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Se expresan los adultos mayores

Algunas reflexiones sobre el envejecer

Marcos Katz
mkatz@netverk.com.ar

En primer lugar, considero que no puedo generalizar cuando se toca este tema, si bien entre los adultos mayores tenemos muchas característica que nos son comunes, también considero que tenemos grandes diferencias entre una persona y otra, y que hay que tener en cuenta una gama muy grande de situaciones, podría ejemplificar que no es lo mismo una persona que vive en una ciudad, en un pueblo, o directamente en el campo; lo mismo ocurre, cuando se está rodeado de una familia, dentro de la cual, pueden o no haber hijos, nietos, etc., o en soledad; cuando se tiene una buena posición económica o se vive en la pobreza; cuando es una persona enferma crónica con muchas limitaciones, o cuando se tiene esporádicamente alguna enfermedad de fácil o rápida curación, y así podría dar mas ejemplos, lo mismo cabe si es varón o mujer, pues, sin discriminar, considero que tanto uno como el otro, en algunos aspectos, aparte del físico, son diferentes, y doy un solo ejemplo, la mujer, cuando vive sola, trata de ser mucho más sociable, y basta con verlas en confiterías, cines, teatros, y hasta en el mismísimo PEPAM, son mayoría por encima de las estadísticas del promedio de vida.

Por lo tanto, esta opinión la vertiré sobre mi propia experiencia. Poco tiempo transcurrió desde que dejé de trabajar, luego de haberme jubilado, hasta que me organicé en la distribución de mi tiempo, y sin entrar en detalles, y trasladándolo a una esquema, lo puedo sintetizar de la siguiente manera, clasificándolos en cuatro áreas fundamentales: PERSONAL, FAMILIAR, SOCIAL Y POLITICO.

PERSONAL: Con respecto a la salud, le presto más atención, y así como tuve necesidad de efectuarme algunas intervenciones quirúrgicas por situaciones puntuales que me surgieron, también con controles periódicos, me atiendo de algunos problemas menores, los cuales estoy superando, agregando a ello que tomé como metodología caminar casi todos los días cerca de una hora, y cuidándome con la comida para bajar algunos kilos. Me siento bien. También me permite llevar a cabo algunas inquietudes que siempre tuve, entre ellas leer libros, que tenía abandonado, y habiendo conocido la existencia de los talleres en el PEPAM, hasta ahora participé en los de Historia, Reminiscencia y Memoria, y actualmente concurro al de Computación por segundo año, los cuales me resultaron y resultan sumamente gratificantes. Desde el punto de vista laboral, efectúo algunas tareas remuneradas consistente en el pago de Impuestos y Servicios, para terceros, manejo los horarios libremente.

FAMILIAR: Acá es donde posiblemente se haya producido el mayor cambio desde que dejé el trabajo. En estos últimos años trabajé, alrededor de 12 a 13 horas diarias con gran tensión, quedando agotado al final de cada jornada, tanto física como mentalmente, comprobando en los últimos tiempos, me estaba modificando el carácter, actuando de manera irritativa la mayoría del tiempo, trasladándolo, sin proponérmelo, a mis seres queridos. A instancia de mis hijos, y aún con el sacrificio económico que ello significó, resigné el trabajo, estando realmente satisfecho por la medida tomada.

Con más tiempo disponible, con mi esposa y compañera, con la cual llevamos 43 años de casados, aparte de lo que podría llamar la rutina de vida, se ha intensificado una convivencia afectiva, juego de palabras, conversación con la mirada, cuando no también de contacto físico, hasta de silencios nunca fastidiosos, tratamos de estar juntos el mayor tiempo posible, a veces alguna discrepancia pasajera, etc todo cual resulta sumamente agradable

Con los hijos, dos en La Plata y una en Neuquén, tengo muy buena vinculación, por un lado el aspecto afectivo, y por el otro, la predisposición a colaborar a quien lo necesite, manteniendo unido al grupo familiar, y en cordiales relaciones. Esto está un poco opacado como consecuencia de la separación matrimonial de una de ellas hace poco tiempo. Tengo que adaptarme a estas situaciones no deseadas, que no están en mí poder modificarlas.

Mi relación con las nietas que viven en esta ciudad, cinco niñas que van de los 2 a los 13 años, se ha enriquecido, estoy disponible cuando mis hijos por horarios laborales no los pueden atender, entonces allí estoy para acompañarlas, ya sea sirviéndoles la comida que les gusta mimándolas, por supuesto mirando la TV, a veces dándoles materiales para jugar dibujando, o compartiendo algún juego de salón, aclarándoles dudas al hacer las tareas escolares, o simplemente conversando o contando anécdotas o experiencias vividas que les puede resultar interesantes(cuando las aburro, con disimulo me lo dan a entender), además a algunas las llevo y a otras paso a buscar a la salida de la escuela, jardín o guardería, o campo de deportes.

Toda esta convivencia me permitió "redescubrir" a mis nietas, pues en el contacto casi diario, cosa que no ocurría antes, pude ir conociendo más profundamente las características de cada una de ellas, lo que me llena de emoción, es una experiencia invalorable Con respecto a mis dos nietos neuquinos, si bien es más espaciada la relación, dos o tres veces por año, cuando se producen, sentimos la alegría de compartir momentos juntos, le enseñé a jugar al ajedrez, y lo practicamos en algunas oportunidades, como también les gusta que les enseñe problemas de matemáticas.

Marcos Katz

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