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Número 24 - Junio 2009

¿Es posible el aprendizaje virtual en las personas mayores?

Zoila Edith Hernández Zamora

RESUMEN

En este trabajo se plasman los aspectos rescatables de la educación virtual para aquellas personas mayores que gozan de los beneficios de tener y poder usar una computadora; aunque sin ignorar a aquellos y aquellas, la gran mayoría, que no tiene el "privilegio" de acceder al aprendizaje que podría proporcionarles este medio de comunicación.

INTRODUCCIÓN

El uso de la computadora a veces nos facilita la vida y otras, nos la complica, como cuando no hay electricidad o cuando no hay red (internet), y mucho más cuando no se sabe manejar un programa; o cuando los alumnos cuentan con tan escasos recursos económicos que no tienen para alquilar o comprarse una computadora. Y si a los jóvenes les resulta difícil acceder al uso de este medio digital ¿qué podemos esperar con relación a las personas mayores?

Si bien no todo el panorama es desalentador, siempre y cuando la sociedad y las instituciones respondan a las demandas de las personas mayores, muchas de estas demandas tienen que ver con que el ser humano es capaz de aprender durante todo su proceso vital, adaptándose a los ritmos que su corporeidad les permita.

¿Las personas mayores se quedarán en la segunda ola?

Toffler (1981) menciona que una nueva civilización está emergiendo en nuestras vidas. Esta nueva civilización que él llama "tercera ola" trae consigo nuevos estilos familiares; formas distintas de trabajar y vivir; una nueva economía; nuevos con flictos políticos; y, más allá de todo esto, una conciencia modificada también. Actualmente existen ya fragmentos de esta nueva civilización. Millones de personas est án ya acompasando sus vidas a los ritmos del mañana. Otras, aún no y quizá nunca lo hagan.

Y lo cuestionable ante esto es si las personas mayores, lograrán entrar a esta vida, a esta nueva civil ización llena de tecnología, si la aprenderán, si se integrarán a ella, o si, como dice Toffler, huirán vanamente, desesperanzadas y aterrorizadas a intentar r econstruir el agonizante mundo que las hizo nacer.

A esta pregunta y siguiendo una actitud no derrotista, sino más bien bastante optimista; es probable que las personas mayores se adapten a lo que tienen, a las cosas con las que han vivido, con lo que aman y que no necesariamente es de la segunda ola a la que alude Toffler.

Los y las mayores de la primera (predominio de la agricultura), la segunda (la era industrial) y la tercera ola lo que necesitan para subsistir es de la adaptación a su medio a través de aprendizajes, trabajos, en contacto corporal, en llamadas telefónicas afectivas, en ver sus programas de televisión o escuchar la radio; o bien, en recibir el contacto virtual, los que pueden, a través del internet.

Para la inmensa mayoría de las personas mayores la computadora no es indispensable, puesto que ya han vivido y quizá vivirán muchísimos años sin ella, y como bien menciona Castells (2001), los hombres y mujeres mayores, de manera particular, siguen haciendo uso de muchas herramientas como son los instrumentos musicales, los de cocina, los libros, las artesanías, los lienzos, el pincel, las agujas de tejer, el lápiz y el papel, la máquina de coser ropa y hasta la televisión. Siguen haciendo uso de su azadón, su machete, su sierra, pala, serrucho, taladora, el torno para darle forma al barro, las tijeras, en fin…

Y todos estos instrumentos vienen desde la primera ola, muchos de ellos desde que surgió la agricultura y, han entrado con todo y la existencia de computadoras, a la Tercera cultura, cultura en la que científicos y otros pensadores en el mundo empírico, a través de su trabajo y escritura expositoria, están ocupando el lugar de los intelectuales tradicionales tratando de dibujar el profundo significado de nuestras vidas, redefiniendo quiénes y qué somos.

