Número 8 - Febrero 2007 |
Adolescencia: Marcas de época y des-tiempos generacionales Lidia Telma Scalozub |
".....si antes sosteníamos una articulación entre el registro singular y el social,
este momento de la cultura nos marca, como camino ineludible,
la determinación de lo social en el proceso de subjetivación."
N. FORNARI (2001)+"Yo quiero ponerme un arito acá (señala la cola de la ceja), también quiero hacerme un tatuaje, pero no me dejan"
Ante la pregunta de porqué es que quiere eso, contesta simplemente " porque me gusta" con una sonrisa entre pícara y cómplice.
"Mis papás son de otra época, para ellos es terrible, tienen miedo que me pase algo, como que me fuera a morir"
Estas frases fueron dichas por Corina (C) de 16 años y medio, en las primeras entrevistas de una consulta realizada 8 años después de terminar un análisis que tuvo lugar entre sus 6 y 8 años.
En ese momento lo que motivó la consulta fue la preocupación de la madre porque C decía de distintos modos "para qué vivir", en cambio el padre desestimaba esto y su preocupación era lo poco que C comía y los líos que hacía a la hora de comer. También comentó el padre que la niña y su hermana (4 años menor) eran cuidadas por las dos abuelas durante las horas de trabajo de la pareja, y opinaba que si ellas las cuidaban y usaban sus propios criterios de crianza, ellos como padres no tenían porqué imponer otros. Esto me hizo pensar en la dificultad en la asunción de las funciones parentales por parte de los padres.
ADOLESCENCIA Y MARCAS : TATUAJES, PEARCING......
La pubertad puede ser conceptualizada como la época en la vida de un sujeto en que tiene lugar la irrupción de lo pulsional sexual con una particular fuerza y cualidad, ésta última es la de ser desorganizante y novedosa. Tiempo de perturbaciones propias de ese momento "que la estructura organizada de la latencia no puede contener" (J. Moreno). Estos emergentes desbordan el cauce instalado durante la infancia y el púber "manotea" los recursos psíquicos que tiene a su alcance. Dice Castoríades: "que no es un tiempo cronológico, sino un tiempo de alteración".
Otra característica es la destitución de los saberes, de los padres y de los adultos en general vinculados a él y también porqué no del propio. Surgen las dudas, la puesta en cuestión de lo que creía saber, aparece la rebeldía, como autoafirmación, cómo búsqueda ó como reacción frente al vacío promovido por los distintos cambios, en el cuerpo, en los lazos familiares y amistosos y en el discurso de la época. Tienen lugar los duelos por todo lo que deja de ser como era, el cuerpo, los padres idealizados, los amigos que empiezan a cambiar su valor de amistad. El púber por tanto se enfrenta a un acontecimiento, en tanto fenómeno inédito en su vida.
Se podría pensar en una reactualización y a su vez una nueva presentación de la conflictiva edípica, vivida de un modo novedoso, diferente, porque lo sexual ya no es en potencia sino con posibilidad de realización, poniendo tanto al Yo como al Superyó en una nueva posición frente a la demanda pulsional. Hay una verdadera metamorfosis subjetiva que implica el generar nuevas re-presentaciones para lo novedosamente presentado, nuevas marcas.
Si un nudo fundamental de esta época es el caer de los saberes, sobre todo el parental, habrá en el mejor de los casos, una búsqueda de los mismos en el afuera familiar, una salida a la exogamia. Ésta, si bien se prepara desde la concepción misma del sujeto, por el lugar al que adviene en la trama familiar desde el deseo inconsciente de los padres, el momento en el que se pone en juego verdaderamente la acción en el afuera familiar es en la pubertad y en la adolescencia.
Por todo ello se pone en evidencia, un des-tiempo generacional propio de las transformaciones mencionadas y diferente por su cualidad a las que luego me referiré.
