Estados Generales del Psicoanálisis |
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Silvia Fendrik
PROPOSICIÓN. Tema: La Institución psicoanalítica
¿Freud habría tenido razón al sostener que la principal fuente de resistencia al psicoanálisis era y seguiría siendo la sexualidad y su relación con lo inconsciente? Tal vez lo que no sospechó es que esta resistencia encontraría un bastión en los propios psicoanalistas.
La progresiva desexualización de la clínica tiene un correlato en las instituciones psicoanalíticas que se refleja en la llamativa ausencia de polémicas sobre la sexualidad femenina. El cuestionamiento de la conceptualización freudiana sobre la sexualidad femenina dio lugar a un apasionado debate liderado por Ernest Jones que en los años 30 produjo una confrontación entre psicoanalistas freudianos y posfreudianos. Los términos de este debate fueron rigurosamente retomados por Lacan. No sólo lo condujeron a importantes reformulaciones teóricas , sino que formaron parte de un encendido debate que culminó en la expulsión de Luce Irigaray de la Escuela Freudiana de París. En los años 60 por el diván de Lacan pasaron muchas importantes figuras del M.L.F. (Movimiento de liberación femenina) como Antoinette Fouque, actual diputada del Parlamento Europeo. Luego de Encore, (y de la expulsión de Irigaray) la polémica sobre la sexualidad femenina se acalla, tanto en la EFP como en la producción teórica de Lacan .
Que ocurre hoy?
Se podría argumentar que las fórmulas de la sexuación ya son canónicas. Pero también es un hecho que matemas fundamentales como "La mujer no existe" y "No hay relación sexual" tienden a utilizarse mas bien como simples aforismos. Estas fórmulas, despojadas de su rigor lógico, y puestas a circular como "consignas" que agrupan a los analistas en las instituciones lacanianas, impregnan, por su impactante y contundente enunciación todo el campo psi, a la vez que inciden paradójicamente en la desexualización de la práctica y la teoría. Se olvida que las fórmulas de la sexuación no son la verdad revelada sino el fruto de un laborioso esfuerzo realizado durante años por Lacan para acotar los impasses imaginarios, incluso los del propio discurso analítico, sobre la sexualidad humana.
PROPOSICIÓN: Reabrir el debate sobre la sexualidad a la luz de la amenaza que pesa sobre la "desexualización" de la clínica y del riesgo que muchas instituciones psicoanalíticas atraviesan de transformarse en émulos de la Iglesia y/o el Ejército.
AUN MAS ( fundamentos)
Ernest Jones fue considerado por Lacan un interlocutor valido. El modo claro y preciso, no desprovisto de fino humor y de amplia cultura, reflejados en su estilo, le permitieron a Lacan hacer una crítica respetuosa y rigurosa sobre los riesgos de una postura empirista-positivista en psicoanálisis, mediante la cual a su vez podrá demostrar el alcance metapsicológico del falo freudiano. Sin embargo es conveniente señalar dos puntos:
1) Su sospecha de que Jones alguna razón tiene al considerar la función defensiva de la etapa "deuterofálica" o secundaria, la que sucede durante el Edipo;
2) Su equivocación al interpretar el epílogo "Dios los creó hombre y mujer" con el que Jones finaliza sus argumentaciones pro-naturaleza, como si en efecto se tratara de una conclusión de carácter naturalista , cuando lo que allí se invoca es la religión, o sea la "sabiduría" del Padre como hacedor y garante de las diferencias sexuales.
¿Por qué a Lacan le parece meritoria la observación de Jones sobre el carácter "defensivo" y no primario de la etapa fálica? Tal vez , más allá de las argumentaciones jonianas, se trata de la intuición de una "falicidad defensiva", como consecuencia del descubrimiento de la "falta" o castración materna.
