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Número 17 - Noviembre 2005

El por qué de una especialización

Graciela Zarebski
zarebski.graciela@maimonides.edu

El Campo de la Psicogerontología

El propósito de este escrito es analizar la fundamentación que nos llevó a proponer la creación de una Carrera de Especialización en Psicogerontología, teniendo en cuenta lo novedoso del concepto y la carencia de antecedentes en la materia. Hace tan sólo algunos años, había que fundamentar por qué denominar a una cátedra o a una carrera como de psicogerontología y no de psicogeriatría.

El paradigma de la complejidad ya está instalado en el campo científico: no es necesario abundar en demasiadas explicaciones para afirmar que no cabe seguir estudiando lo psicogeriátrico, es decir, las patologías cerebral-orgánicas y los abordajes psicofarmacológicos por un lado, y los mecanismos psíquicos que permiten un envejecimiento normal, por otro. Este paradigma cuestiona los determinismos lineales causa-efecto y entiende los procesos en su interdependencia compleja.

Primero cabe aclarar que Psicogerontología no es psicología de la vejez, en primer lugar porque la psicología de la vejez no existe. Si pudimos superar la concepción de ciclos vitales, hablamos de psicología del envejecimiento, pero, además, porque la Psicogerontología no se reduce sólo a eso, ni es sólo lo que hacen los psicólogos, éstos no son los únicos psicogerontólogos, así como los asistentes sociales no son los únicos expertos en gerontología social, ni los geriatras los únicos expertos en biogerontología.

Es decir que la Psicogerontología no es una nueva disciplina. Es un campo interdisciplinario, dentro del campo interdisciplinario más amplio de la Gerontología, en el cual los psicogerontólogos no sólo nos ocupamos del envejecimiento normal, nos ocupamos de la salud mental en el envejecimiento en todos sus aspectos y formas de abordaje, cada profesional con sus herramientas específicas.

En la interrelación nos enriquecemos todos, en la medida en que nos sostenemos en una concepción compartida acerca del sujeto humano envejeciente, condición básica para la ínterdisciplina.

El campo de la Psicogerontología es, por lo tanto, según este paradigma, un campo muy amplio que comprende el estudio y abordaje interdisciplinario de la salud mental del ser humano que envejece, desde la tarea preventiva, asistencial y de rehabilitación y con una visión compartida, asentada en el logro de la continuidad identitaria y la evitación del derrumbe, quiebres o caídas, que los diversos ¨ temas ¨ del envejecer podrían favorecer.

Como última y de más reciente desarrollo entre las áreas de la Gerontología, en la cual se venía sosteniendo confundida dentro de la Biogerontología y de la Gerontología Social, la Psicogerontología, como área diferenciada, representa hoy un nudo de convergencia de diversos desarrollos actuales en la salud mental: desde el psicoanálisis a la teoría cognitiva, pasando por el enfoque de las neurociencias, con los avances psiconeuroinmunoendócrinos, constituyendo, el logro de las interrelaciones, un desafío cotidiano en nuestros afanes investigativos.

Sin embargo, éste no es el panorama que prevalece hoy en día en el estudio de la salud mental en el envejecer.

Seguramente en coincidencia con lo que sucede en todo el campo ´ psi ´, podemos encontrar eventos científicos y producciones acerca del psicoanálisis de la vejez, separados de los concernientes a los trastornos cognitivos y de los referidos a las patologías y sus abordajes farmacológicos, con lo cual la ciencia sigue perdiendo la oportunidad de entender al sujeto que envejece en su complejidad.

Debemos dar cuenta de la revolución epistemológica a la que estamos asistiendo en el conocimiento del envejecimiento humano, que implica superar obstáculos, lecturas mecanicistas y organicistas del envejecimiento que llevaban a suponer, tanto respecto a la dinámica psíquica como a la cognición, que habría una curva de declive inevitable como epifenómeno del declinar biológico y que los maltratos sociales llevarían necesariamente al achatamiento subjetivo y sus consecuencias clínicas.

