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UN MUNDO SECUESTRADO

La plaza Cibeles de Madrid luce abarrotada. Contemplar la escena es identificar, en una sola visión, el secuestro de la comunidad mundial a manos del terrorismo internacional. La sociedad española se ve reducida en aquellas imágenes a un pequeño espacio físico que sin duda no alcanza para albergar tanto dolor, indignación y pena, encerrados en lo profundo de las almas de aquella nación hoy doliente e inconsolable. Es que de todos los ataques que sociedad alguna pueda recibir no existe otro más cobarde y despreciable que el del terrorismo. En ese reino de la sinrazón alcanzar el dominio sobre los indefensos es el sumo bien. Para obtenerlo se recurre a la muerte como moneda de curso legal con la cual "negociar" una dosis inicial de dominio. Mientras más salvaje el acto, mejor; mientras más inocentes mueran, mejor; mientras más niños fallezcan, mejor. Todo el espectáculo dantesco de cuerpos desmembrados, de personas en estado de choque emocional, de llanto amargo por la ofensa a la dignidad, de pérdidas millonarias, de impotencia ante un enemigo que no da la cara, persigue amedrentar a un mundo que pierde, cada día más, su derecho a transitar libremente y con seguridad, por las calles y caminos de su geografía.

El peor error que se puede cometer ante la realidad de la escalada terrorista es llegar a creer, ilusamente, que exista alguien que esté a salvo de su macabro accionar. Ante lo acontecido en Madrid se escucharon, casi inmediatamente, quejas respecto a que tal barbarie había acontecido como represalia de los terrorista ante el apoyo que el gobierno español ofreciera al presidente Bush en su proyecto de sacar de Irak, reconocido santuario terrorista, a Sadam Hussein. Ciertamente es una posibilidad, pero eso no debe dar pie a la creencia de que quienes no apoyaron aquella guerra estarán a salvo. En las mentes terroristas no existen lealtades sólo intereses dementes. La comunidad mundial está urgida hoy de proclamar una condena categórica y unánime en contra del terrorismo y de expresar una voluntad precisa de actuar por encima de los intereses nacionales a fin de garantizar los intereses del mundo. Ya no queda tiempo para tomar decisiones respecto al terrorismo en términos de intereses nacionales, vecindad geográfica o antipatías personales respecto a gobiernos o gobernantes, éste es un tiempo de solidaridad. De nada servirá presumir de pacifistas cuando la guerra del terrorismo está en alza. Tampoco significa, únicamente, prepararse para una confrontación exclusivamente militar. Es necesario presentar al terrorismo capacidad militar para confrontarlos, pues ellos no entienden un universo que no gravite al rededor de la violencia y la muerte. Pero esta fuerza militar debe adquirir, en lo posible, un carácter disuasivo que debilite, en alguna medida, la pretensión guerrerista del terrorismo y eso no será posible si el mundo luce dividido, ausentes los unos de los otros, cada quien persiguiendo sus propios y egoístas fines regionales. Las naciones deben deponer, aunque sea hasta superar esta emergencia mundial, sus egocentrismos nacionales y descubrir, finalmente, que allí radica su más grande debilidad a la hora de enfrentar el cobarde ataque del terror. Mientras la comunidad mundial continúe dispersa los mercaderes de la muerte manejarán esas diferencias como variable a favor de sus planes para mantener un mundo secuestrado por el terror.

13/03/2004

J. Humberto Cabezas
cohelethc@yahoo.com

Espero recibir una carta similar a esta cuando el atentado sea producido por la banda terrorista ETA.

"La experiencia del atentado a la AMIA en Buenos Aires nos ha dejado amplias enseñanzas sobre la complicidad y participacion de los servicios policiales y aparatos de Estados en la realización de ese mismo horror .."

Si usted es Argentino puede tener la paranoia justificada de la participación de los  servicios policiales y aparatos de Estado. En España sufrimos la  lacra del terrorismo mucho tiempo antes de la  guerra de Irak, no nos de usted  lecciones. Los aparatos del estado y los servicios policiales trabajaron y trabajan con dignidad (como desde que hay democracia en España lo hacen ) ayudando y rescatando  a las víctimas, salvando vidas, rescatando los restos de los muertos esparcidos por  doquier. Tenga usted un respeto. No quiero ni imaginar como durmieron esas personas tras la masacre. No nos de usted lecciones.

Pedro L. Guardado Santervás
15/03/04 - med000187@saludalia.com

Extraño Psico-mundo

Extraño mundo en el el que el espiritu de Munich reina, como en los años 30. Aca el miedo a la guerra se traduce par la sumision al dictado de la violencia (Islam quiere decir "sumision") en un pensamiento "politicaly correct" lleno de clichés.

El "lâche soulagement" que invadio a Europa despues del acuerdo de Munich no impidio a Hitler de desencadenar la guerra. El "lage soulagement" que como al mundo de Psico mundo, ha invadido la izquierda "pacifista" que vota bajo la inflencia de Ben Laden, no frenara las masacres a venir contra los que no se "someten". 

Primero los judios, despues los "cruzados", despues los "musulmanes no puros" (preguntenle a los muertos de Argelia). A aquellos que hablan de "desinformacion", deberian comenzar por informarse. Deberian escuchar lo que dicen los integristas "Uds aman la vida, nosotros la muerte"  (video dejado por Al Quaida despues del asesinato de Madrid).

Pero como pedirles que escuchen a aquellos que defilaron diciendo "paz" del brazo de otros que defilan diciendo "jihad" guerra. El eurocentrismo de los pacifistas, como el psiquismo del Psico mundo es sordo al mundo exterior y a la historia. Duerma bien

Arnoldo Rivkin
14/03/04 - rivkin@noos.fr