De todos modos vale la pena diferenciar los fenómenos puberales de los de la adolescencia, en tanto en ésta última tiene lugar el procesamiento de todo lo que se "revolucionó" en la pubertad. Eso en el caso de que el desborde haya encontrado luego su cauce, en caso contrario sobrevendrán las distintas patologías.
En relación a las marcas
Marca en el diccionario de María Moliner, es la señal dibujada (la cursiva es mía) pegada, hecha a fuego, etc, en una cosa, un animal ó una persona, para distinguirla y saber a quién pertenece (cursiva mía).
De esto me interesa destacar " señal dibujada..... en una persona" y la idea de pertenencia.
Ahora bien como vimos, constituirse como sujeto implica ser marcado por el discurso vigente familiar, social y cultural de una época. Estas son marcas ineludibles en el proceso de constitución subjetiva. Pero aquí deseo referirme a otro tipo de marcas, las marcas elegidas, buscadas llevadas a cabo en la piel, en el propio cuerpo como por ejemplo los tatuajes, el piercing ,etc. Ahí estará la marca, que elegida por un sujeto, por un adolescente en este caso, tendrá el sentido, entre otros, de aquello que le permitirá pertenecer.
Si la cultura y el discurso social promueven la moda del uso del tatuaje, éste puede constituirse en "el pasaporte" para que un adolescente pueda integrarse en su comunidad pero también tiene una significación singular.
Sabemos que los tatuajes son irreversibles en cuanto a su posibilidad de ser removidos, "son para siempre" como se suele decir de ellos. Es, en medio de un estar rodeado de objetos efímeros, inscribir en la piel algo perdurable que niegue la caducidad vinculada al paso del tiempo.
En la película "A LOS 13", de la directora Catherine Hardwicke, que se desarrolla en los EE. UU de nuestros días, puede verse la relevancia que adquiere la piel, como zona erógena como ya lo planteara Freud en "Tres ensayos para una teoría sexual" (1905) es sede y fuente de excitaciones tanto placenteras como dolorosas, es por tanto también "barrera protectora antiestímulos" (Freud 1920). Se torna escenario de distintos actos sobre ella en la adolescencia, entre ellos el tatuaje, el pearcing, las escarificaciones, etc La película nos muestra el despertar sexual con sus matices de sensaciones así como de confusiones y muchas veces despersonalización.
Los grupos se configuran según que sus componentes ostenten el florecimiento sexual o por el contrario, lo repriman. Pero dos temas me interesan destacar de la película: el recorrido que estas dos chicas(de la película) hacen para tatuarse, hacerse pearcing y demás, como modo de tener los mismos signos que los chicos de su comunidad.
Ya D. Meltzer señaló que una de los procesamientos psíquicos más "saludables" en la adolescencia es el deseo de pertenecer a "la pandilla de pares", siendo otros en sentido creciente hacia la patología la latencia prolongada, la huída a la adultez (el exitismo) y el aislamiento.
Otro tema que deseo destacar en la película, es el de la madre de una de ellas "adolescentizada", con una sexualidad que trasciende los límites de la privacidad y promueve confusión en su hija. Festeja cuando un tercero, al verlas juntas les dice: "parecen hermanas". Ese des-tiempo donde se borra la asimetría y la diferencia generacional, es frecuente de observar en nuestra época y en nuestra práctica clínica.
El caso que comencé a relatar más arriba, plantea una situación opuesta, que me permite hipotetizar acerca de cómo los padres de C ( tal vez más el padre) quedaron adheridos a marcas de su generación anterior, no parece haber habido salida exogámica por tanto "los criterios de crianza"( ver más arriba) son los de las abuelas y no los de los padres.
Relato clínico:
Como dije al comienzo de este escrito, Corina es una adolescente de 16 años y medio cuando pide consultar 8 años después de finalizar su análisis infantil. Ella pidió verme pero llama su madre diciéndome que a C le estaba yendo mal en el estudio, que había repetido el año anterior, que mentía y que estaba muy insistente con hacerse un tatuaje y ponerse un arito en la cola de una ceja. Por otra parte, cada tanto y en relación a alguna pelea con sus padres, vuelve a decir que sería mejor no vivir.
