Como la magia, María me sorprendía, haciendo aparecer lo oculto, lo impensable, lo originario. Y dando a desaparecer la escena, lo esperable, ella misma.
Como la magia : El Yo , aprendiz de historiador, constructor siempre activo e inventor, de una historia libidinal de la que extrae las causas, que dotarán de sentido, las duras realidades con las que debe coabitar.
Como la magia : El Ello es un maestro brujo que repite una historia sin palabras, que ningún discurso podrá modificar. Dirá P. Aulagnier.
Pregunto el nombre y dicen: nuestra hija es María Rosalía Cena y tiene 8 años.
Durante la entrevista va apareciendo el otro nombre de la niña que llamaremos María Leandra Gómez con el que figura ante la sociedad y los documentos.
Se presentan como padres adoptivos, pero va trascendiendo que la adopción todavía no está dada, a pesar de que hace 5 años que vive con ellos.
Se presentan y la presentan en una duplicación que niega la existencia de la identidad.
En las entrevistas de padres, manifiestan saber poco de los primeros 3 años de vida de María, dicen que cuando la niña tenía 2 años la madre estaba embarazada de un hermanito y cuando fue a tenerlo, con este motivo dejó a la niña en una casa ,y allí la abandonó. Cuando salió de tener a su bebé, en otra casa, hizo lo mismo con este bebé.
Así es que María fue a parar a un Orfanato, donde el juez pidió que la nena tuviese contacto con su madre y su abuela, pero esto casi no se dio.
Saben que la niña estuvo un tiempo viviendo y durmiendo en la Plaza Constitución con su madre y sus parejas.
Al preguntarle a estos padres sobre ellos como pareja. La madre dice que su marido le lleva 17 años de edad, que se conocieron porque él puso un aviso en "Segundamano" en busca de una relación de pareja. Se encontraron en un bar, ella tenía 24 años y antes no había tenido novio.
Dicen haber decidido la solicitud de adopción porque su marido no podía tener hijos y agrega que además su propio hermano había adoptado una niña 1 año antes que ellos, como queriendo dar cuenta de los factores que los movilizaron, donde la ilusión o el deseo no aparecen manifiestos.
A María le fuimos manteniendo el recuerdo, siempre le dijimos: "queríamos tener una hijita", ella sabe que el matrimonio no podía tener hijos. Siempre festejamos el Día de la Familia y "el día en que ella vino a vivir con nosotros".
¿Qué recuerdo es el que le mantenían?. ¿ Parece que María hubiera nacido el día en que fue a vivir con ellos?. Es a partir de allí que María debiera recordar y quizás , hasta existir.
Ella se hizo a la idea sola, dice la madre. Yo le dije que no sabía sobre antes y nunca le mencioné al hermanito. Ella me dice que me quiere a mí, más que a la otra mamá.
El motivo de consulta se centra fundamentalmente desde la madre a la que le preocupa la Enuresis diaria de María y la rebeldía hacia ella, "es muy ansiosa y desafiante", dice, "me provoca y yo he sido muy rígida", "le he hecho sentir los límites". Yo no acepto el desafío, mi marido le resta importancia a algunas cosas que no me parecen insignificantes.
María tiene miedos , tiene dificultades para dormir, cualquier cosa la excita, a la madre le cuesta decir que María también se masturba.
Al relatar cuando los llamaron para ir a buscar a María dice: "no hablaba nada, yo me emocioné, ella se hamacaba sin una palabra , se trepó a unas rejas y me miró con una cara... me quedó esa imagen". En ese momento María estaba en un Instituto donde aveces la visitaba su madre de origen y un hombre. Según el Juez este hombre pedía legalmente tener a María , pero el Juez consideraba una situación de riesgo en el entorno, se sospechaba que la madre comercializaba a los chicos. Por eso les dieron la Guarda, rápidamente.
