Se expresan los adultos
mayores
La Otra
Colola *
Ayer fue un glorioso día de sol, venía por la cuadra de mi casa y de pronto sentí algo raro que me llevó a volver la cabeza, entonces vi, caminando a mi lado alguien casi idéntica a mí, la misma ropa, iguales los zapatos y el mismo peinado y color de mi cabello.
Entre a mi casa rápido, me hice un café doble bien cargado y dejando pasar instantes eché una mirada, mi socias ya no estaba, ya me había dejado en libertad... o así lo creí, pero esa noche cuando bajaba la escalera para mirar un rato de televisión en familia, contándoles pequeñas cosas, contingencias de mi trabajo, soportando sus bromas como siempre y haciendo frente a la urgencia compartida: ¿ Mamá cuando comemos? ¿ que harás? te acuerdas de lo prometido?...¡ de nuevo ella!.
Me quedé como petrificada en el último escalón, hice ruido con la silla que estaba en mi camino, ... pero ellos no me vieron, yo no estaba, no pertenecía a su mundo. Hablé, grité, pero fue en vano, todos rodeaban a la otra y ella ufana, ya en la cocina sacaba sartenes, ingredientes, el bols enlozado, preparando ante la mirada arrobada de mi marido, mi consabida tortilla de papas; ¡ era el colmo! la hacía como yo, con mis tiempos y mis tácticas ...enmudecí, me acerqué y la interpelé al vilo: ¿ porque me suplantas? ¿ que hice para merecerlo?
Entonces me miraste largamente, con mezcla de ternura y enojo, pusiste tu mano en mí hombro abatido y respondiste con sabias palabras: te dejaste arrastrar por la rutina y no te lo perdonaran mientras lo sientan así. Aún estás a tiempo, sólo soy tu otra mitad, la que nunca
envejece, la que nunca pierde. Vuelve y empecemos que nuevo esta noche, pongamos magia, además de amor, únete a mi ahora que todavía es tiempo, ¡ me lo agradecerás!
Nunca olvidaré aquel día en que volví a mi vieja senda abandonada. ¡Nunca más!
María Cornelia Méndez Casariego.
Programa de Educación Permanente para Adultos Mayores.
La Plata. Argentina.