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Entrevistas.

Entrevista al Prof. Kinen
Del Proyecto "Aprendizaje a lo largo de la vida. Teorizaciones, prácticas y nuevas proyecciones" - 23/D131. Directora Dra. Norma Liliana Tamer

Realizado por Ernesto Abel Gajardo
tiempo@psicomundo.com

Edad 71 años, tiene dos hijos, está divorciado pero actualmente tiene una relación de pareja, vive sólo, oriundo de la provincia de Santa Fe, de un pequeño pueblo llamado Humboldt, sus antepasados vinieron luego de la caída de Rosas, en 1855.

Realiza actividades sociales de todo tipo, destaca que dejo de jugar al futbol y al básquet hace 20 años aproximadamente, también jugaba al frontón, al tenis, le gustaban mucho las caminatas, (fue mochilero).

Trayectoria educativa formal

Estudio en la universidad católica de Santa Fe, título de profesor de filosofía recibido en el año 1964 a los 24 años. Luego se fue a Buenos Aires a trabajar donde estudio la licenciatura en filosofía en la Universidad Católica Argentina en el año 1967. Empezó a hacer docencia en los institutos del profesorado de Buenos Aires, y en los cursos de ingreso de la Universidad Católica y luego del Salvador. También como parte de formación luego ganó una beca para hacer un posgrado en Alemania en la época del proceso. P ertenecía a la Universidad del Litoral, lo dejaron cesante, cuando estaba en Alemania lo dejaron suspendido de su vinculación con la Universidad, lo que incidió en el tiempo previsto para terminar el doctorado, hizo unos seminarios.

Le sirvió su estadía en Alemania para perfeccionar el uso del idioma Alemán y fortalecer contactos con profesionales del campo de la filosofía, recuerda el caso de un filósofo llamado Blumemberg. Ya en Argentina en el año 1980 estuvo fuera de la universidad por haber sido afectado por la dictadura. Vino a Santiago del Estero en el año 1983 cuando se inicio la democracia en la Argentina, y empezó a desempeñarse en la Universidad Nacional de Santiago del Estero.

Los siguientes párrafos permitirán divisar su discurso:

Prof. Kinen (P.K.): Me había desempeñado primero en la Universidad Nacional en 1965, primero en Buenos Aires, Universidad del Salvador y Universidad Católica Argentina y en Santa Fe entre 1961 y 1976 en la Universidad del Litoral y en la Universidad Tecnológica Nacional de Santa Fe.

Desde 1965 hasta el presente enseño filosofía interrumpido por la dictadura, que fue el momento en el que estuve en Alemania. Y en el último periodo viviendo en Junín en el lugar de la señora, de la mujer con la cual me había casado, desempeñándome en la docencia de nivel terciario, en el instituto del profesorado, hasta que vuelta la democracia reingreso en el sistema universitario nacional, viniendo para aquí a Santiago del Estero en el año 1983.

Abel Gajardo (A.G.): ¿Qué experiencias educativas ha tenido que lo hayan motivado a concretar las metas que tenía de formación?

P.K. En realidad lo que me interesaba, para ser honesto, en el comienzo de mi carrera no es la docencia por la docencia, lo que me interesó es la filosofía, por eso en el campo de la filosofía hice ambas cosas, docencia e investigación, desde el comienzo hasta estos últimos años. No me entusiasma tanto la docencia en el nivel secundario sino en el nivel superior, tratando de buscar el trabajo no con un grupo grande de alumnos, sino con grupos más reducidos de alumnos donde hay una mayor posibilidad de interacción.

A.G. Busca ciertos interlocutores…

P.K. Por eso lo que estoy haciendo con ustedes es una novedad para mi, por el hecho de trabajar con tantos alumnos y en primer año, pero por necesidades de esta carrera acepte realizar esta tarea

A.G. ¿Qué experiencias ha tenido que lo hayan obstaculizado a concretar esas metas?

