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Número 18 - Abril 2006

La Salud Mental a través de la Educación para el Envejecimiento

Virginia Viguera
virginiaviguera@gmail.com

Ya es conocido que paralelamente al aumento de la esperanza de vida los organismos internacionales de salud como la OMS y OPS debieron ocuparse de promover la difusión y la organización de Programas para Adultos Mayores que , en mayor cantidad y con mejor salud iban constituyendo una capa importante de la sociedad.

Ni la sociedad, ni los estados ni la educación estaban preparados para este crecimiento. Por eso decimos que el envejecimiento es un fenómeno nuevo tal como se presenta y que entonces impone a los que trabajamos con Adultos Mayores reformular muchos conceptos, ayudar a desaprender prejuicios muy instalados en el Imaginario Social, e implementar nuevos espacios para que puedan seguir con sus desarrollos personales.

Y en este sentido la promoción de Salud Mental es un trabajo que se aplica cada vez en mayor grado. Se hace urgente lograr que los Adultos Mayores vayan envejeciendo bien arribando a una vejez lo mas saludable posible.

Tomo en esta presentación solamente lo que en ese sentido se realiza a través de la Educación para el Envejecimiento.

Educar para envejecer? Pareciera extraño ligar estas dos palabras pero si bien siempre se envejeció y sin preparación previa, nunca tantas personas viven tantos años como ahora y la etapa que va desde los 55- 60 años hasta los 80 o mas se hace muy larga para no cubrirla con actividades que hagan que el mayor se sienta, vivo, útil, inmerso en la sociedad y no marginado, esto es VIGENTE. Es su tiempo, al igual que es el tiempo de los jóvenes y de los adultos y quiere vivirlo.

Entonces la Educación para el envejecimiento que cada vez se hace mas abarcativa en cuanto a aspectos y temas a desarrollar, viene a cubrir esta etapa.

Objetivos:

Mediante la información y la reflexión se puede conocer y asumir los cambios tanto en lo biológico como en lo psicológico y social, posicionándose activamente en este proceso . Continuar asi aprendiendo y ejercitando para ello la atención, la concentración, la memoria, la reflexión, el lenguaje, y produciendo cambios que favorezcan un envejecer placentero y saludable.

Se apunta tambien a que la sociedad cambie la actitud marginalizadora del envejescente al que nomina como pasivo, enfermo, incompetente, delineando y difundiendo a su vez, un nuevo modelo de envejecer.

Si bien la ciencia y la tecnología con sus avances han sido sin duda hacedoras de un largo y ansiado deseo de la humanidad: el lograr vivir más años, esta mayor esperanza de vida se ha tornado realidad, lo que antes era el fin de la vida, ahora es poco más que la mitad de ella. Sin embargo, alargar la vida, promisorio por cierto, no es suficiente sino conseguimos darle a esos años una mejor calidad, un mejor vivir.

Ubicar el fenómeno del envejecer con todas sus implicancias biológicas, psicológicas y socio-culturales, dentro de este polémico y vertiginoso siglo XXI, sólo puede hacerse tomando en consideración los múltiples factores que interactúan generando resultantes no siempre previsibles. Vivimos en un tiempo en el que necesariamente debemos incluir lo azaroso, lo contingente, lo incierto, si es que queremos estudiar y comprender los fenómenos humanos.

Por otra parte y estrechamente ligado a esto, asistimos a aceleradísimos cambios tecnológicos, a un despliegue de cultura postmodernista con su lógica de consumo, su desprecio por la experiencia pasada, la urgencia de vivir rápido como si no hubiera futuro y exaltando los sentidos como única posibilidad de placer.

Los medios de comunicación no son ajenos a esto y confunden muchas veces la realidad con sus cataratas de imágenes y escenas de violencia, promoviendo el individualismo con modelos de jóvenes siempre bellos y exitosos.

Cómo se insertan los Adultos Mayores, que ya no siguen estos modelos, y ya no son tan bellos ni tan rápidos ni tan exitosos?.

Los Adultos Mayores de hoy crecieron y se educaron con otros valores y otras normas; ni mejores ni peores: diferentes, en donde los tiempos incluían proyectos y realizaciones para un futuro que creían previsible.

Es por eso que los modelos tradicionales para envejecer ya no se adecuan y si se los toma, los deja totalmente marginados.

No olvidemos además que un fuerte imaginario social, con prejuicios e ideas erróneas acerca del envejecimiento y la vejez pesan sobre la sociedad en su conjunto y sobre los Adultos Mayores en particular que están así presionados y destinados a seguir los caminos que ellos indican.

Este imaginario los califica o mejor dicho los descalifica nominándolos como pasivos, enfermos y fuera del circuito.

