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Número 21 - Diciembre 2007

II Congreso Iberoamericano de Psicogerontología
I Congreso Uruguayo de Psicogerontología
"Envejecimiento, memoria colectiva y construcción de futuro"
7, 8 y 9 de noviembre de 2007
Montevideo, Uruguay 

La viudez en las mujeres ¿una crisis vital?

Esther L. Moncarz
emoncarz@fibertel.com.ar

En el campo de la salud mental el término crisis alude a un quiebre en la continuidad, a una ruptura del equilibrio que afecta las dimensiones intrasubjetivas e intersubjetivas, que suele poner en jaque la organización de la subjetividad y toda la vida de quien la atraviesa. Las crisis también son peligro y oportunidad: peligro, referido a la situación que es necesario procesar y oportunidad, de realizar cambios. Para que esto sea posible, para las mujeres es necesario posicionarse como sujeto activo, criticante del equilibrio anterior Burin. M. (1987). F. Moujan (1989) caracterizan a las crisis vitales como momentos del proceso de búsqueda de la identidad. Desde mi perspectiva en esa búsqueda se construye y se reconstruye la identidad de quien atraviesa la crisis.

En este trabajo intentaré caracterizar algunos de los modos como esta crisis afecta los apuntalamientos y la identidad de las mujeres que transitan por ella así como las representaciones que van teniendo de su condición de viudas. Por último me referiré al grupo de reflexión como recurso clínico para su procesamiento

Esta presentación es producto del trabajo clínico que vengo realizando en mi consultorio con mujeres en duelo por viudez y de mi trabajo realizado en un Centro de atención para la recuperación de personas en duelo. A partir de mi experiencia en la coordinación de grupos de mujeres sobre diversos temas ha sido una decisión que los grupos estuvieran integrados exclusivamente con mujeres viudas, mayores de 60 años.

Aspectos sociales

Las viudas constituyen un grupo invisibilizado. Suelen estar ausentes en las estadísticas y raramente se las menciona en los informes de pobreza, desarrollo, salud o derechos humanos. Así lo considera un exhaustivo estudio del tema realizado por Naciones Unidas (WOMEN 2000, 2001), especialmente referido a la situación de las mujeres viudas en los países "en desarrollo". El estudio asevera que en muchos de los países se desconoce el número de viudas, sus edades así como las características sociales y económicas en las que transcurren sus vidas. Esta invisibilización oculta su vulnerabilidad, tanto socioeconómica como psicológica.

El estudio estima que entre el 7% y el 16% de la población adulta femenina de todos los países está constituido por viudas, y que entre ellas se encuentra el porcentaje más elevado de mujeres pobres en el mundo.

En Argentina es muy marcada la desproporción existente entre varones y mujeres adultos pertenecientes a esta categoría. Las viudas constituyen el 10.72% de la población femenina adulta mientras que los varones solo el 0,02% de la población masculina adulta. (Censo 2001). Suele explicarse el bajo porcentaje de viudez entre los varones por una combinación de factores: tienen índices de mortalidad más altos, sus esposas suelen ser más jóvenes y por lo general, vuelven a casarse si quedan viudos.

Para las casadas, tanto para las de mediana edad como para las mayores es alta la probabilidad de transitar la viudez: tienen una expectativa de vida mayor que la de los hombres y sus esposos suelen ser mayores que ellas. En Argentina son viudas el 50,26% de las mujeres adultas de más de 65 años (Censo 2001)

La viudez suele ser calificada como uno de las situaciones más difíciles y estresantes en la vida de las personas y uno de los acontecimientos que va a demandar de los mayores esfuerzos en la ardua tarea de reconstruir la propia vida.

Es necesario diferenciar distintas momentos en el proceso de enviudar, ya que este tendrá ciertas características para las viudas recientes (de alrededor de menos de un año) y otras para las de tiempo extenso (un año o más), cuando transitando el proceso de duelo van hallando nuevos modos de organizar sus vidas. Para las viudas recientes el trabajo de duelo, los cambios en la cotidianeidad, las variaciones en la situación económica que muchas veces se transforma en una fuente de verdadero agobio, la soledad, la pérdida de otros vínculos –parejas de amigos y/o familia política-, los cambios en la relación con los/as hijos/as son solo algunos de las circunstancias que deberá afrontar.

Las viudas mayores de 70 años muestran una tendencia diferente. En ellas, muchas veces, al comienzo cuando la pérdida es reciente, suele ser mayor la negación de la pérdida y manifiestan una menor respuesta emocional al duelo.

