Se expresan los adultos mayores

Qué experiencia !

Mimí Katz
mkatz@netverk.com.ar

(63 años. Alumna del PEPAM)

Estudiar.....dicha palabra está siempre relacionada con la niñez, la adolescencia, o la juventud, pero no se imagina al adulto estudiando. Esto se da en casos muy excepcionales.Yo como todos, no estaba al margen de esa idea.

Pero he aquí que por medio del PEPAM del cual soy integrante desde hace 5 años comprobé, entre muchas otras cosas, que se puede estudiar y aprender a pesar de tener 60 años.

Que nuestras neuronas y la memoria aún están en funcionamiento y lo único que necesitan es un poco de ejercitación y usarlas en el buen término de la palabra.

Así experimenté en los distintos Talleres al que concurrí, a prestar la suficiente atención y exitosamente comprender lo que me decían.

Aprendí mucho , logré superar desafíos , todo lo hice con placer, sin apuros y con la alegría y la contención de profesores y compañeros.

Así fue que comencé a pensar qué asignaturas tenia pendientes.

Enseguida surgió COMPUTACION , me preguntaba : lo lograré ? Si lo logré.

Y así gracias al esfuerzo de la profesora lo aprendí , como así también mis compañeros.

Me incorporé al idioma informático ,logré una nueva comunicación con mis hijos, nietos, familiares y amistades. Comparto con mis nietos largas horas de navegación por Internet, algo increíble y maravilloso.

Además gracias a este espacio cibernético logré una comunicación con mis primos hermanos esparcidos en distintos países, formamos una red de comunicación con 12 de ellos y sus familiares, donde con algunos, hacía aproximadamente 10 o 15 años que no sabíamos nada uno del otro. Es así que desde el mes de setiembre /99 nos escribimos casi diariamente entre todos contando nuestras actividades, y porque no, algunas reminiscencias que aún perduran en nuestra mente, y comenzamos a sentirnos cerca de los que estaban lejos.

Para despedir el año 1999 los que vivimos en Argentina nos reunimos y cada uno llevó su bagaje de fotos y anécdotas. Fue muy lindo ver y recordar momentos vividos, reflejados en fotos y recuerdos que salían como de una galera. Vivir esta experiencia fue algo inédito, indescriptible, es algo que siento como propio y que quiero compartir con muchos amigos cibernéticos de esta Revista Tiempo, y expresar nuevamente que no es malo recordar y que aún se puede aprender.