Volver a la página principal
Número Aniversario (10 años!!) - Noviembre 2008

Intervención en grupos de los adultos mayores en la ciudad de Montevideo:
espacios públicos y construcción de identidad

Mónica Lladó
monllado@adinet.com.uy

Introducción

Esta comunicación intentará sintetizar la experiencia del trabajo en grupos con adultos mayores realizado por el Servicio de Psicología de la Vejez (SPV) de la Facultad de Psicología de la Universidad de la República (de Uruguay) 3 y desde esa síntesis profundizar respecto del lugar del adulto mayor en el espacio que abre el dispositivo grupal y permite analizar el lugar del viejo en el discurso social.

La intervención psicológica que se viene llevando adelante desde el año 1989 nos enseña la necesidad de implementar dispositivos (Berriel y Lladó, 2004) de trabajo con los mayores que nos permitan explorar y entender las relaciones de los mayores con otras generaciones, entre ellos y con ellos mismos. El dispositivo grupal del que hablamos supone el análisis de las ideas naturalizadas sobre el envejecer que tienen los adultos mayores y tiene el resto de la población que participa y acciona políticamente con su participación en los distintos ámbitos de la sociedad.

Para contextuar desde donde nos ubicamos a trabajar con mayores, debería reconocer primero que vivimos en una sociedad que elogia la libertad de consumo (olvidando los efectos de la exclusión de amplias zonas de la red social para muchos sujetos), donde la experiencia vital se vuelve fragmentadora y a la vez homogenizante. Esto comportaría una falla de la generatividad, según Erikson (1974, p. 112) "la generatividad constituye la preocupación por afirmar y guiar a la generación siguiente". Para Erikson, el encuentro con el otro, en estas condiciones, supondría la expansión de los intereses del yo y la producción de proyectos. Cuando este encuentro no se produce, predomina en las personas "una necesidad obsesiva de seudointimidad, acompañada con frecuencia de un profundo sentimiento de estancamiento, aburrimiento y empobrecimiento interpersonal" (Erikson, 1974, p.113). Si bien este concepto lo encontramos siempre asociado a la vejez en la bibliografía relacionada, quisiera recordar que es aplicable a los adultos en general.

Cuando hablamos de prejuicios por la vejez, deberemos estar atentos a develar cómo ellos generan en los viejos con los que coexistimos, en nosotros mismos, y por lo tanto en los viejos que seremos, sutiles efectos siniestros (Zarebski, 1999) en el psiquismo.4

Resumiendo, esperamos conseguir con nuestro programa de investigación avanzar en el conocimiento de las representaciones y ejercicios de la ciudadanía de los adultos mayores en los espacios públicos que ocupan. Estimando cuan lejos y cuan cerca están de los prejuicios, miedos, y problemas que acarrea la vejez.

Antecedentes de trabajo con grupos de adultos mayores del SPV

A continuación se mencionarán los principales antecedentes que conforman la trayectoria de reconocimiento e interrogación sobre los sentidos que la participación social tiene para el adulto mayor (a.m.) desde la experiencia de trabajo en el SPV.5

La experiencia del SPV conlleva reconocer algunas proposiciones implícitas en el encuentro 6 con los a.m.: la importancia de la red social, la importancia de la participación y la actividad, la autopercepción de salud en relación al protagonismo (social o familiar, determinante de la salud subjetiva y de la valoración de autoestima), el problema del viejismo 7.

Del trabajo del SPV con a.m. organizados en modalidades de grupos, clubes u otras organizaciones, tomaremos algunas observaciones a considerar:

Que se trabaja con una población de a.m. muy heterogénea desde el punto de vista social (nivel socio económico y educativo) y predominantemente femenina (cerca de un 90%). Ajustándose a la tendencia demográfica de feminización del envejecimiento, tendencia que se agudiza respecto a la participación social de los mayores.

Se constata a partir de una muestra representativa de los mayores de 65 años de la ciudad de Montevideo8 un 20% aproximadamente de participación en algún tipo de actividad social (fuera de su casa y de su familia).

De acuerdo a la bibliografía consultada, podría afirmarse que la escasa participación en actividades colectivas deja en situación de vulnerabilidad a los a.m.

También la dificultad de elaborar estrategias para afrontar cambios futuros, deja en situación de vulnerabilidad a los a.m.

A partir de la investigación a la que hacíamos referencia (Berriel y Pérez, 2002), se observa cómo los a.m. se sienten exigidos por la sociedad a cumplir el papel asignado a los viejos (papel adherido a posiciones reaccionarias y/o puritanas y podríamos también decir signados por una lógica subalterna: viejos sin sexo, sin futuro, habituados al sacrificio) y esto repercute en su autovaloración, viviendo la necesidad de "sentirse útiles" (fundamentalmente para su familia) como principal y muchas veces único sentido vital.

En el caso de las mujeres estos aspectos se ligan con sentimientos de vergüenza, de autocensura y censura social respecto de expresar sus emociones positivas y eróticas por ej. "por respeto a la nueva generación tenemos que tener cuidado, controlar nuestras acciones, retener nuestras emociones, para que no se avergüencen del abuelo" y respecto a la imagen corporal de los mayores, encontramos que "el cuerpo es altamente valorado como instrumento útil fundamentalmente ante necesidades y deseos de los demás" 9.

Heterogeneidad en las formas de organización de los grupos de a.m.

Problemas comunes a la gran mayoría de los a.m.: carencias de orden afectivo (soledad, falta de motivación, necesidad de sentirse útiles) y de orden económico (baja jubilación, pobreza, etc.), el tema del relacionamiento intergeneracional.

El grupo como estrategia para combatir la soledad

Problemas sociales que impactan en cada persona singularmente: dificultades económicas y sociales actuales, así como su impacto en las familias (pobreza, emigración, falta de trabajo, seguridad, entre otros).

Considerando la relevancia de contar con la integración social de las personas mayores, a partir de la afirmación (ampliamente difundida en el ámbito gerontológico) de que la participación social (Berriel, F y Lladó, M, 2004; OPS, 1994; Pszemiarower, N. y Pszemiarower, S. 1992; Rodriguez Sedano, 2001) se vuelve un elemento clave en la configuración de las condiciones de vida de las personas y por ende estimar la necesidad de un sujeto de transformación para revertir una modalidad hegemónica de envejecimiento aún vigente.

