Estados Generales del Psicoanálisis |
ACERCA
DE
"LA ETIFICACION DEL PSICOANALISIS. CALAMIDAD"
DE JEAN ALLOUCH
Juan Carlos Volnovich
Nos ignoran o nos colonizan, pero no nos reconocen. A los psicoanalistas metropolitanos no les interesa nuestra produccion. Lo mismo da : sean de la I.P.A.1 o de la A.M.P2. ; vivan en Londres, New York o Paris; los psicoanalistas del centro a nosotros, los perifericos de Latinoamerica, nos tienen en cuenta solo a la hora de ampliar sus dominios o ejercer su poder.
Para ellos la universalidad de la ciencia se limita a "su" universo y el nuestro no puede ser otra cosa que -en el mejor de los casos- un eco diferido y deficiente de "su" psicoanalisis.
Nos ignoran. Y si, sensibles y tiernos nos "descubren", empieza alli a desplegarse toda una ofensiva para integrarnos a su "campo", para inscribirnos en su "causa", para engrosar su "roadster", para incorporarnos a sus dominios en posicion subordinada.
Me refiero, claro esta, a los psicoanalistas del norte pero, sobre todo, a las instituciones psicoanaliticas. Aludo, principalmente, a aquellas que aspiran de manera mas abierta o encubierta a administrar la herencia freudiana con criterios y estrategias de empresa transnacional. Tal vez por eso llame tanto la atencion y no deje de asombrarnos el texto de Allouch.
¿Que sucedio para que un hecho acaecido en la periferia -la denuncia hecha en un libro de escasa tirada en Buenos Aires, en 1973- se haya convertido en el escandalo parisino de 1997 y en el motor del libro que la Eccole Lacanienne de Psychoanalyse acaba de editar? ¿Porque un episodio "menor" -confusas denuncias entre hispanoparlantes y brasilenios que, como no podia ser de otra manera, hablan y escriben en portugues- se convirtio en el analizador de la venerable I.P.A. al punto tal de poner al descubierto sus fracturas y "obligar" a Allouch -uno de los mejores psicoanalistas lacanianos- a escribir un libro para aclarar su posicion?
Efectivamente : en La etificacion del psicoanalisis. Calamidad (3) .Allouch vierte sus opiniones acerca del inenarrable happening que el tout psychoanalitique parisino protagonizo en el Hospital Sainte Anne, hace poco mas de un anio, el 9 de Febrero de 1997, en reunion publica citada por la Sociedad Internacional de Historia de la Psiquiatria y del Psicoanalisis y la Asociacion de Estudios Freudianos. En esa ocasion se presento el libro de la brasilenia Helena Besserman Vianna Politique de la psychoanalyse face a la dictadure et a la torture. Para entonces estaban anunciadas las intervenciones de Serge Lebovici (presidente de la IPA desde 1973 a 1977) y de Daniel Widlöcher, actual vicepresidente de la I.P.A. De la misma participaron, ademas, el Presidente de la Sociedad Psicoanalitica de Paris y el de la Asociacion Psicoanalitica de Francia. El caso es que Elizabeth Roudinesco, Rene Major, Conrad Stein y muchos mas, protagonizaron un verdadero "quilombo" (tal el subtitulo de uno de los capitulos del libro de Allouch) con gritos intempestivos, insultos, invitaciones y exigencias de abandonar la sala y todo tipo de exabruptos. Tal pareceria ser que la intervencion de Allouch no fue ajena a tamanio desorden (4)
Es necesario consignar aqui que pocos dias antes, el 31 de Enero de 1997, Elizabeth Roudinesco habia publicado en Le Monde des livres, un articulo periodistico sensibilizando positivamente a la opinion publica acerca del libro de Helena Besserman Vianna. Esto es: satanizando a Amilcar Lobo y denunciando las debilidades eticas de la I.P.A.
Como decia, el hecho -el acontecimiento, para ser mas preciso- que dio pie tanto del happening del 9 de Febrero en Paris, como al libro de Allouch al que aludo aqui, no es otro que...¡otro libro ! cuyas tapas aparecen fotocopiadas y con algunas paginas en reproduccion facsimilar en La etificacion ... Pero, esta vez, se trata de un libro argentino : Cuestionamos 2 compilado por Marie Langer y publicado por Granica en 1973, donde aparece la denuncia que de Leao Cabernite hizo Helena Besserman Viana.