P.K. Mis metas de hablar de avances en la categoría docente, de hecho soy profesor con dedicación exclusiva obtenido por concurso público y de antecedentes, a lo largo de mi vida he ganado varios concursos para obtener cargos, en esta carrera y también en la Universidad del Litoral de Santa fe y en la Universidad Tecnológica Nacional, aunque yo diría más bien es una suerte de evolución en la vida intelectual. Mi formación intelectual comienza en vinculación con el pensamiento de la Universidad Católica, con la escolástica y también con la corriente filosófica llamada el existencialismo. Recuerdo autores que me interesaron fuertemente y que trabaje, es el caso de Sartre, es el caso de un señor a quien sigo apreciando fuertemente en el plano intelectual, que es Carl Jasper. Ese momento también hice un trato muy frecuente con Martin Heidegger pero ha habido una evolución posterior en estos últimos años que he estado trabajando con autores que se vinculan con la escuela de Frankfurt, y en este momento me interesa fuertemente el trabajo con Gadamer, a Habermas, esa es mi línea de trabajo y con respecto a eso me interesa la filosofía del lenguaje, el plano de la constitución del hombre, pero prestándole atención en su dimensión pragmática, no sintáctico ni gramático, conjuntamente a ello me interesa la filosofía latinoamericana, de hecho soy con otro grupo de gente, a partir del año 1974 [del movimiento denominado]1 (algo así como)2 Filosofía de la Liberación.

A.G. Salazar Bondy, Scanonne, Dussell…

P.K. Quienes son amigos míos, Julio de Zan, fue una experiencia, que cierto número de gente en el país también se frustro, porque el gobierno militar hizo que se disolviera ese grupo y buena parte de ellos emigrara del país, como el caso de Dussell, que se fue a México y terminó adquiriendo carta de ciudadanía, y que siendo argentino dejo de actuar plenamente en la Argentina.

A.G. ¿Qué metas o expectativas tenía en su vida?

P.K. Mi meta era tener una familia, hijos, con la prolongación de mi vida en otra generación.

A.G. Que sigan su trayectoria…

P.K. No, no, no, de ninguna manera, pienso que los hijos hagan algo parecido o similar a lo que hacen sus padres, uno tiene que darle los elementos para que los hijos busquen lo que deseen y lo que puedan encontrar, esa es una dimensión que corresponde a los hijos y que hay que ayudarlos pero cortando el cordón umbilical. Hay que constituir un núcleo familiar, tener hijos, esa es una realización de mi vida, que es lo común en la mayoría de las personas, tener hijos, tener nietos, etc.

Luego realizar una contribución en la comunidad, sociedad en la cual se está viviendo, entiendo en el caso mío que se realizo, no en el plano de la política que al principio quise incorporarme pero no fue lo que me termino convenciendo, pero si el trabajo en la universidad, y particularmente el trabajo en la filosofía. De tal suerte que mi vida fue una vida intelectual, dedicándome a autores que establecieron en mi vida en varias etapas, conforme a los autores que frecuentaba y conforme establecía en el plano intelectual un diálogo y que conformaron lo que soy ahora, que estoy al termino de mi carrera universitaria.

A.G. ¿Qué episodios ha tenido, vivido o obstaculizado digamos… a que concrete esto que tenía previsto como meta de vida? En el hecho de formar una familia, tener sus hijos…