Sin embargo, esta supresión no significa la ausencia de duelo sino más bien la puesta en juego de un mecanismo de auto-suficiencia que las hace sostener una posición de relativo optimismo..

Sin embargo, esta perspectiva optimista sobre el futuro se hace difícil de mantener para ellas cuando:

Una observación producto del trabajo clínico es que a los problemas que padecen muchas veces las mujeres mayores en proceso de duelo por viudez, se suma el duelo asociado al proceso de envejecimiento: los temores mayores son a las enfermedades crónicas, al sufrimiento y al aislamiento.

Todos estos constituyen verdaderos desafíos que si bien para muchas pueden transformarse en factores de riesgo tanto para su salud física como para su salud psíquica, para otras también podrá ser una etapa de sus vidas en la que poner en juego recursos insospechados de resiliencia y creatividad que le posibilitará hallar nuevos lugares sociales y nuevos vínculos.

Acerca de los significados de la viudez en las mujeres

Uno de las primeras realidades que me sorprendieron en mi trabajo psicoterapéutico con mujeres que han enviudado, fue el rechazo generalizado que encontré en ellas a ser identificadas como viudas. Carole Barret (1979) sostiene que "la mayoría de las viudas odian esta nominación porque la gente reacciona ante ellas como si padecieran una enfermedad contagiosa". Un primer sentido a este rechazo es posible darlo recordando que Freud en "Consideraciones de actualidad sobre la guerra y la muerte" (1915) señalaba como nos conducimos con una "patente inclinación a prescindir de la muerte, a eliminarla de la vida. Hemos intentado silenciarla... como si en el fondo, nadie creyera en su propia muerte o lo que es lo mismo, en el inconciente todos estamos convencidos de nuestra inmortalidad".

Ph. Aries (1982) afirma que "hoy resulta vergonzoso hablar de la muerte y sus quebrantos, igual que antaño resultaba vergonzoso hablar del sexo y sus placeres. Según el, por considerarla morbosa, la gente habla de la muerte como si no existiera. La única evidencia es la muerte de las personas, de las que nadie habla – y de las que quizás hablemos más tarde, cuando hayamos olvidado que han muerto".

Sin embargo, es necesario reconocer que a pesar de los intentos de negación, cuando muere un ser querido, la muerte con su poder arrasador, adquiere existencia para siempre. Para las que han enviudado a esta realidad siempre penosa, se añade que en el nombre viuda, parece quedar la identidad inextricablemente unida, sellada a la muerte del esposo fallecido. Para los otros –quienes pueden seguir sosteniendo la negación de la muerte- se crea la ilusión de lograr ponerse a salvo de este destino final. Se pretende desconocer que a menos que la pareja fallezca al mismo tiempo, la viudez de uno de los integrantes es la conclusión inevitable de todos los matrimonios que no terminan en divorcio.

¿Qué es ser viuda para uds.? fue una pregunta formulada en una reunión grupal. "Vieja, sola, soledad, desamparo, ser como una huérfana, palabra terrible, me cae mal, soledad de vieja, viuda y vieja es lo mismo, para mí es mi hija menor que no tiene un papá que la lleve a ninguna parte". La unanimidad que encontré en estas representaciones que enfatizan el desamparo, la soledad, la vejez representando la carencia, la falta, la ausencia, así como el rechazo generalizado a identificarse con ellas, es lo que me llevó a la reflexión.

Para este grupo de mujeres es la identidad profundamente conmocionada, la que queda cristalizada en una representación carente: viuda, la que perdió al marido. Para ellas, la desidentificación de la identidad que otorgaba el "nosotros" de la pareja pone al descubierto lo ilusorio de aquel sentimiento de completud. Es una representación regresiva que las instala en un lugar de desprotección, que no aceptan. "Yo no soy así" dirán algunas con fuerza. No decirlo las expondría a quedar entre "las carentes" .

Es como si la condición "viuda" pusiera más en evidencia que se trata de una crisis vital que quien la atraviesa no solo debe tramitar la pérdida de un objeto amoroso o de un rol, sino que es la pérdida de una estructura – la matrimonial – que hasta ese momento la contenía, la determinaba y le brindaba una identidad narcisizada. Perder esa estructura las expone a quedar encerradas en representaciones signadas por la carencia y la desnarcisización .

El lenguaje también acorrala: se es viuda. Se pasa de estar casada a ser viuda. No se dice está viuda: más bien es viuda o quedó viuda. Y existe una diferencia sustancial entre los dos verbos: estar alude a algo transitorio, se puede estar en un lugar u otro, se puede estar de un modo u otro. Ser alude a algo que permanece, a un atributo del sujeto. Es como si el sentido de esta nominación también fuera un obstáculo al lento trabajo de duelo "gracias al cual el yo deshace pacientemente lo que había anudado en una urgencia bajo el impacto de la pérdida. El duelo es deshacer lentamente lo que se había cristalizado precipitadamente". (Nasio, Juan 1996)

Sin embargo estas mujeres en pleno proceso de crisis identitaria critican y rechazan esa identidad asignada.

