Volver a la página principal
Número 32 - Junio 2015

Calidad de vida en ancianos institucionalizados en México: retos

Isabel Pérez Vargas

FES Iztacala UNAM
psicisabel@gmail.com

De acuerdo al  Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI, 2010), en los últimos años la población anciana ha crecido considerablemente a nivel mundial y se espera un aumento mayor en los años subsecuentes. El Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (CONEVAL, 2010) señala que el número de adultos mayores en México supera actualmente los nueve millones, un 83 por ciento se encuentra en condiciones de pobreza multidimensional con problemas de salud. Conforme al CONAPO (2009), se proyecta que para el 2030 habrá más de 20 millones de mujeres y hombres ancianos, y más de diez millones de ellos no tendrán seguridad social. González-Celis (2010) afirma que la gran cantidad de adultos mayores genera la necesidad imperante de atender con rapidez los problemas económicos, sanitarios, sociales y tecnológicos que esto conlleva.
Así como las cifras de adultos mayores y sus necesidades van aumentando en nuestro país, también crece la urgencia de que más miembros de las familias se integren a la vida económicamente productiva a la brevedad posible. En función de esto, los asilos parecen ser una alternativa para los adultos mayores que requieren de apoyo y cuidados en el área física, psicológica y social. Tomando en cuenta que la institucionalización de los ancianos es una práctica común, es relevante analizar la pertinencia de estos escenarios para proporcionar una calidad de vida ajustada a las necesidades de los ancianos  con la información existente. Lo anterior es el objetivo de este trabajo, y para lograrlo se analiza brevemente la definición de calidad de vida, los componentes estudiados de la misma en asilos, las condiciones básicas en los asilos mexicanos e investigaciones nacionales al respecto.
La calidad de vida es un constructo complejo, multifactorial y multidimensional, además de que existen muchas definiciones al respecto. No obstante, para motivos de este trabajo, la definición que se tomará en cuenta en este trabajo por considerársele amplia e integradora, es la de la OMS (1999), que la plantea como la percepción del individuo sobre su posición en  la vida dentro del contexto cultural y el sistema  de valores en el que vive y con respecto a sus metas, expectativas, normas y preocupaciones. En síntesis, se plantea la presencia de elementos objetivos ó concretos -dinero, salud, etc.- en combinación con la percepción subjetiva que las personas tienen de los mismos. En síntesis, la calidad de vida es la noción subjetiva de los aspectos concretos u objetivos de vida.

En el mundo contemporáneo, Quintanar (2000) explica que los asilos se originaron en el momento en el que el trabajo se hace especializado y estandarizado, se diferencia entre la locura y la vejez, asi como se privilegia la mano de obra y a la juventud como elemento primordial del avance de una nación.

Ya en el contexto mexicano, Castro, Brizuela, Gómez y Cabrera (2010) afirman que los asilos persisten como consecuencia directa de las crisis económicas, sociales y culturales que hemos venido atravesando a lo largo de la historia, acentuándose sobre todo en las familias que ya no pueden procurar cuidados a los ancianos por distintos factores (reducción del tamaño de la vivienda, disminución del número del grupo familiar, etc.). Los antecedentes más cercanos de estas instituciones vienen de las órdenes religiosas que llegaron con la conquista y se consolidaron con la promulgación de las diversas constituciones. Es decir, el establecimiento de asilos, conforme a la ideología católica, estuvo permeada inicialmente por la noción de caridad, beneficencia y filantropía, evolucionando e institucionalizándose hasta lo que hoy conocemos como asistencia social, una responsabilidad del Estado Mexicano que va más allá de lo social y llega a lo ético