P.K. Si bien he terminado divorciándome de quien fuera mi mujer durante 30 años, no fue un episodio de tipo traumático, fue una separación convenida, continué una relación amistosa, con un vinculo con los hijos, de tal suerte que no tuvimos conflictos en ese sentido, son etapas en la vida que se dieron en el caso mío de esa manera. En cuanto a dificultades, si creo que la más importante es la establecida por el gobierno militar, yo no tuve ninguna actividad vinculada con los movimientos guerrilleros, ni nada de eso. Simplemente mi actividad en la década del 70 tenía que ver con las publicaciones, que estaba relacionada con la filosofía, llamada de la Liberación. Es por este tipo de artículos y publicaciones que me dejaron cesante de la universidad, que incidió fuertemente en mí, porque yo habiendo vivido mis primeros años de actividad docente en la ciudad de Buenos Aires y habiendo comenzado de una manera exitosa, allí mi carrera en vinculación con algunos Institutos del profesorado y con dos de las universidades locales. Habiendo luego a partir de esos meritos ganado un concurso en la Universidad Nacional del Litoral en Santa fe y en la Universidad Tecnológica seccional sucursal Santa fe. Habiendo comenzado a interactuar con la comunidad filosófica de la Argentina, eso se vio cortado e interrumpido (en el ínterin me había ido a Alemania por meritos intelectuales por un concurso digamos) mi vinculación con la universidad, porque pase a ser alguien vetado en la universidad, de tal modo que, a mi vuelta al país en el año 80´ me desaconsejan seguir viviendo en Santa Fe, entonces me voy de Santa Fe.

A.G. ¿quiénes lo desaconsejan?

P.K. Mis amigos, la gente de la zona, en ese clima de la dictadura me desaconsejan, entonces me fui a vivir a la provincia de Buenos Aires donde consigo trabajo en el Instituto del Profesorado, vivo ahí hasta finales del 82´ comienzos del 83´, cuando termina la dictadura me vengo a vivir aquí a Santiago del Estero. Eso digamos marcó totalmente mi vida, porque mi vida estaba pensada para progresar no en Santiago del Estero (a quién aprecio mucho y reconozco mucho) sino en el ámbito mío originario, que es la provincia de Santa Fe, y concretamente en la Universidad Nacional del Litoral

A.G. Claro…

P.K. O sea como hecho decisivo en mi vida fue el proceso, por la proyección que había en mi vida académica, me tuve que ir, me cortaron, interrumpieron mi línea de estudios, de posgrado, etc.

A.G. Bien, a eso quería ir, ¿ha terminado?

P.K. No

A.G. ¿Y con los años no ha podido retomar?

P.K No, por la exigencia laboral

A.G. Claro, con el tema de las publicaciones, las ponencias

P.K. Claro, exacto

A.G. ¿qué valor digamos… usted le atribuye a la educación para el desarrollo de las personas en sí en general?

P.K. En realidad nosotros los hombres, adquirimos nuestra identidad, en un proceso de socialización, en el cual el mundo nuestro, propiamente humano, nos es dado a través de la familia y del circulo inmediato en el cual interactuamos, que en el cual, en ese proceso de socialización de la propia identidad, es la educación la que nos permite incorporarnos al mundo de la cultura y nos permite dentro y tras ese mundo de la cultura seguir avanzando y cooperando en la medida de lo posible. La educación en ese sentido cumple una función esencial, porque es el principal vehículo para dentro del proceso de socialización, para que el individuo adquiera su propia singularidad, su propia identidad. O sea que adquiriera lo siguiente, de cómo nosotros los seres humanos no tenemos resuelto como los animales el problema de nuestra interacción con nuestro medio por el equipamiento genético que traemos. O sea somos nosotros los que tenemos que constituir el mundo propiamente humano, pero lo constituimos a partir de una suerte de desvalimiento, porque no tenemos ese equipamiento por vía genética, o sea allí interviene la inserción de un mundo de tipo cultural, que nos es previo y el cual nos es incorporado por la familia, por la educación de los primeros años, pero por la educación en general ya de nivel secundario y terciario y para formarnos a nosotros mismos y para formarnos con un sentido social de cooperación o de no integración dentro de la vida social. De tal suerte que la educación tiene un papel central y decisivo. Cuando al principio de la entrevista dije que me dedique a la filosofía, y no a la educación por la educación misma, no es porque minimizara a la educación sino porque en el fondo lo que no me entusiasmaba era ser maestro, ser profesor de secundaria, trabajar con gran cantidad de alumnos y una cosa parecida, ¡para nada! Lo que me interesa es un trabajo gregario, no profesores taxis, no me interesa eso para nada, a mi me interesa trabajar en el ámbito intelectual, e intelectualmente en el campo de la filosofía, parece imposible no hacerlo a no ser que se sea un gran escritor que vive de sus obras, tenía que hacer una carrera en la docencia. Y en ese caso habiendo tu pregunta recalado en lo siguiente, en la importancia en la cual le doy a la educación, pero entiendo que cumple un papel decisivo. Es una de las necesidades básicas, en la sociedad la educación, la calidad de la educación depende de la educación, lo que llamamos en términos sociológicos, la personalidad se forma a través de la educación.

