En un primer momento contextualizamos nuestro trabajo definiendo lo que entendemos por trauma, para comprender porqué el psiquismo se constituye de manera traumática.
Daremos cuenta de los efectos acontecidos, una vez constituido el aparato psíquico, cuando ingresa bruscamente una cantidad de excitación que no puede ser adecuadamente metabolizada.
Además realizaremos una articulación teórica- practica, teniendo en cuento uno de los objetivos generales de éste seminario, que es el de realizar una reflexión clínica desde dónde abordar las demandas actuales. Eje que nos permitirá relacionar los demás contenidos del programa.
CONCEPTUALIZACION
"La noción de trauma reconoce su procedencia del conocimiento médico y recibe una herencia semántica del griego. Su significación alude a herida, de gran cualidad perforante, o sea, una herida por perforación. Ello implica que toda herida supone una efracción. Por lo tanto, se trataría de una ruptura de una cierta superficie defensiva" 1.
"Traumatismo: designa las consecuencias de una lesión resultante de una violencia externa " 2.
Desde la teoría psicoanalítica se define al trauma psíquico como "el efecto que el ingreso masivo de motos de excitación produce en le psiquismo cuando la cantidad del estímulo es de tal orden que rompe las barreras protectoras de las cuales el aparato psíquico está provisto y/o cuando, debido al desvalimiento e inermidad psíquica, dichos montos de excitación no pueden ser adecuadamente derivados o metabolizados" 3.
DESARROLLO
"Al nacer el humano, adviene con un cuerpo que funciona de acuerdo a ciertas legalidades. Antes de que se constituya el aparato psíquico existen legalidades neurológicas: se perciben determinados estímulos y otros no, de inicio hay cerebro que recibe y procesa con modos del orden autoconservativo, los instintos organizan en un primer momento la relación con el mundo. Cuando un niño llega al mundo éste lo impacta con una serie de estímulos que lo invaden. Su bagaje biológico traer las condiciones necesarias, no suficientes para que se instale, a partir del semejante, el proceso de humanización" 4
La madre, al alimentar al bebé brinda algo más que el alimento (la mirada, las palabras, las caricias) y produce algo de la erogeneidad, que no estaba inscripta antes de que se lo alimente. "La vivencia de satisfacción no se constituye por la mera aportación de elementos nutricios, sino por el hecho de que ese elemento nutricio es introducido por el otro humano" 5
Se produce entonces un plus que no estaba previamente. El otro introduce ese plus de exitación que obliga a lo neurológico a funcionar, a procesar con leyes que no están en el cerebro, que son el efecto de un tipo de relación con el otro. "El bebé es arrancado del estado natural" 6 y con el alivio de la tensión de necesidad, se introduce algo que no estaba esperado biológicamente, obligando a procesar de un modo diferente lo que ingresa. El aparato se pone en marcha para tramitar la cantidad recibida. "Sin este modo de intervención no hay crecimiento psíquico" 7. "Si no hubiera implantación pulsional, el organismo biológico recibiría sustancias necesarias para la conservación de la vida, sin ser obligado a un trabajo psíquico extra, de resolución del remanente exitatorio que implica el plus de placer" 8.
En el momento en que se calma el bebé se genera algo que no es evacuable, que es del orden del placer, y que se produce por el exceso de la sexualidad del adulto.
Este exceso se inscribe en el psiquismo permitiendo que el mismo se constituya a partir de la imposibilidad de resolución. El sujeto buscará de ahí en más aquello de lo que ha tenido registro: "El deseo es un movimiento que va de la tensión de necesidad al investimiento de la huella de la experiencia de satisfacción" 9.
Amanda Cueto explica que el infans debe hacer algo con la excitación inevacuable producida por el plus, ese algo es retenerla en un espacio que la contiene y que origina al aparato psíquico. Este se constituye frente al apremio de la vida, y es allí donde se inscribe esta primera experiencia de satisfacción, experiencia que se activa cuando surge nuevamente la necesidad y produce la representación en ausencia de esa primera vivencia. Es la alucinación primitiva, primer germen de simbolización en el infante. Dicha alucinación primitiva está destinada a caer cuando el hambre insiste y el infante busca nuevamente el pecho, pero ese primer objeto está perdido para siempre, ya nada es igual a la primera vez. Estas primeras experiencias de placer o displacer quedarán impresas en su ser y aunque después de la represión originaria serán inconscientes, marcarán su búsqueda de experiencias durante toda su vida. Se dispara la búsqueda de un encuentro posible, que será buscado por siempre. Esa búsqueda motoriza y funda el deseo.
