Las historias que nos cuentan
Los cuentacuentos, los cantacuentos solo pueden contar mientras la nieve cae.
Asi manda la tradición. Los indios del norte de América tienen mucho cuidado
con este asunto de los cuentos. Dicen que cuando los cuentos suenan,
las plantas no se ocupan de crecer y los pájaros olvidan la comida de sus hijos.
(1)
Generalmente los cuentos escritos para niños comienzan con: "había una vez..."
En la expresión "había" esta implicado un doble movimiento, porque la historia se va a ir desarrollando desde el presente en dirección al futuro de los protagonistas además de quien la escucha. No es la misma expresión decir "hubo" una vez, pasado lejano, que decir había. La historia que comienza en pasado se va produciendo como si efectivamente estuviera aconteciendo en este momento, y ahí radica el señuelo seductor que adormece nuestra razón, al introducirnos en mundos lejanos en donde todo puede suceder.
Además de los cuentos infantiles, todos sabemos mucho sobre historias, de aquellas que Freud llamaba novelas neuróticas, historias infantiles, con nuestros mitos referidos a esas historias.
Los psicoanalistas desde Freud hasta hoy, hemos optado por escuchar historias, sostenida esta actividad por una necesidad y metodología clínica. ¿Por qué?
Porque la historia en tanto letra bordea lo que deja afuera, y es inevitable que esto sea así.
La paciente a la cual me voy a referir, una mujer de 51 años, contando eso que le pasa, sin querer se pone en contacto con una dimensión que ella ignora de si misma. Un lugar donde sentía que no era ella.
En la primera entrevista me comenta como se sintió cuando le realizaron una fibroscopia (en búsqueda de polipos), en la cual le tuvieron que dar un diazepam porque estaba muy ansiosa, pero después dice: "quede muy serena muy calma, parecía que no era yo, fui pasmosamente calma".
El tema principal de las entrevistas preliminares fue su madre y la relación con ella, siendo su principal causa de angustia y motivo de consulta.
La paciente es casada y divorciada dos veces, teniendo un hijo de cada matrimonio. Las relaciones con sus maridos no fueron muy buenas. Repitiendo la mala relación con su madre en sus matrimonios. Paradojalmente se caso: "para salir de mi casa, con el primero que se me cruzara", como dice en la segunda entrevista.
De lo que habla de sus hijos, sabemos que el mayor esta casado, vive en el exterior y recientemente tuvo un hijo varón. Con el se comunica básicamente a través de cartas, adquiriendo esta forma de comunicación especial relevancia como veremos mas adelante.
Vive con su hijo menor adolescente, quien a veces tiene que reubicarla en su rol de madre, y al mismo tiempo ubicarse como hijo. Las veces que habla de él, lo hace en relación a los reclamos que éste le hace sobre las cosas que tiene que hacer, como por ej.: limpiar la casa y tirar los objetos (generalmente rotos e inservibles) que viene acumulando hace mucho tiempo, al punto que no hay lugar en la casa donde no marquen su presencia.
La paciente se presenta por momentos depresiva, no solo por lo que vimos, sino que ella se refiere a si misma como una persona depresiva, pese a que la psiquiatra que la trata le dice que no lo es. Ese estado de animo lo podemos asociar a las perdidas sufridas (padre, hermano, extracción del útero) con una consecuente dificultad para elaborar correctamente los duelos. Perdidas que adquieren relevancia por una situación que se le presenta en las fantasías, al mismo tiempo deseada pero temida: la muerte de su madre de 86 años.
Durante el corto proceso(2) no fue posible que reconociera esta preocupación, por mas que se veía que la afectaba en gran medida.
Por momentos se le hacia imposible unir la palabra con la cosa, para así poder integrar ese sentimiento, a la ficción que produce el lenguaje cuando nombra y dice.
Generalmente las historias que cuentan los pacientes integran los afectos en una trama donde el sujeto a la vez que se reconoce en lo que dice, busca reconocimiento en la escucha del otro. Esto por momentos con la paciente no sucedió. La relación transferencial se baso mas en una búsqueda de reconocimiento especular, que del orden de la palabra.
Las historias también bordean lo que ellas radicalmente no pueden abordar ni nombrar, dejándolo afuera. En ese intento de ordenamiento por lo simbólico, por la palabra sobre lo que la estructura deja por fuera, que le ex-iste a la estructura pero que hace a la misma.
Solo se historiza aquello que podemos integrar en el edipo, aquello que tiene que ver con la represión, con la castración. Y por consecuencia no se integra lo demás de la estructura. Osea hay elementos de la estructura del sujeto que al no pasar por la represión (si por la forclusión), no tienen historia. Esto es lo real, y esa es su condición: estar por fuera de la historia del sujeto. Como veremos este "fuera del sujeto" aparece en la clínica en el "campo del Otro": en la Psicosis en forma de alucinaciones, en la neurosis en el objeto fobico e incluso en el propio cuerpo en el llamado fenómeno psicosomatico. Hacia este ultimo iremos en un momento para tratar de ver esos fenómenos que hacen al registro del cuerpo en la clínica psicoanalítica, y los goces que quedan inscriptos en él.
El cuerpo en psicoanalisis
Se necesita un cuerpo para gozar...
(3)El Psicoanálisis trajo junto al siglo XX, una nueva manera de mirar el cuerpo. Mirada que efectúa un quiebre con el saber medico en relación a su determinismo orgánico. Porque el cuerpo que le interesa al Psicoanálisis, no es el cuerpo físico, biológico, es el cuerpo erógeno.
Cuestión esta que nos abre la primera interrogante: ¿cómo considerar entonces, lo real del cuerpo en la clínica psicoanalítica cuando aparece afectado?