Pudimos comprobar que el ser humano no es sólo efecto de su cultura y de su biología, de lo que le provoca su medio social y le ocasiona el deterioro de sus funciones, sino que, al mismo tiempo, es un sujeto pro-activo, constructor de su cultura, de su cuerpo, de su historia y, por lo tanto, de su modo de envejecer.

Hoy podemos dar cuenta de lo que costó – y sigue costando - a la Psicogerontología, diferenciarse de la Biogerontología y de la Gerontología Social, delimitar su campo propio o ¨ región epistemológica ¨ al decir de José Yuni (Yuni, J., 2004).

La falta de definición clara, la confusión reinante, en cuanto al modo de definir a lo psicogerontológico y a lo psicogeriátrico, es efecto de la pregnancia que siguen teniendo hoy en día las definiciones hegemónicas de la gerontología y de la geriatría como estudio del envejecimiento normal y patológico respectivamente.

No se trata tan sólo de una cuestión de denominación, ni siquiera de disputas de poder. Se trata de la concepción que subyace. Así como es insostenible reducir a la gerontología – que, en realidad, abarca a todo desarrollo bio-psico-social del envejecer y a todas las disciplinas - al estudio del envejecimiento normal y no incluir en ella las patologías y las terapéuticas, lo es del mismo modo, en el campo de la psicogerontología o de la biogerontología o de la gerontología social.

¿No se ve que esto corresponde a una época en la cual existía sólo el desarrollo del enfoque médico en la gerontología y el enfoque biologista y, como única alternativa de interdisciplina, lo social? Es decir, corresponden a los desarrollos pre-complejidad en las ciencias.

En rigor, para arribar a un nuevo modo de concebir a la psicogerontología, que es un nuevo modo de entender al desarrollo humano, sólo se requiere un ejercicio de articulación de los aportes más recientes de distintos campos científicos y no fanatizarse por la propia parcela de conocimiento. ¿Cómo pretenderemos trabajar por un envejecimiento normal (supongo que todos coincidimos en esta propuesta) que se caracteriza precisamente por la flexibilidad y la apertura a los cambios, si somos fanáticos, rígidos, competitivos, nos peleamos por el narcisismo de las pequeñas diferencias y no nos abrimos a la incertidumbre de lo que no sabemos y no nos disponemos a construirlo juntos a partir de las diferencias?

 

Integración de Teorías y de Saberes

En los comienzos del desarrollo de la psicogerontología en Argentina, hace dos décadas, sólo estaban a nuestro alcance, como marco teórico, las teorías de la actividad frente a la del desapego, el pensamiento de Erikson, algunas ideas de Neugarten, y no mucho más. Actualmente, asistimos al despliegue de distintas teorías psicogerontológicas: cada una aporta un aspecto, acentúa una cuestión importante a tener en cuenta en el envejecimiento.

Así como en las distintas escuelas de la Psicología y en los distintos enfoques de la psicosomática, debemos rescatar la parcela de verdad que hay en cada una de ellas: la del curso de la vida, de la continuidad, de la Compensación con Optimización Selectiva. Lo que nos importa en la capacitación es integrarlas, rescatar de cada una lo más valioso y avanzar en las articulaciones. Porque vamos comprobando que hay correspondencia entre los enfoques del curso de la vida y de la continuidad y que, desde el psicoanálisis, pudimos aportar los factores de riesgo psíquico, que incluyen a la compensación y a la optimización selectiva, como plantea la teoría cognitiva, pero que también abarcan la dinámica del narcisismo a trabajar en el proceso del envejecimiento.

Deberemos encontrar las correspondencias estructurales entre todas ellas, todas son articulables, cada una aporta su óptica específica. Son recortes del objeto de estudio que así, recortados, no alcanzan a explicar la complejidad del fenómeno del envejecimiento del sujeto humano.

