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Número 19 - Diciembre 2006

Resiliencia y recreación
(trabajo leido en las II Jornadas Nacionales de Gerontologia y Geriatria. SAGG: setiembre de 2006)

Sergio Fajn
Piedralibre2001@yahoo.com.ar

El concepto de resiliencia proviene de la industria y que trasladado al ser humano, se refiere a la capacidad que presentan algunas personas de superar exitosamente situaciones muy desfavorables. Partimos entonces de la premisa que el sujeto humano se ve sometido inevitablemente a lo largo de su devenir, a adversidades, frente a las cuales pondrá en juego su posibilidad de recuperarse y seguir adelante persiguiendo fines. El envejecimiento es una de las temáticas evolutivas propensa a significar adversidad y es una puesta a prueba permanente de la posibilidad de conservar y renovar una vida significativa y productiva. 1

Dice Graciela Zarebsky que las sucesivas pérdidas que el paso del tiempo supone en todos los órdenes, implican para el ser humano un desafío: aprender a compensar las pérdidas con ganancias, valorando y reforzando lo que no necesariamente se pierde: la dimensión imaginario-simbólica en la cual se asienta el acceso a la sabiduría en la vejez, la que permite sostener: "...a pesar de ...aún así..." Abre así también a la pregunta de ¿qué somos, mas allá de nuestras funciones?.

Tener una posición resiliente entonces implicará que los sujetos que toman esta sabiduría para envejecer están en condiciones de renovar el sentido de su vida, aceptando las transformaciones a las que el paso del tiempo las somete, desplegando redes internas y externas de sostén y diversificando los caminos. Múltiples caminos a través de redes de vínculos, con flexibilidad y plasticidad, un cuerpo flexible en un ser humano flexible.

Y por el contrario el envejecimiento patológico (depresiones, demencias) se caracteriza precisamente por el achatamiento de esta dimensión imaginario-simbólica.

Los dispositivos recreativos pueden contribuir a crear las condiciones propicias para que el sujeto pueda lograr un posicionamiento saludable en el curso del envejecer. Y envejecer saludablemente implica un modo resiliente de encarar la vida.

El concepto de resiliencia entonces no nos habla de volver al estado anterior, sino de encontrar respuestas nuevas y creativas; crear y recrearse.

En los espacios recreativos se abre la oportunidad para hacer lugar a la dimensión imaginario-simbólica a través el humor, los chistes, el juego, las propuestas y el diseño de proyectos en el marco de grupos, de redes, posibilitando la ocasión para interrogar e interrogarse, revisar y rectificar el modo de posicionarse frente a la vida. Un tiempo para reírse de si mismos, admitiendo y conectando con los puntos vulnerables; sabiduría que favorece a la aceptación de las limitaciones de los poderes físicos, intelectuales y emocionales.

A continuación, voy a relatar algunas viñetas en el contexto de grupos de adultos mayores que se reúnen voluntaria y regularmente a realizar actividades recreativas. Podemos ver en estos ejemplos como van circulando y apareciendo los temas del envejecer, que son las transformaciones relativas al cuerpo, a los vínculos interpersonales y roles sociales, a los duelos y a la propia muerte, que plantean al psiquismo un trabajo a realizar: el trabajo del envejecer. 2

Decía Pablo Neruda sobre el juego en los adultos:

"En mi casa he reunido juguetes pequeños y grandes, sin los cuales no podría vivir. El niño que no juega no es un niño, pero el hombre que no juega perdió para siempre al niño que vivió en él y que le hará mucha falta. He edificado mi casa también como un juguete y juego con ella de la mañana a la noche..."
Pablo Neruda (Confieso que he vivido)

ALGUNAS ESCENAS:

El ritual insiste cada martes, cada viernes. Abren la puerta de la escuela un rato después que los chicos de primaria la cierran. Sus cuerpos esculpidos por el paso del tiempo se ocupan de correr los pupitres y armar una ronda con los bancos.

Con una puntualidad que los caracteriza, a las cinco de la tarde están preparados para su encuentro de juegos teatrales.

Las edades oscilan entre 60 y 85 años.