Las afecciones del cuerpo, en tanto cuerpo erógeno, inconmensurable, son imposibles de medir, pero desde la clínica nos podemos aproximar a el a través de la palabra, del significante, de la letra, para ver en que medida esta grabo esos bordes que la pulsion rodea, aunque siempre queda un resto imposible de abordar.
A sabiendas de que el terreno en que iremos adentrando, tiene zonas inexploradas y todavía quedan muchas otras por recorrer, es que vamos a ir ingresando poco a poco y con cautela, para luego si intentar una articulación dialéctica entre la teoría y el caso que nos convoca.
Freud planteaba en el "Proyecto de Psicología": "El organismo humano es al comienzo incapaz de llevar a cabo la acción especifica. Esta sobreviene mediante auxilio ajeno: por la descarga sobre el camino de la alteración interior (por ej. por el berreo del niño), un individuo experimentado atiende el estado del niño. Esta vía de descarga cobra así la función secundaria, importante en extremo, del entendimiento, y el inicial desvalimiento del ser humano ...."(4)
Lacan retomando a Freud y a otros autores, también afirmaba que el bebe humano cuando nace es un prematuro. En el entendido de que no podría sobrevivir solo, sin la asistencia de cuidados externos. De ese otro fundamental: das ding primordial.
Y es en estas condiciones que el cuerpo originalmente se produce en la "otra escena" (decía Freud siguiendo una frase de Fechner), en el Otro. Es ahí en donde surge el primer significante, entendiendo por este lo que representa a un sujeto para otro significante. ¿De que sujeto estamos hablando? De aquel que es efecto del discurso, y es sujeto de deseo: el inconciente.
Pero antes de poder hablar de sujeto de deseo, siguiendo a Freud, diremos que el yo en principio es "Yo corporal" (Köper-ich). Es en el estadio del espejo de Lacan o con el nacimiento del narcisismo de Freud, que se puede argumentar a favor de la frase precedente, aunque sabemos que uno y otro hacen a diferentes teorizaciones.
En esos momentos que se ubica entre los posteriores 6 meses de vida hasta aproximadamente el año, es que el bebe cuando se ve en el espejo goza, consiguiendo una completud de su forma que se anticipa respecto al logro real, ya que esta muy lejos de la pretensión de dominio de su cuerpo, limitándose a aquellas zonas que dependen de los cuidados maternos. Osea esa imagen que ve es la suya, pero al mismo tiempo es de otro ya que la completud de la imagen especular le hace ver que el aun esta en déficit respecto a ella.
En una primera instancia Lacan habla de dos momentos fundantes de la división subjetiva: el primero es la alienación a la imagen en el estadio del espejo, o la mirada de amor del Otro. Mirada que luego será desplazada a los objetos del mundo. El segundo tiempo es el de la alienación al significante por lo cual el objeto estará definitivamente perdido. El goce que deviene de la perdida de objeto (primordial) y su desasimiento del cuerpo posibilitaran la recuperación del goce a través de la palabra.
Luego en 1974 Lacan agrega un tiempo intermedio a los dos de la fase del espejo quedando de la siguiente manera:
El niño se desconoce en la imagen del espejo y queda fascinado
El niño se mira en el espejo con una mirada furtiva que al modificar el ángulo cambia la perspectiva, o el punto de vista instalando la tridimensión, en un intento de verse desde donde es mirado. Marcando un punto importante, y un imposible, ya que nunca será mirado desde donde el es visto ni el vera los puntos desde donde mira.
El niño se da vuelta hacia el adulto desde donde es reconocido por el testigo que representa la terceridad simbólica ante el espejo.
Por esto es que Lacan hablara de que la alienación imaginaria: identificarse a la imagen de otro, es constitutiva del Yo (Moi) en el Hombre.
Para la clínica es importante entonces, ver que el análisis de la relación madre hijo consiste en dar a luz un fantasma que habita el lugar desde donde el sujeto con su cuerpo "in-mundo" se contempla y significa "al mundo" sin saberlo.
Y es detrás de este fantasma que deberá aparecer, (si la posición del analista así lo permite), la dimensión de verdad que mueve al sujeto: el deseo. En esto Lacan siguiendo a Spinoza nos dice que "el deseo es la esencia del hombre".
Y si el objetivo de la cura es llevar al analizante a reconocer la verdad sobre su deseo, se enfrenta a la dificultad de que solo es posible nombrar el propio deseo cuando se lo articula en la palabra, aunque siempre queda un resto inarticulable.
Partir del estadio del espejo para la construcción del yo, nos lleva inevitablemente a considerar los fenómenos con una óptica. Tomar esta postura epistemologica no esta exenta de riesgos, pero creo que hacerlo vale la pena, estableciendo una de las vías que estaría mas acorde para sostener y permitir vehiculizar este trabajo.
Aquí intentamos seguir una línea en donde lo interior y lo exterior pendulan, en donde el cuerpo erógeno excede ampliamente las dicotomías psiquico-fisico. El cuerpo es pensado mas bien como un borde, una superficie en donde se produce continuamente un deslizamiento entre el adentro y el afuera, al estilo de la banda de moebius. Esto necesariamente nos va a referir a la constitución de un tipo de sujeto, en donde la dicotomía objeto-sujeto no tendría cabida.
Atendiendo a la teoría del conocimiento que nos ofrece la filosofía, podemos ver como aparece articulada históricamente la relación sujeto-objeto: esto es partiendo de la presuposición de que estos están dados, con ciertas características intrínsecas a cada uno. El sujeto quiere conocer, el objeto quiere ser conocido. Osea que el sujeto solo es sujeto para el objeto y viceversa, encontrando su explicación porque la relación sujeto-objeto le preexiste.
El sujeto conoce al objeto y lo que queda de este interiorizado en aquel es la representación. Y hay representación porque hay lenguaje, elemento este fundamental para diferenciarnos de los animales.