A.G. Se constituye e instituye a partir de la educación…

P.K. Obviamente que tiene caracteres informales, pero que tiene una dimensión de tipo aprobada a través del sistema educativo que es decisiva, pero hay que acordarle tanta importancia al sistema educativo. En realidad el tipo de sociedad y el tipo de futuro depende como formalmente opera la dimensión educativa.

A.G. Claro, ahora… pasando a otra cuestión, ¿qué percepción personal usted tiene de aquí a 10 años?

P.K. Yo personalmente… me voy a ver como un hombre muy grande, que ya llega a los 80 años.

Risas

A.G. Claro… ¿pero qué tipo de actividades se imagina haciendo?

P.K. Pienso, si se trata de la actividad intelectual no jubilarme de ella, o sea, así como se necesita de la actividad física para tener salud, se necesita también de la actividad intelectual para seguir viviendo.

A.G. Lo mantiene activo digamos…

P.K. O se puede aprender una nueva lengua, siendo grande, siendo viejo, creo que la actividad intelectual hay que seguirla teniendo, mientras uno tenga las competencias cognitivas que se lo posibilite…

A.G. No con las mismas exigencias actuales como la de las publicaciones…

P.K. No, no, no, yo creo que hay dos cosas, dentro del mundo competitivo creo, en el cual nos movemos, donde hay que afianzarse dentro del sistema, a través de las publicaciones, a través de los cargos y cosa parecida, eso tiene importancia relativa hasta los 50 años… llega los 50 años y se relativiza todo, porque el valor de la vida pasa por otro lado, no por los cargos que se tiene y cosas parecidas, sino por lo que uno es, por lo que uno ha conseguido, por el tipo de vínculos personales e intelectuales que establece, y no por el mundillo ese de las competencias y de si uno tiene mayores competencias que el otro. La época de los concursos, de la competición, de cargos está en los primeros años, yo diría de los 30 a los 50, después de los 50 deja de tener significación.

A.G. Aparte porque ya tiene cierta trayectoria que no va a hacer que lo movilice a competir de la misma forma que lo hacía al principio.

P.K. Yo por ejemplo en la actividad universitaria también tuve, además de la docencia, desempeño en la parte de administración. Eh sido Decano de esta facultad en algún momento.

A.G. ¿en qué año?

P.K. En el 89´, en alguna elección para el rectorado tuve en la primera vuelta la mayor cantidad de votos, en la segunda vuelta me ganaron, pero estuve en algún momento con ese tipo de contribución que quise hacer a la Institución. Pero pasado ese momento ya no me intereso, por eso si me preguntas por el futuro, me interesa seguir activo, seguir en vinculación con gente que intelectualmente creo valiosa, no retirarme a cuarteles de invierno en lo que se refiere a la actividad de tipo intelectual, pero dispensarme de las exigencias de tipo burocrático y pensarme con las exigencias de trabajar con gran grupo de gente, de tal suerte esto es algo totalmente novedoso de trabajar con ustedes.

A.G. Pero se va a ir reduciendo de todas formas…

P.K. Si, de acuerdo… ojalá. (Risas) Pero me siento a gusto trabajando con gente joven.

A.G. Claro… pero después del parcial se va a reducir (Risas)

P.K. Pero, no, no, digo que ya hace años que estoy deshabituado de trabajar con grupos grandes.