Lacan parece coincidir asimismo con Jones aunque de modo irónico y ambiguo- en no aceptar sin más los veredictos freudianos, sobre todo los que colocan el miedo a la castración y la envidia del pene como "roca viva" singular oximoron- como límite a la cura analítica. Sabemos que Lacan consideraba necesario ir "mas allá", adentrarse en un terreno que Freud no habría explorado suficientemente, o frente al que había retrocedido .Terra incógnita, continente negro , tierra prometida a la que algún día tal vez alguien osaría retornar.
Lacan y la sexualidad femenina
Tal vez hasta el momento en que se interesó por la polémica que dividió a la Sociedad Británica -y que al igual que el psicoanálisis de niños produjo serios enfrentamientos entre Londres y Viena- entre falocéntricos y vaginales, se puede decir que Lacan era más freudiano que Freud. Su retorno a las fuentes freudianas le había permitido afirmar la doctrina del significante por sobre la relación de objeto, denunciando la ideología normativa a la que condujo la teoría de Freud/Abraham en manos de muchos analistas posfreudianos: la evolución de la libido en etapas con su apología de la madurez genital, el desplazamiento del complejo de castración hacia la frustración de la relación madre-hijo, el reinado del cuerpo materno como sede de todos los fantasmas imaginarios, y sus importantes consecuencias: entre otras cosas la indistinción, para la sexualidad femenina, entre mujer y madre.
Fue fundamentalmente a través del establecimiento de los registros simbólico, imaginario y real- y de la compleja pero necesaria distinción entre falo imaginario y simbólico, el modo en que Lacan intentó salir de esa normativa oblativa e idealizante en donde se había extraviado el psicoanálisis.
Es en su escrito "La significación del falo" donde expone de un modo extremadamente condensado y hermético muchas de sus conclusiones. Pero aún así Lacan no está satisfecho. No cree haber llegado a buen puerto respecto a la sexualidad femenina. Paralelamente a dos artículos de homenaje a Jones,escribirá entonces una serie de proposiciones para ser debatidas en un Congreso de analistas, Las propuestas para dicho Congreso, que se realizó en Amsterdam del 5 al 9 de setiembre de 1960, o sea dos años después de su convocatoria, muestran claramente que Lacan pensaba que ya era hora de reabrir la polémica.
Propone entonces: ¿Cuál es la parte femenina en la relación genital? ¿Cuáles son las vías que sigue la libido en las mujeres? ¿Cuáles son las consecuencias psíquicas de la anatomía femenina en términos de deseos o derivados inconscientes ?
No puede sospecharse que Lacan desconociera la posición clave del falo como guía en la economía libidinal de ambos sexos, constatada en la clínica psicoanalítica una y otra vez y devuelta a su lugar en la teoría gracias a su enseñanza. Sin embargo, admite estar intrigado, entre otras cosas, por la ignorancia o la poca importancia que los psicoanalistas le dan a las nuevas adquisiciones de la fisiología, y a los recientes descubrimientos genéticos, cromosómicos, hormonales. Obviamente no para ponerlos en el lugar de la causa ni para hacer comparaciones apresuradas. Pero si se los ignora o se les quita toda importancia, ¿acaso el psicoanálisis no peca de soberbia, colocándose en una postura omnipotente y mesiánica sobre la química?
La oposición entre vagina y clítoris, que tomó la forma de un ideal analítico, sin que se supiera muy bien de dónde y cómo se impuso, ¿cómo repensarla a la luz de los descubrimientos de la fisiología sobre la falta de inervación de la vagina? Los psi como bien se sabe no se interesan demasiado por los descubrimientos de la Ciencia. ¿Pero este desinterés acaso no oculta las dificultades que encuentran en su propio territorio cuando de sexo, sexualidad, o sexuación se trata.? El propio Jones luego de su ponencia en Viena dejó de lado su etapa "deuterofálica" para terminar adhiriendo a los esquemas kleinianos sobre el Edipo temprano, sin interrogarse nunca por su procedencia y las razones de su alojamiento en el cuerpo materno.