El yo es el organismo ligador y defensivo que no existe desde los orígenes. Como dice S. Bleichmar, es una estructura segunda. Dicha autora se pregunta entonces como se puede hablar de traumatismo no habiendo un yo, cuando todo el organismo puede ser traumatizado. En este caso se puede pensar en términos de traumatismo porque "algo viene de afuera, irrumpe, y obliga a un trabajo psíquico, a un esfuerzo, y eso que irrumpe es del orden de una cantidad no metabolizable" 10.
Antes a la represión originaria, antes que el yo cumpla sus funciones (inhibición, ligazón) la intrusión de lo sexual obliga al sujeto a resolver el remanente exitatorio buscando conexiones y derivaciones que constituirán modos de defensa precoces.
Los elementos que el aparato recibe se inscriben y forman su entramado de base. Una vez constituido, procesará lo que le llega en función a ciertas reglas. Si lo que llega excede la posibilidad de procesamiento, se constituyen formas de traumatismo. Existe entonces una estrecha relación entre lo ya constituido y lo nuevo que llega.
El funcionamiento psiquico está constantemente sometido al ingreso de cantidades que debe procesar. Para Silvia Bleichmar, el traumatismo es aquello del acontecimiento capaz de producir efectos que obliguen a una rearticulación del funcionamiento psíquico, a partir de que las defensas habituales ya no son operativas. El traumatismo es una fractura en el yo, el cual ya no puede cumplir con una de sus funciones: Tramitar cantidades de estímulos y excitaciones, internas y externas. Lo traumático se produce cuando esas cantidades exceden la capacidad de tramitación que el yo posee y lo desbordan. De ahí que lo traumático es singular en cada yo.
Para dicha autora, el traumatismo no es lo que viene a incidir en una serie preformada. La génesis no es del orden de lo que se puede anticipar, es algo que se constituye en su devenir, es el sistema de recorridos, es historia. La génesis del aparato psíquico constituido no está fijada desde el nacimiento y tienen que darse ciertos recorridos para que el aparato pueda funcionar bajo ciertas formas. La génesis no es del orden de lo endógeno sino de lo exógeno traumático, procesado por metabolización. El concepto de metábola permite tener claro que lo traumático no es el acontecimiento sino la forma en que lo acontencial se inscribe en el psiquismo. El traumatismo es una ecuación, es decir, es la relación existente entre lo que proviene del exterior y la capacidad metabólica o simbolizante del psiquismo respecto a aquello que le llega.
El concepto de trauma psíquico sufre una evolución considerable a medida que Freud va elaborando y modificando el edificio teórico del psicoanálisis: una ampliación progresiva de la connotación del concepto, un alejamiento cada vez mayor del concepto médico de trauma, una diversidad y complejidad creciente de las situaciones traumáticas y una metapsicología mas completa.
"En un primer momento, a partir de 1985, Freud se ocupa del trauma en relación con la etiología de las neurosis de transferencia y establece una descripción metapsicologica de forma predominantemente económica" 11. El trauma psíquico estaba equiparado al trauma psíquico sexual infantil. El abandono de la teoría de seducción (seducción en dos tiempos: vivencia infantil sexual, posteriormente se produce un hecho minio, ínfimo, que actúa sobre la vivencia traumática y la hace actuar por retroactividad) llevó a un predominio creciente de la vida fantasmática en la producción de los traumas.
Para Freud, en ésta época, la capacidad de respuesta del psiquismo al trauma implicaba una descarga emocional a través de enlace asociativo en palabras, es decir, implicaba catarsis o abreacción de la energía estrangulada. Lo traumático era un problema de exceso de cantidad.
Freud en sus Conferencias de Introducción al Psicoanálisis ( 1916-1917), reubica a la teoría del trauma dentro de la teoría de las series complementarias (constitución sexual, experiencias prehistóricas + experiencia infantil + experiencia adulta accidental = Neurosis). El trauma se encuentra en dos puntos distintos de la serie: en las experiencias prehistóricas ( el gran trauma del asesinato del padre y de la castración) y e el nivel de la experiencia accidental adulta que produce el trauma por retroactividad.
