Discursos y prácticas profesionales de psicología social en salud mental (España 1970- 1995) Juan Carlos Duro Martinez

Primera parte: CRISIS, CRÍTICA Y ALTERNATIVAS A LO INSTITUIDO.
El final del franquismo y la transición democrática (1970-1982)

Capítulo IV. PRÁCTICAS ALTERNATIVAS Y COMUNITARIAS

En este capítulo vamos a describir y analizar aquellas prácticas profesionales que han ido produciéndose en Madrid en el periodo estudiado, relacionadas con la salud comunitaria desde instituciones de la sanidad pública o desde instituciones que reivindicaban la asunción de algún aspecto de la salud comunitaria por iniciativa de grupos de profesionales progresistas y/o grupos de la comunidad.

– En el primer caso nos referiremos a los Centros de la sanidad pública dependientes de las distintas Administraciones locales, autonómica y central (Centros de Salud Mental del AISNA, experiencias de transformación psiquiátrica, CMS/CPS, etc.).

– En el segundo caso señalaremos las iniciativas de profesionales progresistas (generalmente psicólogos, psiquiatras y ginecólogos) con vocación comunitaria y de servicio público y puestas en marcha con el apoyo de grupos de la comunidad (asociaciones de vecinos, asociaciones de padres de alumnos, grupos de mujeres, asociaciones de amas de casa, etc.) y en algún caso con cierto respaldo de los partidos políticos de izquierda, todavía en la clandestinidad (PSOE y PCE). Será el caso de los Centros de Planificación Familiar y con distintos centros relacionados con la salud mental y de psicología de barrios.

4.1. Los Centros de Salud Mental de la AISNA (1972-1986)

La Administración Institucional de la Sanidad Nacional (AISNA), dentro del caos organizativo de la sanidad pública en tiempos de Franco, no estaba integrada en la red pública de la Seguridad Social, y sus principales competencias se referían al ingreso y tratamiento psiquiátrico en los –llamados popularmente– manicomios de los que el más conocido en Madrid era el de Leganés (hospital psiquiátrico Sta Isabel). Además dependían de dicha administración los Centros de Diagnóstico y Orientación Terapéutica a razón de uno por ciudad en toda España (Madrid tenía 5), algún Centro-Dispensario-Antialcohólico (Madrid tenía 3) y Centros de Salud Mental (Madrid tenía 5): en cada centro trabajaba un psicólogo (excepcionalmente dos). Se trataba por lo tanto de un subsistema de carácter público pero marginal si lo comparamos con la extendida red ambulatoria y hospitalaria de la Seguridad Social.

Los psicólogos, como ‘testólogos’ y ‘ayudantes’ de los psiquiatras, entran en la sanidad pública por la puerta de la ‘enfermedad mental’, de la ‘personalidad anormal’ y como personal auxiliar del verdadero protagonista de la atención terapéutica: el psiquiatra. La cada vez más palpable insuficiencia del modelo médico-psiquiátrico para incorporar puntos de vista psicológicos en el diagnóstico de trastornos relacionados con la personalidad y la incorporación de tests para psicodiagnóstico cuyo uso y manejo se le atribuía en otros países a los psicólogos contribuyó a que el 26 de marzo de 1976 se convocasen 79 plazas de oposición libre para el ingreso en la Escala de Facultativos y Especialistas de psicólogos en la Administración Institucional de la Sanidad Nacional (AISNA).

Estos psicólogos pioneros muy pronto comenzaron a reivindicar unas mayores competencias profesionales y cuotas de intervención, sobre todo en la práctica psicoterapéutica y con población infantil y familiar. Incluso, en algunos casos, estos psicólogos, siguiendo algunos procesos de reforma iniciada por psiquiatras progresistas, esbozaron iniciativas y realizaron experiencias de salud mental comunitaria (psicoterapias de grupo, trabajo psicológico con padres, asesoramiento a colegios, etc.) acordes con los aires de transformación psiquiátrica que soplaron a lo largo de la década de los 80. Fue el caso del Hospital Psiquiátrico de Sta Isabel de Leganés en Madrid, vanguardia española según el modelo francés de sectorización psiquiátrica.

Estos Centros de Salud Mental, junto con los Dispensarios Antialcohólicos, fueron transferidos a la Comunidad Autónoma en 1986 y pasaron a formar parte de la red de Servicios de Salud Mental de la Comunidad de Madrid.