Esperan la magia, el abracadabra. Encender la mecha de juego.

Vienen dispuestos a fabricar ilusiones.

Al encontrarse, besos, muchos besos, se conocen, se reconocen cada vez "¿y hoy quién faltó?, ¿qué saben de Margarita?, ¡yo me ocupo de llamar!" dice José María.

Lo habitual: caminamos, nos apropiamos del lugar, lo tocamos, nos tocamos, empezamos a dejar nuestros olores, nuestras huellas. Una música nos ayuda a entrar en clima.

Están seguros, protegidos, aquí nadie hace daño. Aquí se pueden dar permiso, pueden autorizarse. Las inhibiciones cada vez son menores. Hay muecas, miradas seductoras. Risas, chistes. Van apareciendo las transformaciones, dejan de ser los de siempre.

El juego empieza a desplegarse:

Siete señoras se trepan al personaje y pasean por una plaza, charlan y charlan. De repente, muestran a los demás unas panzas muy crecidas. Se cuentan sus preocupaciones sobre el embarazo, el nombre de su futuro hijo, la clínica donde será el parto, los celos del marido, "¿y vos que esperás? ¡hay yo un varoncito! no yo ya tengo tres, así que es el turno de las nenas. Además Cacho me lo pidió".

Son jóvenes, enérgicas, relucientes, brillan en cada movimiento, coquetas van tomadas del brazo.

Se despiden. Fin de la escena.

A continuación, José María con 80 años toma su bastón del que no se desprende ni un instante y se convierte en un galante muchacho, "¡en guardia!" y con la elegancia de un valiente enfrenta con su espada amenazante a un pobre mercader que ha sido sorprendido sin su arma "defiéndete que esta mujer es mía". En el costado una dama se cubre el rostro sonrojado mientras estos dos hombres se disputan su amor.

José María se desplaza con soltura encarando al contrincante con destreza, firme, sin apoyos avanza solo sobre sus dos piernas hasta acorralar a su desafiante contra la pared. El enemigo no se rinde tan fácil, desenfunda su espada y lucha sin temores, trastabilla sigue de largo y al hacerlo hiere a la dama que sangra mortalmente. Ella cae y pierde la respiración. Con emoción y un tono de ironía los demás se suman al cortejo fúnebre, toman el cuerpo, lo acomodan y embellecen, arreglan sus facciones, ojos y boca. Lo cubren con algunas telas.

Los retadores dejan de lado su enemistad, se abrazan y despiden. Fin de la escena.

Sara y Azucena no podían con la tentación y desfilan disfrazadas como las mejores modelos, coquetean con los muchachos que pasan a su lado. Mueven sin pudor sus caderas, se acomodan los senos, toda sus seducción se pone a pleno al mostrarse frente al público que las aplaude. Fin de la escena.

Van saliendo del juego. Volvemos a sentarnos en rueda.

Hablamos sobre que sentimos, que hicimos y que se nos ocurre pensar de lo aparecido.

Algunos comentarios: "desde que sabía que hoy era martes me levanté con ganas, me arreglé bien antes de venir, me pinté y perfumé", "me divertí y el tiempo se pasó enseguida", "mi hija por fin se acordó que hoy yo tenía grupo y arregló con una amiga de ella para que se ocupe de mi nieta".

"Me encantó jugar a que estaba embarazada, fue una etapa muy feliz".

"Por un momento al ver la cara de José María y su espada pensé que estaba en Europa hace algunos siglos atrás".

"Me reí mucho viendo a las chicas hacer el desfile de modas", "yo pensaba que era Claudia Shiffer".

"Viste a José María, caminaba perfectamente sin el bastón". José María se asombra de lo que le dicen sus compañeras y se queda meditando porque habrá sido.

María no duda en recordar la muerte de una compañera del grupo, "Rosita, siempre está presente..". A continuación empezamos a hablar de Rosita, que el instante de la ceremonia fúnebre les había evocado. Los momentos compartidos con ella, su carácter chinchudo, el gesto de acordarse siempre de los cumpleaños, la puntualidad y su enorme capacidad para crear.