Ahora pasemos a la relación de sujeto y objeto para el psicoanálisis. Esta no esta dada a priori sino que es construida. Pero así como es construida, la relación sujeto objeto esta mediada por la estructura del lenguaje.
Y aquí ejemplificaremos para abreviar: supongamos un sujeto mítico que parte de la necesidad de relacionarse con el objeto de su necesidad, y ese otro primordial (la madre) que ocupa el lugar del Otro del lenguaje es quien va a interpretar el llanto o la agitación motriz del bebe como una demanda, como nos decía Freud.
Se nos impone realizar una aclaración entre necesidad, demanda y deseo. La necesidad se dirige a un objeto especifico, con el cual se satisface. La demanda es formulada y atravesada por el molino de viento que es el lenguaje, dirigida a otro, aunque el objeto no importe ya que en el fondo toda demanda articulada es demanda de amor. El deseo nace de la separación entre necesidad y demanda. Es irreductible a la necesidad, puesto que en su origen no es relación con un objeto real, y es irreductible a la demanda por cuanto intenta imponerse sin importarle el otro, aunque exija ser reconocido por el.
Cuerpo y GOCE
Lacan siempre se ha preguntado por la relación entre sentido y goce. Dándose cuenta de que el goce no entraba por completo en el significante. El goce aparece aquí del lado de lo imaginario en la pareja del yo con el otro. Entonces es a la satisfacción imaginaria a la que Lacan llamara propiamente goce.
El goce imaginario no procede del sujeto sino del yo y como vimos Lacan piensa el yo (moi) a partir del narcisismo y este a partir del estadio del espejo.
A la altura del seminario 4 (Las relaciones de objeto. 1956-57) aparece de otro modo la relación entre goce y sentido. Dirá que la posición del sujeto simbólico determina las relaciones entre lo imaginario y lo real, osea que el ideal del yo comanda y dirige al yo ideal. Un goce imaginario aparece allí donde la elaboración simbólica falla. Habría que decir que la elaboración simbólica siempre falla porque el saber no puede recubrir todo el goce.
A la altura del seminario 11(Los cuatro conceptos fundamentales. 1964), propone la oposición entre significante y goce articulándola mediante los movimientos de alienación y separación.
La separación es la recuperación parcial del objeto perdido libidinal y responde a una falta significante que resulta de la alienación.
Mas adelante dice: "El goce es poder usar hasta abusar de un objeto", (Encore 1973-74). Abuso que la ley tiene la ambición de limitar, pero si esta falla, el goce se hace hasta abusar.
La idea de Lacan es que el goce sexual es por si mismo una limitación del goce general. Y hace de limite porque depende del significante, es el efecto del significante que introduce la dimensión social en el ser humano.
"El superyo es el imperativo del goce. ¡Goza!(5), y en esta paciente como veremos mas adelante hay un goce que trae aparejado displacer que viene de la mano del imperativo superyoico, siéndole imposible zafar a ese hostigamiento que representa esa madre demandante interiorizada.
"El yo, acosado por el empuje superyoico, llega a veces a cometer acciones de una rara violencia contra si mismo o contra el mundo"(6). Violencia que en la paciente lo podemos apreciar en ese "abandonarse a si misma". En ese cuerpo de 93 kilos, deslibidinizado, desprovisto de sus galas narcisistas, que cae como objeto en la psicosomatica. Como objeto, resto, desecho, causa de deseo. Siendo una forma de goce del Otro, del superyo ideal.
Pasemos entonces a ver brevemente la relación entre goce y cuerpo en las distintas estructuras, para enseguida ir a lo que mas nos interesa.
En el caso del cuerpo del psicotico, aquel no le pertenece, es gozado por el Otro. Los significantes van y vienen errantes vagando por el cuerpo sin lograr hacer cadena simbólica.
El perverso utiliza su cuerpo para provocar la señal de angustia en el otro y notificarle su incompletud. El exhibicionista goza haciendo sentir la incompletud, cuando confronta con la castración.
El neurótico idealiza el goce del perverso, fantaseando serlo pero no lo es. El cuerpo del neurótico es fragmentado, heterogéneo. No hay una pulsion total que albergue a todo el cuerpo, aunque tenga la posibilidad de unificar imaginariamente el cuerpo, en lo que se llama la imagen corporal con la que tenemos que vernos todos los días frente al espejo.
Pero además de ver el lugar que ocupa la relación entre cuerpo y goce en las tres grandes estructuras, podemos considerar al cuerpo en tres expresiones clínicas con distinto grado de compromiso en su evolución, ellas son: la histeria, el fenómeno psicosomatico y la hipocondría.
La histérica o el histérico le enseñaron a Freud y al Psicoanálisis, desde un principio que hay una perturbación del cuerpo imaginario por alguna palabra (significante) que traba la relación entre el deseo y el goce al que convoca. Así lo simbólico se instala sobre el cuerpo, ocupando el espacio imaginario. Así en la histeria hay una dificultad en reconocerse como causa del deseo, al mismo tiempo que se ofrece en sacrificio al goce del Otro. Quedando alguna parte de su cuerpo insensibilizado, anestesiado o dormido, para sostener al Otro: el padre.
En la hipocondría el paciente no puede dejar de hablar de ese órgano enfermo, contrariando al medico quien dice que no tiene nada.
En el hipocondríaco según Freud, habría una equivalencia a la enfermedad real, en el sentido de la retracción de la libido de los objetos externos y concentrado en el órgano interno. Cierta inhibición que le impediría desenvolverse con normalidad.
Luego de este brevisimo recorrido de las relaciones que existen entre el sujeto y su cuerpo en las distintas patologías, en un intento de ilustrar las diferencias con la temática que nos convoca, pasemos a profundizar en el fenómeno psicosomatico.