Las propuestas para el congreso sobre sexualidad femenina , serían un rumbo abierto hacia "el goce inenarrable más allá del falo", pero también un modo implícito en el que Lacan reconoce los méritos de quien sostuvo y propició la polémica discusión sobre la sexualidad femenina que durante más de diez años movilizó a la Sociedad Británica. ¿Qué mejor modo de rendirle homenaje que haciendo sus propias propuestas para reanudar el debate?
En síntesis, la reinterpretación de los conceptos freudianos por parte de Lacan en materia de sexualidad hasta comienzos de los 60, pasa por la recuperación del falo como símbolo, causa del deseo y ordenador de las diferencias sexuales: Ser/tener. Que no dejó de tener consecuencias normativas : según la enseñanza de Lacan de esa época la mujer "debía" reconocer su lugar de objeto para el deseo masculino. "Debía" asumir su parecer el falo, ser el objeto ,el señuelo fetiche que fascina (fascinus:falo) como en los misterios antiguos, y atrapa al deseo en sus redes.
Pero el "Que veut la femme" siguió insistiendo e interrogando a Lacan no solo desde Freud sino desde lo que las mujeres dicen, a veces, en análisis, y con lo que las mujeres analistas, siempre, callan. En todo caso también se quejará de este silencio en sus "propuestas para un congreso sobre sexualidad femenina", a las que propongo vincular con el siguiente fragmento del seminario "La transferencia".
Al emprender el análisis del Banquete, se pregunta Lacan- porqué Socrates le ofrece a Diótima su lugar para hablar sobre el amor..¿ Cuál será la razòn por la cual Sócrates le cede la palabra a Diótima? "Somos los primeros, sino los únicos, en no sorprendernos si el discurso propiamente socrático, el discurso de la episteme, del saber transparente a sí mismo, no pueda continuarse más allá de cierto límite cuando ese objeto....este objeto, es el amor(....)Si me permiten una comparación que guarda todo su valor irónico, supongan que debo desarrollar el conjunto de mi doctrina sobre el análisis, verbalmente o por escrito, poco importa (!!!) y que en un momento dado cedo la palabra a Francoise Dolto. Ustedes dirán, acá hay algo...por qué él hace esto? Suponiendo claro que si le paso la palabra a F.Dolto no sería para hacerle decir estupideces. No es ese mi método, y por otra parte tendría dificultades en ponerlas en su boca"..
¿Cuál es la postura de Diótima, y en qué lo ayuda a Sócrates hacerla hablar en su lugar?. ¿Cual es la postura de Dolto y en qué -de suceder esto- le facilitaría a Lacan hacerla hablar en su lugar?
En el mismo año que Lacan hace su seminario sobre "La transferencia" había tenido lugar el Congreso de Amsterdan en él que Dolto leyó una extensa ponencia sobre la sexualidad femenina. Unica mujer convocada a hablar en ese espacio , Lacan habría sido también el único entre los analistas allí presentes que le hizo un comentario: ¡Eres muy corajuda para hablar así!
Y nada más.
El objeto de La transferencia es el amor y Dolto lo anteponía,lo superponía, e incluso lo sobreponía por sobre todas las demás cosas. Lacan habla sobre el amor de transferencia. La fugaz comparación con la Diótima de Sócrates, sería un modo de convalidar a la "excepción" Dolto en el lugar de un supuesto saber sobre el amor?.
El amor: tema de hombres en el Banquete. La sexualidad femenina: tema de hombres en el congreso de Amsterdam. No tenemos indicios de que Lacan responda a la pregunta de porqué Sócrates la hizo hablar a Diótima en su lugar. Tampoco sabemos porqué se le ocurrió que él bien podría hacer lo mismo con Dolto. Sólo sabemos que no sería para hacerle decir estupideces.
Propuestas entonces centradas alrededor de varios puntos. Sin olvidar que el falo como significante de la castración es el eje que le permitió a Freud afirmar que no hay sino una libido y que ésta es de carácter masculino, el mero hecho de que las mujeres asuman el lugar del falo o y/o de sus derivados fetichistas, probaría que su posición es diferente a la del hombre en cuanto al deseo y en cuanto al objeto. Destino femenino de la libido masculina o destino/s de la libido femenina? Para Lacan urge explorar la diferencia.