En función de como enunciamos el problema de los dispositivos grupales en relación al espacio público y la participación del adulto mayor en la sociedad, se hace necesario precisar que en este trabajo vamos a utilizar dos acepciones de espacio público. Por un lado el espacio público como espacio de representación político-social, que implica una participación social más o menos organizada y virtualizada. Por otro el espacio público como espacio a habitar, relacionado con lo urbano y que implica también un grado de participación social y de virtualidad. Si bien implican nociones diferentes y encares diferentes quiero de esta manera dejar expresa la complejidad de la idea de espacio público según desde dónde se aborde y la articulación conceptual que implica sin obligarnos en esta instancia a profundizar en ello.

Referentes nacionales

Desde el punto de vista demográfico, Uruguay, para el año 2000 contaba con un porcentaje de 17.3% de población mayor de 60 años (para ese entonces era el país de mayor edad de América) y una esperanza de vida al nacer de 70 años para los hombres y 78 para las mujeres (CEPAL, 2000). Estrictamente desde esta perspectiva, el país tiene un perfil poblacional similar al de los países desarrollados (Pérez, 1999). Respecto a su distribución territorial, el 90% de la población anciana reside en la zona urbana. Mientras que a nivel económico, el 86% de los ancianos recibe un ingreso monetario por concepto de jubilación, pensión, o renta 10; el 14% restante viven sin ingresos propios por debajo de la línea de pobreza (Leopold, 1999).

Demográficamente nos encontramos en el concierto mundial siendo participes de los cambios más significativos: el aumento en número y proporción de la población de mayores de 60 años y el aumento de la esperanza de vida (Sánchez, 2005). La ONU estudia una proyección de crecimiento más acelerado de la población mayor en los países en vías de desarrollo (Naciones Unidas, 1982) (especulando con estos números macros, está por verse, si al 2025, nos mantendremos en la proporción actual o se habrá incrementado más, según podamos colocarnos en la perspectiva de país en vías de desarrollo o nos mantengamos en la singular proporción de país desarrollado). Teniendo en cuenta estas observaciones demográficas es de esperar repercusiones políticas, económicas y culturales. Ante un fenómeno así es esperable pensar que tener tantos viejos es un problema. Podríamos convencernos de que es así, teniendo en cuenta la inteligencia de las corrientes economicistas predominantes, y efectivamente lo será si no se resuelve de otra manera el sutil equilibrio económico de nuestra pequeña nación, y no menos cierto, sino consideramos otras perspectivas de la cuestión. Pues, considero que se podría pensar en los a.m. como capital humano y social 11, y hacer valer a tanta gente preparada, con experiencia y con tiempo disponible. Contemplando esto, tal vez las erogaciones en pensiones, salud, vivienda y accesibilidad podrían considerarse de otra manera12.

Otros antecedentes nacionales relacionados, tanto desde las disciplinas del área de la salud como las disciplinas del área social que atienden problemas de salud, desarrollan estudios que describen las características de las personas mayores desde diferentes ópticas (imagen corporal, subjetivad, factores de riesgo, satisfacción de necesidades, autopercepción, etc.). Todos ellos demuestran la eficacia de la participación de los adultos mayores en las propuestas sociales participativas, como una estrategia de salud y de enriquecimiento de la calidad de vida. Si bien las observaciones corroboran este aspecto, dejan entrever las tensiones de sostener una imagen de salud y satisfacción, que se reflejan en el propio cuerpo o en la imagen que tienen de si mismos los a.m. (Algazi y, Dubourdieu, 2001) (Berriel, F. y Pérez, R., 2001). En esta línea se presentan variados estudios a nivel nacional que refrendan la importancia de programas sociales, con actividades para los a.m. y que cuenten con su participación, como elemento de prevención en salud, fortaleciendo los aspectos de salud físicos y psíquicos de los adultos mayores y los vínculos más cercanos (fundamentalmente familiares), (Nisisaki, S. y Pérez, R. ,2004), (Leopold, L., 2000), (Berriel, F.; Lladó, M., 2004), (Algazi y, Dubourdieu, 2001), (Berriel, F. y Pérez, R., 2001). (Berriel, F., 2004), (Netto, 2003). En los últimos años, los efectos de la acumulación de experiencia de un colectivo de adultos mayores más activos y participativos empiezan a ofrecer la posibilidad de pensar en un sujeto productivo y asociado al cambio. (Berriel, F.; Lladó, M., 2004) (CICAM, 2004)

Se podría decir que coexisten y predominan dos modelos paradigmáticos de la vejez, uno que representa lo más conservador en las diferentes representaciones sociales de los mayores y sostiene un modelo de deterioro y otro que busca romper con este. Por otro lado de acuerdo también a investigaciones recientes (Berriel y Perez, 2001) y (López Gómez, A. et Alt., 2006) se constataría cierta vulnerabilidad y agregamos nosotros desinstrumentalización para poder ejercer todos su derechos y en particular generar otras modalidades de presencia en el espacio público. Así como también reconocer el papel que juegan las organizaciones sociales y las políticas públicas para revertir esa situación. En función de esto, interesará saber cómo estos modelos construyen un ideal identitario y determinan la presencia de los adultos mayores en el espacio público.