Efectivamente, esas correspondencias estructurales existen entre las disciplinas de la subjetividad y las nerurociencias. Son ejemplos de esto, las correspondencias que se plantean entre los distintos tipos de memoria y los distintos planos del inconciente, lo cual nos plantea interesantes puntos a investigar en el envejecer (Zukerfeld, R. 2004).

¿Cuál es hoy, entonces, el obstáculo epistemológico en la Psicogerontología? Indudablemente, la dispersión de saberes, la dificultad de articular teorías con criterios compartibles.

 

Integración de Prácticas

El psicoanálisis no nos debe servir sólo para pensar la clínica con viejos, desde él podremos también entender la dinámica psíquica de nuestro envejecimiento y la posibilidad de aplicarlo en abordajes preventivos que lleven al autocuestionamiento de la posición subjetiva frente al transcurrir vital y a reformular el sentido de la vida desde jóvenes.

Asimismo, comprobamos que los conceptos de vulnerabilidad somática y de resiliencia recién pudieron plantearse y alcanzar su real dimensión, a partir de la posibilidad de pensar articuladamente la normalidad y la patología, la prevención y la asistencia, la subjetividad y la calidad de vida, poniendo énfasis en la prevención como postura ética, porque la mayoría de la población requiere abordajes preventivos (aunque esto no alimente a los laboratorios) además de lo que está comprobado en cuanto al menor costo que implica gastar en prevención.

¿Cabe seguir formando psicogeriatras que se desentiendan (como vemos en muchas presentaciones) de la importancia y el efecto preventivo de los talleres de memoria o de los grupos de reflexión? ¿O terapistas ocupacionales que coordinen talleres de memoria concebidos como mera gimnasia mental, como los hay? ¿O encarar la recreación como un entretenimiento para llenar el tiempo libre o un simple mover el cuerpo o las neuronas, tan negativos como reducir la psicoterapia en la vejez a una terapia de apoyo y de fortalecimiento del yo, por pensar que un viejo no soporta ni requiere otra cosa?

Desde ya que no sólo los psicogeriatras y los psicólogos nos ocupamos de la salud mental en la vejez, también los terapistas ocupacionales, los psicopedagogos y los musicoterapeutas lo hacen y no son por eso psicogeriatras ni psicólogos, son psicogerontólogos.

Mientras predominaban los desarrollos sociales y médicos en la Gerontología, esta situación no ocasionaba demasiados conflictos y la interdisciplina se conformaba de este modo simplista, binario, de entender la problemática del envejecimiento. También con este enfoque dual solían armarse los servicios y los programas en Congresos, Cursos e Instituciones (Gerencia Social y Gerencia Médica del PAMI, por ejemplo). Este modelo refleja también las creencias vulgares acerca del tema: los viejos estarían afectados básicamente por las condiciones sociales y por las condiciones biológicas del envejecimiento.

La cuestión se complejiza cuando introducimos los aspectos concernientes a la subjetividad, es decir, el punto de vista del envejeciente y de su entorno más íntimo; cuando se visualiza la implicancia subjetiva en el curso que adopta el propio envejecimiento y se desarrollan distintas maneras de abordarlo tanto en lo preventivo como en lo asistencial.

Pero no se trata en realidad de que lo ¨ Psi ¨ viene a complejizar al campo gerontológico, sino que el desarrollo actual de las ciencias permite entender el objeto de estudio ¨ envejecimiento ¨ en su complejidad multidimensional y es recién con la incorporación y desarrollo pleno de esta tercera pata que sostiene a la Gerontología (bio-psico-social) que estaremos en condiciones de superar esquemas simplistas y enriquecerla con modelos interdisciplinarios y aún transdisciplinarios de abordaje.

Así planteada, la Psicogerontología se delimita claramente de la Gerontología Social y de la Biogerontología. Ya no nos alcanza con referirnos a lo ¨ psico-social ¨ y a lo ¨ psico-orgánico ¨ del envejecimiento. Estos dos aspectos pasan a ser sólo ramas de un tronco común: el sujeto con sus leyes propias de constitución y su posibilidad de actuar pro-activamente, como instituyente de su entorno y de su destino biológico.