Otra de las propuestas concierne al malestar en la cultura y al lugar de la mujer en el circuito productivo. ¿Será debido a ella que el matrimonio mantiene su prestigio en la declinación del paternalismo? Sería interesante leer esta propuesta de Lacan a la luz de otro texto: "El mito individual del neurótico".
¿Cuales fueron los efectos del Congreso? Tal vez hayan decepcionado a Lacan. Como dijimos la única mujer que expuso allí sus ideas fue Francoise Dolto. Y en su extensa ponencia el sustrato biológico-imaginario del discurso médico sobre la anatomía femenina ocupó un lugar preponderante. Pero un nuevo interlocutor no tardó en aparecer para intentar dar cuenta del lugar de la mujer en el circuito productivo junto a la queja por el excesivo "falocentrismo" de la teoría freudiana acusada de desconocer la existencia de "dos" sexos. Se trata del MLF (movimiento de liberación femenina). Lacan se mantuvo al tanto, interesado en ese movimiento (Antoinette Fouque, entre otras renombradas figuras del MLF estaban hacia fines de los 60 en análisis con Lacan) . Pero no tardó en decepcionarse sintiendo que no aportaban nada novedoso a sus propuestas. En síntesis, ninguna igualdad contestataria posibilitaría dar cuenta de la diferencia, de esa diferencia que el psicoanálisis "aún" no ha podido establecer.
Los seminarios que preceden y anticipan su "Encore" prueban que el interés de Lacan por los aportes de las mujeres incluidas las feministas- a la teoría sexual habría existido. Un hecho institucional marca su ruptura:. Su respuesta intempestiva frente a las críticas que su discípula Luce Irigaray hizo de Encore, a las que no vaciló en calificar de "ordure" (basura) . Verdadera excomunión que après coup revelará sus efectos. La vision marxista- feminista de Irigaray no era la luz que Lacan esperaba. "O peor", "El saber del psicoanalista", "De un discurso que no sería de la apariencia", invitaban a una interlocución con las mujeres analistas y con el M.L.F. a la que la excomunión expulsión de Irigaray de la Ecole freudienne puso un violento punto final.
A partir de allí Lacan cerró el debate y se volcó hacia los nudos, donde poco o nada de aquello que interroga el psicoanálisis en materia de sexualidad es fácil o difícil- de reconocer. Encore se constituyó en la última palabra de Lacan en materia de sexualidad (o de sexuacion). Y a pesar de la cobertura que ilustra la tapa , no hubo ninguna piedad para los psicoanalistas, incluidos los lacanianos, que no reconocieran en las fórmulas de la sexuacion, algo así como el non plus ultra de la enseñanza del maestro.
NO HAY RELACION SEXUAL. LA MUJER NO EXISTE. En boca de los fieles seguidores, lógica,topología, matemas, confluyen para reforzar los aforismos que dicen la verdad revelada y devienen signos de pertenencia y de fidelidad ..
Los discípulos de Lacan, se vieron convocados a demostrar hasta el cansancio el rigor y la eficacia de estas fórmulas, su poder de "abrete sesamo", en la clínica, en la teoría, en la institución, voz de orden que decretaba pertenencia, marginalidad, o exilio.
Sin embargo ya desde el inicio del seminario Encore nos encontramos con un Lacan advertido de las dificultades que el tema entraña, asi como de sus propios impasses, - enorme modestia si se tiene en cuenta con su estilo habitual-, para no hablar de la desolación que se transparenta en muchos párrafos. Nada hacía suponer que el destino de Encore sería esta suerte de "furor pedagógico" de las formulas de la sexuacion en el que se embarcaron los lacanianos "purs et dures".
