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Número 3 - Octubre 2003
Una mujer - que se arregla sola
Paola Gutkowski

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En "Apertura" 1 dedicamos un espacio central a pensar la clínica, y de nuestras reuniones han surgido diversos puntos de partida para revisar conceptos, nociones y, por sobre todo, la dirección de la cura. En dicho espacio, un analista es convocado a leer un texto que se produce entre-dos. Ejemplo de la diversidad en las modalidades de conceptualización, serán los comentarios incluidos a continuación del material clínico. Los mismos fueron realizador por la Dra. Irene Eizicovich y el Lic.Pablo Peusner.

 

"Hola ¿Paola?. Quería avisarte que no voy a poder ir hasta más o menos el mes de Abril. Me avisaron en el trabajo que tengo una capacitación y entonces me voy a tener que quedar entre las ocho y las diez de la noche. Yo te llamo más adelante. Un beso.".

Este mensaje me fue dejado por M. los primeros días de Marzo de 2001. Había empezado a atenderla en Julio de 1999. Había transcurrido cierto tiempo desde que los síntomas que motivaron su consulta inicial habían desaparecido. Según su decir su vida había cambiado notablemente. Sin embargo, en el transcurso de las sesiones se había establecido un nuevo tema y M. había manifestado su interés por resolverlo.

En la última sesión que concurre, antes del mensaje telefónico, relata que durante sus vacaciones tuvo pánico de subirse a un avión. Subió igual pero para regresar cambió su pasaje y volvió en barco. Dice: "No es miedo a morirme. Es miedo a morirme porque todavía no hice lo que tenía que hacer. Desaparecieron los miedos nocturnos pero es como si se hubieran trasladado ahí." En otras ocasiones había tenido miedo pero no había sido "patético": En un viaje al interior tuvo miedo en el micro, pero "... ahí tuve miedo de no volver a ver a mi mamá porque no me había despedido de ella". Ultimamente siente miedo de quedarse sola. "Ahora es porque no me enamoré y tengo cuentas pendientes".

Octubre de 2001: "Hola ¿Paola? Habla M. quería saber si me podías aceptar de nuevo como paciente. Porque yo querría que vos me volvieras a atender. "

¿Por qué vuelve? Porque no pudo subirse a un avión. Tuvo que sacar otros pasajes en micro perdiendo 24 horas de su excursión. M. había decidido tomarse sus vacaciones, sola. Una vez en la ciudad de veraneo se vio rodeada de familias y parejas. "Es la primera vez que reconozco que me molestó estar sola".

¿Por qué dejó de venir? Porque creía que el motivo que la había hecho venir estaba solucionado y que ya podía arreglarse sola.

Le señalo que el motivo por el que vuelve es el mismo que por el que se va.

Julio de 1999 (Primera entrevista)

M. (de mediana edad) dice estar angustiada. Se fue a vivir sola hace pocos años. Está angustiada hace seis meses. Una noche se despertó con miedo de haberse quedado ciega. Tiene miedo de quedarse paralítica. Tiene dolores fuertes en la cintura. Los médicos le dicen que no tiene nada más que contracturas. M. quiere saber de dónde salen sus miedos y qué son.

Cuando era chica y de adolescente no podía dormir a oscuras y tenía terror a quedarse sola si sus hermanos y la madre salían.

Le pregunto cómo es que decide irse a vivir sola. "No sé" , responde. ". No me fui por tener discusiones con mi mamá y tampoco estaba incómoda".

M. consulta ahora porque tiene miedo de no poder caminar y a no poder salir sola. En determinado momento estos dolores y temores habían cedido y hace un tiempo se desencadenaron con más fuerza. Se queda dura en la calle sin poder dar un paso más, debe sentarse y llamar a alguien para que la vengan a buscar.

De sus padres:

Tenían una relación violenta. "Yo me quedé con mi mamá. A mi papá no le hablo ". M. culpa a su padre por lo que tuvieron que vivir. Este era un hombre violento, "enfermo de celos". Tanto M. como sus hermanos tenían que soportar gritos, insultos y golpes de su padre a su madre. "Tenía un pánico atroz cuando se enfurecía. No nos dejaba salir. Cerraba la puerta con llave y no nos dejaba ir a la Escuela. En mi casa yo estaba en situación de vigilancia permanente. Esperábamos a ver cuándo se armaba la hecatombe. Estaba atenta con todos mis sentidos. Nunca pude vivir en paz estando mi papá".

En una ocasión pensó que el padre los iba a matar a todos. Tenía 13 o 14 años. M. saltó por la ventana y fue a buscar un patrullero. Cuando llegó la policía, la madre hizo ir a sus hijos, pero no denunció a su marido.

El padre tenía celos de todo. "Era un tránsfuga. Nos buscaban por todos lados. Siempre debía plata. Era jugador compulsivo . Él no trabajaba. Trabajaba mi mamá".

De la separación de los padres:

"Ellos como pareja eran muy distantes. Mi papá no se quería ir. A su manera, la quería. La quería pero la lastimaba. La acusaba de estar con otro hombre. En la última pelea, mi papá llorando me dijo que se iba a separar. Yo casi me pongo a saltar en una pata de alegría pero mis hermanos lloraron." "Mis hermanos vivieron con uno y con otro. Yo siento un rechazo absoluto por mi papá. Creo que jamás le di un beso. Yo vi como le pegaba a mi mamá. Gritaba yo, gritaban mis hermanos. Alguna vez me tiré encima para sacarlo. Era extremadamente impulsivo".