Cuerpo y goce en el fenomeno psicosomatico
La esfinge griega tiene cabeza y pechos de mujer, alas de pájaro, y cuerpo y pies de león. Otros le atribuyen cuerpo de perro y cola de serpiente.
Se refiere que asolaba el país de Tebas, proponiendo enigmas a los hombres (pues tenia voz humana) y devorando a quienes no sabían resolverlos. A Edipo, hijo de Yocasta, le pregunto:
"¿Qué ser tiene cuatro pies, dos pies o tres pies, y cuantos mas tiene es mas débil?"
Edipo contesto que era el hombre, que de niño se arrastra en cuatro pies, cuando es mayor anda en dos y a la vejez se apoya en un báculo. La Esfinge, descifrado el enigma, se precipito desde lo alto de su montaña.
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Lamentablemente en el fenómeno psicosomatico lo que no hay es justamente un enigma a descifrar, y aunque este ligado a efectos del lenguaje, no esta subjetivado. Esto se observa claramente en la paciente, ya que su saberse enferma no la hace cuestionarse ni sentirse implicada en relación a esa enfermedad.
Si tiene preguntas, estas nada tienen que ver con su enfermedad, tampoco sobre su identidad femenina, sino que apuntan a su ser.
"Siempre he estado en busca....de de de encontrar la forma de estar mejor.."
Interroga, interroga, pero no encuentra respuestas:
"pienso desde la ultima vez que estuve acá".
Aunque después dice:
"No le encuentro respuesta a mi vida"
En este tipo de pacientes hay un lugar silenciado, sileo, que no asocia, que no dice. No es el mismo silencio que en la histérica, que habla mucho para guardar su secreto, pero no puede evitar que este discurra en su discurso.
En el fenómeno psicosomatico no se puede hablar de estructura, sino de manifestación o fenómeno, ya no se trata como decía Freud de una frase reprimida que por su insistencia puede producir un síntoma. En este caso es un significante holofraseado, congelado, que se encarna en un cuerpo que goza. Hay como un cortocircuito que hace que de esa lesión la paciente no pueda hablar, no pueda subjetivarla. Esta lesión no es un significante, es como un tatuaje inscripto en la piel, que suple al significante que falta, pasando a representar el sujeto ante los demás, a modo de tarjeta de identidad.
La paciente se presenta mostrando los papeles de los médicos y de la psiquiatra diciendo que viene "derivada por la psiquiatra por gastritis". Enseguida cuenta de la operación en que le quitaron el útero, y mas adelante dice que es asmática. Todo esto en los primeros 20 minutos de la primera entrevista. De estas problematicas no hablo mas, hasta la 3era entrevista, en que dice:
"estoy muy sensible, pienso que es por la edad y que me han quitado el útero".
A continuación dice "hay todo un tema con mi madre": frase que se repetirá numerosas veces en sucesivos encuentros. Vemos que hay relación entre sus lesiones y su madre, pero ella no le puede encontrar conexión, ni tampoco salida.
"Estoy sumida en un pozo que no le encuentro salida, no se si tengo deseo de salir de ahí".
El deseo esta ahí, pero "congelado en letra", dirá Lacan. No hay metáfora, no hay metonimia, ni suplencia, ni desplazamiento; porque no es del orden del significante.
Y de aquí radica la particular relación transferencial que se dio con esta paciente. La lesión no es un significante-sintoma, por lo que nada dice de ella. El vorstellung-representantanz (representante de la representación) limitaría el despliegue de la interpretación. Incluso en algunos momentos que se le hicieron señalamientos en un intento de insigh, estos no fueron correctamente escuchados.
Veamos un ejemplo. Luego del saludo estas fueron las primeras palabras en la ultima entrevista:
"Empece a hacer dieta, empece el jueves pasado. Le hice caso, entonces me fui a Gordos anónimos".
--¿Cómo que me hizo caso?
"Si porque Ud. me había dicho que era bueno buscar ayuda."
--Yo le aclaro que lo que le dije fue en referencia a la psicoterapia, y que era bueno que se diera cuenta que necesitaba ayuda de un tercero para poder pensar cosas que le estaban pasando, pero que no lo dije en relación a ir a gordos anónimos.
"Yo lo tome por el lado de adelgazar, eso le entendí a Ud." .
Esta situación es muy ilustrativa, teórica y clínicamente, ya que por un lado muestra que los pacientes interpretan las palabras del terapeuta de acuerdo a sus intereses, tiempos y posibilidades particulares. En los dominios del lenguaje nadamos en el mal entendido por lo que no hay que esforzarse en comprender demasiado, el sentido es siempre esquivo.
Por otro lado esta situación también nos habla de cierta imposibilidad o impedimento (que actúa como interferencia) de escuchar algunos comentarios que no provengan de su madre, hacia quien si esta dirigida toda su atención. Por momentos tiene demasiado presente a su madre en su interior, angustiándola notoriamente.
"No puedo en la parte interior, todavía sigue ejerciendo presión adentro mío, por momentos no me deja ser"
Y en la ultima entrevista dice: "voy a morir a ella". Refiriéndose a que todo lo que hace pasa inevitablemente por la madre, además de que lo podemos leer como todo lo que se murió en ella, como la extracción del útero.
¿Seguirá siendo todavía esta madre el molino de viento por el cual la demanda que se articula en el discurso de la paciente va a morir a ella?
Creo que si, y mas adelante me extenderé en relación a lo que se esta jugando en esta paciente con este "morir" con respecto a su madre .
Este goce del otro, (eso que "sigue ejerciendo presión adentro mío") es como un goce sacrificial del sujeto, un goce peligroso, porque el Otro toma al cuerpo del sujeto como objeto. En la parte del cuerpo en que la paciente padece un fenómeno psicosomatico, ahí completa a su madre como objeto a, en lo real, haciendo de tapón al acceso a su propio inconciente. Una parte del cuerpo es entregada a la madre, y tomada por el goce del otro, gracias a la cual no adviene psicotica.