Tal vez no sea ajeno a él el sorpresivo e intempestivo ataque contra Irigaray precediendo su retirada hacia la topología de los nudos donde la polémica sobre el sexo brilla por su ausencia. Lacan parece haberse desentendido del destino de esoas fórmulas aforismos congelados por sus discípulos en holofrases. El no era lacaniano. El podía continuar pensando, y cuestionándose a sí mismo y a sus productos. Pero lo que no pudo es soportar la confrontación con quienes, o "no lo supieron comprender" o tal vez agarraron el guante que él mismo les había arrojado.
Antes de relatar mi único encuentro con Lacan en el año 1976, que me permitió meditar detenidamente sobre esta cuestión, veamos cuales son algunas de las advertencias e interrogantes que propone Encore.
"Si no hubiera discurso analítico ustedes continuarían hablando como alondras atolondrados cantando el disco corriente, haciendo girar el disco, ese disco que gira porque no hay relación sexual he aquí una fórmula que sólo puede articularse gracias a la construcción entera del discurso analítico,( El subrayado es mio) y que desde hace mucho machaco". Machaca: No hay relacion sexual (pero) esto no puede entenderse sin la articulación entera del discurso analítico.
Que no hay relación sexual, y que esto solo puede entenderse cada vez gracias al discurso analítico, es lo que Lacan machaca con insistencia. Pero no se trata de una marca registrada. La fórmula no se valida por su marca lacaniana. Es el discurso analítico el que la sostiene y la soporta, sin por eso clausurarla. Las demostraciones de su validez no están por ende implícitas en la fórmula misma ni en sus múltiples apoyaturas lógicas (o ideológicas) y desde ya en ninguna conducta observable. Es una conclusión que surge de una reflexión compleja y de múltiples articulaciones.
Permitaseme una pequeña disgresión: Es cierto que los tiempos lógicos que Lacan propone para entender "el tiempo lógico" a su vez no son cronológicos ni imaginarios. Es cierto que el momento de concluir anticipa lógicamente el tiempo de comprender. Lo que no es cierto es que éste esté ausente de la estructura, aunque la secuencia comprensión conclusión no sea secuencial ni cronológica..
Pero que la conclusión anticipada preceda lógicamente a la comprensión, no deja de señalar el riesgo por el cual la lógica del discurso analítico vira a la religión, a la militancia, o a la "pura" lógica . Al reducir (o forcluir) el interrogante que sostiene la afirmación e impide que ésta vacile, trasmuta el saber analítico en verdad revelada.
Lacan desconfiaba de la verdad. Tal vez porque sólo creía en ella a medias, sostuvo que la verdad solamente puede ser dicha a medias. Pero fundamentalmente porque tomar el saber en movimiento del psicoanálisis como verdad revelada es lo suele agrupar a los psicoanalistas como seguidores de un "credo". Por eso es llamativo el destino casi sin vicisitudes ni vacilaciones- del matema de la norelación sexual.
Se constata en la trasmisión integral ¿nunca fallida?- de los matemas de la sexuación en boca de los discípulos que por distintas vias, las conclusiones siempre desembocan en la explicación confirmatoria de las fórmulas.
¿Significa esto que "todos los caminos conducen a Roma" ¡o sea al amor!?- ¿Por qué se hace necesaria esta compulsión repetitiva a demostrar algo que "ya se sabe de antemano"? Pero esto no es lo peor. Lo peor es la frecuencia con la que se escuchan argumentos que reducen y opacan el arduo y lento trabajo el del discurso analítico realizado por Lacan para arribar a sus fórmulas- a afirmaciones del estilo de "porque no hay complemento natural entre los sexos", "porque el falo es mediador", porque cada parlêtre goza con su fantasma", etc. Estas explicaciones, devenidas banales, distan enormemente de dar cuenta del "no hay relación sexual".
Alli donde Lacan se propuso e invitó a avanzar, las formulas se transformaron en consignas, contraseñas, guiño de ojos que garantizan la pertenencia y la permanencia en la buena senda.¿ Es acaso el "no hay relación sexual" la roca viva, el síntoma de la enseñanza del lacanismo?. Al igual que con "La mujer no existe" se suelen hacer chistes al respecto,( (obviamente sin ninguna relación con lo inconsciente) pero en la institución se respetan debidamente las formas de las formulas,es decir, se callan las dudas.