Protagonismo social y Formas de organización

En relación a las iniciativas políticas públicas, se puede encontrar a nivel nacional que existen diferentes organizaciones que fomentan la participación de los adultos mayores, de diferentes clases. A nivel estatal 13 existen programas de promoción de la asociación y facilidades de recursos para el desenvolvimiento social de los mayores a través de dependencias del Banco de Previsión Social (BPS), Área de Promoción Social, desde 1986, y de la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM) Secretaría del Adulto Mayor, desde el año 1990. Estas líneas de promoción están en estrecha coordinación con organizaciones sociales gremiales como la Organización Nacional de Asociaciones de Jubilados y Pensionistas del Uruguay (ONAJPU) que realiza actividades gremiales tendientes a la reivindicación de los derechos de los adultos mayores 14. Estas organizaciones se preocupan fundamentalmente de los temas de la seguridad social, la vivienda y la salud de los adultos mayores. También existen otras organizaciones sin fines de lucro de mayor o menor envergadura que por citar alguna, mencionaremos dentro de las más reconocidas la iniciativa de la UNI3 (Universidad de la Tercera Edad) que funciona desde 1983 en nuestro país y procura satisfacer las necesidades de los adultos motivados en el aprendizaje y crecimiento personal, ofreciéndole herramientas para enfrentarse a los cambios personales, sociales y culturales. Con algunas semejanzas, el Centro Interinstitucional de Colaboración con el Adulto Mayor (CICAM), fundado en 1991. Dentro de este tipo, existen un sinnúmero de organizaciones barriales, o asociadas a colectividades étnicas o religiosas que ofrecen una profusa gama de servicios sociales de tenor recreativo, que en ocasiones llegan a promover acciones sociales y políticas que atienden variados problemas sociales generando alternativas beneficiosas (este tipo de organizaciones pueden ser fundadas hasta hace más de 20 años). Organizaciones y acciones hacia el colectivo de mayores tuvieron su despegue en todo sentido con la promoción estatal por las recomendaciones internacionales de la Organización de Naciones Unidas en la 1ª Asamblea Mundial para el envejecimiento en el año 1982 y más tarde con las pautas de promoción para la campaña de1999, "Año Internacional de las personas de edad" (en estas estrategias ha sido fundamental el apoyo de las organizaciones sociales de a.m.).

De este relevamiento de antecedentes se plantea la cuestión de convertirse el a.m. en un actor social que transforme su realidad y la de su entorno. ¿Cuál sería el rol de los profesionales que trabajamos en el tema? ¿Que redes, apoyos, alianzas, etc. con el contexto social, cultural y político-económico habría que fortalecer? ¿Cómo se juegan los roles del estado y la sociedad civil respecto a la participación social del a.m.? ¿Qué incidencia tiene la participación social de los a.m. para la sociedad? ¿Cómo entran en conflicto los discursos sociales respecto a la vejez, y las relaciones intergeneracionales en el contexto actual de cambios vertiginosos a nivel tecnológico y de la información?

Espacios urbanos

Se consideran aquí algunos aportes de algunos investigadores que han avanzado ya en una perspectiva interdisciplinaria en la investigación urbana. Dichos autores argumentan el abordaje interdisciplinario y trabajan la idea de espacio intensivo que permite incluir diferentes dimensiones (social, subjetiva e histórica) para trabajar la idea de reapropiación y producción colectiva de los espacios vitales comunes (Raggio y otros, 1998).

Otro elemento que aportan los planteos de Raggio (2001) es que en la sociedad actual el problema de la estabilidad o variabiliad de la identidad cultural de los colectivos humanos quede desplazado por el problema de "la velocidad de los procesos de cambio respecto de las posibilidades de asimilación de sus actores" (Idem, pag. 7). En este sentido relacionado a la cuestión del lugar del adulto mayor en la sociedad y su capacidad de adaptación transformadora a ella requerirá de espacios sociales que habiliten las condiciones colectivas para elaborar la avalancha de cambios tecnológicos y culturales con el resto de la sociedad a velocidades saludables. Recordamos a su vez el efecto morigerador que ofrecerían los mayores en esos procesos colectivos, recordando a Speier (1990).

Relacionado a los aspectos psicosociales de habitar distintos espacios en la ciudad, el trabajo de Susana Rudolf (2002) realiza un aporte en que articula las nociones de identidad y las necesidades de participación social, desde una perspectiva comunitaria y de la psicología ambiental.

Desde la perspectiva sociológica, resulta ordenador, a la hora de pensar la sociedad urbana, el trabajo de Danilo Veiga (2000). Allí se plantean algunas reflexiones sobre procesos sociales emergentes respecto a las desigualdades sociales, a las políticas públicas, a las transformaciones urbanas y a los elementos estratégicos para definir una agenda de investigación sobre procesos sociales en las ciudades. El trabajo sistematiza los referentes teóricos y políticos que permiten pensar estos problemas frente a los cambios estructurales de las sociedades latinoamericanas. Nos parece interesante destacar algunos temas que serán comunes para el estudio que aquí nos concierne, fundamentalmente en relación a la reestructuración demográfica, a las configuraciones de nuevas pautas de "cultura urbana", los impactos de la globalización y la emergencia de problemas sociales y de vulnerabilidad en las ciudades. Enfatizando así la complejidad cultural al interior de las sociedades. Concluirá Veiga, entre otras cosas en la necesidad de estudios comparativos e interdisciplinarios, y de proyección de escenarios de futuro para nuestra sociedad (Veiga, 2000).

En una primera revisión de la bibliografía nacional nos encontramos que hay poca investigación que articule la participación social del adulto mayor en el espacio público, por lo menos lo más cercano sería un estudio desde una perspectiva sociológica en relación participación social/uso de los espacios públicos abiertos en la ciudad de Montevideo 15. Dentro de las excepciones econtramos la investigación "Indicadores Urbanos de género. Instrumentos para la gobernabilidad urbana" realizada por un equipo de investigadoras de la Facultad de Ciencias Sociales (FCS) en coordinación con Red Mujer y Hábitat de América Latina y la Comisión de la Mujer de la IMM. Así como la investigación de Filardo. V. et alt. (2005) que trabaja el problema del uso y apropiación de los espacios urbanos desde una persepctiva de clases de edad más centrado en la juventud.

Participación social del adulto mayor

La investigadora Adriana Fassio (2001) trabaja sobre la emergencia de las organizaciones de adultos mayores en la sociedad civil como alternativa de participación ciudadana. Su investigación describe y explica el fenómeno de Centros de Jubilados/ Asociaciones de la Tercera Edad existentes en la Ciudad de Buenos Aires. Supone que las organizaciones de adultos mayores (OAM) son una tentativa de respuesta a las formas de exclusión del colectivo de las personas de edad (sobre la idea de reconocimiento de identidades plurales que toma de Duschantzky (2000). Aunque va más allá, aportando una visión crítica de las OAM, en las que si bien ve en ellas una estrategia de inclusión de la población mayor, les reconoce ciertas debilidades compartidas con el resto de las organizaciones de la sociedad civil. Aún así la investigación resalta que pese a esas debilidades organizacionales fundamentalmente en relación a la capacidad de gestión, las OAM evidencian potencial para desarrollar proyectos sociales.