Lo que se sabe de la calidad de vida en asilos

Sólo hasta hace pocos años ha comenzado a investigarse a profundidad el tema de calidad de vida en asilos de ancianos. En este sentido, no hay consenso respecto a los efectos positivos o negativos que tiene el asilamiento en respecto a la calidad de vida. Hay autores, como Ballesteros (1997), Moreno y Ximénez (1996), que afirman que  ésta no depende del contexto en el que los ancianos se encuentran –por ejemplo, vivir en el propio domicilio o en una residencia, asilo, etc.-, en contraste con otras variables como la satisfacción en función de la edad, el género y el status social. Asimismo, Lakshmi y Roopa (2013) concluyen en un estudio comparativo de calidad de vida, que los ancianos en asilos tienen una menor calidad de vida que los que viven en otros contextos.
Por otro lado, hay autores como  Molina y Meléndez (2007) y Noro y Aro (1996), quienes encontraron que la población no institucionalizada observa una mejor calidad de vida global y en sus componentes, en comparación con la población no institucionalizada. Asimismo, en algunos estudios realizados entre asilos (Chukwudum, O’Connor, Beersingh y  Walters, 2009), no se han encontrado diferencias entre asilos privados y públicos en relación a la forma en la que los ancianos conciben su calidad de vida, salud y competencia.

Componentes

En general, se sabe que los componentes de la calidad de vida en ancianos en general son: salud, relaciones familiares, economía, relaciones sociales, ambiente, creencias religiosas, independencia y seguridad personal.  Profundizando más la información con los estudios en ancianos, se puede hablar específicamente de los algunos componentes: apoyo familiar, apoyo social, integración social, desigualdades, actividades de ocio, satisfacción, habilidades funcionales, diferenciando la percepción de los ancianos respecto a la presencia de tales componentes (Llobet, Ávila, Farràs y Canut, 2011).
En el caso de los ancianos asilados, hay particularidades más finas de los componentes de la calidad de vida que se presentan a continuación, glosándose  de los estudios realizados por Huges y Moore (2012), López, García y Bermúdez (2012), Velasco-Rodríguez, Godinez-Gomez, Mendoza-Pérez, Torres-López, Moreno-Gutiérrez e Hilerio-Lopez (2012),  Mazadiego, Calderón, Solares, Zárate, Torres y Coto (2011),  Pino, Crespo y Portela (2010), Sena, Moral y Navarro (2008), Robles y Vázquez (2008),  Rodríguez (2007) Soria y Rodríguez (2002), Ballesteros (1997), Fdeasen (1995)  y Stephens y Bernstein (1984).

Figura 1
Síntesis de componentes de calidad de vida estudiados en asilos

Fuente: Creación  Propia

El gráfico anterior muestra que la esfera de la calidad de vida en asilos que se ha estudiado a mayor profundidad por medio de sus componentes es el área psicológica y emocional desde la perspectiva del investigador, pocas veces se alude a la visión del anciano, por ejemplo, con palabras como “sensación ó satisfacción”.

Estudios de calidad de vida en asilos mexicanos

Actualmente, se tiene poca información respecto a cómo viven los ancianos en los asilos de nuestro país. A continuación, se referirán algunos estudios en torno a este tema. En primer plano, Velasco-Rodríguez, Godinez-Gomez, Mendoza-Pérez, Torres-López, Moreno-Gutiérrez  e Hilerio-Lopez (2012) realizaron un estudio cuantitativo en  149 adultos mayores de cuatro asilos en Colima y encontraron que más del 50% presentaron algún grado de deterioro de las capacidades estudiadas, es decir,  se detectaron 16 adultos con independencia, el resto presentó algún grado de dependencia funcional. En cuanto a deterioro cognitivo, se observaron 47 ancianos de 143 como aptos mentales, y 126 de 141 adultos con algún grado de compromiso social, mientras que las diferencias basadas en el género no fueron significativas.

 Mazadiego, Calderón, Solares, Zárate, Torres y Coto (2011) realizaron un estudio exploratorio en una casa hogar en nuestro país, con una muestra de 17 adultos mayores, a quienes se asignaron diversas actividades, como ejercicios musicales, juegos de mesa, manualidades, sesiones de intercambio de experiencias y expresión de sentimientos. Los resultados obtenidos mostraron un incremento considerable de los niveles de autoestima en general medidos con una escala no especificada y de la calidad de vida de modo cualitativo.

