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Historias que hacen Historia

Un Don Juan de 105 años

Dra. Sonia Blasco
gmguerst@criba.edu.ar

Para mí, el domingo es una fiesta. Desayuno, miles de minutos y el sabor de las tostadas que se mezcla con el del té y los suplementos literarios de varios diarios del día. Esta mañana, un bocado exquisito es la entrevista que Daniel Link le realiza al poeta Juan Filloy en el suplemento Radar de "Página 12" ( 7 de marzo 1999).

Juan Filloy es cordobés, está acostumbrado al té de las cinco, al paso de los años y también al de los siglos. Nació en 1894 y le gusta decir que será el único escritor que ha vivido en tres siglos.

Los demógrafos obligados a reducir a números la inmensa variedad de combinaciones humanas, llama viejos a los que han pasado la barrera de los 65 años. Juan Filloy es por lo tanto viejo; y sustenta ese galardón junto con el 8,9 % de la población total del país y con el 16,3 % de la de Buenos Aires. Los demógrafos insisten en que cada vez los viejos son más viejos.

Pero cuidado, viejo no debería ser un término invalidante. Para pruebas Don Juan, quien sigue escribiendo y espera publicar este año su nuevo libro de cuentos. Cincuenta y cinco libros tiene escritos desde aquellas sus primeras páginas de los tiernos 20 años. Y desde entonces su pasión no ha disminuido.

Aun con esas piernas de algodón como llama a esa debilidad que le obliga a amarrarse a un andador para no perder el paso, su mente funciona a pleno gracias a su fórmula rigurosa. Don Juan dixit: respirar bien, masticar mucho, defecar correctamente y reposar hondamente. Mas allá de esas sabidurías cotidianas, Juan Filloy juega con la imaginación y va tras su número cabalístico; todos sus títulos tienen siete letras: "Estafen", "Aquende", "Op Oloop" "Sexamor", son algunas de las palabras mágicas que permiten al lector adentrarse en sus maravillosos relatos.

¿Ha oído hablar de él? Escritor escondido lo llamarán en la reedición del libro reportaje que muestra que Juan Filloy es un escritor ilustre que no desespera por la publicidad. Tan longevo que además de presente, forma parte de la historia de la escritura argentina. Ya Julio Cortazar lo menciona en 1937 en su novela "Caterva", y su influencia llega hasta Juan José Saer en "Lo imborrable"; y posiblemente "Ferdydurke" de W. Gombrowicz se haya inspirado en los decires de este don Juan. .

Imaginémoslo en los años treinta, sentado en la mesa de un bar con Roberto Arlt, Armando Discépolo y Oliverio Girondo, intercambiando fantasías, proyectos y famas. Sí, en aquel entonces todas compartían igual lustre.

La escritura no ha sido todo para él. La justicia, ese don casi divino, ocupó sus inquietudes y lo llevó a ser juez de Río Cuarto. Casado por muchos años, actualmente este viudo espera la llegada del nuevo milenio mientras escribe –y publica-- las singularidades que le dicta su activa mente. Esa esquiva enamorada a la que constantemente busca capturar este don Juan de casi 105 años.

Imagino que ha de ser el tesón por la creatividad, el amor por la vida, además de su fórmula y mil otras yerbas, lo que permite que este viejo cumpla 105 años lozano y pleno de proyectos.

 

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