En una misma línea de trabajo pero con otro nivel de cuestionamiento, Patricio Rey (2000), advierte de la invisibilidad del adulto mayor como ciudadano. En este sentido el autor busca pararse desde una perspectiva epistemológica y metodológica que permita profundizar determinados temas como: el ejercicio de los derechos humanos de los a.m. en particular en los contextos de exclusión, la relación del ejercicio de esos derechos y las organizaciones sociales de a.m., así como el papel del estado. Estas preocupaciones giran en torno a una redefinición del espacio público, en el que el estado ya no juega el papel de protector y en el que la sociedad civil produce diversos y parciales focos de acción social (Rey, 2000). Desde esta perspectiva, Rey (2000) ensayará una suerte de genealogía de cómo el adulto mayor se convierte en un sujeto social, discutirá sobre la gestión social y relevará en profundidad las características de los actores de dicha gestión para la sociedad chilena. Concluyendo su estudio, precisa la diferencia entre sujeto social y actor social (esto último en el sentido de ejercicio de ciudadanía), cuestionándose sobre cuales serían las mejores estrategias para lograrlo y que lugar tendrá el estado y las otras generaciones en relación a la acción social de los mayores. Llegando así a conclusiones similares a las que se llegaron en el análisis desde la experiencia de participación social de los a.m. en Uruguay.

Accesibilidad en los espacios urbanos

Un capitulo importante de la gerontología y puente para articulación con disciplinas como la arquitectura y el urbanismo, es la problemática de la accesibilidad en las ciudades actuales para la vejez, así como el diseño accesible de su hábitat.

Desde la perspectiva de la arquitectura, el tema de la vejez en las ciudades preocupa en relación al creciente envejecimiento poblacional, haciendo necesario pensar como favorecer la adaptabilidad de las personas a su entorno inmediato y las condiciones urbanas, considerando sus progresivos deterioros físicos y/o mentales. De esta manera, (la arquitectura) comienza a plantearse, generar ámbitos estimulantes de la actividad física y mental, también en la vejez. Esta postura busca trascender las habituales de la arquitectura, preocupadas solo en los requerimientos de seguridad y eliminación de barreras para un desempeño senil adecuado. Buscan así, pensar proyectos que además de contemplar las limitaciones físicas o cognitivas, puedan promover curiosidad y disfrute, intentando eludir las barreras, en este caso del propio modelo deficitario de la vejez (Escudero, 2003). Si bien intentan una visión que contemple las necesidades de buena parte de la población mayor e intentan una postura menos prejuiciosa de la vejez, todavía no han dado el salto de pensar espacios de interacción del viejo con otras generaciones (que requerirá a su vez un abordaje interdisciplinario).

Del estudio de Escudero (2003) se desprenden algunas cuestiones que adquieren mayor relevancia en la relación del a.m. con su ambiente físico inmediato (casa, barrio). Dentro de los que constan: la identidad y la permanencia, la necesidad y la resistencia del cambio de vivienda, así como la procedencia de los a.m. de estructuras familiares tradicionales. Por otra lado la autora reflexiona acerca de cómo serán las próximas generaciones de viejos que deberán lidiar con la tendencia actual de familia mononuclear, con el aumento de movilidad urbana, la inestabilidad del empleo y la incidencia de los medios masivos de comunicación (Escudero, 2003). Para el caso uruguayo, ya se registran hoy en los mayores, porcentajes elevado de gente que vive sola, fundamentalmente mujeres (INE, 1996) (esto en parte por la mayor expectativa de vida de las misma y por los efectos migratorios registrado con mayor fuerza en los últimos años).

También hay profusa bibliografía sobre el tema de lo urbano en relación a la accesibilidad. Donde se corre el riesgo de perder las perspectivas psicosocial y cultural, restringiendo el problema de la accesibilidad al deterioro y la discapacidad. Estos autores de diferentes disciplinas por lo general quedan atrapados en una perspectiva medicalizada de la sociedad y en particular cuando se trata de la problemática de la vejez. De todas maneras no sería un punto menor ya que ciertas limitaciones funcionales en la vejez generan una gran inseguridad.

Podría decirse que existe en este punto una paradoja, por un lado se medicaliza la vida cotidiana (Mainetti, 2006) (Frigeiro, A., 1997) y eso incluye a la vejez como forma de mejorar la calidad de vida y ganar en salud, y por otro, la misma medicalización contribuye a la valoración negativa de la vejez. Así se termina esperando la fuente de la eterna juventud, pero esta vez depositado en el mito del avance de la tecnología médica, y finalmente evitando y negando la vejez.

En la búsqueda de accesibilidad y bienestar para el adulto mayor se pueden apreciar algunas experiencias, a nuestro entender de ghetización de los a.m. (Lladó, 2000). Como se puede encontrar en EE.UU., que ha decretado por Ley Federal, la promoción de pueblos de viejos, en los que no puede haber residentes menores de 18 años, sólo un 20% de casas de mayores de 43 años y el resto ocupadas por mayores de 55 años (Otchet, 1999). De estas experiencias se pueden apreciar ventajas y desventajas, por un lado la convergencia de intereses y por otra la falta de diversidad en edades, nivel social y raza, señala Otchet (1999), teniendo en cuenta que se trata de comunidades privadas accesibles sí, pero solo para un sector de la población de adultos mayores.