Existe otro medio de comunicación, también virtual, la televisión, la cual difícilmente (o quizá dentro de unos 50 o 100 años) será destronada por las computadoras, al menos para las personas grandes. Saortori (2007) afirma que esto ya ocurrió, que la televisión ya fue desbancada por las computadoras pero no especifica para quienes sucedió esto. Lo que sí es concluyente es que la televisión sigue ocupando un primer lugar entre las personas mayores.

Por otra parte, las personas mayores todavía están apegadas al contacto con los libros, y sigue existiendo en ellas esa gran capacidad de asombro, de aprendizaje; porque tanto hombres como mujeres mayores también están abiertos al cambio, a nuevos aprendizajes, no todos y todas están aferrados a viejas costumbres.

Aunque hay que comprender que estas personas nacieron en otra época, no son de la era cibernética, habrá que darles tiempo, quizá algún día algunos y algunas de ellas acepten de buen grado su uso, aunque si esto no sucede, es que son felices así como están ahora, quizá sólo gozan de esta tercera ola, lo que les conviene.

La familia y las personas mayores del futuro

Castells (2001) afirma que el internet se está utilizando para redefinir las relaciones familiares en una sociedad en la que sus miembros están experimentando con nuevas formas familiares. El correo electrónico ha permitido a una serie de hogares gozar de lo que se denomina "familia electiva", mediante la incorporación a la vida cotidiana de la familia de extraños contactados a través de la red, con los que se han establecido una relación enriquecida mediante tal interacción, a lo largo de un cierto tiempo. Por lo tanto, la práctica del individualismo en red puede estar redefiniendo los límites y el significado de las instituciones tradicionales donde se ejerce la sociabilidad, tales como la familia.

Pero no todas las personas, y en especial las mayores, están preparadas para relacionarnos con otros y otras en el internet en diversidad de dominios. Las personas mayores tienen más conocimiento sobre la familia, los amigos y el afecto que una computadora, ya que tienen familia, amigos y reciben un afecto real, hecho que no sucede con las computadoras.

Toffler (1981) habla de un hogar electrónico, donde las personas trabajan en casa, en apoyo de lo que muy bien puede considerarse como un nuevo y más satisfactorio futuro para la familia, pudiendo así emerger como fundamental punto de concentración para las fuerzas de la tercera ola del mañana, ya que la personas mayores se integrarían a estas familias cuyos miembros trabajan en sus casas y tendrían una vida más accesible para recibir el afecto de los miembros de su hogar, esto podría también disminuir el número de personas que viven solas y de sean vivir en compañía.

Surgiría entonces la familia que trabaja en casa convirtiéndose en algo radicalmente distinto: una "familia amplia electrónica". Incluyendo también a extraños. Para la vida de la comunidad, para las pautas de amor y pareja, incluida, desde luego, la gente grande, para la reconstrucción de redes de amistad, para la economía y el mercado del consumidor, así como para la estructura de nuestra personalidad.

Las personas mayores son capaces de admitir abiertamente que necesitan ayuda, contacto humano y una vida social, tanto o más que las personas jóvenes. Necesitan muchos nuevos servicios –tanto tradicionales como innovadores– para entrar en contacto con los demás de una manera digna.

Las personas mayores electrónicos/as-virtuales

Maggio y cols. (citados por Castells, 2001) dicen que los usuarios novatos en el uso del internet tienden a experimentar un alto grado de frustraciones ante un medio que dominan escasamente y que los obliga a un esfuerzo muy grande para conseguir romper sus hábitos. Y esto generalmente suele suceder a muchas personas mayores, ya que necesitan más tiempo para aprender, para romper con viejos aprendizajes que les impiden atreverse a experimentar, a transformarse a través del aprendizaje, a adoptar nuevas tecnologías que están a su alcance. Se necesita de co-mediadores y co-mediadoras para que en ambientes cálidos y de respeto se dé este proceso de aprendizaje, con afecto y paciencia para lograrlo. Otros y otras que los acompañen afablemente hacia esos mundos cibernéticos descon ocidos.