Allí parecería que no hubiera nombre del padre que en su función de nominación de su goce, de lo que se puede, de lo que no, interrogue sobre el deseo de la madre primordial (Das ding)
¿Quién goza entonces en ese lugar del cuerpo lesionado?
Goza cualquier cosa menos la paciente. Por el contrario ahí la paciente es gozada por el goce de otro. Es posible considerar ese lugar de goce real como una actividad unificadora del sujeto dividido, actividad que seria antecesora al yo, por lo que no podemos hablar de subjetividad constituida en ese punto. Es un goce que Lacan llama goce especifico, y que trasciende los propios limites del fantasma.
Limites que si la ley, como ley de prohibición del incesto, que permite el Deseo como castración simbólica hubiera entrado en juego, se hubiera producido una limitación del goce. Limitación de goce que en esta paciente fallo, no produciéndose la metáfora paterna a nivel de esos puntos del cuerpo, quedando a expensas del goce materno.
Ese Otro (madre) no esta castrado, no aparece como deseante, permaneciendo el ser de la paciente entonces sujetado al discurso del Otro.
La paciente se presenta fundamentalmente a través del discurso materno, incluso imitando su acento español. "Así paso la vida en el que dirán", así como ella paso varias entrevistas hablando a través del discurso de su madre, lo que llevo a preguntarle ¿y Ud. que dice?. A lo que responde con un silencio, seguido de una anécdota en donde importaba mucho lo que su madre tenia para decir de esa situación. Así también ella al igual que su madre pasa la vida en el que dirán. En el que dira su madre.
Su discurso es hablado por otro, siéndole muy difícil entrar en la dimensión del que diré.
Esto enmarcado en una situación analítica, con grandes montos de agresividad. Como no ser de otra manera si ahí se están jugando la instancia de alienación y separación y esta ultima no se puede efectuar a no ser con cierta agresividad narcisistica en la prosecución de la identidad de la paciente.
DUELO, CUERPO Y goce
" el silencio marca lo que la palabra ha callado
o lo que nunca empezó a registrarse en un discurso posible..."
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Como se relacionan duelo, cuerpo y goce?
Veamos como interactuan en el fenómeno psicosomatico.
Se podrían considerar tres momentos cruciales para que se de el fenómeno psicosomatico, ellos son:
Existe una primera separación de un ser al que se esta fuertemente unido en relación a la satisfacción de la necesidad.
un significante holofraseado de esa separación, reaparece en el imaginario de una nueva separación.
la lesión psicosomatica aparece.
En relación a esa separación la podemos también pensar desde el duelo.
El duelo decía Freud es una reacción de defensa, una perdida que atañe a la existencia, un agujero en lo real, una falta en lo real completara Lacan.
Comúnmente ante las perdidas los sujetos elaboran una respuesta: síntomas conversivos. Pero cuando no se dispone de recursos simbólicos para responder, reaccionan con lo real orgánico. He aquí una relación fundamental entre perdida, su duelo correspondiente y el fenómeno psicosomatico.
¿Frente a que perdida reacciona con lo real orgánico esta paciente?
¿Y cual es el objeto que esta en peligro?,
¿Qué fantasías se tejen frente a la escena (deseada-temida?) de la muerte de la madre?
Creo que en gran medida tiene que ver con la perdida de la madre, con las implicaciones que esto tiene en la identidad y el deseo de la paciente. Es justamente frente a este imaginario de la perdida de la madre que se produciría el fenómeno psicosomatico.
Y en relación a la perdida del útero, fenómeno que vinculo a las palabras de su madre que "no sea niña": frase que podemos leer que no sea, apuntando a la dimensión del ser o incluso que no-sea-niña, apuntando mas a su ser femenino.
¿De que forma se resignificó, si alguna vez lo hizo, esa perdida (útero) que atañe a su ser mujer, a su identidad femenina, con esa perdida que se ve venir, que se anticipa, y que la angustia por confrontarla con la soledad de su deseo?
¿Podemos decir que el cuerpo de esta paciente alguna vez se introdujo a la dimensión de la sexualidad, que es un cuerpo sexuado?
Todas interrogantes que aquí solo podemos bordear, e intentar esbozar alguna respuesta, que seguramente ira tomando forma en un futuro, proceso terapéutico mediante.
Al desaparecer físicamente su madre quién ha actuado con su presencia como brújula, guía de su deseo, la paciente quedaría seguramente anulada, entonces la invade la angustia por no saber que hacer. Se vislumbra un inminente quiebre que la puede dejar afuera del circuito del deseo.
En cierta forma esta viviendo un duelo por anticipado: la perdida de ese objeto-madre se le presenta en las fantasías.
Sigamos en la línea de ver que rol juega ese objeto (madre) en el deseo, ya que en todo duelo es fundamental el rol que ocupa el objeto perdido.
No hay sujeto deseante por fuera de la relación, donde el objeto (a) esta perdido, de acceso imposible, definido como real.
Siguiendo la postura de Lacan quien radicaliza la función del duelo, ya que no habría relación de objeto sin duelo, no solo del objeto, sino de esa libra de carne fálica que el sujeto no puede si no sacrificar para tener acceso al objeto. Sin que ese objeto ocupe su lugar en a, no se sostiene el montaje imaginario del fantasma, y sin la función imaginaria que el fantasma sostiene: no hay sujeto deseante.
"No encontraba de que organizarme para valerme de eso, ahora con lo de las torres gemelas....la humanidad perdió tanto aparte de sus vidas".
Trae esto en relación a las perdidas personales y la revaloracion de las cosas que le implico este acontecimiento "trágico". Esto tiene que ver con lo trágico que seria para ella la perdida de su madre: la "torre gemela". Con la caida-muerte de esa madre, habría peligro de que ella también se derrumbara.