Comentan que al comienzo "María tuvo una adaptación perfecta, se mostraba amable, cortés y cuidadosa, pero fue una apariencia, luego comenzó a mostrarse desafiante". "Tiene un carácter fuerte, le gusta mostrarse independiente, que hace lo que quiere". La madre se muestra preocupada ante ciertas conductas de acercamiento corporal, donde se propone besar en la boca al padre, o hacer caricias suave y seductoramente a alguno de ellos y también a su prima adoptiva, con la que busca acostarse en la cama y abrazarse.
La madre asocia estas escenas con lo sexual, y le produce mucha molestia.
La primera entrevista con María no la puedo olvidar, en realidad a María no la puedo olvidar, entró una niña con una mirada negra, profunda y desconfiada.
Su andar era desafiante como la madre decía, me observaba , caminaba con los brazos hacia atrás y las manos tomadas entre sí, como si yo estuviese en un banco de acusados y ella me quisiera sacar información.
La miré, le pregunté si sabía para que venía, me presenté y era como si no me escuchara, me observaba profundamente con sus grandes ojos negros que parecían querer asustarme.
Le ofrecí poder jugar con los juguetes, los cuales miró despreciativamente y ni siquiera tocó. Lo único que parecía interesarle era mostrarme su ira.
Al convocarla para realizar un gráfico rayó fuertemente la hoja con algunos colores y con trazos firmes, agresivos e informes.
Al preguntarle sobre ese dibujo dijo: ésta soy yo, este es un álamo, un señor manejando un auto, 3 nubes y una nube tapando el sol. Te dibujé con 5 años.
(Esto me dio un cierto respiro, pensé que desde algún lugar se había vinculado a través de la ironía).
Pero este respiro duró poco, evidentemente no quería hablar, la convoqué a ver que quería hacer y sorprendentemente para mí, se me tiró encima con toda su furia, con sus dos manos comenzó a apretar mi cuello y a gritarme: ¡te mato..., te mato!.
Supongo que sin poder reflexionar, le tome sus manos pero sin retirárlas de mi cuello, ni tampoco me moví de la inclinación forzada. Solo le dije que yo podía entender que ella quisiera matar a alguien, que yo la quería ayudar, si ella me dejaba. Recuerdo que sentí mirarla con afecto en ese momento.
Dejó de apretar con fuerza el cuello, mientras yo tenía mis manos apoyadas en las suyas, las retiró un poco pero las dejó en la misma postura de quererme ahorcar, pero ahora a pocos centímetros del cuello. En su mirada se transfería odio, agresión, no era un juego, creo no haber visto antes en un niño esa mirada.
Porqué querés matar? Le pregunté .
Porque sos mala, mala y nuevamente amenazante se volvió a aproximar, pero dejó la escena dándose vuelta y no mirándome más.
Pensé , como sigo... me hizo sentir sobre su dolor, sobre sus miedos.
Dijo: ¡quiero ir al baño!, abrió la puerta y se fue.
Al volver tenía olor a restos propios y sucios.Le dije si se quería ir, dijo que sí.
Le pedí que pensara si podíamos seguir viéndonos, que yo tenía ganas, pero que no era bueno que nos lastimáramos.
En la segunda entrevista entro con sus gestos de desprecio, con la misma mirada. Comenzó a gritar, luego a reirse fuerte muy fuerte, pero sin risa, era una risa forzada, macabra, interminable, saltaba sobre sí misma y no dejaba de mirarme.
Lo que yo dijera no era escuchado, sus gritos me tapaban, su risa me producía tristeza, se tiró al suelo y comenzó a masturbarse con la mano.
Quería que yo la viera y solo eso hice, la contemplé y no intervine, creo que la pude mirar.
Luego ya, se puso a bailar con movimientos bruscos, saltaba , se paraba de manos, hacía buenas piruetas y se lo dije. Me miró distinto, ella seguía cantando y gritando exaltada "carnavalito humahuaqueño, carnavalito humahuaqueño".