Las personas mayores necesitan de otros y otras para autoorganizarse y poder lograr nuevos aprendizajes y así lograr una influencia sutil en donde las personas mayores formen parte de la cultura científico-tecnológica y con la cultura en general, con su vida cotidiana para formar verdaderamente parte de una tercera cultura.

Pissan (2002) afirma que las personas de más de 50 años, suelen decir: "No usaré una computadora hasta que no me jubile, así que no vale la pena que me rompa la cabeza". Si bien cada vez hay más personas que sobrepasan la edad mencionada para las cuales el trabajo que realizan amerita necesariamente el uso de estas máquinas y puede observarse que hacen un uso correcto de ellas.

El aprendizaje virtual en las personas mayores

Internet puede contribuir también a mantener lazos a distancia. A menudo, el uso del correo electrónico está ayudando a los lazos con otras personas distantes que, debido al individualismo y en algunos casos la movilidad geográfica, se han tornado bastante débiles en muchos casos. Las personas mayores construyen sus redes sobre la base de sus intereses, valores, afinidades y proyectos. Castells (2001) lo confirma cuando dice que las redes en línea, al estabilizarse en la práctica, pueden construir comunidades virtuales, diferentes de las comunidades físicas pero no necesariamente menos intensas o menos efectivas a la hora de unir y movilizar.

El internet y las telecomunicaciones pueden ayudar a crear comunidad. Para una personas tímida o inválida, incapaz de salir de casa o temerosa de enfrentarse cara a cara con la gente, el uso de este medio hará posible un interactivo contacto electrónico con otros que compartan aficiones o intereses similares, con los que podrían comunicarse instantáneamente de un extremo a otro del país. Comenta Toffler (1981) que por vicarias o de segundo grado que puedan ser, estas relaciones pueden proporcionar un antídoto contra la soledad mucho mejor, quizá, que la televisión.

Adultos y adultas mayores que navegan en mares de aprendizaje

El envejecimiento de la población en todos los países de alta tecnología implica una mayor atención pública a las necesidades de las personas mayores y una atención relativamente menos a los jóvenes, ya que ellos nacieron en la época cibernética y les resulta mucho más fácil que a los provectos y provectas entender todos los adelantos de la era tecnológica, muy en especial, de las computadoras.

Afortunadamente existen personas mayores que pueden aprovechar los medios digitales adquiriendo a través de ellos nuevos aprendizajes, tanto en la televisión como en Internet pueden construir una realidad virtual porque están inmersas en lo que ven. A partir de esto vuelve a surgir la interrogante ¿Está o estará, superada la televisión? En México y entre la población grande, difícilmente y entre otros excluidos, también. Y esto es fácil de notar, usted podrá ir a la comunidad más pobre, podrá ver una casa en condiciones paupérrimas o una casa donde no tienen ni para satisfacer las necesidades más elementales, pero donde no falta la televisión, así ésta sea vieja o sin colores ocupa su trono de honor, un medio desaprovechado para el aprendizaje de la gente mayor.

Es indiscutible que las nuevas fronteras son internet y el ciberespacio, y el nuevo lema es "ser digitales". El mundo multimedia es un mundo interactivo. La computadora es una máquina mediante la cual pensamos, y que modifica nuestro modo de pensar. Aun así, no hay razón para suponer que la televisión será anulada por internet. Saortori (2007) menciona que puede estar al lado la una del otro. No se trata pues de una competencia, sino de protagonismo y de posibilidades, de atracción.

Aunque…también hay muchas personas mayores sin computadora

¿Qué pasa con otras personas que se encuentran en condiciones de pobreza en donde cuenten son sólo lo indispensable para vivir? ¿Qué pasa con aquellas personas mayores excluidas de los satisfactores de esta sociedad de consumo?

Probablemente estas personas excluidas no se acercan y quizá nunca se acercarán a una computadora y es difícil extrañar o añorar aquello que nunca se ha tenido, que no interesa o que no atrae porque no se comprende. O se tienen necesidades mucho más urgentes y básicas que poseer una computadora.