En otra investigación sobre centros gerontológicos, asilos y casas-hogar de la Ciudad de México, Quintanar (2000) encontró que la mayor parte de la población anciana, atendida institucionalmente, se halla en centros religiosos y particulares; los centros gerontológicos públicos son los que cuentan con los mejores servicios y con la seguridad de que se continuará brindando la atención de la población residente en ellos, pero aún son pocos para atender la demanda existente. Además, falta información referente a los aspectos psicológicos propios de ciertos grupos de ancianos, lo que ha llevado a formular propuestas de intervención que no siempre logran cumplir sus objetivos. Finalmente, el autor hace un breve recuento de los asilos oficialmente establecidos en el Distrito Federal de tipo privado y público, haciendo un aproximado de 154.
En el mismo sentido, Quintanar y Torres (2012) también realizaron un estudio acerca de la vivencia en un asilo de exprostitutas en el Distrito Federal. Encontraron que para las residentes es crucial la dinámica entre las residentes, encuadre y resistencia a asumir roles del personal y residentes, peso de la historia y presiones externas a la casa-hogar, vivencias y espiritualidad de las residentes, sentido de vida de las mismas, cambios significativos o críticos de las usuarias y riesgo de desadaptación ante situaciones novedosas. 

Canto y Castro (2004), Quintanar, García, Bazaldúa, Puente y Robles (2006),  Robles y Vázquez (2008), Salinas y Banda (1991) señalan que en los asilos, particularmente en los mexicanos, se condensan multiplicidad de problemas como el hacinamiento, falta de condiciones higiénicas, depresión, discapacidad, maltrato y abuso, lo que puede mermar la calidad de vida de los residentes, agudizar los problemas previos de salud y terminar en muertes prematuras.
Como el lector se percatará, tampoco se sabe la cantidad total y condiciones de operación real de asilos públicos y privados, pues hay lugares que no se registran en la Junta de Asistencia Privada, organismo encargado de regular los establecimientos privados, operando de modo clandestino. Quizá donde hay un poco más de Información es a nivel gubernamental. No obstante, se carece de un censo de la población anciana en asilos, sus condiciones, asi como el modo en el que se opera para asegurar su calidad de vida.

Lo que señalan las normas

En teoría, las leyes y normas que rigen el ideal de lo que debería ser un asilo y cómo habrían de funcionar. En el caso mexicano, lo anterior se establece en la Ley de los Derechos de los Adultos Mayores (2002). Ahí se establecen derechos referentes a las personas de 60 años o más con la finalidad de garantizar integridad, dignidad y preferencia, salud, alimentación y familia, educación, trabajo, asistencia social, participación, denuncia popular y acceso a los servicios. Particularmente, en lo que refiere a asistencia social, se establece que los adultos mayores son sujetos de la misma, en caso de desempleo, discapacidad o pérdida de medios de subsistencia, asi como acceso a una casa hogsar o albergue, en caso de situación de riesgo o desamparo (Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores, 2012). 

En términos de lugares para residencia temporal o permanente de ancianos, también hay especificaciones que en teoría reglamentan la infraestructura básica de un asilo, por ejemplo, está la Norma Oficial Mexicana para la prestación de servicios de asistencia social para menores y adultos mayores NOM-167-SSA1-1997,  la Norma Oficial Mexicana NOM-001-SSA2-1993 que establece los Requisitos Arquitectónicos para Facilitar el Acceso, Tránsito y Permanencia de los Discapacitados a los Establecimientos de Atención Médica del Sistema Nacional de Salud (Secretaría de Salud, 2008), Ley General de Protección Civil (Cámara de Diputados del Honorable Congreso de la Unión, 2008) que establece las disposiciones, medidas y acciones destinadas a la prevención, auxilio y recuperación de la población ante la eventualidad de un desastre, Norma Oficial Mexicana NOM-003-SEGOB/2002 que establece las señales y Avisos para Protección Civil (Sistema Nacional de Protección Civil, 2008) y los reglamentos derivados de las leyes anteriores en  cada estado.

