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Número 31 - Abril 2014

El humor es cosa seria

Graciela Alejandra Spinelli

Introducción

El proceso de envejecimiento poblacional, entendiendo éste por la disminución en la tasa de natalidad y el aumento en la expectativa de vida, ha dado lugar a cambios en la sociedad para los cuales se hace imprescindible  dar una respuesta adecuada a las necesidades de la población mayor.

Estos cambios en la estructura etária afectan al sistema político, económico y social, sobre todo si estos sistemas no se encuentran preparados para recibirlos y para dar respuesta a las necesidades emergentes.
Surge un nuevo paradigma derribando al existente, “Vejez igual a enfermedad” por “Vejez como una etapa de desarrollo personal”, hoy un gran grupo de adultos mayores espera y busca en la sociedad ofertas que le permitan continuar un proyecto de vida, con herramientas para defenderse de la enfermedad y de los mitos y prejuicios instalados en la sociedad, cumplir sus sueños, disfrutar la vida plenamente y animarse a desarrollar al máximo sus potencialidades,  en un ambiente contenedor y facilitador.

Los profesionales del campo gerontológico nos enfrentamos a este nuevo desafío,  dar respuesta a esta demanda creciente, donde los adultos mayores sean vistos como sujetos deseantes con un gran cúmulo de potenciales capacidades a desarrollar, sin disfrazar la realidad sino abordándola con herramientas de acción concreta como el Buen Humor.

El Humor en el trabajo con adultos mayores   
Los beneficios del Buen Humor en la salud han sido y son hoy  en el mundo, objeto de estudio e investigación.  Ya Aristóteles expresó: “Los seres humanos somos sujetos rientes”….
 V. Frankl, (2004) se introdujo en el tema analizando el humor en los campos de concentración,”Como quien se agarra a un clavo ardiendo, con mi innato optimismo (que tantas veces me ha ayudado a controlar mis sentimientos, incluso en las situaciones mas desesperadas) me aferré a esta idea: estos prisioneros tienen buen aspecto, parecen gozar de buen humor e incluso ríen. ¿Quién sabes? Quiza yo pueda llegar a ser uno de ellos.
Cabe destacar estas palabras ya que salvando las diferencias será la vejez la etapa donde más cambios deberá enfrentar el hombre, y se encontrará con juicios y prejuicios sociales que harán de su vida un momento de cuestionamientos como nunca antes haya vivido.
“El aumento de la esperanza de vida es un signo de desarrollo social y económico, aunque más importante que este incremento es la calidad de los años ganados. De hecho, si los progresos médicos y tecnológicos sólo se limitan a posponer el evento del deceso, la consecuencia más directa es el aumento de los años vividos en condiciones de morbilidad y discapacidad.”(Naciones Unidas, 2007, en Huenchuan y Roqué, 2009)
Al participar en Talleres de Buen Humor los mayores perciben un incremento en su Calidad de Vida, vale aquí tener en cuenta este concepto según lo hace la Organización Mundial de la Salud (1994) como:
“La percepción del individuo de su posición de vida en el contexto de cultura y sistema de valores en los cuales vive en relación con sus objetivos, expectativas, patrones y preocupaciones".
Los profesionales del campo gerontológico nos abocaremos entonces a facilitar y apoyar a los adultos mayores en el logro de sus objetivos, la valorización de sus expectativas y el aporte de herramientas adecuadas para enfrentar sus preocupaciones.

Propuesta de aportes del Buen Humor como herramienta técnica-gerontológica para el mejoramiento de la Calidad de Vida.
 