Estrategias de integración

El incremento de la expectativa de vida acarrea el problema de darle sentido a la misma, especialmente en una sociedad en que pese a los anuncios finalistas, el trabajo sigue siendo central y organizador de las vidas de las personas. Siendo la jubilación el paso a la condición de pasivos y por ende el rotulo de improductividad cae pese a todo sobre la representación del jubilado. Sumado a esto, se han promovido dentro de las políticas de salud (OMS, 1993) consignas respecto a las políticas sociales y de salud que promueven la idea de darle vida a los años. Siendo así se han desarrollado en el mundo pero fundamentalmente en los países desarrollados sistemas de prevención social que contemplan redes de apoyo para los a.m., programas que estimulan estrategias de adaptación e integración a la comunidad, promoción de organizaciones formales e informales autogestionadas por a.m., programas de apoyo comunitario a la familia del a.m., programas de intercambio intergeneracional. Programas que estimulen el desarrollo de proyectos e iniciativas productivas, culturales o educativas. (Gracia, 1997)

Desde el aspecto de promover la integración social del adulto mayor, Predominan en el enfoque de la intervención comunitaria, la educación que promueva cambios en las actitudes sociales hacia la vejez, por un lado y por otro la elaboración de políticas públicas que beneficien a los a.m. (Sánchez, 2005). Respecto a las políticas públicas a su vez se abre una gama de valoraciones que marcan importantes diferencias respecto a como abordar la problemática de la vejez (Lloyd-Schelock, 1999). Por otro lado, Sánchez (2005) plantea algunas recomendaciones de lo que debieran contemplar las políticas publicas para los a.m. entre ellas: que los servicios sociales para los mayores consideren y fortalezcan la integración del a.m. a su familia y su comunidad, evitar las instituciones y programas sociales segregacionistas, promover la integración de los a.m. a la sociedad, fortalecer económicamente a los a.m. como forma de conservar su independencia, capacitar al personal que se ocupa de los a.m.

Otras estrategias de integración tienen que ver con desarrollar el potencial de adaptación, creatividad y producción de los a.m. en este sentido las investigaciones de José Yuni (2000, 2005), abordan la problemática de la educación para adultos mayores como campo emergente que refuta a las políticas neoliberales. Desde esta línea se investiga y contribuye al desarrollo de la educación para mayores, se observa como las instituciones del sector público tanto como organizaciones de la sociedad civil se procuran el acceso a recursos educativos que en ocasiones llegan a constituir proyectos autogestionados por las últimas (sin dejar de considerarlos con una visión crítica y exhaustiva, que se tendrá en consideración para futuros análisis). Estos proyectos pueden producir una serie de impactos a nivel social así como contribuyendo a la adaptación de los mayores como a su capacidad de transformar y transformarse. De esta manera Yuni (2000) afirma que este tipo de experiencias, como fenómenos de naturaleza política, tienden a la constitución de sujetos políticos y en este sentido a la construcción de nuevas subjetividades sobre la vejez.

La identidad y los grupos

Al plantear la coexistencia de las tensiones de una identidad cuestionada por una imagen desvalorizada de la vejez

Partimos de la idea que el problema de la identidad implica la coexistencia de tensiones que en le caso de las personas que envejecen se les suma la imagen desvalorizada que repercute en cada sujeto y por las exigencias sociales de productividad. De esta manera la identidad se encuentra tironeada por las exigencias de un mundo cada vez más acelerado y exigente en el que el proyecto colectivo se vuelve más complejo. Identidad que también se ve diezmada ante la falta de reconocimiento interpersonal y también institucional, en la medida que mayoritariamente las instituciones no contemplan ni consideran a las personas en general ni a los a.m. en particular, como sujetos autónomos, políticos y deseantes (Touraine, 1998) (Castoriadis, 1991, 1997). La noción de sujeto que propone Alain Tourain permite articular de esta manera en el sujeto, su identidad individual y colectiva.

¿Pero qué pasa cuando la sobremodernidad empuja al sujeto a un vaciamiento de sentido, aun repliegue individualista en el que se pierde él y el otro?

Lo previo al objeto que planteara Augé (1998), lo pensamos reconociendo las relaciones que incluyen al sujeto en una red de significados y conflictos. De ahí que el dispositivo grupal sea el que nos resulta más apropiado para trabajar desde estas perspectivas.

La temporalidad distorsionada por los efectos de los medios masivos, el tiempo que se comprime, nos permite vivir en simultáneo, en forma virtual. Genera distorsiones imaginarias respecto al paso del tiempo, y si el tiempo sirve es sólo para ser coleccionista de cuanta cosa pueda circular por ahí, la vejez se evita con cirugías plásticas, tratamientos rejuvenecedores, e implantes genéticos. Aún así no podemos resolver la angustia que provoca el envejecimiento, en eso que tiene de cuestionador desde lo corporal, y nos increpa desde el espejo, y desde el encuentro en el espacio público ¿quien sos ahora? ¿qué haces? ¿de dónde venís? ¿a dónde vas? Así, algo hay de la vejez o del trabajo con viejos que nos enfrenta al cuestionamiento de nosotros mismos, y a su vez nos compromete como intelectuales y como sujetos.

Al abordar el tema del envejecimiento en los grupos procuramos considerar el trabajo existencial de los hombres, que al decir de Castoriadis consistiría en aceptar que "la vida contiene e implica la precariedad del sentido en continuo suspenso, la precariedad de los objetos investidos, la precariedad de las actividades investidas y del sentido del que las hemos dotado" (Castoriadis, 1993). Desde esta perspectiva sería posible considerar un proyecto de vida posible en la vejez, al aceptar la precariedad de todos los proyectos, en todas las edades. Y a la vez aceptar el potencial transformador de los proyectos colectivos. (Berriel, Lladó, Pérez, 1995)

Desde una perspectiva cultural, la cuestión de lo diferente y lo mismo, se convierte en un punto de encuentro para pensar la identidad como algo en construcción y no como algo dado de una vez y para siempre. Consideramos pecando de extrapolar, que esta afirmación es válida tanto para los procesos personales como colectivos.

Por otra parte, el problema de la vejez no debería quedar sólo en un problema de ignorancia y de prejuicios, si fuera así igual sería consecuencia de relaciones de poder, que no son lineales que son atravesadas y enredadas en todas las relaciones sociales, y por lo tanto también en las posibilidades de enunciación de cada colectivo.

El desafío en el grupo y en el colectivo será cómo abordaremos estos aspectos, que hacen a las constantes vitales de las personas, y a la posibilidad de trabajar sobre la desarticulación de las construcciones subjetivas que dejan marcas en el cuerpo y determinan lugares sociales.

¿En qué espacios simbólicos de la sociedad quedan los viejos? En el contexto de las sociedades actuales, que Augé (2004) nomina de sobremodernidad, en función de los "excesos" (la superabundancia de acontecimientos, la superabundancia espacial y la individualización de las referencias). En este sentido, el autor incorpora la necesidad de pensar cómo estos cambios "han afectado a las grandes categorías a través de las cuales los hombres piensan su identidad y sus relaciones recíprocas" (Augé, 2004, p16).