Sin embargo no se pueden desconocer, si se lee atentamente Encore, los temores que acosaban a Lacan. Por lo pronto, "Luego de lo que he escrito en el pizarrón ustedes pueden creer que ustedes saben todo. Cuidado con eso...." o bien "Dado que tomé el partido de darles el soporte de esta inscripción en el pizarrón, paso a comentarla brevemente, al menos eso espero. Admito que no la he escrito ni preparado antes. No me parece ejemplar, sino como de costumbre, hecha para producir malentendidos ".
Estas advertencias de Lacan no fueron escuchadas. Y el malentendido se volvió literalmente exceso, sobreentendido, canon.
El discurso analítico sostiene que la verdad no habla por sí sola, sino por boca del sujeto del inconsciente. Este sujeto de la enunciación es el que los analistas buscamos en los textos que producen los analizantes pero solemos omitir o soslayar en lo que a la enseñanza de los maestros se refiere. Reconocerlo, admitirlo, produce un malestar que no es fácil soportar.
Implica nada menos que "el no cierre", algo no cerraría en el saber, incluído el del "maítre" al que en ciertos lugares de la teoría se le atribuye una verdad sin sujeto que se pretende definitiva.
Un encuentro con Lacan
En el año 1976, la relacion histeria/sexualidad femenina era un tema sobre el cual habia consultado una abundante bibliografía que volqué en un artículo titulado "La sexualidad femenina en el discurso analítico: universalidad o histeria? que tuve el impulso de mencionar a Lacan, pidiéndole que me recomendara "nueva" bibliografía.. En ese entonces ni el nombre de Lacan ni la dimensión de su obra tenían para mí la significación que adquirirían a partir de ese momento y en los años siguientes. La respuesta de Lacan no fue ajena a esa valorización.. Lacan llamó a su secretaria Gloria y le pidió que buscara en la biblioteca un libro para obsequiarme. Cuando vi el libro, "Naturaleza y función de la sexualidad femenina" de una tal Mary Jane Sherffey me quede atónita. ¿Qué significaba eso? ¿Se estaría burlando? ¿Era una interpretación a mi desenfadado atrevimiento? ¿Qué tenía que ver él con un libro lleno de dibujitos del aparato genital femenino, del punto "g", de estadísticas sobre el orgasmo, que puede entrever allí mismo, inmediatamente, en presencia de Lacan? El caso es que lo miré de frente y le dije: "No entiendo como usted me recomienda este libro. A mí me interesan su trabajo y el de sus discípulos, no los de la escuela americana" Lacan me respondió con una sonrisa fatigada: "Este es un libro que no puede dejar de leer si lo que le interesa es el tema de la sexualidad femenina, no lo dude. Hay que leer y estudiar mucho de todo, no sólo las pocas cosas que dijo o puede decir Lacan".
No obstante esta fervorosa recomendación, el Dr. Lacan no logró que me interesara por el libro, que logré extraviar poco tiempo después de leerlo. Recuerdo entre otras cosas que su último capítulo hacia referencia a la diferencia entre la capacidad orgásmica de una
hembra primate y una hembra humana. La sexualidad "femenina"según la autora habría sufrido una gran pérdida en el pasaje a la hominización; pérdida que las mujeres aceptaron y que continúan aceptando y a la que se someten en beneficio de la sociedad patriarcal. No, lamentablemente, y lo digo sin ironía, el Dr. Lacan no logró que ni el informe Kinsley,ni las investigaciones de Master y Johnson, ni el libro de su discípula Sherffey lograran pasar la barrera de mis prejuicios y alcanzaran otro estatuto que el de un mero divertimento, sostenido, eso sí, por la idea de que Lacan tal vez se había burlado de mi interés exclusivamente lacaniano Tampoco el feminismo atrajo mi atención hasta el momento en que conoci a Antoinette Fouque y supe que había sido paciente de Lacan. Y aun así .