En Mas Allá del Principio del Placer ( 1920), Freud describe al organismo como vesícula viva que mantiene vinculación con su medio al abrigo de una capa protectora (barrera antiestímulo) que opera como filtro de las excitaciones a que se halla expuesto. Cuando esta capa sufre una efraccion da lugar al trauma. Dicha efraccion "anula la eficacia del principio del placer y de constancia, promoviendo una tarea psíquica que opera mas allá del placer, oponiendo al proceso disrruptivo una labor de ligadura. Se afecta toda la economía libidinal y fundamentalmente, aquella ligada a la imagen de sí, a la integridad narcisística" 12.
El estudio de las neurosis traumáticas y de las neurosis de guerra, llevó a Freud a introducir un concepto nuevo que modifico el edificio teórico del psicoanálisis, y en particular, la teoría del trauma: El de pulsión de muerte.
Baranger y Mom explican que el trauma se sitúa en tres ejes: la pulsión de muerte, la etiología y el a posteriori; la repetición y la temporalidad. Desde la pulsion de muerte se la puede describir como una invasión tanatica; desde el a posteriori del proceso analítico, nos aparece como una construcción; desde la repetición y la temporalidad, lo vemos como un intento de superación de la primera y apertura de la segunda. La situación traumática, al alterar el equilibrio dinámico de las pulsiones, contribuye a desligar lo que ha ligado la libido, liberando un cierto monto de pulsion de muerte. Casi nunca hay mociones pulsionales puras, sino mezclas de ambas pulsiones en diversas proporciones. El trauma incide sobre estas mezclas provocando una desmezcla, que viene a activas a la compulsión a la repetición (intento de ligar la pulsion de muerte) y exige nuevas investiduras libidinales y nuevas medidas defensivas del Yo (inhibiciones, fobias, etc.).
En Inhibición, síntoma y Angustia (1926), Freud realiza la última reestructuración del concepto de trauma, en donde lo relaciona con la angustia y lo sustituye por el concepto de situación traumática, es decir, "una situación siempre compleja, que pone en juego tanto el mundo interno como el mundo externo, que activa toda una fantasmática, tanto en sus aspectos universales como en las formas que ha adoptado en la historia individual, que altera los equilibrios alcanzados en la lucha de la libido con la pulsión de muerte" 13.
Freud postulaba la existencia de dos clases de angustia: "la angustia automática, que se caracterizaba por la inundación del aparato psíquico por magnitudes de excitación inmanejables y provoca un estado de desorganización psíquica, y la angustia señal, manejada por el yo con la finalidad de impedir la irrupción de la primera y de edificar síntomas defensivos mas o menos adecuados en los cuales la angustia tiene su lugar, pero limitada, domesticada, integrada a la vida del sujeto" 14.
"El trauma le hace imposible al yo desarrollar una señal de angustia y mecanismo defensivos eficaces. Las defensas han sido tomadas por sorpresa, condición que ha dado lugar a la pérdida de seguridad y a un estado de impotencia. El yo se ha visto confrontado con una experiencia que esta fuera del marco de las experiencias anteriores y a la que por lo tanto no puede adaptarse" 15.
Para Serrone y Cheluja, tanto las neurosis actuales como las traumáticas se caracterizan por el desarrollo de angustia automática. El origen de las neurosis actuales no debe buscarse en los conflictos infantiles, sino en le presente y sus síntomas resultan de alteraciones en la descarga de la tensión sexual somática. Estas alteraciones, que implican una falta o inadecuación por defecto o por exceso, inciden en la satisfacción sexual teniendo como efecto la acumulación de tensión sexual somática que deviene en angustia (Neurastenia, Neurosis de Angustia e hipocondría). Las neurosis traumáticas son aquellas que sobrevienen a consecuencia de un choque emotivo ligado a conmociones mecánicas, choques y otros accidentes que conllevan riesgo de muerte, quedando el yo inerme e impedido de ligar (desvalimiento).
Para las mencionadas autoras las neurosis traumáticas y las actuales son homologables en tres sentidos:
- Por su causación actual.
- Por la alteración económica que se produce.
- Por el desarrollo de angustia automática, que al no haber ligadura o romperse las mismas no hay significación, quedando la angustia en el terreno de lo corporal.