Aunque es cierto que también hay personas mayores -porcentaje bastante pequeño y que cada dia va en aume nto- que hace uso de la computadora y del internet.

Castells (2001) afirma que el uso de Internet está claramente diferenciado en términos territoriales y su uso tiene un espacio sociohistórico, y sigue la distribución desigual de la infraestructura tecnológica y la riqueza en el planeta, los excluidos siguen siendo los mismos y entre ellos también están las personas mayores. El uso de internet se está difundiendo rápidamente, pero está difusión sigue un modelo espacial que fragmenta su geografía de acuerdo a la riqueza, la tecnología y el poder y, desde luego, la edad.

Quizá aquellas personas mayores excluidas podrían optar por el rescate de sus identidades culturales, rescatar a aquellos hombres y mujeres mayores que saben leer (virtud que se ha perdido), esos hombres y mujeres que saben comprender e incluso escuchar, que saben ver, releer, reentender y volver a ver, esos hombres y mujeres grandes capaces de repetición y de memoria, de responder a lo que al principio habían comprendido, visto, leído, sabido, esos hombres y mujeres grandes que saben dar y recibir aprendizajes (Mattelart (2002).

Porque, como bien afirma Pissan (2002), todos y todas podemos acceder a cualquier información, en todas partes y en cualquier momento; pero no todos y todas tenemos acceso al medio. No todas las personas tienen acceso a la tecnología.

Quizá para muchas personas mayores resulte inoportuno que se les diga: las co mputadoras son muy buenas, ustedes pueden hacer todo desde su casa, estudiar, aprender, hablar con los demás, aprender sobre su sexualidad, entre otra s cosas. Esta inaccesibilidad hacia este medio en parte es cierta en una sociedad que no tiene la capacidad de satisfacer las necesidades vitales de una población envejecida, de una sociedad de personas mayores a las cuales se les ha excluido hasta del derecho de aprender y de incorporarse a una vida social digna (Breton, 2002) .

Como instrumento de crecimiento de nuestra cultura, es difícil saber el futuro de internet, más bien es probable que los verdaderos estudiosos y estudiosas sigan leyendo libros, sirviéndose de internet para completar datos. Aunque para muchas personas mayores resulta difícil un apasionamiento hacia la red como la pasión que surge hacia los libros de papel, los libros reales.

Y…¿qué hacer por las personas mayores excluidas?

Para empezar debe aclararse qué se entiende por personas mayores excluidas y en este caso particular, se harán dos alusiones, una, aquellas que, de manera exclusiva, no gozan de un aprendizaje virtual a través del internet (y que quizá fácilmente pueden vivir sin este medio digital) y otras, las que realmente son excluidas-excluidas, aquellas que no tiene n los elementos básicos para subsistir, aunado a su falta de afecto, de protección, de cuidado por parte de quienes les rodean y para quienes se hace necesaria una sociedad más humana y una economía más estable, ya que la volatibilidad, la inseguridad, la desigualdad y la exclusión social se dan igual que la creatividad, la innovación, la productividad y la creación de riqueza en los albores de este nuevo mundo basado en internet (Castells, 2001).

Las personas mayores pueden empezar por diseñar, contribuir y/o crear un entorno psicológico más saludable para ellas mismas y su familia. Toda sociedad debe engendrar un sentimiento de comunidad y la comunidad excluye la soledad y provee de afecto. Da a la gente mayor una sensación vital necesaria de pertenencia. Hay muchas personas de edad avanzada que se quejan de aislamiento social.

Toffler (1981) comenta que la comunidad, requiere también fuertes lazos de lealtad entre los individuos y sus organizaciones. Del mismo modo que se echa de menos la compañía de otras personas, millones de gentes se sienten hoy igualmente alejadas de las instituciones de que forman parte. Las personas mayores anhelan instituciones en donde haya respeto, afecto y lealtad.