"Hay todo un tema con mi madre", "No sabia dar un paso si no me lo decía mi madre". "Voy a morir a ella"
Me pregunto ahora si su madre no esta, ella ¿podrá seguir adelante, podrá dar un paso hacia adelante?.
La presencia fantaseada de una muerte inminente de la madre, la confronta con un agujero, con un vacío, dejándola en la impotencia, ante la desaparición física de esa madre que se le presenta como omnipotente.
¿Se romperá ese fantasma especularizado en su madre quien esta a punto de derrumbarse?
No es nada sencillo las relaciones entre madre e hija, mas en estos casos en que la relación es tan particular. Veamos lo que dice Freud al respecto:
"En suma llegamos al convencimiento de que no se puede comprender a la mujer si no se pondera esta fase de la ligazon-madre preedipica".(9)
Las palabras de Freud nos advierten de lo complejo que puede ser ahondar en la estructura de una mujer sin tener en cuenta la relación primaria que sostuvo con su madre.
Mas complejo es cuando se ve que hay en la estructura de una mujer elementos que no se concatenan a lo simbólico, que marcan el limite y que han sido producidos a partir de la relación primaria.
"Muchas mujeres que han escogido a su marido según el modelo del padre o lo han puesto en el lugar de este, repiten con el, sin embargo, en el matrimonio su mala relación con la madre".(10)
En esta paciente no sabemos claramente el tipo de relación que estableció con sus dos maridos, pero si sabemos algunas cosas:
"A mi padre lo tenia de pelele. Todas esas cosas que yo veía que ella hacia con mi papa, las quería hacer en mi matrimonio, pero no resultaron"
Esto nos habla un intento de repetir lo mismo que su madre hace, presentándose como doble especular de ella como veremos enseguida.
La relación que mantiene con la madre es un vinculo donde la alteridad (osea ella) queda desmentida o parcialmente desmentida con el objeto de garantizar la omnipotencia de la madre.
Es la falta de ese otro discriminado lo que deniega el enfrentamiento, ya que nadie puede confrontarse con el otro en su ausencia o in efigie, como decía Freud.
Tomo ahora el aporte de Luis Kancyper, quien hace una distinción entre odio y resentimiento en relación a la dependencia-independencia de esa madre.
La presencia de odio, nos hablaría de una relación con el objeto mas antiguo, que induce al sujeto a enfrentarse al objeto, y desligarse de el. En cambio el odio se vuelve resentimiento cuando hay una regresión del amor a la etapa sádica, pepetuandose un vinculo sadomasoquista en una construcción fantasmatica que la sostiene.
Vinculo que se sostuvo incluso con el envío durante 20 años (hasta tres años antes de la consulta) de cartas de la madre hacia ella.
"cartas horribles tratándome de mala mujer, cosas que no se le dicen ni a una prostituta"
"No puede haber ser humano que le diga esas cosas a su hijo".
No sabemos exactamente el contenido de esas cartas, aunque queda claro que le causaban mucho dolor, por los insultos referidos, sintiéndolas como una injuria permanente.
Dice Kancyper: "El resentimiento promueve un movimiento circular y repetitivo. Resentimiento es volver a sentir ciertas injurias narcisistas que no se pueden o no se quieren olvidar ni amnistiar"(11)
Resentimiento que a la paciente todavía le hace celar a su hermano muerto hace 9 años.
"Hay todo un tema con mi madre, falta de cariño, sobre todo hacia mi, a mi hermano le dio todo; "Lo consintieron por no ser normal, y después del accidente (que tuvo cuando tenia 9 años y la paciente 4) se acentuaron las diferencias"
"Esta un resentimiento que no me deja elaborar nada".
En esta paciente el resentimiento justamente no le permite elaborar el vinculo con su madre, separarse de ella a través de la confrontación. Movimiento que es casi impensable de hacer para ella, pese a que en varias ocasiones justifica la agresión de la madre hacia ella como forma de espiar las culpas por haberse revelado.
"Me empece a revelar a los 30 años" (1ra ent)
"El haberme revelado es lo que hice mal. ahí están mis pecado vistos desde su punto de vista. No hay otros. En cambio los de ella, se equivoco en muchas cosas". (2da ent.)
Es un discurso infantilizado, o al menos adolescentizado (y vaya si adolece) al punto en que marca las cosas pueriles en las que se revelo:
"...en algunas cosas me revele, en la pollera larga, en el pelo. Ella me dice que te pones esa pollera larga que pareces una monja. Pero yo me la pongo igual"(4ta ent.)
También podemos pensar el efecto de re-velar como volver a velar, al igual que un rollo de fotos con su respectivo negativo, en un intento de reproducirse como copia de su madre. ¿Un intento de dar a luz una imagen especular soportada en su madre?. Movimiento circular de re-sentimiento, "sentir dos veces" (como dice ella) que en definitiva no le permite efectuar una discriminación de su madre, impidiéndole ingresar en la dimensión de la confrontación y del odio, al decir de Kancyper:
"El odio puede promover un movimiento centrifugo de la libido y oponerse a la circularidad regresiva y sádica del rencor y permitir entonces la discriminación del objeto y su recambio ulterior" .(12)
La paciente se presenta como doble especular de la madre, identificada desde el deseo del Otro para regular su narcisismo. Al punto que esa comunicación que la madre tuvo con ella a través de cartas, la repite con su hijo mayor que esta en el exterior.
Según kancyper hay dos tipos de identificaciones para evitar la confrontación: la especular y la simbólica. La identificación especular que es la que vemos acá, tiene como característica la alienación.
Esta paciente tiene resentida su autoestima porque su madre le frustraba sus necesidades, sus demandas y sus deseos. No solo de ser mirada, sino también correlativo a esta mirada ser confirmada como sujeto deseante por su madre, quien no reconoce las diferencias. Diferencias que esta paciente intenta marcar durante todos los encuentros, para no quedar mas pegada de lo que esta.