A.G. No más de diez, digamos…

P.K. No más de diez…Lo que está por delante es la senectud…

A.G. Justamente a eso quería llegar…

P.K. Yo quiero contarte algo con respecto a la senectud, cuando yo era chico, adolescente, entre otras cosas, estudiábamos griego y latín, cuando estudiábamos griego, yo recuerdo con gran placer entre los textos de Cicerón, haber leído y traducido un libro que se llama De Senectutes, en torno a la senectute, en torno a la vejez, que él se lo escribe a un amigo para enseñarle que hay que saber vivir la vida a esa altura. Lo escribió cuando tenía 60 años si no me equivoco. Se escribieron varios tratados sobre la senectutes, casi todos en el pasado lo escribieron en esa altura, en los 60 años, lo interesante es que hace 10 años, -Bobbio- también escribió un libro con ese título De Senectute, -obviamente copiando el título de Cicerón-, y en el comienzo dice lo siguiente; en el pasado quienes escribían este tipo de libros lo escribían alrededor de los 60 años, pero hoy en el presente no parece que sea realista hablar de la senectud a los 60 años, por eso yo los estoy escribiendo a los 80 años, dice Bobbio, yo creo que esto es así.

A.G. Marca digamos el incremento de la longevidad que ha tenido la humanidad.

P.K. Exacto, exacto, yo creo que hay que aprender a ser viejo, y no tenerle miedo a la palabra, con las limitaciones que ya implica, con un riesgo gravísimo, que es el siguiente, que pueda sobrevenir alguna enfermedad, de esas que provocan alguna dificultad en el plano cognitivo, eso ya es grave digamos, y si no se vive hasta que la muerte sobrevenga, que no es ninguna tragedia porque, como dice el refrán alemán; desde que nacemos tenemos la edad suficiente para morir, (puedes morir a cualquier altura de la vida), quienes llegamos a viejos tenemos el privilegio de haber podido llegar a viejos. Cuando mi mamá decía algo, hay hijo que feo que es ser viejo, ¡mamá d igamos más feo es no llegar a viejos!

(Risas)

P.K. El tema de la vejez es el saber que la muerte no es ninguna cosa… tenemos que aprender a morir, tenemos que ayudar a los otros, a la gente amiga a morir, y no ser un desecho humano que está allí en una sala de muerte terminal o alguna cosa parecida. Pero ese es el horizonte, vos tienes por delante que sos joven la muerte, yo también tengo por delante la muerte, es previsible que yo muera antes que vos, porque yo soy mucho más grande que vos, pero también existe la posibilidad que vos mueras antes que yo, porque todos podemos morir, pero si hablamos de la vejez, aparece en el horizonte la muerte, cuando uno es joven la muerte es una cosa distante, lejos, la muerte es una cosa de los otros, no es una cosa nuestra.

A.G. Se asocia vejez y muerte

P.K. Claro, por eso se habla del invierno de la vida, un ciclo que se cumple, bueno, pero el tema es adquirir la serenidad para tener una muerte digna y tener las condiciones de los últimos años, también la suerte, eso depende de uno, de cómo cada uno se cuida de sí mismo en los últimos años, para que no sobrevengan esas inhabilitaciones de tipo cognitiva, no sé cómo se evita el Alzheimer pero bueno, o el Parkinson, pero digamos en realidad se puede llegar, hablando de los 80 años, se puede llegar perfectamente.

A.G. Lévi Strauss ha llegado a los 100…

P.K. Si, un gran filósofo que es Gadamer ha sobrepasado los 100 años, o sea la expectativa de vida hoy supera los 100 años.

A.G. Y con gran lucidez

P.K. De eso se trata, yo creo que para la lucidez, es importante seguir desempeñándose y manejándose en el plano intelectual, y repito lo que dijera hace un rato, así como se hace actividad física, aunque sea caminando, todos los días una x cantidad de cuadras, así también es necesario seguir exigiéndose mentalmente, de tal suerte que hay que inculcarle a los hombres mayores y a las mujeres mayores es a ser activos, mentalmente, en el plano de juegos, de ajedrez, de aprendizaje de lenguas, de iniciativas, si pueden bailar, que puedan bailar… si pueden tener sexo, ¡que tengan sexo!