De la madre:

"Es extremadamente inteligente. No me entra en la cabeza cómo pudo elegir a alguien así". Para M. su madre es una persona brillante. Todo lo que hizo lo hizo para obtener lo mejor de ella y por eso le está agradecida. "Tiene altura para decir las cosas. No es para nada impulsiva. Ataca los problemas desde la calma. Tiene la paciencia que yo no tengo. Es una persona muy templada. Es sumamente respetada profesionalmente"

De ella:

Las piernas se le aflojan. Se le endurecen "Se me van a parar". Consulta varios traumatólogos que no encuentran nada. Tiene miedo a no poder caminar más. Está en la calle, le agarra ese temor y no puede dar un paso más. Está todo el tiempo pendiente si le va a suceder o no.

Le pregunto por el tema de la ceguera a lo que dice no poder entenderlo. Un día se cortó la luz, estaba durmiendo y al despertar en medio de la noche, no ve nada. No imaginó que se podría haber cortado la luz. También efectuó un control ocular que dio bien.

M. trabaja en computadoras en una empresa . El inicio de los dolores coincide temporalmente con un cambio de piso en el trabajo y el distanciamiento en una relación con un compañero de trabajo con el que no se hablan. Tenían una relación "obsesiva y enfermiza". S es casado . "Era lindo lo que pasaba pero me causaba celos que me angustiaban muchísimo si hablaba con otra persona. Lo fui sacando de a poco de mi vida. Fue doloroso. Hoy su presencia me es intrascendente. Hoy no le hablo más". Hasta ese momento la pasaba bárbaro.

- Vos decís que entre esa vigilancia frente a la violencia de tu papá y esta vigilancia por tu cuerpo estuviste bien.

"Ahora que vos me lo decís, es la misma vigilancia"

A la siguiente sesión trae un sueño (Sueño I) que tiene la noche anterior: "Me levanté sobresaltada. Tiene que ver con la relación de mi mamá y mis hermanos. Les hace las cosas más fáciles que a mí.

Estábamos todos... me desperté muy asustada. Estaba contracturada de la cintura al dedo gordo. Estábamos cenando en mi departamento. Empezamos a discutir porque no le exige a mis hermanos lo que me exigía a mí. Era mucha presión. Le dije que si las cosas eran así , que se fueran de mi casa. Los eché. Apareció un señor de bigotes y barba en el pasillo y le revoleé una copa . Ahí me desperté".

El señor del sueño apareció en el medio de la penumbra. "A mi papá no se parece. Era un señor de edad similar a la de mi papá." M. le tiró la copa de susto y cuando se despertó tuvo "ese miedo de dormir sola".

Las diferencias que hace la mamá de M. entre sus hijos, M. las explica diciendo que sus hermanos extrañaban por épocas a su padre y se iban con él. M. siempre se quedó al lado de su madre. No tuvo dudas. Le exigió tanto porque le deseó a M. lo mejor. M. no podía fallar.

Más adelante vuelve a hablar sobre S. "Me llama la atención que a pesar de que no me interesaba para mí, pensar que alguien me lo podía quitar me tenía vigilándolo las ocho horas de trabajo. No podía tolerar que dejara de compartir algo para compartirlo con otra."

De su imagen:

No puede salir a la calle si no está de punta en blanco. Se tiene que combinar la ropa interior con la exterior. "La pasaría muy mal si variase mi peso o si físicamente no fuera como soy. Me quiero muchísimo. Me acepto absolutamente. Aunque a veces salir de punta en blando me demanda mucha energía. No podría salir si no tuviera el pelo planchado. Es compulsivo." Si no está todo en su lugar se enoja con ella misma. Le produce mucha ansiedad y el modo de calmarse es salir de compras y gastar plata.

 

Más adelante aparece la verdadera razón por la cual M. se fue a vivir sola. M se enamora de un concido y como sabía la zona por la que él vivía, para ubicarlo decide irse a vivir a ese barrio ya que de un modo u otro terminaría cruzándose con él. Terminó viviendo, casualmente, a la vuelta. Dice estar enamorada hace años. Una vez estuvo "por pasar algo" porque él había ido a su casa. M. fue al baño y cuando salió, él había apagado todas las luces y encendido todas las velas (que M. colecciona). Al encontrarse con esta escena, M. empieza a sentirse mal y no puede parar de vomitar. "Yo a él le demuestro que nada que ver. Yo tapo lo que siento. Te cacheteo cuando te quiero dar un beso".

M. es celosa de su cuerpo, celosa de S. , celosa de lo que ocurría en su casa. Pero M. es celosa por identificación a un rasgo del padre: También ella revolea una copa o da una cachetada en lugar de un beso, al igual que su padre a su madre. Ella vive con las antenas paradas. ¿No es ésta la imagen de alguien con dos cuernos? . Pienso que plantear esta cuestión apunta a introducir algo de la dimensión de Otra escena. Sí es ella, pero no del todo, es también el padre y si no se percata de ello, es en tanto que inconsciente. M. se adora, se acepta absolutamente, se presenta a sí misma investida de modo narcisista. Intento con la siguiente intervención que se produzca algún quiebre de tal unidad imaginaria que permita formularse alguna pregunta que lleve a un comienzo de análisis.

Dice:" Soy celosa de todo."

- Sos celosa por identificación a tu papá

"Yo pensaba... al final estoy actuando igual que mi papá que es lo último que querría".