En el Estado de México se establece que para las casas-hogar para adultos mayores debe haber mínimo médico, psicólogo, enfermera, trabajador social, intendente, vigilante y apoyo jurídico. Mientras que los requisitos de infraestructura e instalaciones, mínimamente deben ser: pisos interiores de material resistente, antiderrrapante y de fácil limpieza, áreas físicas con dimensiones suficientes que permitan una ventilación adecuada, los dormitorios pueden ser individuales, grupales, no mayor de seis camas y matrimoniales, con facilidades de acceso, tránsito y permanencia para discapacitados. La documentación sanitaria básica debe ser: aviso de funcionamiento, aviso de responsable sanitario, reglamento interno y manuales técnico-administrativo (Instituto de Salubridad del Estado de México, 2008).

Los retos

En función de los apartados anteriores, el primer reto es definir lo que se entiende por calidad de vida. Al respecto, existe la posibilidad de que se trate de diversas calidades de vida Es decir, tomar en cuenta los aspectos subjetivos para comprenderla desde una perspectiva diferente y más amplia. Lo mismo sucede con los componentes de la calidad de vida pues sus indicadores son medidos en función del investigador y pocas veces desde el punto de vista de los ancianos. Si no se toma en cuenta a los actores principales en la construcción de las calidades de vida, se olvida un aspecto esencial.

Ahora bien, en función de la calidad de vida en el contexto de los asilos, se tienen datos en nuestro país, pero se trata de información aislada. De este modo, se puede decir que hay intentos por “atinar” y suponer lo que los ancianos necesitan. Al no tener datos confiables, desconocer condiciones y necesidades reales, hay dificultad para diseñar estrategias de mejora de calidad de vida.
A lo anterior, ha de agregarse que en México no hay un censo que centralice la información respecto a cuántas personas se encuentran asiladas y en qué condiciones exactamente. La Junta que coordina las Instituciones de Asistencia Privada en México tiene directorios estatales de aquellas entidades que se dedican a atender ancianos; sin embargo, hay otros lugares que operan fuera de las normas y leyes planteadas. Esto evidencia la falta organismos o mecanismos gubernamentales y civiles que aseguren la aplicación de las leyes y normas de modo eficaz en la práctica.

En síntesis, se requiere un mayor interés de los investigadores en el tema, desde una perspectiva del sentido, la experiencia y el significado de los ancianos respecto a la calidad de vida. Asimismo, resulta esencial la sistematización de prácticas gubernamentales y civiles, de modo que se pueda tener un mapa respecto a lo que necesitan los ancianos para poder generar alternativas reales y acordes a sus necesidades en cuanto a calidad de vida se refiere.

Referencias

Ballesteros, R. (1997). Calidad de vida en la vejez: condiciones diferenciales. Anuario de Psicología, 73,89-104. Recuperado de http://www.raco.cat/index.php/anuariopsicologia/article/viewFile/61355/88779

Cámara de Diputados del Honorable Congreso de la Unión (2008). Ley Nacional      de Protección Civil. Recuperado de http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/doc/141.doc

Canto, H. y Castro, E. (2004). Depresión, autoestima y ansiedad en la tercera edad: un estudio comparativo. Enseñanza e Investigación en Psicología. Universidad Veracruzana, 9(2), 257-270. Recuperado de http://redalyc.uaemex.mx/pdf/292/29290204.pdf

Castro, M., Brizuela, S., Gómez, M.  y Cabrera, J. (2010). Adultos Mayores Institucionalizados   en el Hogar de  ancianos Fray Mamerto Esquiú. (Edición 59). Recuperado del sitio http://www.margen.org/suscri/margen59/cast.pdf

Consejo Nacional de Evaluación de Política de Desarrollo Social (2010). En 2008, 3.1 millones de adultos mayores se encontraban en pobreza multidimensional (Reporte a raíz del Día del adulto mayor). Recuperado del sitio web de la Dirección de Información y comunicación social: http://www.coneval.gob.mx/cmsconeval/rw/resource/coneval/home/diadeladultomayor.pdf?view=true