Las palabras se van enhebrando como en un collar de perlas, multiplicándose las imágenes, los recuerdos. Debaten con firmeza. Están todavía muy frescas las representaciones que siguen brillando en las retinas y en nuestros oídos.

Al analizar el recorrido de estas actividades a lo largo de los años, identificamos que algunos temas y escenas se repiten con el correr del tiempo. Una y otra vez los embarazos, partos y nacimientos. Escenas de muertes, velorios, entierros, desfiles de modas y casamientos, fiestas, noviazgos. El ciclo de la vida.

Y los temas que se presentan no los angustian, ni les producen dolor durante el juego.

Por el contrario, lo viven con alegría, disfrutando, en un clima placentero, de excitación. Esto aparece como una paradoja, ya que llegan a escena cuestiones ligadas a la muerte o a pérdidas pero no son vividas con sufrimiento o dolor. Representan cosas que ya no van a poder hacer mas, como quedar embarazadas o dar a luz. Situaciones que ya difícilmente puedan ser, por ejemplo modelos como lo que representaron Sara y Azucena, con cuerpos delgados, jóvenes y relucientes.

Ligan la experiencia de la muerte de la doncella en manos del espadachín con el fallecimiento hace unos meses de Rosita, una integrante del grupo. Esto facilita la circulación de recuerdos, anécdotas y la vigencia de su ausencia que se hace presente.

Juegan con lo que ya no pueden ser, hacer o tener; con las pérdidas, pero también con los anhelos, deseos y fantasías. Algo va sucediendo durante el mismo juego, algo del orden del placer, de la gratificación con lo que se hace, pero también con lo que ven que hacen los demás. Placer en la producción propia y placer al compartir la producción de los otros. Se regocijan cuando simulan revivir un episodio, en otro contexto, con otros personajes, en otro tiempo y espacio, pero igual está ahí lo que ya no puede ser, la pérdida.

Con sorpresa, luego de ser presentado por la vía del juego, se hace posible retomarlo, abordarlo con palabras fuera del juego. Se lo puede apropiar de otro modo.3 Se puede hablar y ahí en ocasiones relacionan que cosas fueron surgiendo, fluyen los recuerdos, circulan las palabras. Podemos empezar a pensar que estos instantes son sumamente valiosos, ya que los recuerdos al modo de las reminiscencias evocados con placer ayudan a elaborar el duelo por la vida pasada.

También comentan que las evocaciones irrumpen en distintos momentos de la tarea: cuando preparan las improvisaciones, cuando las juegan, cuando observan a otros, al finalizar los juegos cuando recuperamos lo sucedido, cuando se van de la escuela, en sus casas y en la calle. Están en actividad permanente, en actividad mental, imaginativa, evocativa, pero también poniendo el cuerpo en acción junto a otros.

El material sobre el que se habla habilita a que la figura de Rosita se exorcice, se puedan surcar sus huellas, jugar con los aspectos que recuerdan de ella, las identificaciones que han quedado en el grupo, en la memoria de los participantes.

Estas actividades lúdicas están montadas sobre un principio: el sujeto juega a creer 4, a hacerse creer o a hacer creer a los demás que es distinto de sí mismo. El sujeto olvida, disfraza, despoja pasajeramente su personalidad para fingir otra. El placer consiste en ser otro o en hacerse pasar por otro.

Entonces, el juego puede colaborar en el ejercicio del duelo, de conexión con la muerte, con las pérdidas, de morir sin morir

Dice Freud que "En el campo de la ficción hallamos una pluralidad de vidas, morimos en nuestra identificación con el protagonista, para luego sobrevivir dispuestos a morir otra vez, igualmente indemnes, con otro protagonista"1 .

Se puede ingresar a la escena protegidos por la regla de que nada serio nos va a suceder mientras juguemos. Entendiendo por lo serio a todo aquello que nos precipita ante el riesgo de la muerte 5. Burbuja de acuerdos que preserva del peligro. Que habilita, que abre, que permite construir, crear, destruir, desear, odiar, quebrar, maldecir, bendecir, volar, soñar, tirar, achicar, estirar, matar y resucitar.

