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Curso Virtual Educación para el envejecimiento
(segundo curso)

Tema 3: Calidad de vida y envejecimiento
Dra. Virginia Viguera

El concepto de calidad de vida aplicado a los Adultos Mayores es relativamente reciente ya que fue tomando importancia en las últimas décadas del siglo XX , paralelamente al aumento de la esperanza de vida lograda. Y frente a esto es interesante encontrarnos con la paradoja que menciona Solchi Lifac cuando dice: "... el enorme interés que invierte nuestra sociedad al alargar el término de vida humana por un lado y por el otro, el franco rechazo que mantiene frente al producto de tal interés: la vejez."

¿ Cómo definir la calidad de vida?

Los Organismos Mundiales de Salud, previendo que con la longevidad se incrementarían las enfermedades y otras se cronificarían, recomienda buscar formas que agregaran a esos años, una mejor calidad para vivirlos. Desde varias disciplinas científicas y desde la tecnología en gran medida, se comenzó a trabajar en como alcanzar una calidad de vida que permitiera un buen envejecer y evitara o retrasara una vejez patológica.

Pero el concepto en sí es más amplio ya que no cubre exclusivamente lo que atañe a la relación salud-enfermedad sino que engloba otros términos como:

Estilo de vida

Nivel de vida

Modo y condiciones de vida

Contexto económico-social

Nivel cultural

Edad e Historia personal

Y por supuesto ha ido variando de acuerdo a las épocas y a las prioridades en que cada individuo ubica a sus necesidades.

Vinculado a este punto es importatnte resaltar la singularidad y las diferencias que siempre ponen un sello personal a todos los actos y vivencias humanas. Esto rige con igual rigor para el proceso del envejecimiento.

Las dificultades para definir la calidad de vida para los AM surgen entonces de la complejidad del término y fundamentalmente de que algunos de los factores que lo determinan son objetivos y otros subjetivos; unos son propios del individuo y otros del medio socio-economico y cultural en el que se desarrolla y no todos son mensurables de la misma forma. Es por eso que las distintas escalas de medición toman aspectos parciales.

La OMS definía la calidad de vida como " la percepción personal de un individuo de su situación de vida, dentro del contexto cultural y de valores en que vive, y en relación con sus objetivos, expectativas, valores e intereses."

 

 

Torres Ortuño, Nieto Munuera y Barcia Salorio, de la Universidad de Murcia dicen que:..." se define como un constructo complejo, multifactorial, sobre el que se pueden realizar algunas mediciones objetivas, a través de una serie de indicadores pero en el que tiene un importante peso la vivencia que el sujeto pueda tener de ella."

Hacen un estudio aplicando un Inventario de Calidad de vida (ICV) de Riaño e Ibañez.

El gerontólogo chileno Fernando Lolas , buscando una definición de calidad de vida dice que " se trata, por ende, de un constructo subjetivo, multidimensional y complejo: es la propia satisfacción , en diversas áreas vitales e incluye aspectos positivos y negativos".

Creo que se acerca a lo que nosotros tomamos como calidad de vida.

Para esto es prioritario ubicar el envejecimiento dentro de su contexto actual ya que los conceptos varían según las épocas.

Tomamos al envejecimiento como un proceso de crecimiento, estructurado en torno al tiempo y marcado por cambios biológicos, psicológicos y sociales. Lo social lo influye, lo determina en importante grado y forma parte de lo multifactorial del proceso.

El alcanzar una mejor calidad de vida irá a su vez permitiendo un buen envejecer y dando base a lo que reconocemos como el nuevo modelo de envejecimiento que ya se está imponiendo al comenzar el nuevo milenio. El modelo tradicional ya no es viable, ya que está basado en un concepto deficitario de vejez, que solo contabiliza pérdidas y declinación; pero lo cierto es que todavía está instalado en el imaginario social, en forma de prejuicios e ideas erróneas.

Los estudios modernos de gerontología parten de que el desarrollo humano es un camino de crecimiento, que unas etapas dan lugar a otras dentro de la continuidad de la vida que por supuesto, estructurada como está en torno al tiempo como dimensión fundamental, tiene un final que como sabemos es la muerte.

Cada vez hay más individuos que llegan y cursan el envejeciniento con un grado mejor de salud y lucidez y energías suficientes como para optar a actividades ya que les espera como posibilidad 20, 25, 30 años más de vida. De ahí que hablamos de un desafío para los AM y para los que trabajamos con ellos.

El concepto de calidad de vida, lleva implícitos , como vimos varios aspectos; algunos de estos son objetivos, otros subjetivos pero están tan interrelacionados entre sí y además son tan singulares que se hace muy difícil deslindarlos y sopesarlos en forma individual.

¿Cómo calibrar, medir la calidad de vida en un tiempo en donde tanto malestar económico, social, cultural, golpea, margina, discrimina desde la cotidianeidad a los Adultos Mayores?

Muchos estudios se están realizando, escalas psicométricas con distintos ítems que dan hasta ahora resultados dispares, porque sin duda las condiciones y las gentes son distintas.

Medir la calidad de vida no es fácil, no hay consenso en la definición, porque interesan no sólo las condiciones objetivas de vida, que responden a lo que se considera necesidades básicas, ( económicas, culturales, de salud) y la cantidad de posibilidades y de limitaciones funcionales, sino además la percepción y la repercusión que de todo ello tiene el individuo.

La calidad de vida está asociada a la percepción que cada persona tiene de lo que significa o significaría vivir satisfactoriamente, en cuanto a condiciones de vida .

Aunque haya factores objetivos que la influyen, la calidad de vida tiene una connotación subjetiva fundamentalmente. Esto es como cada uno quiere o puede percibir la satisfacción de vivir.

