Investigación à Psicoanálisis

Trabajos de Investigación Clínica y de Inserción del Psicoanálisis en diversas Áreas Temáticas
Niñez, Adolescencia y Familia en situación de riesgo y exclusión social
¿qué es lo que el psicoanálisis puede aportar?

El "arrebato" adolescente: entre el malestar y el imperativo

Daniel Aksman

La proliferación de la delincuencia y actos delictivos entre nuestros jóvenes, y según los acontecimientos últimos, el hecho incontrastable de la cada vez mayor precocidad de las edades de los sujetos en los que se manifiesta, requiere de una lectura que no se satisfaga en premisas utilitaristas o pragmáticas ni en movimientos de opinión, y que al mismo tiempo permita echar alguna luz al sentido de dichos actos. Si traemos el tema al debate es para dar testimonio de que el psicoanalista no esta ajeno a los asuntos de la ciudad, también de que esta comprometido con ellos en su práctica y por sobre todas las cosas para poner sobre el tapete el hecho de que «de nuestra posición de sujetos somos siempre responsables». En Introducción teórica a las funciones del psicoanálisis en criminología, Lacan subraya que «el psicoanálisis puede, por las instancias que distingue en el individuo moderno, aclarar las vacilaciones de la noción de responsabilidad para nuestro tiempo» aunque dejando en claro que no se pretende abarcar la totalidad de objeto sociológico alguno. Sin embargo mantenemos el hecho de que el psicoanálisis ha descubierto lo que Lacan llama en ese artículo «tensiones relacionales» en el seno de toda sociedad. Tensiones relacionales que Freud avizoró en el complejo de Edipo como formas del crimen que son de estructura (el parricidio y el incesto) y que en Tótem y Tabú, vía el asesinato del padre dan origen al pacto entre los hijos y a la ley Universal. Punto a partir del cual quedan articulados el deseo y la ley, instaurando un vacío de goce que solo la palabra podrá alojar, darle lugar. Queda fundado un orden ético que deja al sujeto como responsable respecto de esa falta y como resto el superyó, testimonio de lo que no fue simbolizado, imperativo de goce, y para Freud, causa del malestar en la cultura. En 1950 Lacan sostiene dos cuestiones: 1-que el psicoanálisis reconoce crímenes que emanan del superyó, siguiendo la huella de Freud que nos indica la existencia de delincuentes por sentimientos de culpabilidad, que encuentran tranquilidad a partir del castigo, como una forma confusa por la cual el sujeto busca su responsabilidad a partir de la sanción. 2-.que la delincuencia es el reflejo en la conducta individual de una ruptura del grupo familiar en el seno de la sociedad, dejando liberadas las tensiones criminales incluidas en la situación familiar. Esto lo constatamos más aún si se trata de jóvenes que transcurren esa crisis, propia de la existencia de cualquier ser parlante, la pubertad y la adolescencia, y que se monta sobre ciertos «ideales» de una comunidad cuya orientación es cada vez más consumista, propiciando aquello que dice combatir. Esta tendencia criminógena, según Lacan, muestra una exaltación del ideal individualista, mientras al mismo tiempo los individuos tienden a un proceso de asimilación creciente. Es decir que se produce una reducción y homogeneización de los modos de gozar, al mismo tiempo que se exaltan ideales individualistas. «Estructuras tales, en las que una asimilación social (alienante) del individuo llevada al extremo, (nos) muestra su correlación con una tensión agresiva». Vemos aquí la semilla de una violencia de la que ni las instituciones, ni la política, ni el derecho se hace cargo sino mas bien que la fomentan reduciendo el castigo o la sanción, a un fin solo correctivo. Pienso que esta tendencia criminógena encuentra en los adolescentes sus principales víctimas. Los efectos no esperan para hacerse sentir y a nuestro entender toman la forma de un arrebato1: Ya sea por lo precipitado o impetuoso, inconsiderado o violento, con furor o furioso, con ira o compasión, repentino o presuroso, las acciones delictivas de los adolescentes cobran el aspecto de una enfermedad, de un malestar, un sufrimiento o una disfunción, dejando al Otro en el lugar de un anonadamiento o una interrogación. Pero mas allá de este aspecto, el «arrebato» adolescente, nos está expresando un superyó en el punto donde se revela un exceso pulsional, desalojado, como un modo particular de gozar. Por otra parte vemos la absolutización de los mercados solidaria del desarrollo de la ciencia, en la medida que ésta, a través de la técnica, ofrece objetos para la producción de goce, alimentando la «cultura de la satisfacción». Este término sugerido por John K. Galbraith sostiene que los individuos satisfechos de una comunidad reaccionan vigorosamente a la satisfacción y comodidad más inmediata siendo éste el talante predominante no solo en el mundo capitalista sino atribuyéndolo a un instinto humano más profundo y general. Los objetos que están al alcance de todos, los pagamos en su precio (que fija el mercado) pero al mismo tiempo obtenemos algo por lo que no pagamos, un goce-extra que Lacan llamó, en homología al concepto de plusvalía, Plus de gozar, ubicando allí el malestar en nuestra civilización actual. La pregunta es por el lugar de inscripción de este malestar. Una cosa es que se aloje en un síntoma, otra cosa es que se aloje en la palabra, y en el límite, que se aloje en un tatuaje. Nuestra experiencia nos muestra grupos familiares que dejan a sus miembros por fuera de los intercambios simbólicos necesarios para la renovación del deseo, y para su transmisión. No en el sentido de un «fuera del discurso»; pero cuya posición muestra un empobrecimiento que, más que económico, es de atributos simbólicos. Lacan destaca como función de la familia «lo irreducible de una transmisión , que es de otro orden que aquel de la vida según las satisfacciones de las necesidades , pero que es de una constitución subjetiva que implica la relación a un deseo que no sea anónimo».