En aquella epoca, Leao Cabernite era el Presidente de la Asociacion Psicoanalitica de Rio de Janeiro y era, ademas, el analista didactico del candidato psicoanalista Amilcar Lobo Moreira, teniente de la policia militar y torturador al servicio de la dictadura. En su momento, junto a la denuncia en Cuestionamos 2, Marie Langer y Armando Bauleo enviaron copias de la misma a la I.P.A., a la Asociacion Psicoanalitica Argentina y a la Sociedad Psicoanalitica de Paris (5).
Antes que pasar inadvertida; muy por el contrario de agotarse en el tiempo, la denuncia portenia del '73 fue creciendo en importancia, hasta llegar a instalarse en el mero "centro" -en el corazon del psicoanalisis institucionalizado- convocando a la polemica a otras organizaciones : Organismos de Derechos Humanos (6) ; Tortura Nunca Mais, Pro-Etica, El Consejo Federal de Medicina del Brasil, el Consejo Regional de Medicina, etc. Este episodio involucro durante un cuarto de siglo a casi todo el psicoanalisis mundial, desde el Dr. Edward Joseph y demas presidentes de la I.P.A (7), hasta Walter Brihel, pasando por Bion, por Derrida, por Alain Badiou y, tambien, por "nuestro" Horacio Etchegoyen. Incluso no seria arriesgar demasiado afirmar aqui que la sede de los sucesivos Congresos Internacionales de la IPA -desde 1977 en adelante- fue decidida por este episodio (8).
La posicion que sostiene Allouch -aparentemente bien fundada- es la siguiente: desde que el psicoanalisis es un metodo, en este caso (en el caso de la denuncia del "psicoanalista-torturador") la verdad etica fue construida a expensas de lo politico, de lo juridico y de lo analitico en base de una triple sustitucion :
- -un asunto ocupo el lugar de un caso
- -una denunciante ocupo el lugar de otra
- -la exageracion de la etica sustituyo al metodo analitico
En otras palabras : al denunciar a un "psicoanalista torturador" una militancia politica no confesada, una ideologia -si se quiere, una weltanschauung disfrazada de "etica del psicoanalisis"- se despliega para intentar confirmar lo inadmisible del axioma : si Amilcar Lobo es analista y Amilcar Lobo es torturador, pues entonces, Amilcar Lobo es un analista torturador. Como si en el acto de la tortura Amilcar Lobo estuviera ejerciendo el psicoanalisis y no su condicion de militar fascista. Como si, desde que la institucion "madre" (la I.P.A.) le otorgo la condicion de "ser" -y no la de estar- analista, la tortura fuera un acto analitico por el mero hecho de ser practicada por un analista. Despues de todo, supone Allouch, tal pareceria que el analisis no le aporto nada a la tecnica y a la teoria de la tortura; tal pareceria que Amilcar Lobo nada nuevo le sugirio a la "clinica" de la represion a partir de su "ser" y su saber freudiano.
Ademas, Freud dejo constancias suficientes de su oposicion a subscribir una etica convencional y, mas aun, a transformar el psicoanalisis en una cosmovision normativa. Para eso no hace falta mas que revisar sus diferencias con Putnam (9) junto al exergo freudiano que encabeza el libro : "Politicamente, no soy nada" (10). No obstante, la neutralidad politica de Freud no le impidio enviar una copia de "El porque de la guerra" con la siguiente dedicatoria : "A Benito Mussolini, con el cortes saludo de un anciano que reconoce en el soberano al heroe cultural". Viena, 26 de Abril de 1933.11
Su neutralidad tampoco le impidio -frente al intento de Edoardo Weiss de interceder ante Freud para que tome (o, re-tome) en analisis al Dr. A, su ex-paciente- responderle con un: "Creo que es un caso malo, nada adecuado para el analisis. Para analizarse le faltan dos cosas, primero el cierto conflicto doloroso entre su yo y aquello que sus pulsiones le exigen, pues en el fondo esta muy contento de si mismo y sufre solamente por la resistencia de circunstancias exteriores, segundo un caracter medianamente normal de este yo, que pudiese colaborar con el analista; procurara siempre, por lo contrario, despistar a este ultimo, enganiarle con falsas apariencias y dejarle de lado. Ambas deficiencias coinciden en el fondo en una sola, en la formacion de un yo monstruosamente narcisista, egolatra, impermeable a toda influencia, que, por desgracia, puede apelar a todos sus talentos y dones personales. Por todo eso no vale la pena ayudarlo pero, ademas, porque ese hombre es un canalla.