La mayor esperanza de vida que lleva consigo una mejor potencialidad de salud tanto física como psíquica hace que, esa cada vez más numerosa banda etaria, reclame espacios de creación, recreación, inserción y protagonismo social; se resisten a permanecer como pasivos observadores de la vida, es su tiempo y quieren vivirlo.

De ahí que surjan movimientos nuevos que tratan de incluirlos.

El de la Educación Permanente, talvez el de mayor repercusión, les abre lugares y bajo el lema "se puede aprender a lo largo de toda la vida" lucha contra uno de los prejuicios arraigados en el imaginario colectivo y condicionante de los mayores y es el que da como verdadero y universal el que a medida que se envejece se pierde la capacidad de aprender.

Se hace entonces necesario insistir en el concepto de diferente, para comprender que se puede aprender siempre, con otro ritmo, otras motivaciones, otros objetivos.

El modo y el tiempo son diferentes.

Si bien la Educación para el envejecimiento debe ser encarada desde la infancia, tomamos en esta comunicación, la forma de aplicación en sujetos que cursan la etapa del envejecer, pensando que si logran posicionarse bien frente a sus propios cambios y transformaciones, podrán hacerlo también frente a la sociedad que hasta ahora les niega nuevos roles.

La educación para el envejecimiento lleva implícito la reflexión y reflexionar hace referencia a volver pensar acerca de algo, considerar con más atención, con más detenimiento.

Algunos temen el pensar o el conversar sobre algunos temas que culturalmente se los ve como oscuros, no bien vistos, peligrosos, dolorosos: el tiempo, la vejez , la muerte .

Sin embargo ocurre que es más saludable y acá me refiero a la salud psíquica, pensar y hablar de lo que a uno le está ocurriendo, más si esto se puede hacer con otras personas y además agregando una información correcta de esos fenómenos.

¿ cómo definimos al envejecer?

Se toma al envejecer como un proceso, gradual, dinámico, natural e inevitable, proceso que transcurre en el tiempo y está limitado por éste; se ve lo que ocurre al envejecer, los cambios biológicos, psicológicos, sociales; se aprende a enfrentar la ida de tiempo y de muerte, tomar contacto con las pérdidas y realizar entonces los duelos. Al hacerlo por una parte se va modificando el imaginario social con sus prejuicios e ideas erróneas en torno al envejecimiento y por otro, se pone en movimiento energías que estaban mal usadas, favoreciendo así una actividad más placentera, creativa, que acarrea una mejor calidad de vida.

El desafío que tiene ante sí el Adulto Mayor por tanto es doble, por una parte conocer y asumir los cambios que vienen experimentando tanto en lo biológico como en lo psicológico y social y por otra lograr que la sociedad cambie la actitud marginalizadora del envejescente al que nomina como pasivo, enfermo y hasta discapacitado no favoreciendo así su inserción.

Qué significa entonces conocer y asumir los cambios?

Los cambios biológicos, en general más conocidos se visualizan como disminuciones: en el orden de los sentidos, la piel, la motricidad, la potencia sexual, la agilidad, es el cuerpo el que los contiene y es el cuerpo el que los denuncia.

Es sin embargo en los cambios psicológicos en los que más se insiste porque son los que provocan más sufrimientos si es que no se los encara bien.

El envejecer está surcado por la vivencia de pérdida, pérdida de seres cercanos que mueren, pérdida del rol laboral a través de la jubilación, pérdida de cierta parte de la identidad vinculada al cuidado de los hijos, estos, grandes se van, se independizan, se casan, y este vacío en algunos casos se torna importante.

La pérdida de la habilidad motriz o de la capacidad procreativa o la disminución de la potencia sexual, todo se vive como pérdida y sólo se puede saldar a través del trabajo de duelo.

Este trabajo de duelo, es un trabajo psíquico normal que ya Freud estudi ó y describió en su clásico artículo "Duelo y Melancolía" ( 1917).(5)

Familiarizar al Adulto Mayor con este trabajo de duelo, lo lleva a poder liberar sus energías y ponerlas en nuevas personas, actividades, en fin, objetos de su afecto.

La educación para el envejecimiento lo ayuda asimismo a posicionarse frente a su propia historia, reconstruyéndola a través de la reminiscencia y las resignificaciones que afirman la auto-estima y dan continuidad a su identidad.

Mirarse para adentro: re-conocerse, es necesario recurrir a la memoria para elaborar lo vivido. Esto favorece tambien la toma de contacto con la resiliencia con la que se trabaja muy especialmente.

Se favorece a través de la información brindada la manera de desaprender los prejuicios e ideas erróneas acerca de la vejez que están instaladas en el imaginario social.

La Educación para el Envejecimiento ayuda a hacerse cargo del tiempo libre del que se dispone y ponerlo al servicio de actividades que permitan el placer, el esparcimiento, el intercambio social, el desarrollo personal.