¿Viuda también es un estado civil? Se preguntaba entre asombrada y angustiada una viuda mientras me contaba su asombro y su rechazo cuando al comprar una propiedad le dijeron que correspondía inscribirla figurando como viuda de. Por ej. sería Alcira Perez viuda de González. Ella decía: "si yo nunca usé mi apellido de casada, te parece que ahora tenga que firmar como viuda de....". Es de subrayar que para esta mujer, los lugares sociales que deben haber estado totalmente naturalizados para generaciones anteriores, hoy para ella están rotundamente cuestionados y puestos en crisis. La identidad "viuda de", que incluía el luto y el medio luto en la vestimenta y en las costumbres, en los modos de relación y también en cierto forma de clausura de la vida y de la sexualidad, pero que otorgaba status social a las mujeres de otras generaciones, es cuestionada y rechazada por muchas de las viudas actuales.

En esta crisis parecen quedar más al descubierto y al mismo tiempo, más cuestionados ciertos estereotipos de la condición femenina, y así surgen preguntas como: ¿qué se es siendo sin un hombre? ¿qué se es siendo alguien con una identidad que no incluye a la pareja como una de las posesiones narcisizadas? ¿Qué se es sintiéndose en este estado que parece condenarla a que el muerto forme parte de su identidad?

Cuando se instaura una crisis vital las identificaciones establecidas inician un proceso de desprendimiento. Los mecanismos de desprendimiento del yo (Bibring E, 1943) son operaciones yoicas que apuntan a la realización de las posibilidades, aún a costa del aumento de la tensión.). En este sentido, en las representaciones sociales y en el lenguaje la nominación viuda parece oponerse al desprendimiento, al desasimiento, como si de algún modo estuvieran clausuradas las salidas y el duelo y la pérdida debieran quedar constituyendo la identidad. También es necesario considerar el conflicto de ambivalencia a que da lugar apelar a estos mecanismos: la lucha entre desear retener al objeto amado, perdido y desear desprenderse de él están especialmente entrelazados. Las representaciones sociales y subjetivas enfatizan que alguien sigue existiendo mientras viva en la memoria de quien/es lo evocan, complejizando aún más este proceso. Es que al utilizar estos mecanismos deberá también lidiar con la culpa que hacerlo puede generarle.

El grupo de reflexión de mujeres que han enviudado.

El grupo de reflexión es un espacio que estas mujeres privilegian por posibilitarles el encuentro con otras atravesando su misma crisis.

De las diversas funciones que cumple quiero destacar especialmente dos. :

1) el lugar de reidentificación que ofrece a sus integrantes. La cohesión, la reflexión que suele darse en los grupos opera promueve la resignificación de sucesos, ideales y deseos y con ella un espacio para la reidentificación con otras representaciones de mujer. Cuando esto ocurre será posible investir otros ideales del yo como propios del género, por ej. ideales más ligados al hacer que al ser, a la autonomía que a la dependencia, Paradójicamente, el proceso de desidentificación propio del duelo también brinda la oportunidad de la desidentificación con modelos de género estereotipados que han encerrado a las mujeres en lo que se ha denominado el cautiverio del género: y son todas aquellas situaciones, relaciones, representaciones consideradas propias de un género u otro, que determinan opciones sin alternativa para mujeres y varones.

En este sentido ser una mujer viuda podrá reconocerse en la multiplicidad de significados que conlleva y no solamente mujer carente que encarna la falta. Y así será posible el logro de posiciones de auto-sustentación, apuntando a una afirmación de la identidad, una posibilidad de avance hacia posiciones de mayor autonomía en relación a la dependencia y a la vez, a la posibilidad de establecer vínculos de mayor paridad con los otros.

Se promueve en el grupo de reflexión la revisión de mitos y estereotipos que contribuye a incrementar las capacidades resilientes.

Los factores resilientes son las que tiene el ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y ser transformado positivamente por ellas" (Grotberg, E.1998), e intervienen en el componentes subjetivos, situacionales y sociales, que actúan ejerciendo un efecto conjunto y traen como resultado no solo la atenuación de los efectos de las circunstancias adversas y de los eventos estresantes sino también la posibilidad de cambiarlos. Es una capacidad que no se adquiere "naturalmente" sino que es necesario desarrollarla y promoverla, siendo producto de la interacción de un/a sujeto con otros/as y especialmente con su entorno. Y un factor que contribuye a fomentar la resiliencia en las mujeres, es el desarrollo de estrategias que generen mayor empoderamiento y sin dudas, el grupo de mujeres es un recurso para lograrlo.