Si consideramos entonces como los efectos de la sobremodernidad impactan en las identidades y en los modelos relacionales e identificatorios, nos lleva a pensar en que diferentes maneras de posicionarse ante la realidad y la participación social se agencian los adultos mayores. Esto es críticamente central en el envejecimiento, dando lugar a opciones por la participación, pero también a posicionamientos pasivo – dependientes concordantes con una modalidad hegemónica de envejecer que, aunque cada vez más cuestionada, se mantiene aún vigente en nuestra sociedad. Esta última alternativa, además, encastra y se ve reforzada por cierto tipo de medicalización del envejecimiento, configurando un escenario en el que por un lado se aborda de forma asistencialista a los adultos mayores y, por otro, estos últimos, depositan, canalizan hacia el sistema de salud una serie de necesidades, expectativas y problemas que éste no podrá resolver, o lo intentará recurriendo a alguna de las herramientas de las que dispone.

Concluyendo, a la hora de trabajar en grupos y colectivos nos encontramos con obstáculos para la participación. Más arriba señalábamos los contextos sociales e imaginarios que obstaculizan la participación de las personas en general y de las personas mayores en particular. En otro trabajo planteábamos que no sólo estamos sometidos a esas condiciones sino que también las deseamos, en este sentido nosotros mismos tendremos que superar nuestras propias contradicciones o por lo menos ser concientes de ellas. (Berriel, Lladó, 2004)

El dispositivo de trabajo grupal nos permite centrarnos en el análisis y en la cuestión de las lógicas prácticas, e intentar producir instancias donde ejercitar colectivamente prácticas instituyentes. Pero recordamos que no sólo las personas envejecen, también la capacidad instituyente envejece, a riesgo de clausurar el potencial transformador.

Notas

1 Artículo publicado en: Facultad de Psicología de la Universidad de la República (2007) Envejecimiento, Memoria colectiva y construcción de Futuro. Memorias del II Congreso Iberoamericano de Psicogerontología y I Congreso Uruguayo de Psicogerontología. Montevideo: Psicolibros Universitario, pp.45-58

2 Licenciada en Psicología. Prof. Adj. del Servicio de Psicología de la Vejez, Facultad de Psicología de la Universidad de la República (UDELAR). Psicóloga de la Unidad de Psicología del Centro de Asistencia del Sindicato Médico del Uruguay. Maestranda de Antropología de la Cuenca del Plata de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la UDELAR.

3 Algunos fragmentos de este trabajo forman parte de mi proyecto de tesis sobre Representaciones de los Adultos Mayores de los espacios públicos en la Ciudad de Montevideo para la Maestría de Antropología Social de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la UdelaR.

4 Cuando hablamos de efectos siniestros nos referimos al sentido psicoanalítico de siniestro u ominoso, es decir aquello conocido que se vuelve desconocido y nos genera ansiedad y/o miedo, siendo algo intrínseco a nosotros mismos, pero que opera desde lo inconsciente (Freud, 1919).

5 La creación del Servicio de Psicología de la Vejez (SPV) de la Facultad de Psicología de la UDELAR en 1994, se ajusta a un programa de investigación sobre la problemática de la vejez desde la perspectiva psicológica en el Uruguay (Berriel, F., Leopold, L., Lladó, M., Pérez, R. , 1993); que se propone desarrollar investigación original en el campo del envejecimiento, así como construir y profundizar un discurso psicológico en el campo del envejecimiento y la vejez, entendiendo el abordaje de la problemática del envejecimiento como campo de producción de subjetividades.

6 El mero hecho de utilizar la palabra encuentro refiere a un posicionamiento metodológico y ético en el trabajo con una población que se reconoce y reconocemos afectada por la discriminación por vejez o viejismo (traducción que hace Salvarezza (1996) del termino que acuñara Butler en 1973 (en Salvarezza, 1996) de ageism.

7 El prejuicio sobre la vejez, conocido por "viejismo", se trata del "conjunto de prejuicios y discriminaciones que se aplican a los viejos simplemente en función de su edad" (Salvarezza, 1996) Por efectos de estos prejuicios y negaciones, lo temido se proyecta en otros, se vuelve extraño. Lo feo, lo malo, lo temido equivalen a No Yo. Los viejos son otros. Esto funciona a manera de profecía auto-cumplidora. Que en la cotidianeidad del viejo, opera a nivel psíquico, corporal y vincular, construyéndose así un imaginario social respecto a la vejez.

8 Según datos de la Investigación Envejecimiento, cuerpo y subjetividad, a caro de los Prof. Psic. Fernando Berriel y Robert Pérez, publicada en la Revisita Universitaria de Psicología -2ª época. Nº 1 -junio 2002.

9 Ídem.

10 No quiere decir que los ingresos que reciben en la mayoría de las veces sean suficientes. (SERPAJ, 1997) http://www.serpaj.org.uy/inf97/indice.htm

11 Expreso esta idea a riesgo de caer en el error de especular por los adultos mayores.

12 Por otra parte no hay estudios que planteen la relación económica o el peso para la sociedad de tales desequilibrios demográficos, considerando algunos aspectos como: la mayor parte de la población mayor del Uruguay cobra jubilación y esto implica para muchas familias la entrada fija principal, asimismo los ingresos que puedan significar las jubilaciones europeas que cobran algunos inmigrantes afincados en el país o las remesas que se envían del exterior para sostener a nuestros viejos.

13 Solo se hará referencia a los recursos a nivel de la ciudad de Montevideo, más allá que el apoyo del BPS sea a nivel nacional. En relación al apoyo de las intendencias a este colectivo es variado en los distintos Departamentos, encontrando grandes diferencias, desde algunos que cuentan con tantos recursos como en la capital, hasta otros que prácticamente no fomentan ningún tipo de recursos sociales.

14 Además de considerar que la ONAJPU recoge la experiencia de una clase obrera organizada, también se nutre de una herencia nacional signada por una política de estado benefactor, que se refleja, podríamos decir, en la participación activa de los jubilados en el BPS (con voz y voto) y que resulta así un impulso organizador y promotor de las organizaciones de jubilados.

