez en ella, se encuentra su forma de organización social, semejante a formas de organización de las comunidades tradicionales. Se estructura a partir de relaciones de parentesco, conformando linajes patriliniales, donde los individuos adquieren estatus social en base a dos ejes clasificatorios: sexo y grupo de edad. La distribución de los roles, es decir, el papel que cada individuo ejerce en la sociedad, viene definido por estos ejes.
La comunidad gitana en la Argentina, se encuentra dividida en diversas tribus (los Chucurestí, los Guzzos, los Chacales, los Boias, etc.), que determina las cualidades propias de cada grupo y la pertenencia a pequeños clanes familiares7. En el ámbito de Mar del Plata, los gitanos son identificados por el resto de la comunidad según los apellidos, siendo los más comunes Castillo, Demetrio y Miguel, que corresponden a grupos familiares extensos. A partir de estos primeros datos genéricos, podemos sostener que el individuo en la comunidad gitana, es aquello que le hace ser su pertenencia a tal o cual grupo, es decir, nadie le conoce ni le reconoce si no es, por su situación en el interior de un grupo que define su identidad.
Pareciera que la noción misma de individuo, eje central de las sociedades tecnologizadas y modernas, no existiera en la comunidad gitana. Según los gitanos, "ningún gitano lo es realmente, si no puede decir cuál es su grupo". Es así que el individuo bien situado dentro de su grupo familiar y social, encuentra mediante un fuerte sentimiento de pertenencia comunal, tanto los elementos de su identidad como el soporte de una solidaridad física, económica y psicológica. La solidaridad social brinda una seguridad social y psicológica.8 Dentro de esta organización social, el parámetro de la edad juega un papel primordial, explicándose en parte por el carácter ágrafo de la cultura, donde los códigos y pautas de comportamiento se transmiten oralmente. Si bien hay miembros que manejan la escritura, ésta se utiliza para funciones comerciales en los momentos de contacto con los no gitanos, no así, para la transmisión escrita de su cultura.
Pensamos que las características en la estructura social básica, impactan fuertemente en la construcción de las representaciones sociales en general, y de la vejez de dicho grupo étnico en particular, y por tanto son diferenciables de las generadas en el marco de las sociedades post- modernas.
En entrevistas preliminares que permitieron establecer un primer contacto con algunos miembros de la comunidad, pudo estimarse que el número de viejos es escaso. La esperanza de vida es de aproximadamente 50 años. Llegar a la vejez es aquí un signo de distinción y de una positiva experiencia de vida. Según las apreciaciones de una gitana de 28 años que aludía a la reducida cantidad de viejos en la comunidad, "no llegan muchos a viejos, porque los gitanos no son de hacer ejercicio físico, así como tampoco de ir demasiado al médico y sumado a la forma de alimentación que es de mucha carne, grasas, hay problemas de sobrepeso, y esto hace que una persona a los 40 años tenga un infarto por ejemplo. Mueren muchos por problemas cardíacos a una edad no muy grande". Esta gitana que constituyó un valioso informante clave acerca de la propia comunidad, dice "el viejo es una persona respetada y sabia, es el que conoce la historia de la familia y la comunidad, tiene la experiencia de las relaciones que la familia ha contraído con otros para los negocios, y tiene la función social de hacer justicia, es decir, decir la verdad acerca de algún problema de la comunidad".
Dice una gitana de 45 años, "si yo los cuidé (refiriéndose a sus hijos) ellos me van a cuidar cuando yo sea vieja". El gitano ha respetado a lo largo del tiempo, una serie de valores y comportamientos éticos que comparte con la comunidad, siendo entre otros:
- el respeto a la familia como institución suprema de la sociedad gitana;
- el cuidado de los hijos y de los ancianos que gozan de respeto y consideración máxima;
- el cumplimiento de las decisiones tomadas por los mayores cuando éstos las toman en cumplimiento de la Ley Gitana;
- el respeto a los mayores como sabios;
- la no desobediencia a las decisiones tomadas por la Junta Gitana o Kris, compuesta por los ancianos de la comunidad cuyas funciones son de índole judiciales y administrativas;
- tener honor, que significa el cumplimiento de la palabra dada y la fidelidad a la Ley Gitana.
Se pudo observar en las entrevistas, que las personas de edad no temen ser abandonadas por la familia. En todas las entrevistas realizadas, se observó que el viejo/a se encuentra compartiendo la vida cotidiana con los familiares cercanos, sus hijos, nueras, nietos, colaborando activamente en los quehaceres del diario vivir; es poco frecuente su exposición fuera de sus hogares; en ningún caso, se observó que algún viejo/a perteneciente a la comunidad gitana habitara en un hogar de ancianos. Esto se relaciona con una de las leyes gitanas que estipula que el hijo varón menor debe permanecer toda su vida con la familia de origen. Esto significa que al casarse, la nuera pasará a cuidar de los suegros, mientras su marido será el sostén económico principal de la familia. Cuando no hay hijos varones, es la hija menor la que debe ocuparse de sus padres pero, en este caso, ella no podrá casarse ya que el matrimonio significa la asunción de ciertos roles y fundamentalmente el pasaje de pertenencia de la familia de origen, a la familia del marido. Al no poder abandonar nunca el hogar primero, esta hija menor está imposibilitada de contraer matrimonio. Es así que, por mandato cultural y por la asunción y legitimación del mismo, no se produce el abandono de los viejos.