Yo conocía la canción y comencé a cantarla bajito. Me dijo: "me imitás".
Y comenzó a cambiarle la letra, cantando "carnavalito que por mi vida va a morirse..". Deja de cantar y dice: "hay que empezar a tirar las cartas".
Tira las cartas y continúa : voy a leer una revista. Hace que lee y dice: Tenés miedo que tu mamá mate a un chancho?
Le digo: le tenés miedo?.
Grita : A vos, a la muerte le tengo miedo, que me maten de chiquita, que me asesinen. No me gusta que me reten.
En las siguientes entrevistas María comenzó a jugar, si a jugar, ya había dicho lo que antes se lo impedía. Jugaba a que me mataba , avalanzándose hacia mí y con sus manos "casi en mi cuello" pero sin lastimarme, y en ese juego me metí. Al comienzo me dejé matar varias veces, ella continuaba la escena, saltando de una situación a otra, me llevaba a la cárcel, me ataba, me tapaba la boca, me despeinaba, era la ladrona, la que robaba algo de su casa, luego era la policía que la encerraba en la cárcel.
En una de esas sesiones me dejé matar, me mató "porque era mala", ella continuó con otras escenas pero yo no la seguí, me quedé allí como muerta; se acercó y "casi" se asustó pidiendo "dale, dale, levantate", lo hice, yo también estaba jugando.
Le seguí su juego aunque aveces era violento, la imitaba como ella dijo en un comienzo, luego me puso personajes, siempre alguien terminaba muerto y alguien robaba. ¿fantasía de ser robada? ¿ qué era lo muerto, qué lo que no existía? Su "antes" de estos padres, donde? Ella misma, donde?.
Luego de tres meses entra y dibuja exactamente lo que me había dicho en el gráfico rayado de su primer sesión: un álamo, un auto, un señor manejando el auto, 3 nubes y una nube tapando el sol. Te dibujé con 5 años repitió.
Ahora podía representar gráficamente lo que antes estuvo tapado por su ira ,su odio y su dolor.
Y lo tituló : "Susana la traviesa".
Con 5 años dijo, 5 años llevaba con estos padres, pero sus primeros 3 años de vida donde estaban, en esas nubes que tapaban el sol. En este dibujo parecía no haberse representado, ella era la otra, la que no estaba, y a su vez era la traviesa que tenía cinco.
En otro momento del tratamiento retiro el dibujo de la carpeta, lo miro y le pregunto ¿porqué será la traviesa?
Dice: distraída, asusta al gato, se come la manzana y los dientes, toma sopa, se tira el agua en la cara y en la cabeza, le gusta ser traviesa, comerse las flores.
Es la historia de hace 2000 años. Poné el reloj en marcha para ir al colegio. No me gusta jugar.
Es aquí cuando se para enfrente mío y penetrandome con su mirada dice: "YO SOY, MAGIA" "Magia de dos en una". "Hago magia", "Yo soy dos en una".
Inmediatamente se asocia, dos nombres, dos apellidos, dos historias sin poder ser imbricadas. Pero antes de cualquier intervención me dice: "No me pregunte, porque yo no soy la empleada de Ud., yo soy un ladrón que te estoy revolviendo el cajón, tus joyas. Lo voy a votar, así son las leyes, lo voy a cambiar, las leyes del gobierno. Ud. finge estar casada y no lo está, porque no lo vi a su marido, no voy a aceptar.Ud. es sorda, es burra y gorda. Yo tampoco sé lo que és. Já!, te robé la plata.
Comienza a tirarme con todo elemento que tiene a su alcance, yo solo me cubro con mis manos, se excita, se me tira otra vez encima, me quiere ahorcar y grita : "SOS MI MAMA" "SOS MI MAMA".
Intervengo ,sonriendo y abrazándola: "Hija, llegaste, me estabas buscando", la miro, la vuelvo a abrazar, luego se suelta, termina la sesión.
Nunca más apareció la escena donde el matar se le imponía .