2) El lugar del grupo como facilitador del empoderamiento. se refiere al proceso de adquisición de poder por el cual las mujeres adquieren el control sobre sus propias vidas y la capacidad para tomar sus decisiones y ser activas respecto del medio social al que pertenecen. En el plano de la subjetividad, un recurso facilitador de posiciones de empoderamiento lo constituye el ejercicio del juicio crítico. Es un tipo de juicio que posibilita cuestionar valores, ideales deseos y creencias, desde una posición de sujeto criticante. Aunque existen diferencias entre ellas, para las que han enviudado y transitan por la crisis el grupo es un facilitador de la adquisición de esta posición de sujetos criticantes, Estas mujeres están en pleno proceso: una ha tomado algunas decisiones económicas importantes cuando esto lo hacía siempre el marido, otra ha encarado un trabajo que le posibilita generar sus propios ingresos y otra ha organizado un grupo para realizar una actividad, mientras todas se debaten entre desprenderse y aferrarse en distintos momentos del devenir grupal.

Para muchas la viudez es una crisis y aunque conlleva peligro, es también la primera oportunidad de formularse preguntas acerca de su condición de mujeres, las que han sido y las que quieren ser. De esta manera junto al procesamiento del conflicto, que en el marco psicoterapéutico les facilita la reflexión y el juicio crítico, es posible hallar nuevas identidades, nuevos deseos y nuevas significaciones

Conclusiones:

La viudez es una crisis, que aunque puede representar un peligro también es una oportunidad para las mujeres mayores. Es que en esta crisis, como ocurre en otras, distintos aspectos de la identidad y de la vida pueden ser resignificados tales como: ¿qué es ser mujer?, ¿se es mujer sin un hombre que garantice la identidad? ¿se puede ser viuda y sentirse viva? También plantea el desafío de hallar las diferencias entre ser y hacer, de descubrir recursos propios, inéditos hasta esta etapa de la vida

Además, la pertenencia a grupos de pares – en este caso el grupo de reflexión para mujeres viudas –posibilita y facilita el tránsito por esta crisis vital, así como el laborioso trabajo de hallar nuevos significados a la propia vida y descubrir y encontrar el placer en la tarea conjunta realizada en un grupo de mujeres.

Sin embargo, quedan por ser investigados muchos otros aspectos de esta crisis y que no han sido contemplados todavía en este trabajo. Entre ellos la articulación de este duelo con otros duelos propios del envejecimiento o en otra dimensión que expresiones adquiere la sexualidad y el erotismo, qué significados adquiere la soledad o las representaciones del propio cuerpo así como establecer semejanzas y diferencias con la viudez en los varones, para mencionar solo algunos temas.

Este trabajo con sus hallazgos y sus falencias pretende contribuir a la tarea – imprescindible - de visibilización de este grupo social, para que sea posible hallar nuevas representaciones y significados que las designen y las comprendan.

BIBLIOGRAFÍA

Ariès; Philippe (1977) La muerte en occidente.. Barcelona. 1982. Argos Vergara

Barret, Carol (1979), "La mujer en la viudez" en Mujer, Locura y Femi nismo. Madrid. Dédalo

Bleichmar, Emilce (1985) El feminismo espontáneo de la histeria. Madrid. ADOTRAF.

Bibring, E.: (1943) "The conception of the repetition compulsion", Psycoanalitic Quaterly, vol. XII, nº 4

Burin , Mabel y col. (1987) Estudios sobre la subjetividad femenina. Buenos Aires. Grupo Editor Latinoamericano.

Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas. (2001). INDEC. 2001

Fernández Mouján, Octavio (1989) Crisis Vital. Buenos Aires. Nueva Visión

Freud, Sigmund (1915) Consideraciones de actualidad sobre la guerra y la muerte. Obras Completas. Biblioteca Nueva. Madrid. 1948

Grotberg. E. (1998): "La resiliencia en acción", trabajo presentado en el Seminario Internacional sobre Aplicación del Concepto de Resiliencia en Proyectos Sociales, Universidad Nacional de Lanús,

Nasio, Juan D. (1996) El libro del dolor y del amor. Barcelona. 1998. Gedisa Editorial.

WOMEN 2000 (2001), " Widowhood: invisible women, secluded or excluded. Division for the Advancement of Women. United Nations.

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