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Se expresan los adultos mayores

De Jacinto Arauz, un pequeño pueblo de La Pampa
a Internet un inmenso espacio para todos

Ni el tiempo ni la distancia provocaron el olvido. *

Sra Irma Rodríguez . ( Jacinto Arauz) La Pampa. Argentina.

1940: La Escuela N· 33 de Jacinto Arauz ( La Pampa) recibe a un grupo de niños en 1er grado, que como hace 33 años ese establecimiento educacional forja día a día el alma de esta nuestra joven nación. Allí encontramos maestras pacientes y bondadosas que nos estimularon en el esfuerzo, afianzando conocimientos, atesorando enseñanzas, que luego fructificaron el pensamiento y cultivaron ideales. Este manojo de pequeños cursamos así, los 7 grados primarios. Años de labor continua hermanados niños y maestras por un mismo ideal, hicieron surgir una corriente de afectuosos sentimientos que mucho nos unió, pero el tiempo pasó y llegó la despedida y con toda la carga de emoción que invadía nuestros corazones; ese grupo 6to grado (1946) debimos buscar nuevos caminos y estrellas que nos orienten y así nos separamos. Recorrimos distintas sendas, tanto en las situaciones brillantes, como en la recatada humildad de los medios aparentemente incoloros, pero llenos de estimulantes posibilidades de bien. Muchos quedamos en nuestro pueblo natal, otros buscaron nuevos horizontes, nuevos destinos.

Pero los recuerdos de esa infancia, no dejaron de enternecernos y los guardamos en el corazón. ¿Cómo olvidar nuestra escuela? , las aulas, el patio cubierto, los recreos, las clases de nuestras maestras, las láminas de cartón, los dibujos que pasaban a nuestros cuadernos mediante la pasta hectográfica que ellas preparaban, esos tinteros colocados en el hueco del banco, que con su derrame nos provocaban tantos manchones, los inconvenientes que nos ocasionaban las plumas cucharitas de las lapiceras , cuando se torcían o se rompían...las horas de música, las actividades realizadas en horario de la Srta. Pepa, las prácticas y exhibiciones de gimnasia, realizadas por la maestra del mismo grado.

1946

1996 - 50 años despues

Los pic-nic auspiciados por la Cooperadora Escolar en el bajo Bonjour; las fiestas escolares, con representaciones y bailes donde lucíamos hermosos trajes regionales y de fantasías, hechos por nuestras madres, muchas veces de papel crepé y cómo olvidar el 21 de setiembre, que los docentes y el Sr. director ( ellos con guardapolvos) nos llevaban a pasar el día al monte de Penna, paseo que esperábamos con grandes expectativas; el día antes debíamos llevar la comida a casa de la maestra , la que ordenaba con prolijidad en canastas. Al día siguiente muy temprano, comenzábamos la excursión en camiones ¡ que regocijo!, gastábamos la garganta cantando, sacudíamos la tranquilidad pueblerina con la alegría de esa infancia feliz. Al llegar a ese hermoso lugar del monte, iniciábamos largas caminatas bajando y subiendo barrancos y refrescando los pies en el agua del rumoroso arroyito que corría vertiginoso por allí. Haciendo grandes rondas, comíamos sentados en el suelo, o en los troncos y raíces de esos frondosos caldenes, algarrobos, chañares, piquillines, alpatacos y otros muchos, que silenciosos compartían nuestra felicidad.

Recordamos los actos patrióticos que se llevaban a cabo en la plaza, que era entonces con caminitos de tierra y que para esas fechas estaban completamente congelados por las bajas temperaturas del crudo invierno. Y como creímos que estos relatos y muchos más que estaban presentes en nosotros, no habían sido olvidados por nuestros compañeros de la escuela primaria, aún ausentes y algunos muy lejos del pueblo natal, e imaginando que las raíces y el recuerdo del terruño invaden el corazón, el grupo de esa promoción que aquí vivimos, nos reunimos y allí surgió la idea del reencuentro, luego de pasados 50 años.

A pesar de que en estos pueblos nos vemos casi cotidianamente, fue con gran

emoción y alegría, que reunidas en casa de Edith Rostan, comenzamos a dar rienda suelta a todas las vivencias de nuestra niñez. ¡ con cuanto cariño recordamos a nuestras maestras!...Y como ya había pasado medio siglo... también para nuestros ojos, debimos recurrir a la lupa para mirar pequeñas fotografías en blanco y negro y poder identificarnos. Añoramos las ausencias, ya algunos habían partido y para dar con los que estaban lejos de aquí, recurrimos a familiares, amigos y así siguiendo pistas, fuimos localizando a todos. Cada día de reuni ón, era una nueva emoción. Cartas de por medio, llamadas telefónicas sirvieron para comprobar que este grupo, a pesar del tiempo transcurrido, no estaba olvidado. Continuaron las charlas y creímos importante relacionar nuestro encuentro, con la fiesta de fin de año de la escuela que tiene por finalidad despedir una nueva promoción. Hablamos con la Sra. directora actual, Sra. Landa de Klein y le propusimos nuestra presencia en dicho acto., lo que aceptó con gran beneplácito. La fecha dispuesta era el 7 de diciembre.