Consejo Nacional de Población (2009).  La situación demográfica de México. Recuperado de http://www.conapo.gob.mx

Chukwudum, U., O’Connor, C., Beersingh, Y. &  Walters, C. (2009). Quality of Life of Jamaica’s Elderly Population. Journal of Aging in Emerging Economies 2(1), 40-58. Recuperado de http://www.kent.edu/sociology/resources/jaee/upload/uche.pdf
Fdeasen, L. (1995). Apoyo social y ancianos en residencias. Recuperado de dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2699392.pdf‎

González-Celis, A.L. (2010). Envejecimiento humano: una visión transdisciplinaria. Instituto de Geriatría: Calidad de vida en el adulto mayor.  Recuperado del sitio de la Secretaría de Salud: http://www.geriatria.salud.gob.mx/descargas/indice_prologo.pdf 366-377.

Hughes, K. & Moore, S. (2012). Quality of Life Versus Quality of Care: Elderly People and Their Experience of Care in South Australian Residential Facilities.Practice: Social Work in Action 24(5), 275-285. Doi: 10.1080/09503153.2012.740451
Instituto de Salubridad del Estado de México (2008). Requisitos sanitarios para el funcionamiento de establecimientos que prestan Servicios de asistencia social.  Recuperado de http://salud.edomex.gob.mx/html/categories.php?op=newindex&catid=44

Instituto Nacional de Estadística y Geografía (2010). Distribución por edad y sexo: Índice de envejecimiento por entidad federativa según sexo, 2000, 2005 y 2010. Recuperado de http://www.inegi.org.mx/sistemas/sisept/Default.aspx?t=mdemo151&s=est&c=29257

Lakshmi , S. & Roopa, K.S. (2013). Quality of Life of Elderly Men and Women in Institutional and Non-institutional Settings in Urban Bangalore District. Research Journal of  Family, Community & Consumer Science, 1(3),7-13. Recuperado de http://www.isca.in/FAMILY_SCI/Archive/v1/i3/2.ISCA-RJFCCS-2013-013.pdf

Ley de los Derechos de las Personas Adultas  Mayores (2012). Ley de los derechos de las personas adultas mayores: Cámara de diputados del Honorable Congreso de la Unión. Recuperado de http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/245.pdf

López, M., García, G. y Bermúdez, F. (2012). Calidad de vida de los adultos mayores en el asilo San Rafael. Revista Científica Electrónica de Psicología 14(1), 54-66. Disponible en http://dgsa.uaeh.edu.mx/revistas/index.php/psicologia/article/view/199

