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El adulto mayor
Monografía presentada a los seminarios de psicogerongología

Emma Rosa Vargas Daza

Socialmente "ser viejo" significa etapa de pérdidas y duelos, con sentimientos de desapego y falta de identidad de rol. Esta sensación de pérdida está ligada a una serie de elementos del micro y macro ambiente que rodean al individuo.

La actividad remunerada es uno de ellos. Dentro de las sociedades industrializadas y de consumo, tener poder adquisitivo, le brinda al ser humano la oportunidad de acceder a servicios públicos y privados que le permiten vivir, o sobrevivir sin ser una carga económica y social, le infiere identidad y aceptación en el grupo social al que pertenece, le permiten interactuar con sus demás congéneres, además de trascender socialmente al formar su propia familia, por lo perder o disminuir la capacidad de adquisición horroriza a cualquiera.

La ONU menciona que este fenómeno de desempleo, en países subdesarrollados, golpea fuertemente a los adultos mayores quienes ocupan pocos empleos en el sector económico, al tener que competir con los más jóvenes. En Querétaro los grupos que más participan en la producción son los de 35 a 44 años disminuyendo su participación activa los siguientes grupos de edad.

Para el grupo de jubilados con escasa remuneración la jubilación es sinónimo de pérdidas que lo sumergen en una cadena de conflictos personales y familiares.

Las pérdidas a cualquier nivel de la vida en el anciano son enfrentados de diferente manera de acuerdo al género y nivel de adaptación, así, las mujeres acostumbradas a combinar sus trabajos fuera de casa con los actividades del hogar, se encuentran más dispuestas al cambio, sin embargo los hombres, que generalmente desarrollaron sus actividades fuera de casa, tiene que esforzarse doblemente para adaptarse a su nueva situación, cuestión nada fácil si se piensa que valores culturales determinan el papel social de acuerdo al género. Tal vez un cambio en la legislación laboral sobre la edad de jubilación permitiría no solo que el adulto mayor continuara en la actividad productiva si así lo deseara, sin embargo, ahora la pregunta obligada sería ¿si realmente se logra que la persona continúe laborando hasta los 70 años o más, ¿qué pasará con las generaciones que le preceden?, ¿los empleos serán equivalentes al número de demandantes laborales? ¿se tendrían que buscar otras estrategias aparte de aumentar los años para la jubilación?.

Los dejo con esa reflexión

Es justo reconocer que en cada momento histórico de desarrollo económico las necesidades se transforman. A través de un análisis retrospectivo nos daremos cuenta que de acuerdo a los medios de producción el material humano se vuelve prescindible o no. Ilustremos esto con la poca esperanza de vida de las generaciones que vivieron episodios histórico sociales como la Independencia de México, la Revolución Mexicana, -esta situación de pérdida, exhortaba a que la familia fuera numerosa porque además existían problemas de salud pública que cobran la vida de muchos pequeños que no lograban sobrevivir ni a los cinco años, y los que lograban sobrevivir dentro de una familia de escasos recursos, apoyaban con su fuerza de trabajo. De repente y sin darse cuenta viven ya se encuentran inmersos en un desarrollo tecnológico Industrial que empieza a suplir la mano de obra de muchos obreros emigrantes del campo porque ya no les redituaba, la industrialización implanta un nuevo estilo de vida y de trabajo, aunque las jornadas de trabajo eran agotadoras para hombres, mujeres y niños muchos lograron sobrevivir, además las condiciones de salud publica son mejoradas y se crean Instituciones de salud como el IMSS, e ISSSTE para la atención de la clase trabajadora y Salubridad para la población en general, lo que garantiza empleados y obreros en mejores condiciones para el desarrollo laboral, la población empieza crecer pero no así el número de empleos, se oferta la mano de obra cuyo lema "productividad" deja de lado actualmente a los adultos maduros (A partir de los 40 años es más difícil que te empleen) y sobre todo a los adultos mayores, pero cosa curiosa de acuerdo con informes de la Canaco en Querétaro las poblaciones jóvenes (12-15 años) también están sin empleo, lo que nos hace pensar en un muy limitado número de empleos. El crecimiento de la población de adultos mayores ha pasado de 4 millones y más en 1995 a 6.9 millones en el 2000 de acuerdo a datos del INEGI. Además las campañas de "salud" aluden a la población hacia una familia con menos integrantes con slogan como estos: "la familia pequeña vive mejor", "tener menos hijos para darles más", campañas reforzadas, con los métodos de planificación familiar, los altos costos de la vida, la estructura física de las casas, y hasta de los coches que actualmente son más compactos. En México la proporción de menores de 15 años disminuyó de 38.5% en 1990 a 34.1% en el 2000.

Hechos que refuerzan la falacia de que el anciano ya no "cabe" en ningún lado si no es "productivo" económicamente o no apoya a la familia "al menos " con el cuidado de los más pequeños para sentirse con derecho a que lo "mantengan y/o protejan". La dinámica y estructura familiar se esta transformando gracias a la transición demográfica y epidemiológica, por lo que el adulto mayor se encuentra conviviendo con los hijos y con los miembros más jóvenes (relación trigeneracional) y enfrentándose a diferentes valores, creándose una brecha generacional entre padre-hijo, abuelo-nieto, que le dificulta la integración todavía más a sus diferentes esferas de desarrollo

Emma Rosa Vargas Daza. Lic. Enfermera. Aspirante a la Maestría en Gerontología Social y Aplicada (MGS. email

dasae@terra

.com.mx Técnica en Investigación en la Unidad de Investigación Epidemiológica y en Sistemas de Salud. Delegación Querétaro. uiessqimss@terra.com.mx.

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