A la sesión siguiente llega al consultorio muy nerviosa. Dice que se le oprime el pecho, que no puede respirar. "¡Justo ahora me agarra, viniendo para acá, cuando me dijiste que me identifico con mi papá! No quiero parecerme a mi papá. Lo odian. Está solo. Yo no quiero quedarme sola. Yo soy muy agresiva. Si te estoy lastimando te tengo que lastimar más. Disfruto. Con mi conducta prepotente creía que tendría a todos al lado mío. Ahora me doy cuenta que es al revés."

M. Empieza a preguntarse por qué agrede cuando no quiere hacerlo, también reconoce lo desgastante que le resultan los celos. "Puedo reconocer que me parezco mucho a mi papá. ¿Cómo hago para sacarme ese traje que me puse?". También comienza a llamarle la atención que no pueda encontrarle un solo defecto a su madre.

M. llama por teléfono a su enamorado. Él se invita para el fin de semana. Al día siguiente le agarra una reacción alérgica. Le sale una erupción en todo el cuerpo. "Es una manera de evitar un encuentro sexual con él"- sugiere M. Posterga el encuentro y se le va la alergia.

Se suceden episodios en los que de madrugada, M. se ahoga, no puede tragar, se le oprime el pecho. M. llama a su madre por teléfono y ésta va a acompañarla. También llama al médico quien dice que es todo óseo-muscular y que el cierre de la garganta es una "sensación subjetiva". M. había pensado que era algo cardíaco. "Esto que no puedo manejar me desarma. Cuando ya no puedo más sola, la llamo a mi mamá".

-¿Por qué?

"Porque la quiero al lado mío. Es la única que me va a entender bien lo que me pasa."

-¿Siempre puede ir?

"Sí"

-¿Qué entiende tu mamá?

"Entiende que no tengo nada en el corazón. Ella me sugirió que las parálisis eran otra cosa."

En otras ocasiones no puede dormir sola de noche. Tiene miedo que aparezcan personas más allá de la muerte. Escucha pasos que se arrastran y en cualquier momento van a entrar. Lo único que puede hacer es quedarse quieta bajo la colcha mirando la puerta. Queda presa de desesperación. Los personajes son distintos monstruos de películas.

M. no cree en la existencia de esos monstruos. "¿Cómo puede ser que siendo una persona grande le tengo miedo a un personaje ficticio?. ¿Cómo pierdo el contacto con la realidad?"

Recuerda una escena de cuando estaba en 5to grado. Dice que es la primera vez que lo cuenta. Un profesor la había manoseado. Él estaba muy pendiente del desarrollo físico de las alumnas. M. había ganado un concurso y la felicitó pasándole las manos por todo el cuerpo.

DEL MIEDO A LA POSTRACIÓN A QUEDARSE QUIETA POR EL PÁNICO A LOS ESPECTROS.

Deja de paralizarse en la calle y deviene en miedo a la postración. Teme tener que quedarse quieta en una cama y que tengan que hacer todo por ella. Tiene deudas que debe saldar por sus compras compulsivas. Para tapar que estaba sola- dice- salía a comprar. "Estaba sola como los viejos".

¿Qué, tu mamá también está sola?

"Mi mamá no necesita a los hombres, no le interesa el sexo. Prácticamente no tuvo ninguna pareja desde la separación. Cuando mis padres vivían juntos pensaba: por compensación a lo que vos sufrís con este hijo de puta yo te voy a hacer feliz con lo que vos querés. Darte cariño y demostrarte que valés, cosa que él no hacía. Mi mamá fue a quien tuve que proteger, se transformó en una persona a la que no podía mandar a la mierda cuando algo no me gustaba. Yo me hice cargo. Yo me la pasé todo el tiempo jugando el papel de lo que le faltaba. Si mi mamá estaba sola, yo la acompañaba, si mi hermano hacía mal las cosas, yo las hacía bárbaro. ¿Por qué se me ocurrió completarla? ¿Qué me pasa con mi mamá?. Siempre creí que las cuentas estaban saldadas y evidentemente no. Debo creer que me deben algo mis padres. Mi mamá fue una mamá atenta pero no te abrazaba ni te besaba."

A M.. siempre se le ocurre llamar a la madre cuando se siente mal. Cuando le dice que está en camino, se le pasan todos los dolores.

M. fue dando distintas versiones de por qué su madre se quedó a recibir los golpes tanto tiempo: su madre se habría casado para irse de su casa y "reventar" a su abuela;, nunca lo quiso al padre. Entonces por la culpa se habría quedado a recibir los golpes. La abuela materna se fue de su casa de la misma manera. La versión que M. nunca cambia es que su padre había querido mucho a su madre.

"Me impresionaba como mi papá le reclamaba sexo, así, conmigo adelante. Es de padre pervertido. A mí me impresionó tanto el reclamo porque pensé: Va a venir a buscar en mí lo que no tiene con mi mamá. Después de escuchar el reclamo, no dejaba ni que se me acerque. Siempre le encuentro algo de pervertido ver a un padre acariciando a su hija. Yo quería que mi papá desapareciera. No sabía cuando se le iba a cruzar encerrarnos. Eso es terrorismo hogareño. Me extraña que nunca lamenté que él desapareciera. Eso quiero desentrañar. ¿Cómo puede ser que no me dolió que se fuera y cuando quiso volver casi me muero?"

Le pregunto acerca de la escena con el profesor.

M. no sabe si fue el padre, si fue en la escuela. El profesor era un señor bastante grande, gordo, pelado y de bigotes. "Aparentemente cariñoso, pero un ´viejo cariñoso´".