La nueva información posibilita una mejor adaptación a un mundo tan rápidamente cambiante y a poder así mantenerse insertos en la sociedad.

Especialmente insistimos en el trabajo con conceptos que creemos básicos: el auto-cuidado y la autonomía, a los que agregamos el trabajo con la Resiliencia.

Qué decimos con mejor calidad de vida?

Cuando hablamos de mejorar el estilo de vida nos referimos a cambiar esquemas que talvez fueron útiles cuando se estaba ocupado por otras obligaciones.

Si estamos frente a un tiempo libre de varias horas por día, el limpiar la casa, hacer mandados o mirar televisión, visitar a algún amigo, cuidar nietos, todo esto de por sí muy útil y a veces placentero; no alcanza.

Por eso hablamos de cambios.

Integrar talleres o seminarios, intercambiar con otra gente experiencias y reflexiones, encontrarse con actividades culturales, recreativas o educativas, ubicarse en nuevos espacios de creación, compartir salidas culturales o de esparcimiento, es hacer frente a cambios y estos son precisamente los cambios en más, los de ganancia.

Hablamos de estimular la educación y el trabajo corporal como así también promocionar la creatividad y el intercambio social. Insistimos en la incorporación del humor y en un mejor manejo de los afectos.

La autonomía, está en directa relación con el auto-cuidado, y consiste en lograr la posibilidad de convivir con uno mismo y adquirir y preservar la capacidad de elección y de proyecto de vida.

Convivir con uno mismo como forma de dialogar con el pasado y el presente, con todo lo que se vivió, se fué y se hizo y con este presente con el que se debe encarar el futuro.

Se debe hacer centro en las propias vidas.

De esta manera se puede estar solo sin sentirse en soledad.

La experiencia de envejecer es hoy inédita, no hay modelos válidos.

La capacidad de elección marca a su vez esta manera de encarar el tiempo de vivir que tienen los adultos mayores, elección que muestra una actitud de defensas útiles, cuidado y preservación de uno mismo.

Elegir como opción por lo más gratificante, por lo deseado, por lo que talvez antes no se pudo realizar, por el desarrollo de sus potencialidades, por su crecimiento personal, que incluye tambien la mirada solidaria .

Y con esto está vinculado el proyecto de vida que completa el logro de la autonomía.

Y qué es proyecto de vida para un Adulto Mayor?

Si hablamos de alargamiento de la esperanza de vida se cuenta desde el comienzo del envejecimiento casi con la tercera parte de vida por vivir si se tiene ese privilegio.

Y entonces? o se pasa 20 o 25 años en reposo, pasivos, en la rutina de lo inmediato, o se decide a decretar ese tiempo para vivir, en actividad, en lo que hace bien, dando paso a la creatividad, a la recreación, al intercambio social, al aprendizaje, al placer, a disfrutar del tiempo libre, a poder optar por todas las posibilidades que se tienen, no a lamentar por lo que ya no se puede.

Por eso decimos que esta nueva actitud irá delineando un nuevo modelo de envejecer del que nuestros actuales Adultos Mayores son ya los hacedores.

Por supuesto no se me escapa algo que es evidente: todo no se decide desde la voluntad del sujeto.

Hay una sociedad que rechaza, que presiona, que no atiende las necesidades económicas ni las coberturas sociales que se necesitan, una sociedad que todavía no brinda estímulos para la actividad, una sociedad impregnada de prejuicios que marginan y discriminan.

La medicina, la tecnología, la ciencia en general, han conseguido alargar la esperanza de vida en muchos años y esos años son para vivirlos, no para esperar el final.

El final, la muerte , vendrá, qué duda cabe!!! pero si se envejece es porque se tiene el privilegio de no haber muerto antes.

La muerte, y todos lo saben, no es propiedad de ninguna edad, sabemos sí, que se tiene un tiempo finito, se es mortal, de ahí que la Educación para el Envejecer ayude a vivir a pleno esos años que tocan vivir, cuidándose mejor, en actividad, desempeñando nuevos roles, recreando motivaciones, registrando deseos quizá relegados , en fin, nuevas formas de vida.

Decimos siempre: vivir más años...bueno!! pero vivirlos bien...en plenitud, mucho mejor!!!

Palabras clave: envejecimiento. Adultos mayores.

 

Algunas referencias bibliográficas

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Dra. Virginia Viguera. Trabajo Presentado en la Mesa de Psicogerontologia del 7mo Congreso Virtual de Psiquiatria. 2006.

17- Viguera V. La Resiliencia y los Adultos Mayores. Importancia de su aplicación en Educación para el Envejecimiento,

Revista Tiempo Nº 15.

www.psicomundo.com/tiempo

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