A.G. porque tendría que estar vetado el sexo en la vejez

P.K. no, no está vetado

A.G. y bueno porque hay un imaginario que se construye sobre…

P.K. y bueno porque hay menos hormonas pero te aviso a vos que eso también te puede pasar a los 20 año s

A.G. y si, tal cual…

Risas

Volviendo al tema de la vejez

P.K. este tratado de Cicerón, llamado De Senectutes, en torno a la vejez, el trata de hablar de esa etapa de la vida dirigiéndose a un amigo, y otro estupendo libro de él llamado Diamitkitsia o Amitkitsia, en torno a la amistad, dos interesantes escritos de Cicerón, estos son libros, escritos, dedicados a amigos. En uno se refiere particularmente a lo que es la amistad y el otro se refiere a lo que es la vejez, y llamativamente en estas últimas décadas ha aparecido estos dos últimos temas nuevamente, aún más, con el mismo título, que hace dos mil años le diera Cicerón, en el caso de Bobbio llamándolo con el título latino De Senectud, y en torno a la amistad también.

A.G. y en si con respecto a la muerte, ¿qué piensa?

P.K. que se termina todo, ¿qué quieres que piense?

Risas

P.K. Te lo voy a decir filosóficamente, Heidegger, que es un gran filósofo, con el cual no estoy de acuerdo en un montón de tipo de cosas, digamos… este… pero no voy a entrar en detalles, dice: El hombre es un ser para la muerte, eso está siempre en el horizonte, el horizonte, la muerte, nosotros somos seres de proyectos, vivimos hacia el futuro, la muerte clausura esa dimensión nuestra que es constitutiva del ser proyectándose hacia el futuro, eso es la muerte. Pero a su vez, digamos… dice Heidegger, refiriéndose al hombre, que el hombre es un ser en el mundo, en trato con las cosas y en vínculo con los otros hombres, y la muerte es justamente, la que hace que desaparezca ese mundo del hombre, que es la interacción con los otros, y el trato con las cosas, eso termina.

A.G. Claro, yo justamente le preguntaba que es para usted la muerte, porque si yo por ejemplo le preguntara a una persona religiosa, ella me diría que la vida continúa después en si…

P.K. no quiero hablar de eso, no quiero hablar de eso, yo creo que el problema de la muerte, es el problema del dolor, y en gran número de casos de la soledad del que está muriendo, porque la mayor parte de los murientes, lo hacen con sufrimiento o en soledad.

A.G. por la carencia de acompañamiento, cierta contención, digamos…

P.K. la muerte aceptada y asumida, no provoca conflictos, hay relatos sobre este tipo de cosas, de capellanes donde fusilados por razones x digamos… son tratados por el capellán, y donde, o con gente enferma, la rebeldía, la negación, tras la aceptación de lo inevitable, sobrevivir y sentir paz, como que la muerte forma parte de la dimensión de la vida. Creo que la muerte, si se la asume, si se la acepta, es un problema, no tanto para el que se muere como para los que están rodeando al que se muere. Más miedo a la muerte le tiene, no el muriente, sino quienes están junto con el que se muere, porque el que se muerte es una suerte de testimonio para el que sigue estando vivo de que a él también le va a llegar, mmm… Un gran escritor, este… caramba no me acuerdo el nombre ahora, dijo… que en su lápida que estuviera escrito lo siguiente; yo soy, lo que vos eres, y tú serás lo que yo soy

Risas

A.G. que maravilloso… o sea va a estar en el mismo lugar

Risas

P.K. yo también fui un vivo y tú también serás un muerto. No digamos, el tema de que si se termina todo con la muerte, de la metempsicosis, de la reencarnación, de todo ése tema no quiero hablar…

Risas

A.G. y bueno… algunos piensan en la reencarnación…

P.K. no, no, no, respeto absolutamente todo ese tipo de cosas, pero yo soy agnóstico…

A.G. y yo ateo…

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