La madre de M. le señala los defectos que tienen que ver con el padre: celosa, gastadora, contestadora, impulsiva.

M. le pregunta, un día, a su madre por qué el padre nunca la había buscado a M. Recibe como respuesta que M. era la única persona que le mostraba su realidad y a la única a la que no podía someter. Ella, M., se moría de miedo pero nunca se lo demostró. Esta explicación le es insuficiente. Dice: "Entendí por qué tomé esos defectos tan feos de mi papá. Fue tal el dolor de ver lo que hacía, que no es que me sea indiferente como pretendo, sino que lo tengo puesto". M. se describe como habiendo sido un censor de las situaciones de violencia en su casa, las presentía. Estaba con los ojos bien abiertos todo el tiempo. Ella no se paralizaba frente al padre pero no puede dejar de hacerlo ante los espectros.

M. relata que durante mis vacaciones fue a ver "Sexto sentido". Esa noche, tuvo miedo aterrador por lo que estu vo despierta toda la noche. A la noche siguiente, a la 1 de la madrugada, frente a la misma sensación llama a la mamá para que vaya a su casa. M. no recuerda una peor sensación que la de esa noche.

"Me extraña que a mi mamá no le extrañe que yo tenga miedo a los fantasmas. Ella debe tener la sospecha de que me pasó algo. Lo toma con total naturalidad". "Eso me convence que no es miedo a los muertos sino que algo pasó. ¿Por qué la naturalidad de mi mamá?. Ella entiende mi miedo. Los pasos que siento los relaciono con mi papá. Pienso que el miedo es por algo que mi papá me hizo o me dijo. ¿Por qué lo culpo a mi papá por lo del profesor?".

En marzo de 2000 dice que se siente mucho mejor que cuando empezó, que está más abierta con la gente. Aceptó salir con otras personas y lo pasa bien. Está de mejor humor y siente que los demás están mejor con ella.

Comienza a vislumbrarse el enigma del deseo de la madre como su tema. El padre, con sus celos, le da una versión normal: no tiene sexo con él porque lo tiene con otro. De la mujer brillante y perfecta, a esta altura, M. describe a su madre como una mujer que no disfruta de la vida y que no ha gozado. Se pregunta reiteradamente qué hace que una mujer, su madre, se quede con alguien que le da miedo. "No tuvo ni siquiera temor por nosotros. Ni siquiera ver que los hijos la pasaban como el culo la hizo moverse".

Continúa: "Yo soy la tercera generación sin sexo. Para mi abuela era virtud no tener sexo, por lo que pensaban las viejas de antes. Hubiera querido quedarse soltera pero no era bien visto. A mi bisabuela no le venía bien ninguno. Agarró uno y se casó. Mi mamá pensaba lo mismo del sexo hasta que algo (una operación en la que casi pierde la vida) la hizo cambiar de opinión. Antes no me dejaba estar sola en mi casa con mi novio 2 ."

"¿Por qué éstas mujeres se quedan al lado de personas que no soportan?. Mi abuela se separó de mi abuelo pero siguió viviendo bajo el mismo techo hasta que falleció, cada uno en partes diferentes de la casa. Ella abandonó a mi tío y a mi mamá porque tenía gran devoción por estar con su madre, mi bisabuela. La adoraba a ella y odiaba a su hermano."

M. siempre quiso que sus hermanos 3 se fueran con el padre para poder quedarse sola con la madre. Relata que lo maltrataba hasta el cansancio y que, entonces, no puede entender el afecto que le manifiesta él a ella. "Yo siempre estaba compitiendo para que me diera pelota. Yo salía corriendo a buscar a la policía y ella elegía a mi papá. Me sacaba buenas notas y seguía eligiendo a mis hermanos. La única manera de quedarme con ella era que se borren todos".

M. cree que su madre sabe por qué le pasa lo que le pasa. Conoce su grado de responsabilidad y por eso corre detrás de ella cada vez que la llama.

"Encontrarla tan culpable como a mi papá modificó mis sentimientos. Yo prefiero esta situación, A) porque odio la dependencia y B) porque los ataques de pánico me volvían loca. Desaparecieron los gastos compulsivos. Sin saber cómo, el otro día tenía la casa llena de amigas. Ahora les gusta estar conmigo. Cambiaron los motivos: no es que no podía caminar o respirar, me sentía sola. Para mí, mi mamá era perfecta y se hace difícil aguantar que no lo sea. Yo puse a mi papá donde está partiendo de la base que mi mamá era perfecta. Y si no es perfecta tengo que revisar dónde puse a mi papá. Los motivos por los cuales era una mierda eran de mi mamá y no míos. Quizá me privé de la compañía de mi papá pero no por mis propios motivos. A mí, nunca me hizo nada, nunca me tocó un pelo. Mi mayor odio contra mi papá empezó a surgir cuando apareció el reclamo sexual lo tengo que sacar de ahí y se me vienen 30 años de mi vida encima."