Todo ello trae malestar familiar en la que tallan mucho ambas abuelas.
Siendo que C fue la que pidió verme, la cito a ella a una entrevista.
En el curso de la misma recuerda detalles de su análisis infantil, y luego comenta que se hizo poner un "arito en la panza" y que quiere ponerse otro en la cola de la ceja, pero que no la dejan, por eso a escondidas se puso el de la panza.
Que eso le trajo problemas en el colegio porque la preceptora se enteró y mandó una nota a su casa, que la hizo sentir mal y volvió a decir, como hacía mucho que no hacía "para que vivo, para traer problemas?". Dice que siente que están controlándola todo el tiempo y que ahora su objetivo es convencer a los padres para hacerse un tatuaje. Al preguntarle sobre sus intereses y gustos, " el estudio me embola, quiero terminar de una vez, no me gusta" . Le pregunto que si no le gusta y la embola, para que quiere terminarlo, (siendo que le faltan dos años) y me responde:" para que mis viejos no se enculen". "No me gusta que me reten, mi tía lloraba cuando se enteró lo del arito"
"Mi abuela jode con que mi mamá era prolija, estudiosa...., como para que tome el ejemplo."Qué ejemplo, si mi mamá no hacía más que estudiar y ayudar a mi abuela y a lo sumo salía a comer pizza con una amiga". "y mi papá iba a bailar de traje y corbata".
Es difícil descubrir cuáles son sus intereses, salvo su deseo perentorio de hacerse el piercing de la ceja y el tatuaje.
Cuando está por terminar la entrevista exclama: " Listo ya me descargué".
Cuando Corina pidió la consulta, ¿habrá pensado encontrar en este espacio algún sentido a lo que le estaba pasando? O simplemente buscaba un lugar donde "descargarse".¿Será su perentoriedad por hacerse el piercing y el tatuaje una descarga? Y en ese caso acerca de qué? Tal vez de los indicadores de vacío, ya que le resulta tan difícil encontrar qué investir con su interés.
En otra entrevista con ella dibuja a su familia "haciendo algo" tal como le fue dicho en la consigna . Vemos en él a su padre conectado con su teléfono celular (ya de chica, en su primer análisis C se quejaba que su padre estaba mucho tiempo con el teléfono), con la computadora y esa lamparita sobre su cabeza, que aparece como algo enigmático. Ella y su madre peleando (eso dijo) y su hermana mirando TV. Impacta ver la expresión en el rostro de la madre y a C con aspecto de varón.
En una entrevista familiar el padre de C le dijo: "cómo te vas a hacer un tatuaje, eso es cosa de estibadores, de marineros..."
Si el discurso cultural marca la visión que del mundo tiene un sujeto, será el padre o la abuela la quien emitió esa frase? o más bien, la abuela por boca del padre?.
Pero si el pedido de C generaba ese decir del padre (por cuya boca parecen haber hablado una o dos generaciones anteriores) y en la madre despierta el horror vinculado a la idea de enfermedad y muerte, quedaba excluida la posibilidad de que ese tema fuera puesto en palabras y se tramitara en un diálogo entre C y sus padres. Se pone de manifiesto aquí una discordancia de marcas de época por lo cual C queda en una situación de vacío y soledad, "si la palabra hablada no tiene espesor de sentido, sino valor de descarga" ( E. Fornari, 2001) C apela a la acción, al acto que oculta y que promueve una cadena de mentiras, tal como C comenzó a tejer, a partir de llevar a cabo en la clandestinidad, lo prohibido.