...
Opino pues que no serviria para nada que el acudiese a mi o a algun otro para un tratamiento psicoanalitico. Pero tambien comprendo que la madre no lo quiera desahuciar sin hacer otro intento. Propongo pues mandarlo a un instituto al cuidado de una persona de eficacia terapeutica aplastante. He conocido como tal al Dr. Groddek en Baden-Baden (Sanatorio). Naturalmente habria que comunicarle las caracteristicas del paciente. Si el no lo quiere aceptar, se podria pensar aun en Marcinowsky, en Heilbrun de Tölz (Baviera), pero este lo rechazara sin duda de inmediato. En el peor de los casos, a gente como el Dr. A. se la embarca para ultramar, digamos hacia Sudamerica, y se le deja buscar alla su destino." (12)Entonces, embarcados nuevamente en Sudamerica el libro de Allouch me depara una sorpresa; tiene al menos una gran virtud y pone al descubierto el abismo que me separa de su posicion.
1.-La sorpresa es, desde ya, que un hecho local de los '70 resuene en Paris en los '90 con una fuerza tal que torne universal su difusion (13).
2.-La principal virtud del libro reside en la perspectiva desde donde Allouch enfrenta los hechos. Resistiendose a caer en discursos ideologicos, negandose a convalidar proclamas de denuncia, Allouch se mantiene consecuente con Freud cuando afirma que ceder el psicoanalisis a las instituciones y resignar la clinica psicoanalitica ante una oleada etica que lo consagre como poseedor de una particular vision del mundo, significaria pervertir y traicionar lo mejor, lo mas original que el psicoanalisis aporto. Esto es: el psicoanalisis es un metodo, no una etica. Por lo tanto, ante la autocritica publica de la I.P.A. por sus claudicaciones frente a este caso, ante la decision de pronunciarse contra la violacion de los derechos humanos, Allouch se indigna. "Si la IPA hubiera tenido huevos, la 'legitima heredera' de Freud (deberia) haberse mantenido en el clivaje etica-metodo respecto al cual Freud no cedia. Mantenerse hubiera implicado no hacer ninguna declaracion" (14).
3.-La abismal distancia que sostengo con el texto se basa en la inteligente manipulacion de una erudicion con la que Allouch encubre una supina ignorancia. El gesto de humildad al que Allouch apela -¿porque los analistas-analizados deberian ser mejores que otros hombres y estarian excluidos de semejantes bajezas?- descubre la soberbia de un analista que se ubica por encima de todo y de todos, soldandose curiosamente, con el positivismo logico al convalidar la neutralidad valorativa del cientifico.Para empezar. Ante la afirmacion: "Las repercusiones del libro (Cuestionamos) estimularon la creacion de una serie de textos, cuya publicacion se realizo en un volumen titulado Cuestionamos 2. No hubo numero 3, muchos de los que participaron en la obra estan muertos, desaparecidos o exiliados" (15) es necesario senialar que, lamentablemente, Allouch (o, Marcelo Pasternac, su informante argentino) se equivoca. Si bien no hubo un Cuestionamos 3, ¡si! hubo una (segunda) tercera edicion de Cuestionamos16. Esa edicion incluyo un trabajo fundamental de Fernando Ulloa "La etica del psicoanalista frente a lo siniestro" y el "Follow up de una denuncia : psicoanalisis, politica y moral" de Santiago Dubcovsky ; texto definitivo, si los hay, para la elucidacion del caso I.P.A-Amilcar Lobo. Pero, no es esta la unica omision significativa. En las soberbias reflexiones de Allouch hace evidencia, por ausencia, la extensa produccion con la que los psicoanalistas argentinos (y uruguayos y chilenos y brasileros y...) desde los ultimos anios de la dictadura militar (principios de los ochenta) y los primeros anios de instaurada la democracia en nuestros paises, hemos intentado dar cuenta del impacto que el terrorismo de estado tuvo en las victimas directas, en la construccion de la subjetividad, en las instituciones y en la produccion, distribucion y consumo del psicoanalisis.