En la cultura pos moderna podemos hablar de la "actualidad de la neurosis actuales, ya que los problemas clínicos parecen encuadrarse en aquellas categorías, en tanto comparten con las mismas la actualidad de la causa, sea en función de ingresos masivos de excitación, traumáticos, que mientras no pueden ser ligados a representaciones insisten en la repetición y son siempre actuales; sea que la incapacidad para tramitar satisfactoriamente la cantidad a través de acciones cualificadas, produzca estancamientos pulsionales que se vuelven tóxicos y en este sentido también actuales" 16.
El común denominador observable en la clínica actual es el trastorno (de la alimentación, psicosomáticos, hipocondríacos, de la afectividad, adicciones de todo tipo, accidentes reiterados) que aparece en lugar del conflicto .
Para los trastornos no es aplicable la técnica clásica del levantamiento de la represión porque "no tienen el carácter de transacción entre sistemas, no entran en formaciones de compromiso, no permiten la formación de síntomas. Metapsicológicamente son de orden distinto, no están atravesados por el juego entre el deseo y la defensa ni remiten a fantasías inconscientes accesibles a la asociación libre" 17.
El trastorno implica que hay elementos en el aparto psíquico que no han podido entramarse, por lo que permanecen como montantes de excitación sin ligadura. La compulsión a la repetición es una búsqueda de la ligadura ausente. Cuando los montantes de excitación exceden un determinado umbral, surge la ansiedad que se calma o cesa mediante la actuación, por ejemplo, el acto bulímico.
No podemos pensar que ha operado la represión debido a que no hay conflicto entre instancias psíquicas. El síntoma representa una transacción entre sistemas, es histórico, remite a la sexualidad infantil y es simbólico. Esto no se evidencia en el trastorno, y si bien no podemos decir que no ha habido represión, algunos aspectos no cayeron bajo la represión originaria. No podemos hablar entonces de retorno de lo reprimido.
ARTICULACIÓN TEORICA CON UN CASO DE ANOREXIA
PRESENTADO POR B. ROVIRA Y SUPERVISADO POR B. BRUSSETCASO MARIA
María tiene 20 años en el momento de la consulta, es soltera y estudiante universitaria de ciencias Políticas. Llega a la consulta por consejo de una tía psicóloga y luego de haber consultado a dos colegas en tres meses con quienes no se sintió ni identificada ni comprendida.
Su familia está constituida por su madre, por un padre fallecido cuando María tenía 9 años, un hermano dos años mayor y una hermana tres años menor.
Con respecto a la relación primaria de María con su madre, ésta ocupó mucho de su tiempo al cuidado de su marido y no tanto al de sus hijos. Como dice Brusset, ella no pudo investir libidinalmente a María ( retracción de la libido por elaboración de duelo), sino que se ocupó de una manera operatoria, con una gran distancia afectiva, quedando el placer de lado. Ello nos habla de una madre instrumental, que si bien calmó las necesidades biológicas, no introdujo el plus ( mirada, caricias, palabras, etc.), es decir, la sexualidad, que posibilita el surgimiento de lo psíquico. La madre al no pulsar, no efraccionó el cuerpo biológico constituyendo las zonas erógenas. Se evidencia, a su vez, una falla en el narcisismo trasvasante de la madre que unifica lo previamente efraccionado.
Amanda Cueto, en su artículo "El inconsciente, su heterogeneidad", explica que una madre en duelo y con culpas genera fallas en la barrera de protección antiestímulo por su incapacidad de ensoñación (continencia y simbolización), produciéndose una labilidad en los límites del yo y apareciendo cápsulas de vacío en la constitución psíquica. Cuando esto sucede nos encontramos ante el traumatismo primario, fallas que se interponen en la formación del yo, dejando algunas representaciones sueltas de enlace, agrupándose en cápsulas de vacío. El yo para intentar mitigarlos incorpora trozos ajenos (bulimia y anorexia). María, para sobrecompensar el vacío, recurre no sólo al alimento, sino al apego desesperado a objetos como el estudio, los deportes, el trabajo, las dietas.
Podría pensarse que dicha sobrecompensación ya no le es tan efectiva, ya que María dice que está perdiendo el control; que después de la llegada a Buenos Aires comienza su crisis de ansiedad. El hecho de que este preocupada y ansiosa es, como dice Brusset, un índice de buen pronóstico, lo peor es cuando la paciente no tiene ningún afecto, ni siquiera afectos negativos.