En general nos referimos siempre a la etapa del envejecimiento, ya que en la vejez, esto es a partir de los 85 o 90 años, se agregan o toman mayor importancia datos de las enfermedades o incapacidades muchas veces muy invalidantes. Se requieren otro tipo de cuidados y las variantes también están dadas por el grado de dependencia que se tiene, el vivir en su domicilio o en instituciones, solo o acompañado.

Por eso es que rescatamos lo subjetivo en la apreciación de la calidad de vida, en como vive cada uno sus condiciones, que significación hace de lo vivido, que valoración tiene de su persona y de sus posibilidades, que grado de plasticidad posee como para ir cambiando y adaptarse a las nuevas exigencias, que capacidad de goce o placer dispone, que grado de auto-estima, que disponibilidad para nuevos vínculos, siempre enriquecedores, que aptitud para aprender y reflexionar... en fin, esto es parte de lo subjetivo de lo que hablamos y que hace diferir a un individuo de otro.

Los factores objetivos sin duda facilitan o dificultan el desarrollo de algunas cosas.

El escaso monto de las jubilaciones no ayuda en absoluto y de esto deberán ocuparse seriamente las autoridades para no tener abultadas cargas sociales en los próximos años. Además este magro ingreso en una sociedad precisamente asentada sobre el consumo, hace que se prive a los mayores, de actividades sociales tan útiles en esta etapa.

Buscamos incrementar la satisfacción personal, hablamos de los permisos que es necesario darse para disfrutar o acceder a cosas que talvez quedaron relegadas en el pasado, asignaturas pendientes de distinto tipo. Para esto es necesario desprenderse de prejuicios e ideas erróneas acerca del envejecimiento, posicionarse muy bien en este proceso y tender a desarrollar al máximo las potencialidades que todo ser humano tiene y que no se pierden porque se envejece.

Es así que tomamos como objetivo extender el envejecimiento "normal" que llamamos buen envejecer y que está dado por un proceso que se desenvuelve bajo las mejores condiciones posibles y tendiendo a lograr una mayor satisfacción.

Algunos autores usan últimamente el término envejecimiento exitoso ( successful aging) en especial en los estudios norteamericanos, pero nos parece que la palabra exitoso conlleva una exigencia excesiva para el adulto mayor porque pareciera que sus acciones debieran ser siempre sobresalientes. Por eso preferimos el de buen envejecer o el de envejecimiento satisfactorio. El opuesto sería el mal envejecer; el patológico.

Insistimos en que la actividad es necesaria para dar base a la calidad de vida; entendemos que actividad no es sinónimo de trabajo rentable, ni de actividad juvenil; aplicamos una vez más el concepto de diferente.

En el envejecimiento actividad significa estar en tareas, pero tampoco cualquier tarea como frecuentemente se les ofrece a los mayores( en general de distracción o esparcimientos que si bien son necesarios no son suficientes).

Nos referimos a actividades que causen placer, gratificación, desarrollo, ya en lo intelectual, como en lo social, en lo corporal, en lo recreativo.

La actividad evita algunos de los fantasmas del envejecer: el aburrimiento, la rutina, el aislamiento, la terrible soledad. Si la actividad elegida es grupal, agrega elementos de mucho interés para acrecentar una mejor calidad de vida: el grupo actúa emocionalmente de sostén, de red, aporta interlocutores que escuchan y a los que se aprende a escuchar, con pares que comparten similares condiciones o a veces estilos de vida.

El grupo proporciona además la posibilidad de nuevos vínculos, vínculos tan necesarios en una etapa signada por las pérdidas.

Buena calidad de vida quiere decir también lograr una buena capacidad de comunicación, una disposición activa y creativa que ayuden a conseguir estrategias para adaptarse a un medio y a un tiempo vertiginosamente cambiante, pero que representa la realidad de todos, el tiempo de todos.

El doble desafío que tienen los Adultos Mayores , como es adaptarse y asumir los propios cambios y además aprender a ajustarse a los cambios que esa realidad imprime a nuestro tiempo, es lo que los hace estar activos, lúcidos, vigentes, no marginados ni aislados ni desestimados. Los Adultos Mayores pueden y deben aportar lo que acumularon en los años vividos, la experiencia de haber pertenecido al siglo XX discepoliano, con idas y vueltas de las utopías, con terribles despliegues de maldad humana junto a increíbles avances en la ciencia y la tecnología.

Alguna Bibliografía que se puede consultar:

Monchietti A. Representación social de la vejez y su influencia sobre el aislamiento

social y la salud de quien envejece. Rev. Tiempo. Nº 4. 1999.

http://www.psiconet.com/tiempo

( en la Pagina del curso)

Lehr U. La Calidad de vida en la Tercera Edad: una labor individual y social.

En Buendía José,(comp.) Envejecimiento y psicología de la salud. Siglo XXI. España. 1994.

Litvak J. Determinantes del envejecimiento sano. Rev.Cuad.Med.Soc. N*3.

1989. Chile.

Lifac S. Envejecer en la sociedad actual. Dto Técnico de Psinet. Internet.

Lolas F. Estudio cualitativo de la calidad de vida en el senescente.

Una propuesta metodológica Rev. Vértex N· 29. Bs.As. 1997-

Lolas S.F. Geriagogía: enseñar a envejecer como tarea social.

Acta Psiq.Psic.Amer.Lat. N*4. 1992.

 

Viguera V. Promoción de salud mental en los Adultos Mayores.

Aprender a envejecer. 1er Congreso Virtual de Psiquiatria.

1 de febrero/ 15 de marzo de 2000.

Yuni José. Educación de Mayores y Desarrollo Personal: Estudio sobre

percepciones de mejora en Adultos Mayores de las Universidades Argentinas. Rev. Tiempo Nº 5. 2000 .

http://www.psiconet.com/tiempo


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