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Número 26 - Agosto 2010

Andropausia y Menopausia

Sonia Blasco

HABLEMOS DE SEXO
La columna semanal en EL NUEVO HERALD DE MIAMI

Raúl, 58 años, consulta por disminución del deseo sexual, dificultad para lograr la erección, rápida pérdida de la misma, acompañada de una falta de energía general y cierta somnolencia post comidas.

A partir de los cuarenta años los varones pueden empezar a experimentar una variedad sutil de cambios que no se producen de pronto, ni se acompañan de un descenso hormonal brusco, ni son reconocidos por todos los hombres: es la andropausia.

A lo largo de la adultez la testosterona es la hormona encargada del deseo sexual y de la producción y maduración de los espermatozoides. A medida que el hombre va envejeciendo los niveles de testosterona pueden disminuir originando la andropausia.

Los testículos y las glándulas suprarrenales son los fabricantes de testosterona, mientras que la producción de espermatozoides es exclusividad de los testículos. Con la edad, el número de espermatozoides se reduce lentamente aunque pudiendo ser fértiles hasta una edad avanzada, mientras que la producción de testosterona disminuye más prematuramente.

Aunque no se puede predecir quién tendrá síntomas andropáusicos, a qué edad comenzarán, y cuán severos serán, con los años prácticamente todo hombre tendrá una disminución en sus niveles de testosterona. Se estima que alrededor de los 50 años, cerca del 30% tendrá síntomas andropaúsicos; sin embargo sólo 5 a 10% buscarán la consulta médica.

La andropausia puede acompañarse de depresión, fatiga, falta de energía, disminución de la masa y tono muscular, aumento de tejido adiposo, menor agilidad física, fragilidad ósea.

Y cambios en la sexualidad: disminución del deseo sexual, menor rigidez en la erección, precisa más estímulos directos y más tiempo para erectarse, menor durabilidad de la erección, eyaculación menos abundante.

El desconocimiento acerca de la andropausia sumado al recelo, incomodidad, vergüenza, llevan a evitar la consulta médica. Recién cuando entran en confianza, los varones se atreven a tratarse por sus molestias sexuales.

Una vez sucedió: no pude penetrarla. Cuando se repitió otra vez y otra más me di por vencido.

La tradicional exigencia masculina de estar "siempre listo", el miedo a perder la erección, la inquietud por el rendimiento, puede originar una disfunción sexual causada por la ansiedad, más que por un problema físico.

La dificultad de compartir cambios y preocupaciones acerca de su sexualidad con la compañera lo llevan a agigantar el problema y no permiten una solución.

No es extraño que la andropausia no sea diagnosticada. Aun hoy—aunque existe información--algunos médicos siguen reacios a reconocer esta etapa de cambio masculina. La consulta sexual puede terminar entonces en un diagnóstico médico equivocado: "Ya no está para esos trotes".

Cuáles son los métodos diagnósticos: examen médico, análisis de sangre para medir los niveles de testosterona y otras hormonas sexuales—matinal--, y de PSA para controlar la próstata.

El tratamiento de reemplazo hormonal, indicado sólo en algunos casos, tiene riesgos y debe ser cuidadosamente controlado.

La sexualidad dura toda la vida, y será más plena y disfrutada si aceptas y te adaptas a los cambios de esta etapa. Entonces podrás inventar otras fantasías, improvisar caricias, descubrir juegos eróticos, agregar juguetes, videos, cuentos…no hay límite de edad para el goce.

Romina coincide absolutamente con él. Ella está contenta y sorprendida: "Tengo 53 años y más deseo sexual que nunca. ¿Es normal?"

Carla en cambio, pregunta: "La menopausia ¿es el final de la vida sexual?", cuando sus genitales no se humedecen y el coito es doloroso.

¡Qué experiencias tan diferentes!

Y es que la menopausia—y los años anteriores dominados por los vaivenes y mengua paulatina de las hormonas sexuales-- es una etapa de cambio que dependerá de cómo reacciona tu cuerpo, si te has informado suficientemente, si tienes prejuicios sobre la menopausia, si te ayudan a disfrutarla, si aceptas y te amoldas a tus cambios y… muchas condiciones más.

Las quejas femeninas más frecuentes son: no tengo lubricación vaginal, mi deseo ha desaparecido, me cuesta excitarme, no llego fácilmente al orgasmo, éste no es tan intenso como solía ser.

Pero otras mujeres me confiesan que se sienten libres por primera vez sin el riesgo de embarazo ni molestias menstruales, que los hijos han crecido, que pueden hablar claramente de qué buscan en el sexo, y que disponen de tiempo para recrearlo. Y eso, posiblemente, les libera el deseo.

Es lo que experimenta Romina sumado a que, aunque sus estrógenos han menguado, la testosterona encargada del deseo sigue elevada y pone en llamas su erotismo.

¿Y Carla? Cuando los estrógenos disminuyen, puede disminuir la lubricación vaginal o tardar más en producirse. También las paredes vaginales se vuelven más delgadas, menos elásticas y causan dolor, ardor o comezón durante la penetración y pueden convertirse en puerta de posibles infecciones. Cuando hay dolor no hay placer. Si no hay placer ¿cómo invitar al deseo?

Puede ocurrir que al disminuir los estrógenos el clítoris pierda sensibilidad y requiera más estímulos para lograr el goce. Un porcentaje de mujeres reconocen una disminución o ausencia de deseo; aunque quieren tener sexo y mantenerse eróticamente activas "el cuerpo no responde".

La dificultad de hablarlo con la pareja, la inhibición de consultarlo con el especialista— quién tampoco suele hacer preguntas pertinentes—, la falta de apoyo con conocimiento, la llenan de dudas y le dificultan aún más disfrutar del sexo.

¿Cómo remediarlo? Lograr la lubricación genital para un coito placentero es un buen comienzo. Más cuando existen variados gel que remplazan eficazmente la lubricación vaginal; soluble en agua, no requieren receta médica: KY es uno de ellos. También colabora la vitamina E aplicada vaginalmente luego de extraerla de su cápsula.

No son recomendables ni vaselina ni aceites derivados del petróleo: irritan la mucosa genital y destruyen condones.

Si la lubricación no es suficiente las cremas o anillos vaginales con estrógenos pueden aumentarla y, en algunos casos, incrementar el deseo sexual.

Algunos especialistas recomiendan la hormona testosterona en crema; utilizada vaginalmente podría aumentar tu libido o deseo sexual.

Recuerda que toda medicación hormonal exige receta médica; infórmate acerca de sus pros y consecuencias y dialoga con el especialista antes de su uso.

¿Cómo incrementar lubricación y turgencia genital? Ejercitando los músculos Pubococcígeos—Kegel—aumentará la irrigación sanguínea y facilitará el goce. (Lo encontrarás en mi columna del 02.02.2010 en mi blog.) Y compártelos con tu enamorado.

Si te sientes libre cuando retozas sensualmente llamarás al placer y querrás repetirlo. Los juguetes eróticos son intensos despertadores sexuales a solas o compartidos: estimulan tu creatividad y tu cuerpo te seguirá…

(La Dra. Blasco es médico, sexóloga y psicoanalista y autora de "Camino al orgasmo " y "Menopausia una etapa vital".)

dsb@doctorasoniablasco.com

VISITA MI BLOG: http://hablemosdesexodoctorasoniablasco.blogspot.com/

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