Otro hecho significativo es el mensaje que el padre les dejó: "Prosigan como si yo siguiera vivo". Brusset dice al respecto: " que el hecho de no haber podido ir al funeral de su padre no ha hecho más que reforzar esta situación de renegación cuando la paciente tenía nueve años". Con su sobreadaptación (por ejemplo al tratar de ser abanderada), María busca cierta percepción del padre, es una búsqueda casi alucinatoria al no haber representación, rememoración, espacio fantasmático en relación con el padre ni simbolización. Andre Green habla de alucinación negativa, entendida ésta como la imaginación de un deseo; es negativa por la ausencia del objeto real, en este caso del padre. Hay un no-reconocimiento de dicha ausencia.
Teniendo en cuenta el trauma en dos tiempos de Freud, ubicamos el desencadenante de su trastorno a los quince años. En este momento María rechaza a un compañero debido a su dificultad para encontrarse con su sexualidad, con sus sentimientos. Reacciona entonces sobreinvistiendo a los comportamientos anteriores, regresando a la latencia. Acude a desmentir su sexualidad y la muerte de su padre (teniendo en cuenta lo que significa a nivel cultural los 15 años de una adolescente), ya que son encuentros con lo real.
Pensamos que en María se desencadena dicho trastorno debido a las fallas en su constitución psíquica. Los montantes de excitación que permanecen en su psiquismo sin ligadura, y que se generaron debido a que sobre ellos no actuó la represión originaria, son reactivados por acontecimientos actuales, que operan retroactivamente.
María no pudo elaborar el duelo por la muerte de su padre, no hubo simbolización. Posteriormente, un hecho significativo, como fue el desarraigo, el tener que salir de su provincia para ir a vivir a Buenos Aires, lugar donde había fallecido su padre, activó lo previamente no elaborado.
Al presentarse a lo largo de su vida micro-duelos, considerados como naturales y frente a los cuales muchas personas se repondrían elaborando lo sucedido, ella no los puede simbolizar, elaborar, metabolizar, y su única salida es la regresión a mecanismos primarios como los descriptos con anterioridad.
Notas
1 Fernández Roberto: " Heridas abiertas". Actualidad Psicológica N° 211, julio 1994, página 15.
2 Serrone, Amelia: "Supuestos teóricos freudianos". Página 1.
3 Serrone, Angelina Amelia: "De terrores y de sombras".
4 Cueto, Amanda: "Breves notas introductorias de los conceptos a trabajar en la cátedra". Año 2001.
5 Bleichmar, Silvia: "La fundación de lo inconciente", página 37.
6 Bleichmar, Silvia: Curso de postgrado: "Traumatismo y simbolización". Año 2001. Clase n° 2, página 3.
7 Bleichmar, Silvia: Curso de postgrado: "Traumatismo y simbolización". Año 2001. Clase n° 2, página 3.
8 Bleichmar, Silvia: Curso de postgrado: "Traumatismo y simbolización". Año 2001. Clase n° 4, página 2.
9 Bleichmar, Silvia: Curso de postgrado: "Traumatismo y simbolización". Año 2001. Clase n° 1, página 20.
10 Bleichmar, Silvia: Curso de postgrado: "Traumatismo y simbolización". Año 2001. Clase n° 4, página 5.
11 Baranger, Madeleine y otros: "El trauma psíquico infantil, de nosotros a Freud". Revista APA, 1987. N° 4. Páginas 746, 747.
12 Fernández, Roberto: "Heridas abiertas". Actualidad Psicológica N°211, julio 1994. Página 15.
13 Baranger, Madeleine y otros: "El trauma psíquico infantil, de nosotros a Freud". Revista APA, 1987. N° 4. Página 760.
14 Baranger, Madeleine y otros: "El trauma psíquico infantil, de nosotros a Freud". Revista APA, 1987. N° 4. Página 765.
15 Lopez Lallana, Susana: "El trauma psíquico, su articulación con la intervención en crisis".
16 Cheluja, E- Serrone, A: "Actualidad de las neurosis actuales". Página 4.
17 Cueto, Amanda: "El inconsciente, su heterogeneidad" Página 2.
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