Es, tal vez, la ignorancia de esa produccion psicoanalitica la que abona una incomprension basada mas en la asimetria que soporta la periferia con respecto a la inapelable e incontestable superioridad del psicoanalisis metropolitano, que en las diferencias conceptuales, de codigos o de lenguajes.
Se reactualiza, entonces, un equivoco semejante al protagonizado hace varios anios ya cuando Francoise Dolto -bienintencionada- intento abordar con recursos convencionales el complejisimo desafio que suponia la restitucion de la identidad a ninios que habian sido apropiados durante los anios que duro la dictadura militar en la Argentina.
La ceguera politica de la I.P.A. que se plasmo en los Cuestionamos fue denunciada por Marie Langer en el 27 Congreso Internacional de Viena17 y se hizo publica con la escision de Plataforma, pero nadie ha explicado hasta ahora -como no sea con condenas banales, extemporaneas, y tributarias de los mismos vicios que critican- la "indiferencia" politica del psicoanalisis lacaniano y de sus instituciones centrales. Es justamente de eso de lo que nos habla Allouch: de la indiferencia politica que, cuando se rompe, da lugar al escandalo.
Por lo tanto, una cuota de la incomprension que le atribuyo al texto de Allouch se debe a la ignorancia que los psicoanalistas franceses (sin ignorar las profundas diferencias que los separan) mantienen frente a lo que, gracias al psicoanalisis frances, gracias a Lacan, se produce mas alla de Lacan en este "sur, revuelto y brutal" (18). La otra, a Lacan mismo. Cada vez que Lacan aludio a la politica fue para condenarla por estar siempre al servicio de la moral y del discurso del amo. Es notable como Lacan -que arremetio con animo de cruzado contra cualquier disciplina no analitica que se le pusiera a su alcance- mantuvo una total indiferencia hacia la politica. Habida cuenta del trato que le dispenso, pareceria que Lacan no vio en el pensamiento politico nada relevante. Nada digno de enriquecer su teoria. La politica se constituyo, asi, en el punto ciego, en el escotoma del dispositivo teorico de Lacan19. Ese escotoma de Lacan es coherente con la conviccion de que es imposible instaurar al sujeto en lo social. La interdiccion lacaniana a situar al sujeto en el seno de una politica, con vinculos colectivos capaces de producir rupturas y transformaciones historicas produjo, al menos, dos consecuencias negativas:
1.- Alrededor de Lacan crecieron asociaciones que reprodujeron los vicios instituidos en la sociedad de mercado: las empresas transnacionales del psicoanalisis. Asi, la historia de la comunidad lacaniana no ha sido otra cosa que la escabrosa secuencia de luchas de poder, gestion de pacientes, mezquindades personales, ocultamiento de textos, robo de dinero y canibalismo de todo tipo. Antes que a un foro para confrontar ideas, el happening de Paris al que el libro alude, sugiere una puesta en escena de lo que aqui afirmo.
2.- Hoy en dia, cuando los analistas lacanianos son llamadas a pronunciarse acerca de la politica optan por dos vias:
- -O muestran una actitud critica hacia la situacion actual acompaniada por un escepticismo que incluye -desde ya- la propuesta socialista,
- -O, se conforman con proclamar las indudables ventajas que ofrece la democracia representativa y parlamentaria frente a los regimenes totalitarios.
Poco, muy poco para un pensamiento que -siempre que exploro otros campos- dejo huellas tan creativas y sin cuya inscripcion otra seria la historia de la psicologia.
Pero hay algo mas. Frente a la traduccion al frances del libro de Helena Besserman Vianna, la soberbia irreflexiva de Allouch le obliga a reclamar, sin pudor, mas traduccion ya que "una verdadera reconsideracion historica hubiera tenido que poner a mi disposicion, en frances, la autobiografia del torturador Amilcar Lobo y otros textos relacionados" (20).