Llobet, M.P., Ávila, N.R., Farràs, J. y Canut, M.T.L. (2011). Calidad de vida, felicidad y satisfacción con la vida en personas ancianas de 75 años atendidas en un programa de atención domiciliaria. Revista Latinoamericana Enfermagem. Recuperado de http://www.scielo.br/pdf/rlae/v19n3/es_04.pdf
Molina , C.  y Meléndez , J.C. (2007).  Análisis cualitativo del bienestar en la vejez. Revista Española de Geriatría y Gerontología, 42(5),276-84.
Moreno, B. y Ximénez, C. (1996). Evaluación de la calidad de la vida. En G. Buela-Casa, V.E. Caballo y J.C. Sierra (Eds. ), Manual de evaluación en psicología clínica y de la salud (pp. 1045-1070). Madrid: Siglo XXI.
Mazadiego, T., Calderón, J., Solares, C., Zárate M.,  Torres, L. y Coto, A. (2011). Incremento de la autoestima en los adultos mayores de un hogar de jubilados. Enseñanza e Investigación en Psicología, 16(1), 175-182. Recuperado de http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/292/29215963016.pdf
Noro, A. y Aro, S. (1996). Health related Quality of life among the least dependent institutional elderly compared with the non-institutional elderly population. Quality of Life Research, 5, 355-366. Recuperado de http://edenalt.co.za/wp-content/uploads/2012/08/health-related-quality-of-life-among-the-least-dependeent-institutional-elderly-compared-with-the-non-institutional-elderly-population.pdf
Pino, M., Crespo, J. y Portela, J. (2010). Descripción de los elementos espaciales en residencias de ancianos. Estudio en el noroeste de España. Revista de Investigación en Educación,7, 61-71.Recuperado de  http://webs.uvigo.es/reined/ojs/index.php/reined/article/view/79/68
Quintanar, F. (2000). Atención a los ancianos en asilos y casas hogar en la ciudad de México. México: Plaza y Valdez.
Quintanar, F. y Torres, A (2012). Propuesta de indicadores psicosociales para el ingreso de ancianas prostitutas a una casa-hogar. Psicología y Salud, 22(1), 123-132. Recuperado de  http://www.uv.mx/psicysalud/psicysalud-22-1/22-1/Fernando%20Quintanar%20Olgu%EDn.pdf
Quintanar, F., García, C., Bazaldúa, L.,  Puente, I., Robles, L. (2006). Análisis de las muertes en serie de ancianos institucionalizados en dos casas hogar de la ciudad de México en el periodo 1992-2002.Revista Electrónica de Psicología Iztacala. 9(1). Recuperado de http://www.iztacala.unam.mx/carreras/psicologia/psiclin/vol9num1/art2-no1-2006.pdf
Robles, L. y Vázquez, E. (2008). El cuidado de los ancianos: Las valoraciones en torno al cuidado no familiar. Texto y Contexto Enfermagem, 17(2), 225-231. Recuperado de http://redalyc.uaemex.mx/pdf/714/71417202.pdf 
Rodríguez, N. (2007). Factores que influyen sobre la calidad de vida de los ancianos que viven en geriátricos. Psicología y Psicopedagogía,  4(17), 1-8. Recuperado de http://www.usal.edu.ar/archivos/psico/otros/factores_que_influyen_sobre_la_calidad_de_vida.pdf
Salinas, R. y Banda, J. (1991). Asilos de ancianos en el Estado de Nuevo León. Salud Pública de México, 33(1), 56-69.
Secretaría de Salud  (2008). Listado de Normas Oficiales Mexicanas de la Secretaria de Salud. Recuperado de http://www.salud.gob.mx/unidades/cdi/nomssa.html

Sena, C., Moral, J. y Navarro, E. (2008). Bienestar y calidad de vida en

ancianos institucionalizados y no institucionalizados. Anales de Psicología, 24(2), 312-319.

Sistema Nacional de Protección Civil (2008).  Norma Oficial Mexicana NOM-003-SEGOB/2002. Señales y Avisos para Protección Civil.- Colores, formas y símbolos a utilizar. Recuperado del sitio de Protección Civil  http://www.proteccioncivil.gob.mx/upLoad/Editorial/41/NOM_003_SEGOB_2002.pdf

Soria, B.  y Rodríguez , A. (2002). Análisis de los aspectos psicológicos y sociales más relevantes en ancianos institucionalizados. Revista Cubana de Enfermería, 18 (2), 116-21. Recuperado de http://bvs.sld.cu/revistas/enf/vol18_2_02/enf08202.pdf

Stephens, M. y Bernstein, M. (1984): Social support and well-being among residents of planned housing. The Gerontologist, 24, 144-148.

Velasco-Rodríguez, R.,  Godinez-Gómez,R., Mendoza-Pérez,R.C., Torres-López, M.M., Moreno-Gutiérrez,I.,  Hilerio-Lopez, A.G. (2012). Estado actual de capacidades en adultos mayores institucionalizados de Colima, México. Revista de Enfermería del Instituto Mexicano del Seguro Social, 20 (2): 91-96. Disponible en http://www.medigraphic.com/pdfs/enfermeriaimss/eim-2012/eim122f.pdf

World Health Organization (1999). Quality of life Assessment. An annotated bibliography. Geneva: WHO (MNH/PSF/99.1).

.   

Volver al Indice del número 32 de Tiempo

PsicoMundo - La red psi en Internet