El juego en este sentido presenta una cualidad similar a los chistes. En el juego como en los chistes se puede decir todo, hasta la verdad. Se puede comunicar una verdad negada y que no nos es lícito reconocer como tal cuando es expuesta sin velos.

Freud recuerda una broma que testimonia esto, cuando un marido le dice a su mujer "cuando uno de nosotros muera, yo me iré a vivir a París".

En el juego se construye una nueva realidad que favorece poder retornar, luego, de otra manera al momento de no juego. Posicionado diferente frente a las pérdidas, frente a las ganancias, las compensaciones, a lo que se ha perdido o se está por perder. Un sano envejecer implica un "...trabajo de compensar pérdidas con ganancias, lo cual supone que la aceptación de faltas y ausencias promueve la recarga de nuevos objetos o nueva recarga de los viejos. Renovación incesante del flujo vital que, aunque anticipada la propia ausencia, acompaña la renovación incesante del flujo vital de la especie".2

El ámbito de juego como sitio privilegiado para jugar con las pérdidas, contenido y motor esencial del duelo.

El juego permitiría mantener al psiquismo en condiciones de posicionarse de modo saludable frente a los duelos que se atraviesa en el envejecimiento y a la vez prepararse para aceptar la muerte como parte de la vida. Alfredo J. Schwarcz3 dice que "Los modos de elaborar las distintas pérdidas que sufrimos a lo largo de la vida determinan en gran medida nuestro modo de enfrentar la propia muerte".

El juego posibilita poner en palabras, en escenas, fantasías, deseos, miedos, ante cosas que ya no podrán ser o hacerse, desagregándole el contenido de padecimiento y el sufrimiento. Ya que no es en realidad que eso esté sucediendo aquí y ahora, es solo una ficción. Se establece una convención. A partir de esta convención todos participan del juego que consiste en una fantasía compartida.

A la vez se pueden anticipar cosas por venir, sin dolor. Permite prepararse para cuestiones que seguramente serán inevitables, nuevas pérdidas. Pero también se podrá fantasear con nuevos proyectos, con aquello que si puede ser posible.

Al parecer sucede algo similar al humor, dice Freud en El chiste y su relación con el inconsciente(1905) "El humor comprende numerosísimas especies, cada una de las cuales corresponde a la naturaleza peculiar del sentimiento emotivo que es ahorrado a favor del placer humorístico: compasión, disgusto, dolor, enternecimiento, etc.".

"Experimentamos, ciertamente, el placer humorístico allí donde es evitado un sentimiento emotivo que esperábamos como inherente a la situación...".

Entonces el placer en el humor parece surgir del gasto de sentimiento ahorrado. El placer de un ahorro.

Vía el juego se abre la oportunidad para pasar por distintos lugares, circular por el sitio de quien gana, pero también del que pierde, de quien da y del que recibe, del que sufre y el que hace sufrir, del poderoso, del carenciado, de la víctima, del victimario.

Algunas escenas de la vida cotidiana pierden así el cariz de algo temido, intocable o congelado en el tiempo.

En el juego, a partir del juego y en el grupo se irá colaborando en un trabajo de enlazar pasado, presente y futuro, de reescribir la propia historia.

Se inscriben nuevas versiones sobre el mismo acontecimiento, vistas desde distintas perspectivas, se desacralizan. Aquí podemos incluir la noción de diversión como la posibilidad de tener diferentes versiones sobre un mismo hecho.

Algunos episodios de la vida cotidiana son tomados como objeto, como objeto de juego, las escenas, la historia se ubica como juguete, como objeto que puede ser cambiado de significado.

Los sujetos, los objetos, el espacio, el tiempo y las historias pueden ser tomadas como objeto de juego y hacer y deshacer con ellas a gusto. Esto implica asumir una posición activa, aquello que en algún momento pudo haber sido padecido, ahora puede ser manejado, dominado, invirtiendo las contingencias. Ejercicio de acción y transformación, de quiebre con la sumisión, de posibilidad de rebelarse ante lo establecido. 6

Para finalizar:

Tener una posición resiliente entonces implicará que los sujetos que toman esta sabiduría para envejecer están en condiciones de renovar el sentido de su vida, aceptando las transformaciones a las que el paso del tiempo las somete, desplegando redes internas y externas de sostén y diversificando los caminos. Múltiples caminos a través de redes de vínculos, con flexibilidad y plasticidad, un cuerpo flexible en un ser humano flexible.