¿Qué reloj hizo poner en marcha María, en donde estaba su madre ,que le fue negado, qué le mataron, quién murió, donde sus primeros tiempos, su origen?
Solo en sus impulsos, en sus manifestaciones corporales, negado no solo por la propia representación ideica inexistente en sus primeras vivencias y por lo tanto imposible de obtener o recuperar sin otro.
¿Cuál es mi nombre?, ¿Quién es mi madre? ¿Cuál es mi historia?.....
Caos emocional y explosivo que la desborda diariamente a través de sus síntomas con los cuales sufre ella y los que la rodean, preguntas que son obstáculos para encontrarse con el sentido de sí misma.
Así comenzó otra instancia ,en otras sesiones jugando con nombres propios y lo que supieramos de esas personas . Ella decía, Borges: escritor, ciego, viudo. Yo seguía Freud, escritor, anteojos, alemán............
El día en que murió el cantante Rodrigo vino muy mal y comenzó : Rodrigo cantaba, novia, cordobés ,cuarteto, ojos verdes,flaco. ¿Y vos qué sabés de Rodrigo? Yo seguí, 27 años, con un hijo, con una mamá que canta, se accidentó. Comenzó así a convocar mi saber, que la ayude a saber sobre lo que a ella le interesaba.
En otra sesión hablando sobre su familia, le pregunté que sabía sobre los Cena.
Dijo: Está Héctor,Anita ,Hugo. Le pregunto: Y qué son de tú papá? Siguió Valeria, Matías. Gritó, mamá que son?.Y se fue al pasillo a preguntarle a la madre . No sabía sobre el parentesco, iba y venía preguntando si eran hermanos del padre, primos o sobrinos, así se fue ordenando algo que los padres suponían que ella ya sabía. Mientras yo escribía en una hoja, los nombres y parentescos de su padre y su madre. Tomó mi sello y lo usó al final de la hoja, marcando mi nombre y profesión, luego se ensució su pulgar con la tinta del mismo sello y marcó varias veces con su pulgar la lista escrita de los familiares paternos y maternos.
Puso su huella, esa sí que és UNA, no puso sus nombres que la confunden y la hacen sentir desconocida, puso lo más originario , que otro no puede borrar o cambiar y que además permanecerá.
Al terminar dice: Yo quisiera un hermano, que adopte mi mamá, pero no adopta. Yo no quiero que sea mayor que yo. Te voy a ordenar todo, voy a ordenar todo.
María quiere ese hermano que su mamá niega desde el comienzo, sabiendo que existe, María quiere ordenar todo, todo su caos, todo lo indiferenciado, lo amorfo, lo confuso, historia oculta y acallada que aparece.
María llega y dice : Juguemos a la maestra. Yo soy la maestra y vos la niña.
Me indica : la niña llama a la ambulancia porque la maestra está nerviosa.
Terapeuta: voy a decirle a la Directora que llamé a la ambulancia porque la maestra está nerviosa.
María: No, soy la Jefa del Orfanato. Soy tu madre.
Terapeuta: ¿Cómo no entiendo, maestra, Jefa del Orfanato, madre? ¿entonces, quién sos?.
María: soy tu madre, me saco la máscara. Te llevo a internar a ver si estás loca
Terapeuta: ¡Hay! tengo miedo, ¡no estoy loca!.
María: a mi me dieron un sedante, quedate tranquila, no te voy a hacer mal.
Terapeuta: Pero, entonces ¿quién sos?
María: tu madre, lo que pasa que vos soñaste con tus padres en el Orfanato y te pusiste mal, tus padres murieron . ¡No tenés padres!, gritaba.
Terapeuta: ¡ Yo quiero tener padres! también gritando.
María esta vez no se rió , se puso seria y terminó el juego.
Hoy terminó triste el juego. Sí, me dijo cuando se iba.
Así, paso a paso iba trayendo sus miedos, sus preguntas, su antes, su ahora, sus registros de hoy y de siempre, su saber no sabido.