15 Se trata de un estudio comparado 5 ciudades del MERCOSUR. El equipo de investigadoras uruguayas pertenece al Área de Género del Departamento de Sociología de la FCS, y lo integran: la Soc Rosario Aguirre, la Dra. Karina Batthyany, y las Soc. Lorena Alesina y Lucia Scuro. Dicha información es obtenida a partir del Seminario Regional "Mujeres y varones en los espacios públicos de la ciudad", realizado en la IMM el 14 de mayo de 2004.

Bibliografía

ALGAZI, I. Y DUBOURDIEU, M. (2001) Motivación y Salud para los Adultos Mayores. Ed. F/D. Montevideo.

AUGÉ, M. (1998) 1994 Hacia una Antropología de los mundos contemporáneos. Ed. Gedisa, Barcelona.

_________ (2004) 1992 Los no lugares. Espacios del anonimato. Una antropología de la sobremodernidad. Ed. Gedisa. Barcelona.

BERRIEL, F. (2004) El grupo en el curso de las intervenciones. Un espacio táctico de articulación. En: Berriel, F. (comp., 2004) Grupos y Sociedad. Intervención Psicosocial y debates actuales. Montevideo: Nordan, pp. 204-209

BERRIEL, F., et alt. (2005) Plan de desarrollo académico del Servicio de Psicología de la Vejez. Período 2005-2006. Montevideo. Facultad de Psicología. Mat.mim.

BERRIEL, F., LEOPOLD, L., LLADÓ, M., PÉREZ, R. (1993) Proyecto de Servicio de Psicología de la Vejez. Montevideo, Facultad de Psicología. Mat. Mim.

BERRIEL, F.; LLADÓ, M. (2004) "La participación de los Adultos Mayores: vicisitudes en la construcción de sujetos de cambio", En Facultad de Psicología (2004) VII Jornadas de Psicología Universitaria. Montevideo: Tradinco.

_________ (2003) El potencial de los colectivos de Adultos Mayores. Ponencia en la Intendencia Municipal de Montevideo en el marco de las actividades del "Programa social – comunitario de abordaje de problemáticas y construcción de estrategias en el campo del envejecimiento y la vejez en el Uruguay", financiado por CSEAM-UDELAR.

BERRIEL, F., LLADÓ, M., PÉREZ, R. (1995) Por los viejos tiempos. Reflexiones de la Práctica Psicológica en el campo de la vejez. En: Facultad de Psicología. UDELAR: Publicación de las Segundas Jornadas de Psicología Universitaria. Agosto 1995. Montevideo

BERRIEL, F. Y PÉREZ, R. (2001). Adultos Mayores Montevideanos: Imagen del cuerpo y red social. En: Universidad de la República. Facultad de Psicología (2002) Revista Universitaria de Psicología. 2. 1.

CASTORIADIS, C. (1997). El avance de la insignificancia. Eudeba. Bs.As.

________________ (1971) El mundo fragmentado. Ed. 1993. Nordam. Montevideo.

________________ (1991) Poder, política y autonomía. En: El lenguaje libertario 2. Filosofía de la protesta humana. Christian Ferrer (Comp.). Nordan.Montevideo.

CEPAL - Comisión Económica para América Latina y el Caribe (2000) Cómo envejecen los uruguayos. Montevideo.

CICAM - Centro Interinstitucional de Colaboración con el Adulto Mayor. (2004) Siempre. Revista de CICAM. Nº 2 junio 2004. Montevideo

DUSCHATZKY, SILVIA (Comp.) (2000). Tutelados y asistidos. Programas sociales, políticas y subjetividad. Paidos. Bs. As.

DELGADO, M. (1999) El animal público. Anagrama. Barcelona.

ERIKSON, E. (1974), "Identidad, juventud y crisis". Ed. Paidós. Bs.As

ESCUDERO, J. M. (2003). Los viejos en su casa, en su ciudad. Scripta Nova. Revista electrónica de geografía y ciencias sociales. Universidad de Barcelona, 1 de agosto de 2003, vol. VII, núm. 146(203). <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-146(103).htm> [ISSN: 1138-9788]

FASSIO, A. Redes Solidarias Entre Pares. ¿Una Alternativa De Inclusión Social Para Las Personas De Edad? Ponencia presentada en el III Encuentro de la Red Latinoamericana y del Caribe de la Sociedad Internacional de Investigación del Tercer Sector, Buenos Aires, 12 al 14 de septiembre de 2001.http://www.lasociedadcivil.org/new_index.phtml?ac=ciberteca&querystr=&querycampo=c.autor&querycat=7&x=14&y=8.

FILARDO, V. et Alt. (2005) Las clases de edad y el uso de los espacios urbanos. Análisis de cinco grupos de discusión. Documento de Trabajo. http://www.rau.edu.uy/fcs/soc/Publicaciones/Documentos/DocTrab75.doc.

FRIGERIO, A. (1997) Modernos, racionales y excluyentes: Medicalizacion y temas culturales Ponencia presentada en el V Congreso Argentino de Antropología Social COMISION: ANTROPOLOGIA Y SALUD. Universidad Nacional de La Plata La Plata, 29 de julio al 1 de agosto de 1997 http://www.naya.org.ar/

GRACIA, E. (1997) El apoyo social en la intervención comunitaria. Paidos. Barcelona

FREUD, S. (1919). Lo siniestro. En Obras Completas. Biblioteca Nueva. Ed. 1974. Madrid.

KRZEMIEN, D. (2002) Consideraciones generales sobre el concepto de salud en la vejez http://psicomundo.com/tiempo/ Rev.Tiempo Junio 2002 Número 10 - (agosto, 2002)

LEOPOLD, L. (2005): El trabajo: producción y consumo de las relaciones. En: Trabajo y Subjetividad, Schvarstein, L. y Leopold, L. comp., Paidós, Buenos Aires.

__________ (2000). Gerontología Latinoamericana. Teoría y práctica. Ed. Multiplicidades. Montevideo.

__________ (1999). Formación Profesional. El caso de la Gerontología. Estudio de necesidades y aportes para un diseño curricular. Ed. Multiplicidades. Montevideo.