A la empleada de la madre de M y también de M. la golpea su pareja. La madre de M. le da consejos para que haga la denuncia y lo eche de su casa, la alecciona y sugiere cómo resolver la situación. Esto a M. la sorprende. Cree que para la madre es fácil aconsejar a otros pero para ella se quedó paralizada. "No puedo entender cómo alguien se paraliza. ¿Cómo te vas a quedar ahí si te fisuró dos costillas?. Yo sentí la misma impotencia que cuando le aportaba la solución a mi mamá y ella se quedaba. Antes de ir a dormir me vino mi empleada a la cabeza y ahí apareció el espectro. ¿Qué las paraliza tanto? Se quedan a recibir los golpes porque están en falta y es como si se los merecieran por no acostarse con ellos. Paralizarse por no tener sexo. Es como un autocastigo. Para mí estas cosas son para decir algo. Mi cuerpo dice que hasta acá llegó, porque así, sin sexo 4, no quiero seguir. Yo entendí que el tema de la reacción de paralizarme o quedarme paralítica tiene que ver con que mi mamá no tenía sexo con mi papá. Terror que paralizaba a mi mamá y terror que me paraliza a mí. A mí, los dolores no me dan más. Yo lo entiendo como un te estás empezando a curar. Me siento más aliviada. Lo que me trajo fue el tema de los dolores y porque no quería tener sexo con nadie. Yo ya encontré la respuesta."

(Dibuja la representación gráfica de X³) Lo explica: El 3 somos mi papá, mi mamá y yo. El amado fue un punto de inflexión cuando lo vomité 5 (lo ubica en la intersección de las coordenadas). Él sirvió para que yo me fuera como loca de mi casa, como mi mamá, que se fue locamente de la suya.

Nuevas situaciones de monstruos a la noche.

"¿Por qué la presencia de mi mamá hace que los demonios desaparezcan?. Tiene que ver con no poder compartir la cama con un tipo. Me da vergüenza decirle a mi mamá que estoy triste, derrotada, frustrada, fracasada, con un costado débil. Mostrar debilidad es reconocer que no soy tan perfecta como me ven. ¿Por qué relego mi vida para sostener la imagen de mi mamá? ¿Por qué siempre culpé a mi papá de lo que le pasaba a mi mamá?. Pensar que ella es responsable de lo que le pasó es cuestionarme. Pero ¿por qué toma con naturalidad mis llamados a cualquier hora?"

Le digo: Quizá los toma con naturalidad porque cumplen alguna función para ella, quizá le viene bien porque le resuelven el problema de la noche.

"Tenés razón. Me hace muy mal verla tan sola. Envejece más rápido. Sí, es así porque cuando me peleo con ella, aunque me muera de miedo no la llamo. La privo de llenarle la noche."

DE QUEDARSE QUIETA POR EL PÁNICO A LOS ESPECTROS AL PÁNICO A VIAJAR EN AVIÓN.

Ya no la asustan los espectros. No intenta ignorarlos pero ya no le quitan el sueño. "Me parece increíble poder dormir porque hace 30 años que no puedo dormir y de repente puedo hablar con mis espectros".

M. manifiesta que tiene parte del problema resuelto, que la angustia que tenía cuando vino, desapareció y que siente una sensación de alivio. "Me pregunto si me podría tomar unas vacaciones". Dice ya no tener nada más para decir y que se incomoda mucho por el silencio. "Me persigue incomodarte. ¿Y vos, qué?. Esta mujer se debe estar embolando. Me empiezo a preguntar para qué vengo".

Te hace sentir incómoda no llenar de palabras el tiempo y el espacio del otro.

"¿Por qué siento que las cosas tienen sentido si yo le lleno el espacio a alguien?."

En tanto M. ya no llama de noche a su madre, empieza a vislumbrar que es su madre la que busca excusas para quedarse a dormir en su casa. M. se fastidia por eso. No entiende por qué siente tanto rechazo. Se siente invadida. Dice:"¡ Ella no sale nunca! No quiero que venga a mi casa".

Su incomodidad frente al silencio en sesión cada vez la inquieta más. "No quiero que pienses que te engaño cuando digo que no tengo nada para decir".

Se va de viaje al exterior. A su regreso dice que no va a ir al diván. Se siente incómoda en el diván y prefiere verme la cara cuando habla. Está super contenta porque la ascendieron a un proyecto importantísimo en su trabajo. Un año atrás, dice, no lo hubiera podido manejar porque se trata de un trabajo en equipo.

"Si el terror desapareció, ¿cuál es el motivo ahora?. Ahora me siento bien, más segura. Me relaciono de otra manera con la gente. Me pasan cosas que me hacen bien. Puedo vivir reconociendo que no soy perfecta y eso me permite tolerar a los demás".

M. dice que desde que llegó a las conclusiones a las que llegó en análisis ve a la madre como que se está por enfermar. La ve cansada, deprimida. Pero quien es internada en terapia intensiva es la abuela de M. Tuvo un cuadro cerebro vascular. Cuando M. va a visitarla, ya de regreso en el geriátrico, le dice: "Vos me tenés que ayudar a salir de acá porque tengo que ir a tomar mate con X (un hombre)". ¡La abuela de M. está interesada en un hombre!. "Esto deja más al descubierto la situación de mi mamá. Para mi abuela los hombres eran diablos, monstruos de los que había que alejarse. Pero esta vez se peleó con otras señoras para ver quién se quedaba con X. Me mató hablar con mi abuela. Inmediatamente la miré a mi mamá. Pensé que era una lástima que mi abuela no hubiera buscado un hombre antes. De mi mamá pensé que ojalá que a ella también le pase."

A la abuela tienen que internarla de nuevo. Se descompensó luego de que su enamorado dijera que no quería tomar mate con ella. "Me puse a llorar sin parar ante la cara de sufrimiento de mi abuela o quizá porque Xla había dejado. Si mi abuela se muere, se va a morir sufriendo. Es mejor sentir que no sentir, me preocupa ser una piedra."