Iba incorporando sus vivencias, sus sueños, sus primeros años de los que nadie hablaba, iba pudiendo sentirse más "ella", y sus síntomas iban cayendo, ya no se masturbaba, ya no se orinaba en la cama, podía relacionarse mejor con sus compañeros de escuela, a pesar de que siempre terminaba sola, porque se quería imponer en su saber.
Pensando que hay un tiempo de vida que precede al advenimiento del YO, tiempo de representaciones originarias y fantasmáticas de lo vivido.
Creo que el análisis se instaló en esa transicionalidad mediatizada por el espacio lúdico, donde eran posibles de aparecer las representaciones de ideas, que mañana el Yo guardará en su pasado.
Si bien es propio que al surgimiento del Yo, siempre se le impone un "antes" que deberá ir metabolizándose.
En este caso, ese antes no existía para el discurso parental. Ese antes no estaba investido, estaba negado, estaba ahogado ,estaba ahorcado. Pero lo vivido era traído continuamente en los desbordes pulsionales de María, sus desbordes corporales, su fallos en la represión.
El Yo tiene que poder pensar, tiene que creer que posee su historia, para no correr el riesgo de que el que "ha sido" desmienta "al que cree ser" .
Los encuentros terapéuticos continuaron cada vez con mayor riqueza, con "más joyas" de las robadas, ella había dicho "te voy a revolver los cajones", y eso hizo para investirse, para envolverse. Pasando a jugar desde "disfracémonos de harapientas" donde nos colgábamos trapos, toallas, pañuelos, chalinas que nos recubría el cuerpo y que yo iba trayendo de mis cajones para disfrazarnos de harapientas, hasta transformarnos lentamente en modelos que desfilábamos "como Valeria Maza", o "cantantes-pop como Natalia Oreiro".
En esto estábamos cuando la madre me anuncia: "María va a venir hasta fin de mes".
Otra vez me sorprendí, pedí entrevistas, vino solo la madre,ya estaba decidido.
Como en la magia, también hubo trampas.
Aveces somos historiadores en busca de pruebas, pero esa búsqueda tropieza con un "ya ahí" de nosotros mismos y del otro.
Según dijo: estaban muy agradecidos y satisfechos, pero "María ya estaba mejor, no se masturbaba , no se orinaba y fundamentalmente estaba mejor con ella".
Pudimos despedirnos con María durante dos sesiones. Quiso regalarme un dibujo, donde por primera vez se dibuja; con un YO, sobre su cabeza, y me dibuja a su lado , con mi nombre.
Todo niño se constituye a partir de propuestas identificatorias provenientes de los adultos y del ambiente en el que se desarrolla.
Quién se és, de quién se es hijo y que se espera de uno, van conformando y nucleando el interior del YO, donde cada sujeto se va constituyendo y se siente qué és y qué se espera de él.
Si bien todo sujeto trae una herencia genética, una historia mítica desde antes de su nacimiento, multitudinarias experiencias infantiles reales y fantaseadas, hay situaciones que pueden ser constitucionales dentro de la subjetividad, o transformarse en traumáticas, si el acontecimiento no se elabora.
Si bien la constitución de la subjetividad ya es compleja de por sí, en situaciones como la adopción, donde hay cambio de padres, cambio de ambiente, cambio de apellido, cambio de sentimientos, esto se complejiza y se multiplica mucho más.
Quienes son los padres, a quién corresponder identificatoriamente funciona como la malla que sostiene a la confrontación del Yo, donde los puntos sueltos o no resueltos, si no son tomados a tiempo pueden dejar fallada esa malla.
Por lo que me hubiera gustado que María ,hubiese tenido esa posibilidad de terminar de armar y articular una propuesta identificatoria sin tantos puntos sueltos.
Y como la magia, María desapareció, quedándose en mi recuerdo y tratando de procesar a través de la escritura el fin transferencial.
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