LÉVI-STRAUSS, C. (1981) 1977, Seminario. La identidad, Ed. Petrel, Barcelona.

LLADÓ, M. (2004) ¿Qué entendemos cuándo se habla de factores que favorecen un buen envejecimiento? En: Pérez, R. (Comp.) Gerontología en Uruguay. Una construcción hacia la interdisciplina. Ed. Tradinco. Montevideo.

__________ (2000) Las Edades de Hércules. En LEOPOLD, L. Gerontología Latinoamericana. Teoría y práctica. Ed. Multiplicidades. Montevideo.

LLOYD-SHERLOCK, P. (1999). Ancianidad y pobreza en el mundo en desarrollo. Centro Interdisciplinario para el Estudio de las Políticas Publicas. Madrid

LÓPEZ GÓMEZ, A. (Coord.) (2006) Proyecto Género y generaciones. Reproducción biológica y social de la población uruguaya. Ed. Trilce. Montevideo

MAINETTI, J. A. (2006) La medicalización de la vida. http://electroneubio.secyt.gov.ar/medicalizacion_de_la_vida.doc. Electroneurobiología 2006; 14 (3), pp. 71-89; URL <http://electroneubio.secyt.gov.ar/index2.htm>

NACIONES UNIDAS (1982) Informe de la Asamblea Mundial sobre el envejecimiento de la población, Conferencia 31, Viena.

NETTO, C. (2003) Redes sociales, salud y participación. Un análisis crítico. En: Sosa, A. y otros, La salud de todos: desde el proyecto a la acción. La experiencia de Montevideo. Montevideo: IMM /UE/IDH.

NISISAKI, S. Y PÉREZ, R. (Ed.) (2004) Gerontología en Uruguay. Una construcción hacia la interdisciplina. Montevideo: Psicolibros.

OMS –Organización Mundial de la Salud (1993) Salud para todos. Objetivos de la estrategia regional europea de la salud para todos. Copenhague: OMS.

O.P.S. La Atención de los Ancianos: Desafío para los años noventa. Washington 1994.

OTCHET, A. (1999). Estados Unidos ¡que siga la fiesta!. En: Rev. El Correo de la UNESCO, Enero 1999.

PÉREZ, R. (2005) "Adultos Mayores: Participación e Inclusión Social" - Proyecto presentado al Llamado a Proyectos de Extensión Universitaria bienio 2005-2006 de la Comisión Sectorial de Extensión y Actividades en el Medio.

__________ (2005) Adultos Mayores: Participación e Inclusión Social. Un recorrido de 11 años en extensión universitaria. Red Latinoamericana de Gerontología Sitio WEB. Octubre de 2005. Disponible en URL: http://www.gerontologia.org/portal/archivosUpload/concursoRLG/ organizaciones/Adultos_Mayores_Participacion_e_Inclusion_Social.pdf

__________ (1999) Una experiencia de extensión universitaria en el campo de la gerontología. Algunos aspectos teóricos y metodológicos. Revista electrónica de Psicogerontología Tiempo, Nº 3 (setiembre de 1999): http://www.psiconet.com/tiempo

PSZEMIAROWER, N.P. y PSZEMIAROWER S.N. Calidad de Vida y Desarrollo en la Vejez. En Revista Geriátrica, 1992; 8 (1): 33 - 37.

Raggio, A. (2001) CULTURA, IDENTIDAD Y LOGICAS IDENTIFICATORIAS. Trabajo inedito.

RAGGIO, A., LAUMANN, I. Y LAROCCA, A. (1998). Notas para un programa de investigaciones urbanas. De la complejidad a la interdisciplinariedad. En: Revista de Investigación, Nº 1, U.A.I., Montevideo: Facultad de Psicología -UdelaR.

REY, P. (2000) Adulto mayor , ¿con traje de ciudadano?. En: Leopold, L. Gerontología Latinoamericana. Teoría y práctica. Ed. Multiplicidades. Montevideo.

RODRÍGUEZ SEDANO, A. (2001) Entorno a la socialización de la tercera edad. Departamento de Educación. Universidad de Navarra. Curso de Gerontología. Marzo 2001. http://www.unav.es/educacion/sociedu1/textos/socializacion_tercera_edad.rtf

RUDOLF, S. (2002). Vivir en un asentamiento: ¿problema para la psicología? Aspectos psicosociales vinculados a la calidad de vida. En: Universidad de la República. Facultad de Psicología (2002) Revista Universitaria de Psicología. 2. 1.

SALVAREZZA, L. (Comp.)(1998) La Vejez. Una mirada gerontológica actual. Paidós. Bs. As.

SALVAREZZA, L. (1996) Psicogeriatría. Teoría y clínica. (3º ed.). Paidós. Bs. As.:

SÁNCHEZ, C. (2005) 2000. Gerontología Social. Espacio. Bs.As.

SERPAJ (1997) Los Adultos Mayores en el Uruguay http://www.serpaj.org.uy/inf97/indice.htm

SPEIER, N. (1990) "Comunicación trigeneracional y prevención. Su función en la infancia y juventud. Espacio web de la Federación Latinoamericana de Psicoterapia Analítica de Grupo. web site: www.flapag.com

TOURAINE, A. (1998) 1997 ¿Podremos vivir juntos? Ed. Fondo de cultura Económico. Bs.As.

VARGAS, J.H. (2000) Los procesos participativos como construcción social en las personas mayores http://psicomundo.com/tiempo/ Rev.Tiempo Número 6 - Noviembre 2000 (febrero, 2001)

VEIGA, D. (2000) Hacia una agenda de investigación sobre procesos emergentes en la sociedad urbana. Documentos de Trabajo. www.rau.edu.uy/fcs/soc

YUNI, J. (2000) El mito del eterno retorno. Educación, subjetividad y adultos mayores. En: Tutelados y asistidos. Programas sociales, políticas y subjetividad. Duschatzky, Silvia (Comp.) Paidos. Bs. As.

YUNI, J. Y URBANO, C. (2005) Educación de adultos mayores. Teoría, investigación e intervenciones. Brujas. Córdoba-Argentina

ZAREBSKI, G. (1999) Hacia un buen envejecer. Ed. Emecé. Bs. As.

Volver al Indice del número 23 de Tiempo

PsicoMundo - La red psi en Internet