Curso Virtual:
Educación para el
envejecimiento
Clase 10:
Pérdidas y proceso de duelo
Dra. Virginia
Viguera
El envejecimiento está particularmente atravesado por pérdidas, de distinto valor y de distinto tiempo.
¿Qué es una pérdida?
Llamamos pérdida a aquella vivencia por la cual se siente que se ha perdido, que ya no se tiene algo significativo, real o no.
Las pérdidas son experiencias vitales, es decir que forman parte de la vida en su conjunto, ya que enfrentamos pérdidas a lo largo de toda la vida, esta implícito en el proceso del crecimiento y constituye la dialéctica del vivir.
Dialéctica que se da entre lo que se pierde y lo que se adquiere.
Precisamente el proceso del envejecer está marcado por las pérdidas , especialmente al comienzo del mismo.
Distintas circunstancias hacen que esto se dé de esta manera, circunstancias desencadenantes como: el cumplir años , las separaciones, el casamiento o la salida del hogar de los hijos, la muerte de algún familiar o de algún amigo, la jubilación, la abuelidad, una enfermedad o un accidente, el encuentro con alguien a quien no se ve habitualmente, o incluso una mudanza o la pérdida de un objeto al parecer nimio.
Todas estas son vivencias que se significan como pérdidas .
También lo son las pérdidas de sueños, de valores, de ideales, de
la capacidad adquisitiva que se disipa con la jubilación, la pérdida de poder o de prestigio frente a los otros.
Son pérdidas las disminuciones físicas a nivel de los sentidos, el cuerpo joven, la vitalidad de otrora, los fallos de la memoria, los problemas con la dentadura, la disminución de la agilidad osteo-muscular, etc.
Acotemos que muchos estados depresivos que llegan a la consulta en adultos mayores y muchas veces muy medicados, experimentan esta sensación de pérdida, en casos atribuida a una pérdida concreta o no, pero el estado de angustia desmedido frente a ella indica que se han encontrado varias pérdidas anteriores que han aflorado a través de la última.
Distintas reacciones se puede tener frente a las pérdidas: enojo, tristeza, necesidad de hablar, negación, llanto, estados depresivos, pánico, soledad, remordimientos, síntomas físicos, aislamiento.
Las pérdidas se elaboran a través de un trabajo psíquico, normal, natural llamado duelo..
Recordamos que cuando nos referimos a duelo, no lo hacemos únicamente en relación a lo que comúnmente se conoce como tal, lo que se hace frente a la muerte; sin duda que esto también es duelo, pero el duelo como trabajo psíquico tiene un sentido más amplio.
La palabra duelo deriva del latín "dolus"que quiere decir dolor y también "duellun"que tiene que ver con dúo o sea dos, habla así de una relación, de un vínculo.
Freud, en 1915 señalaba que "el duelo es por lo general la reacción a la pérdida de un ser amado o de una abstracción equivalente, la patria, la libertad. el ideal, etc."
Decimos entonces que el duelo es el trabajo psíquico necesario para afrontar un pérdida significativa ( un ser querido, un objeto importante, una actividad relevante) trabajo que se da acompañado por una sensación de tristeza, de dolor.
Este trabajo lleva a desprenderse íntimamente de ese objeto perdido y disponer de las energías afectivas para ponerlas en otros, por eso es que lo tomamos como un proceso adaptativo.
Decimos que es un proceso porque no se da abruptamente, de un día para el otro, lleva implícito una elaboración en tres etapas .
- la desesperación, la negación, la rabia,
- la tristeza
- la resolución
La primera reacción es la desesperación....porqué a mí?.... qué le hicieron?... seguida de la negación, mecanismo defensivo . .. no puede ser... no ocurrió....seguro que fue un sueño.
Después, producto de asumir la realidad de la pérdida, uno se retrae, en una casi identificación con lo perdido, aparecen recuerdos y la necesidad de hablarlos, está triste, desganado como desvitalizado.
La resolución se da cuando ese vínculo se va desdibujando, y deja lugar para nuevas relaciones.
Toma características peculiares cuando la pérdida se produce después de un tiempo " de espera" por ej. En el caso de muerte de pacientes terminales,
en los que se mezclan sentimientos contradictorios de dolor y alivio, muchas veces generadores de culpa.
El tiempo que lleva este proceso no es siempre el mismo, depende de varios factores ( tipo de pérdida, entorno para compartirlo, factores socioeconómicos, personalidad,)
Cuando este proceso evoluciona así, llegando a la resolución, no es una enfermedad, no requiere medicación; es normal y necesario.
Desaparece la sensación de desgano, se quiere seguir haciendo cosas, incorporar nuevos intereses y relaciones, investir nuevos objetos.
Es necesario familiarizarse con la palabra duelo en la certeza de que es un trabajo psíquico necesario y natural que lleva a elaborar satisfactoriamente todas las pérdidas, habida cuenta que el envejecer ha acumulado pérdidas de distinto grado y significado y que muchas de ellas quedaron sin duelar.
Los Adultos Mayores pueden ver como permitiéndose el dar lugar a este trabajo de duelo, a través de recordar, de expresarlo en el grupo o por escrito se siente más aliviado y con energías libres para ocuparlas en otras relaciones, otras actividades.
Pueden dar valor a lo acumulado por la experiencia, hacer gala de una "sabiduría" que en otros tiempos era muy respetada.
Referencia 33. Duelo y Salud Mental en la Vejez.