- Pero vos no sos una piedra, en todo caso estás identificada a alguien que parece que sí es una piedra. No es propiedad de las mujeres ser una piedra. Por ejemplo , tu abuela no lo es.

"No me gusta que los demás vean que no soy una piedra. Yo intento hacer creer que soy una piedra. Mi abuela adelante mío llora y me parte el alma. Evidentemente ella debe darse cuenta que yo no soy una piedra. Mi mamá tuvo la imagen de arreglarse sola de su mamá."

Un sueño(Sueño II):

"Iba caminando con mi mamá por una calle que lindaba con el cementerio. Había muchos puestitos que vendían flores. Un muchacho tiró un ramo de rosas muy lindo para atrás. Yo lo levanto. El muchacho me mira. Mi mamá me dijo: "¡Tiralo!". "¿Por qué, si es muy lindo?", contesté. "Sí, pero es para los muertos", dice mi mamá."

El chico del sueño le había gustado y ella a él. Él tiró las flores como las tiran las novias. "Implica que tengo que elegir".

A la semana siguiente un compañero de trabajo la invita a tomar un café y acepta.

En Navidad se reúnen en su casa con su madre y sus hermanos. A la hora de partir, la madre dice "¿Cómo vamos a dejar a M. sola?"

M: "Yo vivo sola."

Madre: "Bueno, yo quiero quedarme a dormir."

M: "Eso es diferente."

"Mi mamá se quiere quedar conmigo y me da rechazo. Ella tenía su vida completa si me tenía que curar la parálisis a mí. Ahora la estoy descompletando yo. El problema es que esa culpa es terrible".

Cuando M. vuelve a su próxima sesión, es después de sus vacaciones en las que tiene que cambiar su pasaje de regreso en avión porque no pudo subirse (aunque de ida pudo hacerlo no sin miedo). Es la última sesión antes del llamado telefónico anunciando ¿sus vacaciones?.

 

El sueño del regreso (Sueño III):

A la segunda sesión luego de retomar, trae un sueño que M. está segura que tiene que ver con su tema de análisis:

"Estábamos mis hermanos, otra persona - un hombre- y yo en una terraza. Uno de mis hermanos le dice a la otra persona ' Mirá como salto, me agarro y no me caigo'. Lo desafía. Salta. Le pido al hombre que por favor me diga que no se murió (porque ya no lo veo más a mi hermano). 'Seamos realistas - dice- se murió'. Bajé por el ascensor. Estaba en bata, con una toalla en la cabeza, colorada del llanto, comiendo una manzana roja. Me miré en el espejo del ascensor.

Abajo estaba mi mamá, llorando abrazada a mi hermano. Estaba vivo, me miraba. Yo le decía: Por favor no me dejes. Mi hermano se transforma en plano. Mi mamá lo dobla a mi hermano y lo mete en una cubetera con esqueleto (de las viejas) y le pone el hielo arriba."

Algunas asociaciones de M.: "Me llamó la atención mi mamá, cuando lo mete en la cubetera como que acá no pasó nada, está todo solucionado. Estando uno de mis hermanos como protagonista es más extraño. Me parece que está relacionado con empezar a descifrar el tema por el que vine: Mi papá.

Me desperté cuando mi mamá lo metió a mi hermano en el freezer. No ante la caída o la muerte. Lo asocio con la actitud de mi mamá, mandar a los hombres al freezer. En el congelador porque era una cubetera de las que podía tener mi abuela. El hombre, me podría imaginar que es mi papá pero era desconocido."

¿Cuál es el trabajo de análisis que aún resta desplegar? ¿Qué debe ser rectificado en relación a la transferencia, en función de los motivos de su partida ahora que decidió retomar?

Afrontar el estrago
Comentario realizado por Irene Eizykovicz

Para que una hija se convierta en madre, es decir, teja filiación, es necesario el estrago con su madre.

Voy a proponer en el texto de Paola Gutkowski, un trabajo de lectura que comienza por recortar la relación madre-hija, vínculo que por repetición enlaza tres generaciones, y se actualiza en transferencia constituyendo la Otra escena.

Estas madres detenidas en la tramitación de su posición femenina como culminación simbólica del destino sexuado de una mujer, repudian su no tener en la imposibilidad de renunciar al hijo: fue parte suya y ya no lo es. Por algo propio del análisis – la transferencia- se le acorta a M. la distancia entre la analista y la madre.

Soportar la transferencia es para el analista soportar algo material: la constitución del sujeto. En el trayecto del análisis se lee un movimiento que va de la versión materna del padre con síntomas conversivos (se queda dura en al calle sin poder dar un paso más), a la construcción de la fobia (erección de un peligro- miedo al avión) que transforma el espacio materno amenazante del goce.

Es siempre una capa secundaria la relación de una mujer al padre. Para una mujer, el hombre –aún el padre-, es la forma de separarse de la madre. Estas mujeres no soportan hombres, no dejan de ser hijas para convertirse en madres:

Abuela: los hombres eran monstruos, diablos de los que había que alejarse. (M. tiene miedo de monstruos nocturnos). Tenía gran devoción por su madre - la bisabuela de M.-, abandonó a sus hijos y se separó–bajo el mismo techo- de su marido.

Madre: "se casó para irse de su casa y reventar a su madre. Es una persona muy templada –no entra en celo, mete a los hombres en el freezer".

M.: la inminencia de un encuentro sexual le provoca síntomas somáticos.