Bien: la traduccion no le alcanza y pide mas. A ningun analista argentino se le hubiera ocurrido exigir a los franceses que pongan a su disposicion en castellano los textos relacionados para poder opinar. Si acaso gestionariamos y pagariamos nuestras propias traducciones acarreando el peso vergonzante de nuestra ignorancia del frances. Cuando un psicoanalista argentino quiere mas, se toma el trabajo de traducir los textos originales si es que antes no se tomo el trabajo de aprender la lengua dominante. No obstante, tengo la impresion que Allouch no reclama con arrogancia francesa ¡"como es posible que, para poder opinar, no hayan puesto a mi disposicion los otros textos relacionados" !. Lo que Allouch no perdona es que le hayan puesto este: que hayan traducido al frances este texto que deberia haber quedado ahogado y silenciado en portugues y cuya denuncia deberia haberse mantenido ajena y sorda dentro de los limites del castellano. Si acaso, que quedara clausurada dentro de los limites de la I.P.A. que es la que tiene ese problema de los analistas didactas y de la condicion analitica determinada por la institucion ; problema al que antes aludi al hablar del "ser" psicoanalista.
Pues bien: la tortura tiene mucho que ver con el psicoanalisis frances, incluso en cuanto al silencio del psicoanalisis frances frente a la tortura. Pero seria arbitrario ocultar en la generalizacion "psicoanalisis frances" las marcadas diferencias que separan a los psicoanalistas franceses y que Allouch se encarga de enfatizar (21). Para el caso: mientras Lacan se entendia con Heidegger (Kostas Axelos servia de interprete, pero Jean Beaufret, de puente) respetuoso del nazismo confeso de su interlocutor e insensible ante los estragos de las guerras coloniales en que Francia participaba; mientras devolvia a Simone de Beauvoir El Segundo Sexo sin haberlo leido; mientras se preguntaba frente a los Belgas (los del Congo Belga, claro) en la "Ethique de la psychanalyse. (si) La psychanalyse est-elle constituant pour une ethique qui serait celle que notre temps necessite" ? (22) (1960); mientras todo esto pasaba (decada del 50 y 60), en el capitulo "Guerra colonial y transtornos mentales" (23) de Los Condenados de la Tierra, Franz Fanon -mas que comprometido, implicado- se interrogaba, a partir de materiales clinicos, acerca del impacto de la guerra en el psiquismo.
Cuando ante las declaraciones de la I.P.A. Derrida pregunta porque la Asociacion fundada por Freud no puede emitir mas que una convencional e insuficiente denuncia sobre Amilcar Lobo, Allouch responde, fiel a Freud, que ni la I.P.A. ni ningun psicoanalista puede decir nada especificamente psicoanalitico al respecto.
"Nadie puede garantizarnos que un premio Nobel de quimica interrogado sobre el genocidio en Ruanda tenga algo mas o mejor que decir que el borracho de la esquina" (24) dice Allouch. De acuerdo. Pero es casi seguro que el premio Nobel va a ser mas escuchado y que su opinion va a tener mas peso politico, mas trascendencia que la del borracho de la esquina. No obstante, no es ese el estimulo con el que Allouch nos provoca. De lo que aqui se trata es de registrar la riqueza producida por el psicoanalisis periferico -por nuestro psicoanalisis- en estas ultimas decadas. De lo que aqui se trata es de reconocer que si Allouch nada tiene que decir, los psicoanalistas argentinos, los psicoanalistas brasileros, los psicoanalistas uruguayos, sobre la tortura y sobre las instituciones psicoanaliticas, si tienen algo que decir.