En los casos en que la vejez se entrelaza con enfermedad mental, el viejo pierde independencia y poder; " mientras se mueva y razone se lo escucha y tiene importancia, pero cuando sus funciones mentales disminuyen, ya no tiene opiniones sobre la familia, se lo mantiene y cuida pero pierde consideración social", dice un gitano de 50 años. Y continúa: "el viejo lleva la sabiduría con respecto a la forma de homenajear al muerto y sobre los ritos a los difuntos, además de representar el vínculo fundamental con ellos"; ésta constituye una función muy importante del viejo, y sobre todo si se tiene en cuenta que, para los gitanos, sus muertos son lo más sagrado, "insultar la memoria de los suyos es un pecado frente a Dios y ante quien murió".
Con respecto a la función social que les otorga la comunidad, un miembro gitano de 31 años expresa "un hombre de 50 años para arriba tiene mucha influencia. Cuando hay un problema entre gitanos, los mayores opinan, son como abogados, policías, jueces, eso son los viejos para nosotros. Los jóvenes escuchamos y aprendemos. Sabemos que los gitanos mayores van a hacer las cosas bien, hacen que las dos partes se queden conformes y entonces no hay rencores". En la Kris o Consejo de Ancianos, a la que pueden asistir todos los miembros masculinos adultos de la comunidad, sólo se escucha a los más respetables. Esta respetabilidad la otorga el hecho "de tener dinero, una linda casa, hijos bien educados"; la respetabilidad de una persona mayor está garantizada por una historia de vida en la que se ha podido dar pruebas de una relación satisfactoria con el medio, que permite gozar de una prosperidad económica y una buena interacción social gracias al desarrollo de la "negociación". Al respecto una gitana de 48 años, comenta: "son como tribunales: son pícaros e inteligentes. El otro día hubo un problema por fuga y mi marido habló ante los viejos, habló tan bien que los dejó a todos callados... (luego entre risas) parece que ya se está poniendo viejo...."
Si bien no se los abandona, la presente investigación intenta indagar cuáles son los significados compartidos acerca de la vejez y cuál es la valoración social que el viejo tiene en dicha comunidad en la actualidad, particularmente en el asentamiento marplatense. Entre varios interrogantes se plantea, cuáles son los efectos singulares, que la vinculación con el entorno social y cultural marplatense, provoca en las tradiciones y costumbres del asentamiento gitano en particular respecto al grupo de mayor edad.
Se tiene la convicción de que los resultados de esta investigación pueden producir aportes al conocimiento de la representación social de la vejez y su variabilidad histórica- cultural; y una apertura a un campo de estudio básicamente inexplorado, como lo es el acercamiento a la cultura del asentamiento gitano en esta ciudad.
Actualmente, la Sociedad Americana de Geriatría está adoptando una perspectiva etnogerontológica, reconociendo que "la atención en salud para ser eficaz, requiere el conocimiento de los antecedentes culturales de los ancianos minoritarios, las implicaciones clínicas del biculturalismo y la etnicidad, promoviendo que la educación y la información pública se dirijan hacia las preocupaciones y necesidades de las personas ancianas y sus familias". 9 La presente investigación aboga por esta línea de pensamiento.
Referencias Bibliográficas
1 Grupo de Investigación, "Temas de Psicología del Desarrollo", Dr. Lic. Alicia Monchietti, Universidad Nacional de Mar del Plata.
2 Rodriguez, A, 1994 en "Envejecimiento y Psicología de la salud", José Brendia, Siglo XXI, España Editores S.A.
3 Jodelet, D, "La representación social: fenómenos, conceptos y teoría". En S, Moscovici, "Psicología Social: pensamiento y vida social", Barcelona, París.
4 Levin, Miri- Rozalis, 2000, "Social Representations as Emerging from Social Structure: The case of the Ethiopian Inmigrants to Israel", Papers on Social Representations, Vol 9.
5 Banchis, M, 2000"Aproximaciones procesuales y estructurales al estudio de las representaciones sociales". Papers on Social Representations, Vol 9.
6 Monchietti, A, compiladora, 2000, "Cómo vemos a los viejos, cómo se ven ellos mismos", Ed. UNMP.
7 Migueli, Perla, " Vida y costumbres de los Gitanos de la República Argentina", Fundación Osvaldo M. Zarini, 1991, pág. 25.
8 Jean- Pierre, Liègeois, 1998, "Minoría y Escolaridad: el paradigma gitano", Ed. Presencia Gitana, España.
9 Curiel, H- Miles, T- Mouton, C, "Etnogerontología. La posición de la sociedad Americana de Geriatría sobre etnogeriatría", www.icfes.gov.co/revistas/comedia/Vol29Nº4/etnogerontologia.