El goce incestuoso siempre es con la madre. La operación de Castración en el seno del Edipo -sin el obstáculo de la amenaza- plantea: ¿qué puede perder una mujer?: El amor. Porque ya entra en el Edipo castrada. Si M. ve realmente a la madre ("estaba con los ojos bien abiertos todo el tiempo"), le infringe una herida narcisista y se expone a que ella no la quiera, "para mí mi mamá era perfecta".

Si la incompletud del orden simbólico por operancia de la Metáfora Paterna inscribe la falta como pérdida, entonces se connota mediante la extracción del objeto a y dá estructura neurótica.

Pero ese conjunto –la estructura neurótica en las mujeres- queda abierto, no queda establecido de una vez y para siempre. No hay valla, es poroso, permeable –la mujer entra y sale-. Es por eso que locura y psicosis quedan relacionadas a lo femenino en el sujeto.

Se trata de la extracción del cuerpo de la madre, del goce de la madre. Sobre esa extracción se construye el sujeto –término secundario al objeto a-.

Se hace necesario entonces articular las dos dimensiones histórica –edípica- ,y estructural a fin de precisar que los términos Padre y Madre no sólo aluden a los personajes de la historia edípica "mamá y papá" sino a sus funciones. En la estructura el significante Padre nombra al representante original de la autoridad de la ley, mientras que Madre nombra al sujeto real que encarna al A. No sólo se trata de la castración en la "mamá" de la contingencia histórica, es la inscripción simbólica de la falta y su anudamiento a la función de la ley, al significante del Nombre del Padre (el que representa la autoridad de la ley en el A). La estructura se manifiesta en la historia y a través de ella.

M. se fue locamente de la casa materna, como la madre se fue locamente de la suya. Si se fueron locamente no salieron, permanecen ahí. (Locura entendida desde la doctrina de la locura de Lacan: estasis del ser en una identificación ideal, sin la mediación del vínculo de la palabra, es lo opuesto a la articulación con el Otro).

Freud insiste mucho para decir que el lazo de la hija con la madre está marcado de un reproche imposible de calmar y dirigido a aquélla por haber sido mal hecha (castrada), reproche que sería el impulso de su entrada en el complejo de Edipo, es decir de su llamado al padre. Estrago significa destrozo o daño muy grande. En Lacan el término estrago califica lo que hay de específico entre madre e hija. Debe de haber estrago de ese lazo desbordado de incesto con la hija. "El extrañamiento respecto de la madre se produce bajo el signo de la hostilidad, la ligazón-madre acaba en odio. Por lo común una parte de él se supera y otra permanece". Freud,S.: Conferencia 33.

Duelo es dolor y también combate –hay que incluír la hostilidad-. La madre debe poder perder al niño, así como el niño debe poder perder las heces. Hay que poder satisfacer ese duelo, su imposibilidad, su rechazo instalan el terror. El pasaje a la fantasía es transformación de lo más amenazante del goce. De un A compacto, por desprendimiento, a un A agujereado.

La exclusión del odio del lazo materno, hace que no exista relación de filiación. Retorno de un goce anhelado y amenazante ("quedarse sola con la madre"), incestuoso y criminal, que desata la reaparición de lo unheimlich de un objeto sin identidad sexual en toda su ambigüedad.

Una maternidad sin sentimientos de rechazo es un reino de los niños y las mujeres. Si no se produce ese arrancamiento sin sustitución , el riesgo para la hija es la captura. La madre de M. es una celadora, vigila y controla: " todo lo que hizo –exigencia y presión- lo hizo para obtener lo mejor de ella".No hay ternura como contracatexia :"mi mamá fue una mamá atenta pero no te abrazaba ni te besaba". El peligro del goce de la madre es la crueldad de la sexualización de la relación maternal, por la no disimulación del goce femenino por un padre, la no sustracción del goce.

Comentario realizado por el Lic. Pablo Peusner

El caso presentado en "Apertura" por la Lic. Paola Gutkowski generó un acalorado debate en el seno de nuestra Sociedad de trabajo. Aquella noche realicé un breve comentario que, a causa de una falla en nuestro grabador, se ha perdido. Sin embargo, intentaré reconstruir sus puntos salientes a partir de las notas que había preparado para la ocasión. Los mismos, se agrupan alrededor de dos cuestiones:

I.

En primer lugar realicé una breve descripción de las manifestaciones clínicas de la paciente –tal vez, porque en uno de los comentarios previos se había hecho referencia al problema diagnóstico. Señalé que encontraba cierta coincidencia entre la proliferación de las manifestaciones clínicas que la paciente presentaba, con los indicadores que en el DSM-IV se utilizan para diagnosticar el cuadro denominado " panic attack". Según el manual, si un paciente manifiesta "aparición temporal y aislada de miedo o malestar intenso", acompañado de cuatro o más síntomas de una lista de trece que se proponen, el diagnóstico es indudable. Ahora bien, de la lista de trece síntomas la paciente en cuestión manifestaba ocho. A saber: sensación de ahogo o falta de aliento; sensación de atragantarse; opresión o malestar torácico; náuseas o molestias abdominales; inestabilidad, mareo o desmayo; desrealización; miedo a morir y parestesias.