El incremento de la cantidad relativa de personas mayores en todo el mundo abre las puertas hacia nuevas formas de ver, vivir y disfrutar la vejez. En síntesis a un nuevo desafío para las ciencias que estudian los cambios sustanciales que se producen en el proceso de envejecimiento. 
Vejez se asocia a “final de la vida” pero los cambios operados en el proceso de envejecimiento  determinan que se comience a hablar de tercera edad (entre 60 y 80 años) cuarta edad (ente 80 y 100 años) y quinta edad (más de cien).
Debemos tener en cuenta que, al fenómeno del “envejecimiento poblacional” (mayor expectativa de vida y disminución de nacimientos por habitante) se suma el fenómeno del “envejecimiento del envejecimiento” (crecimiento del sector de mayores de 80 años.)
Cuando una persona se jubila, tomando este hecho como una de las puertas de entrada a la vejez, le quedan por delante entre 20 y 30 años de vida. ¿Qué hará con ellos? ¿Qué hará la sociedad global con ellos?
Quien es consciente de esto y lo planifique se verá beneficiado.
Y planificarlo implica que, antes de la entrada en la vejez, en la mediana edad, uno debe comenzar a pensar como quiere envejecer. La tarea de anticiparse o no marcara el rumbo que tomará dicho proceso de envejecimiento, es  la mediana edad una etapa proclive para detectar los Indicadores de riesgo psíquico, muchas veces mostrando está dificultad para anticiparse a  los cambios.
Ya B. Neugarten se ocupo del tema desarrollando las características del trabajo psíquico que se observan en la mediana edad como son:
El incremento de la interioridad, como proceso reflexivo, el cambio en la percepción del tiempo y la personificación de la muerte.

A lo largo de tres años en la experiencia del Taller de Humor se ha podido observar que aquellas personas de mediana edad que se acercaban a participar en ocasiones presentaban dificultades para integrarse al grupo, demostrando dificultades a la hora de pensarse parte de un grupo de personas de hasta más de 90 años. Ha sido común escuchar la frase “esto no es para mí” en personas de entre 55 a 60 años. Esa vejez tan temida no quiero verla delante de mis ojos y mucho menos si ellos parecen estar, a pesar de sus limitaciones, mejor que yo.

Todo va mejor con Buen- Humor

En los talleres del Buen Humor observamos a diario el incremento de adultos mayores que buscan divertirse, pasándola bien en compañía de otros, en un medio-ambiente donde se garantiza el buen trato, la cordialidad y fundamentalmente el respeto eliminando el uso de victimizaciones y dramatizaciones,  reemplazándolos por un clima de humor integrador, intentando compensar pérdidas con ganancias con la satisfacción de hacerlo juntos, sin carcajadas forzadas ni obligación de ser “gracioso”. Este clima genera también una creciente autoestima, que estimula la necesidad de un rol social protagónico, que produce nuevas demandas para las cuales todavía no hay  respuestas satisfactorias.
El constructo social no ha encarado aún los cambios  paradigmáticos que recreen el ver y el pensar la vejez.
La idea general reinante aún es “llegaste a la vejez, córrete y deja el lugar a un joven” “no molestes, abuelito” (como si este rol fuera en si peyorativo…)
No nos hemos despegado de conceptos que arrastran hacia conductas sociales discriminatorias como vejez igual a enfermedad. Si bien es la vejez una etapa de cierto detrimento de algunas facultades, el actual panorama reinante en la vida social  general y en la comunitaria en particular, nos muestra un creciente número de viejos que, sustentados en romper los moldes que definen el paradigma de su supuesta decadencia, tienen proyectos, salen a encararlos, viven sus posibilidades en plenitud, hasta la muerte y no hacia la muerte”. (Ulloa)
Un nuevo paradigma sobre la vejez cuyo desarrollo y aceptación en la sociedad lleva un ritmo mucho más lento que la actitud de sus protagonistas.
¿Qué podemos hacer los profesionales de la gerontología, las instituciones y la sociedad en su conjunto?:
Acompañar los cambios con optimismo, aportando el conocimiento específico para construir ambientes propicios para los viejos de hoy, aunque más no sea por el   interés de los viejos que seremos.

¿Cómo se genera el Buen-Humor?
En la experiencia grupal de los talleres, el buen humor va apareciendo fácilmente. No porque se lo encuentre contando chistes, no es una competencia de “quién es el más gracioso”, simplemente intentando entre todos generar un clima cordial de disfrute, respeto, afecto, sonrisas. Es decir, de buen-humor.
El objetivo es muy simple. Estar dispuestos a pasarla bien entre todos, cuidando y considerando al otro. Sin burlas, sin ridiculizar, sin críticas, sin manipulaciones. Solo reconocer que el otro como persona es imprescindible para mi propio desarrollo como persona. No hay sonrisa ni buen humor en la realidad de Robinson Crusoe.
Lo humano-persona sólo es posible en el nosotros, y este  solo se construye con respeto y admiración por la condición humana del otro, por su imprescindibilidad para mi humanidad. Saliendo del Yo soy así, para poder repensarse con el otro.
Puede observarse que aquellas personas que muestran rasgos de narcisimo patológico tienen serias dificultades para integrarse en un grupo, llegan al taller buscando un espacio para hablar de ellos y sobre todo de “cuanto sufren”, ésta es en general, la carta de presentación hacia los demás. Es entonces cuando se enfrenta con las reglas claras que en el taller llamamos Encuadre, (detalladas a continuación):