Así como la Gerontología Social (sociólogos, trabajadores sociales, antropólogos, arquitectos, abogados, etc.) y la Biogerontología (geriatras, enfermeros, biólogos, etc.) son cada uno en sí campos interdisciplinarios, del mismo modo la Psicogerontología comprende diversas disciplinas: la Psicología, la Psicopedagogía, la Terapia Ocupacional, la Musicoterapia, la Psicogeriatría (subespecialidad médica), es decir, todas aquellas que poseen formación de grado ¨ psi ¨ y que están habilitados para hacer algún tipo de abordaje terapéutico de carácter o efecto emocional o mental.

¨ Entonces, hablar del campo de la psicogerontología es hablar del estudio y abordaje del envejecimiento psíquico normal y patológico, dentro del cual el psicogeriatra es uno de los profesionales que trabajan, junto a psicólogos, musicoterapeutas, terapistas ocupacionales, psicopedagogos, etcétera.

Abarca la tarea preventiva, asistencial y de rehabilitación, desde una concepción compartida y articulada acerca de la normalidad y la patología en el envejecer psíquico de un sujeto ¨ (Zarebski G., 1999a: 163 -180).

Ejes que posibilitaron el armado de una Carrera de Especialización en Psicogerontología

Acerca de las patologías del envejecimiento y de su terapéutica es de lo primero que aprendimos y lo que más abunda en la bibliografía internacional. Un paso importante en la tarea formadora del psicogerontólogo, fue la de incorporar a la currícula la conceptualización de los mecanismos psíquicos que llevan a un envejecimiento normal y cuál es el aporte que realizan a este proceso los emprendimientos preventivos y recreativos. Esto último comprende: las condiciones en que dichas prácticas deben realizarse, los efectos que las instituciones tienen en la subjetividad del viejo, la coordinación técnica de sus actividades, la ideología de la convocatoria, el carácter de la participación que se les da a los sujetos que por ellas transitan, etcétera.

Si aspiramos a que la Psicogerontología se integre a los equipos preventivos e incluso intervenga en el diseño de políticas para este sector, ya no alcanza con tener claras las cuestiones concernientes a la patología de la vejez y las vías de abordaje.

No alcanza ya con poder aportar un diagnóstico más preciso acerca de los diversos modos de deprimirse o de dementizarse en la vejez. Debemos ser capaces, además, de poder dar cuenta de qué es lo que a un sujeto le lleva a deprimirse en la vejez e incluso a dementizarse; de cómo los temas del envejecer (jubilación, viudez, duelos, abuelidad), inciden diferencialmente en distintas estructuras psíquicas.

Poder dar cuenta de por qué frente a iguales factores sociales o deterioros biológicos, algunos responden de un modo y otros de otro, algunos sometiéndose, entregándose, otros luchando y encontrando salidas creativas.

Debemos aportar, en síntesis, si queremos contribuir a hacer más eficaz la tarea preventiva, que hay factores de riesgo psíquico que llevan a un mal envejecer ¨ ( Zarebski G., 1999)

Esta tarea de delimitar una especificidad de abordaje, sólo puede realizarse si se cuenta con ejes conceptuales claros a nivel teórico que actúen como organizadores del proceso de envejecimiento particular desde un punto de vista psíquico, como son: la modalidad del narcisismo y el armado de la continuidad identitaria o su quiebre a lo largo del curso de la vida.