Pero en lo que nunca pude dejar de implicarme fue en la enunciación de Lacan, en la que él no se reconocía como jefe de escuela ni como dueño de la verdad. Lacan allí no fue lacaniano, ni freudiano, ni máxima autoridad. Lacan era un analista más.
O uno-en-más. Este "plus" fue una guia esencial para mi recorrido, una vez que pude reconocer la importancia, de este "sujeto-supuesto-saber-leer", que fue y continúa siendo para mí Lacan en el dia de hoy.
Esta anécdota bien puede incluirse en un anecdotario. Una versión más de alguien más que tuvo el privilegio o la desdicha de encontrar a Lacan en su camino. A mí particularmente me ha servido, y continúa sirviéndome. Y para que no quede como "el Lacan que yo conocí" de uso exclusivo, me gustaría comentar la relación que hice entre este encuentro y el destino de "Encore".
Encore sufrió un destino diferente a otros seminarios. "No hay relación sexual", "La Mujer no existe", corrieron una suerte distinta a otros aforismos. Seminario provocador, abierto a la polémica, su destino de canon, de última palabra, según creo es indisociable de las luchas fratricidas de las instituciones lacanianas y de sus incansables ronroneos teóricos. ¿Acaso sólo Lacan podía darse el lujo de leer lo que se le antojara, de no repetir incansablemente las mismas citas de él mismo? De ser así, cómo no evocar allí la función del padre de la horda, en este caso la excepción, el al menos uno como aquel que puede acceder a todos los libros?¿La horda lacaniana se constituiría a partir del "al menos uno" que puede leer lo que se le antoja, de aquel para quien ningún libro estaba prohibido?
Pero vayamos por partes. La relación entre "al menos uno" y el universal en este caso tendría la particularidad del Uno que lee y de los otros, los que sólo pueden por estructura- repetir lo que el Uno ha dicho. Singular inversión de la fórmula de la anorexia mental con la que Lacan invitaba a "diagnosticar" al hombre de los sesos frescos, que se acusaba a sí mismo de plagio. ¿Bulimia lacaniana?
En otro orden de cosas recordemos que es la clínica de la histeria, o lo que es lo mismo del $, -aquel que no confunde el saber con la verdad- ,donde aprendimos a reconocer que el endiosamiento, la sacralización de la palabra del padre surge indefectiblemente en los lugares puntuales donde ésta se revela "en falta", no ausente, pero sí confusa, fallida, ambigua, vacilante?
Desde su nueva escritura de las fórmulas "nunca antes las había escrito" que incluye la advertencia "no creer que con eso ya se sabe todo" hasta la reflexión final sobre la contingencia del falo al fin del análisis, pasando por la ¿disgresión? acerca del malentendido del goce que permitiría la reproducción sexuada, Lacan muestra sus vacilaciones, sus dificultades, sus dudas, al transitar el surco freudiano, ése que supo abrir Freud entre ciencia y religión.
Para no hacer de "Encore" una mística y de Lacan una excepción, alguien exceptuado de la castración , y si en cambio aquel que formula la ley pero que también la padece, es imprescindible reconocer la apertura, los nuevos interrogantes que inaugura dicho seminario.
Respecto al falo: La experiencia analítica cesa de no escribirlo. Al fin de un análisis el falo de necesario pasa a ser contingente. Lo necesario de la función fálica debido a la imposibilidad de inscribir la relación sexual, deviene contingente. Si el falo cesa de no escribirse, quiere con esto decir Lacan que es posible ir más allá de la estructura fálico-edípica? La pregunta por el destino de la pulsión en el más allá del análisis, que Lacan inaugura a partir de la lógica del fantasma, es la que en Encore sigue modelando y modulando más aún y aún más.
Más aún: Si no hay relación sexual porque el goce del objeto en tanto cuerpo siempre es inadecuado perverso del lado hombre en tanto el objeto se reduce a "a" y loco del lado mujer, es decir, enigmático se plantea allí un real, un imposible de escribir en términos lógicos que, sin embargo, el amor desafía y pone a prueba. ¿De qué modo?