En este sentido es que la búsqueda de esta paciente de poder ser mirada y confirmada por los otros hasta ahora ha sido fallida.
"Yo hace muchos años he estado en esto, (se refiere a buscar ayuda) pero he tenido malas experiencias. Un psiquiatra aprovecho la situación de congoja" (luego de divorciarse de su segundo marido)
Se escucha en sus palabras esa búsqueda desde hace mucho de un espacio para ella. Ese rinconcito de re-conocimiento, al hacerse conocer ante el terapeuta.
Y siguiendo en la misma línea de identificación especular con la madre tomamos la diferenciación que hace Piera Alugnier entre el deseo de tener un hijo al deseo de maternidad. Este ultimo seria repetir en forma especular su relación con la madre.
Para esta mujer seria imposible aceptar lo nuevo que le significa esa criatura, causándole un "traumatismo del encuentro", lo que implica no poder entablar una relación entre la representación psíquica del niño que esperaba y del niño real que esta ante ella. ¿Cómo pudo haber influido entonces el hecho de haber sido una hija no deseada, no querida?.
"Mi madre detesta las hijas mujeres", "la palabra niña para ella es algo desagradable, "te aseguro yo que va a ser un chico" (le dijo su madre al segundo marido cuando ella estaba embarazada de su segundo hijo). "si llega a ser niña la ahogamos en la pileta entre los dos"
"La palabra mujer para ella.."
Son todos elementos que nos ayudan a pensar en que quizás la dimensión de la sexualidad en cuanto a su identidad femenina, en esta paciente no hayan podido desarrollarse. Se ve como el ser mujer se le presenta con aspectos muy disociados entre si: reiteradas veces habla de la prostituta, en relación a su madre y a ella como hija. Y por otro lado estaría la función materna, de cuidar a los hijos en donde no entraría la dimensión sexual de la prostitución.
Para su madre pareciera que no le fue posible investir una representación de esa "niña"(la paciente), ya que rompería con su propia historia, impidiéndole insertarse en ella.
P. Alugnier si bien entiende que hay una violencia abusiva y necesaria que hace que la madre interprete al hijo y sus expresiones corporales, y que el sujeto entre al campo del discurso, esta violencia deja de ser positiva si se extiende en el tiempo. En este sentido diferencia dos tipos de violencia, una primaria y una secundaria. La violencia primaria seria aquella aplicada en su justa medida, siendo adecuada y posibilitando al niño formarse como sujeto independiente. La violencia secundaria seria aquella que anula al niño, alienándolo definitivamente al discurso materno. Vemos claramente que en esta paciente esta presente la violencia secundaria: "era una déspota y anulaba a todos"
Hay un deseo en la madre que se convierte en nefasto para el hijo: "que nada cambie".
Comprobamos en esta paciente las palabras de Alugnier, en tanto esa violencia abusiva al seguir ejerciendose hasta el momento en que la paciente ya es adulta, se ha convertido en altamente negativa para su economía psíquica.
Fragmento de la ultima entrevista:
"Hoy le digo que apúrate que voy al psi, y ella me dice no veo que no te haga nada ir al psi, esas puñaladas. Porque son molestas, yo las tomo, no puedo lograr que me resbalen.
Es lógico que le afecten los comentarios de su madre, pero tiene que ubicar sus dichos y comentarios en una justa dimensión.
Lo mas importante es lo que piensa Ud.
Pero porque me dice que voy para atrás?, eso me fastidia. Yo veo que estoy mejorando, que estoy progresando.
Como que hay una diferencia entre lo que Ud. piensa y hace y ella.
Si claro como que veo la diferencia, en este caso (refiriéndose al proceso) es un caso clarito. Esa es una de las cosas que puedo diferenciarme, como ese mandato que ella me dejo y yo veo que no es así.
También dice: "entre las quejas y echándole las culpas a los demás y así se me ha ido la vida. El pasado no me deja ir para adelante.
- El pasado forma parte de su historia, y le permitió llegar hasta hoy, al presente. No es solo cuestión de echar las culpas, sino ver que Ud. tiene un rol activo en todo eso.
Es importante los proyectos que tiene, pero para eso también tiene que resignificar algunas cosas de su pasado, ese resentimiento que tiene hacia su madre la hace ir en círculos y no le permite ir hacia delante.
-"Como quejas, mi madre me abandono a mi. Yo lo hice con mi persona, me abandone a mi misma, y ahora estoy saliendo de esa sensación de abandono.
He tratado de razonar, de salir de ese abandono."
Antes de ser hijo como sujeto, se es el hijo de alguien. Ser es designarse como yo, (a) de otro. Ese momento en que la vida de un sujeto se hace posible por el establecimiento de una articulación con el deseo de otro. En este caso el sujeto aparece bajo el Deseo de la Madre, en tanto ser el objeto de un acto de apropiación.
En este sentido las actividades que realiza la paciente como acumular objetos, papeles, frascos vacíos, configuran una actividad repetitiva que podría ser un intento de suplir ese acto de apropiación esencial, y cuya consecuencia es hacer caer a esa sujeto como objeto bajo el Deseo de la madre.
HACIA DONDE SEGUIR
No esperen encontrar en este libro mis verdades mas atroces;
únicamente las encontraran en mis ficciones, en esos bailes siniestros de enmascarados,
que por eso dicen o revelan verdades que no se animarían a confesar a cara descubierta.
(13)La historia del sujeto es, en la medida que se hace presente en el discurso, "dis-toria"(14) que se va haciendo historia a medida que la va contando. Cuando contamos nuestra historia, nos contamos a nosotros mismos aquello que no sabíamos. Incluso en las ficciones como dice Sabato.