El contar con un eje organizador desde el psiquismo, para explicar los avatares del envejecer subjetivo, sus continuidades y sus rupturas, es lo que permite desarrollar un campo de conocimientos netamente diferenciado de los campos social y biológico de la Gerontología, a la vez que actúa como articulador de los distintos contenidos de la Carrera que hacen al envejecimiento normal y patológico y sus diferentes abordajes: trabajo anticipado acerca del propio envejecimiento, el uso del tiempo libre y las posibilidades de aprendizaje en la vejez, las descompensaciones ante los temas que instala el paso del tiempo: la viudez, la jubilación, duelos diversos, modificaciones corporales, modalidades normal y patológica de asumir la sexualidad y la abuelidad, cuadros psicopatológicos, enfoque psicosomático e incluso predisposición psíquica a las dementizaciones y a todos los modos siniestros de irrupción de la vejez, netamente diferenciados de los mecanismos psíquicos que permiten el armado de un modo normal de envejecimiento.

El carácter interdisciplinario de este área de la Gerontología, tal como ha quedado explicitado, delimita como atinentes al campo ¨ psi ¨ en viejos, a todas aquellas disciplinas que trabajan con el sujeto envejeciente en su particularidad, mediante abordajes cuyos efectos son claramente emocionales y mentales.

La Carrera se nutre de los aportes de estas distintas miradas y de sus campos de aplicación: las técnicas de multiestimulación, los talleres de memoria, de trabajo corporal, musicoterapéuticos, los procesos de aprendizaje en la vejez, los grupos de reflexión y terapéuticos, el abordaje de la pareja y la familia del viejo, el proceso psicodiagnóstico y psicoterapéutico, las terapias farmacológicas, etc.

Constituye un eje esencial de la formación, la apertura al trabajo interdisciplinario (lo cual es un desafío para el pensamiento psicoanalítico), desde una conceptualización clara acerca del aporte específico que realiza el psicogerontólogo. Es el paso superador de una forma degradada de interdisciplina en la cual todos hablan de todo, sin claridad acerca de lo que cada uno está en condiciones de hacer a partir de los desarrollos disciplinarios propios.

"La interdisciplina sólo puede implementarse cuando los que la realizan son expertos en su propia disciplina... Lo fundamental es mantener la identidad y especificidad disciplinaria; sólo entonces se podrán establecer enlaces y relaciones". (Elichiry, N., 1987).

El mismo carácter interdisciplinario de los cursantes constituye un estímulo permanente para una posición abierta a la interdisciplina y la transdisciplina, como superadores del trabajo multidisciplinario, lo cual se constituye también en un eje de observación en las prácticas que acompañan y complementan la cursada.

La intensiva carga horaria de las prácticas es una oportunidad para la entrada en contacto con las diversas instituciones, modalidades de vejeces y de abordajes que se implementan desde la gerontología en general y la psicogerontología en particular. Constituye una excelente oportunidad para visualizar la integración del psicogerontólogo a los equipos de trabajo de diversas instituciones y es la ocasión para una rotación por diversos ámbitos en un enriquecimiento mutuo entre docentes, alumnos y profesionales que allí se desempeñan.

El alumno va participando así del armado de una red intersectorial de instituciones públicas y privadas, con sus diferentes condicionamientos, formándose también así en la ideología del trabajo en redes de salud, el efecto de las mismas en la subjetividad del viejo y la función del psicogerontólogo como gestor de políticas públicas que favorezcan un envejecimiento normal.

Otras particularidades que resultan innovadoras en la formación del psicogerontólogo

El atravesamiento por los diversos contenidos de la carrera somete a los cursantes a una revisión personal constante del propio proceso de envejecimiento, lo cual constituye un requisito imprescindible para quien se ocupa o se va a ocupar de escuchar y ayudar a resolver estas cuestiones en otros. Es por esto que desde el comienzo de la cursada se enfrenta el alumno a un cuestionario que le lleva a reflexionar acerca de cómo trabaja anticipadamente su propia vejez, lo cual promueve en algunos, a lo largo de la formación, importantes efectos de transformación subjetiva y de auto cuestionamiento, condiciones psíquicas éstas que caracterizan un envejecimiento normal.