Un psicoanalista advertido y formado en el espíritu del "retorno a Freud" propuesto por Jacques Lacan, no podrá dejar de advertir la coincidencia que estas manifestaciones presentan respecto de los síntomas propuestos por Freud en 1894 con ocasión de escribir sobre el síndrome de la "neurosis de angustia". Según dicha lista, la paciente presentaba nueve de los diez síntomas establecidos por Freud. A saber: expectativa angustiada; ataques de angustia; ataques de angustia rudimentarios y equivalentes del ataque de angustia (descriptos como perturbaciones de la respiración, ataques de vértigo, parestesias); terror nocturno; mareos; fobias típicas (amenazas fisiológicas comunes y agorafobia); trastornos digestivos; parestesias y cronicidad en la sintomatología.

Considerando semejante coincidencia, en primer lugar reflexioné acerca de lo "novedoso" del "panic attack", considerando que es uno de los cuadros más extendidos y más autodiagnosticados por los pacientes que llegan a nuestra consulta. Propuse que su creación está más cerca de una maniobra tendiente a facilitar la comercialización de un psicofármaco como el "Rivotril", que de un afán por mejorar y actualizar la semiología psiquiátrica.

En segundo lugar, situé cierta apuesta de la analista dirigida a escuchar en ese texto un trastorno susceptible de ser abordado mediante el dispositivo freudiano –a condición de considerar que los cuadros de "neurosis actuales", suponen un tratamiento previo al inicio de un análisis propiamente dicho. Gran parte del material narra los avatares de este tratamiento previo, y sólo en el final del mismo se verifican las condiciones necesarias para iniciar un trabajo analítico (hipótesis que se demostrará oportunamente).

II.

La segunda cuestión que abordé, fue la lectura crítica de una intervención que la analista señalara a su paciente. En ella, le confirmó que "el motivo por el que vuelve es el mismo por el que se va". Dicho motivo giraba alrededor del significante "sola". Propuse otra visión del problema.

Antes de detallar dicho problema, quisiera realizar una aclaración al lector –aclaración que no realicé en la noche de la presentación, puesto que me parecía una "perogrullada". Sin embargo, quisiera destacar que mi intervención se apoyó en las frases del material, tal como fueron presentadas en el escrito que me fuera enviado para su comentario; y enarbolando la bandera del "¿qué importa quién habla?" (con la que Foucault inicia su célebre conferencia acerca de "¿Qué es un autor?"). Haberlas trabajado en este sentido no significa que fueron consideradas "a la letra", sino que se incluyó la tarea de "interpretador" propia a todo psicoanalista. En ningún momento presté atención a si el texto respondía a lo que "fielmente" dijera el paciente o si, más bien, era un recorte de la analista. En todo momento, me apoyé solamente en el texto. Valga la aclaración en lo que sigue.

Propuse, inicialmente, una frase para situar la posición de la paciente al momento de abandonar por primera vez las entrevistas: "todavía no hice lo que tenía que hacer" –y por éso se fue.

Al retornar afirma: "es la primera vez que reconozco que me molestó estar sola". En esta frase se afirma un carácter inaugural, algo ocurre "por primera vez". Por fin, hizo lo que tenía que hacer (motivo por el que se fue): incluir "lo nuevo" en su discurso.

El sueño del regreso nos ofrece a la madre colocando a su hermano en una cubetera, luego en el hielo. De las asociaciones se desprende otra frase: "... la actitud de mi mamá, mandar a los hombres al frizer [freezer] (ruego al lector que acepte esta escritura, argentinizada, para un significante de otra lengua). Las asociaciones continúan: "El hombre [el que estaba en el frizer, se entiende], me podría imaginar que era mi papá pero era desconocido".

También en las asociaciones del sueño se despliega algo "novedoso", algo que decide "empezar" (es decir, que nunca había sido realizado): "me parece que está relacionado con empezar a descifrar el tema por el que vine: mi papá".

En el retorno de la paciente a la consulta con su analista, insiste el carácter de novedad en lo que respecta a su posición discursiva. Plantea cosas "nuevas". Quiere "empezar" algo nunca iniciado.

Apenas situadas estas frases, advino una lectura vía el anagrama:

Allí donde se leía "D - E - S - C - I - F -R -A -R al padre", propuse "D -E -S -F -R -I -Z/S/C -A -R al padre" (¿no creen acaso que el inconsciente -estructurado como un lenguaje- pudiera utilizar en su favor la semejanza fonética que el español rioplatense acentúa entre Z, S y C?).

Le propuse a la analista que la dirección del tratamiento en ciernes, suponía ofertarle a la paciente "desfrizar" la figura de su padre. Y también que por esa vía había un inicio posible, sostenido por la única materialidad que ofrece una estructura para darle su status al inconsciente:

"juego combinatorio que opera espontáneamente, de manera presubjetiva (...) Ella nos asegura que el término inconsciente encierra algo calificable, accesible y objetivable" (Jacques Lacan - Seminario XI: "Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis – pag.28 – Ed.Paidós.)

Notas

1 Apertura es una Sociedad Psicoanalítica con sede en Buenos Aires.

2 M. tuvo dos noviazgos consecutivos mientras vivía en casa de su madre. Con los dos había tenido relaciones sexuales. Al principio disfrutaba de ellas y de la relación pero al poco tiempo ya no le interesaba su compañero y no sabía cómo dejar de estar con él. Continuó ambas relaciones bastante tiempo aunque ya no sentía nada por uno ni por el otro.

3 Menores que ella. Hasta que nació el primero no había habido situaciones de violencia entre sus padres.

4 ¿O sin el Otro sexo? Porque cómo dar cuenta de qué desea una mujer si no es en relación a un hombre?

5 A partir de ese episodio comienzan las parálisis en la calle.

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