Hoy en dia, mientras Allouch reclama desde Paris ¡psicoanalisis! como respeto al deseo de cada analizante -y no traduccion o subordinacion de los conceptos psicoanaliticos al discurso politico, al discurso juridico, a la institucion de la etica- una extensa produccion teorica, una rica experiencia, argumentos abrumadores que sus interrogantes desencadenan, permanecen invisibles a sus ojos por el mero hecho de existir en otro mundo: en este mundo. Aqui: donde se han perpetuado los peores crimenes; donde la devastacion del capitalismo hizo posible y necesaria la tortura como atributo del estado y donde algunos psicoanalistas y algunas instituciones psicoanaliticas acompaniaron a los militares con su silencio, con su simpatia y hasta con su trabajo para que consumaran eficazmente la faena, y donde otros psicoanalistas y otras instituciones no solo fueron victimas de ese horror sino que ademas, denunciaron, hostigaron a los regimenes totalitarios; aqui, un grupo grande de psicoanalistas con diferentes filiaciones, esbozaron respuestas que seria bueno que empezaran a universalizarse causando algo mas que un escandalo, algo mas que un happening, algo mas que un libro como este al que, de todos modos, le damos la bienvenida por lo que es: analizador, sintoma de que el pacto sellado entre el centro y la periferia esta empezando a conmoverse.
Notas
1International Psychoanalitical Association
2 Asociación Mundial de Psicoanálisis
3 Allouch, Jean : La etificación del psicoanálisis. Calamidad. Edelp. Buenos Aires. Diciembre de 1997.
4 A Allouch no se le ocurrió otra cosa que preguntar (su pregunta funcionó no como la causa pero si como el disparador del escándalo) "¿Cómo se supo que se trataba de un "psicoanalista torturador" ?. Nada ingenuo, el interrogante acerca del ser psicoanalista como condición adjudicada por una institución, tuvo la virtud de iniciar la deconstrucción del siguiente axioma: si Amilcar Lobo es psicoanalista y si Amilcar Lobo es torturador, pues entonces Amilcar Lobo es un psicoanalista torturador. (Volveré sobre esto).
5 Tal vez es necesario recordar aquí que Cuestionamos está íntimamente ligado a Plataforma. Es decir, a la primera escisión que por razones ideológicas y políticas soportó la I.P.A. desde que Freud la fundara. La edición de Cuestionamos coincide, además, con el auge de la represión militar que partió en dos al psicoanálisis argentino.
6 En 1981, Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz y defensor de los Derechos Humanos, al interesarse por las acusaciones al psicoanalista torturador Amilcar Lobo, con el afán de, antes que en la búsqueda de venganza, restablecer la justicia, fue detenido al arribar a Sao Paulo y expulsado del país por "intromisión en los asuntos internos del Brasil".
7 Adam Limentani, Robert Wallerstein, Joseph Sandler.
8 En el Congreso Internacional de Psicoanálisis de Jerusalén, 1977, el Dr Walter Briehl, de Los Angeles, propuso que la IPA se pronunciara públicamente contra la violación de los Derechos Humanos en la Argentina, pero la IPA jamás lo hizo. En general, ante el terrorismo de estado en América Latina, la IPA eligió el silencio y la prudencia. Propuso no realizar congresos en nuestros países para proteger, así, la supervivencia del psicoanálisis y de los psicoanalistas. A raíz de los problemas con la SPRJ (Sociedad Psicoanalítica de Río de Janeiro) en el Congreso Internacional de Psicoanálisis de Helsinki, Julio de 1981, se decidió no llevar a cabo el Congreso programado para 1983 en Río de Janeiro tal como se había acordado en 1979. Los fundamentos de esta poco habitual resolución son expuestos en el Boletín 146 de la IPA, publicado en el International Journal of Psychoanalysis de 1982 y firmado por el Dr Joseph, por entonces Presidente de la IPA. El Dr. Joel Zac -el ya fallecido psicoanalista argentino que presidía la Federación de Sociedades Psicoanalíticas Latinoamericanas- recordó, entonces (Julio de 1981), que los psicoanalistas latinoamericanos constituyen más del 30% de los miembros de la Internacional y que la Asamblea debería considerar la realización de un Congreso Internacional en un país latinoamericano. A continuación el Dr Antonio Santamaría de México, postulo a su país como sede del Congreso de 1987. Pues bien : el Congreso de 1983 se realizó en Madrid. El de 1985, en Hamburgo. El de 1987, en Montreal. El de 1989 en Roma. Y, así hubo que esperar hasta 1991 para que Buenos Aires sea sede de un Congreso Internacional de Psicoanálisis.
