Volver a la página principal
Se expresan los adultos mayores

La violencia en el cine

Donato Orlando D'Agostino
ddagos@fibertel.com.ar

En un mundo donde no sólo vivimos, sino que también convivimos, la violencia se ha convertido en un casi modus vivendis. Más aún, que parecería ser el adjetivo: la sociedad violenta, e incluso el sustantivo: la violencia social, aspectos de una sociedad que, si bien nos muestra permanentes progresos en áreas que parecían inaccesibles, irónicamente, en otros aspectos (principios éticos y morales), observamos grietas que ponen al descubierto conductas que algunos catalogan como exponentes de contracultura. Cabría preguntar ¿cuál sería él o los factores desencadenantes de la violencia? Inmediatamente pensamos en un sin fin de posibles respuestas, pero en este espacio, trataremos selectivamente la especial mirada, desde las cámaras, de esta condición humana, no tan "humana",  que es la violencia.

Considerar que el cine es quien hace que la violencia desde la pantalla genere en la sociedad ese  malestar sería algo inadmisible, por lo que lo descartamos automáticamente.  Casi lo mismo podríamos decir al hacer mención de que las sociedades violentas generan películas violentas. El Prof. Dr. Fernando de Felipe, al referirse a la violencia como género cinematográfico, lo hace en los siguientes términos: "El tratamiento fílmico de la violencia debe ser considerado en sí mismo como un problema estético de primer orden". " Además de poner en cuestión  la oscura naturaleza del cinematógrafo, el tema de la violencia en el cine contemporáneo, de su irreversible inflación, ayuda a clarificar los límites de su propia condición espectacular (condición que, a lo largo de más de un siglo de historia, ha resultado tan variada en su fondo como permeable en sus formas)"." De Scorsese a Jackson, de Coppola a Kitano, de Haneke a Eastwood, de Linch a Cronenberg, son muchos los cineastas actuales que han hecho del tratamiento de la violencia un discurso propio, intransferible, irrenunciable, una suerte de subgénero fílmico que puede ser abordado indistintamente de forma realista (dramática), hiperbólica (paródica) o, sencillamente, gratuita (bizarra)". "Variación contemporánea de la catarsis, esta nueva economía de las imágenes violentas en el cine contemporáneo es el principal objeto de debate entre los especialistas que las atacan considerándolas un mal ejemplo (susceptible de ser seguido por algunos espectadores definitivamente aclimatados a ella),  y los que la defienden como efectiva protección contra los propios fantasmas del alma humana (definitivamente sublimados a través  de la virtualidad catártica de su representación)". 

Desde sus orígenes, el cine a mostrado diferentes manifestaciones de conductas violentas. Cada país a tratado de mostrar hasta dónde se podía llegar recurriendo a las mismas. Simplemente, una mirada retrospectiva, confirmaría lo que pensamos. Lo interesante de todo esto es cómo esta percepción, mediante la imagen y el sonido, fue adueñándose del gusto del público que, desde la simple diversión, se convirtió para algunos en una necesidad.

Tomemos como ejemplo a la generación del 30. La misma, comenzó a familiarizarse con este vocablo a partir de  los western. El cine de terror, es otro exponente de lo que decimos;  el duelo entre las pandillas mafiosas también  aportaron su cuota de violencia la que lentamente pasó a formar parte de nuestro hábito de cinéfilos. En este aspecto el cine negro, el cual merecería un capítulo aparte, se constituyó en un referente muy válido; el cine de corte político, mostró un rostro ignorado por muchos de cómo se manejaba los entretelones del poder; luego el  "juego de la guerra" conmovió y estremeció a los espectadores despertando los sentimientos más diversos. El cine bélico  también fue hábilmente utilizado como medio propagandístico.  Cuando ya la violencia parecía haber cumplido su ciclo llega  el cine de ciencia-ficción donde la tecnología de última generación asombraría mediante la utilización de una .violencia más sofisticada.

Lo comentado, lamentablemente, marca una tendencia en el cine mundial y cada país ha mostrado y lo sigue haciendo, según los códigos de su propia cultura y filosofía de vida, cómo se puede manejar el "concepto" de violencia...

Todo lo expuesto demuestra que el recorrido de la violencia no ha concluido.

Quizá el mundo se ha transformado en un gran CIRCO ROMANO, donde el ver matar se ha vuelto  algo muy redituable para la industria que ya no considera al cine como el Séptimo Arte, sin embargo todavía hay quienes siguen pensando que el cine es un arte, y aquellos que hacen posible este milagro, mediante sus ideas y sus capitales, permiten que el buen cine siga vigente y no pierda el lugar que se ha ganado en el beneplácito del público exigente. 

La Plata 11 de marzo de 2005

Volver al Indice del número 3 de Tiempo

PsicoMundo - La red psi en Internet