Ana Fernandez - anafer@psi.uba.ar - 27/06

Queridos Amigos:

Queremos expresarles -una vez más- nuestra gratitud por vuestra solidaridad y afecto que continuamente nos han hecho llegar como así también por vuestras firmas para los distintos documentos que se elaboraron con motivo de la detención de nuestro hijo Francisco Castorina, acaecida en Barcelona en las Jornadas previas a la manifestación "contra la Europa del capital y la guerra", del 15 de marzo del corriente año.

Sean también estas líneas nuestro sentido pedido de disculpas por la demora en escribirles para contarles como había sido el desenlace. No ha sido por descuido o indiferencia. Estas situaciones nos ha marcado con mayor intensidad aún de la que habíamos registrado. Una vez que Pancho estuvo en casa han tenido que pasar más días de los deseados, para que pudiéramos retomar y escribirles.

Como les decíamos, Pancho ya esta en casa. Es para su familia una gran tranquilidad. Ha sido una experiencia muy dramática e injusta pero que va resolviéndose en algunos aspectos de modo favorable.

En el juicio sumario sustanciado por la causa penal donde era acusado -junto con otros jóvenes- de "manifestar de modo ilegal" se comprobó que la policía había adulterado las pruebas de la imputación.

Al quedar esto fehacientemente demostrado, el fiscal retiró los cargos. De este modo, la cuestión más grave: la posibilidad de portar una condena o sentencia penal, aunque no implicara encarcelamiento, quedo resuelta del mejor modo posible, al comprobarse la falta de sustento de la acusación policial y retirarse los cargos.

Con respecto a su expulsión por siete años de territorio español y demás países de la comunidad europea se ha hecho efectiva ya que la representante del Gobierno español en Catalunya, que tiene el resorte institucional de anularla, no lo ha hecho. La medida ya se ha apelado. Aún no tenemos novedades al respecto. A la distancia se nos hace difícil evaluar qué oportunidades de revertir la expulsión tendría esta apelación.

Francisco solo fue objeto de violencia física al momento de su detención, no así durante su internamiento en la Verneda.

Era allí, en ese momento, el único preso político. El resto de sus compañeros de detención eran -como se los llama- "inmigrantes irregulares" provenientes de los más diversos países del tercer mundo y de la Europa oriental., olvidados del mundo, que sí soportaban atropellos, golpes y provocaciones de todo tipo por parte de la policía migratoria que debía custodiarles hasta que se resolviera su "irregularidad".

Todo parece un gran desatino, sin embargo pensamos que se enmarca en un política europea de cerrar fronteras en la que España ha comenzado a aplicar disposiciones de extranjería cada vez más severas.

Estamos orgullosos de Francisco, de sus inquitudes sociales y políticas y de su comportamiento en La Verneda. Llevaremos siempre con nosotros vuestra solidaridad que llegó desde el primer momento y de los más diversos países.

Seguimos en contacto.

Siempre gracias.

Ana Fernández - José Antonio Castorina

P.D. Por favor, tratemos que este mensaje llegue a todos/as aquellos/as que han difundido solidariamente nuestras cartas anteriores.