Algunas referencias a emergentes en el curso del tratamiento:
C comenzó un análisis teniendo 2 sesiones semanales. El contenido de las mismas giraba alrededor de situaciones de enfrentamiento con la preceptora ó con alguna compañera, la queja por tener que estudiar y la insistencia en ver cómo hacerse el tatuaje y el piercing, que finalmente logró (este último) hacérselo como negociación con la madre, si aprobaba un examen. Antes de eso, en una oportunidad y a causa de estar en cama por una gripe, la madre descubre que C en el hombro tiene un tatuaje, nada había dicho en su casa. Tampoco lo había comentado en sesión.
Surge de ello un gran lío en su familia, le recriminan el haber hecho eso y ocultarlo. Su madre aterrada con la idea de que ese fuera "el comienzo de una enfermedad crónica" a punto de partida del tatuaje. En alguna entrevista que realicé con los padres, la madre habló de sus ideas en cuanto a que un tatuaje o un piercing fueran el modo en que C pudiese contraer SIDA .
Pero también a C le surgió la desconfianza de que yo "la denunciara ", por lo que no pudo confiar en mi capacidad de reserva, trayendo a sesión su decisión de tatuarse .
Lo que se había hecho tatuar era una letra china. Apelaba C a la mirada de otro que no estuviese indiferente , como el padre en el dibujo de la familia?, absorto por otros objetos sin fijar su mirada en C que la rescatara de la pelea mortífera con la madre?
Sería la letra china que se hizo tatuar, la que atraería su mirada?
Letra china que de no conocer esa lengua deberá ser traducida o des-cifrada, como "su nombre escrito de un modo cifrado " (E. Labos 2005), en una sesión
¿Por qué escribe, o dibuja su nombre cifrado? No se siente portadora de un nombre?
Parece no haberse podido apropiar de él, su nombre escrito como un logo, confundido con el de una marca comercial, no deja marca en su subjetividad.
Es función paterna asignar nombre (al hijo/a), nominar, pero el padre absorto como se lo ve en el dibujo y que "está siempre en otra", como repetidas veces dijo C, como podría hacerlo, está corrido de su función.
CONSIDERACIONES FINALES
Considero que las distintas prácticas sobre la piel de un adolescente como el tatuaje, pueden ser pensadas como "marcas de época", pero esto no abarcaría la complejidad del fenómeno, sería "una ligereza" ya que " todo tatuaje es un enigma o encubre un enigma que requiere un trabajo interpretativo" ( M. Pelento, 1999). Desde el lugar de psicoanalistas y sabiéndolo efecto de la cultura, se nos impone articularlo con lo singular en cuanto al develamiento de su significación.
En el caso que relaté si bien el tatuaje puede tener un sentido de pertenencia en lo social, en lo singular (tanto individual como familiar ) permitió poner en evidencia que al estar los padres de C absortos en sus vínculos con sus respectivos progenitores, especialmente sus madres, no pudieron asomar su mirada a las pautas culturales y sociales de la generación de su(s) hija(s), quedando ambos términos de la relación en un des-tiempo generacional, que implicó la ausencia de una puesta en palabras, que permitiera una circulación de sentidos.
BIBLIOGRAFÍA
Fornari, E.N, (1999) Razón y sin razón. Rev.del Ateneo Psicoanalítico Nº2
Fornari, E.N, (2001) "Todo lo líquido se desvanece...." Idem Nº 3
Freud, S , (1905) "Tres ensayos ....." T. VII Obras Completas Amorrortu
Freud, S , (1920) "Mas allá del principio:...." TXVIII " "
Labos, E, (2005) Comunicación personal.
Moreno, J, (1998) Pubertad, en Pubertad, Historización.....Cuadernos de ApdeBa Nº1.
Pelento, M. (1999) Los tatuajes como marcas. En la Revista de Psicoanálisis Tomo LVI Nº 2
Reisfeld, S. (2005) TATUAJES : Una mirada psicoanalítica Piados
Scalozub, L (1995) Fantasía y Concepto de muerte en los niños. Actas de las Jornadas del Departamento de N y A. ApdeBa.