Estas definiciones generan en esas personalidades un alto nivel de  desconcierto y al comienzo tienen serias dificultades para integrarse, si aceptan las reglas y van abandonando los hábitos de sociabilización victimizante, el taller se engalana con la llegada de un nuevo miembro, caso contrario,  se apartan. 
En los encuentros del Taller de Buen-humor, los integrantes, lenta pero firmemente, encuentran el ambiente propicio para, a través del buen-humor, ir recuperando distintos atributos de la condición de ser humanos, uno de ellos, quizás el más importante, la sexualidad, inherente a todos pero en general absurda y vergonzantemente reprimida en los mayores.

Redescubriendo la Sexualidad a través del Buen- Humor
La sexualidad se vive con todo el cuerpo y, es aquí donde el  humor juega un papel fundamental, el erotismo, la sensualidad, la picardía, el “como si…” del juego, la espontaneidad sin censuras, sin escándalos, sin prejuicios, en un ambiente que colabora para superar la vergüenza y desatender al “qué dirán…”  Pudiendo poner las angustias en palabrasdesde el humor.
Socio-culturalmente los viejos son considerados como seres asexuados, sabemos que esto no es así; cuando se experimenta la sensación de bienestar que produce la integración relajada y respetuosa entre pares que se reconocen como necesarios, la sexualidad surge a través del buen humor, de manera espontánea, libre y natural, y con ella la imaginación, motor del maravilloso mundo de las fantasías.

Anoche, en la tele vi unos besos tornillo…” dijo la SraP, 90 años. “¿Y cuáles son los besos tornillos…?””Los que van entrando de a poco…”.
Este comentario dio lugar a expresiones de las integrantes del grupo acerca de los diferentes tipos de besos y recuerdos de sus experiencias pasadas en medio de bromas y alegría generalizada. Simultáneamente, surgió el recuerdo del compañero que ya no estaba y el tema de la muerte pudo ser abordado…  con una sonrisa.
Si la sexualidad puede ser abordada en el hoy y no desde la supremacía de la juventud, surge naturalmente, de forma reflexiva y desde el buen-humor permite acomodar las ideas para no relativizar y caer en el todo o nada.

Estimulando la Memoria a través del Buen-Humor
Los Talleres de Buen-humor ayudan a activar también la memoria,  sobre todo mostrando la importancia de la multiestimulación a través de lo lúdico-musical-sensorial.
Es en el sistema límbico dónde se activaran los procesos que controlan al sentido de humor y la memoria.
Los datos empíricos muestran que la capacidad recuperativa de la memoria se activa fácilmente en recuerdo de situaciones agradables.
Cabe señalar aquí que una persona se siente libre de expresar lo que siente cuando el ambiente actúa de facilitador, acompaña, permite la expresión franca sin pudores, cuestionamientos, ni juicios críticos.

El juego y la posibilidad de fantasear, imaginar y crear son un gran motor para generar situaciones de disfrute y buen humor, el atrevimiento se concreta cuando las personas se sienten cómodas, contenidas, protegidas.
El buen humor no es una careta cómica, sino una actitud autentica, con respeto, sin juicio ni prejuicio alguno. Entablando una relación abierta, sana, alegre y empática. Con escucha y mirada atenta.
“No podrás impedir  que la melancolía sobrevuele tu cabeza, pero sí trata de lograr que no haga su nido en ella” (Proverbio anónimo).
No se trata de ser chistosos, sino de procurar o facilitar el logro de una actitud humorística ante las circunstancias de la vida; esto permitirá ver más allá de la situación, restarle carga negativa, aportando una mayor sensación de bienestar y una mejor calidad de vida.
Como ya expresara V. Frankl; El humor permite correrse de la situación y verla desde otra perspectiva.

Bibliografía

 

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