Otro efecto interesante que se produce a nivel subjetivo, es el vencimiento de resistencias, asentadas en prejuicios, de quienes vienen de experiencias clínicas, cuando hacen su acercamiento a la vejez ´ sana ´ y viceversa, aquellos que se formaron en el trabajo con este tipo de envejecer y aprenden a cotejarla con las modalidades patológicas de envejecimiento.

También coadyuva a promover esta revisión personal, la participación activa que se le da al alumno en su proceso de aprendizaje, promoviendo el diálogo y la dinámica de trabajo en grupos, a fin de propender a un aprendizaje comprometido y que permita evaluar la modalidad de participación y la aptitud para el trabajo en equipo.

Esta metodología se refuerza en el 2 º año de la Carrera, durante el cual se aplica el Aprendizaje por Resolución de Casos-Problema. ¨ Es un proceso de acción – reflexión – acción, donde el punto de partida del aprendizaje es la indagación sobre la práctica, sobre la identificación de los problemas que la misma plantea. El pensar la práctica se considera un acto colectivo, esto implica contextualizar el pensar reuniendo los aportes individuales en el pensamiento grupal ¨. (Davini, M. C., 1992) (Moust JHC, Schmidt,1989)( Schmidt Hy otros, 1998)

También constituye un estímulo para la implicancia personal en el proceso de aprendizaje el requisito de elaboración permanente de informes articuladores de la teoría y la práctica, lo cual exige al alumno la elaboración de un punto de vista personal, a través de la puesta en escritura del proceso que va siguiendo su formación.

La apertura de un campo tan amplio como el que aquí se va perfilando para la Psicogerontología y la invitación para su dictado a expertos en los diversos temas y técnicas de intervención, es de por sí enriquecedor para todos los que en ello estamos implicados y permite el surgimiento, como sucede con todo trabajo interdisciplinario, de enfoques renovadores, como ser:

En síntesis, nos proponemos formar profesionales con una mirada abarcadora. Que cada uno, con las herramientas específicas que le da su carrera de grado y su marco teórico, esté en condiciones de aplicarlo y de avanzar en la investigación. No formar profesionales para repetir dogmáticamente, sino para crear. Ser creativo es condición importante para promover en el envejeciente su creatividad.

Debemos valorar, finalmente, en todos los ámbitos en que hacemos capacitación, que, gracias a ella, cambió en las últimas décadas el modo de participación de los viejos, así como, recíprocamente, pudimos aprender de y por la participación de ellos.

Pero la condición para avanzar, es estar abiertos, con la mirada y con la escucha. Esta es la actitud que nos permitió superar prejuicios teóricos que hasta hace muy poco nos atravesaban.

Basándonos en esta bella descripción que se atribuye a Schopenhauer:

¨ Puede compararse la vida a una tela bordada,
la cual, en la primera mitad de la existencia,
se viera por la derecha, y en la segunda, por la parte inversa:
esta última no es tan hermosa como la primera,
pero es mucho más instructiva,
puesto que permite observar la relación
que guardan entre sí los hilos. ¨

Pensamos que el envejecer puede constituir un camino hacia la sabiduría o bien hacia la anulación del sujeto. Esta Carrera invita a recorrer el revés de la trama, para descubrir los mecanismos psíquicos que contribuyen a alcanzar uno u otro desenlace.

FICHA TÉCNICA:

Carrera de Postgrado de Especialización en Psicogerontología.
Universidad
Maimónides. Ciudad de Buenos Aires.
direccion.gerontología@maimonides.edu
Título que otorga: Especialista en Psicogerontología.
Destinado a
: Profesionales con título de grado universitario: Licenciados en Psicología, Psicopedagogía, Terapia Ocupacional, Musicoterapia, Médicos Psiquiatras o Psicoanalistas.
Duración
: Bianual
Carga horaria Total
: 856 horas-cátedra.
Condiciones
de aprobación: 80 (ochenta) % de asistencia. Presentación de la totalidad de los informes. Aprobación de Monografía y Trabajo Final Integrador.
Organización de la Carrera:
a) Área Teórica; b) Área de Prácticas; c) Área de Articulación Teórico – Práctica. Modalidad Semi-presencial.
Alcances del Título:
Cumplir con tareas preventivas, asistenciales y de rehabilitación en psicogerontología.
Participar en la planificación de programas y la elaboración de proyectos de docencia, investigación y extensión comunitaria en el tema.
Coordinar grupos de reflexión y terapéuticos para su aplicación preventiva, asistencial y de rehabilitación.
Ofrecer asistencia psicoterapéutica individual a adultos mayores.
Conducir el proceso psicodiagnóstico con la aplicación de técnicas especializadas.
Participar en las técnicas de estimulación cognitiva en procesos demenciales.
Conducir entrevistas y programas terapéuticos con la familia del adulto mayor.
Planificar y dirigir Programas e Instituciones de Salud para adultos mayores.
El egresado de la Carrera de Especialista en Psicogerontología esta habilitado para realizar todas estas acciones de acuerdo a lo que su formación de grado lo habilite, en consonancia con la legislación vigente.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Davini, M. C.: ¨ Modelos y Opciones Pedagógicas para la Formación del Personal de las Instituciones de Salud ¨, en: Educación Permanente en Salud como Estrategia de Cambio, Bs. As. , OPS, 1992

Elichiry, Nora: " Importancia de la articulación interdisciplinaria para el desarrollo de metodologías transdisciplinarias", en El Niño en la Escuela, Bs. As., Nueva Visión, 1987.

Moust JHC, Schmidt H: ¨ Preparing Faculty and Students for Problem- Based Learning ¨, en: Schmidt H, Lipkin M, de Vries MW, Creep, JM (Eds): New Directions for Medical Education. NY, Sprng-Verlag, 1989.

Schmidt H. y otros: Problem Based Learning, Traducción y Publicación: Educación Médica: Desafíos y Tendencias. Módulo N º 4, AFACIMERA, octubre 1998:

Norman G, Schmidt H: ¨Bases Psicológicas del Aprendizaje Basado en Problemas ¨.

Gruppen L: ¨Investigaciones en Psicología Cognitiva y Formación en Átención Ambulatoria. ¨

Schmidt H.: ¨ Aprendizaje Basado en Problemas: fundamentos y Descripciones ¨.

Toffoleto, D.: ¨ Invecchiamento e Teoria del Caos ¨ en: Psychomedia, Gruppalità e Ciclo Vitale. Terza Età. 2004. www.psychomedia.it/pm/lifecycle/elderly/anzcaos.htm

Yuni, J.: ¨ Aproximaciones Teórico-Epistemológicas al Problema de la Articulación de la Educación y la Psicogerontología ¨. CD de la Pre-Jornada del Primer Congreso Iberoamericano de Psicogerontología, Univ. Maimónides, Bs. As, inédito, oct. 2004.

Zarebski, G.: ¨Cuando la Teoría Reafirma el Prejuicio¨ y ¨ Psicogerontología¨, en: Hacia un Buen Envejecer. Bs. As., Emecé – Planeta, 1999, Re-edición 2005: Editorial Universidad Maimónides, Bs. As.

Zarebski, G.: ¨¿Por qué una Especialización en Psicogerontología? ¨ En: Rev. Psico-Logos, Año XI, Nº 12, Ed. Univ. Nal. de Tucumán, S. M. de Tucumán. 2002

Zarebski, G.: El Curso de la Vida: Diseño para Armar . Ed. Univ. Maimónides. Bs. As. 2005.

Zukerfeld, R., Zonis Zukerfeld, R.: Psicoanálisis, Vulnerabilidad somática y Tercera tópica. Buenos Aires, Lugar. 1999.

Zukerfeld, R.: ¨ Inconscientes, memorias y tópicas ¨ en: Rev. Virtual de Psicoanálisis www.aperturas.org . No. 17. Julio 2004.

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