9 "Solo cuando el conocimiento del alma sea más profundo, solo entonces llegaremos a establecer lo que es posible en el dominio de la ética...sin riesgo de hundirnos en el dominio de la educación" le dice Freud a Putnam en carta del 14 de Mayo de 1911.
10 Respuesta de Freud ante el interrogante de Max Eastman : "¿Qué es usted políticamente?". Para profundizar en este tema remito al Freud ¿Apolítico ? de Gerard Pommier.
11 El Dr. Kurt Eissler, secretario del Sigmund Freud Archiv, después de larga búsqueda encontró en Roma el mencionado ejemplar que permitió corregir la versión distorcionada que dio Ernest Jones en la biografía de Freud. Freud, S. Weiss, E : Problemas de la práctica psicoanalítica. Gedisa. Barcelona. 1979. Pag.40.
12 Freud, S. Weiss, E : Problemas de la práctica psicoanalítica. Gedisa. Barcelona. 1979. Carta del 3 de Octubre,1920. Las negritas me pertenecen.
13 Tal parecería ser que este asunto de la tortura -de la implicación de los psicoanalistas- retorna a París como cuestión latinoamericana ignorando (como nos lo hizo saber Frantz Fanon) que los crímenes y las torturas durante la guerra de Argelia es tan asunto de franceses como el silencio cómplice que los psicoanalistas sostuvieron. (también volveré sobre esto).
14 Allouch, Jean : La etificación del psicoanálisis. Calamidad. Edelp. Buenos Aires. Diciembre de 1997. Pag.97. (Las "negritas" son del autor).
15 Allouch, Jean : La etificación del psicoanálisis. Calamidad. Edelp. Buenos Aires. Diciembre de 1997. Pag 62.
16 Langer, Marie (comp.) : Cuestionamos. Ediciones Búsqueda. Buenos Aires. Junio de 1987.
17 "Psicoanálisis y/o Revolución Social". Cuestionamos. Ediciones Búsqueda. Bs. As. 1987.
18 Por supuesto que no todo se reduce a la distancia geográfica entre París y Buenos Aires. En la periferia tiende a repetirse la normativa del centro lo que equivale a decir que existe una producción en París tan ignorada como la de Buenos Aires, y que el centro despótico se ejerce, también, en el margen.
19 Esto no me parece casual ni condenable. Es, antes que nada, la descripción de una evidencia que merece ser pensada en beneficio de nuevos abordajes a la política. Y no quiero con esto sumarme a ese populismo antilacaniano con el que se intenta persuadirnos para que renunciemos a ese universo simbólico. Posición que se funda en asimilar a Lacan con "la cana" o que -apoyándose en el gongorismo de la escritura- cubre con falsos reparos la dificultad intelectual de su abordaje y un conservadurismo teórico incapaz de ubicarse a la altura de la revolución conceptual que Lacan desató. Este tipo de crítica al pensamiento lacaniano me parece improductiva, reaccionaria de cabo a rabo e irrespetuosa con respecto al proceso de apropiación y de retraducción periféricos de los discursos metropolitanos.
20 Allouch, Jean : La etificación del psicoanálisis. Calamidad. Edelp. Buenos Aires. Diciembre de 1997. Pag.9 (Las "negritas" son mías).
21 Se refiere al encuentro "Geopsicoanalítico" de 1981 organizado por Rene Major, a la intervención de J. Derrida, a la posición de Alain Badiou, Jean Claude Milner, Philippe Lacoue-labarthe frente al "psicoanálisis derrideano", etc. Allouch, Jean : La etificación del psicoanálisis. Calamidad. Edelp. Buenos Aires. Diciembre de 1997. Pag. 31, 32.
22 Conferencia pronunciada en la Facultad de Saint-Louis, Bruselas el 10 de Marzo de 1960 y publicada en Quatro. La Lettre mensuelle de lÉcole de la cause freudienne, 6. Bélgica. 1982
23 Transcripción de la conferencia pronunciada en el Segundo Congreso de Escritores y Artistas Negros, Roma, 1959.
24 Allouch, Jean : La etificación del psicoanálisis. Calamidad. Edelp. Buenos Aires. Diciembre de 1997. Pag 96.
Juan Carlos Volnovich
Psicoanalista