Pero la coacción que ejercen las fuerzas directrices de la cultura dejan al descubierto un imperativo que Estela Solano Suárez resume así: «Obra de tal modo que tu acción te procure por cualquier medio y a cualquier precio , un acceso cada vez mas amplio y extendido al mundo de los objetos de goce». El malestar en la civilización actual, que tiende a la satisfacción inmediata, induce a ciertas franjas de adolescentes a una acción al modo del imperativo superyoico, que subordina la ética a fines útiles a la satisfacción. Lo que no pueden comprar, ¿lo pueden robar?.

No obstante pienso que el encuentro con un analista puede sacar ese deseo del anonimato, y que más allá del castigo por el cual termina asumiendo su responsabilidad, el sujeto haga la experiencia de la palabra en la cual encuentre su lugar, desplegando su particularidad, de sus significantes y de sus modos de gozar.

Para resumir, pienso que dichos adolescentes, impulsados por el ideal cultural que se rige por «la felicidad del sujeto», también aspiran a «la felicidad». Sus acciones pueden apuntar a un llamado al Otro, como si sus infracciones o delitos constituyeran un intento de hacerse un lugar en el Otro que de un sentido a su existencia. Pero en cualquier caso quieren, como dice Freud, tramitar el malestar y el dolor y sus conductas arrebatadas pueden constituir, al decir de Winnicott , «un momento de esperanza». El plus de goce que obtienen pasa los límites de un síntoma para adoptar la forma de un «ataque» al Otro. No pierden, más bien «se pierden». Como decía un joven que conocí y que no podía detener su escalada de acciones «arrebatadas» aun a sabiendas que todas las instituciones del Otro lo observaban, y cuyo furor terminó en la cárcel: «Yo también tengo derecho a disfrutar».

Notas

1 Arrebatar: quitar o tomar alguna cosa con violencia o fuerza. Tomar las cosas con precipitación. Enfurecerse, dejarse llevar de alguna pasión y especialmente de la ira. Cocerse mal un manjar por exceso de fuego.

BIBLIOGRAFÍA

El malestar en la cultura. S. Freud

Varios tipos de carácter descubiertos en la labor analítica. Punto 3. S. Freud

La cultura de la satisfacción. J. K. Galbraith

Introducción teórica a las funciones del Psicoanálisis en criminología. Escritos. J. Lacan

Dos Notas sobre el niño. J. Lacan

Seminario 16: De un Otro al otro. (Inédito). J. Lacan

Fantasma de la institución. Institución del fantasma. Revista Lazos. E. Laurent

Jornada del CIEN. 19/7/00. Intervención de E. Laurent

Vergüenza y responsabilidad. Revista Conjetural. Jorge Jinkis.

La familia, los padres, los niños. I.C.B.F. Estela Solano Suárez.


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