¿Por qué ficciones?, "Porque toda verdad tiene una estructura de ficción"(15). Porque al igual que una tragedia griega, el Psicoanálisis se resuelve entre los mitos -el padre de la horda primitiva de Freud, el de la Laminilla de Lacan etc, etc. Y qué mejor que la tragedia -Antígona, Edipo, etc.- para situar la relación entre acción, verdad y deseo.
Me pregunto entonces: ¿como trabajar con esas ficciones que los pacientes nos cuentan, pero que son sus verdades?.
¿Como trabajar en la clínica con una paciente en donde en el punto del fenómeno psicosomatico, no hay espacio para la interrogación, no hay enigma que lleve a la formulación de la demanda?.
En este caso como generalmente pasa en este tipo de pacientes, viene derivada por la psiquiatra, y con un pedido especifico: realizar un psicoanálisis o una psicoterapia. De quien es esta demanda?, creo que en relación al fenómeno psicosomatico es de la psiquiatra.
Asi como la historia bordea lo que va dejando afuera, en las consultas también se pudo bordear eso que quedo afuera: el fenómeno psicosomatico. En este sentido hay que estar muy atentos en la escucha, a la espera que algo de lo indecible empuje a hablar. No se puede insistir y forzar una interrogación ahí donde no la hay, hay que esperar a que surja.
Igualmente y pese a las dificultades mencionadas se estableció un vinculo en las entrevistas preliminares que vislumbra un posible tratamiento que avance mas allá de estos primeros movimientos de apertura, que nos dice Alugnier son en función de lo que el analista prevé y anticipa sobre la relación transferencial futura.
Y de la mano de la transferencia, y en cuanto a la dirección de la cura, ahora me pregunto: ¿es posible que esa lesión se histerize?, osea ¿es posible que estas enfermedades que aparecen en lo real en la clínica, puedan entrar en la transferencia como síntoma?. ¿Permitirá avanzar que esto suceda?.
Si existe una posibilidad de rescatar ese significante holofraseado para la transferencia, para el discurso y por lo tanto para el deseo, esta tendría que ser buscada con una intervención, un acto en lo real del analista que haga cadena con el fenómeno psicosomatico.
El acto de intervención del analista tendría que ir en la dirección de poder ser agente de un acto de apropiación en el punto donde casi no puede sostener su vida como sujeto deseante en tanto su madre no se apropio de ella. Un acto que implica un hacer mío, en tanto acto de deseo que sostenga y funde a esa hija como objeto a de la madre, causa del deseo. Objeto que mas que designar lo que la paciente tiene, alude a lo que dicha paciente es.
Y en relación a como se trabajó, creo que en un primer momento la transferencia giro en cierta forma en torno a una restitución desde el eje imaginario, en esas entrevistas preliminares, en el sentido de entre-dos-vistas. Y al decir entre dos vistas me refiero al eje imaginario entre dos, y entre lo que se da a ver. Sobre lo que entre-dos-vistas se pudo ver, pero que apenas se pudo poner en palabras, ya que ella nada sabia sobre su goce.
Afortunadamente la aproximación analítica comenzara a hacerse efectiva apres coup de una intervención sobre el limite del proceso, en la ultima entrevista:
Es mas cómodo ir a ella y decir "bueno no lo hago porque ella no me deja", es una posición cómoda. Bueno eso es algo que me acabo de dar cuenta, que voy a ella, y que puedo hacer otro camino, como ir a vender ropa, puedo hacer otras cosas. Una forma de buscar la salida por otro lado.
Las intervenciones del analista tendrían que ir destinadas a acotar el goce que le impone esa posición sacrificial de objeto de la demanda del otro (madre).
Y si al comienzo saber y goce se excluyen, es en el transcurso y hacia el final del análisis que esta paciente podrá ir adquiriendo cierto saber sobre su goce, y sobre las marcas de goce que la han determinado.
Se impone la necesidad de que esta paciente pueda simbolizar aquello que le esta pasando para así separarse del discurso materno. La separación seria la recuperación parcial del objeto perdido libidinal, para poder pasar del discurso del "que dira" al "que dire", en un acto de apropiación de su propio discurso.
Que pueda producir un corrimiento del eje imaginario especular que mantiene con su madre, para poder pasar a la instalación del eje simbólico, el del entre-dicho y por ende el del deseo, que se deja entre-ver poco a poco entre palabra y palabra. Para así por lo menos liberarse de esas ataduras que no la dejan ser. Que pueda llegar a conseguir esto no seria poca cosa dadas las características de esta mujer.
NOTAS
(1) Eduardo Galeano: Las palabras andantes. Ventana sobre la palabra. (1)
(2) Jacques Lacan
(3) Sigmund Freud. Obras completas. Amorrortu Ed. Tomo 1, pag 362
(4) Fausto. Goethe
(5) Jacques Lacan. El seminario 20. Encore. Ed. Paidos. Barcelona. 1981, pag 11
(6) J. D. Nasio. Enseñanza de 7 conceptos cruciales. Ed. Gedisa. Bs. As. 1989. Pag.184
(7) J. L. Borges: El libro de los Seres Imaginarios. La esfinge
(8) Alcira Alizade. Clínica con la Muerte, 1995,pag 131
(9) Sigmund Freud. La femineidad. O.C. T. XXII. pag.111
(10) Sigmund Freud. La sexualidad femenina. O.C. T XXI. p232
(11) L.Kancyper. La confrontación generacional. Ed. Paidos. Bs. As. 1997
(12) Idem anterior
(13) Ernesto Sabato. Antes del fin. Memorias. Pag.13
(14) Ricardo Landeira. Seminario: Historias de amor de locura y de muerte
(15) Jacques Lacan. El Seminario. Libro VII. La ética del Psicoanálisis. Editorial Paidos.
Bs As. 1984. Pag 22
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