Y así llegó el día clave. Ya recorrían las calles de Jacinto Arauz, nuestros queridos amigos provenientes de Bahía Blanca, Villa Iris, La Plata, Buenos Aires, Punta Alta, Mar del Plata.

Y a las 19 hs con el corazón henchido de alegría y emoción, vimos realizado nuestro sueño: est ábamos juntos en la Escuela N·33! para compartir la magia de las Bodas de Oro, la seducción incontenible de ese segundo hogar que nos pertenece.

Aquí la tristeza, no encontramos a la maestra que guardaba en sus labios y en sus gestos, la sabiduría del amor que se agigantaba al compartirla, pero reconocimos que la teníamos presente en el corazón. Difícil es encontrar las palabras justas, para describir ese momento del reencuentro, lágrimas corriendo por nuestros rostros, fuertes abrazos, sollozos reprimidos y cómo disimular la euforia, si los niños que habían dejado 6to grado con 12 años y buscando nuevos horizontes, ahora tenían 62...¡ Cuánto agua pasó en ese período por el puente de la vida!...

Descubrimos aquí una placa recordatoria de estas cinco décadas que no olvidamos, escuchando las conceptuosas palabras de Anita Stassi. A continuación nos trasladamos al salón donde se realizaría el Acto Académico. Estaba ya totalmente colmado, primero entraron los alumnos de 7mo grado promocionados y a continuación lo hicimos nosotros. Teníamos ya los asientos asignados.

¡ Con qué emoción entonamos el Himno Nacional!

Luego oímos las sentidas palabras de la Sra. Directora que despedía a los alumnos que dejaban el último grado primario y daba la bienvenida a nuestra promoción, que retornaba con grandes añoranzas, para repetir la emoción de aquel lejano acto. En la última parte, dos compañeras, maestras ya jubiladas, Alicia Tubio e Irma Rodríguez, avanzaron al frente, llevando los registros de 6to grado de 1946, firmados por las maestras Sra. Josefa Miguel de Tubio por el turno mañana y Srta. Dionisia Santa Coloma por el turno tarde y por los directivos, Sr. Tomás Elissetche y Armando Alaggio. Pasaron lista, a la que respondíamos ¡Presente! Con caricias de recuerdo y suavidad de amor recogimos con mucho agradecimiento el clavel que nos brindaban. La flor que pertenecía a los que ya no podían acompañarnos, fuero n entregadas a sus familiares.

Pasado este momento, Edith Rostán, ex alumna de la escuela e incluida en esta promoción, dirigió la palabra, expresando con temblorosa voz, dominada por el entrañable significado de esta fiesta, el agradecimiento a los que nos acompañaban y a los que habían hecho posible que este grupo de amigos, pudiera compartir, luego de 50 años, ese feliz día de conmemoración.

Terminamos compartiendo el canto de la marcha de la Escuela N·33. sin poder ocultar otra vez las lágrimas contenidas.

Ya llegada la noche, participamos en un restaurante de la localidad, de la cena de la amistad y del reencuentro. Con la música y letra del tango "Volver", entramos al local.

La mesa estaba preparada con el mayor cariño, con muchas flores que demostraban con su belleza, todo el amor que habíamos puesto, para recibir a nuestros queridos amigos.

No faltó la Torta del Aniversario de las Bodas de Oro ni los souvenir ni la filmación ni las fotos .

Conversamos sin ningún protocolo, solo fueron recuerdos, anécdotas, volver a encontrarnos con los libritos y pergaminos de fin de año, con las firmas y dedicatorias, amagos de discursos, todo invadido por la emoción y tibios matices de nostalgia. Otra sorpresa: se leyó un mensaje de cariño y salutación que mandara en el día de la fecha y desde el avión una compañera que se encontraba viajando a España, no podía Ignacia Goyena dejar de compartir con tristeza, por no haberlo hecho personalmente, este día que sin duda será inolvidable para todos.

Al día siguiente, asistimos a una misa, para pedir por el eterno descanso de nuestros compañeros y maestras fallecidas y agradecer a Dios este feliz reencuentro.

Y como la vida continúa, ahora, con gran melancolía revivimos este sueño hecho realidad, mirando fotografías, emocionándonos con el video de la filmación, contemplando souvenir y volviendo a traer a nuestra memoria, todo aquello que quedó tan grabado en nuestro corazón.

El tiempo, el amor, los recuerdos, la tecnologia...amalgamados en la vida y en las fotos que la reflejan.

Encuentro de los egresados de 1946 de la Escuela primaria N·33 de Jacinto Arauz. La Pampa, al cumplir los 50 años. Las fotos marcadas por el tiempo.

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