Aún más: ¿De qué habla Lacan cuando habla de amor al final de Encore? Pareciera que de la contingencia, es decir del azar de un encuentro, del que surgiría la ilusión de que algo se inscribe, nada más y nada menos que "lo que sería la relación sexual". Esta ilusión encuentra en el parlêtre una huella, un trazo, una vía y lo contingente se transforma nuevamente en necesario .Y dirá Lacan: "Este es el substituto que por vía de la existencia, no de la relación sexual, pero si del inconsciente, hace al destino y al drama del amor". El amor para Lacan es signo, recordémoslo, de un cambio de discurso. ¿ Este crédito dado al amor del inconsciente es signo acaso de un cambio de discurso en Lacan? ¿Acaso borra con el codo en la última página de Encore lo dicho anteriormente o demuestra que el camino del psicoanálisis es soportar no sólo lo indecible, sino lo dicho como algo necesario que puede tornarse contingente, aunque esto vuelva a cambiar la historia una vez más?
Pero aún más: En el mejor estilo de las especulaciones freudianas acerca de la biología y los seres míticos a los que Freud llamó pulsiones en "Mas allá del principio del placer", Lacan sostiene o sugiere que el cuerpo hablante no podría reproducirse si no hubiera un malentendido del goce. La reproducción no obedece a un destino biológico sino a una falla en el circuito del goce. Esta falla consiste en lo siguiente: "él" lo que quiere es hablar de su goce. No quiere ni coger ni reproducirse. La prueba de esto es que cuando lo dejan solo sublima a rajatabla, ve el Bien, la Belleza, sin dejar de lado la Verdad. Y el partenaire del otro sexo es entonces el Objeto con mayúscula. Sólo cuando falla este goce logra reproducirse, sin saber nada de aquello que lo reproduce. Sobre esto, dirá Lacan, Freud ha dejado un embrollo, pero él por su parte no ha podido hacer nada mejor.
La falla de la palabra que posibilita la reproducción del cuerpo como falla en el circuito del goce es un borde intangible que a los veros lacanianos parece haberles pasado inadvertido. No es casual entonces que las letras de los matemas de la sexuación no cesen de reproducirse, supuestamente sin falla, sin saber nada de aquello que los ha producido.
Efectos (institucionales) sin causa (analítica)
La omisión de este enigmático giro del discurso de Lacan acerca de la contingente inscripción de las diferencias sexuales contingencia del amor del inconsciente mediante, produce un cierre que asfixia el discurso analítico en su vertiente institucional. Reproducir la palabra, el discurso, la letra, la fórmula, se vuelve el objetivo primordial. Pero Lacan tuvo que disolver su escuela luego de haber reanudado después de Encore su aventura topológica y nodal, intentado situar bordes y no lugares, anudamientos múltiples y no privilegiados de un registro simbólico-imaginario-real- sobre otro.
Las líneas de puntos suspensivos se tornan barra o barrera rígida (sobre todo después de la muertedisolución de Lacan y de su abandono del debate "sexual") otra figura del límite freudiano: el miedo a lo abierto de la escritura. El más allá del padre se constituyó en un nuevo ideal mandatario que contiene -y sostiene- las alianzas fratricidas y sustituye al debate sobre la sexualidad y sus diferencias. La intolerancia al suspenso necesario, o sea a la confrontación de lo necesario con lo real y contingente de las múltiples respuestas sexuales ¿tantas como sujetos? marcaba el límite freudiano del fin de análisis.
Preservar la estructura institucional que la repetición canónica de los matemas sobre la inexistencia de la mujer y el no hay relación sexual conjugados no logran disimular, (y por el contrario, terminan por hacer resonar como Ejercito y/o Iglesia) ), sería entonces un retorno de ese freudiano límite, defensa erigida para no aceptar la castración, a la que la palabra inaugural del Maestro también estuvo sujeta.
Silvia Fendrik