Y los dispositivos recreativos que alojen el juego como motor central pueden contribuir a crear las condiciones propicias para que el sujeto pueda lograr un posicionamiento saludable en el curso del envejecer. Y consideramos que estos dispositivos promueven y proveen de herramientas a los Adultos Mayores, para que logren realizar el trabajo que implica el poder cuestionar y cuestionarse acerca de los temas que los atraviesan.

Notas

1 Knopoff. Santagostino. Zarebsky. Resiliencia y envejecimiento.

2 Idem 1.

3 Aquí podemos pensar la noción de empoderamiento en su perspectiva individual. El empoderamiento individual se refiere a la sensación personal de eficacia y autoestima.

4 Está dirigido claramente al imaginario, apela a ese lugar. Es la apelación a ser crédulo y por lo tanto algo loco. O. Mannoni nos dice que aquí funciona el "ya lo sé, pero aún así". Para poder manejarse con las fantasías, para poder jugar, se requiere compartir una convención, un hecho social, que permita alojar en un lugar de la misma a la creencia. Y la creencia supone el soporte del otro; el otro es el que cree. Pero la convención es la que permite por su presencia la existencia del otro como soporte de una creencia (Reinoso Diego García)

La posibilidad de jugar incluye este pedido de rechazo a la realidad como primer paso "dale que éramos...". Con la Verleugnung, como dice Mannoni, todo el mundo entra en el campo de la creencia y también en el del juego. Dice Reinoso que aquí nos acercamos al problema de la creación. En lo imaginario está ubicado lo creativo, pero esta creatividad sólo se pone en marcha en la medida en que puede aceptarse una diferencia: un "ya lo sé". En lo imaginario parece ubicarse la capacidad creativa cuando "ya lo sé" modula y matiza el "aún así". Podemos crear siempre y cuando aceptamos la castración simbólica, pero también cuando al mismo tiempo, en algún lugar la repudiemos.(Reinoso).

Despegar de lo concreto. Saltar a la dimensión de la imaginación. Recubrir los objetos, el espacio y los sujetos de fantasía. Despegar a otra escena distinta. Esta otra escena soportada a veces en un objeto real y momentáneo, sobre el podemos ubicar nuestro mundo imaginario"(El juego en la vejez. S. Fajn)

5 Dice Vladimir Jankélévitch que cuando se habla de seriedad es porque la posibilidad de la muerte está presente, pero también porque todavía se puede hacer algo. Lo serio no es la certeza de la muerte (dicha certeza es trágica), sino la posibilidad de morir. Lo serio, es como una tragedia en sordina, una tragedia a media luz, una tragedia donde la catástrofe está indefinidamente aplazada...Lo serio es lo trágico de mañana porque la tragedia propiamente dicha siempre es para luego. Una situación seria es aquella en la que lo trágico no aparece enseguida, sino a la larga. Y mas adelante agrega que si la situación es seria, se acabaron las locas ilusiones de inmortalidad.

6 Idem nota 3, Empoderamiento.

Bibliografía consultada:

Jugar no es jugarse la vida. Consideraciones sobre el duelo y el juego en el envejecimiento normal. En Zarebski Graciela, Knopoff René, Compiladores. Viejos nuevos, nuevos viejos. Editorial Tekné. Bs. As. marzo 2001.

Knopoff. Santagostino. Zarebsky. Resiliencia y envejecimiento. Ficha.

Zarebski Graciela. Hacia un buen envejecer. Editorial Emece. Bs. As.

Freud Sigmund. Consideraciones de actualidad sobre la guerra y la muerte. 1915. Obras completas. Trad. Lopez Ballesteros.

Zarebski Graciela, Schwarcz Alfredo J. La difícil tarea de morir. En Actualidad Psicológica Nº 252, abril 1998.

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