El aprendizaje virtual para la gente grande

Aunque son una minoría, ha y personas mayores que siguen aprendiendo y tienen contactos y hasta satisfacen ratos de ocio a través del internet y la computadora. Es justo satisfacer tales necesidades, en especial aquella que se refiere al aprendizaje y de ejercer la capacidad de ingresar en un mundo compartido.

Las personas mayores que tienen el privilegio de estar en posibilidades de usar una computadora bien p ueden asombrarse al ver sus posibilidades y poten cialidades para el uso de la informática y esto representa otra alternativa para su tiempo libre.

Para la autoorganización de los grupos de personas mayores aprendientes que deseen incorporarse al uso de la computadora, se necesita tener las condiciones cognitivas mínimas para recibir esta información. Si fuera oportuno, crear herramientas informáticas de apoyo, además de utilizar otras mediaciones que faciliten este aprendizaje.

La computadora no es un instrumento de fácil manejo para las personas mayores ya que gran parte de éstas poseen niveles de escolarización medios o bajos, no han tenido contacto con esta herramienta y la comprensión de su uso resulta más complicada; además de que sus posibilidades de acceso son mínimas por los altos costos que aún implica. Aunque es posible llevar a cabo este proyecto de aprendizaje que a la vez los conducirá a nuevos aprendizajes a través del uso de la informática.

Para llevar a cabo este proyecto es necesario basarse en lo que afirma la experiencia internacional, misma que anuncia grandes beneficios para los integrantes de este grupo poblaci onal que utilizan la computadora, investigando la utilización de equipamiento económic amente de fácil acceso. Entonces, es justo diseñar y probar un modelo a favor del uso de computadoras en este grupo de edad y con las condiciones que les permitan un fácil manejo de ellas.

El aprendizaje permanente es una característica de todas las edades (Cornachione, 2006), y existen principios básicos para el aprendizaje de las personas mayores, tales como:

En este proceso la propuesta es ba sarse más que nada en centros de interés, es decir, que las personas mayores decidan qué les gusta, qué les apasiona, en fin, cuál es su atracción principal de la vida en el cib erespacio.

El Portal del aprendizaje: un sitio para gente grande

Después de llegar a la conclusión de que algunas personas mayores también pueden sentirse atraídas por el uso de la computadora y del Internet (o bien tienen necesidad de su uso), es posible proyectar y subir a la red un Portal del aprendizaje con-sentido dirigido especialmente a personas añosas, como una respuesta para encontrarle salida a una de las necesidades humanas fundamentales y más fuertemente sentidas por las personas mayores que han sufrido indiferencia, desapego, desprecio y la ausencia de afecto y también para aquellas que siguen aprendiendo sin importar la edad ni el medio a través del cual se aprende. Si bien este portal está elaborado para gente grande, puede ser visitado por personas de todas las edades, para que se den cuenta y más que nada, sepan como es la gente mayor, gente sabia, llena de ganas de vivir y de aprender, inclusive de forma virtual.

Referencias bibliográficas

Castells, Manuel (2001). La Galaxia Internet. Madrid: Edit. Arete

Cornachione, M. ((2006). Vejez. Aspectos biológicos, psicológicos y sociales. Córdoba: Editorial Brujas

Mattelart, Armand (2002) La nueva comunicación. En: I. Ramonet (Ed.). La post – televisión. Multimedia, Internet y globalización económica. Barcelona: Editorial Icaria Antrazyt. 33-46.

Pisan, Francis (2002). El ciberperiodismo. En: I. Ramonet (Ed.). La post – televisión. Multimedia, Internet y globalización económica Barcelona: Editorial Icaria Antrazyt: 103-116.

Saortori, Giovanni (2007). Homo videns. La sociedad teledirigida. México: Editorial Punto de lectura.

Toffler, Alvin (1981). La tercera ola. Bogotá: Plaza &Janes, S.A

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